Hazure Skill ‘Mapping’ Wo Te Ni Shita Ore Wa  (NL)

Volumen 8

Capitulo 5: Intrusos Sagrados

Para mí, Force Granz, el día comenzó como cualquier otro. Erin se encargó de hacer el desayuno por la mañana, y luego Note y Sofie se fueron con Roslia a jugar a la práctica de la espada sagrada en la mazmorra. Eso nos dejó a Erin, Neme y a mí en casa, juntos. No estaba en términos particularmente habladores con ninguna de ellas, así que estaba pensando en hacer algo de entrenamiento con la espada o salir a comprar una espada de repuesto… Pero entonces sonó el timbre. Me asomé a la ventana con curiosidad y me encontré con hombres y mujeres vestidos con ropas religiosas en nuestra puerta.

“¿Qué quieren estos tipos…?”

No los conocía. De ninguna manera era amigo de un grupo de bichos raros de aspecto tan sospechoso. Sin embargo, estaban claramente vestidos como cecinaistas, así que supuse que podrían estar aquí por Roslia o Neme. Abrí la puerta con cautela y el hombre que encabezaba el grupo se dirigió a mí.

“Neme Pargin está en esta casa, ¿no?” Preguntó. “¿Quiénes son ustedes?” Pregunté de inmediato.

El hombre levantó la mano. Hice una mueca. Mierda. Mis instintos… No, mi Ojo de la Mente me decía que se acercaba un ataque. Pude ver un rayo de luz.

El hombre abrió la boca y pronunció: “En Charl.”

Inmediatamente me aparté de la trayectoria del rayo y alcancé mi espada con la mano derecha.

“¡Tsk!”

Al instante me di cuenta de mi error. No llevaba mi espada en ese momento; todavía estaba con la ropa de casa. Así que, en su lugar, me apresuré a tomar cualquier cosa que estuviera cerca. Acabé agarrando un paraguas que descansaba en la entrada y lo empujé hacia delante entre el rayo —ahora rayos— de luz. Todos los que estaban detrás también estaban lanzando hechizos. Los rayos que vi eran en realidad cadenas mágicas.

Ni siquiera Dominio de la Espada Superior podía manejar seis hechizos a la vez con sólo un paraguas. Conseguí desviar tres y enredar otro, pero eso fue lo mejor que pude hacer. Las dos cadenas restantes me atraparon por los brazos y las piernas, y luego se enroscaron alrededor de todo mi cuerpo.

Un hechizo vinculante, ¿eh? La magia como esta era difícil de combatir. Imposible, en realidad. Era un arte sagrado bastante avanzado, y me estaba enfrentando a dos lanzadores. No podía mover mis extremidades en absoluto. Me derrumbé junto a la puerta principal, envuelto como una oruga.

“Lanzaré otro, por si acaso. En Charl.” Dijo el hombre que iba en cabeza.

Con un tercer hechizo vinculante, me restringieron aún más. Ahora no había absolutamente ninguna manera de salir de esto.

“La mayor amenaza, Force Granz, ha sido neutralizada. Sofie Deanlurk, Roslia Minkgott y Note Athlon están actualmente en la mazmorra. Supriman a Erin Fortlord inmediatamente y recuperen el objetivo.”

“¡Como usted ordene!”

El grupo detrás del líder inclinó la cabeza antes de irrumpir rápidamente. No tenía ni idea de lo que estaba pasando, pero ningún invitado bienintencionado te recibe con magia vinculante.

Mi boca aún estaba libre, así que grité en voz alta: “¡Erin, tenemos una situación!”

“¿Y ahora qué? Estoy ocupada lavando los platos.” Salió de la cocina, todavía con un plato que estaba secando.

“¡En Charl!”

“¡¿Eh?!” Como esperaba, ella también cayó inmediatamente presa de la magia vinculante. “¡¿Qué demonios es esto?! ¡Me has hecho soltar el plato!”

Tan inútil… Erin rodó por el pasillo, pateando y luchando. Estábamos completamente acabados. ¡Maldita sea!

Pensando en ello, esto no podría haber ocurrido en peor momento. Erin y yo usábamos estilos de batalla dependientes de las armas. Sin una espada y un bastón, éramos prácticamente inútiles. Roslia y Sofie podían defenderse sin armas, quizás incluso hasta Note. Si sólo uno de ellas se hubiera quedado atrás, habríamos tenido una oportunidad. Pero era inútil llorar sobre la leche derramada. Tenía que pensar en una forma de limpiar este desastre.

“¿Qué quieres con Neme?” Le pregunté.

Pensando que no podía hacer nada más por mi cuenta, pasé a sonsacar toda la información posible a los intrusos. El hombre a cargo había dicho algo acerca de recuperar un objetivo, no de eliminarlo. Así que, al menos, no planeaban matar a Neme. Eso significaba que había una posibilidad de rescatarla después, siempre y cuando pudiéramos identificar a esa gente. Lástima que su líder no cayera en la trampa.

“¿Qué te hace pensar que voy a responder?” Dijo, apenas dedicándome una mirada antes de dar más órdenes a sus subordinados. “Tenemos que irnos antes de que alguien se dé cuenta de la conmoción. El escuadrón A registrará el primer piso y el escuadrón B se encargará del segundo. Asegúrense de obtener el recipiente del santo pase lo que pase.”

“¿Recipiente del santo?” Eso me llamó la atención. Neme tenía una habilidad llamada Autoridad del Santo. No conocía muchos detalles —sobre todo gracias a las terribles explicaciones de Neme—, pero solo podía suponer que esos bichos iban detrás del poder de Neme y no de la propia Neme.

“¡La tengo!”

Un hombre bajó de las escaleras con Neme al hombro, atada mágicamente como Erin y yo. Ella luchaba con todas sus fuerzas contra las ataduras.

“¡¿Qué quieres con Neme?! ¡Suéltame!”

Eso casi hacía parecer que ella conocía a esos tipos. Incluso si no estaban dispuestos a hablar, estaba dispuesto a apostar que Neme lo haría. Así que, a pesar del riesgo que implicaba, fui con todo.

“¡Neme! ¿Quiénes son estos tipos?”

“¡¿También te atraparon, Force?!”

“¡Olvídate de eso! ¡Respóndeme rápido!”

“El cardenal Fuge es mi antiguo…”

“Silencio.” Con esa sola palabra, el hombre a cargo utilizó un hechizo para noquear a Neme. Procedió a hacer lo mismo con Erin, y luego se acercó a mí. “Esta vez les perdonaré la vida. Luego podrán darle las gracias a Dios.”

Me di cuenta de que estaba a punto de utilizar el hechizo gracias a Ojo de la Mente, pero estaba tan atado que ni siquiera pude moverme. El impacto me sacudió el cerebro y, mientras perdía lentamente el conocimiento, miré al hombre con frialdad.

Sólo espera. No olvidaré tu cara. Te vas a arrepentir de haberle puesto una mano encima a mis compañeros.

Las llamas de la venganza se avivaron en mi interior mientras todo se desvanecía en negro.