Potion Danomi De Ikinobimasu (NL)

Volumen 5

Capitulo 38: A La Capital

Parte 2

Este comandante también había oído hablar de los milagros de la

Diosa ocurridos recientemente en cierta ciudad. No había considerado

que esto tuviera algo que ver con ese incidente, ya que no le habían

dado ningún detalle adicional junto con sus órdenes. Sin embargo,

cuando mencionó el disgusto de la Diosa en su frustración, otra

situación más allá de la comprensión, que involucraba a aristócratas y

pájaros, pasó por su mente.

“Aristócrata de las aves… N-No, ¡aborten la misión! ¡Aléjense de

la carretera, rápido! ¡¡¡Escóndanse en algún lugar fuera de la vista!!!”

Gritó el comandante, levantando la voz con pánico, y luego se alejó de

la carretera y se adentró en el bosque, tirando de su caballo que se

resistía…

“Los humanos de adelante se han retirado.”

“Gracias. Vigílalos para asegurarte de que no intentan nada raro

con nosotros, ¿vale?”

“Como quieras.”

Esta vez el mensajero era un pájaro más grande. Quizá habían

enviado un pájaro con mayor capacidad cerebral; es decir, uno

inteligente, por si tenía instrucciones específicas. Este debería ser

capaz de entender órdenes más complejas… Espera, ¿por qué era tan

inteligente? ¡Creía que los llamaban “cerebros de pájaro” por una

razón! Todo esto se debe a que Celes había forzado el conocimiento

en mi cabeza, para hacer posible la capacidad de comprender todos los

idiomas… ¡No, no debería pensar en ello!

“Mi lady, parece que los soldados que nos preceden se han

apartado. Las probabilidades de que nos dejen pasar sin acoso: 70%.

Probabilidades de que aparezcan para hacer contacto con nosotros:

20%. Las probabilidades de que nos ataquen… deberían ser inferiores

al 10%, creo.”

“Ya veo… Entonces procedamos.” Dijo Mariel, asintiendo en

respuesta a mis cálculos inventados mientras tomaba su decisión.

Entonces Belle transmitió el mensaje de Mariel al conductor, que éste

transmitió a los demás carruajes y a los guardias mediante señales de

silbato.

Los ocho bandidos que habían sido capturados habían sido

guardados y atados en un carruaje. Ya habíamos gastado mucha

comida, forraje y otros consumibles, y no es que fuéramos una

caravana de mercaderes. Los carruajes de pasajeros de la aristocracia

no iban a estar llenos hasta los topes de provisiones. Los carruajes para

los asistentes y los guardias tenían una buena cantidad de espacio, y

podíancaber unas ocho personas… Yno había necesidad de considerar

la comodidad para estos cautivos.

En cualquier caso, actualmente había cinco personas en mi

carruaje.

Mariel, Belle, Layette… un bandido y yo. Sí, uno de ellos iba en el

mismo carruaje que nosotras.

“¡Es la hora de tu interrogatorio! Vamos a divertirnos un poco, ¿de

acuerdo?”

Oh, tal vez debería deshacerme de ese olor.

Acababan de cumplir lasórdenes de sus superiores,asíque me sentí

mal por ese hedor que empapaba su costoso equipo…

Decidí rociar un agente neutralizador de olores cuando pasáramos

junto a ellos. Hacerlo aparecer en forma de niebla, sin contenedor y

directamente sobre ellos, debería servir.

Sí, no se puede olvidar el espíritu de benevolencia.

“Hm… Así que el plan era detenernos, luego cuando los soldados

llegaron a caballo mientras nos amenazabas,se suponíaque debíashuir

sin dañar a nadie…”

Asentir, asentir, asentir.

“¿Así que estabas confabulado con esos soldados?”

“No… no sé nada de eso… Nuestro jefe fue asesinado, y sólo

estábamos haciendo lo que nos dijo…” El bandido de nuestro carruaje

nos dijo todo lo que sabía.

