Monogatari (NL)

Volumen 11

Capitulo Furtivo: Tiempo Shiobu

Parte 35

“Entonces, ¿qué pasó después de eso? ¿Cuál es el epílogo aquí, o, tal vez, el remate?”

Ougi-chan parecía ansiosa por saber más mientras nos sentábamos en el aula vacía después de las clases, con nuestros pupitres uno frente al otro.

“No pasó nada, en realidad.” Respondí.

Me había quedado lánguido en parte porque estaba cansado de tanto hablar, pero mi humor también debía de estar un poco sombrío después de tener que recordar todo lo que había pasado.

¿Oscuridad?

No, no es eso. No estaba oscureciendo. Hachikuji arregló las cosas para que no fuera así.

Para que mi estado de ánimo nunca se oscureciera, para que nunca me encontrara de mal humor cuando me acordara de ella o hablara así de ella.

Esa capaz productora había arreglado las cosas.

Así que supongo que lo que tenía ahora era cansancio por hablar y un poco de culpa por haber hablado de ella tan a la ligera.

Me resultaba extraño que hubiera seguido hablando de ella—¿por qué le estaba contando esto a una recién llegada a nuestra escuela, aunque fuera mi kouhai de primer año?

Oshino Ougi.

El hecho de que compartiera el apellido con ese especialista no significaba que fuera digna de mi confianza—de hecho, debería haber sido un motivo para mirarla con recelo.

“Después de eso, Hachikuji pasó felizmente al otro mundo, Ononoki-chan y yo volvimos a esta ciudad, y ayudé a Gaen-san con su trabajo, tal y como le prometí. En cuanto al caso, ése fue el más importante con diferencia… Nunca imaginé que lucharía junto a Episode, de entre toda la gente.”

“¿Qué pasa con Shinobu-san y Kanbaru-san?”

“Oh… Me encontré con Shinobu en cuanto volví a la ciudad y restauramos nuestro vínculo. En realidad, Gaen-san lo restauró por nosotros, así que ella sigue a mi sombra. Por su parte, sin embargo, parece que me había buscado mucho. Realmente no lo sé. Me siento mal por lo que le hice a Kanbaru entonces—es decir, le presenté a Gaen-san, tal y como le prometí, y ella acabó bastante mezclada en el trabajo que tenía que hacer…”

“Ah—eso debe haber sido duro. Me lo imagino.” Se maravilló Ougi-chan con un tono exagerado antes de empezar a aplaudir por alguna razón.

No parecía que hubiera contado una historia tan conmovedora que mereciera aplausos—en todo caso, parecía ridícula y más bien una historia divertida.

Al final no hice nada.

No hice nada, y no se me permitió hacer nada.

Era una cosa tras otra la que me hacían. Me estaban guiando de principio a fin.

Por Hachikuji—y por el destino.

“Pero sigo pensando—¿no había algo más que pudiéramos haber hecho? Alguna manera de lidiar con la Oscuridad—si esa cosa no era una excentricidad, tal vez había diferentes especialistas en cosas como esa, de la misma manera que hay especialistas en excentricidades. Como mínimo, me parece que Hachikuji tomó su decisión demasiado rápido. No habría estado de más pensarlo un poco más antes de…”

“No, apenas lo lograste. Shinobu-san también lo hizo a duras penas en su historia, pero no se puede decir lo mismo de todos los que la rodean. Comparado con eso, Mayoi-chan hizo un trabajo increíble al llegar a una decisión tan rápido como lo hizo. Qué sabiduría, decidir pasar tú misma al siguiente mundo antes de desaparecer en la Oscuridad. Me gustaría aprender de su ejemplo. Si pones a las dos una al lado de la otra, probablemente porque Shinobu-san es un vampiro inmortal, se tomó las cosas con demasiada facilidad… ¡ups! Eso era sólo una suposición, por supuesto.”

“¿…? Ajá.”

¿Por qué se había apresurado a añadir esa última parte?

No era que Ougi-chan hubiera estado allí. Por supuesto, todo lo que decía era una suposición o una simple conjetura…

“Sin embargo, es una pena.” Se lamentó. “Si Mayoi-chan tuviera el poder de convertir las mentiras en verdades como Hanekawa-san. Ya sabes, el tipo de poder que convierte a un gato en Black Hanekawa. Supongo que el mundo es un lugar más duro que eso.”

