Wortenia Senki (NL)

Volumen 18

Epilogo: Todas Sus Expresiones Eran Graves

Innumerables jinetes galopaban por las llanuras de las afueras de Pireas. Los caballos relinchaban mientras el olor a hierba se extendía por la zona y el forraje llenaba el aire. Los estandartes ondeaban al viento. Sentados en las tiendas levantadas en los campos, los soldados revisaban sus armas, las compañeras que protegerían sus vidas, en preparación para la guerra que se avecinaba. Todas sus expresiones eran graves. Soldados y corredores correteaban por la carretera.

En medio de todo esto, un hombre y una mujer cruzaron las puertas de Pireas, cabalgando lentamente sus caballos hacia el campamento de la Iglesia de Meneos en las afueras de la capital. Era un espectáculo extraño, la verdad. Podrían haber ido más rápido, pero en lugar de eso, mantuvieron la velocidad de sus caballos a un paseo normal.

Al fin y al cabo, la autopista estaba llena de gente, y galopar demasiado rápido podría acabar atropellándola. Como esta carretera conduce a la capital de Rhoadseria y era su principal vía de tráfico, era grande, estaba pavimentada y bien mantenida. Era lo suficientemente espaciosa como para que varios carruajes circularan por ella sin ser molestados, prueba de que se había construido más grande teniendo en cuenta el tráfico peatonal.

Normalmente, podían galopar por esta carretera sin preocupaciones, pero por desgracia, hoy no era el caso. Además del personal del ejército, un flujo constante de civiles que vivían en los alrededores de la capital atravesaban la carretera, así como carruajes de mercaderes llenos de mercancías.

La mujer suspiró mientras observaba a los soldados. “Aún así, ¿todos ellos están aquí sólo por el sometimiento del norte? Los nobles deben de tenerla realmente tomada con el barón Mikoshiba”.

Era chocante que todo este ejército se reuniera para derrotar a un gobernador regional. Sinceramente, parecía excesivo.

“Bueno, al parecer, el barón Mikoshiba es un criminal de Estado que atacó la Cámara de los Lores”, respondió el hombre. “Por lo que he oído, su ataque se cobró la vida de muchos nobles, y como las familias nobles han estado en el poder desde la fundación del país, muchos de ellos están emparentados por sangre.

Desde la perspectiva de los nobles, el barón mató a su propia sangre”.

“¿Así que claman por vengarse de él? Supongo que para los nobles, sangre por

sangre es la solución obvia”, susurró la mujer, contemplando las nubes que se cernían sobre el horizonte.

Parece que lo que dicen de que el ejército tiene doscientos mil hombres no era una exageración. Incluso podría haber más que eso, dependiendo de la situación…

El ejército estacionado aquí no llegaba a esa escala: en el mejor de los casos, estaba aquí la mitad de las fuerzas totales. La mayoría de estos soldados pertenecían a los ejércitos de los gobernadores al sur de la capital. Muchos de los nobles con dominios en los alrededores de la capital enviarían sus fuerzas directamente desde sus tierras cuando comenzara oficialmente la subyugación del norte.

Aunque no era la fuerza completa, la visión de este ejército era nada menos que abrumadora. Demostraba que Rhoadseria estaba empleando todo su poderío militar en esta guerra.

Todo esto se debe a que reclutaron a todos los plebeyos que pudieron, pensó la mujer, con una punzada de dolor llenándole el corazón.

El objetivo de esta guerra era defender el país y, gracias a ello, la moral de los soldados era alta.

Pero, ¿es realmente lo correcto?

La mujer, Menea Norberg, era uno de los Caballeros del Templo de la Iglesia de Meneos, y no podía evitar sentirse muy conflictuada por esta guerra. Ella misma había sido desterrada de su tierra natal en el Reino de Tarja y había dedicado su vida a la venganza. Sabía muy bien lo que se sentía al perder familiares.

Pero, ¿es esto justicia?

Sinceramente, Menea no sabía qué era lo correcto. Ella también pertenecía a la nobleza, pero hacía mucho tiempo que no vivía la vida de una aristócrata. Había abandonado su tierra natal y ahora servía a la Iglesia de Meneos, viajando por todo el continente.

Gracias a eso, vio los dos lados de la relación discriminatoria entre los nobles y los plebeyos.

