Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 8

Capítulo 5: Adiós, Amigo Mío

Parte 3

◇   Glassianne

Micchan el Diccionario había muerto. Glassianne creía haber previsto ese posible desenlace, pero ahora que había sucedido de verdad, le parecía casi imposible. No podía calmarse en absoluto, ni en lo más mínimo, ni un poco. El corazón se le salía del pecho.

Antes de darse cuenta, suspiraba y, aunque seguía buscando enemigos, sentía que su concentración flaqueaba. No podía hacer su trabajo así; nada de esto era bueno.

La ninja que había matado a Micchan había desaparecido como el humo. Cuando Glassianne había visto la lucha de Micchan, había pedido refuerzos a Deluge, pero cuando llegó, la pelea había terminado.

Glassianne levantó la cabeza.

Acercando su boca al auricular, estuvo a punto de decirle a Dark Cutie que Micchan había sido asesinada, pero tras pensarlo un poco, volvió a apartar la mano. Dark Cutie estaba en medio de una pelea con Snow White. A juzgar por cómo había dejado a la huidiza Premium Sachiko para ir a enfrentarse a Snow White, parecía que había perdido la cabeza. Dark Cutie se ponía así, de vez en cuando. Siempre que se ponía así en el pasado, Micchan el Diccionario actuaba como líder sustituto. Sin embargo, ahora que Micchan se había ido, Glassianne no podía desempeñar ese papel.

¿Y ahora qué voy a hacer?

Ya no podía centrarse únicamente en el reconocimiento. Pero al estar especializada en esta área, Glassianne no podía hacer otra cosa. Era una especialista, no una generalista.

Dark Cutie era ahora un caballo con una zanahoria colgando delante de su nariz. ¿De qué serviría informarle de que Micchan había sido asesinada cuando ya estaba alterada para empezar? Por lo menos, Glassianne dudaba de que les sirviera de algo.

Por ahora, ella apoyaría a Dark Cutie. Sería mejor dejar a Sachiko y a Uluru a los demás. Glassianne se decidió. Se pondría en contacto con Princess Deluge y le diría que Micchan había sido asesinada por la chica mágica ninja y que Uluru y Sachiko habían escapado y le pediría que aumentara el nivel de alerta de los demonios que vigilaban la finca. Parecía una buena idea.

Glassianne cambió su auricular, conectando con Deluge. “Srta. Deluge, soy Glassianne. Premium Sachiko y Uluru han escapado. Por favor, eleve el nivel de alerta de los demonios apostados alrededor de la finca. Dark Cutie está actualmente en combate con Snow White. Ubicación: la azotea del edificio Kamihayashi en el bloque cuatro del distrito Kuna. También solicito refuerzos en esa área. Y una cosa más: Micchan el Diccionario fue asesinada por una chica mágica ninja. Creo que es el mismo enemigo que nos lanzaba shuriken y kunai en el parque de atracciones.”

“Oh-ho… Alguien mató a Micchan el Diccionario, ¿hmm?”

Asustada, Glassianne se quitó los auriculares y los apartó de su cara para mirarlos. Seguía siendo un auricular, nada había cambiado. Se lo volvió a poner y dijo: “… ¿Hola?”

“¿Qué pasa, Glassianne? Ahora tu voz suena más lejana.”

Así que, después de todo, no había escuchado mal. “… ¿Jefa? ¿Por qué estás en la línea?”

“Vine a reunirme con Deluge. Le pedí que me informara sobre la situación en Ciudad W. Gracias a su amable, cuidadosa y minuciosa explicación, ahora tengo una idea general de las cosas. Al fin y al cabo, yo no entendería nada de esto ya que no estuve allí.”

“Bien…”

“En cualquier caso, ha habido un ligero cambio de planes. No hay necesidad de secuestrar a Premium Sachiko.”

“¿Perdón?”

“Nos retiramos. Nos reuniremos en el lugar previamente decidido.

¿Podrías también informar a Dark Cutie? Ahora mismo estoy ocupada con varias cosas.”

“¿Qué? Quiero decir, ¿perdón?” “¿Se me entiende?”

“Oh, sí, señora.”

Este intercambio sólo creó más preguntas para Glassianne. Pero su jefa le había dado órdenes.