“Bueno, si tuviera que seguir esa historia con algo… Sería la forma en que terminé teniendo que disculparme desnudo a cuatro patas con Senjougahara después de no poder soportar mi culpa por besar a una niña, a una joven y a una preadolescente en el espacio de unos pocos días…”

“Er, um, eso es realmente demasiada información para mí…”

“Aunque me sentí mal por cargarla con la responsabilidad de perdonarme, acabó siendo una preocupación infundada porque no me perdonó… Como castigo, me obligó a ver una escena de amor entre ella y Hanekawa.”

“¿Seguro que no ha sido un regalo por todo el trabajo que has hecho?”

En cualquier caso, he podido escuchar una buena historia, dijo Ougi-chan mientras se ponía en pie.

“Muchas gracias.”

“Oh, no, no es nada que merezca ser agradecido. Yo también me siento mejor, habiendo hablado de ello.”

Todavía me sentía culpable por la despreocupación con la que había contado toda la historia, pero ahora que por fin había podido hablar de ella así, una parte de mí podría haberse tranquilizado.

Por supuesto, era un poco extraño que la primera persona a la que le había contado que Hachikuji ya no existía en ningún sitio no fuera Senjougahara ni Hanekawa ni Kanbaru, sino una chica de instituto a la que no conocía desde hacía mucho tiempo.

“Oh, no, al menos permíteme agradecerte. Por qué, casi que quiero besarte.”

“Me alegra escuchar eso, pero voy a tener que pedirte que no lo hagas. Incluso si no saliera con Senjougahara, no sería capaz de perdonarme si besara a una chica de más de quince años.”

“Eso es lo contrario de lo que serían los valores de una persona normal. Pero gracias a ti, ahora sé por qué las cosas no funcionaron. Tanto hace cuatrocientos años como hace cuatro meses. Quizá lo que pasó el mes pasado con Sengoku-chan podría haber ido un poco mejor si hubiéramos sabido por qué de antemano.”

“¿El mes pasado? Sengoku—espera, ¿sabes lo de Sengoku?”

“Oh, uh, no, en absoluto. Umm, ya sabes, ella salió en tu historia hace un momento. Dijiste algo sobre una chica que se metió en muchos problemas el mes pasado—”

“…”

¿Lo había hecho?

¿Había dicho algo sobre Sengoku? Eso, en todo caso, era algo que no debería haber sido casual.

La situación en la que se encontraba ahora era…

“Bueno, creo que tengo una buena idea de lo que ocurre en este pueblo: Araragi Koyomi, Hanekawa Tsubasa, Senjougahara Hitagi, Kanbaru Suruga, Sengoku Nadeko, Araragi Karen y Araragi Tsukihi… y supongo que también estaba Numachi Rouka. Aunque ya puedes quitar de la lista a Hachikuji Mayoi, que se marchó de verdad después de aquello. Murió.”

“¿Acabas de decir algo, Ougi-chan?”

“Oh, no, Ougi-chan no dijo nada… bueno, tengo mucho trabajo que hacer, así que por hoy eso es todo para mí.”

Por hoy.

Casi dio a entender que nuestra relación iba a prolongarse mucho en el futuro cuando empezó a salir del aula—pensándolo bien, sus nervios eran mucho más duros de lo que su esbelta figura podía hacer creer, dado que entraba en un aula de tercer año, vacía o no, como una estudiante de primer año.

“Hey, Ougi-chan. ¿Qué quieres decir con trabajo?” Me sentí en conflicto por detenerla mientras intentaba irse, pero tenía que preguntar. Tenía curiosidad porque sus palabras sonaban muy fuera de lugar viniendo de la boca de una estudiante de primer año que acababa de ser transferida a nuestra escuela. “El Instituto Naoetsu no permite aceptar trabajos a tiempo parcial, ya sabes.”

“Oh, sé que lo he llamado trabajo, pero no me refiero a algo como lo que haría un obrero—llámalo parte del negocio familiar. Tal vez podría decir que es una tarea distinguida que mi familia ha llevado a cabo de generación en generación.”

“¿Así que el mismo tipo de trabajo que Oshino? ¿Trabajando como qué, un especialista? ¿Como equilibrador?”

“Oh, no, el tío Meme es como la oveja negra de la familia—me gusta, pero soy una buena chica que escucha a sus padres.”

“Hm.” Es cierto, no me imaginaba que Oshino fuera especialista en comunicarse con sus padres y familiares y demás. “Entonces, ¿qué tipo de trabajo es?”

