Totsuzen Papa ni Natta (NL)

Volumen 2

Capítulo 18: El Sr. Dragón saca la Lanza Bendita

Olivia extendió su pequeña mano. :Sr. Tortuga, tener esto clavado debe doler, ¿verdad?”

El calor que emanaba de la lanza en la cabeza del Sr. Tortuga seguía distorsionando el aire a su alrededor. ¿Era esta una de las Siete Reliquias Supremas?

“¡Querida Olivia! Mi opinión es que… ¡ésta es la Lanza Bendita de Fuego registrada en la historia!”

“Lanza de Fuego… Papi, ¿podrías sacársela?” “Gwoooh…”

El Sr. Tortuga se agitaba mientras flotaba de espaldas en la superficie del agua. Yo estaba flotando a su lado. Olivia trató de alcanzar la lanza, pero no pudo tocarla; estaba abrasadoramente caliente.

“Urgh…” Gimió Luca. “Es inviable para mí… Si me acerco más, el calor me hará daño…”

“¿Pruebo yo?”

“¡Sí! Gracias, Papi.”

Abrí bien las fauces y agarré la punta de la lanza con la boca. Sorprendentemente, no estaba muy caliente. Mi boca de dragón es extremadamente resistente al calor, ¡y se podría decir que puedo manejar la comida caliente! Los dragones respiramos fuego. Tiré de la lanza con una fuerza nada despreciable. Estaba realmente atascada.

“Uno-dos, uno-dos.” “¡Gwooooah!”

“¡Ack! ¡Sr. Papi, la tortuga! ¡Se está volviendo loca! ¡¡¡CALIENTE, CALIENTE CALIENTE!!!”

“… Papi. Sigue tirando.”

“¡¿Ofifia?!”

Olivia bajó de un salto de mi espalda antes de que pudiera detenerla, flotando lejos de mí y hacia la zona de las mejillas del Sr. Tortuga.

“Querida Olivia… Haces que la magia de levitación parezca tan fácil…” “¡¡¡OFIFIA!!!”

“¡Papi! No pasa nada. Sigue así.”

Olivia respiró hondo y se giró para mirar al Sr. Tortuga, al que ahora le caían lágrimas de los ojos. O bien la extracción de la lanza le estaba haciendo daño, o bien el hecho de ser volteado le resultaba difícil de soportar.

“Está bien, Sr. Tortuga. Estoy aquí para ti. Y estoy segura de que Papi te ayudará con la lanza. Así que te ayudaré a soportarlo hasta que él pueda hacer el trabajo.” Olivia extendió sus manos y comenzaron a brillar. “Oh, luz sanadora…”

Era magia curativa que había aprendido en la escuela. Los gemidos del Sr. Tortuga se desvanecieron y se volvió tranquilo y dócil. Olivia… ¡eres tan amable!

Ella reconoció que el Sr. Tortuga estaba sufriendo, y se acercó… ¡Es mi pequeña estrella!

¡Papi va a hacer todo lo posible!

“Has lanzado Brillo Sanador, ¿verdad?” Dijo Luca. “Que un hechizo de nivel principiante funcione en una tortuga de este tamaño… ¡Gahh!”

“… ¿Eh?”

“¡Vaya, sí que brilla!”

La luz del Brillo Sanador había sido suave al principio, pero ahora se convirtió en un duro resplandor.

“¡Aaaaaagh!”

¡Oh, sí! ¡Olivia no puede modular su poder!

Golpeado por la intensa luz, el Sr. Tortuga chilló y su cuerpo se puso rígido. “¡Ahora es nuestra oportunidad! ¡UNO-DOS!”

Tiré de la lanza. “¡Urgh!”

“¡Gwooh!”

“¡Lo hiciste, Papi!”

La lanza ardiente fue finalmente extraída de la frente del Sr. Tortuga, pero la fuerza necesaria para sacarla la hizo girar por el aire antes de que Luca la atrapara.

“… ¿Eh? No está caliente.” “¿Aunque esté ardiendo con locura?”

“¡Ah, ya sé! ¿Tal vez el poder de la Espada de Agua Azul dentro de ti está anulando el calor?”

Una sonrisa se dibujó en el rostro de Luca. “¡Sí! ¡Lo he conseguido! ¡Esto es una Reliquia Suprema!”

