Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 6

Capítulo 9: Con El Archienemigo Entre Las Llamas

Parte 1

✰  Rain Pow (Tiempo restante: once horas, veinte minutos)

Se sombreó los ojos con la mano bajo un cielo gris que aún no había amanecido del todo.

Archfiend Pam había transformado los abrigos que había prestado a Postarie y a Rain Pow de nuevo en alas negras. Liberada por fin de sus fuertes ataduras, a Rain Pow le entraron ganas de girar el cuello, pero se contuvo. Unas cuantas bofetadas más y se le abrirían las mejillas.

Archfiend empujó a Postarie y a Rain Pow entre un edificio y una hilera de tres máquinas expendedoras, les ordenó que no salieran bajo ningún concepto y se fue volando.

En el momento en que no tuvo que preocuparse por la mirada de Archfiend Pam sobre ella, Toko sacó la cabeza de la camisa de Rain Pow. “Ella dijo que hubo un accidente, ¿eh?”

“Parece que sí. No pude oírlo, así que creo que ocurrió bastante lejos.”

“Supongo que lo encontró con una de esas alas que mandó a volar.”

“Esas alas… Parecía que realmente podía convertirlas en casi cualquier cosa, pero ¿también podrían hacer eso?”

“Hey…” Postarie interrumpió a Toko y a Rain Pow. “¿Qué vamos a hacer?”

“¿Cómo que qué vamos a hacer? ¿Sobre qué?”

Postarie lanzó una mirada a Toko, luego bajó un poco el tono y continuó. “¿Vamos a contarle a Archfiend Pam… todo?”

“¡Como se te ocurre! ¡Tienes que estar bromeando!” Toko agitó los brazos y las piernas, haciéndole cosquillas a Rain Pow y haciendo que ésta arrugara la cara, hasta que Rain Pow sujetó suavemente a Toko por encima de su ropa.

“Vamos, Toko, deja de agitarte cuando estás en mi camisa.”

“¿Entiendes lo que pasará si le contamos todo a alguien como ella?

¿Qué diablos? ¿Estás pensando en venderme? ¿Eres el tipo de chica mágica que muerde la mano que le da de comer, Postarie?”

“No estoy… mordiendo la mano que me da de comer… Es que…” Postarie bajó la mirada, dudó un poco, y en su lugar preguntó: “¿Es cierto lo que dijo Archfiend Pam? ¿Qué hiciste algo malo, Toko, y que te persiguen por ello?”

Las cejas de Toko volaron hacia arriba y luego hacia abajo. Con las palmas de las manos abiertas y los codos doblados, se encogió de hombros. “Eso es porque son malas personas. Sólo intentan justificar sus acciones mientras hablan mal de mí. No se les puede tomar en serio. Ella se la ha pasado abofeteando sus mejillas como una loca, ¿verdad, Postarie? Es el tipo de persona mala que usa la violencia para tratar de mantenerte a raya. Pero yo soy un hada buena, así que no hago ese tipo de cosas.”

Sin dejar de mirar hacia abajo, Postarie cerró la boca. Repitiendo que de ninguna manera iban a hablar con Pam, Toko añadió: “En lo que deberíamos pensar ahora no es en seguirla sino en huir a toda prisa.

¿Cuánto tiempo vamos a tener que escondernos en un lugar como éste?”

“Pero nos dijo que no corriéramos.”

“¿Y por qué tenemos que obedecerla como buenas niñas? Vamos, ignórala. Ella y esas alas suyas se han ido, así que esta es nuestra mejor oportunidad, ¿no? Si no escapamos ahora, ¿cuándo lo haremos?”

Aunque Postarie parecía insegura, por alguna razón, no se echó atrás. Toko se opuso obstinadamente, diciendo que si Archfiend Pam las encontraba, quién sabía lo que les pasaría.

“¿Qué debemos hacer, Kaori?” Preguntó Postarie, tirando de la manga de su amiga.

Toko se retorció dentro de la camisa de Rain Pow, diciendo: “No me equivoco, ¿verdad?”

Cuando las dos la presionaron para que diera su opinión, Rain Pow cerró los ojos durante unos treinta segundos para contemplar y luego ofreció su opinión.

