Totsuzen Papa ni Natta (NL)

Volumen 3

Capítulo 9: La Tonta Reina Oscura Vuelve a Casa

“Bienvenidos a la ciudadela del Emperador Oscuro.”

En el corazón del Reino Oscuro, un solo hombre sombrío les esperaba en la ciudadela, un castillo aún más grande que el de Maredia. Era un hombre delgado con una mirada aguda. Era el Emperador Oscuro Thanatos, el gobernante del Reino Oscuro y padre de la Reina Oscura Maredia.

“… Padre.”

“Oye, Maredia. Se supone que debes avisarme primero cuando planees volver.” “… Haugh.” Maredia apartó la mirada ante las palabras del emperador.

“Vaya, ¿no sientes que esta fase de rebeldía ya ha durado demasiado? Si quieres venir a casa y refrescarte, eres más que bienvenida.”

Maredia chasqueó la lengua ante sus lentas y contundentes palabras. “¿Qué clase de bienvenida es ésta? De todos modos, crees que soy un fracaso.”

“Por supuesto, Maredia.” Dijo una nueva voz. “… Chel.”

“Jee jee, mucho tiempo sin vernos, Maredia, Clowria.” Dijo otro. “¿Siguen jugando a ser perdedoras lastimeras?”

“… Jinia.”

“Umm, Srta. Reina Oscura, ¿estas personas son…?” “Sí, son mis hermanos.”

“¡Ja! Estar emparentada con alguien tan ignorante, impotente y falta de habilidad como tú me pone la piel de gallina.” Escupió Chel. “Tú piensas lo mismo, ¿no es así, padre?”

Thanatos respondió lentamente a la pregunta de su hijo. “… Supongo. Nunca esperé que la profecía se equivocara.” Aunque se había profetizado que Maredia sería la chica que uniría el Reino Oscuro y Humano, su invasión había terminado en un fracaso. “La chica nacida en el año 666 de mi reinado… Coincidía perfectamente con las palabras de la profecía, así que esperaba mucho. Pero si fracasó, entonces eso es todo.”

Mientras Maredia permanecía en silencio, una voz indiferente comenzó a hablar desde su lado. Era el dragón.

“¿Así que usted es el Sr. Thanatos?”

“… ¿Y quién eres tú? Tienes una energía mágica desconocida en ti, y… Espera, estás actuando muy casualmente para alguien que habla con el Emperador Oscuro.”

Mientras el emperador fruncía el ceño, una segunda voz alegre le llamó. “¡Hola! Mi nombre es Olivia Eldraco.”

“¿Una niña humana…?”

“Tee jee, ¡encantada de conocerte!”

“Yo también estoy encantado de conocerte.” Thanatos asintió en respuesta a la cortés reverencia de Olivia. “… Nadie vio eso.” Aclarándose la garganta, Thanatos se acomodó en el trono.

Realmente parece el padre de la Reina Oscura, ¿no? Pensó el dragón.

El emperador se volvió para mirar a Maredia. “Maredia, ¿qué significa esto?” El ceño fruncido hizo que su expresión pareciera bastante intensa. “Tras tu derrota, corté todos los lazos entre los Reinos Oscuro y Humano. Mientras tú has estado encerrada en tu castillo, yo he estado haciendo todo lo que estaba en mi mano para restaurar el Reino Oscuro, privado de maná.”

“…”

“Para que aparezcas aquí ahora —y nada menos que con una niña humana— no tengo ni idea de lo que estás pensando.” Un aura ardiente emanaba de la mano derecha del emperador. El anillo que llevaba allí contenía una tremenda energía mágica.

“Papi, ¿ese anillo es…?” Olivia susurró.

“Sí, parece una Reliquia.” El anillo tenía una hermosa joya que contenía un intenso poder. El dragón había sentido el mismo aura que las otras Reliquias que había visto. La Gema-Escalada de la Eternidad, la Corona del Crepúsculo, la Hoja de Agua Azul y la Lanza Bendita del Fuego tenían poderes similares.

Maredia seguía conteniendo la lengua. “Maredia. ¿No puedes hablar?”

En su lugar, Clowria tomó la palabra. “Discúlpeme—Señor Emperador, tiene mis más profundas disculpas.”

“¿Hm? Tú eres… la mano derecha de Maredia, ¿no? Me parece recordar que eres una caballero de cierta habilidad.”

“Mi nombre es Clowria, sirviente de mi señora, la Reina Oscura Maredia. Sr. Thanatos,

¡hemos venido en esta ocasión para hacerle una petición!” “¿Qué? ¿Una petición?”

“Hemos regresado al Reino Oscuro para guiar a estos dos, Olivia y su padre, hasta ti.” “¿Oh? ¿Y qué asunto tiene una niña humana conmigo?”

