Koujo Denka (NL)

Volumen 7

Capitulo 2: No Conozco Los Detalles

Parte 6

Anna hizo un gesto con ambas manos y las otras tres doncellas se unieron detrás del anciano gran caballero. Más allá del puente, los restos andrajosos de las líneas enemigas luchaban por defenderse de los leones acuáticos.

“Los Howard son los ‘dioses de la guerra’”, continuó la doncella principal. “Han pasado varios siglos desde que su casa apareció por primera vez en el escenario de la historia, pero siguen literalmente invictos en el campo de batalla. Sus constantes compañeros, los formidables Caminantes, aún se mantienen firmes a su lado. Y en esta ocasión, el profesor los ayudará en serio. Ni siquiera lo llamaría un concurso. Aún así, otra pregunta me preocupa:

¿Ha olvidado realmente el viejo duque la desgracia de vuestras casas en Blood River?

“El duque Guido no ha cambiado”, respondió Hayden lentamente. “En cuanto a Allen-sama, lo tomamos prisionero… pero luego fue secuestrado y llevado, sospecho, al Mar de los Cuatro Héroes. Si aún vive, no lo sé”.

Antes de saber lo que estaba haciendo, me llevé las manos a la boca. Estaba temblando como una hoja.

¿secuestrado? ¿Por qué el Mar de los Cuatro Héroes? Y… ¿podría estar muerto?

Valery y Shizuku corrieron y me abrazaron con fuerza por ambos lados, murmurando mi nombre.

“Ya hemos dado el primer paso”, declaró Hayden, preparando su lanza. “¡Entonces, por mi honor, veré cumplido mi deber! ¡Puedes ser un Ángel de la Muerte, pero te derribaré!”

La mirada de Anna estaba baja. “¿Derribarme?” ella murmuró. “Pareces estar trabajando bajo un malentendido”.

El viento amainó, se hizo el silencio y unos resplandores negros como la tinta comenzaron a dispersarse a nuestro alrededor.

“¿Te das cuenta de que yo… estoy realmente furiosa?” preguntó la doncella principal, levantando lentamente la cabeza. Para nuestra sorpresa, sus ojos tenían un profundo dolor. “Estoy segura de que Lydia-Ojou está empuñando su espada incluso mientras hablamos. No dudaría en abandonarlo todo y correr hacia el único lugar al que pertenece: al lado de Allen-sama. Y debe romper los corazones de mi señora, Lynne-Ojou, y Lily-Ojou verla en ese estado.

Lydia! Pero… sé cómo se siente. No puedo dejar de saber. Allen es siempre el centro de su mundo.

“Desde la infancia, Lydia-Ojou había sido despreciada como ‘la niña maldita de los Leinster’. La mayoría de las noches lloraba hasta quedarse dormida y hacía tiempo que había olvidado cómo sonreír. Pero desde que conoció a Allen-sama, ha estado llena de alegría. ¡Ella realmente lo ha hecho!

¡¿Tienes alguna idea de cuán grande fue ese milagro?!”

Allen me había escrito sobre ella: “Su cabello es corto, escarlata y hermoso. ¡Y su manejo de la espada es simplemente increíble! Actúa con obstinación, pero en el fondo es una llorona solitaria… y una chica muy amable”. Luego, cuando la conocí en persona, todas mis sospechas se habían convertido en certezas. Sin mi hermano, hace mucho tiempo que tendría…

Anna balanceó los brazos a ambos lados. El resplandor negro azabache de su maná rodeó completamente a Hayden, cortando su retirada.

“Después de su examen de ingreso a la Royal Academy, trajo a Allen-sama de regreso a la residencia de Leinster en la capital real”, continuó. “¡Oh, la sonrisa alegre y tímida en su rostro mientras clasificaba frenéticamente todos los vestidos de la casa! ¡Y el deleite de mi ama mientras miraba desde las sombras! En todos mis años en el servicio de Leinster, nunca recuerdo haber llorado tanto como lo hice esa noche. Eso es lo que significa para mí el caballero al que dañaste.”

