Hazure Skill ‘Mapping’ Wo Te Ni Shita Ore Wa  (NL)

Volumen 8

Capitulo 14: El Mejor de los Mejores Vs. El Peor de los Mejores

“¿Crees que soy el ladrón más fuerte? ¿De qué hablas?” Tuve que preguntar. No podía entender lo que Suiz estaba diciendo. Debe haberme confundido con otra persona.

“Vamos.” Dijo. “¿Por qué te haces el interesante a estas alturas del partido?”

“No me estoy haciendo el interesante. Realmente no valgo mucho como ladrón.

Ciertamente no soy un oponente digno para ti—”

“¿No eres un gran ladrón? Si eso es cierto, entonces los demás ladrones del mundo no son nada.” Suiz miró al techo oscuro mientras hablaba. “Note Athlon de los Arrivers… Los ladrones carecen intrínsecamente de potencia de fuego, y eso debería resultar dolorosamente obvio cuanto más te adentres en la mazmorra. Sin embargo, a pesar de eso, eres el único que está al frente de la exploración de la mazmorra. ¿No es así?”

“Eso es…” Claro, había llegado a los últimos pisos de la mazmorra de Puriff como miembro de los Arrivers, pero eso no era porque fuera fuerte. Dejé todos los monstruos a los otros miembros, y mi único ataque efectivo era la magia sobrante que Erin me prestaba y almacenaba como Disparos de Hechizos. “No he llegado a donde estoy por mi propia fuerza.”

“¿Qué? Tienes que estar bromeando. Te quedaste varado en el piso 20 solo con una maga y lograste arrastrar a ambos con vida. Ahora eso es toda una leyenda, ¿sabes?”

¿Lo era? El calvario por el que Erin y yo habíamos pasado en el piso 20 no era tan impresionante como parecía. En realidad, habíamos caído en una trampa de teletransporte y habíamos sido transportados a una piso desconocido, donde sólo habíamos conseguido sobrevivir por suerte. Un paso en falso podría habernos matado, y si no fuera por Erin, no habríamos sido capaces de derrotar a ningún monstruo.

“Parece que has investigado sobre mí.” Dije. “Pero creo que me estás sobreestimando.”

“¿No eres tú el que se subestima? Para que lo sepas, no he tenido que investigar: tu reputación te precede. Puede que no seas un nombre familiar para la población general, pero eres una celebridad entre los ladrones.”

“¿Soy una celebridad…?”

“Así es. Es bastante raro que los ladrones participen en la escena de las mazmorras, pero tú saltaste a la fama de la noche a la mañana tras la Selección del Séptimo Sabio. Es un evento de renombre que la gente se reúne desde países lejanos para venir a ver. La seguridad allí debe ser absurdamente estricta. Sin embargo, robaste el MVP, el próximo Séptimo Sabio, delante de todos. Es imposible que la gente no se dé cuenta de un ladrón de ese calibre.”

Cuando me llevé a Erin de la Selección del Séptima Sabio, estaba tan concentrado en el asunto que tenía entre manos que no había pensado en nada más. Ahora que lo recuerdo, fue una acción imprudente que probablemente no podría repetir.

“Pero tú eres más famoso que yo, Suiz. He oído que eres uno de los cinco mejores ladrones…”

“Lo dudo. Claro que he oído los mismos rumores, pero mi historial no se compara con el tuyo. Mi infiltración en Filon y el sometimiento del espíritu maligno Grushar no son nada comparados con tus hazañas en la mazmorra. Definitivamente eres más importante.”

¿Soy más importante que Suiz? ¿Es una broma? Mi confusión debe haberse reflejado en mi cara.

“Tal vez no seas consciente de ello, pero así es como la gente te considera: un ladrón monstruoso que ha llegado a la cima sin ninguna habilidad de combate. ¿Quién podría dejar pasar la oportunidad de luchar contra un tipo como tú?”

¿Las historias sobre mí habían cobrado vida propia? Estaba seguro de que todos los demás miembros de los Arrivers dirían lo mismo: que yo no era un aventurero fuerte.

“Siento decepcionarte, pero te vas a llevar un chasco si insistes en pelear conmigo.” Dije.

“¿De verdad? Hasta ahora no me has decepcionado. Antes seguiste mi velocidad en la plaza, ¿no? Incluso pudiste seguir mis movimientos con la mirada, ¿cierto?”

