Magdala de Nemure (NL)

Volumen 1

Capitulo 3: Bienvenido Al Mundo De Un Alquimista

Parte 1

Los días posteriores transcurrieron sin incidentes.

Kusla y Wayland se concentraron en reconstruir los registros metalúrgicos de Thomas, y no notaron ningún enemigo escondido en las sombras, con la intención de apoderarse del taller que tenía los registros de Thomas.

Fenesis también venía al taller obedientemente todos los días y simplemente observaba trabajar a Kusla. Al grupo de Kusla le preocupaba que sus aliados la envenenaran y les echaran la culpa, pero parecía que no había problemas con su salud. En este punto, todavía no había ningún problema con el que tuvieran que lidiar de inmediato. Si fuera envenenamiento por mercurio, las encías se volverían negras; si hay arsénico, las yemas de los dedos se hincharían. Ambos podían ver fácilmente a través de técnicas tan comunes.

Si bien pensaban que un supervisor altamente motivado y centrado en su trabajo sería quisquilloso y buscaría problemas, Fenesis, honestamente, solo los estaba observando.

Quizás las palabras dichas durante el viaje al mercado funcionaron hasta cierto punto y aliviaron sus prejuicios y sospechas contra los alquimistas.

Aunque Kusla personalmente lo pensaba de esta manera, significaba que, con menos prejuicios y vigilancia, se reduciría la tensión.

Y pronto, comenzó a aburrirse de observar el trabajo de Kusla. “Si tienes sueño, ¿qué tal si vas allí a dormir?”

El clima había sido frío recientemente, el cielo a menudo estaba nublado, y había pasado un tiempo desde que el cielo estaba tan brillante como en este día.

Pero el horno no se apagó durante días, por lo que, sin importar el clima afuera, el interior del taller era cálido y acogedor.

Kusla planteó esta sugerencia justo cuando Fenesis estaba sentada en la silla, bostezando y finalmente asintiendo con la cabeza en un estupor.

“Eh, ah… no… estoy bien.”

“Incluso si estás bien, empezaré a tener sueño. Bostezar es contagioso.”

“Pero… huu… oooo…”

La túnica de su cuerpo se veía muy ancha, el dobladillo y las mangas eran muy largos, y su pequeño cuerpo se parecía a un gato blanco mientras se sentaba en la silla y bostezaba.

Kusla suspiró y Fenesis pareció bastante avergonzada mientras se levantaba lentamente y respiraba profundamente.

“¿Cómo puede una supervisora irse a dormir ahora?”

“¿Dice el que bosteza con tanto descaro? ¿Quién estaba durmiendo la siesta?” “No estaba durmiendo la siesta.”

Kusla se encogió de hombros, volvió al trabajo, clavó un clavo y extendió un trozo de pergamino.

“¿Que tienes que hacer hoy?” “Algo muy problemático.”

Kusla respondió con voz algo rígida, y Fenesis estaba un poco vacilante mientras se quedaba en silencio, probablemente debido a su culpa por quedarse dormida. Sin embargo, eso fue solo por un momento.

“Pero esa no es una explicación adecuada.” “Es la destilación. Destilación.”

“…”

Fenesis miró a Kusla sin decir palabra, y luego desvió su mirada incómoda. “Si no sabe qué es, solo dilo.”

“No sé qué es.”

“¿Qué pasa cuando calientas agua?” “¿Eh?”

Fenesis simplemente abrió mucho los ojos ante la repentina pregunta de Kusla, y así, la repitió de nuevo.

“¿Qué pasa cuando calientas agua?”

“Eh… ah… bueno, hace… calor.” “Eso es correcto. Eres un genio.”

Fenesis se quedó atónita por las palabras de Kusla durante bastante tiempo, solo para recuperarse y darse cuenta de que había sido engañada, y lo miró con enojo.

“Lamento bostezar a tu lado.”

Pero Fenesis no estaba dispuesta a admitir que se quedó dormida y, por su expresión, parecía que no tenía intención de disculparse. En este punto, Kusla simplemente suspiró y le hizo señas para que se acercara. Sin embargo, ella dobló su cuerpo hacia atrás con cautela. “Ven y ayuda.” Y sólo después de que Kusla la llamara se inclinó hacia la mesa de mala gana.