***

✰  Kuru-Kuru Hime (Tiempo restante: diez horas, cincuenta y tres minutos)

Su plan de utilizar el vehículo como cebo no salió como habían previsto. Esta estrategia había sido concebida en semi desesperación: Cuando el enemigo persiguiera al vehículo, aprovecharían la ocasión para lanzar un ataque sorpresa por la espalda. Pero, por alguna razón, como el enemigo utilizó sin sentido su vehículo para perseguir al otro, el plan cambió a utilizar el control a distancia para hacer que el vehículo se estrellara contra la barrera, rezando para tener suerte y que el enemigo se estrellara también contra la barrera.

Ripple y las demás ya habrían escapado. Kuru-Kuru Hime se había separado de ellas. Habían tratado de convencerla de que esto era demasiado peligroso y que no debía ir, pero ella las había ignorado, sacudiéndoselas para correr sola en dirección contraria.

¿De quién era el cabello que Frederica había utilizado para su magia? Mana, 7753 y Ripple dijeron que Frederica no había tenido la oportunidad de robar su cabello, y Ripple había dicho que había confiscado la enorme colección original de mechones de chica mágica de Frederica. En otras palabras, podían suponer que Frederica había adquirido este cabello mientras estaba dentro de la barrera, por lo que lo más probable es que fuera Kuru-Kuru Hime.

Entonces, ¿cómo había robado Frederica el cabello de Kuru-Kuru Hime? Su descripción decía que tenía una bola de cristal, que llevaba un velo con adornos de estrellas y una falda larga abierta por delante, y una larga melena negra que le caía por la espalda hasta los tobillos. Kuru-Kuru Hime no recordaba a ninguna persona así. En otras palabras, debía asumir que nunca se habían conocido. Entonces, ¿cómo alguien que nunca había conocido tenía su cabello? Ella tenía un muy mal presentimiento sobre esto.

Con lágrimas en los ojos, Kuru-Kuru Hime había insistido en que quería comprobar lo que ocurría en su casa y acabó separándose de las demás. Si Kuru-Kuru Hime era la única de ellas que estaba siendo vigilada por Frederica, si se separaba de ellas, dejaría de ser una carga para las demás. Era la opción más clara y lógica.

Ripple, 7753 y Mana deberían entenderlo. Mientras Kuru-Kuru Hime estuviera con ellas, Frederica siempre las vigilaría. Ellas no dijeron esto por amabilidad. Aunque lo mejor para ellas sería sacrificar a Kuru-Kuru Hime, a quien acababan de conocer, no podían sugerirlo. Además, había algo que Kuru-Kuru Hime quería hacer, incluso si eso significaba que terminaría sola.

Les había dado su número de teléfono móvil civil. Ripple le había aconsejado que vigilara su espalda. Si la mano de Frederica la secuestrara, sería un jaque mate.

Kuru-Kuru Hime hizo lo que le dijo Ripple, manteniéndose alerta mientras corría hacia la residencia de los Himeno. No tardó mucho en llegar. Volviendo a su forma humana, sacó la llave de su casa, pero inmediatamente descubrió que no la necesitaba. La puerta principal estaba abierta y todo el espacio que la rodeaba estaba ennegrecido.

Nozomi gritó algo tan incoherente que ni ella misma pudo entender y abrió la puerta principal. Al ver que el líquido rojo fluía por el pasillo hasta sus pies, dejó escapar un grito.

***

✰  Pythie Frederica (Tiempo restante: once horas, veinte minutos)

Frederica casi gritó cuando vio a la chica mágica de negro que apareció en el cielo sobre ellas.

Su voluptuoso cuerpo sólo estaba cubierto por mínimos retazos de tela. Su larga, negra y delgada cola era puntiaguda como una punta de lanza y estaba decorada con una cinta roja. Unos cuernos negros adornaban la cabeza de la muchacha. Tenía los ojos de color carmesí, igual que Hana Gekokujou, pero los de esta chica eran de un rojo más intenso. En pocas palabras, eran el tipo de ojos que te absorben.

Y luego estaban sus cuatro alas negras, aunque alguien no familiarizado con esta chica y sus habilidades podría no verlas como tales. Los cuatro cuadrados negros se mantenían en reserva a su espalda. Flotaban en el cielo, y su flotabilidad hacía que no sólo ellas, sino también la chica, flotaran.

