Hazure Skill Kage Ga Usui (NL)

Volumen 1

Capítulo 5: Quiero Vivir En Una Casa Normal

Mañana era un día festivo.

Milia y Maurey estaban discutiendo en la oficina.

—Miliaaa, ¿no es un día libre mañana? Salgamos a comer juntos. Hace mucho tiempo que no tenemos un descanso, ¿no? Conozco un sitio estupendo…

Milia sonrió torpemente ante la invitación.

—Uhhh, bueno… tengo planes, así que… lo siento.

Me ocupé de archivar documentos mientras pensaba qué hacer con el día libre.

—Señor Roland, ¿dónde vive? ¿Está en el lado este?— preguntó Milia, acercándose a mi escritorio.

El lado este de la ciudad era mayoritariamente residencial y relativamente tranquilo.

—¿Dónde vivo…? Me hospedo en una posada todas las noches.

—¡¿Qué?! Debes ser rico…

—¿Tú crees?

—Sí, quiero decir que, normalmente, la gente vive en las casas que están a poca distancia de su lugar de trabajo.

Cuando me soltó ese bombazo, le contesté automáticamente: —¿La gente suele vivir en casas que están a una distancia prudente de su lugar de trabajo?

Tenía una casa en la montaña, pero solía ir allí sólo una vez cada dos meses. Quizá fuera más apropiado llamarla parada de descanso que casa. Después de meditarlo un momento, llegué a la conclusión de que nunca había tenido un lugar de trabajo fijo.

Había tenido objetivos en lugar de una oficina.

Normalmente, me instalaba en el lugar donde estaba el objetivo. Desde un lugar de su barrio, podía llevar a cabo una investigación detallada: a qué hora se levantaba por la mañana, qué desayunaba, qué hacía en el trabajo, cuándo volvía a casa, si daba rodeos, cuántas veces iba al baño, con cuántas mujeres se acostaba, qué manías tenía, su familia, sus amigos, sus amantes…

Una vez que hubiera investigado todos los aspectos del objetivo, descartaría cualquier opción que superara mi capacidad. Después de todo, sobrestimar mis habilidades y fracasar como resultado no era lo ideal. Lo mismo ocurría en el campo de batalla. Los cobardes vivían más que los galantes.

La opción de vivir cerca de mi lugar de trabajo nunca se me había pasado por la cabeza.

—Supongo que tiene sentido vivir cerca si tienes un lugar de trabajo fijo…

—Señor Roland, si sigue pasando las noches en una posada, acabará perdiendo la mayor parte de su sueldo en gastos de alojamiento. ¿O escatima en sus comidas? Eso no es bueno. Tienes que asegurarte de comer bien. Si no, no tendrás energía.

—Es una damisela un poco testaruda, ¿no?— dijo una nueva voz.

—¿Eh? ¿Has oído la voz de una mujer hace un momento?— preguntó Milia.

—No he oído nada— insistí.

Como siempre, Rila estaba acurrucada bajo el escritorio a mis pies.

—Supongo que… una casa parecería más normal .

—No parece normal; es normal.

Eso lo resolvió. Buscar una era mi siguiente objetivo.

—Oh, si quieres, puedo enseñarte la ciudad y darte una vuelta por algunos lugares desocupados. ♪ Esta es mi ciudad natal, así que la conozco como la palma de mi mano.

—Si es así. En ese caso, por favor, enséñame el lugar.

—Espero que sea una morada digna de mi presencia— comentó Rila, dejando escapar otro murmullo.

Mientras veía a Maurey con cara de disgusto por el rabillo del ojo, Milia y yo hicimos planes sobre dónde y cuándo nos encontraríamos mañana. Me preguntaba qué había pasado con sus otros planes. Cuando Rila y yo llegamos a casa, expresé mi confusión al respecto.

—Deberías haber sido capaz de averiguar lo que significaba basándote en el flujo de la conversación— explicó Rila. —Sus supuestos planes eran una forma indirecta de rechazar a ese otro hombre.

—Ya veo. Haciendo eso, puede rechazarlo sin agravar la situación.

—Ahí lo tienes— dijo Rila.

Por lo visto, afirmar tener planes era una práctica habitual entre las mujeres. Las damas sí que lo tenían difícil.

Cuando Rila y yo fuimos a encontrarnos con Milia frente al Gremio de Aventureros al día siguiente, me sorprendió ver que ya estaba allí.

—Siento llegar tarde.

—En absoluto, sólo llegué temprano. Llegas justo a tiempo. ¡Oh, una gatita! ¿Es tuya?

—Sí. Me gustaría enseñarle también nuestra nueva casa.