Hayden se quedó sin palabras. La animosidad de Anna era demasiado intensa para una respuesta.

“No tengo idea de qué circunstancias los llevaron a ustedes, caballeros, a cometer esta Gran Locura. Sin embargo, en lo que a mí respecta, las lágrimas de Lydia-Ojou son lo único que importa. Sólo tengo una cosa que decirte” Anna levantó su mano izquierda hacia el cielo. Surgieron cuatro tornados oscuros que rodearon a Hayden por todos lados.

“La muerte es un castigo demasiado ligero para hacer llorar a mi señora. Si sucediera lo peor, y el corazón de Lydia-Ojou se rompiera…” Los ojos de Anna se volvieron oscuros y sin luz. El Ángel de la Muerte había llegado, con una sonrisa sublime incluso mientras llenaba el aire con malicia y maná de tinta. “No te engañes con sueños de una muerte agradable. Te rebanaré, cortaré y desmenuzaré hasta que no quede ni un trozo de carne”

“Acepto tu censura, Ángel de la Muerte”, respondió lentamente Haig Hayden. “¡Pero no me retiraré! ¡Me rehúso!” Todavía impertérrito, agarró su lanza y se preparó para enfrentar el ataque.

“En ese caso, debo insistir en que dejes el escenario-”

En ese momento, un destello esmeralda pasó por encima de nuestras cabezas. Un viejo caballero solitario se zambulló de la nada, gritando: “¡No puedo permitir que le quites la vida!”

El trío de doncellas entró en acción. “¡Cuidado, Anna!”

“¡Señora!”

“¡Escogieron un momento increíble para un ataque furtivo!”

Con guadañas, leones y espadas curvas, bloquearon y desviaron la estocada de lanza dirigida a atravesar a Anna.

“Haag Harclay”, dijo la doncella principal, mirando al recién llegado. “El otro ‘Ala’ de Algren, un gran caballero y comandante de la Orden Violeta. Veo que los trenes rechinando hasta detenerse no han impedido que regreses de la capital real”.

“Entonces, el sabotaje del ferrocarril del este fue obra tuya”, respondió Harclay. “Perdóname, pero nosotros también tenemos órdenes que llevar a cabo, no podemos morir todavía. ¡Haig! ¡Entra en razón!”

“¡No   necesito   que   me    lo    recuerden!”   Hayden respondió.

Las Dos Alas estaban una al lado de la otra. Harclay, que llevaba su melena de cabello blanco en una cola de caballo suelta, balanceó su lanza en un amplio arco, lanzando Tormenta Imperial Tornado cinco veces seguidas. Hayden hizo lo mismo, elevando el número de vórtices furiosos a diez.

Sentí los vientos de tormenta azotar mi piel cuando pasé la mano por mi vaina, saqué mi daga y entré en la apoteosis relámpago más fuerte que pude reunir. La fórmula del hechizo de Allen me apoyó, corriendo a lo largo de la hoja oscura y volviéndola violeta. La lanza relámpago que había conjurado se convirtió en una enorme lanza con una cabeza en forma de cruz. Me sentí eufórico como nunca antes: ¡Allen me estaba protegiendo!

En un instante, estaba al lado de Anna.

“Dios mío, Karen-san. Y esa daga…” dijo la doncella principal, mirándome.

“Entonces, no pudimos mantenerte alejada, Karen,” añadió Richard-sama, suspirando mientras los sanadores lo atendían.

“¡Soy Karen, hermana de Allen, del clan de los lobos!” Grité, invocando un rayo aún más poderoso mientras empujaba mi lanza hacia adelante. “¡Tengo muchas preguntas para ti y exijo respuestas!”

Los grandes caballeros fruncieron el ceño, murmurando, “Atavismo” y “Como una estrella fugaz”, pero se mantuvieron firmes.

Justo cuando el choque estaba a punto de comenzar, los diez tornados y las luces de maná desaparecieron abruptamente. Para nuestra sorpresa, una bandada de grifos verde mar había rodeado el Gran Puente.

“¿Qué?” Murmuré, atónita.

