Chitose Kun Wa Ramune (NL)

Volumen 2

Capítulo 4: Una Luna Lejana

Parte 1

Yo, Yuzuki Nanase, me di cuenta pronto de que era una chica especial.

Cuando era pequeño, la mayoría de los niños hacían cualquier cosa que yo decía y las chicas acudían a mí. Serían todos “Yuzuki” esto y “Yuzuki” aquello.

Sin embargo, también me di cuenta bastante pronto de que ser especial no significaba que podría pasar la vida sin problemas. En poco tiempo, los chicos comenzaron a esperar una recompensa por su interés en mí, y las chicas comenzaron a dejarme fuera, susurrando a mis espaldas.

Para tratar de borrar la vocecita dentro de mí susurrando cuánto lo odiaba, intenté inventar nuevas versiones de mí misma. Empecé a pedir favores a las otras chicas, en lugar de a los chicos, y defendía a las chicas y les gritaba a los chicos si estaban siendo malos. Hice pequeños cambios, muchos de ellos, poco a poco.

No fue tan difícil para mí. Pude discernir qué haría felices a otras personas y qué las enojaría. Todo lo que tenía que hacer era darles la versión de mí misma que más les agradaría. Algunos podrían verme como un simple complaciente de la gente y burlarse de mí por eso, pero era mejor que ser rechazado por todos.

Viví mi vida creyendo eso.

Por supuesto, no era solo a nivel superficial. Me esforcé mucho por ser una persona buena y honesta, mejor que los demás. La forma más rápida de convertirte en alguien de quien nadie tiene una mala palabra es evitar decir una mala palabra sobre alguien.

De vez en cuando, me preguntaban, “¿Por qué te esfuerzas tanto?”

Las personas que me preguntaron eso, esperaban que surja de algún gran incidente en mi pasado. Asumieron que había logrado un crecimiento personal a través de la superación de algún tipo de trauma o complejo. Pero no era nada tan grave.

¿Por qué necesitamos una gran razón para tratar de ser mejores y mejorarnos a nosotros mismos?

Pero un pasado que pasé tratando de enfrentar los problemas justo frente a mí, y tratando de encontrar una manera de manejarlos a mi manera, fue lo que me llevó a donde estoy ahora.

No tenía enemigos reales. En la escuela primaria y en la secundaria, mi vida escolar fue todo viento en popa.

Entonces algo realmente malo me pasó.

Fue el incidente con Yanashita, del que le hablé a Saku.

Sentí miedo muy dentro de mí por primera vez. Naturalmente, tenía miedo a la violencia, al dolor. Pero lo que me asustó más que eso fue que ninguna de las armas que había llevado conmigo hasta este momento eran de utilidad en esa situación. Y no tenía otras reservas de fuerza dentro de mí.

¡El orgullo de Nanase Yuzuki no permitirá que un tipo estúpido y grosero la golpee con violencia! ¡Ella no permitirá que les pase lo mismo a otras chicas! ¡Ella no permitirá que él la rompa, no por el bien de la persona que ama! …No había nada de eso en mí. No tengo nada.

No me gusta pensar en eso, pero si Yanashita no se hubiera contentado con terminar de jugar conmigo al tomar esa foto, creo que podría haber renunciado a resistirme por completo. Tal vez si acepto salir con él, las cosas irán mejor. Ese tipo de pensamiento podría haber pasado por mi mente.

El recuerdo no era aterrador solo por la violencia que sufrí. Fue aterrador por lo que descubrí sobre mí.

Parezco tener todo lo que una chica podría desear, pero en realidad, no tengo nada dentro de mí.

Y no tenía idea de cómo convertirme en alguien que lo tiene.

En ese momento, no dudé en descartar todo el asunto, todos los sentimientos que no podía procesar, como un incidente traumático y aleatorio, como ser mordida por un perro.

Entonces conocí a alguien que brillaba más que yo. Alguien que era como un sol brillante que se eleva sobre un océano azul brillante.

Estaba en mi tercer año de secundaria y eran las semifinales de la prefectura de baloncesto. No puedo mentir y decir que nuestros oponentes tenían un equipo fuerte. Los superamos en todo, desde pases, número de tiros a la canasta y formación. Honestamente, los descarté como un equipo que había llegado tan lejos solo por pura pasión. De hecho, planeé conservar mi energía para la final real, sin molestarme en jugar lo mejor posible.

Así que jugamos nuestro juego contra este equipo rudimentario que no tenía nada a su favor más que coraje. Y perdimos abismalmente.

