Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 7

Capítulo 6: La Cazadora De Chicas Mágicas

Parte 4

✰  Fal

Snow White podía incluso oír el corazón de un hada digital. Fal se sentía avergonzado y resentido por ello, pero cuando llegaba el momento de luchar, esto también tenía un gran beneficio, ya que podían coordinarse sin que ella tuviera que hablar con Fal.

Había tres Shufflin en el pasillo: dos corazones y el Seis de Picas. Snow White sacó su teléfono mágico y lo deslizó por el suelo, mientras Fal ajustaba el tamaño de su holograma al más grande y lo encendía.

Su forma apareció de repente ante los oponentes, gigantesca, con el volumen al máximo, y gritando fuerte para intimidar. Cuando el enemigo se acobardó, Ruler giró, sin tener en cuenta el holograma, para golpear la pica en la delantera, y Snow White y Deluge derribaron cada uno de los corazones que se acobardaban detrás de la pica.

Sin aminorar la marcha, Snow White recogió el teléfono mágico, dio una patada a la pared para doblar la esquina y, corriendo como una flecha, pegó el hombro al mamparo mientras pulsaba el panel de operaciones.

“¡Número de chicas mágicas, uno! ¡Podemos hacerlo, pon!”

Ahora, no habría nadie allí. Probablemente ya habían invertido todo el poder de combate que tenían en este lado.

Pero no se quedaría así de vacío para siempre.

Si todas las Shufflin que habían estado protegiendo el lado de la sala de reuniones eran enviadas a ellas, se enfrentarían a demasiadas para poder luchar. Y si Grim Heart se uniera entonces, esta vez seguro que se acabaría el juego.

Aunque Snow White había leído la verdadera naturaleza de la magia de Grim Heart, ni siquiera Snow White podía enfrentarse a ella en una batalla de acuerdo a las estándares de Grim Heart.

Las dos chicas mágicas corrieron por el pasillo hasta situarse frente a la puerta. El número que Snow White había dicho a Fal estaba guardado en su interior. Fal nunca recordaría mal ni se equivocaría.

“¡2847392869036194836787709!”

“Contraseña confirmada. Desbloqueando.”

Habían llegado a tiempo. La contraseña aún no había sido cambiada.

Una voz femenina les informó de la confirmación de la contraseña y, a continuación, una puerta que parecía mucho más gruesa y pesada que los mamparos gimió al comenzar a deslizarse hacia arriba. Deluge exhaló un largo suspiro.

Todavía no podían relajarse. Pero aun así, Fal comprendió su alivio.

Fal también sintió visceralmente que habían superado el mayor obstáculo. Ahora, sólo tenían que salir al exterior y entrar en contacto con la gente. Este día ridículamente largo terminaría por fin.

Habían pasado muchas cosas.

Muchas habían muerto, y las supervivientes tenían heridas tanto físicas como emocionales. También Snow White, aunque pareciera estar bien, era imposible que lo estuviera. Como podía oír los corazones de los demás, sentía el doble o el triple de ansiedad que cualquier otra persona.

Una vez que salieran, Fal le proporcionaría atención emocional y apoyo en el futuro. Tenía que asegurarse de que ella supiera que no estaba sola, o se precipitaría a hacer cosas imprudentes.

También estaba el asunto de las chicas mágicas artificiales.

Habría que negociar qué pasaría con ellas a partir de ahora. Si Fal utilizara su red de información…

“Cambio de contraseña confirmado. Deteniendo desbloqueo.”

En el momento en que escucharon esa voz femenina, Deluge se aferró a la puerta. Pero ahora que había empezado a bajar, ni siquiera la fuerza de una chica mágica podía detenerla. Ni siquiera había espacio suficiente para deslizarse por debajo.

La contraseña había sido cambiada.

Ahora la puerta no se iba a abrir.

Snow White clavó la hoja de Ruler en el hueco entre la puerta y el suelo. Como Ruler era irrompible, no sería aplastada por la puerta. El arma detuvo la puerta mientras ésta hacía ruidos de chirrido, tratando de cerrarse. Pero el hueco no se iba a ampliar. No había espacio suficiente para que una chica pudiera pasar. A este paso, estaban atrapadas.