Había visto cómo un carruaje noble atropellaba a niños plebeyos y los mataba, sin que al dueño del carruaje le importara lo más mínimo. Había visto a hombres destrozados por nobles que violaban a sus esposas o hijas y las trataban como juguetes. Había visto a víctimas así cargar contra los nobles con las armas en la mano, aun sabiendo que no tenían ninguna posibilidad de vengarse.

Podía entender cómo se sentían esas personas, pero mirando a los soldados, no le parecía que estuvieran actuando por justa justicia. Este ejército sólo representaba una cosa: la magnitud de la malicia y la enemistad dirigidas contra Ryoma Mikoshiba. Pero, sobre todo, se sentía insegura al saber que iba a participar en esta guerra.

No, no es sólo eso.

Recordó a la chica que la esperaba en la posada de la capital, a la que consideraba su hermana pequeña.

“¿Qué? ¿Qué pasa?”, preguntó el hombre a Menea.

Menea miró a Rodney Mackenna, su amigo de la infancia y su superior en los Caballeros del Templo, y negó con la cabeza. Sin embargo, Rodney seguía preocupado.

“¿Estás preocupado por Asuka?” preguntó.

La expresión de Menea se nubló. Había dado en el clavo.

No quiero que se involucre en esto, pero…

Asuka Kiryuu era una niña de otro mundo que Rodney había tomado bajo su protección. El capricho del destino había cruzado su camino con el de Rodney, y él la había protegido y cobijado. Sin embargo, no actuaba totalmente por buena voluntad.

Rodney era, en esencia, un buen hombre. Al principio, podría haberse apiadado de verdad de ella, pero la espada que llevaba consigo, la katana Ouka, había cambiado las cosas. Ouka había sido dejada al cuidado de Asuka por un pariente que había sido convocado a este mundo con ella, y se había descubierto que la espada tenía el poder de la taumaturgia dotada.

La taumaturgia era un poder sobrenatural que sólo se utilizaba en este mundo. No existía en Rearth. Existían ideas similares, pero sólo en el reino de la ficción, lo que significaba que una persona recién convocada a este mundo no debería poseer armas con sellos taumatúrgicos que otorgaran poderes especiales.

Pero ocurrió lo imposible.

Por mucho que Menea negara la posibilidad, era innegable que Asuka tenía una katana en las manos. De hecho, cuando encontraron a Asuka en el bosque de Beldzevia, uno de los reinos del sur, acababa de matar a un monstruo llamado Tercer Ojo de un solo tajo. Esta joven había realizado una hazaña que incluso un guerrero experto en taumaturgia marcial encontraría desafiante.

Aunque Asuka había sentido la sensación de cortar al monstruo y recordaba el hedor de la sangre, le había dicho a Menea que parecía que lo había hecho en un estado de ensoñación. Cuando Rodney y Menea la descubrieron, también habían encontrado el cadáver del Tercer Ojo con un tajo en el estómago. Eso contaba toda la historia.

Pero Asuka es una chica normal. Ella no podría haber hecho eso por su cuenta, no por sus poderes, de todos modos.

Aunque Asuka no era una completa aficionada, no estaba a la altura de guerreros experimentados como Rodney y Menea.

Simplemente sabía algo de artes marciales para defenderse. Era algo atlética, y Rodney y Menea pensaban que tenía un talento sin explotar, pero al mismo tiempo carecía de experiencia en combate. No era una guerrera.

A pesar de todo, la chica había sido capaz de matar a un Tercer Ojo, y lo había hecho con un ataque perfecto que ni siquiera Menea confiaba en poder recrear.

Es seguro asumir que la taumaturgia dotada grabada en Ouka se disparó.

La respuesta a la que llegaron para explicar todos estos acontecimientos inesperados fue la Organización. Habiéndose dado cuenta de ello, Rodney decidió mantener a Asuka bajo su atenta mirada, convirtiendo su protección en una mera pretensión. Para él, esto era una ganancia inesperada, una oportunidad preciosa de perseguir la verdad de este misterioso grupo que operaba desde hacía años entre bastidores en el continente occidental.

Por supuesto, no había pruebas de que Koichiro Mikoshiba, el hombre que le dio la katana a Asuka, estuviera relacionado con la Organización, pero teniendo en cuenta que había asesinado a Misha Fontaine, la taumaturga de la corte de Beldzevia, poco después de su invocación; la habilidad con la que la mató; y la espada taumatúrgica que tenía en su poder, todo en aquel hombre parecía sospechoso. Era natural que Rodney sospechara que la Organización estaba implicada.

