Potion Danomi De Ikinobimasu (NL)

Volumen 6

Capitulo 45: Retorno

Parte 4

Kaoru había aprendido a contenerse un poco en el momento en que

se convirtió en un adulto trabajador. Después de todo, ya no era una

niña. Pero cuando era una estudiante, una chica que todavía podía

salirse conla suya debido a su juventud,iba a portodas junto con Reiko

y Kyoko…

Y desde el punto de vista de Reiko, la Kaoru que ella conocía estaba

compuesta en un 99% por Kaoru como estudiante.

“Si tus amigos siguen vivos, ¿te vas a revelar?”

“No…” Kaoru negó con la cabeza. “Al final, no conseguí

protegerlos… Y ahora que por fin se han liberado de las ataduras de su

Diosa y están viviendo sus propias vidas, no creo que mostrarme les sirva de nada…”

En este mundo,el promediode vida era bastante corto. Kaoru pensó

que si alguno de ellos seguía vivo, probablemente sólo serían los

miembros de los Ojos de la Diosa, que eran más jóvenes que ella.

Además, los demás eran adultos, todos mayores que Kaoru, así que no

era como si necesitaran que ella cuidara de ellos. Esos niños eran los

únicos de los que Kaoru se sentía responsable. Ella le había dado a

Francette más que suficiente en forma de bendiciones, así que si había

tenido una vida desafortunada, era su propia culpa. Kaoru no podía

hacerlo todo por ella.

Aunque también podría decirse que la mayoría de los huérfanos

habrían muerto en pocos años si no hubieran conocido a Kaoru,

teniendo en cuenta su salud y las circunstancias generales de la época.

Se podría decir que deberían estar agradecidos por haber podido vivir

felizmente los pocos años que tuvieron antes de la desaparición de

Kaoru, pero ella no podía verlo así. Desde que se involucró con ellos

y decidió protegerlos, tenía la intención de velar porellos hasta el final.

Pero si debía velar por ellos hasta “el final”, podría decirse que ya

había cumplido con su deber…

“Les echaré un vistazo a escondidas y me iré si parecen contentos.”

Decidió Kaoru.

Reiko no preguntó qué iba a hacer Kaoru si no parecían felices. Ella

ya sabía la respuesta.

“Ahora que lo pienso, hay una pregunta sin respuesta…”

“¿Eh? ¿Qué es?” Preguntó Reiko, pero la mayor parte de lo que

había preguntado a Celestine tenía que ver con la desaparición de

Kaoru, así que no sabía mucho relacionado con el reino de los

conocidos de Kaoru.

“Sobre el agujero por el que me caí y la roca que me cayó encima… Supongo que se podría haber cavado cuatro metros más o menos si se pusiera a un grupo de personas a cavar durante todo el día y la noche, y luego cambiar a la gente cuando se agotara… ¡Pero esa roca! ¡Esa cosa era casi perfectamente redonda! Debió ser muy difícil moldear una roca tan grande para que encajara perfectamente en ese agujero en tan poco tiempo. Me pregunto cómo lo hicieron…”

“Oh, yo sé cómo.”

“¡¿Qué?!”

Kaoru había expresado su pregunta en voz alta, pero en realidad no

esperaba que Reiko supiera la respuesta.

“Alrededor del mediodía de ayer, fui a la excursión del Suelo

Sagrado como turista y el guía turístico me respondió a esa misma

pregunta. Supuestamente, ese peñasco ya estaba en el Templo de la

Diosa, junto a la estatua de la Diosa. Alguien que entendió que este

mundo es redondo la puso allí para representar el mundo vigilado por

la Diosa. O bien losculpables decidieron utilizarla por pura casualidad,

o tal vez querían matar al Ángel con algo del Templo de la Diosa por

un retorcido sentido de la ironía.”

“¿Qué? ¿Pero cómo pudo encajar tan perfectamente en el agujero

por casualidad…?”

“Es al revés. Cavaron el agujero para que se ajustara al tamaño de

la roca. ¡Duh!”