Entonces, ¿qué iba a pasar ahora? Si las cosas no iban a funcionar por el momento, la situación tenía que ser bastante desesperada. Glassianne rezó para que Micchan la cuidara desde el cielo, pero entonces se dio cuenta de que si Micchan estuviera en algún lugar, podría estar en el infierno. Glassianne se corrigió: Cuida de mí desde el otro lado, ¿vale?

Micchan había hecho bastantes cosas malas en la vida, así que esta oración era más acertada. ¡Vaya, la verdad es que soy bastante rápida de mente! Pensó Glassianne, dándose una palmadita en la espalda mientras se ponía en contacto con Dark Cutie a través del auricular.

***

◇   Dark Cutie

Si estuviese considerando la misión, debería haber perseguido a Sachiko. Pero Dark Cutie había dejado que Sachiko se escapara y que sus pies la llevaran a la cima del rascacielos. Se sintió como si hubiera sido invitada allí.

Esta chica mágica se llamaba Snow White.

El nombre le daba una sensación de pureza y belleza: era un nombre apropiado para una heroína. La emocionaba.

También la llamaban la Cazadora de Chicas Mágicas. Un título algo tenebroso para una heroína, más bien para una villana, en todo caso. Pero como Snow White obtuvo ese título porque se suponía que atrapaba a las chicas mágicas malas, en términos de comportamiento, se asociaba inequívocamente con el lado heroico.

Estaba afiliada al Departamento de Inspección, y no faltaban quienes la llamaban su mejor as.

Los adornos de flores esparcidos por todo su traje blanco, como si indicaran pureza, eran hermosos, y el motivo de su uniforme, tipo escolar, con su brazalete y demás, hacía pensar en cargos como el de una represéntate de clase o el de miembro del comité disciplinario. Encajaba perfectamente con una chica cuyo estilo de vida consistía en acabar con el mal.

Cuando Snow White se enfrentó a Dark Cutie, preparándose, Dark Cutie la bloqueó a la vista, bajando su postura y enredando cada una de sus manos.

No pudo adivinar ninguna emoción en la expresión de Snow White. No pudo percibir ira, alegría o tristeza. Estaba tranquila como un mar en calma, sin que nada se asomara a los rasgos de su rostro. La naginata que había levantado en posición elevada bajó lentamente.

Esto era insatisfactorio. Sería apropiado que una heroína sintiera rabia hacia el mal o tristeza por verse obligada a luchar contra otra chica mágica; no era bueno ser inexpresiva. Una heroína debería estar llena de más emociones que cualquier otra persona, y debería mostrarlo en sus expresiones, sin ocultarlo. Tal vez esto era una imposición, pero era lo que pensaba Dark Cutie.

Un villano se comportaría como un villano, y para luchar como un villano, la heroína debe comportarse como una heroína.

Conteniendo su sabueso derecho por el momento, Dark Cutie hizo un zorro con su mano izquierda.

Desde el lado derecho, puso al sabueso contra Snow White, mientras que desde el izquierdo, envió al zorro. Les hizo atacar en automático, sin darles instrucciones detalladas para que no importara si Snow White le leía la mente.

Snow White bloqueó el ataque del sabueso con el mango de su naginata y dio una patada al zorro, pero éste se revolvió rápidamente para evadir su contraataque. Dark Cutie levantó la pierna en alto y transformó la sombra de su pierna en un látigo sinuoso que lanzó contra Snow White. Pero antes de que pudiera conectar, Snow White retrocedió un paso, y el látigo sólo golpeó el suelo a sus pies.

El trabajo del látigo era, en última instancia, sólo para estorbarla. Snow White podía leer su mente. Lo mejor para Dark Cutie era asumir que no iba a golpear, atacando desde fuera del alcance de la naginata.

La evasión del látigo por parte de Snow White creó la más mínima abertura. El sabueso cerró sus mandíbulas en el mango de la naginata, poniendo todo el peso de su cuerpo en él mientras tiraba. El zorro subió por el otro lado, mordiendo el tendón de Aquiles, y hubo un sonido agudo cuando sus colmillos se juntaron.

Era un sonido metálico. Lo que los dientes del zorro habían mordido no era el tendón de Aquiles de Snow White.