“Deluge, ten paciencia conmigo.”

Snow White abrió su saco y lo arrojó sobre la cabeza de Deluge mientras la muchacha la miraba sorprendida. Siguió adelante, dejándolo caer de golpe hasta la punta de los pies, atando ligeramente el cuello del saco para cerrarlo por completo.

Fal se dio cuenta de lo que intentaba hacer.

Snow White deslizó la bolsa con Deluge dentro por el suelo, por debajo de la puerta. Aunque el hueco era demasiado estrecho para una chica mágica, la bolsa de cuatro dimensiones, que nunca se hinchaba, podía pasar.

Snow White sacó a Ruler, que había seguido resistiendo hasta el final, y ahora la puerta se cerró con seguridad.

Con el fuerte golpe en su retaguardia, Snow White corrió de vuelta por donde había venido a la misma velocidad.

Fal lanzó un suspiro. “A fin de cuentas…”

“¿Qué?”

“A fin de cuentas, nos hemos quedado hasta el final, pon.”

“Ahora nos esconderemos con Fukuroi, Mimi y Prism Cherry y ganaremos tiempo. Sabemos que la ayuda vendrá, así que será fácil.”

“Obviamente no va a ser fácil, pon… ¡Sólo se ha detectado una chica mágica, pon! ¡Sólo eres tú, Snow White!”

***

✰  Filru

Cuando la sacaron de la bolsa, ya estaban frente a la escalera.

Filru estaba colgada sobre los hombros de Deluge, tecleando en su teléfono mágico mientras Deluge subía. Desde aquí, la señal llegaría al exterior. Podrían pedir ayuda.

Su antigua jefa, sus compañeras de trabajo, las chicas mágicas de las fiestas de té, las chicas mágicas de las fiestas de karaoke, las chicas mágicas de las fiestas de mahjong, las chicas mágicas de los campamentos, las chicas mágicas de la escarda, todas las personas con las que había intercambiado correos electrónicos… todas las posibles. Sus esfuerzos de búsqueda de empleo no habían sido del todo inútiles.

Envió un correo electrónico masivo solicitando refuerzos a todas ellas a la vez, así como a las direcciones que había registrado de Snow White, Marika Fukuroi y Styler Mimi.

Ahora que había lo enviado a tantas, ya no podían ocultarlo. Habían destruido los planes de Grim Heart.

Subiendo la escalera estaba el interior de la fábrica. La grúa rota, los signos de destrucción, el óxido y el polvo y el agujero cuadrado parecían de hace mucho tiempo. El estómago de Filru seguía palpitando. Sentía que las lágrimas iban a salir con cada exhalación. No lágrimas de dolor, sino de alivio.

Las lágrimas cayeron a raudales una vez que salió de la bolsa. “Lo siento, ¿puedes bajarme?”

“¿Estás herida?”

“Gracias a tu ayuda, creo que, como mínimo, puedo correr de alguna manera… Pude descansar en la bolsa, y esa cosa de Fukuroi funcionó.”

“Oh, eso. Funcionó, ¿eh?”

Todavía le dolía. Pero ahora, incluso ese dolor era algo de lo que alegrarse.

Filru miró a Deluge. Ella sonreía mientras rompía a llorar. Ambas extendieron sus manos y las estrecharon con fuerza.

No parecía alguien con quien Filru hubiera luchado en lo alto de un rascacielos justo el día anterior. En ese momento, había estado muy nerviosa, pensando que tenía que capturar a esa chica. Y ahora estaba honestamente agradecida de tenerla allí.

Filru se mordió el labio inferior. No quería llorar ahora. Tal vez era una especie de orgullo mezquino, como la chica mágica mayor. “… Vamos.”

“Bien.”

Fuera era de noche. Quizá no había pasado mucho tiempo desde que entraron, ¿o ya habían pasado más de veinticuatro horas? Sea como fuere, ahora podían comprobarlo. Las que se habían quedado atrás ni siquiera podían hacerlo.

