Neechan Wa Chuunibyou (NL)

Volumen 6

Prologo: Natsuki Takeuchi Huye

Natsuki estaba en la habitación vacía con su uniforme puesto.

Se había deshecho de todo como parte de poner sus asuntos en orden, pero, para empezar, nunca había tenido muchas posesiones.

Ella había tomado su identidad de Natsuki Takeuchi hace un año.

Había comenzado a vivir en este lugar en ese momento, pero como sabía que algún día tendría que irse, no había comprado demasiados muebles.

Era un apartamento de tres habitaciones; bastante grande para alguien que vive sola. Debería haber sido para una familia y, de hecho, se lo había robado a una familia llamada Takeuchi que había vivido allí en algún momento.

Natsuki nunca había conocido a la familia Takeuchi que vivía allí antes, y no sabía qué les había pasado. Había comprado los documentos de identificación de Natsuki Takeuchi, y el apartamento lo había acompañado.

Sería una mentira decir que Natsuki no sintió nada cuando miró esa habitación desnuda. Ella se sintió sola.

Natsuki salió de la habitación.

Antes de salir del apartamento, echó un vistazo a la habitación contigua. Esta era la habitación de Sakiyama.

Sakiyama era un hombre extraño que había estado rondando a Natsuki desde que recién llegó a esta ciudad. No había dejado de seguirla incluso después de enterarse de que Natsuki era una asesina serial e, intrigada por su estoicismo, ella lo había aceptado.

Las paredes de su habitación estaban cubiertas de fotografías de Natsuki.

No era exactamente sutil sobre sus intereses, pero a Natsuki no le importaba.

Eran solo fotos; podía hacer lo que quisiera con ellas.

Aun así, estaba un poco irritada al ver algunas fotos de Mutsuko Sakaki y Aiko Noro mezcladas con las fotos de ella. Se suponía que un acosador se fijaba en una chica y la seguía para siempre. ¿Qué tipo de acosador se diversificaba?

Natsuki no le estaba diciendo a Sakiyama que se iba. Ella no sintió la responsabilidad de hacerlo. Si quería seguirla, podía. Fuera lo que fuera lo que estaba haciendo en ese momento, cuando regresara, seguramente se daría cuenta de inmediato de que Natsuki no regresaría.

Natsuki era consciente, desde hacía tiempo, de que estaba en esta ciudad.

Al principio había tenido miedo de que hubiera venido aquí tras ella, pero no pudo detectar ningún motivo en particular detrás de sus acciones… lo que sugería, al menos, que no estaba Natsuki.

Al mismo tiempo, no podía permitirse dejar que la encontrara.

Desde que había sentido su presencia, había hecho todo lo posible por mantenerse fuera del radar. Había ido a la escuela solo durante las horas pico y, cuando terminó la clase, se había mezclado con la multitud de camino a casa.

Pero mientras permaneciera en la escuela secundaria, sabía que podían rastrearla con una sola mirada. El uniforme de la Escuela Secundaria Seishin era único. Una vez que supiera que asistía a esa escuela, le resultaría difícil escapar.

Mientras se estuviese moviendo por la ciudad sin ningún objetivo en particular, siempre había una posibilidad de que pudiese verla.

También existía la posibilidad de que abandonara la ciudad, pero no podía contar con eso. Si iba a escapar, tenía que hacerlo ahora, antes de que la descubrieran.

Natsuki miró el reloj del apartamento.

Era viernes a las 2:00 pm a principios de diciembre. Incluso si fuera a la escuela ahora, no llegaría a tiempo para las clases.

Por supuesto, Natsuki no tenía intención de ir a la escuela. Ella iba a huir.

Había considerado enviar su aviso, pero tomaría tiempo para que fuera aceptado. Además, mientras abandonara la identidad de Natsuki Takeuchi, probablemente todo se resolvería por sí solo.

Por supuesto, en ese caso, no había ninguna razón para que se hubiera puesto el uniforme. El hecho de que se lo hubiera puesto sin pensar indicaba cierto grado de apego persistente.

Estaba haciendo planes sobre dónde ir después de dejar la ciudad cuando de repente sonó el intercomunicador.

Ella no tenía planes de enviar sus cosas por correo, así que tal vez era alguien vendiendo algo. Podría haber ignorado a quienquiera que fuera, pero decidió que el método más eficaz sería alejar a la persona rápidamente y luego marcharse.

Natsuki abrió la puerta principal.

“¡Oye, Natsuki! ¡Caminemos a la escuela!” Una chica con uniforme de la secundaria Seishin gritó con voz despreocupada.

Era Yurika Maruyama, que vivía en el apartamento de al lado.