—¿Un extintor?

Snow White había retirado una mano de su agarre a dos manos de la naginata para sacar un extintor de la bolsa que llevaba en la cintura y lo introdujo en la boca del zorro. Y mientras lo hacía, golpeó el extintor y la cabeza del zorro contra el tejado varias veces, haciendo volar el hormigón y dispersándolo.

Cuando Snow White atacó, Dark Cutie lanzó su látigo, pero esta vez, Snow White lo esquivó con una voltereta hacia atrás. Giró la naginata y su cuerpo al mismo tiempo, tratando de despegar del suelo al sabueso que mordía el mango de su naginata. El sabueso de sombras no pudo soportarlo y soltó el mango de su boca, pero un instante después, la naginata cortó al sabueso por la mitad, y éste se deshizo y desapareció.

Después de ocuparse de las dos bestias, Snow White aterrizó suavemente y sujetó el extintor.

Con su naginata, cortó la lanza de sombra que voló hacia ella a continuación, y luego repelió el látigo de sombra con su mango. Sus reacciones fueron buenas.

—Entonces, ¿qué te parece esto?

Con la mano derecha, una serpiente, la izquierda un lobo, la pierna derecha un látigo y la izquierda una guadaña, Dark Cutie se puso de puntillas y giró como una bailarina, lloviéndole golpes con el látigo, mientras desde los lados desplegaba el lobo de colmillos afilados y la serpiente con un veneno que podía dejarte inconsciente con sólo un rasguño. Snow White metió el extintor en la boca de la serpiente y evitó los colmillos del lobo saltando sobre la valla, saltando de nuevo desde allí para evitar el látigo mientras utilizaba el mango de su naginata para bloquear el siguiente golpe de la guadaña.

Snow White seguía lidiando con todo con facilidad. Dark Cutie decidió añadir un poco más.

Doblando su cuello para tocar su hombro, hizo una sombra de gato. Ahora con la serpiente, el gato golpeó entre el lobo, la lanza y el látigo, sin dar tiempo a Snow White a exhalar, atacó. Volaron fragmentos de hormigón, la valla de hierro se dobló y retorció, pero aun así, Snow White se mantuvo en pie sin una sola herida.

Dark Cutie sonrió. Tuvo la sensación de oír una voz desde su auricular, pero parecía intrascendente; no prestó atención a lo que se decía.

Cambiando el lobo de su mano izquierda por unas tijeras, Dark Cutie cortó el adorno que mantenía su cabello atado. Su cabello, que estaba recogido en forma de orejas de animal, cayó sobre su cara con un movimiento. A simple vista, Dark Cutie parecía tener el cabello corto, pero cuando deshizo esta parte, recuperó su longitud original. Con el característico cabello grueso y abundante de una chica mágica, podía crear sombras. Alborotando su cabello, creó una red de captura con la silueta.

Con este movimiento, sumado a su continuo ataque con la serpiente, el lobo, el gato, el látigo, la lanza y la red, atacó a Snow White. Mientras las marionetas de sombras se lanzaban contra ella, Snow White saltaba, rodaba, las apartaba, las bloqueaba y las esquivaba, corriendo por todo el tejado, a veces sin esquivar del todo y recibiendo golpes, pero evitando cuidadosamente cualquier herida mortal. A lo sumo, recibió algunos moratones o cortes superficiales.

Snow White siguió esquivando, sin hacer ningún movimiento para contraatacar. Se centró únicamente en la evasión, haciendo frente a la tormenta de ataques continuos. Era un paseo en la cuerda floja: Olvídate de dar mal medio paso, mover mal un dedo le costaría la vida. A pesar de que esto debería haberle provocado algo mucho peor que un simple dolor de estómago, su expresión permaneció fría.

Maravilloso. Dark Cutie finalmente se sentía alegre. Snow White estaba tratando de ganar tiempo. Estaba tratando de convertirse en un peón de sacrificio con el fin de dejar que Sachiko y la otra se escapasen. Pero incluso diciendo eso, ella probablemente no tenía la intención de morir aquí. Ella era el tipo de peón sacrificado que viviría y escaparía al final.

