Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 5

Capítulo 2: Ahogándose En Amor Y Corazones

Parte 3

✰     Ripple (Tiempo restante: veintidós horas, treinta y ocho minutos)

Una chica mágica tenía que cumplir una serie de condiciones para ascender en la administración del Reino Mágico. Una de ellas era realizar un curso de iniciación individual con una chica mágica llamada 7753.

7753 tenía unas gafas mágicas que podían medir con precisión todas las formas de datos, y se le daba bien utilizarlas para ahuyentar a los posibles alborotadores. No había secretos que ocultar a la magia de 7753. Ya fueran enamoramientos juveniles o heridas del pasado, todo lo relacionado contigo quedaría expuesto a la luz del día, y la información que extrajeran de ti sería enviada al Departamento de Recursos de Chicas Mágicas. Así se evitaba que las facciones contrarias al establishment y el descontento se introdujeran en los mecanismos del Reino Mágico.

No es que Ripple tenga un amor especial por el Reino Mágico. Si la presionaran, diría que estaba más cerca de odiarlo. Pero tampoco pretendía derrocar el sistema. Quería tener éxito dentro de la estructura existente.

Ripple tenía una amiga, otra chica mágica. Era del tipo proactivo y segura de sí misma. Su asertividad también significaba que llamaba más la atención de los altos cargos. Por ahora, la habían nombrado para un puesto importante porque era muy capaz. Pero, ¿quién sabía cuánto tiempo seguirían las cosas así?

Ripple quería ser su apoyo. Y para ello, necesitaría un estatus y una posición. Por eso Ripple quería ascender en el escalafón. A través de la tenue conexión del amigo de un amigo, había aprendido los nombres de algunas chicas mágicas con vínculos con el Reino Mágico y las había buscado. Las había atendido, había charlado con ellas, las había molestado hasta que le dijeron que podía dejar de venir en cualquier momento, pero aun así, había seguido visitándolas hasta que se exasperaron por la inutilidad de su situación y, al hacerlo una y otra vez, había aumentado el número de conocidos que podía llamar conexiones.

Ripple había aprendido esta técnica agresiva de su antigua compañera. Había hecho amigos de la peor manera: abriendo a la fuerza sus corazones para poder encajar en ellos. Ripple había sido una de sus víctimas.

Tal y como lo veían los demás, podría haberse convertido en su antigua mentora.

La solicitud de Ripple para el curso de iniciación de 7753 se había tramitado sin problemas. Como había oído que la gente tendría que esperar al menos un año, incluso con conexiones, se sintió aliviada. Satisfecha por haber emprendido el camino del éxito, se dirigió a Ciudad B como se le había indicado cuando recibió instrucciones a través de su teléfono mágico de que debía ir a un bar de karaoke por alguna razón. Al llegar, descubrió que había sido arrastrada a este intento de arresto y encerrada en la ciudad.

Como de costumbre, el Reino Mágico utilizaba a las chicas mágicas de forma descuidada. Incluso cuando eran conscientes de las amenazas a la vida de las chicas, el Reino Mágico no tenía ningún problema en añadir no especialistas al equipo. Pero para Ripple, también era justo decir que era su gran oportunidad. Que el Reino Mágico fuera testigo de sus hazañas por accidentes como este podría terminar siendo mejor que tomar ese curso de inducción. De todos modos, el combate era su punto fuerte. O, más exactamente, ella se especializó más en esa dirección.

Pero al explicarle la situación, esos pensamientos se evaporaron. Lo único que sintió ante las órdenes de luchar en un espacio cerrado fue repugnancia. El hecho de que su bando evitara matar era un alivio, pero dudaba que su enemigo hiciera lo mismo. Mientras el arresto equivalía a su ruina, un especialista en asesinatos estaba obligado a hacer uso de su área de experiencia.

7753, a quien había conocido en el bar de karaoke, parecía de algún modo inquieta y arrepentida mientras la jefa del equipo especial de investigación, Mana, la reprendía por cualquier cosa. Si 7753 era la persona que se rumoreaba que era, su especialidad era trabajar para el Departamento de Recursos de Chicas Mágicas, y ser arrastrada a esto tenía que ser incluso peor para ella que para Ripple. Ripple debería apoyarla de alguna manera; por supuesto, también calculó que hacerlo podría mejorar su posición.

Y eso era lo que estaba haciendo en ese momento.

