Hazure Skill Kage Ga Usui (NL)

Habían pasado días desde que Maylee se fue.

Yo había estado trabajando como siempre mientras Rila hacía lo suyo en casa. Cuando se aburría de eso, me lo decía, y yo la convertía en gato para que viniera a merodear por mi despacho.

—Señor Roland… parece usted deprimido últimamente— observó Milia mientras yo archivaba unos papeles.

—¿Estoy deprimido?

—Sí. ¿Es porque Maylee se fue…?

Me pregunté si realmente era así. Ciertamente no me sentía tan deprimid o . Les había dicho a todos en el trabajo que Maylee había vuelto a vivir con sus padres y que ya no nos hacíamos cargo de ella.

—Estoy un poco triste por dentro. Es una sensación extraña— admití.

Era cierto que había dejado de sentir es a cal idez desde que Maylee se había ido.

—Señor Roland, eso es lo que se llama soledad .

Ya veo. Así que este sentimiento se llama soledad. Estaba seguro de que eso era lo que había estado experimentando. Como si hubiera descubierto una pieza de rompecabezas que faltaba, de repente me sentí más seguro. Rila y yo habíamos estado solos los últimos días.

Iris me había pedido una explicación sobre el conflicto entre Maylee y el aristócrata Lord Bardel. En la intimidad de su despacho, le conté toda la historia. Todo el mundo esperaba que la Directora de Sucursal me regañara por haber actuado con violencia en la oficina, pero en realidad hizo exactamente lo contrario.

—Pareces más un aliado de la justicia que un asesino.

Dudaba que algún aliado de la justicia se ganara la vida matando gente, pero acepté el cumplido de todos modos.

—¡Um…! ¡Sólo una vez más, por favor! Trabajaré más en la magia y estudiaré más…

—Puedes decir eso, pero…

Un niño tenía la cabeza agachada y estaba haciendo una súplica a un recepcionista.

—¡Quiero ser un aventurero!

—Un fracaso en el examen es un fracaso. Eres libre de intentar el examen en otra ocasión.

Me interesé por el intercambio, y mientras escuchaba, Milia me informó de los detalles. —Ha suspendido el examen de aventurero antes, pero al parecer, se niega a rendirse. También vino ayer.

Cualquiera podía presentarse al examen de aventurero siempre que no fuera un delincuente. Para aprobarlo, había que cumplir un determinado nivel de base y que un supervisor confirmara tus habilidades. Los descalificados sólo podían volver a intentarlo al cabo de medio año, como estaba escrito en el manual del empleado. Este largo periodo de espera tenía como objetivo animar a los aspirantes que fracasaban a formarse y fortalecerse.

Recogí los resultados del examen de aventurero y los hojeé. Sólo había una persona que había suspendido el examen después de que Maylee lo hiciera. Era un chico de catorce años llamado Geppetto.

—…

Hmm. Ya veo.. .

Las hojas de examen solían incluir el nombre del aspirante, su edad, su especialización en armas, su habilidad (si se había identificado alguna), su valor de medida mágica y el nombre del supervisor.

—El gremio va a cerrar ahora, así que tendrás que irte por hoy.

—…Sí, señora…— Los hombros de Geppetto se desplomaron al salir.

Llegó la hora de cerrar y, al terminar el trabajo, salí de la oficina. Oí a Milia gritar detrás de mí: —Oh, ¿eh? ¿Alguien ha visto al Señor Roland?

—Argan acaba de ir a casa— respondió uno de nuestros compañeros.

—¿Qué? Se va a casa demasiado pronto… Quería cenar con él hoy.

Encontré a Geppetto sentado en los escalones de piedra que llevaban a la puerta principal del gremio.

—¿No puedes esperar medio año?— le pregunté.

Levantó la cabeza cuando se fijó en mí.