Por alguna razón, se volvió extremadamente cooperativo cuando le

dije: “Si no hablas, puedo matarte y hablar con otra persona.”

Ahora que su líder había muerto y todos sus compañeros

supervivientes habían sido capturados, no había razón para que

intentaran actuar con nobleza o guardar secretos. No se podía negar que eran bandidos, y no era de extrañar que eligieran cooperar con la esperanza de encontrar un mejor trabajo como esclavos judiciales, idealmente en algún lugar que no fuera en las minas.

Y si supieran lo que está pasando, podrían librarse más fácilmente

diciendo: “Sólo nos dijeron que actuáramos como si fuéramos a atacar

a un grupo de personas, y no somos verdaderos bandidos. Sólo somos

unos matones contratados por dinero.” De esta manera, podrían salir

con un castigo más leve, así que no había razón para que guardaran

ningún secreto en este momento… Eso significaba que sólo su jefe muerto sabía realmente algo de valor.

… Me equivoqué. Debería haber capturado a su líder vivo…

Pero en ese momento no sabía quién era su líder, y no teníamos

muchas más opciones que abatirlos sin dudarlo. Francette habría

estado bien, pero los otros guardias podrían haber sido heridos o

terminado muertos… Eso también aplicaba a Roland y Emile.

Además, era muy probable que, incluso si hubiéramos conseguido

el testimonio del líder, éste hubiera sido desestimado como una

mentira interesada, y acabaría siendo silenciado mediante un asesinato.

Bueno, no era como si hubieran tramado hacer daño a Mariel, y en

realidad sólo querían hacer que les debiera una entrada, así que no era

una ofensa demasiado grande.

Y para encontrar al verdadero culpable de todo esto, no tenía que

preguntar a los bandidos, que quizá ni siquiera habían dicho la

verdad… Ni siquiera había garantías de que su cliente diera a los

bandidos su verdadero nombre.

Era una práctica bastante habitual utilizar el nombre de un

aristócrata de una facción contraria al contratar criminales. Tuve que

ir con algo más infalible.

Sí, tenía unos tres pájaros rastreándolos. Quería averiguar dónde y

a quién se reportaban esos soldados.

Los cuervos son criaturas muy inteligentes. Pueden reconocer a los

humanos individualmente y recordarlos durante mucho tiempo. Así

que no esperaba demasiado, pero si las cosas salían bien, tenía la

oportunidad de averiguar quién había puesto a esos bandidos en esto…

“Hemos llegado.” Dijo Mariel, mientras terminaba de observar el

camino por delante con la cabeza fuera de la ventana, y se retiró de

nuevo al interior.

Los demás nos turnamos para asomar la cabeza por la ventanilla y

encontramos largos tramos de muros de piedra a ambos lados, un

paisaje urbano de edificios de piedra y un edificio que parecía una

especie de castillo o templo.

… Era la capital de la nación, por lo que estaba defendida por las

murallas del castillo que rodeaban todo su perímetro.

“Whoaaa, tan grande…” Layette tenía razón. Era mucho más grande que la única otra ciudad importante de este país, en la que se encontraba el Atelier de Layette: la capital de Litenia en el Reino de Jusral.

El comercio era próspero porque los mercaderes eran poderosos

aquí, lo que significaba que tenían una economía fuerte, que

probablemente era la razón por la que habían crecido tanto… Parecía

que era bastante diferente de los países que se centraban en poderosos

militares.

Pero no se puede tener mucho poder militar sin poder económico.

En realidad, había algunos lugares que utilizaban la mayor parte de

su presupuesto nacional en su ejército a pesar de ser pobres. Así que

tal vez el tamaño de la capital y lo impresionante de las murallas de su

castillo no eran un indicador del poder general de un país.

Hmm… Tan complicado…

… Bien, dejaré de pensar en esto.

Era una pérdida de tiempo.

Ahora, ¿qué hacer una vez que lleguemos a la capital…?

El grupo de Mariel, que nos incluía, sería invitado a la residencia

capital de la casa matriz de la Casa Raphael, la Casa Maslias.

