Lord of Mysteries (NW)

Volumen 1

Capitulo 152: Buen Intento

La niebla gris llenaba el aire, eternamente inmutable mientras las ilusorias estrellas carmesí flotaban a su alrededor a diferentes distancias. Klein se sentó en el interior del majestuoso palacio que parecía el hogar de un gigante mientras se deleitaba con la vista familiar ante él.

Después de unos segundos, miró hacia otro lado e hizo aparecer una piel de cabra de color marrón amarillento. Luego, levantó un bolígrafo para escribir su encantamiento modificado para el ritual de invocación.

“Enciende una vela para representarme a mí mismo.

Usa un muro espiritual para crear un ambiente sagrado.

Deje caer una gota de aceite de esencia de luna llena en la llama, rocío puro de manzanilla, polvo de flor de sueño y otros ingredientes. (Nota: no hay necesidad de ser demasiado particular en este paso porque se está convocando a uno mismo).

Recita el encantamiento a continuación.”

“(En el antiguo Hermes, Jotun, Dragonico o Élfico. Debe ser un grito profundo)

Convoco en mi nombre (Hermes), El Loco que no pertenece a esta era, el gobernante misterioso sobre la niebla gris; el Rey de Amarillo y Negro que maneja la buena suerte.”

…

Después de examinarlo tres veces, Klein escribió una declaración de adivinación en la parte inferior:

Habrá peligro si el ritual anterior se lleva a cabo fuera de este mundo.

Uf. Dejó escapar un suspiro, dejó la pluma, sacó la cadena de plata de su manga y la sostuvo con la mano izquierda.

El colgante de topacio colgaba constantemente sobre la piel de cabra, solo una pequeña distancia por encima de la declaración de adivinación. Controló sus pensamientos y entró en un estado de Cogitación.

“Habrá peligro si el ritual anterior se lleva a cabo fuera de este mundo.”

“Habrá peligro si el ritual anterior se lleva a cabo fuera de este mundo”.

…

Después de recitar la declaración siete veces, Klein abrió los ojos, completamente negros, y miró el colgante de topacio que giraba en sentido contrario a las agujas del reloj.

Eso significaba un resultado negativo: ¡no habría peligro!

“Entonces puedo intentarlo”. Klein hizo desaparecer los objetos que tenía delante. Luego extendió su espiritualidad para que lo envolviera y simuló la sensación de caer.

Cuando regresó a su dormitorio, sellado con una pared espiritual, Klein inmediatamente limpió su escritorio y apagó una vela con aroma a menta justo en el medio.

Presionó levemente la mecha de la vela, frotándola con espiritualidad para causar fricción y encender la vela.

Bajo la tenue luz parpadeante, Klein vertió los correspondientes aceites esenciales, extractos y polvo de hierbas sobre la llama.

De repente, una fragancia relajante llenó el aire, y la habitación alternó entre el brillo y la oscuridad.

Dando dos pasos hacia atrás, Klein miró la vela que lo representaba y gritó en Jotun: “¡Yo!”

Luego, cambió a Hermes, “Convoco en mi nombre: El Loco que no pertenece a esta era, el gobernante misterioso sobre la niebla gris; el Rey del Amarillo y el Negro que ejerce la buena suerte.”

Justo cuando terminó de hablar, sintió que la luz vacilante de las velas bailaba vigorosamente y producía un vórtice con la fragancia circundante. Absorbió su espiritualidad a un ritmo vertiginoso.

“Flor del sueño, una hierba que pertenece a la luna roja, otorga tus poderes a mi encantamiento…” Klein soportó la incomodidad provocada por perder su espiritualidad mientras terminaba de recitar el encantamiento.

Entonces, vio que la luz de las velas dejaba de oscilar. Estaba contaminado con un brillo gris, que se extendía hasta aproximadamente el tamaño de una palma.

“No invoqué nada… Oh cierto, ¿quizás necesite responder por encima de la niebla gris? Es bastante problemático convocarse a uno mismo…” murmuró Klein, pellizcándose la frente dolorida.

Dio cuatro pasos en sentido contrario a las agujas del reloj antes de llegar de nuevo por encima de la niebla gris. Vio que había una luz ondulante sobre el asiento de honor en la mesa antigua.

Provenía del extraño símbolo en el respaldo de la silla correspondiente. El extraño símbolo que estaba compuesto por un ojo sin pupila, un símbolo que representaba el secreto y líneas contorsionadas que representaban el cambio.

