Hazure Skill ‘Mapping’ Wo Te Ni Shita Ore Wa  (NL)

Volumen 5

Capitulo 10: Una Última Oportunidad

“E-Espera… ¿Erin ganó?”

Al final del tercer asalto, Eskar Burnout se rindió. Todos los espectadores del público vieron cómo se desarrollaba este increíble acontecimiento, con la boca abierta.

“¿Qué hacemos ahora?” Me quedé boquiabierto.

De todos los escenarios posibles que habíamos imaginado, la renuncia de Eskar no estaba entre ellos. Ahora no había manera de que Erin no fuera elegida para unirse a los Siete Sabios.

“¡Oye, Ewell! ¡Dijiste que Erin nunca ganaría!” Bramó Roslia. “¡¿Cómo vas a asumir la responsabilidad de esto?!”

“¡¿Asumir la responsabilidad?!” Balbuceó Ewell, turbado por su irracional exigencia.

En realidad esto no fue su culpa… “En serio, ¿qué vamos a hacer?”

Pero la situación no podía ser peor. Si Erin se convertía en uno de los Siete Sabios, no habría más Arrivers.

“¡Ewell! ¿Cuándo será Erin nombrada oficialmente como la nueva sabia?” Pregunté con desesperación.

“La ceremonia debe seguir inmediatamente. Los jefes de distrito deben estar discutiendo entre bastidores mientras hablamos, así que no tardarán en anunciar su decisión.”

“Entonces no tenemos tiempo que perder.”

Esperaba poder hablar con Erin de antemano y convencerla de que no aceptara el puesto, pero las cosas iban demasiado rápido. Ya no tenía tiempo para ir por los canales oficiales para llegar a ella.

“Hey, Roslia. Cuando dé la señal, ¿puedes activar Baliza?” “¿Qué demonios estás haciendo, Note?”

“Voy a ver a Erin.”

Ahora que las cosas se habían reducido a esto, mi única opción era forzar mi camino hacia adelante. Necesitaba hablar con Erin sin importar lo que costara. Realmente, debería haber hecho esto desde el principio.

“¿Qué están pensando ustedes dos?” Preguntó Ewell nervioso. “Hay seguridad en todas partes.”

Entonces me puso una mano en el hombro como para retenerme, pero lentamente negué con la cabeza.

“No te preocupes. Puedo dejar atrás a los guardias.” “Esa no es la cuestión…”

“Cuento contigo, Roslia.”

“Siento que esto va a terminar con un arresto, pero como sea. Te cubro la espalda.” “Gracias.”

Me sacudí a Ewell, me levanté de mi asiento y bajé las escaleras. Llegué a la planta baja con Sigilo, y luego dirigí un destello de Sed de Sangre a Roslia. En respuesta, ella activó su arte Baliza. Toda la arena miró hacia ella, y mientras estaban distraídos…

“¡Pseudo Carrera Umbría!”

Me escabullí de la seguridad y salté de las gradas, aterrizando delante de Erin cuando se giraba para salir del campo. Sus ojos se abrieron de par en par cuando me vio. No perdí ni un segundo.

“Hola, Erin. Ha pasado un tiempo.”

Tal vez debería haber pensado un poco más mi frase inicial. Las primeras palabras que salieron de mi boca fueron un simple saludo informal, como en los viejos tiempos.

“¿Note…? ¿Qué está haciendo aquí?”

Parecía que todavía se acordaba de mí. Gracias a Dios. Si me hubiera preguntado quién era, nunca me habría recuperado.

“Lo primero es lo primero, felicidades por tu victoria.” “Gracias. ¿Has venido sólo para decir eso?”

“No. Hay algo de lo que tengo que hablar contigo.”

Los magos de seguridad comenzaron a rodearme. Erin levantó una mano, haciendo un gesto para que se detuvieran.

“Es un amigo mío. Retírese.”

Para mi alivio, al menos parecía dispuesta a escuchar, lo cual era más de lo que podía decir de la última vez que hablamos. El dolor de haber sido rechazado aún estaba fresco en mi mente, por lo que temía ser rechazado de nuevo. Pero si perdía esta oportunidad, Erin quedaría fuera de mi alcance para siempre. Esta era mi última oportunidad de aventurarme con ella. No podía perder el ánimo ahora.

“Dime, Erin, ¿quieres que volvamos explorar la mazmorra?” Me decidí a dejar todo al descubierto. “Sé que has trabajado mucho para ganarte un puesto en los Siete Sabios. Por un lado, creo que eso es impresionante y quiero animarte, pero por otro, sigo queriendo aventurarme contigo. Quiero volver a sentir la emoción de lo que solíamos tener. ¿Te unes a mí?”

Apreté los ojos, incliné la cabeza y extendí la mano derecha. Probablemente, el público estaba alborotado por este extraño giro de los acontecimientos. Puede que incluso hubiera gente abucheando, pero no pude escuchar nada de eso en ese momento. Sólo tenía oídos para la respuesta de Erin.

Y sin perder el ritmo, respondió: “Claro.”

“¿Eh? ¿Eso significa…?” Levanté la cabeza con miedo, sólo para encontrarme con una sonrisa agridulce.

“Estoy diciendo que sí, obviamente.” Aclaró. “No hay manera de que pueda rechazar una propuesta tan atractiva.”

“Pero lo hiciste la última vez…”

“La última vez no pude decir que sí porque me faltaron las fuerzas. Pero he aprendido todo lo que puedo aquí en Izaar. Estoy lista para volver a Puriff.”

“¿Estás segura? ¿Y los Siete Sabios?”

“¿Qué pasa con ellos? Me inscribí en este torneo para ver cómo me medía. En realidad no estaba interesada en convertirme en uno de ellos.” Reveló Erin como si no fuera gran cosa. A continuación, se giró hacia el público y proclamó en voz alta: “Ya lo han oído, amigos. Antes de que se anuncien los resultados finales, me retiro de la Selección del Séptimo Sabio.”

El local estalló en caos con esa abrupta declaración de la supuesta sabia.

“Bueno, parece que esto ha tomado un giro feo.” Comenzó a parlotear Erin. “No puedo creer lo fuerte que están abucheando. Genial, ahora también están lanzando cosas… Oh, hey, mira. Esos son todos los jefes de distrito. El profesor está con ellos y, uh-oh, parece bastante enfadado.”

Personalmente, tenía más miedo de los magos de seguridad que tenían sus bastones apuntando hacia mí. Parecían dispuestos a disparar en cualquier momento.

“Este parece un momento oportuno para hacer una escapada, Note.” “No podría estar más de acuerdo.”

Con eso, Erin saltó a mis brazos. La sujeté con firmeza, pasándole un brazo por la espalda y deslizando el otro por debajo de las rodillas en lo que se conoce como el transporte nupcial.

“Agárrate fuerte.” Dije.

“Será mejor que no me dejes caer.” Respondió ella.

Nos miramos a los ojos y sonreímos. La acerqué, sintiendo el calor de su cuerpo contra mis brazos y mi pecho. Entonces calculé la ruta más corta para salir de la arena con el Mapeado y activé el Pseudo Carrera Umbría, dirigiéndome hacia el pasillo por el que había aparecido Erin.

“Al final Marin tenía razón… Me alegro de haberme arreglado un poco. Realmente no se sabe lo que nos depara el futuro, ¿eh?”

“¿Qué?”

“Nada de lo que tengas que preocuparte.”

Y así, Erin y yo huimos juntos, sacudiéndonos a todos los que intentaban retenernos.