No compartieron con Asuka su sospecha de que Koichiro pudiera estar involucrado con la Organización. Menea y Rodney habían llegado a esa conclusión después de tener en cuenta todas las circunstancias. Si los altos mandos de la Iglesia de Meneos descubrían que Asuka estaba emparentada con un miembro de la Organización, las cosas podrían ponerse bastante feas.

Después de todo, formalmente hablando, la Iglesia negaba la existencia de la Organización. Como agentes del Dios de la Luz, el propósito de la iglesia era promover la paz y la estabilidad en todo el continente. No podían admitir que existiera otra facción que rivalizara con su fuerza.

Pero muchos de sus altos mandos sí reconocían extraoficialmente la existencia de la Organización. Después de todo, muchos miembros de las unidades de combate de la Iglesia se habían enfrentado a unidades armadas de afiliación desconocida. Cuando

la Iglesia investigó la identidad de estas unidades armadas, sus investigaciones nunca encontraron nada. Normalmente, la unidad de inteligencia de la Iglesia era capaz de desenterrar incluso secretos ocultados por países enteros, pero siempre que investigaban a este grupo, sus búsquedas se quedaban cortas.

El hecho de que la iglesia no pudiera descubrir nada sobre este grupo por su cuenta implicaba que la Organización era real. Así que si los altos mandos de la iglesia descubrieran que Asuka podría ser una pista para encontrar a la Organización, las cosas acabarían mal.

Está en una posición precaria…

Asuka Kiryuu era una chica hermosa, pero esta belleza la colocaba ahora en desventaja. Incluso ahora, había gente intentando atraer a Asuka a su lado. Afortunadamente, la protección de Rodney significaba que no podían actuar directamente con esas intenciones, pero no era imposible que alguien actuara imprudentemente.

La gente era capaz de cualquier crueldad si confiaba en tener razón. Esto era especialmente cierto en el caso de los Caballeros del Templo, el grupo encargado de proteger la Iglesia de Meneos. Haber experimentado el combate en vivo facilitaba que sus corazones se inclinaran hacia la furia animal. Si descubrían a alguien que pudiera tener información sobre su enemigo, no tendrían piedad.

De hecho, no importaba si esa persona tenía información o no. La mera posibilidad de que alguien dispusiera de inteligencia beneficiosa para ellos bastaba para marcar a esa persona como culpable. En ese momento, si Koichiro Mikoshiba estaba realmente relacionado con la Organización o no, sería completamente irrelevante para el destino de Asuka.

Dado que Rodney y Menea se habían encariñado con Asuka, este era un resultado que no podían permitir.

Además, el problema ahora mismo es Barón Mikoshiba.

Aquel pensamiento atormentaba a Menea. Ryoma Mikoshiba, un héroe nacional que había aparecido de repente para salvar a Rhoadseria de su difícil situación, había pasado a trabajar con Helena Steiner para salvar a Xarooda de la invasión del tiránico Imperio de O’ltormea. Estos logros por sí solos le hacían parecer una especie de héroe de cuento de hadas.

Asuka se había quedado de piedra cuando supo que en este mundo existía un hombre con ese nombre. Normalmente, uno esperaría que se alegrara por esta inesperada oportunidad de reunirse con un pariente, pero el hecho de saber que había logrado hazañas equivalentes a las de un héroe mitológico había cambiado las cosas.

Pero si tiene el apellido Mikoshiba, eso significa…

Menea no sabía si ese apellido era común en Rearth. La madre de Menea era una japonesa convocada de Rearth, y gracias a eso, Menea había aprendido mucho sobre su cultura, pero no sabía qué apellidos se consideraban comunes. Sin embargo, sería natural suponer que Koichiro y Ryoma Mikoshiba estaban emparentados.

Asuka dudó un poco al principio, pero basándose en las descripciones del aspecto de Ryoma, admitió que bien podría ser el nieto de Koichiro.

Pero si ese era el caso, colocaba a Ryoma en una posición muy complicada. Se sospechaba que Koichiro Mikoshiba estaba relacionado con la Organización, y Ryoma Mikoshiba era su nieto.