“Gwooh. ♪”

Luca dio un salto de alegría y la expresión de miedo del Sr. Tortuga pasó a la historia. En un abrir y cerrar de ojos, el Sr. Tortuga redujo su tamaño.

“¿Waugh, Sr. Tortuga?” Olivia tomo la tortuga, que ahora era lo suficientemente pequeña como para caber en sus manos. Ahora era incluso un poco bonita.

“… Urgh. Permítame expresar mi gratitud. Mi nombre es Pao Pao. Soy una tortuga que ha vivido en este lago durante eones.”

“¡¿Puede hablar?!”

Espera, ¿el Sr. Tortuga siempre pudo hablar?

***

“Así que el que cavó el agujero que los humanos llaman el Sagrado Manantial Dracónico de Tritonis es una fuerza a tener en cuenta, ¿eh? Hay bastante maná aquí, así que este lugar ha sido extremadamente cómodo, señor, déjeme decirle.”

El Sr. Tortuga, o mejor dicho, el Sr. Pao Pao, nos contó su historia. Al parecer, había estado viviendo en un agujero aquí desde mucho antes de que el lugar se convirtiera en un lago. Como había dormido en la zona durante mucho tiempo, mi maná permanecía en la tierra, lo que la hacía muy habitable para el señor Pao Pao. Por desgracia, un día, la lanza de fuego se alojó en la cabeza del Sr. Pao Pao.

“No recuerdo cómo… pero creo que la lanza me cayó encima.”

“Hm…” Dijo Luca. “Por lo que he oído, la Lanza Bendita de Fuego se perdió durante un conflicto con los darkin. Creo que fue la Guerra del Reino Oscuro, que ocurrió hace unos mil años, ¿no es así?”

Ah, cierto, esa riña que la Reina Oscura y sus amigos tuvieron con los humanos ocurrió por entonces.

Ante las palabras de Luca, Olivia dio un salto de sorpresa. “¡Oh no, esa lanza estuvo en tu cabeza durante un milenio!”

¡Vaya, me duele sólo escuchar eso en voz alta!

“En efecto, así fue.” Dijo el Sr. Pao Pao. “Y no puedo decirle lo caliente que estaba…” “Espera.” Interrumpió Luca. “¡No me digas que esa es la razón por la que la Sagrada

Fuente Dracónica nunca se congeló, ni siquiera en invierno…!”

“Oh, ahora lo recuerdo, esa es la ‘bendición del lago’ de la que aprendimos antes del viaje.”

“Sí, Querida Olivia. Podría ser la influencia del maná ardiente liberado por esta lanza.

Este es un tremendo descubrimiento.”

“Y sólo estoy adivinando, pero el aumento de tamaño del Sr. Tortuga, perdón, del Sr. Pao Pao, podría ser también debido a la Lanza Bendita, ¿verdad?”

“Las posibilidades son altas… creo. Podría ser una gigantificación inducida por la hiperabundancia de maná o algo así.”

“Sr. Pao Pao.”

“¡Ho ho ho! ¿Qué es, oh Gran Dragón de increíble bondad?” “¿Todo este tiempo has estado durmiendo en el fondo de este lago?” “¿Hm?” El Sr. Pao Pao parpadeó.

“¿Estuviste solo todos estos años en el lago?”

“… A fin de cuentas, dormir era la mejor manera de mantener el dolor a raya. Dicho esto… Tú, jovencita.”

“¿Te refieres a mí?” Dijo Luca.

“Efectivamente. Usando el poderoso maná de agua que emites, fui capaz de superar el maná de fuego y despertar después de estar dormido durante años.”

“¿Hwha?”

“De verdad, te lo agradezco.” “De nada.”

Devolvimos al Sr. Pao Pao al lago. “Hacía mucho tiempo que no podía disfrutar del lago sin que me quemara el fuego.” Dijo el Sr. Pao Pao con alegría. “Si no me hubiera bañado en esa intensa luz curativa, no habría conseguido hacerme a la idea… ¡Ho ho! Debo decir, sin embargo, que esa luz sí que ha sido potente.”

El Sr. Pao Pao comenzó a nadar alegremente.

“En cualquier caso… Supongo que el caso está cerrado.”

Luca fijó su agarre de doble mano en la lanza de fuego. “Esta es una de las Reliquias Supremas… ¡La Lanza Bendita de Fuego!”

