Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 8

Interludio 1: Chica Mágica Con Armadura

Era una habitación desconocida. Parecía un almacén. No había ventanas. No podía decir si era de día o de noche. Era completamente estéril, con paredes y suelo de hormigón. La habitación era cuadrada, con todos los lados de la misma longitud—cuatro pasos y medio, dada la zancada de Shadow Gale.

Le confiscaron la llave inglesa, las tijeras, el teléfono mágico e incluso las vendas. Todo lo que llevaba encima era su traje. No necesitaba más que sus puños desnudos para romper el hormigón. Shadow Gale no era tan fuerte, pero incluso ella podía conseguirlo. El problema eran sus guardias.

En las cuatro esquinas de la habitación había unas espeluznantes criaturas negras, cada una de las cuales planeaba con dos formas cuadradas parecidas a alas en su espalda. Cada vez que Shadow Gale se movía, las cuatro se movían con ella. Levantando las partes de ellas que correspondían a rostros humanos, siempre miraban a Shadow Gale, como si le dijeran que atacarían al instante si corría.

Habían aparecido suficientes criaturas demoníacas para cubrir todo el cielo, y las subordinadas de Patricia habían ido a combatirlas. Esa tripulación había terminado por no poder responder a la llamada de Patricia. Y ahora había cuatro de esas criaturas aquí.

Aparte de responder a los movimientos de Shadow Gale, no hicieron nada en absoluto. No importaba si intentaba preguntarles dónde estaba esto o si Patricia estaba bien, no reaccionaban.

Shadow Gale se preguntó si Patricia estaría encerrada en algún lugar, y luego se mordió el labio. Recordó la última vez que había visto a Patricia; era poco probable que siguiera viva. La habían apuñalado con una lanza de hielo por proteger a Shadow Gale, y todo su cuerpo se había congelado.

Shadow Gale saltó del suelo de cemento y las cuatro siluetas negras se pusieron de pie a la vez. Cuando ella les demostró, levantando las manos hacia la cabeza, que no iba a intentar nada, volvieron a sentarse en silencio.

Patricia había muerto, pero Shadow Gale no. Podía suponer que el objetivo del enemigo había sido capturarla. Tal vez el ataque del que Patricia la había protegido se había producido con la expectativa de que Patricia la protegería.

Shadow Gale apretó un puño y lo levantó, tembloroso y tenso, pero no se atrevió a dejarlo caer al suelo. En lugar de eso, lo bajó para golpear su muslo. Se golpeó el muslo una segunda, luego una tercera vez y, a la cuarta, las cuatro siluetas se pararon, así que se detuvo. El muslo estaba entumecido por el dolor.

¿Qué pretendía el enemigo? ¿Intentaban utilizar a Shadow Gale como rehén, para manipular a Pfle? ¿Tenía esto algo que ver con los recuerdos de Pfle que Shadow Gale había confiado a Snow White?

¿Estaba Snow White al tanto de esto?

Tal vez era el momento de pagar los platos rotos, tanto para Pfle como para Shadow Gale. Pero aun así, no era que Shadow Gale no tuviera ganas de luchar. Patricia no había dado su vida para protegerla para que pudiera pasar sus días con pena en esta habitación en algún lugar. Ella buscaría algo que pudiera ser una pista de dónde estaba esto, y encontraría una manera de comunicarlo al exterior.

Sin perder de vista las siluetas negras para ver si se movían, Shadow Gale golpeó el suelo y las paredes. Las criaturas se movieron cuando intentó poner la oreja en la puerta, así que desistió de hacerlo. Pero no había nada en ninguna parte que pudiera ser una pista. La realidad era diferente de los videojuegos. No había necesariamente una pista en alguna parte. El esfuerzo no llevaba necesariamente a que ocurriera algo en respuesta. Incluso la misma acción podía conducir a diferentes valores de EXP ganados, y había variabilidad en las estadísticas de base. La habían encerrado para evitar que se escapara sin importar lo que intentara, por lo que un poco de búsqueda alrededor no sería suficiente para encontrar un escape.

Podía oír una voz en su mente que le decía que se rindiera. Se le daba bien rendirse. Toda su vida no había sido más que resignación. Esto también se debía en parte a que una tal Kanoe Hitokouji era buena haciendo que la gente se rindiera.

¿Debía rendirse? ¿O no?

La cara de Patricia surgió en su mente y los sentimientos de disculpa junto con ella. Saber cuándo rendirse era un arma, pero eso dependía de la situación. ¿Había gastado ya todo el esfuerzo que podía? ¿No había nada más que pudiera hacer? Si fuera Kanoe, podría pensar en algo.

La sola idea de intentar pensar como Kanoe la sacó de sus casillas. Pero nunca había sido Mamori la que les había sacado de apuros, eso era lo que hacía Kanoe. Shadow Gale tuvo la sensación de que Kanoe habría pensado en algo.

Por el momento, Shadow Gale dejó de lado la acción y pasó a pensar.

¿Qué haría Kanoe? ¿Qué tipo de ideas se le ocurrirían? Mientras pensaba, reflexionaba y se devanaba los sesos, antes de que pudiera llegar a una solución, la puerta de la habitación se abrió con el sonido del óxido.

Y allí estaba la chica mágica con armadura que había luchado contra Patricia.