—Es una excelente idea.

Cuando Milia intentó acariciarla, Rila apartó la cara y se escondió detrás de mí. La acción de Milia era inofensiva, pero Rila no tenía intención de seguirle la corriente a la chica.

Después de Milia, empezamos a buscar una casa.

—Mi familia ha vivido en esta ciudad desde siempre, así que conozco más o menos todas las casas vacías y a sus propietarios. ¿Qué tipo de lugar estás buscando?

—Eso es obvio. Una casa normal — respondí.

—…Um… No pienso enseñarte mansiones ni nada por el estilo, tenlo por seguro.

—Un lugar tranquilo sería muy apreciado.

—¡Muy bien! …¿Espera? ¿Era su voz la de hace un momento… Señor Roland?

—Sí, lo fue—.

En realidad había sido Rila, pero no iba a ofrecer esa información.

—¿Uhhh?— Milia ladeó la cabeza. —Bueno, está bien.

El primer lugar que nos mostró fue una casa de un solo edificio en un distrito residencial del lado este.

—Mi casa está bastante cerca, ¡apenas a diez minutos a pie! Esta casa no ha estado vacía durante mucho tiempo, así que está en buen estado. Además, podríamos ir caminando al trabajo juntos… hee-hee.

El edificio estaba rodeado de otras residencias. Aunque no tenía patio, era un lugar bastante ordenado. Después de verlo, Rila sacudió la cabeza. Parecía que esta casa no le gustaba al gran y poderoso Señor Demonio.

—Por favor, enséñame el siguiente— dije.

—Uhhh… claro…

Milia comenzó entonces a susurrar algunas quejas para sí misma — Me pareció una casa bastante bonita… Parecía un buen lugar… — mientras continuaba hacia la siguiente casa disponible.

La segunda casa parecía estar en las afueras de la ciudad.

Incluso desde lejos, era fácil de distinguir por la poca cantidad de cosas que había alrededor. El patio estaba tan lleno de maleza que ni siquiera podía ver el suelo.

—El propietario aparentemente solía ser un aventurero, pero parece haber estado desocupada durante mucho tiempo. No es inusual que los aventureros desaparezcan, así que lo más probable es que…

Si la persona había estado desaparecida durante años, era fácil imaginar el final de la frase de Milia, incluso si no había estado trabajando en un gremio.

Esta Casa era un poco más grande que la que habíamos visto en el distrito residencial. Lo único que había cerca era un pequeño arroyo. Era tranquilo y la brisa que pasaba era agradable. De vez en cuando, podía oír el agua corriente del arroyo. Los únicos inconvenientes reales eran que la casa era bastante antigua, y que estaba situada lejos de la mayoría de las cosas de la ciudad.

La cola de Rila se agitaba de un lado a otro. Lo había notado hace poco, pero eso parecía indicar que estaba de buen humor.

—Vamos a echar un vistazo rápido a dentro.

En el momento en que Milia tocó la puerta, sentí una presencia inquietante. Las orejas de Rila también se pusieron firmes.

Era la presencia de un monstruo de tipo no-muerto.

—Por favor, espere aquí, señorita Milia.

—¿Eh? Supongo que puedo…

Aunque muchos de los empleados del gremio eran antiguos aventureros, no todos lo eran. Milia era, obviamente, una civil normal y corriente.

La puerta, que no estaba cerrada con llave, crujió cuando tiré del picaporte. Los ladrones podrían haber estado usando este lugar como su escondite.

Era mucho más espacioso de lo que parecía desde fuera. La luz del sol entraba por las ventanas, haciendo que el lugar fuera relativamente luminoso. Sin embargo, esto sólo dificultaba la visión en los rincones oscuros.

—Bribón, es esta habitación— dijo Rila.

—Bien.

Algo parecido al humo salía de una puerta en la parte trasera.

—Un humano corriente difícilmente podría mantenerse en sus cabales… Sin embargo, es evidente que eres un caso excepcional.

—Quieres decir normal , ¿no?

—¿Qué es lo normal en ti?

Al entrar en la sala de la que procedía el vapor, me recibió inmediatamente algo que parecía la mitad superior flotante de un ser humano. Su cuerpo era parcialmente transparente. El rostro casi humano de la criatura albergaba un único ojo de color amarillo oscuro. Este monstruo era conocido como un plasma oscuro.

—¡MrrrrrGHHHH!

Los plasmas oscuros eran oponentes problemáticos que consumían vitalidad.