“Mantén presionada esa parte.”

Kusla sostuvo una esquina del pergamino enrollado y la obligó a sostener el otro lado. Este pergamino probablemente proviene de un buen cordero; la parte con las palabras escritas era gruesa, pero los bordes se arrugaban y se doblaban.

Las palabras apretadas en el pergamino eran muy pequeñas, similares a la sensación psicótica de la habitación de Thomas. Por lo tanto, no había forma de leerlo si el pergamino no estaba bien distribuido.

“¿M-Mantenerla presionada? ¿Q-Qué planeas hacer con esto?”

Fenesis se encogió mientras se paraba frente al pergamino desigual que era como la piel de un anciano.

“Correcto. No tienes que estar tan aterrorizada. Estoy seguro de que no hay veneno en el pergamino.”

“… No tengo miedo ni nada por el estilo.”

Pero, aunque lo dijo, probablemente fue un poco estresante para ella tocar algo hecho de piel por primera vez. Su tacto suave y único era parecido a una oruga con un caparazón duro.

“No te pases. Aparecerá si tiras demasiado fuerte.”

Kusla usó el dorso de su mano izquierda mientras colocaba una marca en un agujero hecho en el pergamino. Luego usó el martillo, sostenido firmemente en su mano derecha, para clavarlo.

Ciertamente, hubo personas que habrían clavado las cuatro esquinas de un pergamino antes de escribir en él. Ya tenía pequeños agujeros acribillados, lo que significaba que Thomas debió haber hecho lo mismo. Pero, aun así, si uno no miraba su fuerza a la hora de clavar, habría desgarros a partir de los pequeños agujeros en las esquinas. Por lo tanto, había que tener cuidado al hacer esto.

“Bien… el siguiente, aquí mismo.” “Ah, seguro.”

Fenesis siguió las instrucciones de Kusla y se movió repetidamente para sujetar el pergamino. Debido a su pequeño tamaño, solo podía sujetarlo inclinando su cuerpo de la silla.

Y así, continuaron haciendo esto hasta que clavaron las 5 piezas de pergamino.

Los registros metalúrgicos de los repetidos experimentos de Thomas se colocaron frente a ellos.

Todavía tenían que descifrar el código y no conocían los detalles, pero solo los registros reconstituidos eran un testimonio de la capacidad de Thomas. No era un método maravilloso ni un experimento nuevo; en el pergamino se mostraba el universo que había creado el hombre llamado Thomas.

Y así, como compañero alquimista, Kusla estaba expresando admiración ante este universo representado en el pergamino.

Pero Fenesis, que estaba a su lado, olisqueaba sus manos.

Kusla, sintiéndose un poco triste, suspiró y dijo: “Si estás tan preocupado por eso, lávatelas.”

“Ah, no.” Fenesis respondió con lo que aparentemente era su eslogan, pero al final: “Lo siento, entonces iré a lavarme las manos.” Dijo esto y se fue al abrevadero.

“Digo, ¿es la primera vez tocas un pergamino?”

Preguntó Kusla mientras le tiraba una toalla a Fenesis, en ese momento sus manos estaban empapadas y comenzaba a dirigirlas vacilantemente a su túnica de monja.

“Ah… no, pero lo escuché antes.”

Parecía, por lo obstinada que era, que su personalidad estaba muy lejos de la Hermana ideal. “¿No vienes de un monasterio? ¿No hay un escriba asignado allí?”

“Lo hay, pero…” “Pero ¿qué?”

“Nunca vi al escriba porque mi posición no es lo suficientemente alta.”

Se podría decir que el orden que se dijo que había sido establecido por Dios fue asignado por el monasterio, y la jerarquía se mantuvo estrictamente. Los pergaminos eran artículos costosos, y parecía que los rangos superiores querían evitar que los campesinos ensuciaran los pergaminos. Si parecía que esta era la razón por la que Fenesis estaba tan emocionada cuando le dijeron que podía leer cualquier libro hasta quedar satisfecha durante su primer encuentro.