“Ah…” Kaoru lo había juzgado completamente mal. “Pero esa

enorme roca era tan lisa, como una esfera perfecta… Debió de costar

un montón a los canteros o a los propios obispos un montón de trabajo

manual. ¿No te los imaginas…?”

“¿Moldeándola?”

¡¡¡Gyajajaja!!!

En la oscuridad, se oían las risas de dos chicas jóvenes (al menos

en apariencia). Qué maravilloso era tener a alguien que compartiera el

mismo sentido del humor…

A Kaoru le alegraba el corazón poder bromear en japonés por

primera vez en muchos años. Por supuesto, como dominaba el idioma

de este mundo, también podía hacer bromas en la lengua nativa de

aquí…

Pero nadie encontró esas bromas divertidas. En absoluto. Incluso

los huérfanos la miraban como si estuvieran preocupados. Como si se

preguntaran:“¿De verdad tengo que reírme…?”Como si dijeran:“Una

Diosa no debería decir cosas tan absurdas”. Sus expresiones tensas

dejaban claro que se estaban obligando a intentar reír.

Y así, Kaoru había gritado: “… ¡¡¡Urgh, mátame!!!”

Las diferencias culturales eran bastante difíciles de superar…

Las dos se dirigieron a Grua, la capital de Balmore, a pie. Había

bastantes diligencias circulando, pero no podrían hablar libremente

mientras estuvieran montadas en una.

Sus temas de conversación incluían los acontecimientos en Japón,

las cosas que sucedieron antes de que Kaoru entrara en la Caja de

Objetos, Celestine, y la dirección que tomarían a partir de ahora…

Ningún tema que podía ser discutido delante de otros.

Al haberse reunido recientemente en este mundo, les resultaba

imposible llenar varios días de conversación entretenida con temas que

estuvieran bien para los demás.

Kaoru aún tenía su carruaje en su Caja de Objetos, pero no le apetecía comprar un caballo, ni quería recorrer las calles de la ciudad en ese carruaje tan característico. Destacaba como ninguna otra cosa, y existía la posibilidad de que alguien siguiera vivo para reconocerlo. Pero, en realidad, la razón principal por la que no quería usarlo era de naturaleza sentimental.

Ed ya no está…

Efectivamente, los caballos tenían vidas bastante cortas. El amado

caballo de Kaoru, Ed, debió de fallecer, esperando todavía a Kaoru sin

saber nunca por qué se había ido.

Ed, su antiguo compañero y hermano de armas. Se había ido para

siempre…

“Así que, llegamos a la capital real…”

Las dos habían llegado a la capital real, Grua. Por supuesto, Kaoru

había cambiado el color de su cabello y de sus ojos con pociones y se

había puesto un traje menos llamativo. No es que sólo tuviera su traje

favorito, que se había convertido en una especie de marca registrada.

Su ropa más normal estaba guardada en la Caja de Objetos, así que no

se había degradado ni un poco.

… El estilo era un poco anticuado, por setenta años más o menos,

pero eso no era un gran problema. Probablemente.

La mayoría de las personas que habían conocido a Kaoru ya se habían ido. Sólo tenía que fijarse en las personas especialmente mayores, y si sólo la habían visto un par de veces, hace más de setenta años, era poco probable que alguien reconociera su rostro.

Además, generalmente se entendíaque Kaoru no erauna diosa,sino

una humana que había recibido la bendición de la Diosa, también

conocida como el Ángel. A pesar de su apodo, no se la consideraba un

ángel o un espíritu literal, algo en el mismo reino que la Diosa.

Por lo tanto, las únicas personas que podrían haber pensado que la

apariencia de Kaoru permanecería igual durante todos estos años eran

las que pensaban que era una diosa, como Francette o los Ojos de la

Diosa. La probabilidad de que la reconocieran era escasa o nula.

