Tearmoon Teikoku Monogatari (NL)

Después de sacar suficiente polvo de beleño de la botella y disolverlo en agua, Citrina vertió la solución en la boca del rey sin la menor duda.

Tiona, que había apoyado la cabeza del rey en su regazo, observó el proceso con la respiración contenida. Parte del líquido se derramó de su boca, manchando su falda. No se molestó; de hecho, ni siquiera pareció darse cuenta. Su mirada no se apartó del rostro del rey.

Mia observó el tratamiento desde lejos mientras evaluaba la situación. De repente se le ocurrió un pensamiento. Un momento… Ahora que lo pienso, si esto no sale bien… ¿No sería mi culpa? Quiero decir, sé que Rina está tratando de tratarlo en este momento, pero si el rey Abram no se recupera, podrían alegar que fuimos nosotros los que lo envenenamos…

Esto fue una comprensión preocupante. Rápidamente realizó un análisis táctico de la sala y calculó sus fuerzas por si las cosas se torcían de repente. De su lado, estaban Liora, la maestra arquera, y Tiona, que sabía manejar la espada. Sin duda podía contar con Abel para protegerla, y probablemente también con Sion.

E-En realidad, estaré bien. Tengo a Dion conmigo, después de todo. Mientras esté aquí, la mayoría de las cosas no deberían ser un problema…

Recitó mentalmente “Dion Alaia es mi amigo” tres veces. Sólo entonces sintió que volvía la calma. Una vez recuperada la compostura, volvió a mirar hacia Abram.

“¿Cómo está, Rina?”, preguntó.

Citrina se levantó. La copa de vino que tenía en la mano estaba vacía. “Estará bien…” Asintió con la cabeza y añadió: “Probablemente.”

Mia sintió esa última palabra en su alma. El deseo de añadir renuncias gramaticales a las declaraciones era algo con lo que ella simpatizaba enormemente. Desgraciadamente, esta vez ella estaba en el extremo receptor, y ninguna cantidad de simpatía podría cambiar la naturaleza preocupante de la palabra.

“Pero hice todo lo que pude, así que…”, dijo Citrina.

Sus palabras fueron ciertas, y la zona oscurecida comenzó a desaparecer del rostro del rey. Su semblante mejoró mientras hablaban. Fue entonces cuando un grupo de médicos llegó con retraso. La visión del rey inconsciente los dejó tan sorprendidos y desorientados como a todos los demás. Citrina se acercó a uno de ellos y le explicó la situación, describiéndole detalladamente cómo el rey había sido envenenado con bálsamo de sombra y se le había administrado una dosis de bálsamo de luz como antídoto. Tras confirmar que los médicos estaban suficientemente informados para hacerse cargo, volvió con Mia.

“Muchas gracias, Rina”, dijo Mia con una sonrisa. “Ha sido un gran trabajo.”

“Su Alteza es muy bienvenida. Me alegro de haber conseguido estar a la altura de sus expectativas.” Citrina le devolvió una sonrisa, pero de alivio en lugar de su habitual fachada florida. Se sentía más real — más genuina. “Dicho esto, ya sabía que el veneno era bálsamo de sombra con seguridad, así que lo único a lo que tenía que prestar atención era a la cantidad de antídoto que debía administrar. Realmente no fue tan impresionante.”

“¿Oh? ¿Es así?”

“Sí. Definitivamente no quieres dar demasiado bálsamo de luz — es mucho peor. Te hace hiperactivo, y mueres con sangre saliendo de cada poro.”

“Vaya, qué horror. Sangre saliendo por cada poro — ¿Hm?”

Mia frunció el ceño. La descripción le resultaba extrañamente familiar.

¿Soy yo, o he leído sobre una muerte así en las Crónicas? Hm…

Antes de que pudiera reflexionar más sobre la cuestión…

“¿Veneno? ¿Has dicho veneno?”

Uno de los nobles más jóvenes, tras haber acosado a un médico para que le explicara el estado del rey, levantó la voz alarmado.

“¿Así que me estás diciendo… que Su Majestad fue víctima de un intento de asesinato por envenenamiento?”

La sala estalló inmediatamente de conmoción.

“¡¿Asesinato?!”

“¡Alguien intentó envenenar al rey!”

Los frenéticos murmullos entraron en los oídos de Mia, haciéndole una mueca. Sabía lo que iba a ocurrir a continuación, y no le gustaba.

Pues bien. Aquí viene el señalamiento con el dedo…

De repente, todos los invitados de la sala se vieron sorprendidos por la desagradable idea de que cualquiera de ellos podría haber consumido un alimento envenenado. La tensión en el aire crecía y crecía, alcanzando un espesor palpable. Finalmente, el joven noble que alzó la voz por primera vez volvió a hablar.

“Bueno, no parece que nadie más haya sido envenenado”, declaró, mirando a su alrededor. “En ese caso, el más sospechoso es…”

Dijo Mia. Echard, al ser el que había entregado la copa de vino al rey, era el sospechoso más probable, pero su implicación complicaría mucho las cosas. Sin embargo, para su sorpresa, el joven noble se volvió en su dirección.

“¡Tú! Afirmaste que estabas tratando a Su Majestad, pero ¿y si lo has envenenado secretamente en el proceso?” Señaló con el dedo a Citrina.

Mia miró desde Citrina, que estaba a su lado, hasta el noble acusador, y suspiró . Su objetivo fue inmediatamente evidente. Pfft. Sé lo que está haciendo. Ni siquiera quiere encontrar al verdadero culpable. Sólo está usando esto como forraje para atacarnos.