Kusla recordó que siempre que Fenesis regresaba, estaría detrás de un clérigo de alto rango. Ella estaba realmente en el nivel más bajo de jerarquía, tratada como una herramienta.

“No tengo idea de por qué quieres estar en un lugar de sufrimiento.”

“Para poder seguir las enseñanzas de Dios, y para mí, no tengo idea de por qué ustedes, los alquimistas, tienen tanta pasión.”

“Je, entonces somos guisantes de una misma vaina.”

Kusla asintió y Fenesis pareció un poco sorprendida, preguntándose si la habían engañado de nuevo, pero al final terminó relajándose. “Entonces, volvamos a lo que estábamos hablando.”

“¿Eh?”

“Cuando calientas agua, su temperatura aumentará. ¿Y luego?”

¿Finalmente has dejado de tratarme como una tonta? Ella debe haber estado pensando esto.

Fenesis continuó parpadeando mientras estaba al lado de Kusla, y esta última continuó mirando el pequeño universo de Thomas, diciendo: “¿No quieres saber lo que quiero hacer?”

“Ah… eh, ah, sí. Pero…”

“Entonces, después de calentar el agua, la temperatura aumentará. ¿Qué pasa después de eso?”

Kusla repitió su pregunta, y Fenesis tartamudeó durante un rato, antes de responder: “S-Se evaporará.”

“Correcto. Entonces, ¿qué pasará después de agregar licor caliente?” “¿Eh? ¿No debería ocurrir lo mismo?”

“Lo que dices no es necesariamente incorrecto, pero, de hecho, el licor es una combinación de dos fluidos diferentes; probablemente sepas eso. Además, entre estos dos fluidos, uno de ellos se evaporará primero.”

“…”

Fenesis parpadeó con sus hermosos ojos verdes, haa, y respondió haciendo ese sonido.

“Además, también sabes que cuando estos dos fluidos se vaporizan, se condensarán nuevamente en líquido cuando se enfríen. Este es el método de extraer y concentrar los dos tipos de líquido en licor; a esto lo llamamos destilación.” Kusla tomó una botella de vino del estante y la estrechó en su mano.

Fenesis frunció el ceño, aparentemente un poco furiosa con Kusla por empezar a beber mientras trabajaba en medio del día.

“Esta es una forma de hacer licor destilado, y necesitamos usar equipos de destilación de cobre para hacer esto. Aunque los cerveceros son mejores en esta técnica, se rumorea que un alquimista fue quien inventó esta técnica.”

“¿Eh?”

“Hay un mineral llamado zinc, y cuando se combina con cobre, se puede convertir en latón. Erm… ah, este de aquí.”

Había muestras de minerales y metales en el estante, y Kusla trajo un metal dorado mate a Fenesis.

“Se decía que se usaba como dinero hace mucho tiempo, y se clasificaban los métodos para fabricarlo; escuché que se produjo en circunstancias coincidentes y también, después de varios cientos de años, se perdió el método para producirlo. El método de producción actual fue traído de vuelta por aquellos que viajaron a Oriente y transmitieron la técnica hasta hoy.”

“… ¿Vas a hacer esto?”

“Hoy, lo que estamos haciendo es uno de los productos originales, el zinc. El zinc se descubrió originalmente en la producción de plomo, una sustancia blanca que se recubre en la parte superior de los hornos. Los alquimistas se han devanado los sesos y finalmente se han dado cuenta de su verdadera identidad; o más bien, descubrieron una piedra mineral rica en zinc y determinaron la forma óptima de extraerla. Es enfriar adecuadamente su vapor calentado.”

Fenesis siguió mirando fijamente al bronce, a Kusla y viceversa; quizás era difícil de imaginar.

“Se dice que este método fue un precursor de la destilación, y la destilación repetida puede crear licor. Por supuesto, nadie sabe cuál es realmente el hecho, y esto puede ser solo cosas que algunas personas simplemente dicen al azar. Pero pase lo que pase, el descubrimiento de una técnica en alquimia está estrechamente relacionado con otras habilidades. Algún descubrimiento insignificante puede provocar un resultado inesperado, como este.”

Kusla se detuvo un momento y suspiró con más fuerza.

“Siento que lo que podemos imaginar… puede suceder algún día pronto.”