Una chica llamada Aomi Haru fue sin duda la MVP del juego. Se movió rápidamente por la amplia cancha a velocidades increíbles, bloqueó múltiples tiros e incluso cuando cooperamos para bloquearla en que meta una canasta, simplemente rugió y se recuperó para otro intento. Ella era solo alguien bajita, sin mucha fuerza, pero usó eso a su favor y lo convirtió en parte de su técnica.

Cada vez que se abalanzaba sobre la canasta, le pegábamos en la espalda y la enviábamos por los aires. Pero ella sonreiría y saldría corriendo para otro intento. La pasión y el entusiasmo de su equipo se elevaron para poder igualarla.

La mayoría de los tiros de Haru fueron bloqueados y, de hecho, hizo todo lo posible para marcarme a mí, el jugador estrella de nuestro equipo. No deberían haber tenido la oportunidad de ganar, así que, ¿por qué, entonces, tienes los ojos tan fijos en la meta?

—¡Mueve… tu… trasero!

Fue hasta los últimos diez segundos. Solo un punto estaba entre nosotros. No pude evitar que saltara en el aire y hiciera un último tiro desviado a la canasta.

—¿A qué Preparatoria planeas ir?

—A la preparatoria Fuji.

Fue entonces cuando también tomé una decisión sobre mi futuro camino.

La siguiente persona que atrajo mi atención fue un chico tan enigmático como la luna nueva en una noche oscura.

Este chico, amigo tanto de Haru como de Kaito, fue la primera persona que conocí que era como yo.

Gran aspecto. Bendecido con habilidad. Y la capacidad de controlar sin problemas su vida e imagen.

Siempre riendo y divirtiéndome, rodeado de amigos. Pero a veces, se veía tan increíblemente aburrido con todo. Sabía que llevaba una oscuridad dentro de él…… al igual que yo.

… Cuando eres capaz de hacer absolutamente cualquier cosa, en realidad no puedes hacer nada.

Era un tipo de oscuridad pequeña y superficial, del tipo que se podía reír si le contabas a alguien al respecto.

Estaba segura de que terminaríamos en una relación de complicidad. Por lo menos, en el mundo hasta donde yo sabía, él era el único que realmente podía entenderme a mí, y yo a él.

Quería acercarme a él lo antes posible. Pero no quería parecer demasiado ansiosa. Él podría pensar que yo era una chica común y corriente. Está bien, me dije. Dos personas tan parecidas, que asisten a la misma escuela, con amigos en común. Solo déjalo ser, y la oportunidad llegará.

Luego comenzó el segundo año y nos colocaron en la misma clase. Esperé, alrededor de dos meses.

Lo vi en mi mente como una luna llena, flotando suavemente sobre las nubes, como el humo, en lo alto del cielo, cuidándonos a todos.

No se parecía en nada a lo que pensaba. No se parecía en nada a mí, después de todo. Qué manera tan torpe y poco elegante de vivir.

Se suponía que debía vivir la vida sin problemas, como yo, evadiendo todos los obstáculos. Pero él solo fingió ser genial. En realidad, anduvo en uno u otro problema, chocando con situaciones, saliendo de ellas de alguna manera, y luego irrumpiendo de cabeza en el siguiente lío, todo con tanta honestidad y seriedad perfectas.

“ …Somos iguales, tú y yo,” había dicho Saku.

…No nos parecemos en nada, pensé. No soy torpe como tú.

Generalmente, si quieres calmar el corazón herido de una chica, la tomas entre tus brazos y le susurras dulcemente: “Está bien, te protegeré”. ¡Ese es el tipo de jugada común! Si actuaras así, podría haberte dado hasta un beso…

Pero no. ¿Quién ha oído hablar de un príncipe que tira a una chica en un sofá para obligarla a enfrentarse a su traumático pasado?

Y sin embargo, y sin embargo…

Empecé a pensar que yo también quería vivir de esa manera. Bellamente, quiero decir.

Me di cuenta de que, dentro de mí, había una parte que anhelaba algo que fuera inquebrantable.

Así que voy a emprender una especie de viaje loco. El primero en la historia de Nanase Yuzuki.

Si vuelvo de mi viaje con algo que nunca tuve antes… Bueno, será mejor que te prepares, Saku Chitose.

… Porque déjame informarte que no soy el tipo de chica ingenua que va a esperar a que vengas a reclamarla.

Era viernes, el último día de los exámenes, que ya habían terminado.

