Neechan Wa Chuunibyou (NL)

Volumen 7

Capitulo 5: ¡¿Mutsuko Sakaki Es Una Traidora?!

Parte 1

Hiromichi Rokuhara siempre había parecido un joven hosco. Eso no había cambiado, pero ahora había algo claramente diferente en él: tenía alas.

Alas negras, como las de un cuervo, habían brotado de su espalda, dándole una apariencia demoníaca.

Estaba de pie en el marco de la ventana vacía. Frente a él, el protagonista Ryoma Takei se sentó contra la pared, con Yuichi y Natsuki de pie junto a él.

Yurika estaba cerca de la entrada, a la izquierda de Hiromichi desde el punto de vista de Yuichi.

Ende estaba sentada en un asiento en la parte trasera del café, inspeccionando la habitación frente a ella, y Mutsuko Sakaki estaba de pie en el marco de la ventana junto a Hiromichi.

“Oye, no creo que tu barrera esté teniendo mucho efecto. La gente ha estado viniendo todo el tiempo…” Murmuró Yuichi. Era una queja trivial, pero tal vez necesitaba dejar de pensar en la vista que tenía ante sus ojos.

“Bueno, la protección que lanzo no es un hechizo.” Dijo Ende. “Es más como un uso de la autoridad pública, lo que significa que no impedirá que entren los tipos típicos de infractores de reglas.”

Yuichi tuvo que admitir que era poco probable que Mutsuko prestara atención a un cordón policial.

Ella ya había hecho más de unas pocas cosas posiblemente ilegales en el pasado.

“Pero una barrera nunca iba a funcionar con él y Mutsuko… después de todo, los invité aquí.”

Ende comenzó a caminar lentamente hacia los dos mientras hablaba. Luego se volvió frente a Mutsuko y Hiromichi y abrió los brazos.

“Este es mi próximo plan. Estaba tratando de pensar en cómo vencer a Yuichi Sakaki, y la conclusión fue simple: poner a Mutsuko Sakaki de mi lado y hacerlos pelear. Bastante eficaz, ¿verdad?”

“¿Cómo?” Estalló Yuichi.

¿Mutsuko estaba del lado del enemigo?

La premisa parecía tan irreal que le daba vueltas la cabeza. Su hermana podía decir y hacer cosas ridículas, pero al menos siempre había creído que ella nunca lo traicionaría.

“Ya basta, Nee-chan.” Dijo. Habló rápidamente, nervioso. “¿Esto es una broma, verdad? Vencí a ese protagonista, así que vayamos a casa… Oh, por cierto, hice esa única cosa, ¿el codazo en el lanzamiento de kata-guruma que pensaste? Ojalá hubieras estado aquí antes. No tendré muchas otras oportunidades de hacerlo…”

“La pregunta era cómo poner a Mutsuko de mi lado, pero luego, convenientemente para mí, parecía que tuviste algún tipo de pelea por tu cuenta.” Ende continuó, pareciendo disfrutar de su monólogo. “Le mencioné el tema y ella aceptó de inmediato.”

“¡Oye! Mientras estamos aquí, ¡recuperemos esa otra Vasija Divina! ¡Entonces las tendremos casi todas!” Mutsuko señaló directamente a Yurika.

“¿Qué estás haciendo, Nee-chan?” Gritó Yuichi.

“¿Eh? ¿La persona que se quejó por no querer participar en la guerra tiene algo que decirme?” Preguntó Mutsuko sin rodeos. “No es de tu incumbencia, así que ¿por qué no vas a llorar a otro lado?”

Yuichi, presa del pánico, volvió su atención a Hiromichi. “¡Oye!

¿Por qué estás trabajando con mi hermana mayor? ¡Estás en la misma clase, así que debes saber lo loca que está!”

“Ella dijo que me ayudaría, así que ¿por qué debería negarme? Juntos hemos avanzado mucho en la recolección de las Vasijas Divinas.” A Hiromichi no pareció importarle en absoluto, y Yuichi no respondió a eso.

“¡Ende!” Gritó en su lugar. “¡Pensé que Ryoma era tu gran plan!

¿Qué demonios es esto?”

“Sabes, la mayoría de los planes necesitan una copia de seguridad.” Dijo Ende. “Si una flecha falla, dispara otra. Es de sentido común.”

Luego Yuichi volvió sus ojos suplicantes hacia Natsuki. Honestamente, ya no tenía idea de qué hacer.

“Es divertido verte entrar en pánico, pero ¿no deberías proteger a Maruyama?” Preguntó Natsuki.

“E-Eso es correcto. ¡No podemos permitirle que consiga su Vasija Divina!” Ahora Yuichi no podía fingir que la situación no tenía nada que ver con él, y tampoco podía permitir que atacaran a Yurika.

“¡Tú, la de allí!” Llamó Mutsuko. “¡No queremos pelear, así que entrega la Vasija Divina y no te lastimaré! Aunque si quieres pelear,

¡estamos ansiosos por hacerlo!”

Yuichi pensó en señalar la contradicción allí, pero Mutsuko estaba ignorando al anfitrión de la Vasija Divina, Hiromichi, y a la aparente titiritera Ende, para avanzar en la historia por su cuenta.

“¿Qué, no planeabas matarme cuando bajé la guardia?” Yurika preparó su espada.

En términos generales, en la Guerra de las Vasijas Divinas, matar a tu oponente fue la respuesta correcta.

Podrías robar la Vasija Divina de alguien, pero una Vasija con un anfitrión aún vivo no podría tomar uno nuevo, por lo que no podrías usar su poder. Además, dejar vivir a alguien significaba que podía volver a por ti otra vez.

Aparentemente molesto porque Mutsuko se hizo cargo de la conversación, Hiromichi habló. “No necesito tu lamentable poder. Ya tengo todo lo que necesito. Ahora, ¿por qué no lo entregas antes de que cambiemos de opinión?”

Yurika hizo una mueca de dolor. Parecía estar pensando que no tenía ninguna posibilidad contra Hiromichi.

Yuichi había llegado a la misma conclusión.

Las alas en su espalda… probablemente eran la Vasija Divina usada por el tengu. Mejoraron la capacidad de una persona para volar por el aire.

Si el tipo atacaba a Yuichi, no habría ningún problema; probablemente podría esquivar y devolver el golpe. Pero si iba tras Yurika, no había mucho que Yuichi pudiera hacer por ella, y Yurika probablemente no sería capaz de defenderse por sí misma.

“¡Dame un respiro! ¿Crees que un héroe justo como yo va a perder ante villanos como tú? ¡Toma esto! ¡Corte Bravío!” Ella chasqueó.