En respuesta a Kusla, quien infló el pecho y se entregó a su perorata mientras agitaba el abrigo con el que estaba vestido, Fenesis simplemente respondió brevemente.

“… Eh.”

Sintió que no había nada significativo en el bronce que tenía en la mano y se lo devolvió. Kusla lo recogió desconcertado y preguntó, estupefacto.

“… Bueno, ¿no piensas nada acerca de mi explicación?” “¿Eh?”

En respuesta a la pregunta de Kusla, Fenesis siguió luciendo estupefacta.

Luego miró a Kusla de inmediato, preguntándose si había sido engañada de nuevo, pero este último parecía bastante devastado.

“No, no te estoy tomando el pelo. Hm, ¿cómo explico esto…?” “¿Q-Qué te pasa?”

“¿Eh?” Kusla arqueó una ceja mientras decía: “Un nuevo descubrimiento traerá consigo el desarrollo de una nueva técnica, y una nueva técnica será utilizada en un área inesperada, provocando la creación de algo maravilloso. ¿No encuentras esto realmente asombroso?”

Kusla agitó la botella, provocando un sonido de chapoteo dentro, y tomó un trago. Pero la respuesta de Fenesis todavía fue apagada.

“Esto es algo realmente asombroso. Todos los alquimistas del mundo han estado revelando los secretos de este mundo mediante ese proceso. Esto es lo que dicen todos, quitarle la ropa a Dios.”

Kusla volvió su mirada hacia Fenesis, pero esta última protegió instintivamente la parte delantera de su túnica. Parecía que la experiencia de sufrir a manos de Wayland fue suficiente para causarle un trauma psicológico, y para ella, no dejar que le quitaran la túnica era mucho más importante que resolver los secretos del mundo.

“Hablando de eso, creo que una de las razones por las que los alquimistas pueden perseguir algunos objetivos radicales es porque sienten que pueden hacer cualquier cosa.”

La razón por la que la Iglesia despreciaba a los alquimistas no era simplemente porque parecían excéntricos.

La enseñanza que promovió la Iglesia fue que el mundo corrupto actual algún día recibirá su juicio final, y que solo aquellos que siempre hicieron obras de bondad entrarían al Cielo.

Sintieron que este mundo estaba siendo corrompido constantemente por el mal, y un día, encontrarían su fin.

Pero el futuro en el que pensaban los alquimistas era completamente diferente. Pronto en el futuro, su investigación podría florecer, lo que no pudieron hacer hasta ese momento sería posible y lo que no pudieron entender se revelaría a todos. Fue porque tenían la creencia de que podían continuar complaciéndose en su investigación.

Pero como era de esperar, Fenesis, que no estaba acostumbrada a este tipo de pensamiento, siguió confundida.

Y no se enojó con esas personas por ser tan radicalmente diferentes de la filosofía de la Iglesia. Ella nunca pensó en esto en primer lugar.

“El propietario original de este taller, Thomas, es probablemente un caso clásico de alquimistas del que hablo. Estaba solo, a la deriva en el mar del conocimiento, y solo a través de estos registros, ciertamente puedo entender su determinación de no darse por vencido. Estoy ansioso por descifrar las cosas escritas en estos pergaminos.” Kusla hizo una pausa y se lamentó. “Simplemente el mundo es así.”

Quizás este licor era más potente de lo que pensaba.

Frente a la brillantez de Thomas que estaba puesta sobre la mesa, Kusla estaba tratando ansiosamente de transmitir su brillantez a los demás.

Pero aquellos que no podían entender simplemente no podían hacerlo. La mayoría de las veces, no tenían intención de hacerlo.

Entre ellos, “no entiendo, pero realmente pareces un niño feliz”, Friche, que le sonrió al decir esto, era en realidad un espía de la Iglesia.

Kusla acercó la herramienta a su lado.

Los alquimistas eran simplemente alquimistas, personas que eran despreciadas por caminar por el camino de la herejía.

“¿De verdad es tan interesante?”

Y así, lo que sintió por la repentina pregunta fue ira.

Kusla miró a un lado y no encontró una expresión que se burlara de él, sino una expresión de asombro, desconcertado por su mirada furiosa.

