Hazure Skill Kage Ga Usui (NL)

Seguí adelante, adentrándome en el bosque, tal y como indicaba la hoja de misión que había memorizado.

Un aventurero había salido en una misión de rango E, pero estaba tardando demasiado.

—Roland, quiero que vayas a buscar a ese aventurero y recuperes su permiso.

Iris me había enviado nada más llegar a la oficina ese día. Mi trabajo esta vez era buscar al desaparecido y traerlo de vuelta, si era posible. De no ser así, el objetivo era volver con su permiso de aventurero.

—Señor Roland, he horneado unas galletas para hoy. ¿Le gustaría tomar un descanso en algún lugar?

Milia acarició ligeramente su bolso. Me había acompañado en mi excursión.

—Todavía no hemos estado en el bosque más de treinta minutos. Nos tomaremos un descanso más tarde.

—Hmph, veo que tu cabeza está tan llena de flores como de costumbre.

Aburrida, Rila también había venido hoy con nosotros. Naturalmente, estaba en su forma de gato negro.

—Señor Roland, su gatit a es taaaan lind a . ¿Está asombrado de se r su dueño?

¡Mrowl! Rila lanzó sus garras contra Milia y se alejó corriendo.

—Oh… ella me odia…

Rila trotó junto a mis pies. En un susurro, le pregunté: —¿Estás preocupad a por mí?

—Hmph. Sería un desperdicio preocuparse por alguien más fuerte que yo.

Eso en sí era cierto. En cuanto a Milia, había venido porque había sido ella la que había asignado al aventurero desaparecido esta misión.

—Normalmente, dejaría este tipo de cosas a los empleados que tienen experiencia como aventureros, pero me hace sentir que no me hago responsable de las cosas. Por eso quería venir contigo esta vez.

—Sea como sea, la misión de “ recoger mandarinas de la flor del cidro ” es sólo de rango E. No creo que tengas que ser tan obediente con esto…

Tal vez Milia se estaba poniendo nerviosa para no sentirse demasiado preocupada por la desaparición.

Había pasado una semana desde el límite de tiempo del informe de misión. El aventurero había sufrido un accidente imprevisto o había decidido ausentarse.

Abandonar una misión sin permiso se llamaba “AWOL”, es decir, ausente sin permiso. Quien abandonaba una misión no podía volver a trabajar como aventurero.

La mandarina de la flor de l cidr o era un ingrediente necesario para la elaboración de la medicina curativa. La hoja de misión había citado un lugar de recolección en el bosque. Recoger los frutos en otro lugar no era realmente un problema, pero el bosque estaba bastante cerca de la ciudad.

—La persona desaparecida es un chico que acaba de convertirse en aventurero de rango E recientemente. Me pregunto a dónde habrá ido… Si no lo encontramos después de buscar hoy y mañana, acabará siendo expulsado del gremio… Y tampoco hemos recibido ningún informe de los gremios de aventureros de otras ciudades…

—Obviamente, está muerto. Buscar un cadáver es un trabajo de principi antes .

—¡¿Cómo has podido decir algo así?! Espera, ¿no era la voz de la señorita Prima Donna hace un momento…?

—No, ese era yo— dije. —Fue una imitación. Bastante b u en a , ¿verdad?

—¡Esto es increíble! Tienes mucho talento.

Rila se rió desde su lugar a mis pies.

—No debería haber nada inusual en este bosque. Si se perdió, podríamos encontrarlo descansando en algún lugar— continué.

—Estoy segur a de que había una cueva cerca…

Cuando Milia intentó sacar un mapa, hablé. —Conozco la que dices , es por aquí.

—¿Has memorizado el mapa?

—Sí. Puedo memorizar la mayoría de las cosas más o menos de un vistazo.

—Eso es realmente increíble…

—Pero también me olvido de todo a la mañana siguiente.

Fue el resultado de mi entrenamiento. Retener cierta información podría ser peligroso.

