Hazure Skill Kage Ga Usui (NL)

Una vez que terminamos nuestras actividades, Rila dejó escapar el aliento que había estado conteniendo y comenzó a trazar su dedo índice sobre mi piel.

Su dedo se deslizó por mi abdomen, rozando mis músculos hasta que se detuvo bruscamente.

Había llegado a una cicatriz del tamaño de un meñique justo encima de mi ombligo.

—Muy viej a … — susurró Rila desde lo alto de la cama. —Así que incluso tú sufres heridas.

—Por supuesto que sí. No fue como si viniera hecho desde el vientre materno.

Rila acarició suavemente la antigua herida.

—Tienes varias cicatrices, pero esta es la única en la parte delantera de tu cuerpo.

—Sí — dije.

—…

Por su expresión, estaba claro que Rila quería saber más al respecto.

—No es una historia entretenida — le dije. —Simplemente era inexperto. Eso fue todo.

—…¿Oh?

Aunque éste ya había pasado hace tiempo, todavía sentía algunas reservas a la hora de contar mis propios errores a otras personas.

Le di la espalda a Rila y ella se acercó por detrás, envolviéndome con sus brazos.

—Los tienes en los hombros y en la espalda… Marcas de puñaladas y cortes…

Rila besó suavemente mis viejas heridas. Las repasó una por una, exhalando un soplo celestial en cada una de ellas.

Cerré los ojos, intentando no recordar.

—Señor, ¿podría tener una misión?

En mi primer día de vuelta al trabajo, una chica que había estado esperando su turno se sentó frente a mí aquella ajetreada mañana mientras yo organizaba las misiones para otras personas.

—Sí, por supuesto. Si pudiera mostrarme su permiso de aventurero, por favor — respondí.

Tomé su permiso, que había puesto sobre la encimera, y empecé a preguntarle qué tipo de trabajo buscaba.

La chica, Sasha Glideau, era una aventurera de rango D. Dieciocho años de edad. Era una aventurera ordinaria de nivel intermedio. No había nada especial en ella.

—…

Parece que se ha sentido cómoda con la misión y ha aceptado muchos trabajos de rango D recientemente.

—Estaría muy bien que me regalaras algo extra especial — bromeó, así que le regalé una sonrisa.

—No estoy seguro de que tengamos algo que se ajuste a sus deseos exactos… Un momento, por favor.

Todos querían misiones fáciles que les hicieran ganar mucho. Aunque eso era lo que todos buscaban, era raro que un aventurero dijera lo que pensaba al respecto.

—¿Qué te parece esto? — Pregunté.

Era un servicio de guardia en las montañas.

—Hmm — tarareó Sasha.

—El puente que los viajeros utilizan normalmente ha sido arrastrado por las aguas, por lo que actualmente se están desviando por una vieja y estrecha carretera. Tendrán que asegurarse de que el paso es seguro para viajar.

Saqué un mapa y le di una rápida explicación. Aunque necesitábamos mucha gente para ayudar a reconstruir el puente, esa tarea ofrecía poca remuneración e implicaba condiciones de trabajo difíciles.

—¿Entonces sólo tengo que proteger a los que pasen por aquí?

—Sí, si ocurre algo, contaremos con vosotros. Hay otros gremios que envían aventureros a esta región, así que creo que a todos se les asignarán diferentes funciones específicas en el lugar.

Lord Bardel también había enviado a sus propios oficiales, así que le dije a Sasha que siguiera sus instrucciones.

—Entendido — respondió ella. —Esta misión dura un tiempo, ¿no?

—Hasta que se repare el puente.

—Ya veo. Entonces lo probaré un día y, si funciona, vendré a apuntarme de nuevo.

—Muy bien. Gracias.

Sasha me saludó con la mano y me dedicó una alegre sonrisa antes de marcharse.

El trabajo continuó, y mis compañeros y yo organizamos más misiones para los aventureros que pasaron por allí y tomaron sus informes. Fue un día bastante ocupado.

De repente, un joven entró corriendo en el gremio mientras gritaba: —¡Es una catástrofe! — Mientras jadeaba y boqueaba, explicó: —¡Ha aparecido un Geht-hawk en el viejo camino!.

Un revuelo recorrió el gremio.

Aunque normalmente no se consideraban monstruos de alto rango de forma individual, los Geht-hawk eran ferocidades aviares. Eran más grandes que otras aves y, cuando alcanzaban cierto tamaño, podían ser un desafío para los de rango B.