7753 le había rogado que por favor lo hiciera, y ahora Ripple se encontraba cara a cara con una de las otras ayudantes enviadas desde otro departamento, Archfiend Pam. Estaban sentadas en el sofá de la recepción del salón de karaoke. 7753 había pedido a Ripple que entretuviese a Archfiend Pam durante un tiempo, y Ripple se había preguntado qué hacer. No se le había ocurrido ninguna razón para detener a alguien que acababa de conocer.

Sin opciones, habló con franqueza. “Um…” “¿Qué es?”

“Me han dicho que quieren tener una discusión secreta… y que debemos esperar un tiempo…”

“Oh, ya veo. Bueno, entonces esperemos juntas hasta que nos llamen.” Aceptó de buena gana Archfiend Pam, sin ningún signo particular de ofensa. No parecía ser una mala persona, lo que hizo que Ripple respirara aliviada.

Las dos estaban envueltas en sus abrigos, y Archfiend Pam también llevaba un sombrero de Panamá para ocultar sus cuernos. Estaban sentadas en el sofá, simulando ser humanas. Era una hora extraña para que dos chicas estuvieran pasando el rato, pero nadie les llamó la atención. La pareja siguió esperando en la zona del vestíbulo y su vago olor a cigarrillo, rechazando de vez en cuando a los hombres que intentaban charlar con ellas.

Archfiend Pam era gentil y pausada tanto en su forma como en su tono. Evocaba la imagen de una anciana en la mente de Ripple. No en el sentido de edad avanzada, pero su aura general y su distancia social le recordaban a Ripple a su abuela. No es que hubiera conocido a su verdadera abuela, pero se ajustaba a lo que Ripple imaginaba vagamente que era.

Archfiend Pam apoyó los codos en las rodillas y apoyó la barbilla con las manos, soltando un suspiro. “Me disculpo por hacer una pregunta tan brusca, pero…”

“… ¿Sí?”

“¿Acaso te he visto antes en algún sitio?”

Ripple rebuscó en su memoria. Recordó las caras de todas las chicas mágicas que había conocido y volvió a comprobar que Archfiend Pam no estaba entre ellas. “… No. Creo que esta es la primera vez.”

“Oh, ¿eso es cierto? Sólo tenía esta vaga sensación de que sí.”

Su impresión de abuela de Pam ahora incluía la senilidad. Pero incluso el mero hecho de pensar en ello la hacía sentir mal. Era una grosería inaceptable, así que se reprendió a sí misma y desmontó esa imagen mental.

A continuación, esperaron aún más. La que rompió el silencio fue, como antes, Archfiend Pam. Era tan poco común ahora como siempre que Ripple hablara primero con alguien. “No tienes que actuar tan formalmente conmigo.”

“… ¿Eh?”

“Aquí ambos somos forasteras. Así que ninguna de nosotras es de mayor rango.”

“Bueno… Tú también has sido muy educada conmigo.”

“Trato igual a los superiores y a los compañeros de trabajo, independientemente de su estatus.”

“Yo soy… igual…” “¿Es así?”

“… Sí.” Ripple sintió que había algo raro en esta conversación. Pero no era tan incómodo. Tal vez era porque la imagen de su abuela todavía estaba en su mente.

***

✰  Toko (Tiempo restante: veintidós horas, treinta minutos)

Un incidente muy lamentable ha provocado un cambio en nuestros planes, miau.

Esto no era lo que habían discutido. En absoluto.

Resignada a su enfado, Toko habló con el teléfono mágico apoyado en la valla del tejado. Con el físico menudo de un hada, incluso teclear un solo mensaje era una gran molestia. Golpeó, pateó y envió el mensaje, luego vio la respuesta y gritó: “¡Dije que esto no era lo que habíamos discutido!”

Le habían dicho que si se deshacía del equipo de inspección, ellos la guiarían a ella y a su compañera en su huida. Se suponía que le presentarían a una chica mágica que tenía un escondite en otra dimensión.

Pero el mensaje que había recibido de su aliado decía que el plan había cambiado. Se había erigido una barrera alrededor de ellos, y Archfiend Pam, del Departamento de Diplomacia, había sido arrojada al interior. El Departamento de Diplomacia venía a aplastarlos, con su reputación en juego. Sus rutas de escape habían sido bloqueadas. Ni Toko ni su compañera podrían salir.

Con una patada frontal llena de rabia, Toko pulsó RESPONDER, tecleó su mensaje con furia y lo envió. Una respuesta llegó rápidamente.

La barrera tiene la forma de una esfera perfecta que abarca todo, miau.

Así que no puedes escapar volando por el aire o cavando bajo tierra, miau.

Sólo tócala, y serás tan débil como un gatito, miau.