Ya había luchado varias veces contra este tipo de cosas; era más rápido derrotar a uno usando la magia… Sin embargo, se suponía que éste era mi nuevo hogar. No me gustaba la idea de arriesgarme a sufrir daños colaterales por un disparo perdido.

—Entonces, ¿qué vas a hacer?— preguntó Rila.

—Sólo mira.

Reuní maná en mi brazo izquierdo, envolviendo mi antebrazo en magia.

—Oh, no tenía ni idea de que pudieras ser tan hábil…

—¡MrAAAAAGH!

Con no poca agilidad, el plasma oscuro vino volando hacia mí.

—¡Hmph!

¡BWOOSH!

Mi brazo izquierdo hizo un agujero limpio en el pecho del plasma oscuro.

—Aaaaaahhh…

Con su último y agónico aliento, mi oponente dejó caer la piedra de maná que había utilizado como catalizador. La forma del plasma oscuro se atenuó hasta desaparecer por completo. El exceso de maná parecía brotar de mi brazo. Sin embargo, eso se detuvo rápidamente cuando dejé de dirigir el maná a través de mi brazo.

—Entre la raza demoníaca, revestir una parte de tu cuerpo con maná es un truco al que nos referimos como Magi Raegas.

—Ese es un nombre bastante exagerado sólo para cubrir con maná.

—Es porque pocos lo comprenden. Es natural que tenga un nombre engrandecido.

—Parece que hay muchos más demonios son inadaptados de lo que había supuesto.

—¿Qué quieres decir? La aberración eres tú.

◆

Realmente me sentía más a gusto en la batalla que trabajando como empleado del gremio. Tal vez sea porque me he acostumbrado a ello.

Tras derrotar al plasma oscuro y echar un vistazo a la casa, volví con Milia.

—¿Cómo te fue?— preguntó.

—Me la quedo. Es tranquilo y adecuada para mí— respondí.

—Me alegro. Entonces, ¿qué tal si volvemos a la ciudad? Te ayudaré a mudarte.

—No tengo ninguna pertenencia. Está bien.

—¿Eh?

—Voy a limpiar la casa y a cuidar el jardín, así que eso es todo por hoy.

—¿Eh? ¿Ya? Esperaba que al menos pudiéramos comer juntos…— murmuró Milia. Entonces, como si algo se le hubiera ocurrido de repente, dio una palmada. —En ese caso, ¡prepararé la comida y la traeré! Mientras lo hago, puede limpiar, señor Roland.

Salió corriendo sin esperar mi respuesta.

—Parece que le has cogido cariño— observó Rila.

—¿Eso crees? Ni siquiera había pensado en la comida, así que sinceramente es una ayuda.

Volví a mirar el interior de la casa. Excluyendo el salón y la cocina, había cuatro habitaciones. El polvo no tenía fin, pero parecía que sería un lugar bastante utilizable después de una buena limpieza.

Toqué el cuello de Rila. Su cuerpo brilló y volvió a su forma original. Habíamos estado cerca el uno del otro en el momento de la transformación, y eso había forzado la espalda de Rila contra la pared. Nuestras caras casi se tocaban.

—Rila… hagámoslo.

Tras parpadear varias veces, Rila se sonrojó y se dio la vuelta.

—N-no podemos… Aunque… es un nuevo hogar… y estamos solos… N-no tenemos ni idea de cuándo puede volver la damisela…

—Terminaremos antes de que vuelva.

Rila volvió su cara hacia mí.

—…Nn.

Apretó los ojos y frunció los labios.

—¿Hmm? Te encargarás de las habitaciones húmedas; te dejo la cocina, el baño y el inodoro.

—…

—Abre los ojos. Ponte en marcha. El tiempo es esencial.

Rila tembló por un momento y luego me golpeó en el pecho.

—¡Jódete!— Rila dio un fuerte pisotón por el pasillo. — ¡¿Ngaaaah?! ¡El suelo se ha hundido! ¡Date prisa y ven aquí, bribón! No puedo moverme…

—Eres un desastre.

Cuando vine a sacarla la cabeza de Rila era lo único que estaba por encima de las tablas rotas del suelo. Con partes de la casa en tan mal estado, era todo lo que podía hacer para repararlas como exigían.

Después de que los dos nos dedicáramos a la limpieza durante un rato, Milia volvió con una cesta en las manos.

—¡Vaya! Señor Roland, parece mucho más limpio.

—Bueno, no lo hice solo. Deja que te la presente. Ella es Rila, el demonio que me ayudó.

—Hmph— Rila hinchó su pecho con arrogancia. —Mi nombre es Rileyla. Sin embargo, permitiré que me llames Rila. Parece que eres tú la que cuida de Roland durante sus horas de trabajo. ¿Es eso cierto?