Dark Cutie se levantó para golpear el suelo. Sacando un gran trozo de hormigón, lo levantó a la altura de los ojos. Snow White la observaba, con la naginata en alto. Dark Cutie agarró entonces la valla metálica con la mano izquierda y la arrancó. Con el trozo de hormigón en la mano derecha y la valla en la izquierda, levantó ambos a la luz profundamente rojiza del sol poniente.

Podía hacer imágenes de sombras con algo más que su propio cuerpo. Si utilizaba herramientas, podía hacer las sombras aún más grandes, más pesadas, más fuertes. Snow White había saltado por todo el tejado para evadir sus ataques, pero si las siluetas de Dark Cutie se hacían más grandes, habría menos lugares a los que saltar.

Snow White debió de captar la intención de Dark Cutie, ya que saltó a lo alto de la valla.

Con la naginata en su mano derecha, agarró la boquilla del extintor en la izquierda. Dark Cutie envolvió la cuerda de sombra alrededor de la valla, tirando de ella con todas sus fuerzas para lanzarse rápidamente hacia un lado y evitar un golpe directo. Pero cuando el polvo del extintor se extendió por todo el techo, bloqueó su campo de visión.

Dark Cutie saltó hacia atrás y se subió a la valla de hierro. El uso del extintor le impidió hacer sombras. Aunque lo intentara, serían débiles y estarían mucho más debilitadas.

Por supuesto, no era como si Dark Cutie no hubiera pensado en una forma de lidiar con esto. Ya que el enemigo se había movido sosteniendo un extintor, era de buena educación como villano idear una contramedida para un extintor mientras tanto. Dark Cutie dijo en su auricular: “Anne, dame la posición de Snow White.”

“¡Escuchameeeeeee! ¡Como te he estado diciendo! ¡Retirada! ¡Nos retiramos!”

“… ¿Qué?”

“No estabas escuchando en absoluto, ¿verdad, Líder? He estado gritando hasta quedarme ronca. La jefa se puso en contacto conmigo antes, ¡nos retiramos!”

“Ridículo.”

“¡No, la ridícula aquí eres tú! ¡Micchan está muerta!”

“… Ya veo. Entonces eliminaré a Snow White para poder retirarme con seguridad.”

“Escúchame…”

“Anne, dame la posición de Snow White.”

“Corrió por la carretera mientras esparcía polvo de extintor, y luego desapareció.”

“¿Desapareció?”

Poco a poco, el polvo del extintor se fue despejando a medida que el viento lo arrastraba. Snow White había desaparecido. Dark Cutie se acercó al borde del tejado, miró hacia abajo y vio que el polvo blanco se dirigía por el callejón trasero hacia una de las carreteras principales.

“No puedo asegurarlo, pero creo que volvió a su forma humana mientras estaba oculta en el polvo blanco y desapareció entre la multitud. En este momento la carretera está llena de estudiantes que vuelven a casa de la escuela y de asalariados que regresan del trabajo. Todos están enfadados porque un idiota usó un extintor en un lugar como éste.”

Dark Cutie pensó en Snow White.

La Cazadora de Chicas Mágicas había logrado evadir por completo las gafas de Glassianne con este movimiento que escupía en la cara la filosofía de que era un movimiento de aficionado el deshacer tu transformación en el campo de batalla.

Esta forma de luchar no era lo que Dark Cutie llamaría adecuada para una heroína. Pero Dark Cutie no se oponía a utilizar todo lo que se pudiera en la vida y a tratar de sobrevivir. Cutie Altair había dicho algo parecido en el episodio veinte de Cutie Healer Galaxy:

“Si mueres ahora, es el fin. Si sobrevives, todavía hay una próxima vez.”

A la escena en la que la bella Altair se ve indefensa ante la magia del Caos Espacial le sigue la famosa escena en la que jura que volverán a luchar. La heroína tenía que sobrevivir. Por muy protagonista que pareciera alguien, si moría en medio de la historia, eso significaba que no era más que un personaje secundario.

“¿Qué tengo que hacer para poder perseguir a Snow White?” Dijo Dark Cutie.

“¿Qué tienes que hacer…? Hmm… Bueno, sí atacas a cada uno de los civiles de por aquí, puede que consigas que aparezca.”

