Magdala de Nemure (NL)

Volumen 1

Capitulo 2: La Oración Al Mediodía

Parte 2

“¿Hm? ¿Quién eres tú?”

“Me gustaría conocer a su líder.”

Dijo Kusla mientras miraba los pergaminos colocados en la pared. Estos pergaminos enumeran todos los privilegios especiales que el consejo ha otorgado al gremio, y la gran cantidad de pergaminos muestra claramente el prestigio en la ciudad.

“¿Puedo saber cuál es tu intención?”

La dama dejó el cubo a un lado con un ruido sordo, y por el sonido se podía decir que realmente no era pesado. La dama parecía joven, pero su cuerpo esbelto no mostraba signos de afeminamiento por parte de ella, y se podía sentir su valentía en el pañuelo envuelto en su cabeza.

Ella le dio la vibra a juego con un gremio de Herreros, y el largo cabello rojo que se extendía por debajo del pañuelo era tan desordenado como el de un marinero, pero daba una sensación de confiabilidad.

“Ah.”

La dama se quitó el pañuelo y se secó el sudor de la cabeza mientras decía: “Así que tú eres el indicado.”

“¿?”

Kusla levantó la barbilla, expresando su duda, pero la dama no continuó. Se bajó las mangas enrolladas mientras caminaba hacia el pequeño altar que se usaba para las oraciones a los santos guardianes. Luego colocó un palito delgado en una olla pequeña y encendió la vela a un lado.

Como era de esperar de un gremio de artesanos, parecía que habían preparado un encendedor junto al altar.

“Eres el nuevo alquimista, ¿verdad?”

“No hay necesidad de una larga charla. Ahora bien, ¿dónde está el líder del Gremio?”

Volvió a preguntar Kusla, y la dama continuó sosteniendo la vela y encendiendo las lámparas en la pared mientras respondía sin mirar atrás.

“Ése sería yo.”

“… ¿Oh vaya?”

Kusla invocó deliberadamente este tono, pero ciertamente se sorprendió por este hecho.

Entonces, la dama lanzó una mirada por encima del hombro por primera vez, mostrando lo que parecía una mirada letárgica.

“Soy Irine Brunner, ayudante de Robert Brunner, cuidadora del Gremio de Herreros.”

Ya veo. Kusla levantó un poco la barbilla y miró a la dama que se presentó como Irine. “Ya veo. Entonces perdóname.”

“No hace falta. Yo tampoco me siento apta para este puesto, pero nadie más está dispuesto a asumirlo.”

“¿Y el señor Robert Brunner?” “Hizo un largo viaje.”

Esto significaba que había fallecido.

En otras palabras, Irine era una viuda joven.

Probablemente no se nombró un nuevo líder, ya que querían evitar cualquier disputa. “Entonces, me dirigiré a usted como la señorita Irine.”

Kusla colocó su mano derecha sobre su hombro izquierdo e hizo una reverencia formal; aunque parecía respetuoso, era un poco despectivo por dentro.

“Soy un alquimista afiliado a los Caballeros, y vengo aquí sin nombre y sin hogar, solo habilidades. Espero, por el bien de los Caballeros, los cruzados de Dios que tienen como objetivo traer justicia a la tierra, y por el bien del nombre de Dios todopoderoso, obtener los máximos esfuerzos del gremio de Herreros de Gulbetty.”

Kusla agregó un poco de teatro a su acto, ya que se mantuvo firme en no dejar caer la fachada.

Su trabajo en el futuro se vería afectado si fuera menospreciado, y esta era una regla definitiva que no podía romperse en ningún pueblo. Después de orar a Dios hasta el punto de la vergüenza, tendría que seguir un proceso sorprendentemente engorroso para terminar el contrato.

No importa cuánto esperara un mentor ganar asistentes, si quisiera acoger a un nuevo discípulo, tendría que dejar que este discípulo se quedara fuera de la puerta durante 3 días y 3 noches. Por supuesto, tendría que ocuparse de las comidas y las necesidades sanitarias de los discípulos, y por la noche, también tenía que llevar al discípulo al taller y entregarle la ropa de cama. Esta era una tradición que debía mantenerse.

“Obtener nuestro máximo esfuerzo, ¿eh?”

Después de encender las lámparas, Irine sopló la llama de la vela extremadamente larga que tenía en la mano, regresó al altar y sonrió.

