Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 4

Capitulo 15: Los Amigos de Clantail

Esta historia se sitúa inmediatamente después de que el juego en

Proyecto Crianza de Chicas Mágicas: Restart terminase.

***

Salió del baño y se frotó el cabello con la toalla mientras miraba su teléfono mágico y descubría que había recibido un mensaje del Reino Mágico. Decía que querían que midiera su altura y su peso antes y después de transformarse en una chica mágica y que respondiera con esa información. Decían que estaban elaborando estadísticas sobre las diferencias físicas antes y después de la transformación.

Últimamente había recibido muchos mensajes de este tipo. Alguien le había dicho que, como había muchas chicas mágicas causando problemas, el Reino Mágico fingía controlarlas enviándoles mensajes sin sentido. Tuvo la sensación de que fue Pfle quien se lo dijo, pero tal vez fue Shadow Gale. Era muy mala para recordar quién había dicho qué.

En cualquier caso, Nene Ono se preguntaba qué debía hacer una chica mágica si su altura y su peso variaban efectivamente.

Mientras se secaba el cabello, volvió a leer el mensaje.

“Neneee, asegúrate de no atrapar un resfriado después de tu baño.” “Lo séééééé.”

Alguien llamó desde el exterior del cuarto de baño, y Nene respondió mientras volvía a leer el mensaje. Si este mensaje era sólo para mostrar, entonces probablemente no les importaba obtener algo tan preciso. Así que debería estar bien enviarles sólo las medidas de su transformación más estándar, la del poni. Pero cuando consideró los efectos negativos que una respuesta descuidada podría tener en las estadísticas, le pareció menos bien.

Entonces, ¿debería registrar los dos extremos de sus tallas y componer una respuesta que hiciera referencia a las posibilidades, como “Altura entre 1~11 metros”? Pero si estaban elaborando estadísticas, eso también podría cambiar los números. Así que tal vez debería medir el tamaño de todos y cada uno de los animales en los que podía transformarse, calcular la media y enviarles esa información. Realmente no sabía qué hacer.

“Neneeee. Si has terminado con el secador de pelo, vuelve a ponerlo al lado de la lavadora.”

“Eso harééééé.”

Tal vez la mejor respuesta fuera una contestación preguntando qué debía hacer. ¿Pero eso no les irritaría? Si esos mensajes no eran auténticos, ¿qué pasaría si se enfadaran con ella por pensarlo demasiado?

Este tipo de problemas acosaban constantemente a Nene. La gente le decía que “leyera entre líneas”, pero ¿cómo iba a leer algo que no podía ver?

Mucha gente pensaba que le gustaban los animales, pero en realidad no estaba tan obsesionada con ellos. Simplemente los veía como algo normal. Al fin y al cabo, todos le parecían normales, tanto los que la gente solía odiar, como las arañas, los ciempiés, las cucarachas y las lombrices, como los más bonitos, como los perros y los gatos. Parecía que, según la opinión de los demás, el simple hecho de acercarse a todos por igual hacía que pareciera que los quería.

Se sentó en su silla y miró alrededor de su habitación todos los peluches, arañas, serpientes y otras cosas que desbordaban su tocador y estanterías. Ella no había comprado todo esto. A sus padres se les había metido en la cabeza que a ella le gustaban esas criaturas, así que cada vez que encontraban un peluche, se lo compraban, y así es como su habitación había acabado en este estado. No porque ella tuviera un amor especial por ellos.

“Neneee. ¿Qué prefieres cenar: tallo de taro con sopa kasujiru, o verduras nozawana con sopa kasujiru?”

“Nozawanaaa.”

Pero tal vez sí amaba a los animales, relativamente hablando, en comparación con lo que sentía por los humanos. Está claro que no era buena con la gente.

En primer lugar, tenía mala memoria para las caras. Todas las personas de la misma edad eran iguales. Y cuando la gente descubría que no los recordaba, se ofendía. Además, a menudo metía la pata y molestaba a la gente. Por eso, pensaba que lo mejor era no decir nada, pero no era así. Los demás la llamaban insociable y se enfadaban por eso. Nene tenía buenas intenciones y actuaba con buena voluntad, pero no se lo tomaban así.

Estar rodeada de gente era difícil. Había vivido con sus padres durante catorce años y no conseguía entenderse del todo con ellos. E incluso su madre y su padre, que llevaban juntos desde antes de que ella naciera, no se entendían perfectamente. A menudo discutían sobre si un cómico era aburrido o divertido, o si una actriz era guapa o no… Afortunadamente, esto no parecía significar que su relación fuera mala.