“Llámame Kaoru a partir de ahora, ¿vale? No soy Nagase Kaoru ni

Kaoru de Japón, sino Kaoru, una residente de este mundo. La chica

que conociste llamada Kaoru ya no existe… Además, la gente pensará que soy una aristócrata si te refieres a mí por mi apellido.”

“… Lo tengo. Entonces yo también seré sólo Reiko. ¡Viviré en este

nuevo mundo con mi nuevo nombre y vida!”

Esa era la Reiko que siempre había conocido. Se dio cuenta

rápidamente.

El nombre de Kaoru se había extendido por todas partes en el

momento en que se puso en la Caja de Objetos. Se había vuelto muy

común que la gente llamara a sus hijas Kaoru, en honor a la chica

amada por la Diosa. Como tal, ese nombre ya era popular, habiendo

sido otorgado a niñas desde recién nacidas hasta señoras de más de

setenta años, por lo que no habría sido en absoluto sospechoso que se

llamara Kaoru. En otras palabras, no había necesidad de usar un alias.

“Primero, busquemos una posada. Acampar en una tienda de

campaña mientras viajamos es una cosa, pero no podemos hacerlo en

medio de la capital real. Estaremos en problemas si terminamos sin un

buen lugar donde quedarnos.”

Reiko aceptó, y las dos se pusieron a buscar una posada.

Reiko ya había conseguido fondos de Celestine. Era una moneda

completamente legítima, en lugar de un dinero falso que Celestine

había creado. Según Celestine, había sido “completamente sustraído

de la humanidad”.

… Probablemente sacado de un cofre en un barco hundido, o algo así.

Es probable que pudiera haber creado dinero de la nada, pero eso

probablemente iba en contra de su propia política personal. Por

supuesto, la Caja de Objetos de Kaoru aún estaba llena de dinero que

había ganado hace mucho tiempo, pero para su sorpresa, la moneda

había cambiado durante los últimos setenta años. Además, varios

países vecinos utilizaban ahora la misma moneda unificada…

No se podía utilizar en todo el continente, pero se aceptaba en los

Reinos de Balmore, Brancott, Aseed y el Imperio de Aligot. Incluso se

podía utilizar por casi el mismo valor en Drisard y en el Reino de

Jusral, que limitaba con el Reino de Brancott.

Las monedas se acuñaban en sus respectivos países, por supuesto,

pero la composición del oro o la plata, junto con su peso, estaban

estrictamente regulados y estandarizados, de modo que podían

utilizarse en todas las regiones con el mismo valor.

Normalmente, en el mundo de Kaoru, el valor de la moneda

fluctuaba en función del crédito del país en el que se acuñaba, más que

por el contenido de oro y plata. Este mundo aún no había llegado a ese

punto en la mayoría de los lugares, pero estos cuatro países habían

establecido una esfera comercial estable, lo cual era toda una hazaña.

“… Así que esta es la moneda que usan ahora…” Dijo Reiko

después de asegurar su posada y sacó una bolsa con cordón.

Sacó una moneda de bronce, una pequeña de plata, una de plata,

una pequeña de oro y una de oro, los cinco tipos que se utilizaban

habitualmente. Existían otras monedas, pero se utilizaban en grandes

transacciones entre mercaderes o en el comercio internacional, y la

mayoría de los plebeyos nunca las veían en persona.

Kaoru se quedó mirando las monedas que Reiko le tendía. Parecía

que todas tenían el mismo diseño, con la cara de alguien en el anverso.

Pero el ángulo y la expresión eran diferentes en cada moneda, y el

material y el tamaño también eran diferentes, por lo que era poco

probable confundir una con otra.

“Espera, esta cara…” Kaoru tenía un mal presentimiento.

“ …Ya no cuentan la moneda diciendo ‘esta cantidad de monedas

de oro y esta cantidad de monedas de plata’, sino por unidades

monetarias. Como los yenes o los dólares. Aunque, he oído que

algunas personas todavía las cuentan a la antigua usanza. Así que, la

unidad que usan para la moneda de ahora… se llama ‘kaorun’.

