Toaru Majutsu no Index – New Testament (NL)

Volumen 16

Interludio 1: Entre Líneas 1

Hamazura Shiage había estado saliendo temprano por la mañana últimamente. Ni siquiera él podía creer que era para salir a correr. Pero este no era un admirable intento para recuperar tanta salud como podía después de deteriorarla con alcohol y cigarrillos. Y ciertamente no tenía nada que ver con que Takitsubo Rikou, su novia con un chándal rosa, le dijo directamente que estaba empezando a engordar.

Se había lavado las manos de Skill Out, pero aún no tenía la menor idea de qué hacer con el tiempo que había obtenido. Esto puede haber sido algo para llenar ese hueco en su interior. Y sabía muy bien que alguien ejemplar diría que debería ir a la escuela si realmente había tenido un cambio de opinión.

Para bien o para mal, había entrenado los músculos de sus piernas y resistencia…o eso sentía.

De los veintitrés distritos, el Distrito 7 tenía la mayor área. Si podía apegarse a su propio paso, podía correr una vuelta completa a ese distrito sin tomar un descanso.

…O debería haber podido hacerlo.

• Maldición… ¿qué pasa con este calor?

Ni siquiera llegó a los quinientos metros. Sus pies se detuvieron y se sintió mareado. ¿Esto era una insolación o la falta de sueño? Había sido despertado en medio de la noche por una rara explosión en la zona. Pero cuando se apoyó contra la pared de un edificio cercano, todo su cuerpo fue atacado por el calor y dolor de una sartén, así que retrocedió rápidamente.

Bajó la vista a su teléfono, pero la pantalla estaba extraña y no respondía.

Había salido antes de las siete y era principios de diciembre. Debería haber sido capaz de ver su aliento y debería haber agujas de hielo en las jardineras de las aceras, pero no había señales de eso. De hecho, estaba muy seguro que este calor haría que un manglar de Okinawa se marchitara.

• Hola, Hamazura-kun.
• Qué

Saludó al anciano que había llegado a reconocer durante este nuevo ritual matutino. El hombre debería haber estado paseando a su perro, pero el calor le había puesto un alto. El perro estaba sentado en el banco de una parada de autobuses. Quizás hacía demasiado calor para que el perro se sentara o se echara en el asfalto.

• ¿Qué pasa con este clima? ¿Has escuchado algo, Hamazura-kun? Los niños estos días investigan todo en el internet, ¿no?
• Supongo…

Hamazura sentía que la idea que podías aprender o hacer cualquier cosa en el internet era un engaño promovido por la gente que ajustaba qué información estaba disponible en qué momento, pero no tenía sentido explicar eso.

• No he oído ¿Dijeron algo en el periódico?
• ¿Por qué los jóvenes piensan que todos sobre cierta edad leen hasta el último artículo del periódico?

Hamazura casi gritó que el anciano acababa de hacer el mismo tipo de suposición.

• Como sea, tal vez debería acabar pronto el paseo de
• Esta chica puede ser un perro, pero está muy gorda. Por supuesto, eso es porque le doy muchos dulces. Cargarla de regreso no va a ser fácil. Pero no puedo hacerla caminar por el asfalto así. ¿Qué hago?
• ¿Por qué no usa los túneles subterráneos?
• ¿Túneles subterráneos?

Hamazura respondió la voz confusa señalando con el pulgar hacia unas escaleras cercanas que bajaban.

• Conectan las estaciones subterráneas con las tiendas departamentales, así que pueden llevarte muy lejos. Por supuesto, tienes que planear tu curso y navegar algo así como un laberinto si quieres llegar a la salida exacta que
• No sabía eso.

El anciano volvió su cabeza mientras se sentaba en el banco de la parada de autobuses, pero entonces su mirada se detuvo. Se congeló cuando sus ojos llegaron a cierto punto.

— ¿?

Curioso, Hamazura también miró atrás.

Un grupo de trabajadores en trajes de negocios subió corriendo las escaleras. Había muchos. La hora punta de la mañana no debería haber empezado todavía, así que este grupo era extrañamente grande.

(¿Tendré que abrirme pasó entre multitudes de ese modo cuando crezca?) Así era todavía como Hamazura vio la escena.