Era Archfiend Pam. Su nombre era bien conocido incluso por aquellos que no eran entusiastas de las chicas mágicas como Pythie Frederica. Había sido la profesora de Cranberry, Músico del Bosque, la mayor obsesión de Frederica por las chicas mágicas, la que más había investigado. Frederica había tenido muchas oportunidades de pronunciar el nombre de Pam con asombro, odio, celos o adoración.

Finalmente, Frederica se fijó en su cabello. Era un corte de cabello rubio apagado que no le llegaba a los hombros, y el flequillo parecía tener un poco de mechón. Su estilo era sencillo, sin artificios, y carecía de cualquier sensación de que fuera especial.

Frederica lanzó un profundo suspiro. ¿Cómo podía un cabello tan simple y corto lucir tan brillante, tan vibrante, tan chispeante? Quería tocarlo, acariciarlo y frotar su mejilla contra él. Quería metérselo en la boca y saborearlo. Quería lamer los cuernos que sobresalían de su cabello.

“Profesora, estás babeando.”

“Uy, perdón.” Frederica tomó el pañuelo decorado con el dibujo de las doscientas cincuenta y seis notas que le entregó Tot Pop y se limpió la comisura de los labios. El increíble poder de Archfiend Pam le resultaba abrumadoramente atractivo.

Pukin ya había desenvainado su espada, mientras Sonia se mantenía delante de ella, en guardia. Era la primera vez, desde que escaparon de la prisión, que Frederica veía a Pukin seria. No sonreía, ni se burlaba, ni entrecerraba los ojos en señal de disgusto. Examinó a Archfiend Pam con una mirada cautelosa.

La expresión de Archfiend Pam era prácticamente un reflejo de la de Pukin. Se estaban evaluando mutuamente, sacando conclusiones sobre su oponente. Ambas se reconocían como enemigas poderosas.

Sin hacer ruido, Archfiend Pam se posó lentamente en el suelo, con sus cuatro alas protegiendo su cuerpo. En voz baja, Frederica le pidió precaución. Podía percibir que, aunque hablara en voz baja, Pam podía oírla, pero aun así no se atrevía a hacer ruido. “Esa es Archfiend Pam. Está en el Departamento de Diplomacia y es ampliamente conocida como la chica mágica más poderosa.”

“Oh-ho. La más poderosa, ¿eh? Aparte de nos.”

“Es la chica mágica más poderosa de la actualidad, no de todos los tiempos.”

Archfiend Pam las miraba como si pudiera ver a través de ellas. Frederica no podía creer que estuviera imaginando eso. Parecía que la temperatura había bajado dos o tres grados. Tot Pop temblaba.

La mirada de Archfiend Pam se desvió hacia Hana, que estaba a los pies de Sonia. La observó durante unos segundos antes de apartar rápidamente la mirada.

“¿Quién es usted?” Pam habló en inglés. Después de todo, las había oído hablar. Hablaba con una pronunciación impecable y, sobre todo, su voz se oía bien. Misteriosamente, le recordaba a Frederica a Cranberry, aunque no se parecía en nada ni en el tono ni en la expresión. Quizá Frederica sólo quería pensar eso.

Sin dejarse intimidar por Archfiend Pam, Pukin replicó con valentía: “¿No es de buena educación presentarse antes de preguntar el nombre de otro?”

“Mi nombre es Archfiend Pam. ¿Son ustedes los asesinos?” “El nombre de nos es Pukin. ¡Asesino! Qué grosera.”

El aire entre ellas era chirriante.

Tot Pop agarró el extremo de la cuerda que ataba a Hana, intentando arrastrarla hacia los restos del Fury y esconderse en la sombra del vehículo.

Pero la cuerda se cortó y el cuerpo de Hana se elevó en el aire. Sujetando el extremo de la cuerda, la expresión de Tot Pop se endureció por la conmoción al mirar a Hana. Una de las alas cuadradas había adoptado forma humana para recoger a la inerte Hana, que ahora flotaba en el aire. Pam no sólo había sido rápida, sino que su truco de desviar la atención hacia ella mientras utilizaba su magia en otro lugar también era magnífico.