“Desean tomar prestado su anillo.”

“… ¿Qué?” Thanatos se puso rígido ante las palabras de Clowria.

“En el Reino Humano, ese anillo es conocido como una de las Siete Reliquias Supremas.” Clowria resumió la situación. “Como tal, Olivia quisiera pedirle prestado su anillo temporalmente, mi señor.”

Thanatos escuchó en silencio hasta que ella terminó de explicar la situación. “Hmm… El Escudo Tierra Vasta, ¿verdad? Es cierto, esta gema se encontró originalmente en un escudo. Supongo que a alguien del Reino Humano se le debió caer.”

“Sí, señor. Una vez fue una posesión de los humanos. Nos gustaría pedirle humildemente que esté dispuesto a prestárnosla por un breve tiempo.”

En respuesta a las palabras de Clowria…

“Obviamente, eso no es algo que pueda hacer.” Thanatos se negó rotundamente. “El poder mágico de este anillo ha sostenido al Reino Oscuro, falto de maná, durante mil años. Gracias a él, aunque la invasión de Maredia terminó en fracaso, el Reino Oscuro ha seguido sosteniéndose.” Thanatos levantó el anillo de su dedo. “El único que puede llevar este anillo es el gobernante del Reino Oscuro.”

“De ninguna manera…”

“Lo que significa…” Thanatos se levantó del trono, dando un paso adelante. “Maredia. Si fueras capaz de superar la Prueba del Emperador Oscuro, no tendría más remedio que entregarte este anillo.”

“… ¿Eh?” Maredia, que había permanecido en silencio desde la llegada de su padre, finalmente levantó la cabeza.

“¿El Juicio del Emperador?”

“¿Qué es eso?” Preguntaron Olivia y el dragón al unísono. “Ja, ja… ¡Ah, ja, ja, ja!”

“¡Hoo! ¡Hah! ¡Padre! ¡Estás siendo bastante ridículo!” “Jee jee, de todas las cosas, ¿pedirle que haga eso?”

Maredia se mordió el labio ante las burlas de sus hermanos.

“Es imposible que una fracasada como ella apruebe la Prueba cuando nosotros tres no pudimos.” Declaró Chel.

“Haugh…”

“Uhh, ¿Srta. Reina Oscura? ¿Clowria? ¿Qué es este ‘juicio’?” Preguntó el dragón, pero antes de que nadie pudiera responder…

“¡E-E-E-Eso es… totalmente imposible!” Gritó Maredia.

***

La Prueba del Emperador Oscuro era un ritual para demostrar que un Rey o Reina Oscura era digno de gobernar el Reino Oscuro. Había que entrar en una cueva y soportar una serie de duros obstáculos. Desde que Thanatos ascendió al trono, nadie había sido capaz de superarlo. Siendo hija del actual gobernante del Reino Oscuro, Maredia estaba, por supuesto, cualificada para realizar la Prueba, pero…

“¡No! ¡De ninguna manera, no hay posibilidad, es totalmente imposible!”

“S-Srta. Reina Oscura…”

“¡Nos vamos a casa! No debería haber vuelto aquí.” Aunque estaba perfectamente capacitada, no podía soportar la idea de aumentar sus fracasos. A Maredia no le importaban las Siete Reliquias Supremas. Por supuesto, quería evitar una guerra en el Reino Humano si era posible, y si reunir las Reliquias lo lograría, no le importaba ayudar. Sin embargo, someterse al Juicio del Emperador Oscuro estaba totalmente descartado.

“Maredia.” Habló el Emperador Oscuro Thanatos frente a su hija. “Has traicionado las expectativas de todos los que te rodean. Si no tienes la determinación de compensar eso, entonces no tienes derecho a pedirme nada.”

“Haugh…”

“Y, además, ¿qué haces, dejando que tu criada hable en tu lugar? No recuerdo haberte criado así.”

Tenía toda la razón. Ese es el tipo de padre que siempre había sido. Como emperador, había tratado a Maredia más como una subordinada que como su hija. Ella podía entender su razonamiento porque, como gobernante del Reino Oscuro, debía tratar a todos por igual. Pero para Maredia era difícil de soportar…

“Si has decepcionado a todo el mundo, tendrás que lograr algo aún más grande para compensarlo.”

… porque era natural abandonar a un subordinado que había fracasado. “¡¿Tenías que decirlo así?!” Se quejó el dragón anciano.

Pero antes de que el Emperador Oscuro pudiera responder, la voz de Clowria se interpuso. “¡Sr. Thanatos!”

“… ¿Qué es, antigua Caballero-Capitán?” “Por favor, retira lo que acabas de decir.” “¿Hm?”