—Hola… mi nombre es Milia McGuffin. Soy la colega del Señor Roland.

La mayoría de los demonios estaban afiliados al ejército del Señor Demonio y eran temidos con razón por los humanos. Habría sido completamente comprensible que Milia también tuviera miedo.

—Señorita Milia, está bien. A pesar de ser un demonio, no puede usar la magia.

—Oh, ¿no puede? Eso es un alivio.

Las mayores diferencias entre los demonios y los humanos eran las discrepancias en las habilidades mágicas y las destrezas mágicas. Los demonios eran superiores en ambas.

Rila se zampó el almuerzo que Milia había puesto en la mesa.

—Hmph. Aceptable.

—¡H-hey! ¡Pero sólo hice lo suficiente para el Señor Roland y para mí!

—Grrr— me susurró Milia al oído mientras hacía un mohín. —¿Qué pasa con esta mujer pomposa?

—La conocí mientras estaba de viaje, y terminamos intimando…

Eso no era una mentira. Podría haberle dicho a Milia que Rila era el Señor Demonio, pero parecía poco probable que se creyera esa historia.

—No soy especialmente partidaria de esto; sin embargo… no es terrible. Puedes traer más de nuevo.

—¡Se está burlando totalmente de mí!

Los tres disfrutamos de la comida mientras Milia se enfadaba por las burlas de Rila. Parecía que Milia lo había hecho todo ella misma. Incluso alguien como yo, que no podía distinguir entre lo bueno y lo malo, podía reconocer fácilmente que era una buena comida casera.

—Una vez que terminemos, puedo ayudarte a limpiar el lugar— ofreció Milia.

—Tenemos suficientes manos aquí. Puedes irte a casa— dijo Rila.

—¡No! ¡Una Oportunidad!

Como alguien que conocía la verdadera identidad de Rila, era un poco divertido ver cómo el Señor Demonio y una chica de pueblo como Milia se miraban fijamente.

—Cuanta más gente, mejor. Por favor, ayúdenos, señorita Milia”.

—¡Con mucho gusto!

Al parecer, Milia era bastante buena limpiando.

—Oye, señorita Prima Donna, parece que las cosas no te van bien. No eres inepta para la limpieza, por casualidad, ¿verdad? Pfft!

—Vengo de la nobleza. Podría limpiar una casa en unos instantes si convocara a algunas bestias para que lo hicieran por mí. Sólo mira: Desde las sombras, venid, compañeros míos. Por este principio, manifiéstense sobre este contrato .

—…Ha-ha. No ha pasado nada. ¿Qué ha sido eso de ahora? ¿Intentabas imitar a alguien o qué? Oh, es extraño. Ni siquiera sentí la m de magia de eso. Pfft!

—¡Por qué, pequeña! ¿Te atreves a burlarte de mí…? ¡No perdonaré esto, damisela…!

Las dos mujeres parecían divertirse.

Sorprendentemente, Rila se esforzó en limpiar, probablemente porque Milia la había irritado.

Gracias al esfuerzo de todos, el lugar tenía un aspecto notablemente mejor al caer la noche.

—¿Te gustaría cenar en mi casa?— preguntó Milia.

Pensaba ir a un restaurante, pero no había ninguno cerca de mi nueva casa.

—Me abstendré de esta invitación— declaró Rila.

—Ya veo— dijo Milia. —Entonces sigamos nuestro camino, Señor Roland.

—En ese caso, aceptaré tu oferta— respondí.

—De acuerdo.

Rila gruñó y empezó a sacudir la silla en la que estaba sentada hasta hacerla sonar. En cambio, Milia le hizo un gesto con la mano a Rila con una sonrisa alegre mientras ella y yo nos íbamos.

—Te prohíbo que te quedes fuera hasta muy tarde.

Dudé si convertir a Rila en un gato, pero decidí que estaba bien como estaba. No es que nadie vaya a visitar la casa.

—Muy bien— fue lo último que dije al dejar atrás mi nuevo hogar.

—Cuando volví a mi casa para hacer la comida, le conté a mi padre lo de tu casa… Al parecer, hay un rumor sobre un extraño monstruo que ronda esa casa… No has tenido ningún problema, ¿verdad? Sé que es un poco tarde para sacar el tema, pero estaba tan preocupada…

—Ah, eso. Ya lo he limpiado.

—¿Lo has limpiado…?

—Era un plasma oscuro. Parece que usó esto como catalizador y se instaló en esa casa.

Le entregué la piedra de maná a Milia.