Todo lo que hizo Klein fue extender su mano para alcanzarlo e inmediatamente escuchó: “¡Yo! Invoco en mi nombre, El Loco que no pertenece a esta era, el misterioso gobernante sobre la niebla gris; el Rey del Amarillo y el Negro que ejerce la buena suerte.” Luego, vio una espiritualidad creciente combinada con una luz ondulante que se convirtió en una puerta ilusoria pero sin forma.

La puerta se sacudió como si quisiera ser abierta. Klein inmediatamente deseó con firmeza que se abriera.

Casi instantáneamente, la niebla sin límites y el majestuoso palacio fueron atraídos hacia adelante. Hubo algunas ondas apenas perceptibles.

Las ondas se elevaron hacia la puerta ilusoria.

Pero, no importa cuánto empujara Klein, la puerta no podía abrirse. Cada movimiento resultó en un silencio mortal.

“¿La Puerta de la Invocación aún no ha tomado forma?” Klein refrenó su voluntad y arrugó las cejas cuando analizó la razón por la que había fallado.

Casualmente había llamado a la puerta “Puerta de Invocación”.

“Hmm, me falta espiritualidad, así que no puedo formar una Puerta de Invocación completa. Cuando avance a la Secuencia 8; Payaso y pase por la peligrosa etapa inicial, puedo intentarlo de nuevo. Tal vez no sea un problema para entonces…” Klein asintió levemente y entendió más o menos lo que había sucedido.

Este experimento le dio un impulso de confianza, se sintió alentado ya que era la primera vez que recibía algún tipo de respuesta del misterioso espacio sobre la niebla gris, aparte del incidente en el que adivinó sobre el Eterno Sol Ardiente.

¡Llegará un día en que entenderé todos los secretos aquí! Klein declaró con entusiasmo en su corazón. Luego hizo un rápido descenso desde la niebla sin límites después de envolverse en espiritualidad.

…

Klein apagó rápidamente la vela después de regresar a su habitación. Terminó el ritual y limpió su escritorio antes de quitar la pared espiritual.

Una ráfaga de viento sopló de repente mientras bostezaba. Se derrumbó en la cama, se cubrió con una manta y se durmió.

En el sueño nebuloso que siguió, Klein se despertó abruptamente y se dio cuenta de que estaba sentado en la sala de estar de su casa y sostenía La Nota Honesta de Ciudad Tingen.

… ¿El Capitán está aquí otra vez? Se quedó atónito al principio cuando miró por la ventana, encontrando humor en su exasperación.

Con un crujido, la puerta se abrió. Dunn entró despacio, con su cortavientos negro que le llegaba más allá de las rodillas, sosteniendo un bastón y una pipa.

Todavía llevaba su sombrero de copa negro, y debajo de él brillaban sus profundos ojos grises.

Dunn llegó a la sala de estar y se sentó en el sofá. Cruzó tranquilamente la pierna derecha sobre la izquierda.

Dejó a un lado su bastón, se quitó el sombrero y se inclinó hacia atrás. Se sentó allí en silencio y miró a Klein como si estuviera pensando.

Capitán, ¿qué está tratando de hacer hoy?  Klein estaba estupefacto.

Para no exponer que sabía que era un sueño, fingió no ser afectado por ello y siguió leyendo el periódico.

Un minuto, dos minutos, cinco minutos. Levantó la cabeza para mirar a Dunn, que estaba sentado frente a él. Descubrió que el Capitán todavía estaba sentado allí en silencio y lo miraba, profundamente pensativo.

Cinco minutos, diez minutos, quince minutos. Klein hojeó el periódico de un lado a otro varias veces, mirando a Dunn por el rabillo del ojo, y notó que el hombre todavía lo miraba en silencio, sumido en una profunda reflexión.

Capitán, me está haciendo sentir muy incómodo…  Klein no podía sentarse en paz. Dobló el periódico y lo dejó a un lado. Él asintió y le sonrió a Dunn. Luego, fue a la cocina a buscar un paño y comenzó a limpiar la mesa del comedor y la mesa de café.

Capitán, mire, mi sueño es tan simple, tan ordinario, tan aburrido. No hay nada que valga la pena observar. ¡Dese prisa y váyase! ¡Por qué no pretende ser un fantasma y yo finjo estar asustado, entonces puede completar su logro como Pesadilla! Rezó en silencio y levantó la cabeza, pero todo lo que vio fueron los profundos ojos grises de Dunn todavía sumidos en sus profundos pensamientos.