“No necesitan un rehén.”

A Pukin no le molestó en absoluto lo que había hecho Archfiend Pam… o, al menos, no por lo que pudo ver Frederica. Las comisuras de los labios de Pukin se torcieron en señal de desprecio hacia su enemigo mientras blandía su espada hacia Pam. “Qué insolente, robar a la prisionera de nos sin pagar el rescate.”

“No quiero escuchar eso del tipo de persona insolente que torturaría a un prisionero.”

Pukin intentó avanzar, pero Sonia la detuvo, dando un paso adelante. Con su mano derecha, Sonia pellizcó las puntas de los dedos de su guante izquierdo, deslizándolo de su mano para lanzarlo hacia Archfiend Pam. Llevado por el viento, el guante blanco voló hacia Pam y aterrizó suavemente a sus pies.

Llevando las manos a la cintura en una pose atrevida, Sonia gritó: “¡Duelo en toda regla, limpio y sin rodeos!”

Estaban en posición de superioridad numérica con cuatro personas de su lado. Frederica no podía entender por qué Sonia abandonaría esa ventaja y propondría deliberadamente un duelo uno a uno. Desconcertada por el propósito de esta repentina declaración, Frederica miró a Pukin.

Pukin retrocedió medio paso y susurró en voz baja: “Cuando Sonia lucha en serio, no ve amigos ni enemigos. Dice que quiere batirse en duelo con esta chica, así que si valoras tu seguridad, apártate. ¡Sonia! Te encomendamos esto.”

Sería una tontería quedar atrapada en el fuego cruzado de una pelea así. Así que Frederica siguió a Pukin y retrocedió.

“¡De verdad, hace mucho tiempo que una chica mágica no me reta a un duelo uno a uno!” Archfiend Pam gritó de nuevo. Su expresión ya no era tan tranquila como antes. Toda su cara, desde la punta de la barbilla hasta la línea del cabello, estaba retorcida de alegría, su expresión era de júbilo. “¿Tu nombre?”

“… Sonia Bean.”

A la forma humana negra que sostenía a Hana le crecieron grandes alas que batieron en el aire, alejándose. Archfiend Pam miró a Sonia, que estaba agachada en posición de combate. ¿Cómo puede ser tan pintoresco el acto de mirar a alguien con superioridad? Se preguntó Frederica en privado, deleitándose.

“¡Acepto, Sonia Bean! ¡Luchemos!”

Sonia corrió hacia ella, y las alas de Archfiend Pam cortaron el aire.

***

✰  Archfiend Pam (Tiempo restante: diez horas, cincuenta y tres minutos)

No sentía que pudiera contenerse. Su misión no era matar a la asesina, y se suponía que también debía evitar que otros la mataran, así que no era bueno tener un oponente con el que no pudiera contenerse. Pero el regocijo crecía en su interior. Tenía que luchar con la intención de matar, mientras evitaba ser asesinada. Su oponente era así de fuerte.

Pam llevaba las cuatro alas cuando llegó al lugar de los hechos, y allí confirmó que no se trataba de un accidente de vehículo. La esgrimista y la chica de los parches eran las adversarias más fuertes que había encontrado en su vida. El combate uno a uno, la presentación, la esgrimista diciendo que la chica de los parches no podía distinguir a los enemigos de los aliados, por lo que era mejor para ella luchar sola… todo esto entusiasmaba a Archfiend Pam.

Su profesionalidad se había desvanecido hacía tiempo. Primero había salvado a Hana no por el deseo de salvar a una aliada, sino basándose en el cálculo de que sería desventajoso para ella que su enemigo tuviese un rehén. Su cerebro estaba abrumado por el deseo egoísta de disfrutar de esta batalla.

Sonia raspó la carretera con la punta del pie, como un toro de lidia, y Pam pudo percibir en ella su rugiente impulso de lucha. Las otras tres se refugiaron rápidamente. No habían huido; estaban observando desde algún lugar. Pam también tenía que vigilarlas, o estaría en peligro.