—¡¿Un plasma oscuro…?! ¡Ese tipo de monstruo justificaría una misión en solitario de rango B!

—¿Lo haría?

Al parecer, no conocía los criterios que hacían que un monstruo fuera débil o fuerte. Cuando se trataba de oponentes a los que había derrotado en la guerra, había memorizado sus puntos débiles, así que no tenía problemas para enfrentarme a ellos.

—Cuando dices que lo has limpiado , ¿no querrás decir que lo has derrotado…? Ahhh…— Milia se quedó boquiabierta y parpadeó varias veces en rápida sucesión. —Pero estaba segura de haber oído que eran resistentes a los ataques físicos.

—Le clavé el brazo en el pecho.

—¿Qué está pasando…? Pero son más bien intangibles… Señor Roland, no tendrá usted mucho talento o algo así, ¿verdad?

—No, sólo soy normal .

—Seguro que no lo parece…

En medio de nuestra charla, pronto llegamos a la casa de Milia. Su madre, una mujer de aspecto amable, acababa de preparar la cena dentro.

—Mamá, este es el Señor Roland. Trabajamos juntos.

—Oh, hola. Gracias por ayudar a mi hija.

—En absoluto. Milia es la que me ayuda.

Mientras esperaba en el asiento que me ofrecieron, el padre de Milia se acercó y me dio un simple saludo. Hablamos del gremio, de los aventureros y de mi vida antes de empezar a trabajar en el Gremio de Aventureros. La conversación durante la comida fue bastante variada. Milia y sus padres nunca habían vivido fuera de la ciudad, así que se dejaron llevar por mis historias.

—Llevamos una vida normal en una ciudad normal, así que estoy seguro de que debemos parecer aburridos a tus ojos, Roland.

—En absoluto.

El ambiente era cálido, casi tímidamente.

—Creo que es maravilloso que vivas así.

Los padres intercambiaron una mirada y sonrieron incómodamente ante mi sincero comentario.

—Somos un hogar normal, nada especial— dijo la madre.

Ya veo.. . así que este es el legendario hogar normal…

—Llegamos a casa después de trabajar en la clase de empleos que se pueden encontrar en cualquier parte. Luego comemos, dormimos y volvemos al trabajo… Nuestros días son excesivamente mundanos, así, Roland.

Puede que les pareciera aburrido, pero dependiendo del lugar, diría que era una forma de vida poco común. Sin embargo, con el fin de la guerra, es probable que haya cada vez más gente que viva de esta manera.

Mientras yo me perdía en mis pensamientos, el padre continuó. —Con el tiempo, encuentras a alguien a quien te acercas y te casas con ella. Luego haces una casa y crías a los hijos que tienes… Así es la vida normal de un hombre corriente.

— ¡¿La vida normal de un hombre ordinario… ?!

Lo grabé en mi memoria.

Así que esta es la vida de un hombre normal…

…qué palabras tan profundas me había dicho el padre de Milia.

Me sentí extraño.

Era la primera vez que me daba cuenta de que podía existir un lugar tan cálido y gente tan amable.

Esta era la normalidad que buscaba.

Mientras Milia y su madre se levantaban de sus asientos para limpiarse, me dirigí al padre de Milia. —Pareces muy unido a tu mujer.

—Bueno… ella era aterradora cuando yo le era infiel…— Los ojos del hombre parecían distantes. —Cuando hay una oportunidad, está en la naturaleza de un hombre aprovecharla, ¿sabes?

—¿Así que aprovechar la oportunidad es normal… ?

—Sí. Estoy seguro de que un joven como tú recibe mucha demanda.

—¿Tú crees?

Era una conversación entre dos hombres. En el campo de batalla, había escuchado a soldados y oficiales decir cosas similares. “Me gustaría hacerlo si tuviera la oportunidad”.

Había pensado que el apetito carnal había sido engendrado por las circunstancias únicas de la guerra, pero según el padre de Milia, ese parecía no ser el caso. Eso significaba que era normal para un hombre…

Como la noche se está haciendo larga, me excusé de la casa de Milia.

—¡Nunca me habían hecho esperar tanto, bribón! ¡Qué posición tan favorable tienes para dignarte a aplazar así al Señor Demonio! Incluso te advertí muy fuertemente que no… ¡¿Me estás escuchando?!

Rila echaba humo.

Empezó a regañarme nada más llegar a casa. Me limité a silenciarla con mis labios. Cuando le pregunté si estaba satisfecha después de hacerlo, Rila asintió tímidamente varias veces.

Evidentemente, eso la había puesto de tan buen humor que la poderosa Señor Demonio parecía positivamente emocionada en la entrada de mi casa.