Un vizconde pobre no podía permitirse una residencia capital.

Normalmentenos alojábamosenunaelegante posada para aristócratas,

pero esta vez no podíamos hacerlo.

Si conseguíamos una habitación en una posada nada más llegar a la

capital, sería pedir que todo el mundo, desde los nobles, los

comerciantes, los religiosos y la gente que buscaba hacerse rica

rápidamente, asaltara el edificio para hablar con Mariel, que era

conocida como el Aristócrata de las Aves y la hija predilecta de la

Diosa. Tampoco podíamos contar con los aristócratas de su facción.

De hecho, probablemente serían incluso peores.

Así que el Conde Maslias insistió en que nos quedáramos en su

residencia de la capital, por su seguridad más que por razones

financieras. Nadie discrepó de su razonamiento.

Eso significaba que Mariel y los demás deberían estar a salvo por

ahora. Aunque eso no incluía el tiempo que pasaría reuniéndose con

otros nobles de su facción, o cuando la llevaran al palacio real, al

templo o a algún lugar de algún mercader importante…

Por supuesto, estaríamos con ella como sus asistentes y guardias si eso ocurriera. Estábamos utilizando loscuposlimitados para el número de personas que podía llevar con ella, así que teníamos que cumplir con nuestro deber. Además, yo había pedido venir con ella en primer lugar para poder darle apoyo si alguna vez lo necesitaba.

Aunque hice lo que hice para ayudar a Mariel, por petición de

Carlos, todo esto había sucedido por mi culpa, así que tuve que lidiar

con las secuelas…

Bueno, en realidad eso estaba bien. Sólo tenía que lidiar con lo que

se le viniera encima. El problema fue la razón principal por la que

decidí venir a la capital como apoyo de Mariel.

Sí, todavía tenía que averiguar quién hizo daño a Layette y tener

una “conversación” con ellos.

Habría estado bien si hubieran ido a por mí.

Si me hubieran apuntado directamente, los habría eliminado y dado

el golpe final. Me habría conformado con infligir una herida mortal.

Pero la gente que fue a por mis amigos, la gente que aprecio…

La gente que hirió y casi mató a esos huérfanos…

Están acabados.

Habían hecho movimientos contra nosotros en esa ciudad. Ahora

que Mariel estaba aquí, una persona que se creía que había estado en

contacto con el Ángel que buscaban, no había forma de que no

intentaran algo.

Y nadie sospecharía que el llamado Ángel en persona estaría con

ella todo el tiempo.

Habría gente que trataría de acoger a Mariel y utilizarla.

Si había alguien entre ellos que parecía más interesado en el Ángel

que en la propia Mariel y trataba de sacarle información…

Los aplastaré… como si fueran uvas.

Y lo haría de tal manera que a nadie se le ocurriera intentar nada

con el Ángel ni con nadie de su entorno. Tendría que ser un método

que realmente indujera al miedo, con mucha publicidad alrededor…

No era necesario enviar un mensaje al público en general.

La mayoría de la gente no tenía ninguna intención de despreciar a

Celes ni a nadie relacionado con ella.

Pero hubo tontos que pensaron que podían aprovecharse de los

amigos de la Diosa sólo porque tenían un poco de dinero y autoridad.

Cuando se enteren de lo que he planeado en sus redes de

información que han construido con todo su dinero y poder…

Jaja.

¡Jajajaja!

“Estamos a punto de cruzar las puertas de la ciudad.”

Vaya, me estaba desviando un poco… Belle tuvo que devolverme

a la realidad.

En cualquier caso, por fin estábamos llegando a la capital.

Por supuesto, la fila de carruajes aristocráticos no tuvo que pasar

por un examen al entrar en las puertas.

Un criado se había adelantado para ocuparse de los trámites para

que los carruajes pudieran pasar sin detenerse. Un guía de la casa del

Conde Maslias, que nos esperaba, nos hizo pasar.

La Casa Raphael sabía dónde se encontraba la casa del Conde