Mientras Sonia Bean corría hacia ella, Archfiend Pam murmuró: “Hadraniel.” Usando una de sus alas como muro envolvente, Pam la desplegó entre ella y el enemigo, mientras simultáneamente: “Longinus.” Transformó sus otras dos alas en lanzas para atacar a Sonia desde ambos lados.

En las batallas entre chicas mágicas, mucho dependía de la compatibilidad. Siempre era mejor elegir una estrategia que tratara de evitar que el resultado dependiera de la compatibilidad. Lees los ataques de tu enemigo. Si podías reaccionar instantáneamente a la intención de golpear de tu oponente, nunca podría golpear primero y dejarte en una posición incómoda. Archfiend Pam utilizó el muro para bloquear la visión de Sonia, y con eso como defensa, desplegó dos lanzas en sus puntos ciegos para ensartarla.

Pam dio al muro y a las lanzas el poder de la vista. La ventaja de poder ver a su oponente mientras la línea de fuego del enemigo estaba obstruida era siempre útil. Ahora mismo, era importante leer las intenciones del enemigo basándose en los movimientos de sus ojos y sus más mínimos gestos. En este punto de la pelea, ella empezaría a tener la sensación de que las chicas mágicas con un estilo de magia contraria estaban planeando algo. En este caso, lo mejor era ver cómo iban las cosas, primero, y no apuñalarla directamente con las lanzas.

Sonia siguió corriendo, corriendo hacia adelante. No intentó evitar las lanzas. No es que no pudiera evitarlas, sino que parecía que simplemente no tenía intención de hacerlo. Al observar esto, Pam pensó que debía tener algún tipo de magia defensiva. O bien repelía las lanzas, o no importaba que la apuñalaran. Su respuesta fue muy similar a la de la bailarina árabe con la que Pam había luchado en el cielo.

El impacto de las dos Longinus era seguro, dando de lleno el cuerpo de Sonia desde ambos lados, pero sus puntas se desintegraron como si fueran tan frágiles como el carbón. También Hadraniel, que estaba especializado en la defensa, no fue un obstáculo para ella, y Sonia simplemente le hizo un agujero con forma humana. Sonia corría enérgicamente hacia Archfiend Pam.

Parecía que la magia de Sonia podía desintegrar todo lo que tocaba. La predicción de Pam de que la suya era una magia defensiva sólo había sido correcta a medias: era tanto ofensiva como defensiva. Longinus era lo suficientemente afilada como para atravesar fácilmente varias capas de roca madre, y Hadraniel podía resistir un ataque nuclear a corta distancia. En el momento en que Sonia los había tocado, habían desaparecido sin ninguna resistencia. Su toque había ignorado todos sus poderes de ataque y durabilidad, dispersándolos como escoria, y eso fue todo.

Sonia había atravesado las tres alas que Pam había utilizado, gastándolas. Su ala restante estaba ocupada salvando a Hana. No había nada que se interpusiera entre Sonia y Pam. Los movimientos de Sonia eran fácilmente legibles. No sólo corría hacia Pam, tratando de acercarse a ella. Tenía la intención de chocar con ella y abordarla. Pam podía decirlo por la forma en que sus músculos se movían.

¿Podría Pam detenerla? Incluso si quisiera, no podría atacar a Sonia desde arriba, no podría contraatacar de alguna manera, como con un rodillazo en la cara. El cuerpo de Archfiend Pam seguramente no era una excepción a la magia de Sonia. En el momento en que Sonia la tocase, Pam se convertiría en polvo y desaparecería.

Así que sólo tenía que aplastarla antes de que Sonia hiciera contacto.

Archfiend Pam levantó su pie derecho diez centímetros y se preparó para dar un pisotón. El asfalto se resquebrajó desde el punto central en el que aterrizó el pie de Pam, haciéndose añicos, hundiéndose y agudizándose en una fina hendidura. El repentino hundimiento del camino ante Sonia la hizo tropezar, y su postura se vino abajo.

La mayor fuerza de Archfiend Pam en la batalla era el uso de sus alas transformadoras, pero eso no significaba que el cuerpo que esas alas protegían fuera frágil. Pam creía firmemente que si el orgullo por el poder de su magia le hacía evitar el combate directo cuerpo a cuerpo, entonces estaría acabada como chica mágica.