“Eso no es algo que deba hacer un villano. Eso es pura maldad.”

“Micchan era realmente increíble. Me impresiona que haya tenido a alguien como tú actuando como un verdadero líder.”

Dark Cutie se dio la vuelta y entrecerró los ojos. El sol poniente estaba a punto de desaparecer tras la cima de la montaña.

Snow White, ¿esperabas este momento del día…?

A Dark Cutie se le ocurrió que tal vez se trataba de una invitación.

Bajó de un salto del rascacielos para buscar a Snow White.

Al aterrizar sin ruido, un mosquito pasó por delante de sus ojos, haciendo un ruido chirriante. Levantó una mano para golpearlo, se lo pensó mejor y bajó la mano. Se vio a sí misma en ese mosquito que había sobrevivido hasta tan tarde en el año y, de alguna manera, era incapaz de aplastarlo.

Un villano era un villano porque existía un héroe justiciero. ¿Qué debía hacer una villana cuando seguía viviendo, sin ser derrotada por el héroe justiciero?

Un mosquito fuera de temporada acabaría muriendo. La vida de un villano era más larga que la de un mosquito. ¿Viviría para siempre como una desgracia en un mundo sin héroe justo, o llegaría algún día el héroe de la justicia?

Dark Cutie juntó las manos y las levantó hacia la luz de la calle para crear un murciélago de sombra. El murciélago de sombra batió sus alas en la superficie de la pared, atrapó el mosquito que había pasado, lo masticó y se lo tragó.

Los mosquitos morían fácilmente. Los villanos eran más tenaces.

Micchan el Diccionario había muerto. Dado que había sido una compañera de Dark Cutie, debería estar bien pensar en ella como una villana. Sobre todo, había sido tenaz. Tanto los villanos como los héroes eran tenaces. Micchan el Diccionario no podía ser una heroína. Su atuendo había sido mayormente blanco, y tal vez esa cosa de ella había sido digna de una heroína, pero en todos los demás aspectos, Micchan había ido en contra de la doctrina de los héroes.

Dark Cutie separó sus manos. El cuerpo del murciélago se partió en dos, se rompió en pedazos y fue tragado por la oscuridad.

Hizo clic en su teléfono mágico para conectarse al directorio de chicas mágicas. Dark Cutie estaba afiliada al Departamento de Recursos de Chicas Mágicas, aunque de forma no oficial, lo que significaba que tenía autoridad para examinar materiales que las chicas mágicas normales no podían tocar.

Snow White era una superviviente del examen final que había realizado la infame Músico del Bosque, Cranberry.

Había sido discípula de Pythie Frederica, que actualmente tenía una recompensa por su cabeza.

Ella sola había detenido al Lago de Fuego Flame Flamey, una estudiante de la Escuela de Preparación Archfiend.

Había derrotado a Keek, una chica mágica a la que ni siquiera el Reino Mágico había podido detener, y había liberado a las chicas que habían quedado atrapadas en su juego.

Había contribuido a la detención de Grim Heart, la encarnación de Chêne Osk Baal Mel, uno de los Tres Sabios, la más alta autoridad del Reino Mágico —de quien se dice que supera a todas las chicas mágicas—.

El nombre del arma que poseía era Ruler, supuestamente en honor a la única chica mágica que había conseguido lo mejor de Snow White.

Una sonrisa apareció en el rostro de Dark Cutie.

Si Micchan o Glassianne la vieran, se asombrarían, se perturbarían.

“¿De verdad puedes sonreír?”, dirían, alejándose de ella.

Esta sonrisa nació de su certeza: Snow White era indiscutiblemente una heroína. Había nacido para derrotar a Dark Cutie. Las dos se habían encontrado por casualidad en esta ciudad con motivo de esa fatídica batalla.

Justo ahora debe haber sido su arco de “encuentro”. Su batalla final sería la próxima vez o la siguiente.

“Orden de retirada reconocida.” Dijo Dark Cutie en su auricular.

“Oh, entonces está bien. Estaba dispuesta a dejarte atrás, Líder. En serio.”

***

◇   Premium Sachiko

No era que Sachiko no hubiera usado su magia una vez. Ella deseaba poder hacer que nunca la hubiera usado. También deseaba poder olvidarse de ella. Pero cuando se preguntó si tal vez olvidar sería un pecado, también pensó que eso podría ser cierto, y entonces incluso el deseo de olvidarlo llegó a parecer pecaminoso.