Suiz tenía una idea equivocada de mí, y aparentemente no tenía interés en corregirla. Pero no tenía tiempo para seguirle el juego. Tenía que salvar a Neme lo antes posible.

“Bien, entiendo que quieras luchar. Me enfrentaré a ti, pero no aquí y no ahora. Una vez que salve a Neme…”

“Vamos, no seas tan frío. ¿Esperas que me conforme con un simulacro de batalla sin nada en juego? Eso no es interesante en absoluto. Pero una situación de vida o muerte con el destino de un amigo en juego… ¿No crees que es cuando más lucharías?”

“Estás loco…”

Yo arriesgaba mi vida en la mazmorra con regularidad, así que no tenía mucho margen para criticar sus políticas, pero no podía entender a Suiz. Buscar lo interesante era una cosa — no hay nada malo en vivir tu vida según tus propias reglas—, pero es un desastre arrastrar a otras personas a eso.

“Loco, ¿eh? Lo tomaré como un cumplido.” Suiz respondió con una risa descarada.

Suiz Myran era, sin duda, un ladrón de primer nivel. Gracias a él nos enteramos de los ojos que nos vigilaban y formulamos un plan para entrar en la base del enemigo. Pero el hecho de que se volviera contra nosotros en el último momento lo arruinó todo. Me arrepiento de haberle pedido ayuda.

“Deberíamos haber rescatado a Neme por nuestra cuenta…”

“Aww, no seas así. Puede que me ponga del lado de Fuge, pero no le he dicho nada sobre tu ataque. Él sabe cómo manejarme, así que me deja hacer lo que quiera.”

“¿Y qué?”

“Es simple. Si me derrotas, tu plan seguirá adelante sin problemas. En cambio, si pierdes, podrás despedirte de tu camarada. Vale la pena darlo todo por ella, ¿no crees?”

“Vaya, estás enfermo…”

Al poner delante de mí la escasa posibilidad de un rescate exitoso, sabía que lucharía. Qué estratagema más astuta y eficaz. Ya no había vuelta atrás para mí. Si dejaba que Suiz se marchara, revelaría todo nuestro plan a Fuge, y nunca tendríamos otra oportunidad como ésta de recuperar a Neme. Si queríamos recuperarla, tenía que ser ahora. Tenía que derrotar a Suiz.

“No soy bueno en este tipo de cosas…”

Un duelo uno a uno con el destino de un miembro del grupo en juego… La última vez que hice esto fue un duelo contra Headhunter por la vida de Jin. Si no hubiera sido por la ayuda de Riece, habría perdido entonces. La única otra experiencia que tuve que se acercó fue desafiar a Force para que volviera a unirse a los Arrivers. Aceptó después de que le sorprendiera con un Disparo de Hechizo, pero al final perdí el combate.

No era especialmente fuerte. Lo sabía mejor que nadie. Si tenía que luchar, me gustaba prepararme a fondo de antemano. Sólo podía enfrentarme a oponentes más fuertes ideando contramedidas inteligentes. Sin eso, no tenía ninguna posibilidad contra luchadores como Headhunter y Force. Y, sin embargo, aquí estaba, enfrentándome a una batalla de la nada, el peor escenario posible para mí.

“¿Por fin te sientes motivado?” Preguntó Suiz. “Las oportunidades de enfrentarse a oponentes más fuertes realmente disminuyen a medida que aumenta tu fama. Estoy muy emocionada, esto me recuerda a mis días de juventud.”

Desgraciadamente, esta vez mi oponente no era demasiado arrogante. Lo consideraba un reto. No lo entendí: ¿por qué alguien mucho más fuerte que yo actuaba como si fuera una amenaza? Desde cualquier punto de vista razonable, yo era el menos favorecido.

“Esto apesta…”

Suspiré mientras ponía las manos delante de mí. No agarré mi daga: era una postura para una pelea a puñetazos. No me quedaba más remedio que seguirle el juego. No importaba lo bajas que fueran mis probabilidades, tenía que ganar por el bien de Neme.

“No creas que te lo pondré fácil.”

No iba a dejar que Suiz se me adelantara. Inmediatamente usé Carrera Umbría y empecé a correr.

“Vamos, ¿ni siquiera vas a esperar la señal de salida?”