“¡La Reina Oscura no es una decepción en lo más mínimo!” Clowria se puso de pie como para cubrir a Maredia. “Mi Reina ha soportado esas heridas durante mil años… no, durante más tiempo aún. No permitiré que nadie hable de ella de esa manera.”

“¿Oh?”

“Debo pedirle que se abstenga de hacer tales demandas irrazonables de ella. ¡Incluso si eres el emperador!”

Los ojos de Maredia se abrieron de par en par. Esta era la Clowria que siempre la mimaba, que siempre soportaba cualquier egoísmo o pereza por su parte. Parecía que Clowria era realmente su única aliada.

“… No podrían importarme menos las Reliquias.”

No había ningún deseo que Maredia quisiera que se le concediera. No le importaban las guerras entre humanos. No deseaba vivir con un montón de gente que la odiaba sólo por ser darkin. Y vivir en el Reino Oscuro, donde sería ridiculizada por sus hermanos, era igual de malo. Si pudiera vivir con Clowria, sólo ellas dos, por el resto de su vida, sería feliz con eso.

Ni hablar, pensó Maredia. No puedo hacer nada y no quiero hacer nada. Eso es lo que se supone que soy, ¿no? Había disfrutado de su tiempo de convivencia con el dragón anciano y con Olivia, pero había empezado a actuar fuera de su carácter.

“Lo siento, pero no te hagas ilusiones.” Murmuró la Reina Oscura Maredia, que una vez fue derrotada por los humanos.

“Srta. Reina Oscura…”

“Entonces está decidido. Hemos terminado de hablar.” Escupió Thanatos.

Mirándola fríamente estaban (tres de) los Cuatro Grandes Reyes del Reino Oscuro.

“Oye, Maredia. No te daré el anillo. Y no hay lugar para ti aquí en el Reino Oscuro. ¿Por qué no vuelves a relajarte en el Reino Humano por un tiempo?”

“Maredia…” Olivia llamó a su amiga. Ver su expresión de decepción no ayudó. De todos modos, Maredia era una Reina Oscura inútil y buena para nada.

***

Inmediatamente después de que el grupo de Maredia abandonara la ciudadela, en la sala del trono…

“De acuerdo, voy a seguir adelante y empezar con el curry. Asegúrate de estar en casa a tiempo para la cena.”

“¡Sí, señor!”

Thanatos abandonó la sala del trono y el ambiente en la sala se relajó inmediatamente. “Padre está siendo bastante duro con ella, ¿no? ¡Hoo! Hah!”

“Massura, ¿puedes dejar de gruñir?”

“¡No hay necesidad de ser tan amarga, Jinia!”

“¡Si no te callas, no te ayudaré más con tus máquinas de entrenamiento!” “¡Eso es inaceptable!”

Massura seguía trabajando constantemente en el entrenamiento de su cuerpo mientras Jinia jugueteaba inquieta con la tableta que tenía en la mano. Eran totalmente opuestos, pero se llevaban perfectamente.

El hermano mayor, Chel, se subió las gafas a la cara con un suspiro. “Cielos, intentar que Maredia haga la Prueba… Incluso ir allí sería una pérdida de tiempo para ella. Si no hubiera sido por esa absurda profecía, habría liderado la invasión al Reino Humano, y las cosas habrían terminado de manera totalmente diferente.”

“En efecto. ¡Nunca habríamos dejado que Martell y nuestros hermanos se quedaran varados en el Reino Humano de esa manera!”

“Exactamente. Más bien, usándolos como punto de apoyo, podríamos convertirlos en nuestra ventaja para iniciar una nueva invasión.”

“Jee jee, y aquí vamos de nuevo. Chel habla de lo fuerte que habría sido.” Chel fulminó con la mirada a la encogida Jinia, y la mujer continuó. “Si empezáramos otra invasión, tendríamos que salir a hacer todo tipo de cosas, ¿no? Sinceramente, me alegró tanto que Maredia se rindiera y dejara ganar a los humanos.”

“¡Hoo! ¡Hah! ¡Ciertamente! ¡La invasión redujo bastante mi tiempo de entrenamiento!”

“¡Je jee, exactamente! Perder un tiempo precioso para trabajar en mis inventos era lo peor.”

“Hah. Ustedes dos no tienen ninguna ambición.”

“Usas tus días libres para quedarte en casa y jugar a tus juegos de estrategia, ¿verdad? No te esfuerces tanto.”

“Grr…”

“De cualquier manera, gracias al Anillo que obtuvimos del Reino Humano, nuestro problema de maná fue resuelto, y tenemos mucha energía ahorrada. Siento que la invasión fue bastante exitosa.”

Ante las palabras de Jinia, (tres de) los Cuatro Grandes Reyes asintieron en silencio. Los de la línea de sangre del Emperador Oscuro eran, fundamentalmente, encerrados.