“Nosotros somos los que necesitamos ayuda.” Sin embargo, Irine realmente dijo tal cosa.

“… Es bastante preocupante escuchar palabras tan directas.” “En la ciudad anterior, realmente me burlé de esos alquimistas.” “…”

Incluso los Caballeros no pudieron controlar todas las ciudades.

Además, los herreros, que trabajan para ganarse la vida, tendrían mejor experiencia en el campo de la Metalurgia. Además, había una gran diferencia en el contenido de hierro en diferentes regiones, e incluso un alquimista experimentado no podía igualar a un herrero local. Para las ciudades con Gremios poderosos, la prevención de los materiales de un alquimista era algo común y, ciertamente, no era raro ver que incluso los partidarios de un alquimista terminaran impotentes.

Por lo tanto, era una tradición que un alquimista se inclinara ante los trabajadores cuando llegaba a una nueva ciudad. De esta manera, podría obtener habilidades, conocimientos y materiales, y las nuevas técnicas derivadas a partir de entonces serían retribuidas a los artesanos. Esto a pesar de ser una mera expresión de formalidad.

Como mínimo, esta fue una tradición transmitida de generación en generación.

“Debido a la Cruzada de los Caballeros, el negocio ha sido incesante. Incluso en este momento, la casa del Gremio permanece vacía.”

El suelo y las paredes estaban bien pulidos y las velas parecían nuevas.

Si fuera otro Gremio, este sería el momento en el que comenzaría un banquete. Sin embargo, no se veía a ningún artesano aquí.

“Debido a la excepcional benevolencia que nos mostraron los Caballeros, el problema de la falta de estudiantes se mitiga un poco y la mayoría de los inmigrantes en esta ciudad se han unido a nuestro Gremio. Hay 130 mentores, 500 discípulos, y si contamos sus familias, aquí somos más de 1000. Gracias a los Caballeros, no nos estamos muriendo de hambre en este momento. Nos habían estado asistiendo en todos los aspectos, desde la obtención de materias primas hasta la venta de mercancías, ¿sabes? ¿Sabes que incluso proporcionaron los fondos para la construcción adicional de la rueda hidráulica y el horno en el taller? Habrá un castigo sobre nosotros si envidio a nuestros señores de los Caballeros.”

Irine se sentó en el enorme asiento de piedra del líder del Gremio en el escritorio, y su estructura considerablemente masiva para una mujer se veía algo pequeña en él.

Quizás se podría decir que incluso si hubiera un herrero barbudo veterano con un cuerpo cincelado, su cuerpo parecería pequeño frente a las abrumadoras finanzas de los Caballeros y, como resultado, tendría que permanecer en silencio.

Un artesano necesitaría dinero si quiere mostrar sus habilidades. Si quiere atraer inmigrantes de la ciudad a su fábrica, tendrá que ganar la pelea por la autoridad contra los otros gremios de herreros, y para ganar, el dinero sería imperativo.

La construcción de la rueda hidráulica y el horno también sería casi imposible de completar por sí solo. En pocas palabras, una ciudad solo puede permitir un número fijo de ruedas hidráulicas; por lo tanto, habría disputas con otros sobre el privilegio de usarlas. ¿Cómo los mantenía callados? Pagándolas, por supuesto.

Ante tales problemas, los Caballeros podrían dar la última palabra utilizando sus abrumadoras fortunas. Para ganar la guerra, se necesitaban armas, escudos y herramientas necesarias para combatir los asedios.

“Si rechazo su ayuda, probablemente me cortarán en pedazos.”

“Los Caballeros seguro que son turbios, pero no creo que sean tan primitivos.” “No. Me refiero a los artesanos.”

Dijo Irine mientras su rostro mostraba una leve sonrisa burlona.

Esta mujer realmente tiene agallas para elegir a un alquimista como alguien con quien pueda desahogar sus frustraciones. Pensó Kusla.

“Uno de estos días, las ciudades del Norte caerán, entonces ¿no habrá una nueva afluencia de inmigrantes? Todos están empezando a ahorrar su riqueza para mostrar su lealtad a los Caballeros. Después de una discusión exhaustiva, todos estuvieron de acuerdo en que la directiva de nuestro Gremio en el futuro es darlo todo por el noble alquimista.”

Irine sacó un paquete de rollos de pergamino de debajo de la mesa y lo arrojó sobre la mesa. Kusla se sorprendió e Irine sonrió.

