Kumo Desu Ga Nani Ka?

Volumen 16

Capítulo 03: Shun 1

Les dije a todos los presentes que quería buscar una solución en la que nadie tuviera que ser sacrificado, en lugar de elegir uno de los bandos.

Hay siete personas aquí: Katia, Fei, Yuri, el Anciano Ronandt, Natsume y yo.

Soy muy consciente de que es absurdo intentar cambiar el destino del mundo con solo siete personas.

Pero también sé que Julius no se habría rendido ni siquiera en la situación más desesperada.

Por lo que yo tampoco me rendiré.

También puedo luchar hasta el final, incluso aunque sea en vano.

Mi fuerza es probablemente menor que la que Wakaba y su gente tienen en un dedo meñique.

Pero como no puede hacer ningún daño, lo intentaré de todos modos.

Prefiero enfrentar las cosas de cara y caer antes que darme por vencido sin ni siquiera intentarlo.

“Ya, claro, pero ¿qué vas a hacer exactamente?”

Mientras estoy rebosante de determinación, Natsume me dispara una pregunta que suena aburrida.

Todos los demás estuvieron de acuerdo conmigo, excepto él, la única persona que no parece motivada para intentarlo.

Sin embargo, tampoco se negó, así que asumí que fue una conformidad pasiva.

Desde que se despertó después de la batalla en la aldea de los elfos, Natsume apenas ha mostrado signos de vida.

Tal vez eso sea de esperar si consideras que acaba de descubrir que le lavaron el cerebro y que trabajó como un peón para el bando de Wakaba.

Por supuesto, eso no significa que le perdone por lo que hizo.

Pero no parece que tampoco él espere ser perdonado. Nos dijo que usáramos el resto de su vida como mejor nos pareciera para que pudiera expiar lo que hizo, como si ya no tuviera la voluntad de vivir por sí mismo.

Por mucho que me moleste que tampoco parezca motivado como para tomar su expiación por sus propias manos, bien puedo hacer que acepte todo esto, como mínimo.

“Bien, no sabemos lo suficiente sobre lo que está pasando como para formar un plan. Creo que necesitamos empezar recopilando información antes de hacer nada más.”

Todo lo que hemos aprendido hasta ahora, tanto de Tabú como de Wakaba y compañía, es completamente nuevo para todos nosotros.

Incluso si damos por sentado que todo es verdad—nunca llegaríamos a ningún lado si dudáramos de cualquier cosa de esas en este punto—creo que deberíamos seguir intentando conseguir más detalles de las personas que saben.

“Entonces, Anciano Ronandt, me gustaría regresar a la aldea de los elfos por un tiempo. ¿Estarías dispuesto a ayudar con eso?”

“Por supuesto. Bueno, te llevaré donde quieras siempre que haya estado allí antes.”

Ronandt muestra una sonrisa confiada.

No es de extrañar que la gente lo llame el mago más fuerte de la humanidad.

Tiene una presencia muy poderosa.

Sin duda me siento mejor sabiendo que tenemos una autoridad de Magia Espacial aquí, y que quiere ayudarnos.

Sin su destreza en la teletransportación, todo lo que podríamos hacer es deambular perdidos por un lugar desconocido.

Eso es probablemente lo que esperaba Wakaba, pero la llegada del Anciano Ronandt resolvió ese problema.

Por lo que entiendo, el Anciano Ronandt no había esto aquí antes. No obstante, pudo llegar aquí a través de la conexión entre Fei y yo, con quien hice un contrato de familiar.

Claramente salió bien, aunque aparentemente era la primera vez que intentaba algo así.

Cuando me contó todo esto, no pude evitar sentir que fue un increíble golpe de buena suerte.

Las piezas encajaron en su lugar para mi rescate justo a tiempo, como si hubiese estado destinado a pasar así todo este tiempo.

De hecho, es casi demasiado bueno para ser cierto.

En realidad, tengo una teoría sobre todo esto.

Mi habilidad única, Protección Divina.

El efecto de Protección Divina es bastante impreciso: Hace más fácil para mí el conseguir los resultados que deseas en cualquier situación.

Y dado que no es el tipo de cosa que puedas confirmar a simple vista, no hay forma de saber cuánto de todo esto es el resultado de la habilidad.

Personalmente, nunca sentí una bendición inconfundible del funcionamiento de esta habilidad.

Así que siempre supuse que solo significaba que mi suerte había mejorado ligeramente. Pero ahora, con las cosas aparentemente dispuestas a mi favor frente a mis ojos, estoy empezando a preguntarme si tal vez esta habilidad tiene un efecto más dramático de lo que me había fijado.

Y si mi corazonada es correcta, entonces tengo una vaga idea de por qué Wakaba se habría tomado la molestia de enviarme a este lugar tan aislado.

¿Tal vez ella me vio como una variable demasiado impredecible?

Tengo una poderosa habilidad meta contra el Señor Demonio porque soy el Héroe, y además de eso, poseo el comodín conocido como Protección Divina.

Desde el punto de vista de Wakaba, tendría sentido el querer sacarme del juego por completo.

No sé con certeza si esa es realmente la razón, pero estoy dispuesto a apostar que no ando muy equivocado.

Necesito averiguarlo con seguridad entre otras cosas.

El Anciano Ronandt completó su hechizo de teletransporte a larga distancia mientras estaba perdido en mis pensamientos, y ahora estamos de vuelta en la aldea de los elfos.

Excepto…

“No parece que haya nadie…”

La observación murmurada de Katia está en lo cierto: El lugar está completamente desierto.

“Nop, esto no es bueno. He comprobado desde arriba y no hay nadie hasta donde alcanza la vista.”

Fei llega volando en su forma dragón con los mismos resultados.

“Había mucha gente aquí antes. ¿Cómo se han ido todos en tan poco tiempo…?”

Sabía que los elfos habían sido exterminados, pero todavía deberían quedar los restos del ejército imperial y el ejército demonio.

¿Cómo diablos esa enorme cantidad de tropas habían podido irse tan rápido como para que Fei no pudiera encontrar ni rastro de ellos?

