Sokushi Cheat Ga Saikyou (NL)

De vuelta en la capital del Reino de Manii, en la sala de audiencias del palacio real:

“Para ser franco, no estamos seguros del alcance del Imperio Argandino”, comenzó el rey, mientras se lanzaba a su explicación de la primera de las grandes hazañas disponibles. Los candidatos a Sabio antes que él estaban escuchando muy atentamente. Yogiri y Tomochika, habiendo llegado tarde, estaban todavía sentados en la parte de atrás y aún no se habían dado cuenta.

“Al oeste se encuentra una liga de naciones conocida como la Mancomunidad Republicana de Erchia. Uno de sus miembros declaró recientemente la independencia, llamándose a sí mismo el Imperio de Arganda, y comenzó a atacar a sus países vecinos. No tardaron mucho en conquistar el resto de la Mancomunidad. Incluso ahora, continúan expandiendo sus actividades militares. Considerando que aún están invictos, creemos que es sólo cuestión de tiempo que aparezcan en nuestras fronteras. Si lo hacen, y si puedes repeler su avance de alguna manera, lo reconoceré como una gran hazaña ante los Sabios”.

“P-pero cómo diablos…” murmuró alguien de la clase. No había mucho que un solo grupo de estudiantes de secundaria pudiera hacer, incluso con el Don.

“Oh, no se preocupen, no tengo ninguna esperanza de que ustedes tengan éxito. Pero una gran hazaña tiene que ser algo que parece imposible, ¿no? Si supiéramos cómo derrotarlos nosotros mismos, lo habríamos hecho hace mucho tiempo. Pero no sabemos si nos atacarán en primer lugar, así que siempre hay una posibilidad de que no lo hagan.”

“Pero nos pediste que detuviéramos su invasión, ¿verdad?” Preguntó Yazaki.

“Si han viajado tan lejos, ya deben saber que nuestro reino no tiene mucho en el camino de la tierra utilizable. No hay mucho que ganar invadiéndonos, así que no hay nada seguro.”

Yogiri pensó en el mapa del país que había visto. Las Llanuras del Dragón, el Bosque de las Bestias, el Bosque de Haqua, el Cañón de Garula, las Llanuras de Meld… ninguno de ellos parecía un lugar adecuado para la vida humana, ni tampoco regiones en las que se pudiera producir algún tipo de desarrollo de forma realista.

“Pero la ciudad de Hanabusa está floreciendo, ¿verdad? ¿No sería eso por sí solo lo suficientemente valioso?”

“Un lugar donde los sabios están muy involucrados no cuenta. Ni siquiera yo puedo hacer nada sobre esa ciudad. Creo que los Argandinos lo sabrían. Puede ser una pista útil para ti, así que supongo que te diré lo insignificante que es invadirnos.

“Una razón es, como dije, que no hay mucho potencial para el beneficio material. Tener el control del territorio no ofrece mucho a una nación invasora. La otra cuestión es que el inframundo que está debajo de nosotros necesita ser controlado. Sin una industria especial propia, apenas hemos sido capaces de manejarlo con el apoyo de los reinos circundantes, pero mantener al Dios Oscuro encerrado es extremadamente agotador.”

“En resumen, invadirnos tiene una buena probabilidad de llevar a la resurrección del Dios Oscuro, lo que no ayuda a nadie. Por eso siempre ha habido una especie de regla no escrita para dejarnos en paz”.

Cuando escucharon la palabra “inframundo”, los candidatos comenzaron a murmurar entre ellos. A Yogiri y Tomochika ya se les había hablado de ello, pero obviamente era la primera vez que los demás oían hablar de ello.

“¿Y eso no es la transición perfecta? Para la segunda hazaña, tendrás que ir bajo tierra, viajar a través del inframundo y derrotar al Dios Oscuro. No es que piense que sea algo que puedas hacer tan pronto como llegues aquí. En cuanto a la dificultad, no puedo decir que sea mucho más fácil que enfrentarse al Imperio. Al menos con los Argandinos, luchas contra los humanos, aunque sea un país entero. El Dios Oscuro, sin embargo, es un monstruo que trasciende el entendimiento humano, e incluso después de más de mil años, no tenemos ni idea de cómo derrotarlo.”

“Y eso es todo lo que tengo que decirles. Hagan lo que quieran. He separado parte del palacio para ustedes, así que siéntanse libres de usarlo como su base. La entrada al Inframundo está debajo del palacio, así que si planean ir por esa ruta, les será muy conveniente”.

Como para confirmar que su trabajo allí estaba hecho, el rey se levantó de su trono y dejó la sala. Poco después, un soldado llegó en su lugar y asintió con la cabeza a la clase.

“Por favor, síganme”.

Sin duda estaba allí para guiarlos a su nuevo cuartel general. Aún en estado de shock, los candidatos se pusieron de pie.

“Entonces, ¿qué hacemos ahora?” preguntó Yogiri.