Normalmente, un artesano no registraba sus técnicas por escrito. Los secretos que se transmitían dentro del taller debían ser diferentes a los de los demás. Así, al ver cómo preparaba pergaminos con registros, parecía que los artesanos ya estaban preparados para entrar en el nuevo mundo.

Incluso dejarían que el Gremio de Trabajadores, originalmente una entidad independiente, se dejaran llamar sirvientes de los Caballeros.

“¿Ahora entiendes la razón por la que estoy sentada en esta silla incluso en esta situación?”

Irine, hundida profundamente en su asiento, le dio una sonrisa rencorosa a Kusla mientras hablaba. Parecía que era tan indiferente incluso cuando se enfrentaba a Kusla, no porque fuera valiente.

Si no porque ella había renunciado a todo. “Simplemente es un recipiente vacío.” “Seguro que eres directo, ¿no?”

“Un alquimista tiene que buscar la verdad.”

Kusla extendió la mano hacia los paquetes de pergamino y un olor único entró suavemente en sus fosas nasales. “Por supuesto.” Él dijo.

Habiendo obtenido esto, no había razón para que él permaneciera aquí por más tiempo.

Metió los pergaminos debajo de su axila, y justo cuando estaba a punto de irse, de repente pensó en algo.

“¿Qué tipo de persona fue mi predecesor Thomas?”

La causa de la muerte de Thomas fue investigada por Post y la Iglesia, y él no hizo esta pregunta por el simple hecho de investigar, sino simplemente por curiosidad.

O quizás, debido a la muerte de Friche, pudo sentir cierta empatía por la muerte de una persona. “Era un hombre serio y justo que busca la verdad.”

Ella simplemente se encogió de hombros, aparentemente haciendo una insinuación.

Sin embargo, por la pulcritud del taller, se podía decir que esta observación no estaba muy lejos de la verdad.

“… Así que no puedo perder contra mi predecesor, ¿verdad?”

“Esto afectará nuestras ganancias, así que, por favor, dedique sus esfuerzos a la refinación del hierro.”

Kusla sonrió levemente y salió de la casa del Gremio.

Cerró la enorme y pesada puerta, dio unos pasos y escuchó lo que sonó como un portazo desde el interior.

Hay personas que están obligadas por este tipo de enorme presión en todas partes, al borde del colapso.

Sin embargo… “Yo solo…”

Puede ahogarse así.

Y así, enterró este secreto en su corazón y caminó hasta el taller en la ciudad bajo el sol poniente.

Al regresar al taller, Kusla encontró a Wayland en la sala subterránea, pesando los metales en una balanza.

“¿Cómo está el trabajador más diligente~?”

“No está mal. Parece que el Gremio trabaja en estrecha colaboración con los Caballeros. Mira esto.”

Dejó los pergaminos en la mesa de trabajo, y Wayland también se sorprendió por esto.

“¿Jeje~? Entonces, ¿están dispuestos a sacrificar su dignidad a cambio de ganancias?”

“Cualquier dignidad que se pueda recuperar una vez que se conviertan en los primeros en llegar al nuevo mundo y desarrollar su poder.”

“Los Caballeros son realmente buenos para descubrir los deseos de la gente, ¿eh~?” Dijo Wayland mientras revisaba los pergaminos y luego los dejaba a un lado sin interés.

“De todos modos, no creo que nuestro predecesor, Thomas, murió tontamente como escuchamos.”

“¿Oh?”

Esta vez, Kusla fue quien preguntó.

“Revisé los artículos que se dejaron en este taller y la pureza de los lingotes es sorprendentemente alta. La pureza es superior a la de los lingotes estándar que traje de mi taller anterior. Es exasperante, para ser honesto. Sin embargo, la arena de hierro no es lo único que se puede extraer en esta región; hay muchos minerales inferiores llenos de azufre y muchos otros. Si son lingotes refinados de ese tipo de hierro, ese método que usó es prácticamente mágico. No hay forma de que los herreros de la ciudad puedan hacer esto.”

“Magia…”

“Se siente como la obra del diablo, como si hubiera sido hecha por alguna obra divina. Eso significa…”

Wayland miró al techo y dijo:

“Tal vez sea un residente de Magdala.” “¡!”