“… Dije esto antes; nuestro pensamiento no es exactamente el más normal de todos.” Kusla dijo esto e inmediatamente se volvió de nuevo.

De hecho, actuó con mucho orgullo, tal como estaba cuando dejó el taller, justo después de ser reconocido como Alquimista.

¿Por qué arriesgó su vida por esto? ¿Por qué eligió asegurarse el destino de ser rechazado por todas las personas? ¿Por qué no sintió desesperación en esta vida desprovista de compañía?

¿Por qué, incluso cuando la persona a la que podría llamar su primer amor fue asesinada frente a él, solo podía pensar en la metalurgia?

No pudo entenderlo.

Por supuesto, existía un objetivo y él estaba trabajando bastante duro para lograrlo, pero aparte de eso, lo único que sentía era una satisfacción inquebrantable.

Kusla añadió los registros metalúrgicos que consiguió el día anterior, junto con los significados y números especulados del código a las palabras de los pergaminos.

Esta alegría era algo con lo que sólo podían empatizar los que trabajaban personalmente para ella.

Kusla pensó mientras inadvertidamente levantaba la cabeza.

Y luego, después de volver la cabeza hacia atrás, encontró a Fenesis, acurrucada por el miedo. “Ah, no… Eso no fue, lo que quise decir…”

“¿Quieres probar?” “… ¿Eh?”

Mientras Fenesis permanecía sorprendida, Kusla marchó hacia ella, diciendo:

“No se entenderá sin intentarlo una vez. Lo mismo también ocurre contigo; probablemente tuviste esta experiencia antes de entrar al monasterio, ¿no es así?”

En lo que respecta a las palabras de Kusla, Fenesis permaneció con la boca abierta, y luego, asintió lentamente.

“El trabajo de hoy es problemático, pero no demasiado difícil ni requiere demasiado tiempo.

¿Qué tal si lo pruebas?”

Fenesis permaneció quieta, aparentemente incapaz de comprender lo que acababa de escuchar. Después de un tiempo, estas palabras comienzan a hundirse en su mente lentamente y sus ojos comienzan a nadar en confusión. Luego esta chica inocente respondió con inquietud:

“… No haré nada… que desafíe las enseñanzas de Dios, ¿sabes?”

Ante tales palabras de una doncella pura, quién sabe cuántos hombres de este mundo sonreirían y garantizarían esto.

Sin embargo, lo que Kusla quería quitar era la ropa de Dios y no la de una doncella. “Entonces deberías comprobarlo por tu cuenta.”

Kusla no garantizó nada, pero Fenesis aceptó esto, aparentemente tratándolo como una forma de sinceridad por parte de este último. Luego asintió con la cabeza, aparentemente tragando algo con fuerza.

“Lo comprobare por mi cuenta. Esto es algo importante.”

Kusla sintió que esta línea era asombrosamente convincente y se sorprendió un poco, pero aun así logró mostrar una sonrisa natural.

“Bien, deberías afirmar mediante experiencia propia.”

“Sí.”

“Entonces, bajemos y trabajemos junto con Wayland.” “¡¿Eh…?!”

Fenesis se tambaleó hacia atrás con el rostro pálido, pero Kusla miró hacia arriba y se rió. “Deberías afirmar por ti mismo si ese hombre es un lunático o no.”

“…”

Fenesis mostró una mirada dudosa cuando se enfrentó a Kusla, sonriendo mientras caminaba hacia las escaleras.

Y luego, una vez que se dio cuenta del significado detrás de esas palabras, lo persiguió a grandes zancadas.

“Erm, ¿me acabas de mentir?”

“Pero ese hombre matará si es necesario, y es un mujeriego incorregible. Será prudente que tomes nota de esto antes de que termine usando tu cuerpo para afirmarlo.”

En el momento en que Kusla giró la cabeza para decir esto, Fenesis se detuvo en seco.

En este mundo, había muchas cosas en las que sería demasiado tarde una vez que se afirmaran.

Su expresión era una mezcla de duda e inquietud, pero a veces, una expresión pretenciosa sería útil.

“¡Por supuesto!”

Dijo enojada, y siguió a Kusla escaleras abajo.