Chitose Kun Wa Ramune (NL)

Volumen 3

Extra 2: El Champú Y La Gorra De Beisbol

En el shinkansen que regresaba de Tokio, le envié un mensaje a Nanase a través de LINE.

Pensé que era natural darle al menos un informe sobre lo que había sucedido ya que ella fue quien me había dado un empujón la noche anterior.

Después de llegar a Fukui y separarme de Asu-nee, invité al profesor Kura un Hachiban Ramen en la estación antes de separarnos. Ese viejo incluso agregó albóndigas a su ramen de verduras. ¿Es realmente un maestro?

Después de salir de la estación, cuando mi pecho finalmente se relajó al inhalar el aire fresco de mi ciudad natal, mi smartphone vibró.

En la pantalla, se mostró el nombre de Nanase.

—¿hey qué tal?

Respondiendo a la llamada, ella me saludó una voz susurrante. —No digas nada, ve a la izquierda.

Miré a mi alrededor mientras me sentía inseguro, sin embargo, sus siguientes palabras me impidieron hacerlo.

—Oops, no hagas un escándalo. Si valoras tu vida, solo sigue mis instrucciones.

Así que de eso se trata todo esto.

En pocas palabras, era solo ella jugando como siempre. Su típica actitud juguetona me hizo sentir aliviado y mi cuerpo se relajó.

Puede que sea una exageración decir que me había sentido tenso durante mi viaje a Tokio, aunque solo duró dos días y una noche. Las conversaciones que, sin saberlo, se volvieron familiares me dieron una sensación real de estar de vuelta en casa.

Respondí en un tono deliberadamente desesperado.

—Entiendo, por favor perdóname la vida.

—Eso depende de tu sinceridad. Debes actuar con dignidad y elegancia, con rigor y discreción, como una señorita a punto de debutar en el círculo social.

Ahogué una risa por la línea exagerada y comencé a caminar en la dirección que me dijeron. Después de unos momentos con el teléfono todavía presionado contra mi oído, Nanase me dio instrucciones nuevamente.

—Gira a la derecha desde allí. Cuando me encuentres, no llames la atención y luego entrega el paquete.

Con eso, la llamada fue cortada.

Metí mi teléfono en el bolsillo trasero de mis pantalones, giré a la derecha y caminé a lo largo de la pared de vidrio de las instalaciones comerciales… sin necesidad de buscar específicamente dónde estaba.

A pesar de su atuendo simple y juvenil con gorra, sudadera con capucha y pantalones cortos, la hermosa chica se destacaba claramente de su entorno y se la veía soplando chicle.

Cuando me acerqué, la burbuja se abrió de golpe. Nanase movió hábilmente la lengua para quitarse el chicle de los labios antes de abrir la boca.

—Hola.

—¿Podría ser que te desviaste de tu camino para recogerme?

—De ninguna manera. Estaba de compras cerca de la estación. Por cierto…; Ella extendió su mano como si estuviera exigiendo algo. —¿Dónde está el paquete?

—¿Seguimos jugando? No estoy haciendo ninguna transacción sospechosa.

—Eso no; Nanase sonrió e inclinó la cabeza. —Por supuesto que me trajiste al menos un recuerdo, ¿verdad?

—… ¿E-Está bien Maygase?

Después de mencionar el famoso producto local en Fukui, ella me dio un gran suspiro.

Ignorando al resto de mis amigos a quienes no les había explicado la situación, probablemente debería haber comprado al menos un recuerdo para Nanase en lugar de comprar plátanos de Tokio que el padre de Asu-nee no pidió.

Mientras pensaba en eso, Nanase me miró fijamente.

—Mmm…

—¿Qué pasa?

En lugar de responder, ella se inclinó hacia mí con su rostro delicado.

Su rostro pasó sobre mi mejilla y labios izquierdos inconscientemente rígidos, rascándome la oreja con su aliento como si estuviera confirmando algo.

• Mmm.

El tono de voz indiferente volvió a acariciar mi oído.

—Estaba a punto de consolarte si te había dejado la senpai a quien tanto admirabas después de atacarla en la noche. Pero te ves tan renovado y contento hoy.

—¿Por dónde quieres que empiece?

—… ¿Quieres que yo tome la iniciativa?

—¡Esta charla indecente es demasiado a plena luz del día!

Nanase se quitó la gorra de béisbol y la hizo girar con la punta de los dedos. Sacudiendo la cabeza suavemente, su hermoso cabello negro se extendió como un vestido de terciopelo.

Luego, puso la gorra en su mano sobre mi cabeza. El dulce aroma del champú me invadió y me rodeó al instante.

—La gorra realmente no te queda bien. No pareces un chico de béisbol; Nanase habló con una voz un poco más débil de lo habitual.

—¿Qué estás haciendo?

—Um… ¿sobrescribir?

—¿Sobrescribir qué?

—Recuerdos, supongo.

—Esta gorra no emite extrañas ondas electromagnéticas, ¿verdad?

Cuando Nanase me escuchó decir eso, una sonrisa se dibujó en su rostro.

—Vamos.

Ella recuperó suavemente su gorra, se la puso de nuevo en su cabeza antes de caminar rápidamente. Me apresuré a alcanzarla.

—Nanase, ¿quieres tomar un vaso de café antes de volver?

—Por supuesto. Pero al menos tienes que invitarme uno para compensar por no traerme ningún recuerdo

—Acabo de invitar al profesor Kura un Hachiban Ramen…

Mientras nos alejábamos, intercambiando bromas casuales, podía sentir el aroma del champú de Nanase en mi cabello.

-FIN DEL VOLUMEN 3-