…O eso decía mi manual de empleado.

—Los aventureros que están en el lugar no pueden manejarlo. Los caballeros aún no han llegado. ¡Lord Bardel desea presentar una solicitud urgente!

Nuestro ya agitado día se volvió aún más frenético.

—Hacer talones de misión.

—¿Cuál será la recompensa?

—¡No tenemos tiempo para comprobarlo con su señoría! ¿Qué pasa con el rango? ¡Es el rango B! B!

—¡¿Tenemos a alguien cerca que pueda asumir inmediatamente una misión de emergencia de ese nivel?!

Mientras el gremio entraba en pánico, Iris salió de su despacho y se puso rápidamente al corriente de la situación.

Entonces, cuando nuestras miradas se encontraron, levanté la mano.

—Directora de Sucursal — llamé.

—…Sí. ¿Puedo pedirte que te encargues de ello? La recompensa y los aventureros que enviemos no importan tanto como garantizar la seguridad de todos en el lugar.

Asentí y me dirigí al otro lado del mostrador.

Iris dio una palmada para llamar la atención de todos. —Muy bien, por favor, cálmense todos. Roland va a salir a ocuparse de ello. Mantengan la calma y vuelvan a sus tareas habituales.

Cuando eché un vistazo más de cerca, me di cuenta de que todos los presentes tenían un rango D o inferior. Su miedo era comprensible.

Algunos expresaron su preocupación, mientras que otros me animaron.

—¿Realmente puede Roland luchar contra un gran Geht-hawk…?

—Señor Roland, dé todo lo que tiene.

—M-Milia prácticamente tiene corazones en los ojos…

—Conozco la sensación. Es como si apostáramos todo lo que tenemos por él. Incluso mi corazón dio un vuelco…

El joven que se apresuró a entrar cuando los aventureros empezaron a moverse también me dio los detalles.

—¿Eh? ¿Qué? ¿Qué está pasando?

—¿El Señor Argan va a luchar…?

—¿En serio? Eso es algo que tengo que ver…

El caballo en el que había venido el joven seguía enganchado frente al gremio. Lo monté mientras varias personas asomaban la cabeza por las ventanas.

—¿Eh? ¿No vas a prepararte de antemano?

—¿En serio vas a ir con las manos vacías?

—¿No necesitas llevar algo contigo?

Levanté la mano para acallar las numerosas preguntas.

—Lo único que necesito es a mí mismo — les dije.

— ¡¡¡¡ H-es tan genial… !!!!

Después de asentir ligeramente, pateé los costados del caballo. Atravesé la ciudad, dirigiéndome directamente a las llanuras.

—Tienes varias heridas, pero esta es la única en la parte delantera de tu cuerpo.

La voz de Rila resonó en el fondo de mi mente. Intenté silenciarla concentrándome en la tarea que tenía entre manos.

Un Geht-hawk era un tipo de ave peligrosa que comía humanos. Dependiendo de su tamaño, podía tragarse a una persona entera. Había aparecido a lo largo de un puerto de montaña, lo cual no era inusual, teniendo en cuenta su hábitat, pero no había habido ningún avistamiento anterior de uno allí.

Mi caballo galopó mientras lo guiaba por la ruta más corta que conocía. El estridente sonido del grito del Geht-hawk resonaba por delante. Al mismo tiempo, también oí gritos humanos. Hombres que parecían aventureros corrieron hacia mí, tratando de escapar.

—Ayúdame… ¿Qué es ese pájaro?

—Esto es imposible. No podemos manejar esa cosa…

Los dos cayeron de rodillas, probablemente por el alivio de haber escapado.

—¿Saben qué le pasó a un aventurero llamado Sasha? — Les pregunté.

—¿Hmm? ¿Un empleado del gremio…?

—Sasha… ¿Te refieres a la chica de rango D? ¡Ella está ahí atrás! Muy atrás. Dijo que sería capaz de arreglárselas sola…

¿Estaba luchando? Tal vez pensó en mantener a raya al Geht-hawk hasta que llegaran los refuerzos.

—Entendido.

Impulsé al caballo hacia delante y éste echó a correr a lo largo del puerto de montaña.

—¡Screeeeeeeee!

Cuando encontré el Geht-hawk, chilló lo suficientemente fuerte como para ser escuchado en toda la región.

Varios cadáveres de aventureros yacían en el suelo con heridas claramente provocadas por un poderoso pico. Alguien que parecía ser un funcionario despachado estaba agazapado detrás de las rocas, con la cabeza entre las manos.