“Bueno, no tiene sentido preguntarse ahora sobre eso. Lo que importa es el fin, no los medios, ¿eh? Y como resulta que no hay nadie aquí, tan solo tendremos que elegir nuestras próximas acciones en consecuencia.”

El Anciano Ronandt tiene razón.

No puedo quedarme aquí pensando en cómo movieron a tanta gente. Aunque me preocupe la seguridad de las personas que están ahora fuera de mi alcance, como Anna y Hyrince, no les hará ningún bien que yo siga pensando sobre eso.

En lugar de intentar descifrar una pregunta para la que nunca encontraré respuesta, es más importante centrarnos en lo que debemos hacer ahora.

“¿Deberíamos ir tras ellos?”

Tan pronto como lo murmuré en voz alta, me di cuenta de que no era realista.

“No tenemos ni la más mínima idea de adónde fueron. Y como no sabemos cómo están viajando, no sabemos si podríamos alcanzarlos.

Como para confirmar mi instinto, Katia señala los problemas de esta idea.

Ni siquiera sabíamos en qué dirección fueron, y si usaron teletransportación o algo como hicimos nosotros, sería incluso menos probable que los encontráramos.

Y cuanto más nos entretenemos, más se escapa la situación de nuestro control.

No hay tiempo que perder.

“Pero en ese caso, ¿qué deberíamos hacer…?”

Mi primer instinto, pedirle a Wakaba y a los demás más información, fue un fracaso.

Ya que el único plan era resolver las cosas una vez que tuviéramos información, no poder obtener esa información nos dejó paralizados.

“Si deseas información, seguramente hay alguien más con conocimiento de la situación.”

Mis ojos se abren ante el comentario del Anciano Ronandt.

“El Pontífice de la palabra de Dios.”

El cabecilla de la facción que se opone a Wakaba y su bando.

Sin duda, es muy probable que sepa más que nosotros.

Después de todo, él es quien presentó a Natsume como el nuevo héroe al mundo.

Eso significa que claramente tiene alguna conexión con Wakaba, quien estaba manipulando a Natsume.

No sé cuánta información compartieron, ni cómo finalmente terminaron separándose para liderar bandos opuestos.

Pero esa es solo una de las preguntas que podría hacerle yo mismo.

“Puedo llevarnos al Sagrado Reino de Alleius si queréis. ¿Nos vamos?”

“Sí, por favor. Gracias.”

Asiento con firmeza al Anciano Ronandt.

No se sabe si hablará con nosotros si nos presentamos sin invitación.

Pero el hecho es que no tengo otras pistas.

¿Por qué gastar el tiempo preocupándome por ello cuando puedes pasar a la acción, no es así? La teletransportación a larga distancia del Anciano Ronandt se activa una vez más.

El escenario cambia frente a nosotros hacia el interior de un edificio en forma de cúpula.

A nuestros pies hay algo que parece ser una puerta de teletransporte.

“¿Dónde estamos?”

“El Santo Reino de Alleius tiene puertas de teletransporte que conectan con todas las naciones del mundo. Esta es la puerta que conecta con el imperio. Así es como llegué la primera vez que vine aquí, ya ves.”

Mientras habla, algunos soldados de guardia (¿creo?) vienen corriendo hacia nosotros. “¡Soy Ronandt Orozoi, Primer Mago de la Corte Imperial! ¡Busco una audiencia con el Pontífice de la Palabra de Dios!” Ronandt grita a los soldados cuando se acercan. El efecto sobre los soldados es inmediato.

Pero a juzgar por la forma en que se están intercambiando miradas y se tambalean, ciertamente no parecen guardianes de élite de las puertas de teletransporte, una instalación de suma importancia en Alleius.

“¡Cielo santo! ¡¿Dejad de darle vueltas e id a transmitir el mensaje, queréis?!”

Ante eso, los soldados finalmente se van corriendo de la habitación. “… Tal vez no deberíamos tener muy altas expectativas, ¿eh?” El Anciano Ronandt niega con la cabeza mientras observa a los soldados alejarse a toda prisa.

Estoy de acuerdo con él.

Si ellos son los guardias más de fiar, el Sagrado Reino de Alleius debe estar sumido en un buen caos.

Es difícil imaginar que el pontífice, sin duda un hombre ya ocupado, tendría tiempo para reunirse con nosotros cuando hemos aparecido sin una cita de la nada.

Esto puede haber sido una tontería.

Pero al contrario de mis expectativas, solo esperamos unos minutos. Entonces los soldados regresaron y nos informaron de que nos llevarían a ver al pontífice.

“Aprecio que hayáis venido hasta aquí. A pesar de las circunstancias, me temo que no puedo brindaros toda la hospitalidad que me gustaría, por lo que me disculpo sinceramente.”

Cuando llegamos al pontífice, nos saluda con mucha más humildad de lo que implicaría su posición.

Mira a cada uno de nuestros rostros con una sonrisa amable.

Estoy seguro de que no soy el único que sintió algo más que misterioso acechando debajo de esa tierna expresión.

Luego, cuando sus ojos se posan en Natsume, expresó sorpresa.

“¿Oh? Vaya, Príncipe Hugo. ¿Estás vivo y a salvo?”

“¡Ja! Apuesto a que habría sido mejor para ti si estuviera muerto, ¿eh?” “Para nada. Estoy más que complacido de que hayas sobrevivido.”

El tono del pontífice suena realmente sincero mientras mira cálidamente a Natsume.

En respuesta, Natsume parece desconcertado.

… Este hombre tiene un poder misterioso, no hay duda.

Yo podría fácilmente ser tragado por esa atmósfera de bondad suya.

Así que este es el Pontífice de la Palabra de Dios.

El líder que busca salvar a la humanidad en lugar de al mundo.

“Por favor, tomad asiento donde queráis. Voy a tomarme la libertad de explicaros la dirección que nuestra facción pretende tomar a partir de ahora y qué haremos a continuación.”

El pontífice señala una larga mesa muy adecuada para la reunión.

Ya hay varias personas sentadas allí.

“E-estás bastante preparado, ¿eh?”

“Bueno, estábamos a punto de tener una reunión estratégica, como veréis. Ya que vuestro momento de llegar fue tan precisamente impecable, pensé que podría invitaros a uniros a nosotros.”