“Un trabajo normal. Podrías compararlo con la abrumadora oscuridad que compone la mayor parte del espacio, el tipo de trabajo que puedes encontrar en cualquier lugar. Corregir lo que está mal, acabar con lo que hay que acabar… si realmente quieres una explicación más detallada, supongo que podrías decir que es castigar a los que mienten.”

“…”

¿Qué se supone que significa eso?

Su explicación no me ayudaba en absoluto, por muy explicita que fuera.

“Piensa en mí como un heraldo del fin que no permite prórrogas— no te preocupes, pronto lo entenderás. Puede que incluso te pida ayuda en el futuro—¡entonces, adiós!” Dijo Ougi-chan alegremente antes de salir del salón de clases, dejándome allí solo.

“Es como si todo el mundo desapareciera y me abandonara. Es como si me exiliaran.” Murmuré, pero por supuesto no era la verdad. Mis palabras eran tan sentimentales que ni siquiera me estaba engañando a mí mismo.

No estaba siendo abandonado. No estaba avanzando.

Sentí como si me hubieran detenido en algún momento—sabía que había cosas que tenía que hacer, pero no estaba avanzando en mi propia vida porque estaba muy preocupado por la vida de los demás.

Tampoco estaba progresando mucho en mis estudios para los exámenes.

Siempre sentía que no veía algo increíblemente importante, como si nunca pudiera estar tranquilo. Especialmente desde lo que pasó con Sengoku. No podía concentrarme en nada.

Cuando pensaba, sólo pensaba en cosas sin sentido.

Sentí que había renunciado a muchas cosas a las que no debería haber renunciado, y que incluso mi pena por el hecho estaba a punto de desaparecer.

Eso es lo que me pareció a mí. A mí me lo pareció.

“Es como si hubiera tantas cosas que me faltan, como si alguien me estuviera engañando inteligentemente, como si todo lo que hemos trabajado juntos para pasar por alto y tratar, todas las pequeñas cosas que hemos acordado ignorar, estuvieran siendo examinadas con un peine de dientes finos y denunciadas a fondo…”

“¿Sois consciente?” Una voz vino desde el interior de mi sombra. Sí, claro. No estaba solo, ¿verdad?

Ella estaba allí en mi sombra.

No se iba a mostrar en la escuela, pero podía oír su voz claramente. “Supongo que sí, pero esa mujer, probablemente, es algo.” “Bueno, sí… podría serlo.”

“¿Así que lo sabíais?”

“No, todo es un misterio para mí.”

Ojalá lo supiera. Sobre todo tipo de cosas, dije, poniéndome de pie.

“Por ahora, sin embargo, quiero que mantengas la desaparición de Hachikuji en secreto para todos—veamos qué pasa si sólo se lo digo a Ougi-chan.”

“Ah. Y justo cuando pensaba que estabais parloteando sin parar.

¿Era este vuestro plan todo el tiempo? ¿O vino después del hecho? Entonces, ¿por cuánto tiempo?”

“No sé, hasta que pase algo, también tendremos que mantener callada a Ononoki-chan. Hanekawa podría darse cuenta de inmediato, pero sigamos fingiendo que Hachikuji sigue adornando esta ciudad.”

“¿No es por vuestro persistente afecto?” Preguntó Shinobu. “¿Quizás simplemente no queréis admitir que la chica ha desaparecido? ¿Estáis seguro de que no es un deseo de fingir que sigue existiendo, así como se cuenta la edad de un niño muerto?”

“…”

No dije nada, así que Shinobu continuó.

“Si decís ese tipo de mentiras—Oscuridad os tragará.” Me reí.

“Que va…” De acuerdo.

No había ninguna razón para estar sentado en el aula para siempre—tenía que volver a casa y estudiar para mis exámenes de ingreso. Tenía una lista de cosas que hacer, pero por ahora eso era lo primero.

Me puse los zapatos y me dirigí a casa. Volví a casa.

Mi camino a casa, a lo largo del cual ya no me encontraría con nadie.

Ah, claro, pensé.

Cierto, nunca le dije esa palabra a Hachikuji ese día hace cuatro meses. Qué idiota fui al darme cuenta sólo ahora.

Puede que sea demasiado tarde, pero esa no era una buena razón.

Necesitaba asentarlo en mi corazón.

Conjuré la imagen de una joven con coleta que llevaba una mochila, de aquella niña siempre enérgica—de mi pequeña amiga que aún recordaba como si estuviera allí mismo—y pronuncié la palabra.

“Adiós.” Hachikuji Mayoi.

Tuve la suerte de encontrarte.

-FIN DEL VOLUMEN 11-