—Eres del gremio, ¿verdad? …No, necesito apresurarme y convertirme en aventurero para poder darle a mi madre una vida cómoda…

Convertirse en aventurero ofrecía la posibilidad de hacerse rico rápidamente, pero la probabilidad de que eso ocurriera era bastante baja. En ese sentido, aventurarse no era muy diferente de apostar.

—Fui demasiado débil… suspendí el examen.

Fue un miembro del personal masculino el que supervisó el examen. Por lo que sabía, tampoco había habido nada raro. Geppetto había nacido y crecido en Lahti. Por lo que deduje, él y su madre se las arreglaban a duras penas.

—Una vez vi al héroe luchando contra el ejército del Señor Demonio desde lejos. Supongo que quería ser como ella. Atravesó grandes multitudes de monstruos y demonios con su espada, fue increíble— dijo Geppetto.

¿Por eso eligió usar una espada? Durante mi estancia en el grupo de héroes, Almelia también había confiado en su habilidad con la espada, lo que hacía que su estilo de lucha fuera muy tosco.

—Tenía curiosidad, así que eché un vistazo a los resultados de tu examen, Geppetto… Parece que tu habilidad es Atravesar.

—Sí. Tenía tantas ganas de ser como el héroe, pero mi habilidad es tan inútil… Si me hubieran dado una mejor…

Con pocas excepciones, todos poseían una habilidad de algún tipo. Al igual que yo tenía la habilidad de Discreción , Geppetto tenía la habilidad de atravesar.

—¿Podría mostrármelo? ¿Tu habilidad, es decir?— Le pregunté.

—¿Eh? Supongo que puedo…

Había que ser creativo. No importaba qué tipo de habilidad basura tuvieras, lo que importaba era cómo la utilizabas. En realidad, a diferencia de la mía, Atravesar no era una habilidad tan mala de tener. Con una expresión de curiosidad en su rostro, Geppetto me siguió hasta un terreno baldío de la ciudad.

—Muy bien, aquí va.

El joven desenvainó su espada y se preparó. Su postura estaba llena de aberturas, hasta el punto de ser divertida.

—¡Ja!

Empujó la espada hacia delante con ambas manos. La habilidad que había invocado hizo que la punta de la espada brillara ligeramente. A continuación, dio un par de tajos más, luego apuñaló, dio un golpe y me mostró cómo manejaba su espada.

—Tal y como suena, Atravesar es una habilidad especializada en atravesar cosas. Así que estás usando tu habilidad cuando empujas— dije.

—Así es— respondió Geppetto con júbilo.

Busqué y encontré algo perfecto.

—Intenta usar tu habilidad en esto.

—Uhhh. ¿Pero eso no es un arma…?

—¿Sabes cómo usarlo?

—Yo sí. Vamos, no soy tonto.

Sin parecer especialmente emocionado, el chico cogió la pala y la clavó en el suelo.

Kchunk-

—¡Guau! Se metió hasta el fondo…!

La pala se había enterrado casi hasta la mitad del mango.

—Esto es increíble.

—Esa es la clase de habilidad que tienes.

—¿Qué? ¿Estás diciendo que mi arma es una pala? Eso es tan patético… Súper patético…

Geppetto se puso de rodillas y bajó la cabeza.

—Cavar agujeros es increíblemente útil. Si te encuentras en un bosque o una cueva sin un lugar seguro para descansar, puedes usar la pala para crear tu propio lugar. Apila la tierra y la roca que saques y tendrás un muro.

—¡Supongo que es cierto…!

Krnch, krnch, krnch, krnch. Geppetto cortó el suelo con la misma facilidad que si estuviera hecho de pudín.

Su visión me hizo recordar algo.

Tenía doce años cuando se me ocurrió la idea de convertir mi inútil habilidad de perdedor en el arma más potente de mi arsenal. Después de dar con la idea, estaba muy ansioso por probarla. Sólo empecé a experimentar por curiosidad.

Si me muevo a toda velocidad mientras activo mi habilidad, ¿cómo reaccionará mi oponente?