Sin embargo, toda esta información era incierta y procedía de especulaciones y rumores.

¿Forma parte de la Organización o no?

Había tan poca información por el momento que incluso intentar plantear una hipótesis a esa pregunta resultaba difícil. O, por el contrario, había demasiadas hipótesis para llegar a una respuesta. Por eso Menea tenía tantos conflictos.

En cuanto a la eliminación de riesgos potenciales, eliminarlo es una posibilidad.

Esa elección podía resultar arriesgada, pero al mismo tiempo, no podían pasar por alto a Ryoma. Rodney, que miraba a Asuka con preocupación, pensaba lo mismo, y los altos mandos de la iglesia también mantenían la misma postura.

Por eso el Papa ordenó al cardenal Roland que observara al barón Mikoshiba.

Como guardia del cardenal Roland, Menea tenía dos misiones en este viaje. La primera era patrullar la tierra, mostrar el poderío de la Iglesia de Meneos y tranquilizar a los creyentes. Su verdadero objetivo, sin embargo, era investigar a este joven héroe. Esta era la verdadera razón por la que un alto clérigo con rango de cardenal había venido hasta Rhoadseria desde la ciudad santa de Menestia.

Pero la situación ya ha cambiado.

Lo que comenzó como una simple investigación les llevó a participar en la guerra de la reina Lupis contra la baronía Mikoshiba. Teniendo en cuenta lo volátil que era el clima político en Rhoadseria, para asegurarse de que podrían reunir información sin problemas en Pireas, el cardenal Roland había propuesto que se unieran a la guerra como refuerzos. Pero incluso el propio cardenal se sorprendió cuando se envió a la Decimoctava Orden de los Caballeros del Templo.

Después de todo, son los más hábiles de las órdenes enviadas a los reinos del sur. Élites probadas…

Una de las razones por las que esta unidad en particular había sido desplegada aquí era que estaban estacionados en Tarja, por lo que podían llegar a tiempo. Sin embargo, era evidente para todos que los altos mandos de la Iglesia habían decidido pasar de la simple investigación del barón Mikoshiba a la siguiente fase lógica.

Mientras esos pensamientos cruzaban la mente de Menea, llegaron a su destino. En el cuartel que tenían delante ondeaba un estandarte con el escudo de la Iglesia de Meneos. Los centinelas, al notar que Menea se acercaba, le quitaron las riendas de su caballo. Después, los centinelas los condujeron a una tienda. Allí era donde Rodney debía entregar la carta que le habían confiado.

Pero, ¿hacia dónde irán las cosas a partir de ahora?

Esa era una pregunta que ni Menea ni Rodney, que había sido elegido mensajero del cardenal Roland, podían responder.

Después de todo, los Caballeros del Temple estaban bajo el mando directo del Papa, lo que significaba que sólo obedecían sus órdenes. Un cardenal ocupaba un alto cargo destinado a ayudar al Papa, pero la cadena de mando dividida significaba que a veces chocaban con los Caballeros del Templo.

Muy pocos miembros de los Caballeros del Templo mantenían relaciones tan estrechas con los cardenales como Rodney, y el capitán de la Decimoctava Orden estaba especialmente mal con el cardenal Roland. No hubo ningún problema cuando solicitaron audiencia con la reina Lupis el otro día, pero eso no significaba que pudieran estar tranquilos todavía. Para evitar cualquier problema, tendrían que hablar las cosas, pero no se sabía lo que los caballeros de la Decimoctava Orden estaban pensando.

En el peor de los casos, podrían negarse a ceder el derecho a comandarles y volverse contra nosotros.

En el pasado, la naturaleza violenta de la Decimoctava Orden había provocado la tragedia de Gromhen, que les había valido el título de los Sepultureros de Colsbarga.

Menea siguió a Rodney, rezando para que su querido y joven pupilo no acabara atrapado en medio de este conflicto.

Al día siguiente, el fuerte sonido de un cuerno resonó en Pireas. Lo que siguió fue un temblor. Los relinchos de los caballos y las llamadas de sus jinetes resonaron, y el aire se llenó de calor.

Los soldados formaron una columna e iniciaron su marcha hacia el noreste, buscando reclamar la cabeza del héroe caído que se había convertido en traidor a su país.

-FIN DEL VOLUMEN 18-