“Bueno, no creo que podamos salir de aquí sin ser vistos, aunque intentemos escabullirnos detrás de ellos, así que… ¡Uhh, HEY!” Gritó Tomochika, incitando a los demás a darse la vuelta.

“¡¿Dannoura?! ¡¿Qué…?!”

“¡Dannoura! ¡¿Cómo has llegado hasta aquí?!”

“¡Tomochii! ¡Estás viva!”

“¡Tomo!”

“¡¿Dannoura?!”

En el momento en que vieron a la pareja, los adolescentes gritaron el nombre de Tomochika en un repentino estallido de ruido. Aunque las reacciones individuales eran variadas, todos estaban extremadamente sorprendidos.

“¡Eh, que alguien reaccione también ante Takatou!”, dijo ella.

Sin embargo, su falta de reacción ante él había estado dentro de las expectativas de Yogiri.

◇ ◇ ◇

En un bosque al oeste del cañón de Garula había un mosaico de colores brillantes. Parecía que el espacio había sido desgarrado y cosido en lugares al azar, tal vez una representación perfecta del concepto de caos.

No había signos de vida dentro de la grieta. Ninguna criatura se acercaría voluntariamente a un lugar tan poco natural. Sin embargo, había una mujer con un vestido blanco de pie frente al extraño espacio deformado.

“¿Es esto lo que significa para las leyes del universo estar en total caos?”

Era un sabio, Sion. Había venido aquí en respuesta a una señal que había recibido, pero nunca había esperado una vista como esta.

Mientras la miraba tontamente, el paisaje ante ella continuaba sus vertiginosos movimientos. Cada fragmento del mosaico parecía someterse a diferentes leyes, cada pieza parecía ser de un universo diferente. Los fragmentos de cada mundo cambiaban constantemente, se sobrescribían unos a otros, se fusionaban y se separaban.

“Bueno, supongo que está aquí, entonces…”

Mientras esperaba fuera del mosaico surrealista, Sion sintió que una energía mágica se derramaba. Como era de esperar de una señal que pasaba por un espacio tan caótico, no había ninguna señal de su forma original cuando llegó a ella. Con tantos errores, descifrar el mensaje había sido completamente imposible, pero al menos pudo reconocer que era una llamada para un Sabio.

Sion pensó de nuevo en lo que esto podría ser. Algo con una voluntad de hierro existía aquí, rechazando el paso a todos los demás. Era como un rechazo absoluto del universo exterior. Y sin embargo, Sion entró en él sin preocuparse. Todo lo que tenía que hacer era reescribir a la fuerza las leyes de la física a su alrededor. Transformó el tumultuoso mosaico en un espacio donde no sólo podía vivir sino también estar cómoda, una hazaña posible para cualquier Sabio.

Creando su propio camino, Sion se abrió camino hacia adelante. Incluso para ella, coser el mundo de esta manera mientras caminaba era un trabajo agotador. Después de progresar durante un tiempo, finalmente atravesó el núcleo del caos y llegó a un lugar que parecía ser su centro.

Era una habitación blanca, vacía de todo. Y había una chica agazapada en un rincón.

“Bueno, si no es Aoi. No me extraña que no hayamos tenido noticias tuyas.”

La tarea de Aoi era cazar a los Sabios Errantes, pero todas las noticias de ella se habían desvanecido después de que fuera enviada a ocuparse de Yogiri Takatou.

“¡Sion! Una voz llamó desde la cadera de Aoi, donde un pequeño cuchillo todavía estaba en su vaina.

“¿Pasó algo?”

Incluso después de la llegada de Sion, Aoi no había levantado la cabeza. O bien no se había dado cuenta de ella, o la ignoraba, o se había cerrado completamente al mundo exterior.

No parecía que fuera a obtener una respuesta de Aoi, así que Sion decidió probar suerte con el cuchillo.

“Nos encontramos con Yogiri Takatou. No sé lo que vio, pero en el momento en que le puso los ojos encima, perdió completamente la voluntad de luchar. Huyó tan rápido como pudo, y finalmente se escondió aquí.”

En el momento en que oyó el nombre de Yogiri, un escalofrío visible recorrió el cuerpo de Aoi. ella no se había aislado por completo después de todo.

“Ya veo. Bueno, eso puede haber sido inevitable, así que no puedo culparla.”

Yogiri ya era sospechoso de ser el responsable de la muerte de dos sabios, y después de reunirse con él una vez, Aoi había terminado en este aparente estado de locura. Así que Sion tenía pocas dudas de que había algo realmente diferente en el chico después de todo.

“Supongo que en este punto, tendré que ocuparme de él yo misma. Aoi, ¿aprendiste algo sobre él?”

Como era de esperar, Aoi permaneció en silencio.

“Permítame informarle”, dijo el cuchillo. “Ya le he enviado toda la información que tenemos sobre él. Viene de un individuo conocido como Daimon Hanakawa, que vio el poder del chico de primera mano y sobrevivió. Si todavía está vivo, puede haber más que puedas sacar de él. Como candidato a sabio, debería ser bastante sencillo encontrarlo, ¿verdad?”

