Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 11

Capítulo 3: Hagamos Más Amigos

Parte 1

◇   Pfle

“Hola, hola, soy Pfle.” “Lethe.”

“Hola a todos, soy Hamuel. Estas son las Shufflin II: un dos y un tres de corazones.” Las tres chicas mágicas tomaron asiento.

Pfle sonrió y se dirigió a la ventana de su derecha. “Muchas gracias por invitarme. Qué habitación tan maravillosa. La alfombra es tan suave, y la vista es magnífica.”

“En absoluto, se trata de una fortaleza temporal de emergencia.” Dijo Hamuel. “Es sumamente vergonzoso que éste sea el único lugar que tenemos para recibirlas… Pero lo más pertinente es que realmente sería muy alentador si pudiéramos contar con la cooperación del Departamento de Recursos de Chicas Mágicas.”

“Le agradezco mucho que diga eso de nosotros.”

“¿Y? Dijiste que eras Pfle, ¿eh? He oído que me has traído regalos.” Dijo Lethe.

Pfle asintió. “Sin embargo, el primero no es un regalo basado en mi posición. Cierto inspector, al oír el informe de un buen ciudadano de que una chica mágica había sido secuestrada y confinada en la finca de Puk, fue allí a investigar. Sin embargo, informa que allí fue atacada por las chicas mágicas bajo el mando de Puk Puck. Y ella apenas logró escapar de esta terrible situación.”

“Oh-ho. Un buen pretexto…” Dijo Lethe. “Quiero decir, así que ella no ha estado haciendo nada bueno, ¿eh?”

“Efectivamente.” Coincidió Hamuel. “Y no puede explicarlo diciendo que sus subordinados lo hicieron por su cuenta. Hay que hacer una investigación adecuada, incluyendo a Puk Puck.”

“Asegúrate de que está arreglado, eh.”

“Sí. Sin embargo, después de haber atacado tan tontamente a una maga del Departamento de Inspección y haberla dejado escapar, ¿no habrían supuesto que Inspección haría un movimiento sobre ellos? Aunque podrían estar algo desprevenidos, yo sugeriría la posibilidad de que actúen antes de que lleguen las autoridades.”

“Estamos hablando de Puk Puck.” Señaló Lethe. “Por mucha prisa que tenga, se pasa una hora simplemente cambiándose de ropa, eh. Si añadimos el tiempo de transporte, eso hace unas dos horas… Así que ocúpate de los procedimientos legales de acuerdo con los precedentes en treinta minutos, y envía al Departamento de Inspección a su finca. Asegúrese de incautar todo lo que pueda ser incautado.”

“Sí, señora. Entonces también haré los arreglos para eso.”

Mientras escuchaba el intercambio de Lethe y Hamuel, las mejillas de Pfle se relajaron en una sonrisa y aplaudió. “Qué maravillosa eficiencia. Entonces, tal vez debamos contactar también con las ruinas. Sería una buena idea para reforzar las defensas o reunir soldados o lo que sea, ¿no?”

“Asegúrate de que está hecho, Hamuel.” “Sí.”

Pfle asintió y levantó la mano derecha, levantando los dedos índice y corazón. “Y el segundo punto. Tengo una información muy fiable adquirida a través de cierto canal. Y es bastante intrigante.”

“¿Has dicho intrigante?” Dijo Hamuel.

“He oído que activar el dispositivo hará que Puk Puck se haga amiga de todas las chicas mágicas.”

“¿Amiga?”

“Sí, amiga. Supongo que eso incluye a las que son como nosotras

—sus enemigas— entre las que se convertirán en sus amigas, pero no sé cómo. Si no te dijera más que esto, podría parecer una simple broma. Tal vez no parezca más que la tontería más ridícula. Pero me molesta. Aunque esto es sólo un rumor, se me ha quedado extrañamente grabado. Mi impresión es que esto es más profundo que una simple expresión de la idiosincrasia de Puk Puck. Dado que usted y sus asociados tienen información, tal vez puedan evaluar con mayor precisión qué es lo que la Facción Puk realmente intenta hacer.”

“Mm-hmm.” Dijo Lethe. “Hamuel, dile al equipo de investigación que Puk Puck está tratando de hacerse amiga de todas las chicas mágicas, eh.”

“Sí.”

“Bueno, aunque más que ser información de Recursos de Chicas Mágicas, podría llamar a esto información de una fuente que acabo de conocer.” Dijo Pfle. “En cualquier caso, no soy más que un mensajero, así que tal y como están las cosas, no podré enorgullecerme de haber sido útil… Así que emplearé a algunas chicas mágicas que trabajan como mercenarias y me las llevaré. Aunque estoy segura de que esto es una obstrucción de la Facción Puk, hay algunos rumores infundados que dicen que la Facción Osk está utilizando a las chicas mágicas como sujetos experimentales. Y por eso, las chicas mágicas mercenarias no están dispuestas a ponerse del lado de la Facción Osk.”