Pero esa opinión cambiaría tres segundos después.

Comenzó con los pañuelos. Debido al calor, muchos de los trabajadores sujetaban pañuelos. Estaban presionándolos en sus caras y los dorsos de sus manos.

Al principio, pensó que estaban secándose el sudor.

¿Pero entonces qué era ese color rojo filtrándose por la tela?

• ¡Gyah! ¡¡Wah, wah!!
• ¡¡Gau, gau!! ¡¡Bla, bla, bla!!
• ¡¡Ohhhhhhh!! ¡¡Ohhhhhhhhhhhh!!

Probablemente eso no era realmente lo que estaban gritando, pero eso era todo lo que podía oír con tantas voces gritando entremezcladas.

• Esto no es bueno, Hamazura-kun.

Hamazura de repente vio que el anciano se había levantado del banco. Estaba sujetando al perro en sus brazos a pesar de su queja anterior sobre su peso.

• ¿A-alguien los está atacando? Las cosas son muy peligrosas estos días.

¿Cuándo eran “estos días”? El anciano usó la misma línea que la gente había estado usando por medio siglo a este punto.

Y su suposición estaba equivocada.

Los oídos de Hamazura…no, su cerebro gradualmente logró procesar los gritos y chillidos. Se convirtieron en palabras comprensibles.

• ¡Gyah! ¿¡Qué!? ¡Wah! ¿¡Un insecto…!?

• ¡¡Gaaah!! ¡Retro…cedan! ¡¡Gyaaaaaah!!

¿Realmente había habido un problema con el sonido o su mente simplemente se había negado a aceptar la respuesta?

• ¿¡Qué…es ese…enorme insecto!?
• ¡Viene…hacia aquí! ¡¡Está persiguiéndonos!!

Tenía la sensación que eso era lo que realmente decían. Pero ahora que tenía la respuesta, tenía que aceptarla.

• ¡M-monstruo! ¡Maldición, escapen! ¡Todos huyan! ¡¡Serán asesinados!!

La multitud se separó a izquierda y derecha mientras trataba de subir las escaleras desde el subterráneo. No, fueron lanzados a izquierda y derecha. Algo transparente y casi invisible usó su gran masa para abrirse paso. Una parte del paisaje parpadeó de inmediato como un espejismo. Algo así como una mantis gigante pareció surgir de la nada.

Tenía más de tres metros de altura y estaba hecha de una sustancia translúcida cristalina.

El triángulo invertido de su cabeza se volvió rápidamente y se centró en un solo punto con los ojos sin emociones de un insecto.

Se centró en Hamazura y el anciano que estaban cerca.

• ¿¡Q-qué demonios es eso!?

Cuando Hamazura empezó a retroceder, chocó con algo. Era otro.

• ¿¡Waaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhh hhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!?

En cuanto gritó y se lanzó al suelo con todas sus fuerzas, una ráfaga de viento sopló. Sus bolas se arrugaron cuando se dio cuenta tardíamente que fue el movimiento de una hoz más grande que una espada japonesa. Mierda. Esto es incluso peor que toparse con un cocodrilo o un oso, pensó, sin idea de si ese conocimiento de la naturaleza era exacto o no. Este no era momento de preocuparse por el calor de sartén del asfalto. Siguió rodando para alejarse lo más posible.

Y entonces…

• ¡¡H-Hamazura-kuuuun!!

La patética voz del anciano lo alcanzó. Preocupado, miró desde el suelo y vio al anciano siendo jalado por una feroz fuerza…Pero en lugar de la misteriosa mantis de cristal, era la correa del perro lo que lo jalaba.

• Tengo la sensación que ese viejo va a sobrevivir otros cien años. Con ese comentario, Hamazura se levantó saltando del
• ¡¡Mierda!!

Corrió tan rápido como le permitieron sus pies en un intento de alejarse lo más posible de las mantis de cristal y la marea de trabajadores.

• ¡¡Oh, maldición!!

Escuchó extraños pasos pesados detrás de él, pero no tuvo tiempo de mirar atrás.

¿¡Por qué!? ¿¿¿¡¡¡Por qué siempre tienen que venir p