Llamada así por la antigua santa, Lady Ángel…”

“¡Gyaaaaaa! ¡¡¡Lo sabíaaaa!!!”

Efectivamente, la cara tallada en la moneda tenía una mirada

bastante aterradora. Sin embargo, esto fue probablemente después de

haber hecho un montón de ajustes, probablemente por consideración a

su imagen…

“Bueno, no es que no podamosusar tus viejasmonedasen absoluto.

He oído que todavía se aceptan. Es bueno que las monedas se valoren

en función de los metales utilizados en lugar de un sistema de crédito

puro. Sin embargo, valen un tres por ciento menos, por lo que el

tendero podría molestarse al tratar de calcularsu valor, ytúdestacarías.

Sería una buena idea encontrar un lugar para cambiarlas lo antes

posible…” Dijo Reiko con ánimo de consuelo, pero sabía que no era

eso lo que conmocionaba a Kaoru. Por desgracia, no había nada más que pudiera decir en esta situación…

Todavía era bastante temprano cuando aseguraron su posada. Por

lo tanto, Kaoru no podía dejar que su día terminara ya, habiendo

llegado finalmente a la capital real. Ella y Reiko se pusieron en marcha

de inmediato. Su destino era la casa que Kaoru había comprado para

los huérfanos de los Ojos de la Diosa. Kaoru había leído demasiadas

historias en las que el personaje se arrepentía de haber dejado cosas

importantes para después.

No esperaba que la casa siguiera allí después de más de setenta

años. Y, sin embargo, quería comprobar si el edificio seguía allí ahora,

para averiguar después si los huérfanos seguían vivos. Pero…

“¿Por qué sigue ahí…? Y todavía se usa…” Una cosa habría sido

si hubiera sido construida de ladrillos, pero era una casa media de

madera. Al principio la había alquilado y luego la había comprado,

pero en ese momento ya era bastante vieja. Era imposible que se

utilizara durante setenta años más. No era como si estuviera hecha con

materiales y una técnica de construcción particularmente buenos…

La casa tenía el mismo aspecto que antes… aunque, obviamente,

mostraba signos de desgaste, pero había sido reparada y cuidada. Sin

embargo, su entorno había cambiado significativamente.

A ambos lados del edificio se encontraban grandes tiendas, y detrás

varias viviendas multifamiliares de gran tamaño. Además, había una

gran variedad de residencias, que iban desde lo que parecían ser

dormitorios para trabajadores solteros hasta casas familiares individuales.

“Deben haber conservado este lugar incluso cuando los terrenos

circundantes fueron urbanizados y vendidos… Les dije que vendieran

la casa y repartieran los fondos para que se fueran al mundo… Esos

idiotas…”

Esos chicos debieron casarse y tener hijos y nietos desde entonces,

y uno de ellos vivió en la casa para poder seguir administrándola,

creyendo que Kaoru podría volver algún día…

Aunque las posibilidades de que eso ocurriera eran prácticamente

nulas.

Mientras Kaoru pensaba en ello, no pudo evitar que unas lágrimas

calientes cayeran por sus mejillas.

“¿Eh? ¿Qué…?”

Kaoru se calmó después de un tiempo, y entonces se fijó en un

cartel junto a la entrada del edificio. Se acercó a él y leyó el texto…

“Templo Principal de la Orden de la Diosa Kaoru.”

“¡¿Qué demonios es esto?!”

Reiko se apresuró a tapar la boca de Kaoru para reprimir su

arrebato. Una vez que confirmó que su amiga se había calmado, señaló

los carteles de las tiendas a ambos lados del edificio.

Boticaria los Ojos de la Diosa.

Tienda de Recuerdos Ojos de la Diosa

“¡Consigue aquí tus galletas de arroz Lady Kaoru!”

“¡¿Son dueños de todasestastiendas?!¡¿Y por qué galletasde arroz

en lugar de manju?! ¡¿Es para molestarme?! ¡¿Eh?!”