Kusla tragó saliva. Para un alquimista, Magdala era un término único, un lugar al que todos los alquimistas pretendían llegar.

Las habilidades de Wayland eran mejores que las de Kusla a pesar de que eran compañeros en el campo de la alquimia y, por lo tanto, se tomaría este término más en serio. Si lo dijera, significaría que no era una broma.

“Ésta podría ser la razón por la que ese idiota de Post eligió cerrar con llave este lugar y no ordenarlo, incluso si el Coro tiene que vigilarlo. Si ese hombre era capaz de hacer lingotes de tan alta calidad, su posición debía ser alta allí o algo así.”

“Pero simplemente no pude encontrar dónde están escondidos los registros de técnica. Por eso la situación es la que es.”

Los alquimistas nunca grabarían sus hallazgos en pergamino, y la mayoría opta por dejar sus registros en una esquina del edificio. No pudieron predecir lo que sucedería y podían terminar siendo eliminados por razones políticas. Por esa razón, dejarían sus hallazgos en el horno, las vigas del techo o debajo de las baldosas del piso. A veces, incluso dejaban sus resultados en forma de códigos.

“Una vez que se conozca la técnica, se puede ignorar la interferencia del Coro, demoler el taller, construir otro en otro lugar y producir hierro en masa mientras estás fuertemente protegido. Supongo que esta es la razón por la que este taller no ha sido demolido. Este lugar podría ser el quid de la cuestión para resolver el código, y luego, podremos ver las técnicas refinadas de Thomas y lo diligente que fue.”

“¿Hm?”

“Hice una revisión aproximada de los registros que quedan, y todos están en códigos.”

Los símbolos utilizados solo podían ser entendidos por alquimistas, y el conocimiento de astrología se agregó como una distracción.

“Podría ser un poco forzado tratar esto como una blasfemia contra Dios… de todos modos, supongo que la estructura es que los resultados de cada purificación de metales se usarán como un código escrito al final. Cada vez que hay un desarrollo, usará los registros antes para crear un código y dificultar que otros tomen lo que él logró. Supongo que lo mataron después de que hizo ese hierro sorprendentemente puro, y ni siquiera tuvo tiempo para llegar a una conclusión adecuada.”

“En otras palabras, eso significa…”

Kusla murmuró, y los labios de Wayland mostraron una sonrisa rencorosa mientras asentía.

“Si queremos saber cómo hacer hierro con tanta pureza, tenemos que volver al principio, seguir los pasos de Thomas y averiguar dónde cometió el error. No hay forma de que un alquimista ordinario pueda hacer esto. Supongo que, después de todo, no somos simples peones de sacrificio.” Ciertamente, se trataba de una mentalidad encantadora y vanidosa.

Esta fue una emoción que no se podía sentir fuera del campo de batalla, para recordarse a uno mismo que sus habilidades están siendo probadas mientras su vida está al borde del abismo.

Y como alquimistas, había motivos para estar emocionados.

“Tengo muchas ganas de ver si podemos descubrir la verdadera identidad de esta magia, sin importar cómo sea el proceso.”

“Ohoho.”

Wayland se rió, se levantó e inclinó su cuerpo sobre la mesa como si estuviera susurrando. “Sin embargo…”

Y entonces, dijo:

“Puede que no sea una exageración cuando ese idiota de Post dijo que nos permite usar nuestras habilidades de veneno y asesinato para protegernos.”

El tono que usó Wayland fue similar a hablar sobre el clima del día siguiente cuando dijo esto. Kusla miró a su alrededor por un momento y se encogió de hombros.

“No importa la razón, este fue un alquimista lo suficientemente sobresaliente como para ser asesinado.”

“Sí. Un mercenario demasiado fuerte puede ser asesinado no solo por sus enemigos, sino también por su empleador. Será problemático si se rebela. Si la Iglesia consigue esta técnica… y supongo que esta es la razón. Si se puede controlar la producción de hierro, la Iglesia se involucrará en la guerra para purgar a los paganos.”

“Ciertamente hay muchos enemigos. Tengo que recordar esto.”

Kusla fingió bromear mientras levantaba los dedos y comenzaba a contar.

“Algo huele mal en esta elección de personal. Supongo que no estará a la altura de nuestras expectativas.”

Wayland soltó un leve bufido y se acarició levemente la barba mientras levantaba una ceja, diciendo:

“Toma nota de tu entorno y mantente atento a más detalles que nadie. Si sigues en el taller, no te darás cuenta de que la ciudad está ocupada por el enemigo.”