El Anciano Ronandt levantas sus cejas hacia la mesa, donde la cantidad de asientos vacíos coincide exactamente con la nuestra.

“Hmmmm. Supongo que podemos dejarlo así, Pero no vinimos a unirnos a vuestro pequeño equipo, solo para que lo sepas con anticipación. Escucharemos lo que tenéis que decir, pero no contéis con nuestra ayuda, ¿eh?”

“¡¿A-Anciano Ronandt?! ¡¿Por qué?!”

“Eso está muy bien. Estaría más que complacido si nos pudierais escuchar primero, y luego toméis vuestra propia decisión.”

Empiezo a balbucear cuando el Anciano Ronandt hace una proclamación que fácilmente podría tomarse como una amenaza, pero el pontífice asiente magnánimamente.

Visiblemente un poco molesto por esa reacción, el Anciano Ronandt toma su asiento con un poco más de fuerza de la necesaria.

El resto de nosotros hacemos lo mismo, sentándonos también alrededor de la mesa.

Justo entonces, miro a Yuri por el rabillo del ojo.

Mirando fijamente al pontífice, con los ojos tan profundos y oscuros como el abismo…

Em… ¿puede que no debiera haber visto eso?

Estoy asustado, para qué mentir…

Como devota seguidora de la religión de la Palabra de Dios y candidata a la santidad, es muy fácil imaginar que Yuri debe tener muchos sentimientos respecto a los eventos recientes.

Ahora estoy incluso más preocupado de que Yuri pierda los estribos que de que el Anciano Ronandt monte una escena.

Mis preocupaciones sobre esta reunión continúan aumentando cuando miro alrededor a las caras de las otras personas en la mesa.

También hay siete, incluyendo al pontífice.

Y aunque nunca me había encontrado con ninguno de ellos, son todos tan peculiares que dudo que los olvide después de esto.

Para resumirlos solo por su apariencia, hay un hombre musculoso semidesnudo, una joven encantadora con aire relajado, una persona de género indeterminado con una sonrisa sombría, un hombre flaco mohicano y una dama de aspecto apático y un punk con aspecto espeso.

Las dos mujeres y la persona andrógina se ven lo suficientemente adecuadas como para no estar fuera de lugar en una reunión como esta.

Pero las otras tres…

El tipo medio desnudo, el mohicano y un punk…

Destacan como una almeja en un desierto en un lugar tan importante y sagrado como la sede de la religión de la Palabra de Dios.

Especialmente el mohicano y el punk.

El tipo medio desnudo se las arregla a encajar bastante bien al tener un aire hosco y solemne, pero los otros dos se ven tan ridículos que me gustaría preguntar de qué escenario postapocalíptico se escaparon.

Por otra parte, el tipo semidesnudo también encajaría en este tipo de entorno como una especie de autócrata aficionado… ¡No, ya es suficiente! Este no es el momento para tal hilo de pensamientos.

Su alineación era tan distraídamente extraña que perdí de vista las cosas por un segundo.

Pero mientras que los tres hombres son lo suficientemente raritos como para atraer la mayor parte de la atención, las dos mujeres y la persona andrógina claramente tampoco son individuos comunes.

Puedo sentir sin necesidad de usar Apreciación en ellos que son muy poderosos.

“Tal vez deberíamos comenzar presentándonos. Como creo que ya sabréis, soy el sexagésimo primer pontífice de la Palabra de Dios, Dustin el 61º. Y mis estimados invitados aquí son los dragones ancianos que han protegido este mundo desde tiempos inmemoriales.”

¡¿Dragones ancianos?!

Las palabras del pontífice me sorprenden tanto que no puedo evitar echar un segundo vistazo al grupo.

Ya sabía por el ejemplo de Fei que los wyrms podían tomar forma humana. Así que supongo que no me sorprende que su forma evolucionada, los dragones, puedan hacerlo también-en todo caso, sería todavía más raro que no pudieran

Pero mientras que esa parte tiene sentido, estoy más sorprendido de que los dragones, especialmente los ancianos, estén aquí ahora.

Los dragones son monstruos poderosos, con un rango de peligrosidad de por lo menos S, si no más.

Los dragones ancianos deben ser todavía más; imagino que estarán clasificados como monstruos de clase legendaria, que se dice que son intocables incluso para los humanos más fuertes.

Después de todo, como su nombre implica, son dragones que han vivido por mucho tiempo.

Dicen que los dragones no mueren de viejos, ni se debilitan a medida que envejecen.

En otras palabras, cuanto más vive un dragón, más poderoso se hace.

No puedo ni imaginarme lo inmensamente fuerte que debe ser un dragón anciano. Pero como que apenas hemos derrotado a un dragón de tierra recién evolucionado en el Gran Laberinto de Elroe con un grupo completo, estoy seguro de que están mucho más allá de cualquier cosa que pudiéramos manejar.

“Soy Nguyen, jefe de los dragones de fuego.”

Mientras que me sigo recuperando del hecho de que estos son dragones ancianos, el hombre semidesnudo se presenta de una manera que me sorprende incluso más.

Si es el jefe de los dragones de fuego, eso debe significar que no solo es un dragón anciano-está a cargo de todos los dragones de fuego, incluyendo otros ancianos.

Me sorprendió lo suficiente el descubrir que era un dragón anciano, imagina lo que me sorprendió el saber que era un líder entre ellos…

Pero había todavía más sorpresas por conocer.

“Soy Iena, jefa de los dragones de agua.”

La mujer de aspecto amable también se presenta como jefa. “Soy el jefe de los dragones oscuros, Reise.”

“Mi nombre es Hyuvan, jefe de los dragones de viento, verán.” “Llamadme Nia, jefa de los dragones de hielo.”

“¡¿Es mi turno?! ¡Yo soy el gran Gohka, jefe de los dragones de rayo!” Los dragones ancianos se presentan. Y todos son jefes…

Esto es de locos.

Estoy asombrado de que tantos seres poderosos estén reunidos en este lugar, pero supongo que no es del del todo increíble, ya que la misión del mundo es una situación única y terrible.