Había una clara inquietud en el aire cuando llegamos a la cueva. Un monstruo o algo parecido podría haber hecho un nido en ella.

—Hmm. Siento la presencia de un monstruo de tipo bestia. El muchacho puede haber entrado sin darse cuenta de que era un nido— dijo Rila.

—Sí, eso parece plausible— respondí.

—¿Estás haciendo dos papeles a la vez…?

—Por favor, espere aquí, señorita Milia. Es probable que haya un monstruo ahí dentro.

—¿Estará usted bien, Señor Roland? ¿No es peligroso?

—Eso no es problema. Si no vuelvo para cuando el sol empiece a ponerse, por favor vuelve al gremio sin mí.

—Yo… entiendo… A … aquí. ¿Por qué no te llevas mis galletas?

—Muchas gracias.

Milia me empujó los dulces y los recibí con gusto. Cuando Rila y yo entramos en la cueva, le dejé probar uno de los dulces.

—Hmm, apetecible.

Siempre altiva, es ella .

Rila pidió una segunda y luego una tercera. Parecía que le habían gustado. Yo también me comí una. Tenía una textura agradable y no era demasiado dulce, una galleta deliciosa.

Si la información del gremio era creíble, la cueva del bosque no debía ser muy profunda.

—Ah, huelo una bestia. En esta temporada, puede ser una de esas…

El olor abrumador y acre de un animal salvaje golpeaba mis fosas nasales. Cuanto más avanzábamos, más fuerte era.

—¡Grrrrrrrrowl…!

Golpe, golpe. Un monstruo con aspecto de oso salió disparado del fondo de la cueva. Tenía los ojos inyectados en sangre y respiraba con grandes resoplidos.

—Un oso gris, ¿verdad? La cosa parece bastante agitada.

—Rila, busca al aventurero desaparecido.

—Si debo hacerlo.

Con gracia, Rila pasó por delante del oso gris.

Sin nadie más alrededor, me enfrenté al animal uno a uno.

—¡GROOOOoooooRWLLL!

Con un rugido, el oso gris se levantó. Se elevó hasta alcanzar los dos metros y medio de altura.

Mientras se balanceaba con un brazo, el olor penetrante de la sangre pasó por mi nariz.

¡FWSHT! Las garras de la bestia rastrillaron el suelo.

Tenía que admitir que el ataque había sido bastante rápido. El oso parecía más que dispuesto a luchar hasta la muerte. Si no hubiera sabido mucho de batallas, dudaba que hubiera salido vivo de la cueva. Dejar al oso no era una opción: era probable que matara a alguien si se le dejaba a su suerte .

—Hmph.

Usé un golpe de karate para romper una de sus garras.

—¡¿Graaah?!— El oso gris parecía sobresaltado, incapaz de comprender lo que acababa de suceder.

—Hmph.

Esta vez, envié mi puño volando, apuntando a su boca.

¡CRRRSH! Varios de sus colmillos se rompieron.

—¡¿GRAAAA?!

—Uno más.

Rompí otro de los dientes del oso y la bestia soltó un aullido estruendoso.

—¡GroooOOOOOOOWWW!

Pensé que mi demostración de fuerza era suficiente para que el oso gris entendiera que yo era más fuerte, pero insistió en seguir luchando.

Oh, bueno.

Me coloqué detrás de él y al mismo tiempo salté en el aire. Antes de que el oso tuviera tiempo de darse la vuelta, le asesté un golpe en el cuello.

—Urk…

THUUUD. El oso gris se desplomó en el acto.

De entre las sombras, apareció un cachorro de oso gris. Parecía que acababa de derrotar a la madre.

—Cwoo…

El cachorro empujó a su madre con la nariz. Ella había estado protegiendo a su hijo. Eso explicaba por qué había sido tan violenta.

—Cwoo, cwoo.

—No te preocupes. Sólo está dormida.

Era la verdad. Después de todo, yo había sido el que se había entrometido en su casa. Simplemente quería comprobar si el aventurero estaba más profundo en la cueva. No había venido a matar la ni nada.