Sí, eso funcionó muy bien, ¿no es así, Luca?

“Muy bien, ¿qué tal si volvemos y nos reunimos con todos?”

El sol, que se hunde, brilla de color naranja; pronto se hará de noche. Nuestra divertida excursión estaba a punto de llegar a su fin… ¡pero antes al menos teníamos que divertirnos un poco! Olivia y Luca se subieron a mi espalda y volvimos a la sección de la orilla del lago donde todos esperaban.

“¡Papi!”

Desde cerca de la orilla Olivia me hizo un gesto con las manos. “¡Heeeey!” Le devolví el saludo.

Había tomado el gran anillo de natación para mí y estaba disfrutando del agua cristalina del lago. Estaba en mi forma humana y me lo estaba pasando muy bien. Me daba un poco de vergüenza —parece que los adultos no usan los anillos de natación—, pero lo acepto si me permite disfrutar de flotar en el lago de esta manera.

“¡Papi, mira!”

Olivia, que también llevaba un anillo de natación, se deslizó por el reluciente tobogán de hielo que había aparecido en la orilla del lago. “¡Eeeee!”

El Sr. Pao Pao, ahora nuestro amigo y aliado, había creado un “tobogán de agua” y ella lo estaba disfrutando mucho.

“Wo ho ho, han pasado mil años desde la última vez que pude usar el maná de agua tan libremente. ¡Esto hace que mi corazón cante!”

El Sr. Pao Pao resultó ser un verdadero maestro de la magia. Una tras otra, las niñas se lanzaron por el tobogán. Su tamaño ahora era el de una tortuga normal algo grande, así que las niñas lo abrazaron y lo llevaron en brazos, ¡e incluso bajaron por el tobogán usando su caparazón!

Me preguntaba si a la Reina Oscura le gustaría ese tipo de cosas.

“Haugh… No puedo soportar ningún paseo que te haga gritar…” Y así se fue a dar un paseo.

La caza de las Reliquias terminó con un éxito rotundo, y nada más perturbó la paz durante la excursión de todos. Además, incluso habíamos hecho un nuevo amigo en el Sr. Pao Pao.

“… Sólo queda una cosa por hacer. Creo que me gustaría tener una charla con ella.”

Y esa era la persona cuya presencia había sentido un montón de veces. Tuve que decirle que debería salir y decirle a la chica que es importante para ella que la quiere. Todos los libros de crianza dicen lo importante que es eso, ¡y yo lo creo!

“Papi, ¿me has visto subir al tobogán hace un momento?” Olivia se acercó a mí chapoteando en su anillo de natación. “¡Sí, papi estaba mirando!”

“¡Te hee!” “… Olivia.”

“¿Qué pasa, Papi?”

“Te quiero, Olivia. Te quiero mucho.” Qué divertida fue esta excursión.

Olivia parpadeó sorprendida. “¡Ah, sí! Yo también te quiero, Papi.” Me devolvió una sonrisa brillante y soleada.

***

A bordo del carruaje volador, se oían los suaves ronquidos de niñas agotadas. también de unas no tan niñas, ya que además de Olivia, las Srtas. Maredia y Clowria hasta roncaban suavemente. Para ser darkins que habían vivido durante más de un milenio, sus rostros eran francamente querubines.

La única que estaba despierta era la niña que miraba por la ventana. Luca sonrió débilmente; era feliz. Desde el fondo de su corazón, era feliz. Y no sólo porque hubiera conseguido una de las Reliquias Supremas. Estaba emocionada porque por fin podría enfrentarse a su profesora, Esmeralda, con la cabeza bien alta y orgullosa.

Se odiaba a sí misma por no ser capaz de controlar completamente la Espada de Agua Azul que le habían transmitido sus antepasados. Se odiaba a sí misma por estar rota. Pero ahora, por fin podía ser útil a Esmeralda. Y por eso estaba eufórica.

Pero eso no es todo.

Llevaba en la mano una serie de papelitos, mini-retratos automáticos llamados “Che-Ki”, reproducciones de la realidad, a diferencia de los cuadros. Fueron creados por la magia de la “Eselar-Camra”, un dispositivo transmitido de generación en generación entre los darkin. Luca no tenía ni idea de por qué los darkins estaban tan acostumbrados a crear este tipo de objetos mágicos aparentemente inútiles.