Suiz, a su vez, activó su Parpadeo de Luz. La distancia que había acortado entre nosotros se redobló en un instante. No tenía ni idea de qué trucos escondía en la manga. Pero al igual que mi estilo de lucha se basaba en Carrera Umbría, Suiz probablemente luchaba en torno a Parpadeo de Luz. Parpadeo de Luz podía superar a Carrera Umbría en velocidad en línea recta, pero Carrera Umbría era superior con el movimiento no lineal. Parpadeo de Luz tenía que desacelerar al hacer giros, mientras que Carrera Umbría no tenía esa pérdida de tiempo. En otras palabras, tenía que seguir moviéndose en arcos. Me moví en todas las direcciones, cambiando de dirección para jugar con mi oponente.

“¿Así que no vas a cargar directamente contra mí? Bueno, supongo que no querrás ir de cerca contra un oponente armado.” Dijo Suiz, sacando una daga. La arrojó, y luego otra.

“¿También puedes lanzarlas?” Pregunté.

“Por supuesto. Cualquier usuario de dagas puede hacer lo mismo, pero tú las evadiste tan fácilmente.”

“Mi profesora se especializó en armas arrojadizas. Estoy un poco acostumbrado.” “Entonces, ¿qué tal esto?”

Con eso, Suiz sacó una daga roja del bolsillo de su pecho. Las que acababa de lanzar eran de un metal azulado. Esta era claramente diferente. ¿Tenía algún tipo de propiedad mágica?

“Parece que estás en guardia. Prepárate. No sería divertido que murieras ahora.” Apenas dijo eso, un rayo púrpura pasó por mis oídos.

¿Qué? ¿Qué acaba de pasar?

No pude seguirlo con la vista, pero si me hubiera golpeado, habría estado frito de un tiro.

Fue pura coincidencia que haya podido evitarlo.

“Evadiste en el último segundo por reflejo, ¿eh? Al canalizar el maná a través de esta arma, puedo disparar un rayo mágico entre ella y un punto de anclaje. Los anclajes son las dagas que acabo de lanzar.”

Miré una de las dagas azules clavadas en el pilar que había detrás de mí. Efectivamente, el rayo había salido disparado directamente hacia ella desde la daga en manos de Suiz.

“Por supuesto, tengo varios anclajes. Ten cuidado.” Advirtió.

“Vaya, ha sido muy amable al explicar cómo funciona tu artefacto.” Me burlé.

“Oh, eso es porque revelar mi habilidad hace que la estrategia de mi oponente sea más interesante. Vamos a jugar.”

Suiz corrió por el suelo en una línea en zigzag con Parpadeo de Luz. Podía oírle lanzar más dagas de anclaje, pero era difícil localizarlas en la sala subterránea poco iluminada. Tenía que evitar ponerme entre ellas y Suiz, pero no podía saber dónde estaban y Suiz se movía constantemente. Tenía razón: conocer la habilidad de su arma no iba a salvarme de ella. Tenía que pensar.

“Por ahora, será mejor que me siga moviendo…”

Suiz sólo podía acertar su magia de rayo si me atrapaba entre él y un punto de anclaje… lo que significaba que estaba a salvo mientras no pudiera saber dónde estaba. Utilicé Carrera Umbría para mantenerme en movimiento mientras rastreaba todas las dagas que había lanzado hasta el momento.

“¿Son cuatro o cinco?”

Había una junto a la entrada y otra a la derecha. Luego una a cada lado de nosotros, más una al fondo.

“Vaya, ¿ya las has encontrado? Cielos, esto no es una gran pelea.” Suiz se acercó al ancla en la pared a nuestro lado mientras disparaba más rayos morados. Luego recuperó la daga y la lanzó para recolocarla. “Ahora tengo que volver a memorizar sus ubicaciones.”

Como las anclas eran dagas, moverlas era bastante fácil. El problema sería llevar la cuenta de todas ellas. Sin embargo, el hecho de que Suiz no hubiera lanzado una sexta significaba que sólo tenía cinco en total… No, era demasiado pronto para sacar conclusiones. Me enfrentaba a un ladrón de primer nivel. Podría estar engañándome escondiendo una en su persona.