Habían prometido dividir el crédito en tres partes. Ya no podían hacer eso. Uttakatta y Kafuria seguramente se quejarían. Filru, al menos, pensaría en algo para disculparse. Ahora, ella tenía tiempo para eso.

Las dos estaban a punto de salir corriendo cuando se oyó un ruido sordo y se volvieron. Venía de la dirección de la cocina.

Allí había algo.

El sonido de los pasos siguió. Allí había alguien.

Quien asomó la cara por la puerta fue una Shufflin. Filru se asustó, pero cuando vio que era una Shufflin de corazón, se sintió aliviada. Las Shufflin de corazón no podían luchar. Sólo eran criaturas lamentables que sólo se asustaban.

Todo este tiempo las Shufflin habían sido sus enemigas. Pero cuando recién habían bajado, Shufflin había sido una aliada. Kafuria había calmado a la temblorosa Shufflin y había intentado conversar con ella, de alguna manera. Había secado las lágrimas de Shufflin con su pañuelo. Sí, eso también había ocurrido.

Filru levantó las manos y dio un paso adelante. “Si no nos haces nada no te haremos nada. Si nos dejas pasar tranquilamente, no vamos a…”

Deluge lanzó su tridente hacia delante y atravesó a Shufflin. Filru la observó, atónita. El disfraz de corazón se rasgó, y debajo había un diez de picas. Habían disfrazado la pica de corazón.

Había caído en el engaño del enemigo.

Incluso habían pensado en utilizar la aparente debilidad de una Shufflin de corazón y dejaron esta trampa final.

Filru se tambaleó y apoyó un codo en el dispositivo de funcionamiento de la grúa. Pero no tenía fuerzas, y su cuerpo se deslizó hacia abajo hasta que, finalmente, estuvo en el suelo. La lanza de Shufflin estaba clavada en su estómago. El traje de Snow White tenía un agujero y estaba teñido de rojo por la sangre que fluía sin cesar.

Deluge estaba llorando. Filru tenía la sensación de que esta chica no había hecho más que llorar.

Al final, no había conseguido el crédito. Pero al menos había conseguido que alguien la necesitara. En ese aspecto, estaba satisfecha.

***

✰  Shufflin

Grim Heart estaba furiosa más allá de las palabras. Sus puños cerrados temblaban, y al ver esto, el Cuatro de Corazones tembló aún más.

No habían cambiado la contraseña a tiempo. Para hacerlo habían necesitado a Grim Heart, que conocía la actual. Asegurarse de que sólo Grim Heart conociera la contraseña, por miedo a que Snow White la descubriera, había resultado contraproducente.

Las chicas mágicas habían escapado de las instalaciones. Grim Heart no había logrado su objetivo.

Levantó su escritorio de una patada y, antes de que pudiera caer al suelo, empujó el panel del mamparo. Salió de la sala de reuniones para perseguir a las chicas mágicas que huían.

El Joker la vio partir. Grim Heart probablemente no lo lograría en este momento.

Las chicas mágicas eran libres. No habían podido mantenerlas encerradas. Las Shufflin fueron tras Grim Heart.

Grim Heart había olvidado su comportamiento de dama de la nobleza y caminaba a grandes zancadas.

Joker había logrado predecirlo todo con precisión, hasta el final. Ahora era inútil para esa mujer. Si las Shufflin la seguían, sólo traería destrucción y ningún beneficio. No importaba lo lejos que llegaran, el final era el final.

¿En qué se habían equivocado? Shufflin era fuerte, Grim Heart aún más fuerte. Pero las habían dejado escapar. ¿Era porque habían subestimado a la Cazadora de Chicas Mágicas? ¿O no la subestimaron a ella, sino a las chicas mágicas de este mundo?

Mirando el monitor, el Joker lanzó un suspiro. Al mismo tiempo, una risa irónica escapó de sus labios. Por alguna razón, ver a Grim Heart entrar en pánico era muy divertido. Joker siguió a las Shufflin, uniéndose a la fila que iba tras Grim Heart. También podría seguirla hasta el final.

No sería tan malo conocer la destrucción junto con ella. Era lo que había.