Archfiend Pam dio un paso atrás para ganar algo de distancia, y luego ordenó que sus lanzas y su muro se regeneraran. Pasarían unos cinco segundos hasta que reaparecieran. Ella aguantaría hasta entonces.

Sonia corrió a la derecha, luego a la izquierda, y se lanzó hacia Pam. No se limitó a cargar directamente contra ella, sino que entretejió fintas y pasos en sus movimientos. A ras de suelo, Pam voló como una acróbata, saltando, brincando y girando para evadir las yemas de los dedos de Sonia. Los pocos mechones de cabello que su contacto atrapaba se volvían negros y se desmenuzaban. Las evasiones de Pam aún no eran lo suficientemente firmes, por lo que aumentó su nivel.

En general, los oponentes cuya magia requería contacto físico para funcionar eran comparativamente fáciles de combatir. Si no tenían la capacidad de volar, Archfiend Pam sólo tenía que levantarse en el aire y dispararles sin parar. Pero estaban en una mala ubicación. Pam puso algo de distancia entre ella y Sonia mientras escaneaba la zona. A simple vista, la carretera de cuatro carriles era amplia, pero era demasiado estrecha para que Pam pudiera desplegar toda su potencia. Con un terreno así, si Pam escapaba a los cielos donde el enemigo no pudiera tocarla, probablemente escaparía a la ciudad cercana. Y si eso ocurría, darle caza sería difícil.

Si Sonia arrasara con la ciudad, eso amplificaría la cantidad de daños innecesarios. Archfiend Pam no había sido enviada aquí para masacrar a civiles inocentes.

Afortunadamente, estaban en las afueras de la ciudad. Sólo las señales de las calles, las máquinas expendedoras, los pastizales, las tierras de cultivo y las barandillas llenaban esta zona. El único lugar en el que parecía haber gente era un edificio que parecía una especie de museo u oficina de registro, que debía estar vacío ya que nadie había aparecido ni siquiera después de que un vehículo se estrellara contra uno de sus postes. Por lo tanto, si terminaba esta batalla antes de que llegaran las ambulancias y los vehículos de policía, podría evitar causar bajas innecesarias.

Sonia era la única que tenía a la vista. ¿Desde dónde estaban las otras tres observando su lucha? Sus alas terminaron de regenerarse, e inmediatamente las dirigió al ataque. Con este oponente, no tenía sentido defenderse.

“Gehenna.” Pam convirtió un ala en llamas para engullir a Sonia entera, y se dispersó en pedazos, empezando por la esquina que la tocaba. No dejó ni una sola quemadura en el cuerpo de Sonia.

“Logos.” Convirtió otra ala en ondas sonoras destructoras vectorizadas hacia Sonia, pero también se desvanecieron, completamente ineficaces.

“Lucifer.” Ella enfocó la luz para intentar atacar con alta temperatura. Pero la formación de rayos se pudrió de negro hollín en los lugares que Sonia tocó. Incluso para Pam, que se llamaba a sí misma Archfiend, el espectáculo era infernal. Sonia corría de un lado a otro con energía, aparentemente ni siquiera cegada por la luz.

“Minos.” Pam tampoco pudo alejarla con el viento. La mano extendida de Sonia la protegió de la explosión, y el aire se convirtió en escoria negra que se dispersaron detrás de ella.

“Echidna.” Ni siquiera pensó que esto funcionaría, pero igual creó aire venenoso, y no tuvo ningún efecto, como se esperaba.

“Cocytus.” Si añadir energía era inútil, ¿qué pasa con la eliminación de la misma? Se preguntó Pam. Intentó congelar a Sonia bajando la temperatura del aire, pero esto no funcionó en absoluto, y cuando Sonia tocó el aire, se dispersó.

Y aunque Pam intentaba un ataque tras otro, el ataque de Sonia no cesaba, por lo que Pam se veía obligada a seguir esquivándola, aunque era menos esquivar y más huir. En este juego de pilla-pilla, Sonia era “eso”. Pam moriría si Sonia la tocaba.

Con un escenario limitado para su lucha, Archfiend Pam no podía correr a su antojo. Huir a un lugar de forma imprudente sólo le acarrearía más daños. Esta carretera de cuatro carriles era el único lugar por el que podía moverse.