Hamuel asintió con gravedad. “… Eso sí que es un inconveniente.” “Mm-hmm.”

“Puedo hacer algo al respecto por mi parte.” Continuó Pfle. “Ya que, después de todo, se trata de un asunto de Recursos de Chicas Mágicas. Ya he conseguido algunas chicas mágicas con antecedentes fiables que puedo asegurar que no están bajo la influencia de Puk Puck. Son mis subordinadas. Si es necesario, yo misma las guiaré para que se unan a la batalla. Espero que no piensen en mí como una simple chica frágil de Recursos de Chicas Mágicas. Todos los míos valen más que mil luchadores. Tengo una lista de ellos aquí mismo.”

“Muchas gracias.” Dijo Hamuel. “Entonces voy a echar un vistazo ahora mismo… Um, esta es… ¿una chica mágica que manifiesta sombras? Y… una chica mágica que maneja un tridente y… usa poderes… de hielo… eh.”

“Parecen fuertes, ¿no? Oh, de hecho son fuertes.” “Oh, sí… estoy segura de que lo son.” “Hamuel.” Dijo Lethe. “Estás pálida.”

“En absoluto, oh no. Estoy en perfecto estado de salud. Hay muchas cosas que discutir más importantes que mi palidez. Muchas cosas,

¿verdad?”

Pfle extendió la mano sobre la mesa y sujetó un chocolate blanco con leche. “¿Puedo tomar este chocolate?”

“Oh, sí, por favor, adelante.”

“Hmm, el sabor se derrite en la lengua. Hacía tiempo que no comía dulces. Va muy bien con este té.”

“Pfle.” Dijo Lethe. “Si está tan dispuesta a cooperar, debe estar buscando una recompensa. En primer lugar, tú… Hamuel, ¿de qué facción es ella?”

“Tengo la sensación de que la jefa de Recursos de Chicas Mágicas, durante algunas generaciones, puede haber sido de la Facción Caspar, o tal vez no.” Dijo Hamuel.

“Efectivamente.” Dijo Lethe. “En el caso de que nosotras y la Facción Caspar fuéramos a cooperar, habrías llevado esto a los Caspar, pasando por los rangos superiores para informarme de esto, lo que sumaría puntos para la Facción Caspar en su conjunto. Si pasas por encima de ellos para contactar conmigo por tu cuenta, debes tener algún objetivo en mente, eh.”

“Oh, no.” Dijo Pfle. “Aunque mi departamento sea de esa facción, no es que tenga ningún sentido de afiliación personal con ellos. No he recibido ningún regalo de ellos, ni tampoco les he pagado una compensación. Simplemente, a lo largo de las generaciones, se ha asumido esa afiliación.”

“Entonces, ¿quieres decir…” Respondió Lethe. “que romperías los lazos con la Facción Caspar para seguir a la Facción Osk?”

“No me preocupan las afiliaciones. El grupo que actualmente está liderando el asalto a la Facción Puk no es de la Facción Caspar, sino de los Osk, y por eso te he traído esta propuesta. No se trata de buscar una asociación por el bien de la estabilidad futura. Más bien, me refiero a asociarme porque hay algo que quiero actualmente: ese es mi punto de vista.”

Lethe dirigió una mirada evaluadora a Pfle. “Voy a escuchar.”

“Como estoy segura de que ya sabes, Puk Puck está reuniendo a un gran número de chicas mágicas para que usen su magia para activar el dispositivo.”

“Estás muy informada, eh.”

“Gracias a mis fuentes de información. Y entre las chicas mágicas capturadas por la Facción Puk hay una llamada Shadow Gale. Ha sido hechizada por la magia de Puk Puck y está siendo forzada a cooperar, pero es mi subordinada. Quiero que me la devuelvan entera.”

“Hmm. ¿Así que el rescate de su subordinado es su primera prioridad? Qué buen líder.”

“Oh, sí… estoy totalmente de acuerdo.” Dijo Hamuel. “¿Qué pasa, Hamuel? ¿Tienes algo que decir, eh?” “No, nada.”

“He estado intentando recuperarla.” Continuó Pfle. “Pero no ha ido bien. Estoy segura de que tus antenas son más largas, así que creo que también serías consciente de lo mal que lo hemos pasado, ¿no?”