Como todos se han presentado, nos presentamos también. Luego, cuando todos hemos acabado, el pontífice continúa donde lo dejó. “Bien, tenemos un gran problema en nuestras manos.”

“No es broma. Y nos acabamos de cargar a ese maldito Potimas Harrifenas…”

El hombre semidesnudo, Nguyen el dragón de fuego, asiente con seriedad.

Mientras miro a mi alrededor, veo que los demás jefes dragones parecen estar todos de acuerdo con él.

Supongo que todos los dragones también consideraban a Potimas como un enemigo.

Y como llegamos corriendo a la aldea de los elfos para rescatar a los elfos, sus aparentes enemigos, eso nos convertiría… no, olvidémonos de eso por el momento.

No tiene sentido preocuparse ahora.

Es posible que tengamos que expiarlo o algo así una vez que todo se calme, pero por ahora, solo tenemos que concentrarnos en el problema en cuestión: la misión del mundo.

Aunque solo se esté retrasando lo inevitable, me olvidaré de todo lo demás por ahora.

Además, si empiezo a estresarme por problemas no resueltos, entonces tendría que retroceder a los eventos que nos llevaron a la aldea de los elfos en primero lugar-el asesinato de mi padre, y la revuelta a la que llevó en el reino de Analeit, mi tierra natal.

Por supuesto que estoy preocupado por lo que está pasando en mi tierra natal en este momento.

Pero como ya hemos decidido que la misión del mundo es la máxima prioridad, tengo que dejar eso en el fondo de mi mente.

Mis capacidades simplemente no son suficientes como para abordar todos estos problemas a la vez. “Bien, nosotros la religión de la Palabra de Dios hemos decidido apoyar al dios de ébano, conocido como Lord Güliedistodiez.”

El pontífice ya lo anunció durante los discursos que fueron retransmitidos a todos como parte de la misión del mundo.

Su discurso estaba en oposición directa al Señor Demonio, que habló antes que él.

Ella pedía a la humanidad que muriera para poder salvar a la diosa.

Él está pidiendo a la diosa que muera para poder salvar a la humanidad.

Estas son posiciones mutuamente excluyentes, que no dejan lugar a la negociación.

El choque entre sus dos bandos es inevitable; los dioses de ébano y marfil, básicamente representantes de cada posición, ya han empezado su batalla.

Estoy seguro de que el partícipe ya pasó el punto de echar marcha atrás

Estoy seguro de que el pontífice ya pasó el punto de dar marcha atrás.

“Pero en este momento, todo lo que podemos hacer para apoyar al dios de ébano, Lord Dragón Negro, es rezar en su nombre. Sin embargo, tampoco tenemos intención de simplemente observar desde un lado.”

La sonrisa del pontífice se desvanece.

Solo eso parece oscurecer toda la sala.

“Hay otra forma de prevenir la destrucción del sistema, aparte de la victoria de Lord Dragón Negro. Concretamente, una suspensión de emergencia que se puede promulgar utilizando la autoridad de gobernante directamente en el núcleo del sistema en la parte más profunda del Gran Laberinto de Elroe.”

Apenas puedo creer lo que oigo.

¿Realmente hay otra manera?

No creo que el resumen de la misión del mundo mencionara algo así.

“Pocas personas poseen la autoridad del gobernante, y todavía menos saben que puede hacer tal cosa, estoy seguro. Ni siquiera yo puedo decir con certeza si este enfoque tendrá éxito. Aunque la información de Tabú implica que la autoridad del gobernante puede ser usada para intervenir directamente con el sistema. Y dado que el dios de marfil parece que ya tiene sus manos en el sistema, me preocupa que de algún modo pueda rechazar cualquier interferencia externa, incluso con la autoridad del gobernante. Aun así, no tengo más remedio que intentarlo.”

Ya veo.

Así que el pontífice le está dando una oportunidad, incluso si el resultado no está claro, y no actúa en función de una alta probabilidad de victoria.

“Debo decir, que suena como una apuesta bastante pobre.” “De hecho, lo es.”

Tal y como señala el Anciano Ronandt, las probabilidades no parecen muy altas.

Además de eso, ¿quién sabe si conseguirá llegar al fondo del Gran Laberinto de Elroe?

Estamos hablando del laberinto más grande del mundo.

La humanidad no se atreve a aventurarse una vez pasado el Estrato Superior, e incluso el Estrato Medio ha hecho retroceder a muchos aventureros de renombre en el pasado.

Más allá del Estrato Inferior es territorio virtualmente desconocido.

¿Y el Estrato del Fondo? La humanidad ni siquiera ha comprobado su existencia.

“He visto con mis propios ojos los terrores del Gran Laberinto de Elroe. Quiero que sepáis, ni siquiera mi fuerza sirvió de nada en el Estrato del Fondo.”

¡¿El Anciano Ronandt ha estado en el Estrato del fondo?!

¡¿Y ni siquiera él fue lo suficientemente fuerte como para sobrellevarlo?!

Debe ser aún peor de lo que pensaba…

“Creo que la ayuda de mi compañía actual, los jefes de los dragones ancianos, hará que tales preocupaciones sean discutibles.”

Oh, es cierto.

Aunque es fácil de olvidar, ya que todos están en forma humana, esta gente son todos dragones Ancianos—y jefes además.

Deben ser increíblemente poderosos. Tal vez incluso puedan con los monstruos del Gran Laberinto de Elroe sin despeinarse.

“El verdadero problema no reside en el propio Gran Laberinto de Elroe, sino en Lady Ariel el Señor Demonio y su ejército, quien sin duda están protegiéndolo mientras hablamos.”

El pontífice junta los dedos, luciendo serio.

¿……?

Por un momento, ni siquiera puedo entender lo que está tratando de decir.

Hace que suene casi como que las fuerzas del Señor Demonio ya están al acecho en el laberinto.

Pero eso no puede ser posible.

Porque ella y su ejército estaban en la aldea de los elfos hace solo unas horas. Teniendo en cuenta la distancia entre la aldea de los elfos y el Gran Laberinto de Elroe, no hay forma de que pudieran haber llegado ya a la entrada.