Tenía una idea general de dónde había lanzado la daga que acababa de recuperar. Tenía que derrotarlo antes de que moviera las demás. Intenté utilizar Carrera Umbría para acortar la distancia entre nosotros, pero Suiz retrocedió por la habitación. Cuando le di caza, dio un giro de 180 grados.

“También puedo usarlo así, ¿sabes?”

Un rayo volvió a dirigirse hacia mí, esta vez desde el ancla cercana a la entrada. Al principio lo esquivé, pero siguió avanzando tras el rastro de Suiz, destruyendo un pilar entre nosotros.

“Eso es hacer trampa.” Activé rápidamente el Paso Descendente para deslizarme por debajo del rayo que venía hacia mí a la velocidad de la luz. “Habría muerto si eso me golpeara.”

“Sin embargo, lo evadiste.”

“Tuve suerte de reaccionar a tiempo.”

“Pero seguir haciendo esto no es bueno.” Rió Suiz, mirando el pilar que se desmoronaba. “Destruiré este lugar si lo uso demasiado.”

“Nos enterrarás vivos a los dos si lo haces.”

“¿Verdad? Tendré que guardarlo para un momento crítico.” “Prefiero que no lo vuelvas a usar.”

“Desgraciadamente, tengo que emplear todo lo que sé contra mi actual oponente.”

Con eso, Suiz se desprendió de la pared y se acercó a mí con Parpadeo de luz. El combate cuerpo a cuerpo me resultaba más fácil que un enfrentamiento a media distancia contra un relámpago en movimiento, pero no estaba precisamente ansioso por entrar en un enfrentamiento cara a cara. Carrera Umbría y Parpadeo de Luz se disputaban el título de arte más rápido. Ya me resultaba bastante difícil orientarme cuando utilizaba la mía. Contra un oponente que se movía a una velocidad similar, existía la posibilidad de que nuestras artes provocaran un feroz choque. Tenía que pensar en esto como un juego de las traes.

Iba a acercarme a Suiz antes de volver a usar Carrera Umbría, y luego cambiar de dirección para pasar al lado o detrás de él. Suiz se lo esperaría y cambiaría su trayectoria a mitad de camino, así que me posicioné para aprovechar eso cuando lo hiciera. Tal y como pensaba, en el momento en que me moví hacia un lado con Carrera Umbría, él irrumpió en el otro sentido con Parpadeo de Luz. Por suerte, nos habíamos movido en direcciones opuestas en nuestra primera pasada. Ya no podíamos percibirnos visiblemente. Era una batalla de predicción basada en los instintos.

La segunda pasada, sin embargo, no fue tan afortunada. Nos acercamos el uno al otro en lugar de alejarnos, poniéndome al alcance de la espada de Suiz.

“Golpe.”

Cuando su daga se elevó hacia mi barbilla, pensé en sacar la mía para interceptarla, pero me detuve. Su daga era un artefacto mágico. Si podía disparar un rayo, probablemente también podría envolverse en un rayo. Y tan pronto como ese pensamiento cruzó mi mente, giré con fuerza mi cuerpo para evitar la trayectoria de la hoja. Fue un movimiento imprudente que me detuvo en seco a mitad de Carrera Umbría, y Suiz no iba a pasar por alto esa apertura.

“Parpadeo.”

En lugar de activar un arte para retroceder, hice lo contrario y presioné hacia adelante. Fue un choque desordenado que apenas podría llamarse placaje, pero Suiz no lo había visto venir. No pudo defenderse a tiempo con su daga, y nos estrellamos juntos contra el suelo. Ninguno de los dos se movía ahora. Esta sería mi mejor oportunidad. Me incorporé inmediatamente, sólo para descubrir que Suiz había hecho lo mismo. Al parecer, habíamos tenido ideas similares.

“Toque de Fantasma.” “¡Tiro de Palma!”

La daga de Suiz se dividió en dos arcos oscilantes, pero yo los hice volar a ambos. Estábamos a tiro de piedra el uno del otro, así que la longitud de nuestras armas ya no importaba. Podía luchar con las manos desnudas de esta manera. Derribé los golpes de daga de Suiz con Tiro de Palma y Flujo a su vez. No me golpeó ni una sola vez, pero tampoco fui capaz de asestarle un golpe.

“¡Toma esto!”