“¿No es así, Hamuel?” “Oh… no podría decir…”

“Bueno, entonces, no importa.” Dijo Pfle. “Sea como sea, la seguridad de Shadow Gale es suficiente recompensa. Aunque es una figura importante en esta ceremonia, te pido que no hagas nada como enviar a un asesino a matarla o hacer volar todo, con ruinas y todo. Si quieres poner tu juramento en forma, mediante un pagaré o un sello de sangre, entonces cooperemos. Cuento con usted.”

***

◇   Puk Puck

Al final, Uluru desapareció. Había sido una mala idea ser considerada y dejarla descansar un poco después de perder a sus hermanas. Esa decisión había provocado la pérdida de una querida amiga.

La capacidad mágica de Puk Puck no tenía restricciones para hacer amigos. Si ponía sus poderes al máximo, su magia dejaba de lado a los demás por un margen igual. Había muchas otras chicas mágicas de las que quería ser amiga, y por eso había terminado separándose de Uluru. Puk Puck suspiró con tristeza y pena.

Le habían dicho que un mago del Departamento de Inspección había estado presente cuando Uluru había intentado huir de la finca. Las amigas de Puk Puck habían atacado al mago en un intento de recuperar a Uluru, pero la habían dejado escapar. Puk Puck había expresado su gratitud con un “¡Gracias, gracias!” a todas las amigas que habían hecho lo posible, y sinceramente les estaba agradecida, pero ahora tenía un problema. Si la Facción Osk se enteraba de que las amigas de Puk Puck habían atacado a un mago de Inspección, eso les daría un pretexto. Irían directamente a la casa de Puk Puck, con una mezcla de realidad y ficción, y tratarían de obstaculizar la ceremonia. Ella no podía permitir eso. Ella no quería eso.

Puk Puck lo había discutido con Snow White, quien había dicho que debían actuar de inmediato. Puk Puck había estado de acuerdo, y entonces, calculando que tardaría una hora en cambiarse, había empezado a seleccionar la ropa. Snow White la había detenido, diciendo que podía cambiarse en el vehículo. Una propuesta tan grosera había chocado mucho a Puk Puck, pero una vez que se lo imaginó, le pareció divertido y nuevo, como una aventura. Después de dudar un poco, Puk Puck aceptó la propuesta de Snow White.

Cuando el camión dobló la sexta esquina después de salir de la finca, Puk Puck sintió una ligereza como si su cuerpo hubiera desaparecido de repente. El paisaje se desvaneció, borrándose como si se fundiera, y la pantalla de navegación del vehículo se estropeó, mostrando un diálogo de error. Su conciencia se desvaneció junto con el paisaje, y para cuando volvió en sí, estaban conduciendo por un lugar completamente diferente. Puk Puck apretó el puño y volvió a abrirlo, comprobando de nuevo que efectivamente estaba consciente. No importaba cuántas veces experimentara los viajes mágicos, nunca se acostumbraba a ellos.

Ahora se encontraba en un lugar totalmente diferente, casi como un mundo nuevo. Este lugar era como un microcosmos creado para trasladar el dispositivo a algún lugar sin amenazas externas con el fin de preservarlo y las ruinas que lo rodeaban para siempre. Cualquier cosa bonita o adorable se había considerado inútil y se había omitido, por lo que estaba desolado en todas las direcciones. Incluso, aparte de las cosas bonitas, todo lo demás se había considerado capaz de “conducir a un peligro que dañaría las ruinas”, así que no había nada más que el mínimo necesario en este mundo. No había animales ni plantas. Todo en él era contrario al gusto de Puk Puck.

Los camiones circulaban por una carretera prácticamente intacta por la mano del hombre; era como si hubiera sido tallada directamente en el páramo. No había nada a su alrededor, salvo el paisaje abierto, y sin la carretera, habrían ido en línea recta sin saber qué camino tomar. El velocímetro indicaba ciento veinte kilómetros por hora. Más adelante, en esta carretera, estaban las ruinas y el dispositivo.

Las ruinas y su legado, realizado por el Primer Mago, al que se podría llamar el dios del Reino Mágico, eran un tesoro nacional, un regalo de Dios. Su conservación y mantenimiento eran cosas de las que los Tres Sabios debían encargarse juntos. Sin embargo, teniendo en cuenta lo que estaba sucediendo a continuación, eso no era tan importante.

En la actualidad, las ruinas donde se encontraba el artefacto estaban fuertemente custodiadas por la Facción Osk. Para combatir a los que quisieran utilizar el legado del Primer Mago para el mal, habían levantado una barrera mágica y construido un gran muro y una puerta, y habían apostado allí a muchos combatientes y homúnculos expertos. Esto entristeció a Puk Puck: no era el momento de hacer algo así. No era el momento de que los Tres Sabios discutieran entre sí, pero la Facción Osk no la escuchaba. Se limitaron a repetir como un profesor de escuela: “Es peligroso, así que no podemos.”