Esta reunión, después de todo, había sido diseñada para atacar la alianza entre ella y Sion. El repentino colapso del Rey Abram ciertamente había enturbiado la situación, pero no parecía disuadir a los conservadores de Sunkland de perseguir su objetivo original.

“No. Esa es una acusación falsa. Esta joven indudablemente trató al rey.” Se escuchó una réplica de voz tranquila, y vino de la más sorprendente de las fuentes. “Puede que los nobles más jóvenes como tú no lo sepan”, dijo el conde Lampron, “pero el veneno utilizado en Su Majestad se conoce como acónito. Consumirlo hace que una sombra negra distintiva se extienda por el rostro. La sombra ya era visible antes de que ella se acercara a Su Majestad. Eso, puedo confirmarlo.”

A pesar del testimonio del conde, la disidencia continuó, esta vez desde un ángulo diferente. “Pero el momento fue demasiado perfecto. Parece un montaje . ¿No podría ser una farsa ideada por la llamada Gran Sabia del Imperio?”

“Eso es…”

El silencio del Conde Lampron fue comprensible. El bálsamo de sombra era un veneno antiguo, lo que planteaba la inevitable pregunta de por qué un invitado de Tearmoon llevaba el antídoto a mano. Incluso los que no estaban familiarizados con los venenos se daban cuenta de que la coincidencia era demasiado conveniente para ser totalmente natural.

“¡El mismo hecho de que tuviera el antídoto es una prueba de su culpabilidad! ¿Qué mejor prueba puede haber? Incluso si esta chica tiene el conocimiento para diagnosticar esta antigua plaga, ¿por qué, en nombre del sol, llevaría el antídoto consigo? Y precisamente aquí.”

“¡Tiene razón!” Otro noble se unió. “¡Es demasiado antinatural! ¡No puede ser una coincidencia!”

Oh Dios, las mareas han cambiado en una dirección bastante preocupante…

Mia comenzó a entrar en pánico. No era porque temiera por su propia seguridad. No, era mucho, mucho peor. Temía a… Rafina. Una mirada en su dirección reveló…

“¡Eep!”

Las manos de Mia se llevaron a la boca para amortiguar un chillido de terror. Al principio, Rafina se había asustado tanto como los demás por el colapso del rey, pero poco a poco se fue recuperando a medida que observaba los acontecimientos. Ahora… estaba enfadada . Se mordía los dientes en los labios y sus mejillas lechosas se habían vuelto de un rojo furioso. La rabia se encendió en sus ojos como si fueran llamas.

Uh-oh. Esto es malo. Esto es muy, muy malo. ¡La Señorita Rafina está a punto de estallar!

No había visto a Rafina tan enfadada desde la elección del consejo estudiantil. Mia hizo una mueca. Hacía poco que se había dado cuenta de que, al parecer, Rafina la consideraba una amiga — ¡una amiga íntima! Por supuesto, esto era una gran noticia, pero ahora mismo, bien podría haber sido un avispero.

Básicamente, al culparme, ese estúpido noble acaba de hablar mal de alguien a quien la Dama Santa considera una muy buena amiga.

También fue muy grosero al respecto. Incluso Mia había sentido un ramalazo de indignación ante su acusación, pero se había abstenido de defenderse. Hacerlo le exigiría señalar al verdadero culpable, y no quería acusar públicamente al hermano de Sion de intento de parricidio. Eso no sólo complicaría las cosas, sino que además no tenía pruebas. Lo que Mia quería era el deseo universal de los que tienen corazón de pollo — minimizar el tamaño de los problemas hasta que desaparezcan. Este problema ya había crecido lo suficiente con el envenenamiento del rey. Lo último que quería hacer era embellecerlo aún más con acusaciones.

Afortunadamente, las Serpientes del Caos están involucradas en esto, así que debería poder trasladar toda la culpa a ellos y a sus asesinos. Mientras tenga la carta de la Serpiente para jugar, lo único que necesito es que todos mantengan la calma y dejen de señalarnos con el dedo.

Para su consternación, la situación iba en una dirección decididamente poco tranquila. Si Rafina se desbordaba, podría dar lugar a una disputa entre ella y Sion. Eso podría a su vez crear una fisura entre Belluga y Sunkland. Las serpientes adoran las fisuras como ésas.

Lunas, ¿cómo puedo evitar que esto se salga de control? Se devanó los sesos en vano. Justo cuando su pánico alcanzó rápidamente su punto máximo, un grito de profunda indignación resonó en la sala.

“¡Silencio, bárbaro! ¡No toleraré semejante insolencia!”

La voz sonó como el chasquido de un látigo, exigiendo atención. Todas las cabezas se volvieron hacia el orador. Allí, en el centro de la atención, estaba Esmeralda, con la barbilla levantada con orgullo e indignación. Recorrió la sala con su mirada furiosa.

“¡No te atrevas a decir otra mala palabra sobre mi querida amiga y princesa, Mia Luna Tearmoon, o tendrás que responder ante mí!”

Esmeralda Etoile Greenmoon, orgullosa etoilina del imperio y futura esposa del segundo príncipe de Sunkland, hizo saber su descontento. En voz alta y con furia. Habiendo crecido como una tirana en su casa, estaba acostumbrada a salirse con la suya. No era de las que se tragaban su rabia, así que la descargó contra los nobles, acobardándolos con sus maneras de leona. Uno de ellos, sin embargo, no retrocedió. Echard la observaba con los ojos muy abiertos, demasiado hipnotizado por su actuación como para reaccionar.

El discurso de Esmeralda dio paso a una segunda figura que subió al escenario. En el silencio que se produjo, otra etoilina, cuya reputación había soportado la peor parte de sus ataques, dio un paso al frente.