Rebuild World (NL)

Habiendo sobrevivido a duras penas a su encuentro con los perros armados, Akira siguió corriendo por su vida. Finalmente logró salir de las ruinas de la ciudad de Kuzusuhara a una zona un poco más segura, aunque todavía peligrosa.

Como si hubiera estado esperando allí, Alpha apareció y lo saludó . Descansa un poco, le dijo amablemente mientras él se hundía en el suelo, agotado, pero sigamos hablando . Te ayudaré a adquirir el equipo y la competencia que necesitarás para explorar las ruinas que te diga. ¿Me sigues?

Akira asintió, luchando por recuperar el aliento. “Sí”, jadeó. “Sigue.”

Puedes comprar equipo o encontrarlo en las ruinas. La competencia sólo se consigue con el entrenamiento y el combate. Pero estate tranquilo: bajo mi dirección, recibirás una educación de élite en poco tiempo.

Akira no tenía ni idea de en qué consistiría su entrenamiento, pero Alpha parecía estar seguro de que sería bastante eficaz.

“Eso será de gran ayuda”, dijo, “pero ¿por qué hacer todo eso por mí?”

No te preocupes por eso, respondió Alpha . Todo esto es parte de tu pago por adelantado. Y como te necesito para este trabajo, también me interesa. Si crees que te estoy dando demasiado, entonces tal vez puedas entrenar aún más para compensar.

“B-Bien. Lo haré lo mejor que pueda.” Asintió con firmeza, aunque se estremeció ante la sonrisa impávida de Alpha, que sugería lo intenso que sería su entrenamiento.

Alpha le devolvió el asentimiento, aparentemente satisfecha. Entonces, por ahora, vamos a convertirte en un cazador rentable, dijo. Por un lado, eso te facilitará la obtención de equipo de alto rendimiento. Ahora mismo, eres un cazador sólo de nombre — te has registrado en la Oficina de Cazadores, pero eso es todo. Tenemos que cambiar eso, y pronto. Para que quede claro, te has registrado en la Oficina de Cazadores, ¿no es así?

Akira sacó su identificación de cazador del bolsillo. Parecía un trozo de papel barato, pero en él figuraba la designación “Trabajador especial certificado de clase tres de la Liga Oriental de Corporaciones Gobernantes”, con líneas para su nombre y número de identificación de cazador.

Alpha lo inspeccionó por un momento. ¿Se supone que las identificaciones de los cazadores tienen un aspecto tan barato? preguntó, preguntándose en privado si había sido falsificada. Eso sí, no estoy dudando de tu historia. Esto no será un problema mientras puedas utilizarlo como identificación de cazador. Puedes usarlo, ¿verdad?

El trozo de papel era sin duda lo que el funcionario le había dado a Akira cuando se había registrado como cazador. Que lo llamaran “barato” fue un golpe para su confianza. “Debería funcionar”, respondió. “Creo.”

¿Te importaría responder a algunas preguntas por mí ? preguntó Alpha. ¿Cómo dónde te has registrado como cazador?

“Bien.” Frunciendo el ceño — pues su recuerdo de la experiencia era desagradable — Akira comenzó a contarle a Alpha la historia de su proceso de registro.

Akira se inscribió en la Oficina de Cazadores del distrito inferior de la ciudad de Kugamayama. Desde el exterior, la sucursal en las afueras de los barrios bajos parecía un antro, con las letras descoloridas en su dañado letrero. Un desgastado logotipo de la Oficina de Cazadores era la única pista que aún la identificaba como sucursal.

El funcionario con el que se encontró Akira había sido degradado al puesto, y parecía tan motivado como competente. Aunque los puestos de la Oficina del Cazador solían ser deseables, poca gente quería trabajar tan cerca de los barrios bajos. Por eso, aunque la Oficina de Cazadores era uno de los empleadores más populares del Este, con muchos funcionarios muy capaces, Akira no lo habría sabido al ver a este hombre.

“Estoy aquí para convertirme en cazador”, le dijo Akira, nervioso, al funcionario. “¿Puede tramitar mi inscripción?”