—¡He dicho que vuelvas! — Sasha gritó. El Geht-hawk aleteó con fuerza mientras ella le lanzaba flechas. Sin embargo, no parecía ser una gran arquera, y sus disparos no encontraban respuesta.

—¡Screeeeeeee!

—¡Ahhhhh!

Cuando el Geht-hawk se abalanzó sobre ella, Sasha se agachó para esquivar.

Había acantilados a ambos lados de la carretera, pero parecían escalables.

—Agáchate — le indiqué.

—Vale… Espera, ¿no eres del gremio?

Desmonté y recogí una de las espadas que había en el suelo, sosteniéndola en la boca. Tras agarrar una roca, empecé a trepar por la pared de un acantilado.

El Geht-hawk sólo iba detrás de Sasha. Estaba frenética y seguía intentando advertirla.

—No pensé que un Geht-hawk sería demasiado problema… ¡pero esta cosa es enorme!

Sasha estaba prácticamente llorando mientras se lanzaba al suelo cuando el pájaro se abalanzó de nuevo sobre ella. Observé atentamente, esperando a que la criatura intentara ganar altura. Cuando llegó el momento, me desprendí de la pared y sujeté la espada con ambas manos. Con todo lo que tenía, clavé la hoja en el cuerpo del gran pájaro, con la esperanza de derribarlo rápidamente.

— ¡Kree! — gritó el Geht-hawk mientras su sangre salpicaba y caía de cabeza hacia la tierra.

—Eso terminó demasiado rápido — comenté.

Aterricé en el suelo y clavé la espada en la tierra.

—¿Eh? Mis gafas.

Como me había caído, se habían desprendido. No eran caros, ni los necesitaba realmente, así que no me molesté en buscar dónde se habían metido.

Mientras hablaba con un funcionario, que seguía acobardado en un lugar seguro, y le explicaba todo lo sucedido, Sasha llevó a mi caballo por las riendas.

—Gracias, señor.

—No hace falta que me des las gracias. Era una emergencia.

Me miró fijamente y luego sonrió.

—Con esas gafas, no te reconocí… Pero creo que es la segunda vez que me salvas.

—No, creo que esta fue la primera. Quizás me has confundido con otra persona.

Despidiéndome rápidamente, monté en el caballo y comencé el tranquilo viaje de vuelta.

—…Así que se acordó de mí.

Llegué de nuevo al gremio, con la mente ocupada en el pasado.

Las exclamaciones de mis compañeros de trabajo crearon una escena similar a la de cuando me fui.

—¿Eh? ¿De verdad no te has preparado con antelación?

—¡¿Seguro que has ido con las manos vacías?!

—¿No necesitabas llevar nada contigo?

—Lo único que necesitaba era a mí mismo.

—Así fue todo antes.

Los aventureros que no habían estado allí cuando me fui aplaudieron.

— ¡¡¡ ¡El Señor Argan es tan genial !!!!

◆

Había sido mi tercer trabajo como asesino.

—Será mejor que lo hagas bien, ¿me oyes? Mantén la cabeza. Adáptate a la situación. ¿Entendido?

—…

Lo único que hice fue asentir en silencio mientras Amy me despeinaba.

Le aparté la mano, a lo que ella frunció el ceño y dijo: —No es lind o, ¿verdad?

—Si algo no sale según lo previsto, no hay que dejarse llevar por el pánico; ¿entendido? Asume que siempre va a pasar algo durante un trabajo.

Mientras preparaba mi cuchillo favorito, entre otras cosas, Amy repitió su advertencia. No sabía cuántas veces me la había repetido. Me sentía bastante harto de todo aquello.

—Entendido — respondí. Mi voz aún no se había quebrado.

Era lo mismo que siempre: los mismos procedimientos. Ya había memorizado el momento, cómo colarme, mi ruta de escape. No había necesidad de preocuparse.

Salí de la casa sin decir nada, corriendo por un sendero de animales que bajaba por la montaña. La ciudad estaba a apenas una hora de distancia. Tendría tiempo suficiente para volver antes de que amaneciera.

Una vez que llegué a la capital, atravesé el foso exterior del castillo y me colé en el interior a través de los canales.

El dormitorio del objetivo era de fácil acceso.

◆

—Es usted muy popular, Señor Argan.

Sasha apoyó la cabeza en las palmas de las manos al otro lado del mostrador mientras sonreía.

Habían pasado varios días desde el incidente del Geht-hawk.