“Sí, Lady Ariel y compañía ya han llegado al Gran Laberinto de Elroe. Parece que requisaron un arma élfica y la usaron para transportarse.”

Estás de broma, ¿verdad?

No puedo seguir el ritmo de todas estas sorpresas.

Cada nueva parte de información desafía todo lo que creía saber. “em, ¿a qué te refieres con un arma?”

“Una enorme nave voladora, evidentemente una nave espacial. No está claro con qué tipo de armamento está equipada. No obstante, tenemos la confirmación de que los soldados imperiales que atacaron la aldea de los elfos están siendo protegidos en un pueblo cerca de la entrada al Gran Laberinto de Elroe. Según los relatos de testigos presenciales, parece haber acomodado a todos los que permanecieron en la aldea de los elfos.”

Una nave espacial, ¿eh…?

Ja-ja. Supongo que esto sí está fuera de mi alcance…

“¿Sabes si nuestros amigos están con ellos? ¿Cómo Anna y el Sr. Hyrince?”

“Lamentablemente, no hemos podido determinar eso todavía.”

Tal vez este no era el lugar para preguntar, pero no pude evitar preocuparme por mis amigos.

Sin embargo, la respuesta no era lo que quería escuchar.

Así que seguimos sin saber si Anna y Hyrince están a salvo… Aunque, preocuparse no los ayudará.

¿De todas formas, cómo sabe el pontífice siquiera tanto sobre el actual estado del lejano Gran Laberinto de Elroe?

Siento que solo puedo ver una pequeña parte del aterrador poder de la organización de la Palabra de Dios.

Pero si ni siquiera su líder sabe si mis amigos están a salvo, tampoco hay forma de que alguien como yo lo descubra.

Todo lo que puedo hacer es rezar por su seguridad.

Estoy seguro de que estarán bien.

El Sr. Hyrince era el escudero del grupo del héroe, y Anna no se queda atrás en magia, tampoco.

… Aunque eso no es mucho consuelo después de ver la fuerza de personas como Sophia y Kyouya.

Aun así, tendré que aferrarme al poco consuelo que tengo.

“Intentaremos infiltrarnos en el núcleo del sistema, y no hay dida de que Lady Ariel y compañía intentarán pararnos. La Palabra de Dios nos enfrentaremos a Lady Ariel y su facción con todas nuestras fuerzas. Ya he enviado emisarios a todas las naciones para solicitar su apoyo.”

“¿Vas a arrastrar al resto del mundo a tu guerra?” suelto a mi pesar.

“Todos están involucrados, me temo”, responde calmadamente el pontífice. “El destino de todo el mundo depende del resultado de este conflicto, al fin y al cabo.”

Tiene razón, ¡pero no me parece correcto!

“Hmmm. Me pregunto si aumentar vuestros números realmente mejorará en creces vuestras posibilidades, ¿eh?”

El Anciano Ronandt comenta sobre la otra cosa que me preocupaba.

Al haber visto la fuerza de Sophia y Kyouya con mis propios ojos, no creo que superarlos en número signifique poder vencerlos.

Ni siquiera mi poder de ataque pudo hacerle un rasguño a Sophia.

Lo que significa que no importa cuantos soldados mandes contra ella, tampoco podrán hacerle ni un rasguño, si sus estadísticas son más bajas que las mías.

Tan solo los enviarás a una muerte sin sentido.

Estoy seguro de que el pontífice está al tanto de eso.

“Es poco probable, debo admitir.”

Efectivamente, el pontífice confirma nuestras sospechas.

“Entonces, ¿cuál es tu objetivo?”

La mirada del Anciano Ronandt se vuelve más profunda a medida que insiste en el tema.

Está tratando de averiguar por qué el pontífice llamaría a más personas si sabe que no marcarán la diferencia en la batalla.

“Es una cuestión de sentimientos personales. Si el sistema es destruido, los más propensos a morir serán los individuos con más habilidades—es decir, los que tienen el poder de luchar. ¿Se sentarán y esperarán el final, o creerán en su propia fuerza y se unirán a la lucha? Deseo dejar que cada uno de ellos decida por sí mismo. No obligaremos a nadie a participar, por supuesto.”

¿Supongo que eso tiene sentido…?

Es cierto que, en esta situación, mucha gente querrá hacer algo, cualquier cosa, para marcar la diferencia.

En realidad, así es como me siento.

Así que, en cierto modo, puedo ver la lógica detrás de darles un lugar para pelear si así lo desean.

Sería mejor que sentarse sin poder hacer nada. “¡Hmph! ¿Y qué es lo que realmente buscas con esto?” “Recuperar toda la cantidad de energía que podamos”. “¡¿Qué—?!”

Cuando el Anciano Ronandt repite irritado su pregunta, el pontífice contesta con total indiferencia.

Pero al contrario de su tono apacible, sus palabras son increíblemente crueles. “¿Quieres decir… que los estás enviando a morir, para alimentar el sistema?”

Soy completamente consciente de que mi expresión se ha hecho más sombría y mi tono más bajo.

“Tal que así. Ya sea que ganemos o perdamos esta batalla, seguiremos necesitando una enorme cantidad de energía de todos modos. Y las habilidades mejoran bastante rápido en una batalla de vida o muerte, además de la subida de nivel. Es una oportunidad muy prometedora para recolectar más energía.”

“¿Qué…? ¡¿Para qué tomas las vidas humanas?!”

Aprieto los puños y miro al pontífice, incapaz de tolerar la forma tan indiferente en que trata a las personas como si nada más fueran una fuente de energía.

“Un sacrificio necesario.”

“¡…!”

Casi salto de mi asiento, pero el Anciano Ronandt pone extiende su mano para detenerme.

“Nada de lo que digas detendrá a este hombre. Por ahora, será mejor que escuchemos lo que tiene que decir.”

“… Vale.”

De mala gana vuelvo a sentarme en la silla.

El Anciano Ronandt tiene razón: El Pontífice probablemente no me escuchará, no importa lo que diga.

Y no soy lo suficientemente fuerte como para pararlo a la fuerza.

Por ahora, simplemente me debería quedar en silencio y escuchar.