Normalmente, Natsuki se la encontraría en la puerta principal y caminarían juntas a la escuela; Natsuki nunca hubiera esperado que ella viniera a visitarla, especialmente a esta hora del día. Supuso que había ido a la escuela hace mucho tiempo.

Yurika era amiga de Natsuki… o al menos, eso era lo que parecía pensar Yurika, y Natsuki tenía que admitir que probablemente era más cercana a ella que cualquier otra persona que conocía en la escuela.

“¿Por qué estás esperando hasta ahora para ir?” Preguntó Natsuki. “Me quedé dormida.” Admitió Yurika.

“¿Por qué no te tomas el resto del día libre?”

Natsuki vio poco sentido en ir a la escuela por su propio bien. Probablemente ni siquiera llegarían a tiempo para el último período si se fueran ahora.

“Eso sería impensable para un héroe de la justicia como yo.” Declaró la chica. “Puede que no pueda resistir la llamada de quedarme dormida, pero eso es diferente a elegir quedarme en casa, ¿verdad?”

Natsuki se sorprendió. Siempre había visto a Yurika como una persona bastante descuidada, pero parecía que en realidad era bastante seria.

Natsuki pensó por un momento, luego recogió su bolso.

✽✽✽✽✽

Salieron de la estación y se dirigieron a la escuela.

Natsuki inicialmente había tenido la intención de encontrar un lugar para deshacerse de Yurika, pero ella se había quedado con ella, llegando tan lejos. También podría haber rogado en ese momento, pero había encontrado una extraña vacilación para hacer eso.

Donde estaban ahora, solo sería una caminata de cinco minutos hasta la escuela. Yurika caminaba con el paso pausado de quien sabe que apresurarse no haría ningún bien, y Natsuki igualó ese paso.

“Por cierto, ¿cómo supiste que estaba en casa?” Preguntó Natsuki. “Hmm, como que sentí que había alguien allí.”

Yurika siempre había sido una persona sin vergüenza, siempre parecía ignorar los continuos rechazos de Natsuki a sus intentos de apego.

Cierta vez, Natsuki le había preguntado por qué era tan persistente.

“Los vecinos deberían ser amigos, ¿no?” Había respondido Yurika.

Incluso si Natsuki la ignoraba por completo, Yurika igual caminaría junto a ella, lo que hacía que siempre llegaran juntas a la escuela. Al principio, Natsuki había pensado en matarla, pero veía matar a personas cercanas a ella como último recurso. La caminata juntas había sucedido una y otra vez hasta que finalmente dejó de importarle, y ahora, casi le gustaba.

Natsuki pensó y dijo, después de una pausa: “¿Dijiste ‘héroe’?”

“Te tomó un tiempo, ¿eh?” Preguntó Yurika. “Sí, me he convertido en un héroe. Voy a golpear a todos los malos. Sin embargo, los héroes son bastante raros, ¿eh? Sigo preguntándome si algunos monstruos o un señor demonio aparecerán pronto.”

Natsuki no estaba segura de sí hablaba en serio o bromeaba, pero decidió seguir el juego. “Ya veo. Sin embargo, sí sé sobre héroes.”

“¿Eh? ¿De verdad? ¿No solo estás diciendo eso por ser amable?” Preguntó Yurika.

“Los enemigos que derrotan vuelven queriendo ser sus aliados.” “¿No es un domador de monstruos?” Preguntó Yurika.

Natsuki se sintió un poco mejor al ver a alguien reconocer su referencia. Tener pequeñas conversaciones tontas, reírse de cosas triviales… quizás eso era lo que Natsuki había estado esperando todo este tiempo.

Pero a partir de hoy, eso también terminó.

No podía quedarse más en esta ciudad. Cada segundo que se demoraba aumentaba las posibilidades de que la encontraran. Tenía que marcharse lo antes posible.

Sin embargo, su decisión llegó demasiado tarde. Mientras luchaba con su propia desgana, el destino alcanzó a Natsuki.

Allí había un hombre, solo unos metros más adelante.

Natsuki no lo había notado hasta que estuvo tan cerca. Ni siquiera había considerado que podría estar reprimiendo su aura. Nunca se le había ocurrido que un ser de un poder tan abrumador pudiera recurrir a algo tan astuto.

Su cuerpo se congeló, su visión se estrechó por el miedo… y luego, notó algo extraño. El hombre la miraba con sorpresa.

Quizás Natsuki tenía razón en que no la estaba buscando. Por eso se sorprendió.

Cuando vio a Natsuki parada, se detuvo. Eso fue el lado positivo en esta terrible situación.

Natsuki dudaba en dejar sola a Yurika, pero juzgó que sería más peligroso quedarse con ella.

Entonces Natsuki comenzó a correr con todas sus fuerzas.