“Bueno, ahora”, dijo Anna, evidentemente intrigada.

Richard-sama no habló. Su mirada se centró en un solo punto: el anciano grifo verde mar de color blanco puro que acababa de posarse frente a mí. Llevaba un collar antiguo alrededor de su cuello, y en su espalda estaba sentada una criatura infantil que cantaba alegremente: el pollito que mi hermano había rescatado. Sentí una presencia sobre mí y miré para ver a la madre grifo. Esto era como algo sacado de “Griffins Pay Their Debts”.

El grifo blanco ignoró a los grandes caballeros y se acercó a mí, con la mirada fija en la daga que estaba usando como medio para mi magia. Cuando disparé mi lanza, el grifo estiró su largo cuello y tocó la hoja.

Una escena vívida brilló en mi mente. Un hechicero del clan de los lobos estaba de espaldas a mí, con una daga en la mano. ¿Era esa la misma daga que sostenía? Delante de él, un enorme ejército de demonios se acercaba.

“Gracias por todo”, decía el hechicero. “Realmente. Tengo suerte de haberte conocido, de eso no tengo ninguna duda. Ahora ve. ¡Soy el único que necesita morir aquí por tal locura!”

“Yo” le grité, llorando. Lo mismo hizo la cosa montada en mi espalda.

¿Una niña pequeña?

Un hechicero que llevaba una capucha con bordes carmesí avanzó hasta la cabeza del ejército enemigo.

“¡Dejame ir!” gritó el hechicero del clan lobo. “Dame un paseo en tu espalda en mi próxima vida, si tengo una. Vigila el Gran Árbol y a todos por mí…”

Susurré un nombre: “Luce”.

El grifo blanco llenó el aire con su grito de alegría. Las lágrimas comenzaron a derramarse de sus brillantes ojos dorados. El resto del rebaño comenzó a desplegar magia de viento contra los viejos grandes caballeros.

Shooting Star intercambió muchas promesas… y no solo con la gente.

“No soy la persona que extrañas renacer,” dije. “Pero, ¿me ayudarás de todos modos?”

Luce cerró los ojos con fuerza, extendió sus alas blancas y comenzó a cantar. Tuve una vista clara del diseño en su cuello: una estrella fugaz.

Volví a llamar a mi lanza relámpago. “Tomar este hechizo de frente sería una mala idea”, advertí a los grandes caballeros.

¡Un lanzamiento óctuple de Thunder Fang Spear, el hechizo avanzado experimental que Allen había inventado para mí! Era la mitad del día, pero todavía no tenía problemas para ver el brillo violeta y blanco del maná girando a mi alrededor.

Hayden y Harclay parecían los más sombríos que había visto hasta ahora.

“¿Amplificación mágica?”

“Entonces, ella se parece a la grandeza de su hermano”.

“¡Toma esto!” Rugí a todo pulmón, llamando ocho gigantescas lanzas giratorias de relámpagos desde el cielo.

“¡Todos, retrocedan!” Richard-sama ladró. “¡Celenissa, Nico, Jean, retírense!” Anna repitió.

El atronador choque no se parecía a nada que hubiera experimentado antes. Una enorme masa se desplomó en el canal.

Una vez que liberé mi Lightning Apotheosis, el pollito grifo saltó a mis brazos, cantando de alegría. Los viejos grandes caballeros no se veían por ninguna parte. Probablemente se habían retirado.

“No lo creo”, comentó Richard-sama detrás de mí. “¿Alguna vez has considerado una carrera en la guardia real, Karen?”

“Voy a la universidad”, respondí. “Se lo prometí a Allen y Stella”.

“Es una pena. Los reclutas que pueden demoler el Gran Puente son difíciles de conseguir”.

El gran puente que cruzaba el canal frente a nosotros ya no existía.

Envainé mi daga y le devolví el pollito a Luce. “Gracias,” dije. “Fuiste un verdadero salvavidas”.

El grifo blanco ronroneó y tomó vuelo, todavía cantando su canción de alegría. Parecía dispuesto a ayudarnos de nuevo.