Tampoco es que mis arrebatos emocionales hayan cambiado nada durante la discusión con Wakaba y los demás.

En todo caso, monté una escena sin sentido.

Nada de lo que dije tocó la fibra sensible de Wakaba y su grupo. No cambié nada.

Mis palabras no tienen suficiente poder como para eso.

Ninguna cantidad de tópicos vacíos pueden cambiar las mentes de aquellas personas que están verdaderamente decididas, como el pontífice o Wakaba. En comparación, todo lo que yo pueda decir suena vacío.

¡No puedo soportar ser tan impotente!

“Así que la mayoría de esas fuerzas están condenadas a morir. Y las usaras como tapadera mientras tú y tu escuadrón cuidadosamente seleccionado os infiltráis en el Gran laberinto de Elroe, ¿eh?”

“Eso es exactamente lo que voy a hacer.”

“Hmmm, ya veo. Bueno, no comentaré sobre la solidez de esta estrategia por el momento. LO que quiero saber es qué viene después de eso.”

En Anciano Ronandt dirige su mirada al pontífice.

“Si sales victorioso, cuál es exactamente tu plan para hacer a continuación, ¿eh? A este ritmo, todavía estamos en un camino lento para la destrucción, como puede decir cualquiera que haya leído Tabú. El bando del dios de marfil tiene como objetivo cambiar eso, incluso si es con medidas extremas como destruir el sistema. Pero ¿Qué pasa con el bando del dios de ébano? ¿Te importaría explicar lo que piensas hacer al respecto?”

“… Nunca dejas de impresionar, Anciano Ronandt. Siempre analizando el meollo del asunto y haciendo las preguntas más difíciles de todas.”

El pontífice lucía una sonrisa que era más como una mueca.

Por supuesto. Esta podría ser una batalla con el destino del mundo en juego, pero aún queda la cuestión de qué pasará una vez se acabe.

En todo caso, las consecuencias son de lo que se trata la batalla.

El bando del dios de marfil intenta sacrificar a más de la mitad de la humanidad para completar la restauración de este planeta de una vez por todas.

Entonces, ¿qué pasa con el band del dios de ébano?

“Esto es lo que decía el texto de la misión del mundo: ‘Si el dios de ébano gana, la Diosa Sariel y su sucesor, el dios de ébano, serán sacrificados, y la humanidad y el planeta se salvarán.’ Así que tu gente tiene la intención de ofrecer a tu líder como sacrificio, ¿es así?”

“… Nuestro propio señor nos lo pidió.”

Nguyen habla solemnemente para responder a la pregunta de Ronandt.

¿Entonces el dios de ébano es su “señor”?

Es verdad que el pontífice le llamó “Señor Dragón Negro” antes. Tal vez los dragones son los seguidores del dios de ébano o algo así.

“Si es eso lo que él desea, entonces supongo que no estoy en posición de decir lo contrario. Pero eso no es lo que estoy preguntando. Pontífice, quiero escuchar tu honesta opinión. ¿Será suficiente?”

“… No lo será.”

“¡¿Eh?!”

Miro de un lado al otro entre el pontífice y el Anciano Ronandt, horrorizado. ¿No será suficiente?”

Quiere decir eso que, si el dios de ébano gana y se sacrifica, ¿seguirá sin haber suficiente energía?

Y por la forma en la que el Anciano Ronandt hizo la pregunta, ¿de algún modo él ya lo sospechaba?

“Justo como pensaba. Por lo que deduzco de la personalidad del dios de ébano, seguramente se habría sacrificado a sí mismo hace mucho tiempo si tal cosa hubiera sido suficiente como para salvar el mundo.”

Mi mandíbula todavía está contra el suelo.

El Anciano Ronandt es realmente asombroso.

Adquirió Tabú hace muy poco, pero ya puede evaluar la personalidad del dios de ébano y su probable curso de acción.

Ahora que lo menciona, supongo que un dios que está dispuesto a sacrificarse a sí mismo, pero que no lo ha hecho todavía, debe tener una buena razón por la que aguantar hasta ahora.

Y la razón es simple: no sería suficiente.

“¿Y? Qué piensas hacer para compensar ese déficit, ¿eh?” “Destruiré la religión de la Palabra de Dios.” … ¿Qué está diciendo el pontífice?

Ya no cabe en mi cabeza nada más de todo esto.

“La iglesia ha perdido su autoridad a raíz de los recientes acontecimientos. Todo este tiempo, hemos encubierto la verdad sobre este mundo, obligamos a humanos y demonios a continuar luchando, y hemos sido la causa de los conflictos más importantes. Nuestra iglesia es la raíz de todo mal, los perpetradores que llevamos a la Diosa Sariel al borde de la muerte. Con todo esto preparando el escenario. La religión de la diosa librará una guerra total contra nosotros y seremos derrotados.”

No entiendo. ¿Qué significa todo esto?

“¿Entonces os sacrificaríais junto al dios de ébano?” “Efectivamente.”

El pontífice confirma la interpretación del Anciano Ronandt.

“… Eso resultará en la muerte de muchos, aunque menos de la mitad de la humanidad.”

“Eso también es un sacrificio necesario. Estamos muy lejos del punto para poder arreglar las cosas sin ninguna pérdida de vidas.”

Sacrificios necesarios…

Eso probablemente también incluya al pontífice.

Si las cosas salen como él las describió, seguramente el líder de la Religión de la Palabra de Dios no sería salvado.

La Palabra de Dios es la religión más grande del mundo, adorada por la mayoría de las naciones.

Si chocaran con la segunda religión más grande, los adoradores de la diosa, seguramente habría mucho derramamiento de sangre.

Y aunque la Palabra de Dios tiene mucho más poder en origen, estoy seguro de que muchas naciones se pondrían del bando de la religión de la diosa.

Además, dado que la religión de la diosa ha logrado prosperar todos estos años a pesar de ser superada en número por la religión de la Palabra de Dios, deben ser fuertes por derecho propio.

Una guerra como esa podría fácilmente dividir el mundo en dos.