El funcionario soltó un resoplido de fastidio antes de dejar su revista a medio leer, claramente molesto por tener que ayudar a un chico de los barrios bajos.

“¿Nombre?”

“Soy Akira.”

El funcionario pulsó las teclas de un terminal cercano y esperó a que una impresora escupiera una identificación de cazador. Cogió con descuido el papel barato y se lo tiró a Akira antes de volver a su revista como si dijera que su trabajo había terminado.

Akira miró de un lado a otro la identificación de cazador que tenía en sus manos y al funcionario, confundido. Había imaginado que el registro era un proceso más complicado.

“¿E-Eso es todo?”, preguntó, sin estar seguro de haber terminado.

“Eso es todo”, dijo el funcionario, mirándole fijamente. “Ahora lárgate.”

“¿Sólo me va a preguntar mi nombre? ¿No hay más preguntas?”

“¿Crees que alguien quiere saber de ti ?” Irritado, el funcionario hizo un gesto con la mano para que Akira se fuera. “Me importa un bledo un maldito don nadie que morderá el polvo en un santiamén. Ni siquiera te preguntaría tu maldito nombre si no fueran las reglas, y me importa un bledo si es tu nombre real o no.”

Un recordatorio superfluo para Akira de cómo le veía el resto del mundo. Salió de la Oficina de Cazadores en silencio.

Al terminar su historia, Akira miró fijamente su identificación de cazador. Sus ojos mostraban que conocía su lugar en el mundo, pero también ardían con el deseo de escalar más alto a cualquier precio.

Alpha le dirigió una sonrisa alentadora. Empecemos tu entrenamiento con la alfabetización, dijo. Adquirir información es una habilidad vital. Y no te preocupes: con mi impecable apoyo, estarás leyendo y escribiendo antes de que te des cuenta.

“Lo tengo. Gracias. Espera, ¿cómo sabes que no sé leer?”

Porque el nombre en tu identificación de cazador es “Ajira”.

Al darse cuenta de lo descuidado y despectivo que había sido el funcionario con él, Akira casi arruga su identificación.

Ahora, volvamos a Kugamayama, propuso Alfa con una sonrisa socarrona. Allí podemos retomar nuestra charla. Déjame cualquier lectura hasta que termines de aprender a hacerlo tú mismo.

Akira asintió sin decir nada, guardó su identificación de cazador y se marchó hacia la ciudad de Kugamayama. Alpha se puso a su lado.

“Por cierto”, preguntó Akira despreocupadamente, para distraerse de su frustración, “¿qué era ese monstruo que matamos en las Ruinas de Kuzusuhara?”

Un perro de armas, respondió Alfa.

“¿Eh? ¿Quieres decir que era del mismo tipo que los otros? A mí me pareció totalmente diferente.”

Ese probablemente falló cuando trató de modificarse a sí mismo. Por eso era lo suficientemente débil como para que lo derribaras.

“Entonces, ¿era todo ladrido y no mordida?”

Eso depende de tu punto de vista. Tal vez sólo tenía una debilidad que tuviste la suerte de aprovechar. Pero si crees que puedes volver a derrotarlo — sin mi apoyo, por supuesto — entonces diría que “todo ladrido y nada de mordida” es una evaluación justa.

“De ninguna manera.”

Entonces eso demuestra lo increíble que es mi apoyo. Deberías pensar en agradecérmelo. Alpha sonrió, orgulloso y travieso.

Akira le devolvió una sonrisa hueca. “Muchas gracias”, dijo, y lo dijo en serio. Estaba en deuda con Alpha por cubrir sus errores — aunque era difícil para un chico rudo como él agradecerle honestamente cuando ella se lo pedía.

De nada, respondió Alpha alegremente. Ella parecía entender cómo se sentía él, pero aún había algo de burla en su sonrisa.

***

Así, en el primer día de Akira como cazador, conoció a Alpha y — de alguna manera — consiguió volver a la ciudad de una pieza tras su expedición a las ruinas desafiando a la muerte. Así comenzó la accidentada historia de Akira y Alpha.