Tenía pesadillas y no podía dormir, gritaba y saltaba de la cama, lo que hacía que Uluru se enfadara con ella. Pero por mucho que Sachiko sufriera, eso no desharía las cosas que había hecho. Que te perdonaran o no dependía de lo que hubieras hecho, por mucho que lo lamentaras profundamente.

Y lo que Sachiko había hecho no era algo que se le pudiera perdonar.

Lo había hecho por curiosidad.

Las tres se habían convertido en chicas mágicas casi al mismo tiempo; todas eran aún pequeñas y habían jugado con su magia. Uluru decía mentiras ridículas para asustar a todos, y todos se enfadaban con ella, mientras que Sorami adivinaba lo que había dentro de las cajas sin abrirlas, asustando mucho a Sachiko.

A Sachiko no se le había permitido utilizar su magia. En comparación con la magia de Uluru y Sorami, el resultado de la suya era difícil de predecir. ¿Cómo de grande era usar la suerte de toda una vida? Incluso dejando de lado la corta edad de Sachiko, no había sido capaz de imaginar lo que sucedería.

Pero a Sachiko le había parecido aburrido ser la única que tenía que quedarse de brazos cruzados y limitarse a mirar cuando Uluru y Sorami parecían divertirse con su magia. Los “contratos” que Sachiko elaboró estaban escritos en kanjis elaborados que ella no podía leer, y no sabía lo que decían, pero le habían dicho que si los rodeaba todos y “completaba el contrato”, sus poderes mágicos funcionarían.

En ese momento, no sólo habían estado Sachiko, Sorami y Uluru en la finca de Puk Puck. También había habido chicas de la misma edad, todas ellas mágicas. Todas ellas se pasaban la vida recibiendo elogios de Puk Puck cuando utilizaban su magia de forma que la enorgullecía, y en otras ocasiones Puk Puck las regañaba cuando la utilizaban de forma incorrecta.

Sachiko siempre había sido tímida. Necesitaba mucho más tiempo que la mayoría para hacerse amiga de alguien. Así que se había tomado su tiempo para hacerse amiga de esas otras chicas. Sólo podía hacer amigos a través de un proceso: Dicha persona primero, se hacía amiga de Sorami; luego, también se hacía amiga de Uluru; y después, cuando Sachiko jugaba con Uluru y Sorami, la otra chica venía a pasar el rato con ellas. A lo largo de muchos encuentros de juego, se hacían amigas de Sachiko.

De los amigos que había hecho así, había dos chicas especialmente simpáticas.

Las dos habían simpatizado con Sachiko.

“Eres la única que no puede usar su magia, ¿eh?” “Eso apesta.”

“No podrías usarla en secreto, ¿verdad?”

“Pero entonces me regañarían si lo hiciera, probablemente…” Había dicho Sachiko.

“Entonces está bien mientras no te descubran, ¿no?”

“Sí, sólo tienes que no ser descubierta. Si no le dices a los mayores que la has usado, nadie se enterará.”

“Pero…”

“Está bien. Intentemos usarla una vez.”

“La magia es muy divertida. Me da pena que seas la única que no puede usar la suya, Sachiko.”

“Sí. Si te descubren y te regañan, iremos juntas contigo a pedirle perdón a Lady Puk Puck.” Dijeron las dos amigas, animándola. Sachiko, que entonces había sido aún más cobarde que ahora, se sintió conmovida por su apasionado apoyo y llegó a pensar: “Estará bien, mientras los mayores no se enteren, e incluso si lo hacen, si vienen a pedir perdón conmigo, estará bien”, y probó a usar su magia.

Algunos adultos la habían defendido, diciendo que no lo había pensado bien porque era una niña. Pero la mayoría de la gente empezó a mirarla con frialdad. Sachiko supuso que Uluru, Sorami y las demás chicas se habían dado cuenta de lo que había pasado. Sólo que no habían sacado el tema, ni por amabilidad ni por miedo.