“La historia de Auripedes, ¿eh?”

Auripedes era un hombre de un reino antiguo, aclamado como inventor, pero fue más un antepasado de la alquimia.

Se decía que estaba demasiado obsesionado con sus experimentos, e incluso cuando se bañaba, siempre que tuviera una inspiración, iba desnudo y corría por las calles, haciendo un sonido extraño. Incluso su muerte se debió a que un soldado al azar lo cortó cuando estaba resolviendo preguntas geométricas en el suelo. En ese momento, el enemigo había ocupado la ciudad, y cuando el soldado enemigo le preguntó por su nombre, se enfureció porque interrumpió sus pensamientos y, de hecho, respondió con furia. Como resultado, no pudo protegerse a tiempo.

La tragedia de un hombre que vivió hace más de mil años se prolongó hasta ahora, porque probablemente todavía había una lección de la que valía la pena aprender.

En esta era, un tonto como él nunca sería un buen alquimista. “También esta esa señorita, obviamente, parece muy poco natural.”

Kusla cambió el tema a Fenesis, y la comprensión de Wayland probablemente fue la misma.

“Siento que tu preocupación no es injustificada, Kusla. Actuar solo no será la razón por la que alguien esté tan tenso.”

Pero en lo que respecta a las palabras de Wayland, Kusla solo pudo mirar con una actitud cansada.

“… ¿Cuántas veces has hecho eso ya para lograr tal comprensión?”

“¿Hm? Este método es muy efectivo en aquellas personas sin pareja, ¿sabes~? Es solo que seguirán recordándome por un tiempo, ya sea por ira o por miedo. Y una vez que sus mentes piensan en mí, son mías. Después de eso, solo necesito mostrarle mi sinceridad, mi conquista está completa y no se sentirán tan tensas.”

Desde una perspectiva humana, una persona que frívolamente llamaría a esto sinceridad era una escoria del más alto nivel, pero como hombre, podría ser alguien digno de respeto.

“Pero teniendo en cuenta que nos consideran peones prescindibles, seguro que no pensamos demasiado.”

“Correcto. Este es un taller habitado por dos hombres adultos, ya sabes~. Ya es un error dejar aquí a una monja, y no podemos negar que algo puede pasar por mucho que tratemos de evitarlo. Aunque parece que no estás dispuesto a hacer esto, Kusla.”

“Realmente eres una bestia.”

“Tú sabes que no~, este es el acto de consolar que tanto amas.”

El propio Kusla sintió que esos pensamientos y acciones eran bastante viles. Sin embargo, cualquier santo que fuera sería considerado débil, así que prefirió no insistir en el asunto.

“Pero en la práctica, esa renacuaja se encarga de velar por ti, Kusla. Entonces te la dejo a ti.”

Kusla le devolvió la mirada, pero Wayland tenía una mirada indiferente, fingiendo no estar atento.

“Todo porque alguien me empujó la oferta de trabajo. Te mostraré mis resultados.”

“Eso espero. Hay muchas cosas que hacer a partir de mañana. Te interpondrás en mi camino si holgazaneas así.”

Wayland se puso de pie, con los brazos cruzados mientras miraba a su alrededor. “Este es un taller de alquimista, mi país.”

“¿Entonces qué hay de mí?”

Preguntó Kusla, y en respuesta, Wayland simplemente se rió entre dientes y se encogió de hombros.

Al día siguiente, justo cuando Kusla estaba a punto de salir, sintió que alguien caminaba en círculos en la parte delantera del taller.

A través de la experiencia, se podía saber si era alguien que acababa de pasar o alguien que intentaba mirar dentro del taller.

Obviamente, fue lo último, pero las habilidades de esta persona eran muy deficientes.

Kusla quiso ignorar a la persona, ya que funciona como una sala para ahuyentarla. Sin embargo, vio claramente quién era la persona cuando ésta intentó asomarse por el hueco de la persiana.

En ese momento, a Kusla le fue imposible intentar actuar con calma; más imposible le fue hacerlo cuando la persona llamó a la puerta y entró.

En la puerta apareció Fenesis, que estaba completamente agotada.

Probablemente estaba un poco perdida, preguntándose si era Kusla o Wayland quien estaba adentro.