Ya dotado de destreza física y de técnicas avanzadas de asesinato, probé mi nueva idea utilizando un patrón de ataque que ya había descubierto que era bastante eficaz. Era lo que Maylee llamaría un día el “Contragolpe”.

Mi oponente, un oso de las montañas, ni siquiera tenía una oportunidad.

Fue ese día cuando mis afinadas habilidades elevaron mi inútil destreza, que sólo me hacía parecer olvidable, a un poder que me hacía indetectable.

Sin embargo, había un subproducto que no esperaba. Cuando desactivaba mi habilidad después de un ataque, mi cuerpo real parecía una imagen residual para mi oponente. Dejaba de usar mi habilidad una vez que había atacado, y el enemigo sospechaba que el verdadero yo no era más que una imagen residual . Como una especie de truco de magia, parecía una decepción cuando se revelaba, pero era imposible seguirlo con los ojos en un combate real. Aunque alguien me viera durante una fracción de segundo, probablemente estaría muerto en ese mismo instante. Un oponente que supiera quién era yo y qué tipo de habilidad utilizaba tendría que hacer un gran esfuerzo para enfrentarse a mí.

Por eso, la forma de utilizar una habilidad era importante.

—Si el examinador tiene experiencia como aventurero, seguro que aceptará la practicidad de la afinidad entre tu pala y tu habilidad.

—Ughhhh… Pero no puedo hacer el examen hasta dentro de medio año.

—¿Por qué no hacerlo en un pueblo vecino? No hay necesidad de hacerlo específicamente aquí, ¿verdad?

Al fin y al cabo, no hay nada que impida a alguien aceptar misiones de otro lugar que no sea el que le ha dado el permiso.

Un aspirante puede hacer el examen en cualquier ciudad.

—¿Eh? ¿De verdad puedo? ¿Realmente puedo ir a otro lugar para tomarlo?

—El siguiente gremio más cercano está un poco lejos, pero puedes. La recepcionista sólo te dijo que no podías hacer el examen hasta dentro de medio año en Lahti.

—Ya veo… ¡Muchas gracias por enseñarme tantas cosas!

Geppetto inclinó la cabeza y salió corriendo feliz. Había querido mostrarle cómo se podía utilizar su habilidad con otras herramientas además de la pala, pero ya tenía lo necesario para superar la prueba. No había otros aventureros que usaran palas como armas. La rareza de tal hazaña sin duda le haría ganar algo de atención.

Una semana después, Geppetto se presentó de nuevo en la oficina.

—¡Señor!— me llamó el chico mientras me sentaba en la parte de atrás.

En su mano tenía un permiso de aventurero.

—El examinador se deshizo en elogios hacia mí. Dijo que la forma en que utilicé mi habilidad fue muy inteligente y que seguramente me llevaría al éxito. No habría podido hacerlo sin usted . Gracias.

—Bueno, eso es fantástico.

—Dijeron que se me darían bien las misiones especiales… como sacar minerales de la tierra, excavar, construir carreteras… cosas así. Dijeron que debía trabajar duro.

Había pensado en enseñarle a usar algunas armas adecuadas, pero probablemente esto era suficiente. De este modo, no se vería envuelto en ninguna misión realmente peligrosa, algo que su madre probablemente agradecería mucho.

—Estoy emocionad o por ver a dónde vas a partir de aquí— dije.

—Ah-ha… Par e , me estás avergonzando— respondió Geppetto.

No lo mencioné antes porque no lo creí necesario, pero ¿te interesa aprender a usar una lanza?— pregunté.

Geppetto se lo pensó y luego negó con la cabeza. —Voy a aventurarme a mi manera. Aunque ya lo aprenderé si surge la necesidad—

El chico sonrió, y yo le devolví la expresión. La habilidad Atravesar significaba, sin duda, que nunca sería un héroe, pero no me parecía mal tener aventureros como Geppetto cerca.