Hazure Skill ‘Mapping’ Wo Te Ni Shita Ore Wa  (NL)

Volumen 8

Historias Cortas Adicionales 1: Encuentro con la Tyrant(?) Princess

Tras dejar de explorar en la mazmorra por un día, estaba paseando por la ciudad una tarde soleada cuando me topé con alguien inesperado.

“Vaya, si es Note Athlon.” Aclamó. “¡¿Princesa Leyfa?! Ugh…” Gemí.

Sí. En la esquina del mercado estaba la famosa princesa que una vez se peleó con los Arrivers, la mismísima Leyfa Southerndall. No llevaba su típico vestido negro, sino un cárdigan informal y unos vaqueros ajustados. También llevaba el cabello largo y ondulado recogido. Nunca la había visto así.

“Es una forma grosera de saludar a alguien, ¿no crees? Si fuera cualquier otra persona, la haría arrestar por lesa majestad.”

Accidentalmente había dejado escapar mis pensamientos internos en este desastroso encuentro en mi raro día libre, pero de alguna manera me las arreglé para recomponerme. “No, sólo te veías tan diferente de lo habitual…”

“¿Realmente crees que iría por ahí en público vestida como la realeza?”

“En ese sentido, veo que hoy estás sola.” Tampoco la había visto nunca sola. Leyfa normalmente estaba con Sofie o con los miembros de Legion, así que eso también era sorprendente. De hecho, verla fuera de su hotel o de la mazmorra era algo raro. “¿Qué vas a hacer hoy?”

“Sólo unas compras.” Dijo, señalando la tienda más cercana. El cartel de la entrada indicaba que era una tienda de artesanía.

“¿Qué compras aquí?” Pregunté.

“¿Qué más? He venido a comprar material de punto y de costura.”

“Espera… ¿Quieres decir que haces punto y coses?”

“Como pasatiempo.”

“Estás bromeando, ¿verdad?”

¡¿A esa Tyrant Princess le gustaba tejer y coser?! Esa fue la sorpresa del siglo. “¿Así que haces bufandas y guantes y cosas así?” Pregunté, incrédulo. “Puedo.” Respondió ella. “Incluso he hecho animales de peluche.”

“Sólo con oírte decir ‘animales de peluche’ se siente fuera de lugar… ¿Eres una especie de Princesa Leyfa impostora?”

“Es el segundo cargo de lesa majestad.”

Realmente estaba acumulando antecedentes, ¡pero no pude evitarlo! No podía imaginarme a Leyfa cosiendo un peluche. Cualquier otra persona se enfrentaría a los mismos cargos. Era una pena que no tuviera a nadie con quien compartir este descubrimiento absolutamente impactante.

“Si no me crees, toma.” Dijo, metiendo la mano en la bolsa de artículos que llevaba a la cintura y sacando una bufanda rojo oscuro.

“¿Lo has hecho tú?” Pregunté, tomándolo cuando me lo tendió.

A diferencia de las bufandas lisas que se venden normalmente en las tiendas, ésta tenía un diseño geométrico cuidadosamente cosido. Algo así de bien elaborado no era algo que se pudiera hacer por capricho después de haber tomado una afición… Qué habilidad tan asombrosa.

“No lo usaré, así que puedes tenerla.” Ofreció. “Eh… Gracias…”

En un extraño giro de los acontecimientos, la Tyrant Princess acababa de regalarme una bufanda hecha a mano. Estaba encantado con el regalo… ¿Pero ella lo estaba? Esa parte me dejó un poco en conflicto. ¿Podría llevarlo a diario?

“Estamos bloqueando el tráfico peatonal al hablar aquí, así que vamos a entrar.” Instó. “Bien…”

Espera, ¿por qué la estoy siguiendo?

Quería salir de allí antes de volver a abrir mi bocaza, pero ahora no podía rechazarla. Me sentí bastante incómodo por ello, pero supongo que Leyfa no. No me hizo caso mientras empezaba a recorrer la tienda tranquilamente.

Incapaz de soportar el silencio, pregunté: “¿Sabe Sofie de esta afición tuya?”

Respondió mientras hojeaba las telas colgadas en la pared: “Por supuesto. No es que sea un secreto.”

“Supongo que por eso no tuviste problema en decírmelo.”

“En efecto. Me imagino que los miembros de mi grupo también se habrán dado cuenta.” “Entonces no necesitabas venir sola, ¿verdad? ¿Por qué no traer a Miya como

guardaespaldas?”

“¿Por qué tendría que pasar más tiempo con ella…?” Leyfa hizo una mueca. “Ya me causa bastante estrés. No quiero que se meta también en mi vida privada.”

“Que ruda…”

“Eres su amigo de la infancia, ¿no? Me impresiona que hayas resistido todos estos años, incluso a una edad temprana. Tienes mi respeto por eso.”

“Nunca lo había pensado así…” Siempre había sido feliz con Miya, así que no estaba muy seguro de cómo responder a eso. “Supongo que ustedes dos no se llevan bien, ¿no?”

“Apenas y congeniamos. Me arrepiento de haberla elegido por sus habilidades.” Forcé una sonrisa y una risa seca.

Leyfa preguntó entonces: “¿Qué tal tu lado? ¿Le va bien a Sofie?” “¿Quieres saber sobre Sofie?”

“Sí. No está causando ningún problema a los Arrivers, ¿verdad?” “En absoluto. Es una gran ayuda.”

“Eso es bueno.”

Teniendo en cuenta que antes Leyfa había visto a Sofie estrictamente como un peón, era agradable verla mostrar algo de corazón. Fue un cambio que sólo se produjo recientemente.

“Tú también te has suavizado mucho, Princesa Leyfa.” “¿Lo he hecho?”

“Eras muy fría cuando nos conocimos, así que es una locura pensar que podemos charlar así ahora.”

“Supongo que sí. Yo también lo encuentro bastante extraño.” Comentó, sin dejar de mirar las distintas telas expuestas.

Mientras la veía ir de compras en su propio día libre, empecé a preguntarme si realmente sería una persona decente.