Se quedó mirando una Che-Ki en particular. Era una foto del grupo en la orilla del lago al atardecer. Había copiado a Maredia y había hecho una pose de “paz” con dos dedos. Maredia tenía su enésimo vaso de zumo de frutas en una mano y la más amplia sonrisa en su rostro. Olivia también hacía el signo de la paz, sonriendo felizmente.

Pero fue la expresión de la persona que estaba junto a esos dos la que tenía a Luca fascinada. Era su propia expresión. Seguía pareciendo tímida, pero estaba alegre, riendo sin ningún reparo. Verse así la hizo gemir y se sintió extrañamente avergonzada.

No saber qué cara poner para la foto fue uno de los aspectos más difíciles de estas “Che- Ki” para Luca. Maredia parecía estar muy acostumbrada a que le hicieran fotos porque era capaz de hacer una pose en un santiamén.

Empezó a murmurar para sí misma. Había pensado que tenía que hacerlo todo por sí misma. Había creído que dependía de ella ser capaz de hacerlo todo por sí misma, de ser la más destacada de todas, de vivir la vida sin depender de nadie más. Pero ahora se daba cuenta de que se había equivocado. Le emocionaba oír que Olivia la llamaba amiga, e intercambiar bromas con la Reina Oscura siempre era estimulante. Además, cuando Pao Pao la Tortuga sonrió y le dio las gracias, se sintió reconfortada por dentro.

Todo este tiempo, había estado tan ansiosa por impresionar a su querida profesora. Siempre pensó que tenía que conseguir resultados, que tenía que ser una persona realizada de alguna manera. Pero ahora se le había ocurrido que tal vez lo que realmente haría feliz a Esmeralda era decirle lo que sentía.

“… Hoy me he divertido mucho.”

Estaba contenta de haber adquirido la Reliquia, claro, pero eso no era ni la mitad. Fue el tiempo que pasó junto a sus amigos lo que disfrutó, sin medida.

Los ojos de Luca se posaron de nuevo en la Che-Ki, y se rió. “… Je je, mira la cara de Sr. Papi.” El Dragón Anciano —el papá de Olivia— era el único de la foto que tenía los ojos totalmente cerrados. Tal vez parpadeó en el momento equivocado. Parecía un poco estúpido, y a ella le hizo gracia.

Luca se preguntó cómo reaccionaría Esmeralda si le enseñaba la foto la próxima vez que se vieran. Guardó la foto con cuidado. Se moría de ganas de volver a la Real Academia Femenina de Florence. Pensó que también podría dormir el resto del camino y cerró los ojos.

Pero justo en ese momento… “Luca.”

Esa voz pertenecía a la mujer que Luca amaba.

“¿Eh?” Luca miró en dirección a la voz. Allí estaba ella, su silueta visible en la ventana de un carruaje más grande que el estándar de diez plazas. El cabello plateado de la alta y esbelta belleza se mecía con el viento. Era la profesora de Luca, Esmeralda Serpentia.

“¡Milady!”

“Shhh. Los despertarás a todos.” “¿Por qué estás…?”

“Cuando se pone el sol y llega la oscuridad, esto no está por encima de mis capacidades.”

Esmeralda era la Reliquia conocida como la Corona del Crepúsculo, cuya joya contenía un poder mágico capaz de manipular la oscuridad. Al llegar la noche, le otorgaba a Esmeralda un poder aún mayor. Podía deslizarse en la oscuridad y surcar el cielo, e incluso podía realizar una técnica no muy alejada de la teletransportación. Pero eso no era lo que Luca pedía.

“¿Qué le trae por aquí, Milady?”

“Ah, bueno, sobre eso… Digamos que la persona que pilota este carruaje me ha echado una bronca.”

“¿Este carruaje? ¿Te refieres a Sr. Papi?” Luca inclinó la cabeza hacia un lado, confundida.

“Ah, err, ¿cómo decirlo…?” Esmeralda tartamudeó un poco. Luego extendió su delgada mano y le dio una suave palmadita a Luca en la cabeza. “Lo has hecho bien, Luca.”

“… ¡¿Haugh?!” Sus ojos giraron hacia atrás en su cabeza, y ella parecía completamente nerviosa. “Pero Milady, mientras sea su aprendiz número uno, ¡es un hecho! Doy eso por hecho.”