“¡Bien!” Richard-sama dijo, aplaudiendo. “No dejemos a los heridos esperando tratamiento. Sra. Shima, ¿Toma y Sui están a salvo?

“Están tan bien como la lluvia,” gritó Shima. “Su Excelencia, Richard-sama Leinster, gracias por salvar a mi amado y mi camarada. Estoy verdaderamente, verdaderamente agradecido”. Ella hizo una profunda reverencia y el resto de la milicia hizo lo mismo.

Richard-sama se rascó la punta de la nariz. “No pienses en eso. Cualquiera haría lo mismo por sus hermanos de armas.

“Joven maestro Richard, cómo ha crecido”, intervino Anna. “¡Estoy simplemente encantada! Nico, Jean, quédense aquí y atiendan a los heridos. Celenissa, custodia a Karen-san.

“Lo entendiste.” “¡Claro!”

“Sí, señora.”

“Muy bien, entonces”, dijo Richard-sama. “Karen, Anna, vámonos. Ya es hora de que veamos a los jefes.

“¡Estoy contigo!” Yo respondí.

—Primero debo presentar mis respetos a la Sra. Ellyn —objetó la doncella principal—. “La señora me confió una carta para ella”. Mientras seguía a Richard-sama hacia las puertas del Gran Árbol, ella susurró: “Joven maestro Richard, supongo que no tenía la intención de elegir una muerte honorable”.

“Nunca. Allen me dejó a cargo. Acompañaré a todos a través de esto, sin importar lo que cueste”, respondió el caballero pelirrojo, su voz suave pero firme. Luego, dirigió su mirada al otro extremo del Gran Puente, hacia New Town. “A orillas del río Blood, Shooting Star les dijo a los sobrevivientes: ‘No dejaré que tomen el camino más fácil. No importa cuán desesperadas se pongan las cosas, quiero que cada uno de ustedes viva sus vidas.’ Apuesto a que se sentían igual que nosotros ahora. Allen es un capataz duro, ni siquiera nos dejará morir sin un escándalo”.

***

Acompañé a Richard-sama al Gran Árbol, donde Anna vio a mi madre y corrió para reunirse con ella. También vi a Mizuho cerca.

En lugar de la doncella principal, Dag y Deg, el antiguo jefe del clan de las nutrias, corrieron hacia nosotros.

“Ahí está, Red-sama. Y tú también, Karen.

Apuesto a que te diriges al nivel superior. Ven con nosotros.”

Asentimos y los seguimos hasta el centro del enorme salón circular. La gente se amontonó a nuestro alrededor mientras Dag y Deg se paraban justo debajo del agujero en el techo y aplaudían.

“¡Bien!”

“¡Aquí va!”

Lanzaron hechizos botánicos al unísono, y gruesas enredaderas brotaron del suelo, elevándonos a los tramos superiores. Las plantas nos depositaron en el nivel más alto, a la entrada de la sala del consejo.

“¿Q-Qué es todo esto?” lloré, jadeando mientras observaba la escena. Una densa hiedra cubría la puerta de la cámara e innumerables barreras mágicas bloqueaban el camino.

¡Magia botánica!

“¡¿A qué están jugando?!” —exigió Dag, mirando fijamente la obstrucción.

“¡Todo el consejo debe haberlo visto!” espetó Deg, igualmente furioso.

Miré al caballero pelirrojo, que estaba de pie con los brazos cruzados. Richard-sama esbozó una sonrisa sin alegría. “Celenissa,” dijo, con un rápido movimiento de su mano izquierda.

“Presente,   mi    señor.”   La    doncella    de    cabello escarlata pálido se paró frente a nosotros… ¡y cortó las plantas y las defensas con un golpe rápido como un rayo de su enorme guadaña! ¡Luego pateó la puerta fuera de sus goznes! Cayó en la habitación con un estrépito resonante, revelando a Ogi, jefe del clan de los lobos y jefe del consejo, junto con los otros jefes, sus adjuntos y…

¿Qué hace la pandilla de Toneri aquí?