Desde entonces, Sasha se había instalado en esta ciudad, viniendo todas las mañanas a pedirme nuevas misiones.

—Realmente te ves completamente diferente sin esas gafas.

—Hoy no tenemos una buena misión de rango D para ti — dije. —Si quieres una de rango E, hay un trabajo de recolección de konsou disponible. Tendrás que recoger una hierba que se utiliza para las pociones curativas. Personalmente, creo que es un trabajo justo. ¿Qué te parece?

—Todos los aventureros dicen que eres un empleado increíble y que no hay nada malo en tomar una de tus misiones.

—¿Lo hacen? Me siento honrado.

—No parece que lo hagas — bromeó Sasha con una risa. —…Entonces, ¿por qué mientes? — insistió. —¿Y por qué te molestas con las gafas? No las necesitas.

—No te he engañado en nada. Y en cuanto a estos… supongo que se puede decir que son parte del look.

Eran mi disfraz, en realidad, pero no podía decírselo a Sasha.

—Ah-ha-ha. Tu ‘mirada’, ¿eh? Entonces tomaré esa misión de konsou .

—Como quieras.

Me encargué del trabajo administrativo habitual y le expliqué la zona a la que tendría que ir Sasha, los monstruos a los que podría tener que enfrentarse y la forma de gestionarlos.

—Si te encuentras con una amenaza inesperada como la del otro día, por favor, huye.

—Lo sé, lo sé — respondió. —A pesar de mi aspecto, sigo siendo de rango D. ¿ Se preocupa demaciado , Señor Argan?

—No. Sólo se lo digo a la gente que puede ser imprudente o comete un error.

—¡Oh! ¡Eso es tan malo de tu parte! ¿Supone que me voy a equivocar, Señor Argan?

—Estás retrasando a la siguiente persona en la fila, así que por favor ten cuidado al irte.

—¡Uf! Vale, lo entiendo.

Sasha hizo un visible mohín, pero salió del gremio con un gesto y una sonrisa.

—Terminaré esta misión muy rápido y volveré antes de que te des cuenta — declaró antes de salir.

Mientras atendía a una aventurera que esperaba su turno, Milia me hizo una pregunta desde el mostrador de al lado, donde estaba trabajando.

—Parece que te llevas muy bien con Sasha. Pensé que se acababa de mudar aquí.

—Sí, parece que se ha aficionado a mí, aunque no sé muy bien por qué.

—No es una acosadora, ¿verdad? Señor Roland, por favor dígame si alguna vez se encuentra en problemas.

—No es nada tan grave. Estaré bien.

Milia inclinó la cabeza hacia un lado. —¿Eso crees? Hmm… Por otra parte, supongo que cualquiera te tomaría cariño si te lanzaras valientemente a salvarlos.

—Lo estás pensando demasiado — respondí, y luego volví a centrar mi atención en los papeles de mi escritorio.

Sinceramente, deseaba que Sasha se fuera a otro pueblo. La creía muerta, o esclava, como mínimo. Ahora que la veía todos los días, no podía evitar preguntarme qué había pasado, aunque no quería saberlo. No podía evitar mi curiosidad.

Se suponía que Milia iba a venir esta noche para enseñar a Rila a cocinar.

La jornada laboral se acerca a su fin sin que ocurra nada fuera de lo normal.

—Es lo mejor cuando las cosas son normales… Siempre cometo errores y me pongo nervioso cuando se agita… — murmuró Milia, y yo estuve de acuerdo de todo corazón.

Lo normal era lo mejor.

Sabias palabras, sin duda.

Sin embargo, al acercarse la hora de cierre, Sasha no había aparecido.

—La señorita Sasha dijo que volvería inmediatamente después de terminar la misión — dije.

—Hmm… ¿Quizás haya terminado la misión, pero está esperando a informar sobre ella hasta mañana? — planteó Milia.

Eso parecía plausible.

Había muchos aventureros así. Sin embargo, normalmente se presentaban en el mismo día para las misiones de recolección y matanza. Todo el tiempo que pasaban durmiendo, en sus alojamientos o en las tabernas, no era más que más tiempo en el que sus productos podían ser robados.

Al parecer, los robos eran habituales en las tabernas baratas que solían frecuentar los aventureros. Por eso, los gremios de los asentamientos más grandes permanecían abiertos las veinticuatro horas. Desde que me cambié a esta ocupación, me había vuelto más cauteloso con respecto a que otros se pusieran en peligro. Por eso era más cuidadoso a la hora de aconsejar a los aventureros que parecían temerarios, incluso cuando todo lo que tenía era una corazonada.