Suiz pareció encontrar desfavorable nuestro cuerpo a cuerpo, así que volvió a disparar rayos con su daga. Perdí el equilibrio al esquivar el rayo, lo que le permitió asestarme una rápida patada en las tripas. Sin embargo, incluso con el impulso con el que me había golpeado, logré tomar cierta distancia. Suiz y yo nos recompusimos.

Hizo girar la daga en su mano mientras decía: “Vamos, Note Athlon. Dame un respiro.” “Yo soy el que quiere el descanso. Por favor, pierde ya.”

“¿Me pides que pierda? ¿Cuándo no tienes intención de derrotarme de verdad?” Preguntó. Pude percibir algo de ira detrás de sus palabras. “¿Cuándo vas a empezar a ponerte serio, eh?”

“Siempre estoy luchando en serio. Si no te parece así, lo siento, pero te advertí que te ibas a llevar una decepción.”

“No es eso. Todavía no lo has dado todo.” Suiz me apuntó con su daga con una mirada. “Claro, estás evadiendo mis ataques con seriedad. Pero no estás luchando seriamente.”

“Eso es porque me falta poder ofensivo.”

“Eso no es cierto. Eres un aventurero que lucha contra los monstruos de la mazmorra. Es imposible que no tengas un medio de ataque. Sólo lo estás guardando, ¿verdad?”

Tenía razón. Si usaba el Disparo de Hechizo, podría cambiar las tornas. Pero era mi as en la manga para recuperar a Neme. No podía desperdiciarlo en una pelea intermedia como esta.

Como si me hubiera leído la mente, Suiz dijo entonces: “Además, me estás subestimando.

Incluso cuando estoy usando todo lo que está en mi poder, artefactos y todo.” “No te estoy subestimando…”

“Entonces, ¿por qué no la usas? ¿Porque quieres salvar a tu amiga? Si es así, úsalo aquí para derrotarme, y luego avanza.”

“Incluso si te derroto, no tendría sentido si luego no puedo salvar a Neme.”

“Ooh, así que estás pensando en el futuro después de derrotarme. No debería esperar menos del ladrón más fuerte que existe. Debe ser mi día de suerte.” Rió Suiz con fuerza. Luego gritó, con los ojos muy abiertos y la voz atronadora: “¡No seas tan arrogante! ¡No soy tan pusilánime como para que puedas derrotarme mientras te contienes!”

¿Arrogante? Yo mismo no me había dado cuenta, pero tal vez en el fondo tenía un exceso de confianza. Suiz se enfrentaba a mí con todas sus fuerzas, pero yo sólo pensaba en Neme. Me enfrentaba al ladrón más fuerte que conocía, pero había una parte de mí que creía que las cosas saldrían bien de un modo u otro. Como había dicho, Suiz no era el tipo de hombre con el que pudiera contenerme. Era un oponente formidable. Uno que me derribaría si le diera media oportunidad. Yo era el retador, no podía olvidar eso. Aunque Suiz se sintiera desvalido, eso no cambiaba la realidad de la situación.

“Tienes razón. Tengo que recomponerme…”

Ese fue mi error. Necesitaba utilizar todo lo que Erin me había confiado para derrotar a Suiz. Ese era mi objetivo inmediato, y no tenía sentido pensar más allá.

“Gracias. Ahora he visto la luz.”

Di un paso y luego otro mientras hablaba. No utilicé Carrera Umbría; simplemente caminaba a un ritmo lento y pausado. La magia de la que disponía acabaría con este combate en un instante. Si todo funcionaba como esperaba, la victoria estaba a punto de ser mía. Y si no, me quedaría sin cartas para jugar y Suiz sacaría lo mejor de mí. El factor decisivo era extremadamente simple. Todo dependía de este golpe. Lo que más importaba era la distancia: tenía que medirla con precisión sólo con la vista. Afortunadamente, con Mapeado, ese era mi fuerte.

Fingí toda la compostura que pude mientras caminaba hacia Suiz. Él activaría su Parpadeo de Luz en el momento en que usara Carrera Umbría, pero parecía no estar seguro de cómo responder a mi andar relajado. Tal vez confiaba en que podría escapar de mí si lo necesitaba. No sabía que mi siguiente Disparo de Hechizo superaba la velocidad de la Carrera Umbría. Y ahora estaba exactamente a cinco metros de él.