Sin embargo, recogí una garra y un colmillo cortados para demostrar que me había encontrado con el oso.

Con suerte, después de haber sido sometida a tanto dolor, la bestia se acordaría de temer a los oponentes humanos. Con suerte, no intentaría atacar a ningún transeúnte a partir de ahora.

Apenas terminé de recoger lo que necesitaba, Rila volvió corriendo.

—¡Knave! ¡Lo he encontrado! Todavía está respirando…

—Muy bien, llévame hasta él.

—Por aquí— dijo Rila, y corrí tras ella. Encontramos a un chico sentado contra la pared trasera de la cámara más profunda de la cueva.

Después de darle un poco de agua, finalmente abrió los ojos.

—¿Eres personal del gremio…?

Comprobando su permiso de aventurero, confirmé que efectivamente se trataba de la persona desaparecida. Le hice aferrarse a mi espalda y salí de la cueva. El chico no parecía tener ninguna herida especialmente grave. Quizás había entrado sin darse cuenta de que era la guarida del oso gris y luego no había podido escapar. Una bestia así habría sido demasiado para un aventurero de rango E.

—Este es el niño, ¿verdad, señorita Milia? Parece un poco débil, pero debería estar bien.

—Qué alivio…— Milia dejó escapar un enorme suspiro.

Después de comprobar cómo estaba el niño, que se había quedado dormido en algún momento, las lágrimas se formaron en las esquinas de los ojos de Milia.

—Estoy tan feliz de que lo hayamos encontrado… realmente lo estoy. Señor Roland, muchas gracias. De verdad.

—No tienes que agradecerme. Sólo me preguntaba si estaría en la cueva.

—No, no. Normalmente, habríamos pedido refuerzos y pedido ayuda a otros aventureros, pero tú entraste sin prestar atención a los peligros…

—¡¿Qué…?! ¡¿La gente normalmente no se pasea por cosas como esta…?!

—¿Eh? ¿Qué? Está bien. Todo salió bien. Eso sólo significa que eres valiente e inflexible.

…Si ese era el caso, supongo que no había ningún daño.

—Oh, aquí. Es una garra y un colmillo de oso gris. Me atacó en la cueva, pero le di una rápida lección. No creo que moleste a la gente por un tiempo.

—Un gris… ¿Qué? ¡¿Has dicho un oso gris ?!

—Sí. Eso es lo que era.

—¡Son enemigos muy salvajes y formidables! Luchar contra uno de ellos suele ser una misión de matanza de rango A. Son conocidos por volverse violentos en esta época del año…

Ya veo. Así que es así.

—Debería estar bien. El oso sólo estaba atacando porque tenía un cachorro. Mientras no nos entrometamos en su territorio, no debería suponer ningún problema.

—¿Hwah…? ¿De verdad? Seguro que es usted un experto para alguien que no es un aventurero, Señor Roland!

—B-bueno… estuve viajado mucho .

No era una mentira, de verdad, no lo era.

Cuando volvimos al Gremio de Aventureros, primero hicimos que un médico examinara al niño. No parecía haber nada malo en él, así que pensamos que era probable que se animara después de dejarle descansar un rato.

—¡El Señor Roland rescató a ese niño de una cueva!

Un murmullo surgió de todo el gremio antes de romper en un fuerte aplauso.

—¿Te refieres a esa cueva en el bosque? Tienes muchas agallas, novato.

—¿Realmente luchaste contra un oso gris, también? ¿Estás seguro de que no eres un aventurero?

Excluyendo a Maurey, mis colegas más veteranos me dieron una recepción áspera, pero no menos acogedora.

Unos días más tarde, el chico se había recuperado y vino a dar las gracias.

—Te debo mi vida. ¡Muchas gracias!

—Asegúrate de tener cuidado a partir de ahora.

—¡Sí, señor!

Estaba siendo apreciado sin tener que matar a nadie. Tal vez este trabajo