Llegó la hora de cerrar y cerramos desde dentro. Después de que Iris nos agradeciera a todos nuestros esfuerzos, partimos hacia nuestras casas.

—¿Estás preocupado por Sasha? — Preguntó Milia.

—Se fue a recoger konsou.. . El bosque está cerca, así que voy a ver cómo está — respondí.

—¿Qué? ¿Estás seguro de que no ha vuelto a la ciudad?

—No me importa asegurarme.

Algunas personas simplemente nacen con mala suerte. Sasha era probablemente uno de esos ejemplos. La mala suerte también se cebó con ella en su día.

—¡Oh, pero Señor Roland! — gritó Milia mientras corría, pero no le hice caso.

Tomé prestado uno de los caballos del gremio en los establos y me fui.

Aunque el bosque no era profundo, siendo tan poco llamativo como para no tener nombre, pude notar que había algo mal. Había gente más adentro.

—…

Enganché mi caballo al borde del bosque y entré.

No hicieron ningún esfuerzo por ocultarse, así que supe que mis adversarios no iban a ser nada desafiantes. Mantuve mis pasos ligeros mientras los perseguía.

—Entonces, ¿qué vamos a hacer con la chica?

—Su cara no se ve nada mal.

Las voces debatían algo mientras la luz anaranjada del fuego se desprendía de entre los árboles.

—Una aventurera de rango D… Sólo hizo falta un golpe en la nuca para dejarla inconsciente.

—Los de rango D son aspirantes. Después de divertirnos con ella, podemos venderla a los comerciantes de esclavos.

Desde las sombras, exploré la zona y divisé a dos hombres que parecían bandidos. Sasha estaba con ellos, tendida frente al fuego. Parecía inconsciente.

—Bueno, es una aventurera. Apuesto a que todo tipo de hombres se han acostado con ella.

—¿Qué son otros dos? No puede quejarse de eso.

Las sonrisas lascivas se dibujan en los rostros de los hombres mientras se quitan los pantalones y la ropa interior.

—Puede que se despierte.

—La lucha es atractiva a su manera.

Sujeté trozos de la hoguera en cada mano y los introduje en sus culos expuestos.

Sizzle.

— ¡ ¡¿Gaaaaaaaah?! !

—Soy responsable de esa aventurera — les dije. —No puedo permitir que le hagan daño”.

—¡¿Quién demonios eres tú?!

—¿Importa? Lárgate.

Me agaché y comprobé los ojos de Sasha.

—¿O quieres que te las corte y las eche al fuego?”

—¡Yeek!

La pareja de bandidos sacudió la cabeza con lágrimas en los ojos. La sangre salió a toda prisa de algo más que de sus cabezas.

Eran triviales, ni siquiera valía la pena matar a los rufianes.

Los quemé de nuevo, y se fueron gritando, todavía sin ropa. Probablemente acabarían arrestados por los caballeros, pero eso era un asunto aparte.

Recogí a Sasha y me dirigí al borde del bosque. Todavía estaba inconsciente. La única herida que pude ver fue el golpe en la parte posterior de su cabeza.

Subí al caballo con Sasha sentada delante de mí, y nos pusimos en marcha hacia la ciudad.

—Hmm… ¿Eh…? ¿No estoy en el bosque…?

—¿Estás despiert a ? Te golpeaste la cabeza y perdiste el conocimiento — le expliqué.

—¿Señor Argan…? ¿Por qué…? Estaba en medio de una misión…

—Tuve la sensación de que algo malo podría haberte pasado.

—Me has salvado de nuevo. Es la tercera vez.

—No, es el segund a .

Al llegar a la ciudad, devolví el caballo y llevé a Sasha a su alojamiento. Había una mirada en sus ojos que me invitaba a quedarme, pero fingí ignorarl a . Sasha me agarró de la manga, como si hubiera decidido algo. Cuando la aparté, pareció sorprendida.

—¿No puedes… quedarte conmigo? Aunque sea por una noche. Quiero agradecerte…

—Estoy bien. No te guardé para eso.

Si entablaba alguna relación con ella, seguro que se quedaba en Lahti. Entonces vendría a verme cada mañana y me obligaría a recordar el pasado, se diera cuenta o no.

Hice una pequeña reverencia y me fui.

***

Mi tercera misión había sido un comerciante.

Cuando volvió a su mansión en la capital, me colé en su casa sin hacer ruido.