“Hanakawa… ya veo. Yo también lo investigaré.”

Sion no se había molestado en aprender los nombres de los candidatos de Sage. La mayoría de ellos iban a morir de todos modos, así que no pensó que valiera la pena el esfuerzo. Era raro que alguien sobreviviera a las pruebas requeridas el tiempo suficiente para convertirse en un sabio.

“Primero, supongo que debería comprender exactamente cuál es su habilidad. De cualquier manera, él es sólo un estudiante de secundaria. Si tiene algún amigo, podría empezar por tomar un rehén. Tengo control total sobre la vida y la muerte de quienes instalé el Don con éxito. O tal vez debería tratar de ganármelo. Un chico de esa edad… seducirlo no sería difícil”.

Sion estaba considerando todo tipo de métodos de rodeo ya que aún no había descartado la posibilidad de convertir a Yogiri en un Sabio. No tenía ninguna duda de que en una batalla de fuerza, siempre saldría victoriosa. Ni siquiera podía comprender la idea de que alguien fuera más fuerte que ella, incluso entre los otros Sabios. Aunque nunca lo diría en voz alta, se consideraba a sí misma la más poderosa con diferencia.

“Detente…” dijo Aoi, levantando temblorosamente la cabeza. Parecía totalmente agotada. Una Sabia podía sobrevivir indefinidamente sin comida ni bebida, así que su estado debía ser puramente el resultado de la tensión mental. “Por favor, aléjate de él… no hagas nada estúpido…”

“Desafortunadamente, eso no servirá. No puedo dejarlo solo a su suerte.”

Sion había convocado a la clase de Yogiri para sumarse a sus filas, pero en su lugar habían terminado perdiendo a los Sabios. Ya fuera para convertir al chico en un compañero Sabio o para matarlo, algo tenía que hacerse.

“Esto es… esto es tu culpa…”

“¿Hm?” Sion ladeó la cabeza, sin poder oír lo que Aoi estaba diciendo.

“¡Tú! ¡Tú llamaste a esa cosa! ¡¿Qué demonios has hecho?! ¡¿Tienes alguna idea de lo que has invocado?! ¡Se acabó! ¡Este mundo está acabado! ¡Al diablo con esto, maldita sea! ¡Si tanto quieres morir, ve a morir! No arrastres al mundo entero… ¡no me arrastres a mí!”

El repentino arrebato de Aoi tomó a Sion por sorpresa. Era la primera vez que veía a Aoi perder la calma de esta manera.

“¿Qué estás tratando de decir?”

“Esa cosa… no es humana… ni siquiera es… un ser vivo…”

Pero eso era todo lo que Aoi podía hacer. Después de su corto estallido, se hundió de nuevo en su propio mundo. No había nada más que hacer aquí. Intentar interrogarla más no tendría sentido.

“Esperaba que si alguien más se presentaba, ella mejoraría, pero parece que todavía es demasiado pronto para eso. Siento preguntar esto después de hacerte venir hasta aquí, pero ¿podrías darle más tiempo?”

“Supongo que sí. Me voy a despedir por ahora.”

Cada sabio era un recurso precioso. Si fuera posible rehabilitar a Aoi, sería la mejor solución. Por ahora, sin embargo, Sion decidió volver a casa.

Abriendo un espacio para hacer un camino para ella misma, se abrió camino de vuelta al exterior. Tal vez se había acostumbrado un poco, pero salir había sido mucho más fácil que entrar.

Después de salir de la grieta, Sion buscó señales de los candidatos a sabios que había convocado recientemente. Como la Sabio “madre” que les había dado el Don, tenía autoridad absoluta para manejar a sus “hijos”. Localizarlos era una tarea sencilla.

El Don había sido instalado con éxito en treinta y dos personas en el autobús. Ahora quedaban veintiocho señales. Le habían dicho que Yogiri había matado a dos de los candidatos en las Llanuras del Dragón, y que los dos restantes habían muerto o estaban en algún lugar donde sus sentidos no podían llegar.

Sion tomó nota de la ubicación actual de los candidatos restantes. Veinticuatro estaban juntos, en la capital del Reino de Manii al noreste de ella. Sin duda, estaban tratando de despejar las misiones que ella les había asignado. Tres más se habían separado para formar su propio grupo, y uno estaba actuando solo.

Por la información que había obtenido del cuchillo de Aoi, el individuo solitario era probablemente Hanakawa. Había rastros de datos de respaldo de una instalación anterior, que habían sido restaurados cuando ella activó por primera vez el Don en él – presumiblemente él había visitado este mundo antes – así que probablemente era el objetivo correcto. Y en ese momento, estaba cruzando las Llanuras de Meld, dirigiéndose a los demás en la capital.

“Supongo que debería hablar con este Hanakawa primero”, murmuró Sion, saliendo del bosque y subiendo a su aeronave.