Cuando se consumía toda la suerte de alguien, le llegaba una muerte terrible. Una amiga, después de estar tan contenta de haber ganado el gran premio en la tienda de caramelos, sin previo aviso, de vuelta a casa, había sido golpeada justo en la cabeza por un meteorito caído del cielo.

La segunda había tenido un accidente cuando había ido a buscar un libro a la biblioteca. Se había alegrado mucho de que el libro que siempre se prestaba, sin importar el tiempo que esperara, estuviera allí, y entonces, una vez que había terminado de leer ese libro, un conductor que se había quedado dormido al volante atravesó la valla con su camión y se estrelló contra la pared.

Ambas muertes parecían sacadas de un manga o de una sketch cómico. Alguien que no supiera nada de la situación podría reírse si escuchara estas historias. Tal vez las pondrían en las páginas graciosas del periódico, y habría un poco de revuelo al respecto.

Pero para las personas involucradas, no fue en lo más mínimo humorístico.

Las amigas de Sachiko habían muerto por culpa de su magia. El hecho de que no hubiera sabido que iban a morir no era excusa. No importaba cómo la consolara Puk Puck, no importaba cómo dijera que no era su culpa, Sachiko era la que las había matado.

Sachiko decidió en su corazón que nunca, nunca usaría su magia. Si usaba su magia, alguien moriría. Si la chica mágica del trébol de cuatro hojas de la suerte traía la desgracia, entonces sería mejor no usar nunca su magia en primer lugar.

“No quiero hacer la ceremonia…” Dijo Sachiko.

“Pero en serio, ¿por qué no lo haces?” Le preguntó Uluru. “¡Porque no quiero!”

Las dos habían tenido intercambios similares muchas veces mientras se dirigían al lugar donde habían quedado con Snow White. Uluru se enfurecía y gritaba, y de vez en cuando intentaba engatusarla o sobornarla con cosas, pero Sachiko seguía sin ceder.

“Cree en Lady Puk Puck. Uluru no te dice que creas en ella. Va a usar tu magia en el dispositivo. No importa si el dispositivo vive o muere, porque no puede morir ni nada en primer lugar. No es una cosa viva.”

Eso fue lo que dijo Uluru. Y también los demás.

Pero Sachiko no podía dejar de imaginarlo. Cada vez que pensaba en la ceremonia, no importaba qué, sólo le venían a la mente cosas malas. ¿Era porque había matado a sus amigas con su magia o porque realmente había algo en la ceremonia que la hacía querer huir?

“Escucha. Entiendes que ahora mismo estamos en problemas, ¿sí? Tal vez no se pueda evitar que tengas miedo, pero sólo tenemos a Snow White de nuestro lado cuando hay tantos enemigos. Ese es el tipo de situación en la que estamos ahora. Esto es mucho más peligroso que una ceremonia.”

“Pero…”

“Bien.” Uluru asintió un montón de veces con resignación, poniendo sus manos sobre los hombros de Sachiko. “Uluru le preguntará a Lady Puk Puck: ‘La ceremonia es realmente segura,

¿verdad? Nadie va a morir, ¿verdad?’ Pero entiende que será grosero,

¿de acuerdo? Y si descubrimos que realmente no es segura, entonces Uluru estará de tu lado, Sachiko. Entonces eso será bien, ¿verdad? Ahora mismo, tenemos que volver a casa o estaremos en peligro. Snow White y Uluru podrían morir, ¿de acuerdo? No quieres que eso ocurra, ¿verdad?”

“Bueno… no.”

“Entonces vayamos juntas a casa.” Uluru acarició los hombros de Sachiko. “Todo irá bien. Porque Uluru le prometió a Lady Puk Puck que te protegería. Te sentirías mal si alguien fuera desafortunado por tu culpa, ¿verdad? Entonces Uluru no dejará que eso ocurra. Puedes decir que esto no es una mentira, ¿verdad? Porque si lo fuera, realmente sentirías que quieres confiar en Uluru.”

“Sí…”

“Entonces, volvamos a casa ahora. Ya pensaremos en lo que pasará después cuando estemos lleguemos.” Dijo Uluru con especial alegría.

Sachiko se miró los pies. En el suelo del almacén había marcas de haber arrastrado algo desde la entrada hasta el borde, y al final del rastro había densas grietas.