“… Luca, lo siento por todo.” Murmuró, en voz baja.

Hasta ahora, había pensado que tenía que criar a Luca con una mano estricta. Sentía que tenía que criarla no como una “princesa de una tierra oriental que posee un tesoro mágico”, sino como una fuerza que podía vencer a todos los enemigos. El mundo esperaba mucho de ella sólo por la sangre de dragón que llevaba en sus venas. Los miembros de la familia del dragón como Esmeralda, que tenían una alta concentración de sangre de dragón, eran considerados protectores del reino cuando aparecía un señor oscuro. Y en tiempos de paz, se les ponía bajo la vigilancia del Estado con el pretexto de ser elementos disuasorios vivos contra las naciones extranjeras. El mero hecho de pertenecer a un linaje de formidable poder mágico atraía la antipatía de la gente.

Una princesa que no sólo llevaba la sangre de los dragones de agua que vivían recluidos en el lejano Oriente, sino que además albergaba en su interior uno de las Siete Reliquias Supremas, los que mueven los hilos de este mundo la codiciarían naturalmente. Por eso, cuando a Esmeralda se le confió la responsabilidad de criar a su pupila, se esforzó por criar a Luca con fuerza; no como una princesa, sino como la aprendiz de la única Esmeralda Serpentia. Y eso significaba no mimarla como lo haría una madre. Había jurado ser una profesora digna, y que siempre se relacionaría con Luca estrictamente como profesora y aprendiz.

Pero ese pensamiento estaba demasiado arraigado, ya que nunca pudo demostrarle a Luca ningún tipo de afecto. Nunca intentó acortar la distancia entre ellas, a pesar de que, en realidad, quería a Luca como lo haría una madre. Era algo más que una linda aprendiz para ella.

“… Incluso después de que empezaras a asistir a la academia, te he estado observando.” “¿Eh? ¿Eso es cierto?”

Se había disfrazado, y en los momentos libres de sus asuntos oficiales (o más bien, descuidando sus asuntos por completo), había vigilado a Luca.

Phyllis había sido su amiga durante muchos años, y ahora eran compañeras madre. “No hace falta que te disfraces así.” Había dicho, pero Esmeralda estaba preocupada por Luca.

“Perdóname, Luca… Significas mucho para mí.” “Milady…”

“Todo este tiempo, estaba esperando que hicieras amigas en esta escuela. Pensé que si conocías a gente con la que pudieras relajarte, eso compensaría la falta de afecto por mi parte…” Pero Esmeralda se había dado cuenta de que ese pensamiento había sido egocéntrico por su parte. “En lugar de vigilarte desde la distancia, debería haberme resuelto, enfrentarte y apoyarte de una manera que puedas ver. Esa es la bomba cargada de verdad que me lanzó ese superpapá-dragón.”

Eran profesora y aprendiz, sí, pero estaba segura de que podrían construir una relación más cálida con otro nombre, aunque esa palabra no fuera “familia”. Ella quería construir una relación más cálida y cercana.

“Luca. Te he estado vigilando desde las sombras… Pero soy tu mayor animadora. Te he llevado cerca de mi corazón durante mucho, mucho tiempo.”

“Haugh.” Dijo Luca, nerviosa.

“Verte divertirte en tu excursión con las amistades que has hecho… No pensé que me haría llorar, pero lo hizo.”

“… P-Profesora… ¡Milady… Me has estado observando todo este tiempo…” Los ojos de Luca brillaron con algo diferente a su habitual reverencia. “¡Yo… yo también te quiero, Milady!”

Ver a Luca mirándola le hizo un nudo en la garganta. Ella… ¡es tan linda!

“… ¿No te has desanimado? Te estaba vigilando. No te culparía si piensas que soy una especie de acosadora.”

“¡Tonterías! ¡El hecho de que me vigiles… me hace tan feliz!” “Eso… ¿Eso es cierto? Bien.”

“¡Sí, señora!”

“Oh, claro, apuesto a que quieres una recompensa por completar la misión, ¿verdad? He oído que es mejor tener ese tipo de cosas.”

Luca lo pensó un momento. “Veamos… ¡Me gustaría volver a comer los bollos de mermelada que nos trajiste! Y, err, bueno… ¡Quiero que me sigas mirando!”

Al oír esto, Esmeralda sonrió y abrazó a su pequeña aprendiz con fuerza.