Se acercaba el momento en que tendrían que utilizarlo, aunque fuera peligroso. Por mucho que Puk Puck lo explicara, la facción Osk no escuchaba, e incluso la facción Caspar, que en su día había votado a favor, al parecer había recibido diversas ofertas de la Facción Osk. Ahora los Caspar empezaban a decir que, como era tan importante, querían celebrar otra reunión para discutirlo. Era bastante incierto hacia dónde se dirigía el futuro.

Puk Puck se había animado a sí misma, diciéndose que no podía desanimarse por esto. Había decidido que, aunque acabara sola, tenía que hacer lo que pudiera por el futuro del Reino Mágico. Cuando compartió su valiente determinación con sus amigos, todos lloraron, y Puk Puck, que era más amable que nadie, les secó limpiamente las lágrimas con su suave y aterciopelado pañuelo mágico.

Los dieciocho camiones siguieron su camino en perfecto orden y sin contratiempos. Con su carga de contenedores de transporte balanceándose, se acercaron a su meta y, en unos quince minutos, se detuvieron frente a las gigantescas puertas. Puk Puck se preguntaba cómo cambiarse, “¿Debo ir con esto, o debo ir con aquello?” antes de elegir una bata blanca pura. Las mangas de la túnica se agitaron de forma muy bonita cuando salió sola del camión a la cabeza de la fila. Esta túnica era la ropa de gala de los Tres Sabios.

Sus amigos, encabezados por Snow White, intentaron seguirla, pero ella los contuvo con una brillante sonrisa y se acercó a las puertas. Miró a la derecha, a la izquierda y hacia arriba, y luego miró hacia adelante. No crecía ni un solo árbol en este vasto páramo, pero había dos pequeñas montañas enclavadas. Entre ellas había un estrecho barranco. La entrada a las ruinas estaba más allá de ese barranco, pero el camino hacia el barranco estaba bloqueado por unas puertas gigantescas, firmemente cerradas, como si trataran de ahuyentar a Puk Puck y a sus amigos.

Eso era algo muy triste. Si las puertas estaban realmente tratando de alejarla, como si sus enemigos no tuvieran la intención de llevarse bien incluso sin conocerla, entonces no podrían ser amigos. Era una gran pérdida. Todos sus amigos decían lo mismo: sólo pensar en una vida en la que no conocieran a Puk Puck les daba pena. Aunque fueran enemigos ahora mismo, ella no podía dejar que se sintieran así.

Puk Puck dio un paso más hacia adelante y levantó las manos delante de ella. “¡Personas dentro de las puertas!”

El aire se agitó.

“Hey, ¿están escuchando? Esta puerta está hecha para ser controlada desde el interior, ¿verdad? Así que eso significa que hay gente dirigiéndola, ¿verdad? ¿No oyen la voz de Puk?”

En la parte superior de la puerta, cerca del pico de la parte en forma de arco, había una cámara. Lo más probable es que se utilizara para observar a los visitantes antes de que la gente de dentro decidiera si se les permitía la entrada.

El aire se agitó con mayor intensidad. Puk Puck acarició la superficie de la puerta con ambas manos y luego se llevó la palma derecha a los labios. Antes de que pudiera sobresaltarse, había soplado un beso a la cámara. “Vengan a ser amigos de Puk.”

El temblor estalló. Las puertas se balancearon salvajemente.

Puk Puck miró a la derecha, a la izquierda, hacia arriba y luego hacia delante. Temblando todo el tiempo, las enormes puertas se abrieron lentamente, hasta que finalmente se abrieron por completo. La sonrisa de Puk Puck era brillante, rebosante de gratitud y alegría. “Muchas gracias.”

Volviendo a la camioneta principal con un salto en su paso, se deslizó en el asiento del pasajero delantero hecho a medida que tenía un montón de cojines mullidos, señalando hacia adelante para ordenar: “¡Vamos!”

Con una sincera alegría desde el fondo de su corazón, la conductora sonrió y sujetó su radio. “Lady Puk ha abierto las puertas.”

“No, no, Puk se hizo amiga del portero.” Le dijo Puk.

“Perdóneme. Lady Puk se ha hecho amiga del guardián de la puerta, y ha hecho que abran las puertas desde dentro. Pasaremos en orden, desde el vehículo A. La región que tenemos delante está bajo el control de la Facción Osk. Todo el personal, opere igual que en el entrenamiento. Buena suerte.”