Bajo una mirada tan tranquila y constante, Klein limpió todos los muebles y limpió su habitación. Estaba tan agotado en su sueño.

Lo que más lo agotó fue Dunn Smith, que lo observaba en silencio, sumido en profundos pensamientos.

Klein no tenía idea de cuánto tiempo había pasado mientras se ocupaba hasta que finalmente vio a su Capitán descruzar las piernas y ponerse de pie. Luego, tomó su bastón, se puso el sombrero y salió por la puerta.

Klein contuvo la respiración y vio a Dunn salir de su casa.

No pudo evitar levantar su mano derecha para decir adiós.

Uf…  Cuando todo volvió a la normalidad, Klein dejó escapar un suspiro de alivio.

¡Eso realmente fue una pesadilla! Pensó para sí mismo, demasiado preocupado para descansar.

***

Backlund, Oeste de Backlund, grandes almacenes de Philip.

Philip’s era uno de los grandes almacenes de gama alta del Reino de Loen. Solo se abria a nobles y personas ricas que estaban calificadas para ser miembros.

Siempre había lujosos carruajes estacionados afuera con diferentes emblemas impresos en ellos. No solo era un lugar seguro para ir de compras, sino que también se convirtió en un lugar social popular debido a las estrictas restricciones para aceptar miembros.

Audrey llevó a su sirvienta, Annie, y a su golden retriever, Susie. Bajo la dirección de un asistente ansiosamente atento, se bajó del carruaje y atravesó la entrada.

En el camino, vio a hijas de vizcondes, condesas o doncellas con padres de alto estatus social.

Ella mantuvo su elegancia y los saludó a todos con gracia. Se comunicó con diferentes nobles sobre diversos temas. Por ejemplo, cuando se enfrentaba a una condesa en particular, elogiaba los ajustes del vestido de la condesa y cuando saludaba a una baronesa en particular, elogiaba la destacada actuación del esposo de la baronesa en la Cámara de los Lores.

Audrey no había sido buena en eso anteriormente; ella era demasiado terca y demasiado arrogante. Pero ahora, ni siquiera necesitaba esforzarse mucho para responder a la perfección.

A los ojos de un espectador, la mayoría de las emociones y pensamientos de los nobles estaban escritos en sus rostros.

Al llegar al segundo piso, Audrey entró en una tienda que vendía vestidos confeccionados.

La encargada de la tienda era una doncella menuda. Llevaba un vestido blanco y negro y tenía el pelo rubio hasta los hombros. Ella era el Inquisidor, Xio Derecha.

Audrey miró a Susie sin cambiar su expresión facial. El perro entendió lo que su dueño quería decir de inmediato y corrió hacia otro mostrador.

La sirvienta Annie fue tras Susie para tratar de arrastrarla hacia atrás.

¡Bien hecho! Audrey se felicitó interiormente y caminó junto a Xio Derecha, fingiendo mirar la variedad de vestidos.

“… ¿Por qué hiciste arreglos para encontrarte conmigo aquí?” Xio preguntó con un susurro mientras presentaba los vestidos en voz alta.

Su voz era tierna, como la de un niño.

“¿Dónde está el asistente original?” Audrey preguntó en respuesta, en lugar de responderle.

Xio miró a su alrededor y dijo: “La convencí. Estaba feliz de descansar por la mañana”.

Audrey miró los diferentes estilos de vestidos mientras sacaba un trozo de papel cuidadosamente doblado de su bolso de cuero de cordero y se lo pasaba en secreto a Xio.

“El Contralmirante Huracán, Qilangos, se coló en Backlund. Este es su retrato. Espero que puedas encontrarlo por mí. Ah, y no lo alertes por nada del mundo.”

Xio recibió el papel y lo desplegó para echar un vistazo rápido. Vio que era un retrato realista de un hombre de unos treinta años que tenía una barbilla ancha única.

“He sido muy elogiada por mi profesor de arte…”  Audrey miró a Xio y levantó la cabeza.

Ella agregó: “El Reino ofrece una recompensa de diez mil libras por Qilangos. Si lo arrestaran, incluso la persona que solo proporcionó pistas definitivamente recibiría unos cientos de libras”.

Justo cuando terminó su oración, vio que los ojos de Xio brillaban de alegría, como esperaba.