En cuanto llegué a ese umbral, activé Desmantelamiento de Trampa. Al instante me encontré detrás de Suiz. No había activado el círculo del hechizo ofensivo en mi palma, sino uno diferente en el dorso de mi mano. Era un tipo de magia que antes había sido la perdición de mi existencia: el teletransporte. Lo activé para transportarme detrás de Suiz. Luego activé el otro hechizo.

“¡Atadura!”

Como su nombre indica, se trata de un hechizo vinculante. Unas bandas de luz se extendían como ramas que crecían rápidamente. Incluso Suiz se vio sorprendido por la emboscada y, en su asombro, las bandas se enroscaron con fuerza a su alrededor para contenerlo.

“… ¿Eh?”

La atadura atrapó completamente a Suiz, manteniéndolo congelado en su lugar. Este era el hechizo que Erin me había dado antes de la operación: uno eficaz contra los humanos, pero que no mataba.

“¿Qué es esto? ¿Magia vinculante? ¿Algún tipo de artefacto?”

Con todos sus miembros y articulaciones bloqueados, Suiz se vio impotente para liberarse.

Lo único que podía hacer era esperar a que el hechizo expirara.

“Es la magia de Erin.” Le expliqué. “Ya no puedes moverte. ¿Consideramos que esta es mi victoria?”

“¿Cómo tienes su magia? No, eso no es importante. ¿Cómo te pusiste de repente detrás de mí?”

Suiz aún no se había dado cuenta del secreto de mi truco. Seguir Carrera Umbría con los ojos requería tomarle el truco a su movimiento, y una vez que Suiz se hubo adaptado a él, se quedó sin darse cuenta cuando desaparecí instantáneamente.

“Sacamos la idea de una trampa de teletransporte que encontramos en la mazmorra. Erin utilizó sus conocimientos de magia espacial para mejorarla y convertirla en un hechizo que permite al lanzador trasladarse a un punto específico.”

Y ese punto concreto estaba cinco metros más adelante. Por eso había necesitado ponerme exactamente a esa distancia de Suiz. Después de eso, todo lo que tenía que hacer era activar la trampa, dar la vuelta y activar la magia vinculante en mi palma.

“Ya veo. Una teletransportación, ¿eh? Eso está por encima de mi cabeza, pero supongo que debería haber esperado eso de un ladrón como tú.”

“Realmente todo es gracias a Erin.”

Ella fue la que me sugirió incorporar a mis guantes algo distinto a Disparo de Hechizo. Estaban hechos de una tela catalizadora, y yo siempre guardaba el Disparo de Hechizo en las palmas por necesidad, pero eso dejaba libre el dorso. Así que se le ocurrió añadir allí círculos mágicos que, de todos modos, no podían activarse con Tiro de Palma: mi mano derecha contenía Puerta, mientras que la izquierda guardaba la trampa de teletransporte. Mientras tanto, mi palma derecha contenía un hechizo ofensivo y la izquierda magia vinculante.

“Era la primera vez que lo usaba, así que me alegro de que haya funcionado… Por desgracia, esto hará que todo a partir de aquí sea más difícil.”

No debía desperdiciar la trampa de teletransporte en una pelea. El plan original era acercarme a la habitación de Neme y usarla para entrar, pero ahora la había gastado contra Suiz. Sin embargo, no había que llorar sobre la leche derramada. Era el ladrón más fuerte que había, y no me había dejado muchas opciones.

“Honestamente, ¿cómo se supone que voy a llegar a Neme? Hay demasiados guardias.

Ahora es imposible ahora, ¿no?”

“¿Quién sabe? No me preguntes a mí. Soy el perdedor. No me interpondré más en tu camino.”

“Seguro que has aceptado tu derrota fácilmente.”

“Sé cuándo rendirme. He perdido. Fui total y absolutamente derrotado.” “Se te ve muy feliz a pesar de eso.”

“No puedo tener peleas interesantes como esa todos los días. Estoy completamente satisfecho.”

“Nos traicionaste para poder luchar contra mí, ¿y ahora estás satisfecho de haber perdido?

No puedo creerte…”

“No seas así. Tú también te has divertido, ¿no?”

Suspiré ante la inocencia infantil de los ojos de Suiz. “Supongo que un poco. Aunque no quiero volver a hacerlo.”

“No te mataría ser un poco más honesto sobre tus deseos, ¿sabes?” “Eres demasiado honesto con los tuyos, Suiz.”