Saku y Haru y los demás iban a salir a comer, aparentemente, pero dejé la escuela sola. Solo pensar en las miradas de preocupación en sus rostros me dio ganas de resoplar de la risa.

Honestamente, eran un grupo tan amoroso. Tenía una idea de lo que estaba por delante. Después de todo, Yanashita no era tan paciente.

Después del incidente en el festival y el incidente en las puertas de la escuela, Yanashita debería estar ansioso por más en este momento.

No vino ayer. Así que eso significaba que hoy tenía que ser el día.

Caminé unos diez minutos desde la escuela, por la ruta habitual de la escuela, junto al parque habitual. Si Yanashita apareciera en el parque, no me sorprendería.

—Hola, Yuzuki.

Su acento perezoso todavía me hizo ponerme rígida, como siempre, pero respiré hondo y me giré para mirarlo.

—¿Hablamos, Yanashita?; Entré al parque por mi propia voluntad.

Casualmente, escaneé el perímetro. No parecía haber nadie alrededor, pero había un seto bajo y árboles por todas partes. No era como si estuviéramos totalmente ocultos desde el exterior. No eran muchos, pero de vez en cuando pasaba gente en bicicleta o a pie. Si gritaba, alguien probablemente se daría cuenta. Había otras dos pequeñas salidas además de la entrada por la que acabo de entrar. Una de ellas era la forma más rápida de escapar a la carretera principal.

Todo está bien. Mientras no desconecte mi cerebro, puedo manejar esto de alguna manera.

Me acerqué a la salida que conducía a la carretera principal, para poder escapar más fácilmente si era necesario. Luego me volteé para mirarlo.

—Entonces, ¿qué es lo que quieres de mí?

El rostro de Yanashita se contrajo en una horrible sonrisa. Siempre he odiado las sonrisas desagradables. Solo las personas que no pueden controlar sus emociones dejan que sus rostros se pongan así. Para nada como alguien más que podría mencionar, alguien en control total, atrayendo a la gente hacia ellos como un filósofo o un líder religioso.

Empezó a hablar, jugando con su cola de caballo. —Quiero hacer lo que no pude hacer en la secundaria.

Sus ojos eran agudos, estrechos como navajas. Recorrió con su mirada mi cuerpo, desde mis pies hasta mi cabeza.

—No eras gran cosa en ese entonces, pero ¿quién hubiera pensado que florecerías tanto? Sabía que debería haberte tocado cuando tuve la oportunidad.

Sí, mi trasero y mis senos eran más grandes que en ese entonces, e incluso yo era consciente de que mi cuerpo se había vuelto más femenino. Pero, ¿qué le dio a este tipo el derecho de hablar como si estuviera dispuesto a entregarme a él?

—¿Así que quieres salir conmigo? ¿O es solo sexo?

Le encantó escuchar esa palabra de mis labios. Su sonrisa se hizo aún más amplia, y ni siquiera trató de ocultarla. Que bruto.

—Sí, citas o lo que sea. Aunque en realidad, preferiría que me dejaras follarte una vez, para la posteridad. Después de todo, has estado abriendo las piernas para todo tipo de chicos desde que comenzaste la preparatoria. Si me dejas ser uno de ellos, te dejaré en paz después de eso.

Yanashita seguía hablando.

—No te preocupes, no le diré a Chitose Saku. ¿Entonces que dices? Justo ahí hay un love hotel. De todos modos, haces el mismo tipo de cosas con él todo el tiempo, así que no es gran cosa,

¿verdad?

Sentí que la sangre se me subía a la cabeza de repente.

No te atrevas… ¡No te atrevas a mencionar su nombre!

¡No te atrevas a hablar como si tuvieras algo en común con él!

Ha tenido muchas oportunidades de hacer lo que le gusta, ¡pero nunca me ha puesto ni un dedo encima! ¡No te atrevas a profanar el nombre de un tipo que nunca trató de tocar nada más que mi corazón!

Apreté mis manos haciendo puños y puse firme mis piernas.

—No sé qué tipo de tonterías has estado escuchando sobre mí… Tomé una gran bocanada de aire.

—¡Pero soy virgen, imbécil de mierda! ¡¡¡Y nunca dejaría que un cerdo como tú sea el primero!!!

—… ¿Eh?

Pero Yanashita no pareció sorprendido, no retrocedió. Él solo sonrió aún más.

Probablemente, mi determinación de acero y mi fuerza de voluntad no le habían llamado la atención. No le importó darse cuenta. Era incapaz de ver nada más que sus propias ilusiones del mundo que lo rodeaba.