Así que, aunque la misión del mundo hubiera terminado, seguiríamos estando muy lejos de la paz. “Incluso así, deseo mantener el número de vidas perdidas en el mínimo posible”, continúa el pontífice. “Y creo que hay una manera en la que podremos hacerlo.”

“Por supuesto… hay otro dios.”

Este último comentario viene de Katia, quien había estado escuchando silenciosamente hasta ahora.

Ni siquiera sacrificando a ambos, la Diosa Sariel y el dios de ébano habría la energía suficiente.

Pero hay otro dios.

El que está luchando contra el dios de ébano ahora mismo: el dios de marfil… Wakaba.

En otras palabras, la gente del pontífice está planeando no solo derrotar a Wakaba, sino sacrificarla al sistema.

“Maldición, qué frialdad.”

Incluso yo tengo que estar de acuerdo con el comentario murmurado de Natsume.

Guardo rencor a Wakaba por matar a mi hermano mayor Julius, por supuesto.

Estoy seguro de que Natsume también está resentido con ella por usarle.

Pero incluso así, los métodos del pontífice son tan increíblemente despiadados que no puedo evitar sentir que está llegando demasiado lejos.

Aun así, estoy seguro de que el pontífice lo hará.

Porque es un sacrificio necesario.

El pontífice realmente tiene la intención de matar hasta el último dios para poder salvar a la humanidad.

“Aunque, por supuesto, nada de esto importa a menos que podamos asegurar la victoria:” El pontífice pone una sonrisa cálida y cándida.

No sé cómo puede sonreír así cuando todo lo que ha dicho es tan frío.

Es misterioso y francamente inquietante, mucho más allá del ámbito de la comprensión.

Pero las palabras que la siguen parecen revelar una visión veraz de su angustia más íntima, en un marcado contraste con su inquietante sonrisa.

“En cualquier caso, ese es nuestro plan de acción. Soy más que consciente de que se construye sobre una inmensa cantidad de sacrificios; también sé, que estamos pagando la bondad de los dioses con una terrible ingratitud, un acto desvergonzado e imperdonable. Aun así, no tenemos otra opción que ganar.”

Tal vez esa sonrisa amable es realmente una máscara para esconder sus verdaderos sentimientos.

Su tono suena tan atormentado que me hace dudar.

El pontífice se pone de pie.

Luego inclina su cabeza hacia nosotros profundamente

“¿Hay alguna manera de que estuvierais dispuestos a prestarnos vuestra

“¿Hay alguna forma en que estaría dispuesto a prestarnos su fuerza para ayudar a llevar a la humanidad a la victoria?”

Yo soy el Héroe, y también tengo la habilidad de Piedad.

El Anciano Ronandt es un maestro en la Magia Espacial, y alguna vez ha estado en el Estrato Final del Gran Laberinto de Elroe.

Con su ayuda, podrían teletransportarse a las profundidades del laberinto fácilmente.

Luego está Natsume, que tiene las habilidades de Lujuria y Avaricia.

Estoy seguro de que más miembros con la autoridad de gobernante les daría una mayor oportunidad de éxito para acceder al sistema y evitar su destrucción.

Todavía tenemos un gran valor en muchos sentidos, aunque no hagamos mucha diferencia en el campo de batalla.

Estoy seguro de que el pontífice está desesperado en reclutarnos pase lo que pase.

Es por eso por lo que está pidiéndolo así.

Un hombre que claramente está tan dispuesto a hacer todo lo que sea necesario para lograr sus objetivos podría fácilmente dejar de lado su orgullo para pedir ayuda a alguien.

El Anciano Ronandt me envía una mirada mordaz.

Me está haciendo señas para que le explique las cosas con mis propias palabras.

“Por favor, levanta la cabeza.”

Ante eso el pontífice levanta la vista.

“Lo siento, pero me temo que no podemos ayudaros.”

La tensión en la sala aumenta bruscamente tan pronto digo esas palabras.

Todas las miradas se sienten como espadas sostenidas contra mi garganta.

Tragando saliva, me obligo a continuar.

“Sin embargo, eso tampoco significa que nos pondremos del bando del dios de marfil. Nos abstendremos de unirnos a cualquiera de las facciones y, en su lugar, buscaremos un modo de resolver las cosas sin sacrificios.”

La presión parece aligerarse un poco.

En cambio, tanto el pontífice como los antiguos jefes dragones me miran como si estuvieran tratando con un niño caprichoso.

Desde su perspectiva, estoy segura de que lo que digo suena ingenuo, si no delirante.

Como el balbuceo sin sentido de un niño pequeño que se niega a enfrentarse a la realidad.

Aun así, me niego a rendirme.

“’Sé que solo estoy soñando. No me importa si la gente se ríe de mí por ser poco realista. Pero no hay nada malo en tener un objetivo por el que luchar. El mío es un mundo en el que todos podamos vivir felices en paz. Y seguiré persiguiendo ese ideal hasta que muera.’ Eso es lo que mi hermano mayor, Julius el Héroe, dijo una vez.”

Los ojos del pontífice se abren ligeramente ante esas palabras. “Voy a luchar por el mismo objetivo que mi hermano.”

Ahora el pontífice cierra los ojos, como si hubiera renunciado a convencerme de lo contrario.

“¡Jeh-jeh! ¡Tú lo has dicho, chaval! ¡Entonces tal vez podría unirme a ti!”

Esa declaración de gritos proviene de Hyuvan, el jefe de los dragones de viento que parece mohicano.

“Ahora espera…”

“¡Bwa-ja-ja! ¡Esa araña nos dio una buena paliza a los dragones no hace mucho tiempo, ¡ya ves! ¡Nunca estuve demasiado interesado en enfrentarme a ella de primeras! Entonces, ¿cómo puedo decir que no a subirme a tu locura de tren?!”

A pesar d los intentos de Nguyen por aplacarlo, Hyuvan se levanta como un borracho salta sobre la mesa para aterrizar detrás de mí y me pasa el brazo por los hombros.

¡¿Esta persona (?) tiene algún concepto de lo que es el espacio personal?!

“Tal vez deba unirme a vosotros también, entonces.”
Otra voz inesperada interviene.

Es Nia, la encantadora mujer de aspecto lánguido que se hacía llamar jefa de los dragones de hielo.