Estar con animales era más cómodo. Nene entendía la idiosincrasia de todos y cada uno de los gatos callejeros del barrio, incluso dónde les gustaba que los acariciaran. Incluso podía ver la individualidad de las arañas de su patio por su color, brillo, tamaño y la forma de sus telas. No podía hacer esto con los humanos.

Hacía poco que Nené había hecho sus primeros amigos humanos. En el juego, se había comportado igual que siempre, pero debía parecer taciturna y tranquila, ya que le habían impuesto el papel de líder. Comandar un grupo había sido muy difícil, doloroso y aterrador, y ninguno de sus recuerdos era bueno, pero también había sido divertido, y recordar los buenos momentos la entristecía.

En aquel entonces, había convertido su tristeza en ira. Tuvo que hacerlo, o seguramente habría perdido. Ahora ya no podía hacerlo.

“Neneee. ¡La cena estará lista en cinco minutos!”

“De acuerdo.”

Nene se preguntó si no podría hacer más amigos humanos. Actualmente, sus candidatas a nuevas amigas eran Pfle y Shadow Gale, pero no podía evitar la sensación de que, cuando se reunió con ellas el otro día, había hecho enfadar a Shadow Gale.

Aquel día, Nene se dio cuenta de que Shadow Gale tenía unas líneas negras dibujadas alrededor de los ojos con un rotulador mágico, como los cristales de las gafas. Nené la había mirado fijamente, preguntándose qué diablos era eso, lo que probablemente había herido a Shadow Gale. No pudo evitar sentir que su nueva amiga había estado de mal humor todo el día.

Al final, aunque evitara decir nada, sus pensamientos se reflejarían en su rostro. Aunque no estaba precisamente en condiciones de quejarse del sentido de la moda de alguien.

Si fuera el tipo de persona que sabe hablar con los demás, bueno, alguien que tuviese más tacto…, pensó, pero también se imaginó que era el tipo de persona que era. No le gustaba ser tan preocupada, pero sin esta ansiedad, no sería ella misma, estaba segura.

Si Pechka estuviera allí, ¿qué diría? Cocinaría para ella, sin duda. Pechka sabía que eso era lo más reconfortante. Nonako se habría reído, mientras que Rionetta quizás habría dicho algo sarcástico: “Vaya, qué desagradable.”

El teléfono mágico que tenía en la mano sonó. Llamaba Shadow Gale. Nene acababa de sentirse mal por ella, así que se sobresaltó un poco pero de todas formas contestó. ¿Iban a tener una reunión sobre sus visitas a las tumbas?

“¿Puedo ir ahora mismo?” Shadow Gale preguntó sin siquiera saludar. Sonaba intensa. Ella se puso a hablar. “No puedo seguir viviendo cerca de alguien como ella. No quiero ver su cara ahora mismo. ¿Puedes creer esto? Acaba de decir que lo hizo porque conseguía reacciones interesantes de la gente. ¡Y esa broma duró más de una semana, sabes! ¡Garabateo en mi cara! ¡No es una niña pequeña! E ideó todos esos planes para asegurarse de que no me enterara ni una sola vez, robándome cualquier oportunidad que tuviera de mirarme en el espejo o borrando los garabatos justo antes de mirarme… Y luego, cuando por fin me di cuenta y me enfadé con ella, me dijo: ‘Eres tan inmadura, Mamori.’ ¡Maldita sea! ¡Sólo recordarlo me enfada! Me niego a seguir viviendo con ese demonio. He tomado la decisión de vivir mi vida como un ser humano. ¡Esa imbécil! Siento mucho causarte problemas, pero ¿podría pedirte este favor, aunque sea por unos días? Me tomaré el tiempo para pensar qué hacer después, de alguna manera. Sinceramente, lo siento mucho. Eres la única persona que conozco que no creo que me denuncie a esa desalmada. Eres la única persona con la que puedo contar.”

“Estaré esperando.”

“¡Gracias! ¡Estoy en deuda contigo! ¡Voy ahora mismo!” Nene colgó el teléfono.

Pfle y Shadow Gale eran realmente cercanas.

“Neneee. La cenaaaaa.”

“¡Ya voy!” Imaginando que tendría que decirle a sus padres que venía una amiga, Nene se levantó de la silla. Su madre debió pensar que no tenía ninguna. Imaginó su sorpresa cuando viese que su hija tenía una amiga de la escuela que venía en camino. No estaba mal.

-FIN DEL VOLUMEN 4-