El camión arrancó. Puk Puck encendió el equipo de música. Sonaba una canción que nunca había escuchado.

“El mundo está lleno de cosas que Puk nunca ha visto ni oído. Incluso teniendo el título de uno de los Tres Sabios, hay toneladas de cosas que Puk no conoce. Eso es lo que hace que el aprendizaje sea tan divertido. Hay alegría en hacer nuevos amigos. ¿Verdad?”

Snow White asintió, y Puk Puck deslizó su pequeña y linda mano en la palma de Snow White y la apretó. Snow White se quedó momentáneamente aturdida antes de devolverle el apretón de forma vacilante y tímida, pero con fuerza creciente.

Puk Puck abrió la ventana y se asomó. “¿No es peligroso?” Preguntó Snow White.

“Está bien, está bien. Me tienes de la mano, hermana Snowy.”

Puk Puck silbó aquella canción que no conocía —era alegre y animada, perfecta para Puk Puck en ese momento— mientras contemplaba el paisaje. El desolado fondo del barranco de rocas y cantos rodados y nada más, los grandes camiones que lo atravesaban en fila mientras levantaban polvo, todo aquello no solía ser de su agrado, pero ahora mismo se sentía insoportablemente feliz.

“Puk ha venido aquí un montón de veces antes, ya sabes.” Dijo Puk. “Sí.”

“Pero Puk nunca ha estado tan contenta como ahora.”

Con el polvo ondeando detrás de él, su camión siguió adelante, aplastando rocas mientras giraba. Volvió a girar, sin disminuir su velocidad de ciento veinte kilómetros por hora mientras se acercaba a su objetivo con un control impecable.

Llegaron a un espacio abierto que parecía haber sido hecho al tallar las escarpadas montañas que lo rodeaban. Este lugar, parecido a una cuenca, tenía unos cuantos kilómetros de ancho y, al otro lado, había un agujero en la pared rocosa. Esa era la entrada a las ruinas, y dentro estaba el dispositivo.

Un grupo de chicas mágicas corría por la cuenca, gritando a medida que se acercaban. El camión avanzó a toda velocidad, ignorándolas, y las chicas que gritaban saltaron a un lado para evitar el camión. Intentaban hacerle algo al vehículo, pero justo cuando pasaron, sus ojos se encontraron con los de Puk Puck, y se les dibujaron unas sonrisas de desconcierto en sus rostros y soltaron sus armas, para luego limitarse a ver cómo se iba el camión.

Al llegar a la entrada de las ruinas, el camión frenó y realizó un largo deslizamiento lateral, levantando nubes de polvo y cavando profundas huellas de neumáticos para detenerse. Los camiones que venían detrás se detuvieron de la misma manera, hasta que el penúltimo camión quedó con las ruedas atrapadas en las roderas y rodó, lo que hizo que el último camión perdiera el control. Se volcó de lado, haciendo un ruido tan fuerte y aterrador que Puk Puck puso cara de circunstancias y gritó: “¡Wahhh!” Pero rápidamente recuperó su antigua sonrisa.

Puk Puck y Snow White abrieron la puerta y salieron del camión, mientras que el conductor también salió por la puerta opuesta para atender al lado de Puk. Las chicas mágicas de los camiones que iban detrás de ellas también salieron de sus vehículos, abriendo uno tras otro los contenedores de transporte de los camiones, mientras que más chicas salían en tropel del interior de las cajas. Las chicas mágicas se arrastraron también desde los asientos del conductor de los dos camiones caídos; los contenedores estaban deformados y las chicas que estaban dentro no podían salir, así que los golpearon un montón de veces desde dentro hasta que consiguieron abrirlos a patadas para salir. Algunas sangraban, o arrastraban una pierna, o parecía que les dolía, pero todas estaban enteras. Todos habían conseguido llegar a salvo. Normalmente, algunas chicas probablemente estarían llorando, pero ese día, Puk Puck estaba prodigando mucho más amor del habitual a todas y cada una de ellas. Ninguna de las chicas presentes era tan débil como para llorar por un simple hueso roto.

Ahuecando sus manos alrededor de su boca, Puk Puck gritó con una gran voz: “¡Gracias por venir hasta aquí, chicas!”

Las chicas mágicas cerraron sus manos en puños y las empujaron hacia el cielo al unísono. Un grito de “¡Wooo!” resonó en el barranco.

“¡Y Puk también va a contar con ustedes de aquí en adelante!”

El grito unido sonó una vez más, y entonces las chicas mágicas se pusieron apresuradamente las máscaras de gas, y, con Puk Puck a la cabeza, se escabulleron hacia las ruinas.