Si insistes en tocarla, tu vida correrá peligro, aunque tengas la fuerza de una chica mágica, miau.

No puedo recomendar en absoluto que se intente hacer algo a la barrera, miau.

Toko golpeó su codo contra la pantalla.

Todos los días se había preguntado por qué cada maldita frase tenía que terminar con un miau, y ahora esa misma pregunta bullía en su interior. Apretó la mandíbula. Todavía había más en el mensaje.

Todavía no nos hemos rendido, miau.

Ustedes dos son así de valiosas para nosotros, miau.

La chirriante adulación sólo hizo que Toko se irritara aún más. Se había deshecho de los individuos que se interponían en su camino, según sus indicaciones. Tanto Toko como su compañera estaban metidas de lleno con este empleado. Si ella y su compañera eran atrapadas, esta colega sería la que tendría problemas. No era tanto que Toko y su compañera fueran valiosas, sino que se trataba de un problema que necesitaba desesperadamente ser encubierto.

Quiero que los evadas de alguna manera, hasta que la barrera sea derribada, miau.

La barrera desaparecerá en veinticuatro horas, miau. Sacúdelos hasta entonces, y te enviaremos refuerzos, miau. Buena suerte, miau.

De alguna manera, Toko logró resistir el impulso de romper el teléfono mágico en pedazos. Si perdía la calma, otros se aprovecharían de ello. Había visto más de una vez gente así, gente a la que le habían robado todo, desde su dinero hasta su vida, de la misma manera. De hecho, Toko siempre había estado en el lado que se aprovechaba activamente. Los idiotas estaban hechos para ser utilizados, y ella misma no podía permitirse el lujo de convertirse en uno.

Toko apagó su teléfono mágico y respiró profundamente.

Pensó en su prioridad número uno: ella y su compañera. Aparte de todo lo demás, su propia supervivencia y huida era el gran objetivo.

¿Cómo utilizaría esas veinticuatro horas para lograr ese objetivo?

¿Se limitarían a correr de un lugar a otro? ¿O matarían a todos sus enemigos?

Sería uno de esos dos. La elección dependía de Toko y de su compañera. Aparte de Toko, su compañera era fuerte. Ese equipo de inspección no debería ser un problema. El problema no eran ellos, sino los refuerzos. Había oído que el Departamento de Diplomacia venía a golpearles con todo lo que tenían.

—Bueno, sí matas a tanta gente, seguro que se resienten, ¿eh?

Su compañera era fuerte pero no invencible. Si el Departamento de Diplomacia estaba desplegando una increíble chica mágica, existía la posibilidad de que la compañera de Toko perdiera. Eso era malo. Su compañera tenía un futuro. Toko no podía permitir que muriera ahora.

Entonces, ¿deberían huir? Eso fue demasiado cobarde.

Pondría a prueba el alcance del poder de sus oponentes colocando a esas chicas de escuela media en primera línea, y si parecía que no podían ganar, optaría por huir. Hacer de las chicas sus escudos de carne probablemente les daría tiempo para escapar. De todos modos, siempre había pensado en que fueran peones de sacrificios, esas chicas mágicas instantáneas a las que había atraído. Morir era parte del trabajo, y no dejaría que se quejaran por ello. Ellas pondrían los cimientos para Toko y su compañera.

Le hubiera gustado aumentar sus fuerzas y formar un ejército de chicas mágicas para consolidar su ventaja en número, pero las que tenían potencial mágico no eran tan comunes. Había convocado a todas las que había encontrado a través de su continua búsqueda durante el tiempo en que vigilaba a su compañera en la escuela. Estas eran todas las cartas que tenía para jugar. Así que tuvo que conformarse con esta mano.

Desde el piso de abajo, podía oír a las chicas de la escuela media charlando agradablemente, la voz de su compañera entre ellas. Por muy impaciente que fuera por dentro, la actuación de la chica era perfecta. Era mejor en esto que Toko, que dejaba ver su verdadera personalidad incluso cuando intentaba fingir ser una adorable hada.

En cualquier caso, Toko no podía dejarla ir ahora. Todavía tenía espacio para crecer. Era la chica mágica ideal para Toko: astuta, egocéntrica, hábil con la aritmética de las ganancias y las pérdidas.

Siempre tomaba medidas para obtener la ventaja, tenía un potencial infinito y, en última instancia, sería ella la que se sentaría en el trono de la victoria.

Toko les demostraría que, con su compañera, podría evadirlos hasta el final. Esbozó una sonrisa repulsiva.