“¿Nia?”

Iena, el dragón de agua se dirige a ella en un tono quisquilloso. “Esto es porque, yo también tengo una deuda de gratitud con el dios de marfil, querida hermana mayor.”

“Es solo que no quieres pelear si no es necesario.” “No es nada de eso, te lo aseguro.”

Iena la fulmina con una mirada helada, que Nia esquiva hábilmente.

Tal vez mi impresión inicial de Iena como un alma aparentemente amable estaba equivocada.

“Alto ahí. Hyuvan, Nia… ¿os dais cuenta de lo que estáis diciendo?” “¡Diablos si lo sé! ¡Sin echarse atrás!” “Bueno, lo que tenga que ser, será.”

Ante sus respuestas, Nguyen se lleva una mano a su frente como para evitar un dolor de cabeza.

“¿Ignoraríais el decreto de nuestro señor?”

La voz de Iena se vuelve más fría cuando se dirige a la pareja.

“¡Por supuesto! ¡No me arrepiento de nada!”

Hyuvan responde alegremente, sin una pizca de mala voluntad.

Iena es la primera en reaccionar.

Se levanta lentamente de su silla, se puede ver la ira saliendo de ella en oleadas.

“Iena, espera.”

“No, no lo haré.”

“Pero si luchamos entre nosotros, nuestros enemigos en el bando del dios de marfil cosecharán los beneficios, ¿no crees?”

Reise, el jefe de los dragones oscuros, consigue convencer a Iena.

Que vuelve a su asiento chasqueando la lengua.

… Iena, que parecía la más buena de todos ellos, en realidad podría ser la más combativa.

“¿Por qué no dejamos que Hyuvan y Nia hagan lo que quieran, hmm?” Pero las siguientes palabras de Reise hacen que Nguyen se ponga de pie, “¡Reise!”

“En este punto, están obligados a irse ya sea que lo permitamos o no de todas formas. Incluso si les hacemos quedarse, no nos servirán de nada si sus corazones no están con la causa, ¿verdad? Dudo que fueran a ir tan lejos como para apuñalarnos por la espalda o algo así, pero probablemente sea mejor no tener preocupaciones como esa en primer lugar al mantenerlos por aquí.”

Reise se encoge de hombros.

“Además, debo decir que simpatizo con Hyuvan y Nia. Tampoco quiero que nuestro señor muera.”

“No, pero…”

La expresión de Iena se nubla, al igual que la de los otros jefes dragones. Al mirarlos, parece quedar claro que todos son profundamente devotos al dios de ébano.

“En un momento como este, deberíamos por una vez decidir por nosotros mismos lo que queremos hacer en lugar de seguir ciegamente órdenes como de costumbre, ¿no creéis?”

Los otros dragones ancianos parecen en conflicto mientras contemplan las palabras de Reise.

“Bien, como he dicho, yo compartiré mi suerte con estos críos.” “Yo también.”

Hyuvan y Nia se niegan a cambiar de opinión. “… Yo llevaré a cabo nuestras órdenes, no obstante.” “… Yo también.”

Iena y Nguyen no cederán de su bando.

“No sé lo que está pasando, pero tenemos que cargarnos a Ariel, ¡¿sí?!”

Gohka, el jefe de los dragones de rayo, aparentemente también se queda con el pontífice.

(Sin embargo… ¿cómo es que todavía no sabe lo que está pasando?)

Todos las miradas se vuelven hacia el último de los jefes, Reise.

“Dime, Héroe.”

Por alguna razón, Reise me está mirando.

“¿Cuán apasionado estás por perseguir ese ideal tuyo?” “¿Apasionado?”

“Oh sí. ¿Tienes la intención de cumplirlo cueste lo que cueste? ¿O simplemente tienes la vaga esperanza de que puedas lograrlo de alguna manera? Quiero saber qué es lo que está pasando por tu mente.”

Pienso por un momento en su pregunta.

“Para ser sincero, no tengo manera de saber si podremos hacer que esto suceda o no. En todo caso, estoy seguro de que las probabilidades de que fracasemos son mucho más altas que las de tener éxito. Probablemente sea casi imposible. Pero personalmente, no creo que sea razón suficiente como para rendirnos sin ni siquiera intentarlo. Así que, por improbable que sea, voy a dar todo lo que tengo.”

Podría decir incluso mientras hablo de que no me estoy explicando muy elocuentemente.

Pero estos son mis sentimientos más sinceros.

Los ojos de Reise se cierran por un momento.

“Muy bien, entonces.”

Entonces abre los ojos y vuelve a mirarme. “Voy a unirme a nuestro héroe también.” Iena y Nguyen miran a Reise con sorpresa.

A juzgar por sus reacciones, por lo general debe ser muy fiel a las órdenes del dios de ébano.

“Estoy de humor como para arriesgarme a apostar por toda su charla sobre sus intenciones, eso es todo.”

Mientras Reise dice eso, me atraviesan con una mirada tan afilada que me envía un escalofrío por mi espalda.

Es como una señal de que más me vale no faltar a mi palabra, o de lo contrario…

Resisto el impulso de estremecerme y los miro fijamente en su lugar, intentando probar que realmente creía en cada palabra de las que dije.

“… Parece que tendré que repensar toda mi estrategia.” El pontífice suena exhausto.

Desde su perspectiva, acaba de perder tres de sus luchadores más fuertes.

Eso debe ser un dolor de cabeza.

“… Es demasiado tarde como para cambiar toda nuestras directrices ahora. Pero que sepáis que os apoyaré en todos vuestros esfuerzos. Os deseo la mejor de las suertes.”

A ti también, Pontífice.

No dije esa respuesta en voz alta.

No puedo unir fuerzas ni con el bando del dios de ébano ni con el bando del dios de marfil. No lo haré.

Pero tampoco quiero que ninguno de ellos muera.

Entonces, en mi corazón, recé para que el pontífice y su pueblo estuvieran a salvo. Por favor, que haya una manera de que esto acabe sin un solo sacrificio. Aunque sea una fantasía que es demasiado buena para ser verdad, la buscaré igualmente.