—Aún mejor. Te enseñaré desde cero.

Aun así, me negué a abandonar el contacto visual. Me negué a volver a ese día.

—No soy un objeto. Soy Nanase Yuzuki. ¡No sé con qué tipo de chicas has estado saliendo, pero no soy el tipo de chica que puedes controlar con la fuerza!

—Has recorrido un largo camino desde la niña que lloraba a gritos por una bofetada. Los zapatos de Yanashita rasparon la grava cuando dio un paso hacia mí.

Mi cuerpo comenzó a congelarse, pero seguí repitiendo Mantén la calma, mantén la calma

dentro de mi cabeza.

—Puedes intentar usar la fuerza, pero no obtendrás lo que quieres. Puedes obligarme a besarme, puedes arrancarme la ropa, ¡pero nunca, nunca seré tuya!

—… Ya he tenido suficiente de esto.

Yanashita se adelantó, agarrándome por la muñeca, y luego…

—Probemos y veamos, entonces.

*BOFETADA.*

Mi visión se volvió borrosa por un segundo cuando me abofeteó la mejilla derecha. Dos, tres segundos después, llegó el dolor. Quemó.

—Vamos, llora.

Lo miré. Mi brazo estaba temblando, sus dedos aún sujetaban mi muñeca, pero mi mente estaba extrañamente fría y tranquila.

Recordé lo que hizo Saku esa noche.

Daba tanto miedo cuando estaba enojado… Pero estaba enojado por mí.

Comparado con eso, la ira débil de este tipo cuya ira era solo por su propio beneficio egoísta… parecía tan patético.

Apreté mi estómago. Junté mis cejas. Decidí que no iba a llorar.

—Déjame repetirme. Puedes obligarme a besarme, puedes violarme, pero nunca seré tuya. No hay espacio para ti dentro de mi corazón. Si te parece bien acostarte con una chica que está pensando en otro chico todo el tiempo, ¿por qué no sigues adelante y me haces lo que quieras, eh?

*BOFETADA.*

Esta vez, me golpeó en la otra mejilla.

No, no puedo hacer esto. Tengo miedo… ¡NO tengo miedo!

—No importa lo que hagas, un tipo patético como tú realmente no puede lastimarme en absoluto. Tomaré nota de todo lo que hagas y luego iré directamente a la comisaría. Les contaré a todos sobre las acciones lamentables cometidas por un perdedor lamentable.

—Inténtalo, perra.

Él me jalo para que me acercara. Está bien.

Tengo un fuego ardiendo dentro de mí, después de todo.

Es gracias a ti que he empezado a captar sentimientos… Sentimientos que se pueden definir con una sola palabra.

Pero es una pena, sin embargo. Quería una pelea justa, entre una versión intacta de mí misma y tu terco yo.

Ahora que ha llegado a esto, no importa lo que me diga este tipo. No importa lo que me haga, estaré repitiendo un nombre en mi mente como un encantamiento.

Para que permanezca inquebrantable, para que no se oscurezca ni se desvanezca.

Saku, Saku, Saku, Saku, Saku…

—¡¡¡Saku!!!

—… ¿Llamaste, princesa?

Escuché su voz, el alivio me inundó. Yanashita me empujó bruscamente lejos de él, y cuando me tambaleé hacia atrás, cayendo sobre mi trasero, lo vi golpear a Saku en la cara casi exactamente en el mismo momento.

—¡Por favor! ¡Por favor para!

Saku había sido derribado por el puñetazo, y ahora una tormenta de violencia caía sobre él. Se acurrucó, usando sus brazos para proteger desesperadamente su cabeza. Nunca lo había visto tan vulnerable. La vista me causó un dolor inmenso.

—¡No! Él es el que vino volando hacia mí, tratando de verse genial.

Yanashita continuó pateando a Saku en el hombro, la espalda, el estómago y las piernas, sin siquiera una pausa entre cada uno.

—Te estás engañando a ti mismo si crees que algún estudiante de honor de una escuela elegante tiene una oportunidad contra mí. ¡He estado luchando durante años!

Saku estaba sin aliento, con los hombros agitados. Todo esto fue mi culpa.

Saku tuvo que haber notado cómo me sentía realmente. Y una vez que lo hizo, no pudo evitar correr a mi rescate.

—Tienes lo que se necesita para manejar a alguien así; Le dije.

Al final, solo estaba tratando de usar a Saku como un escudo para protegerme de la violencia que más me asustaba, ¿no?