Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 22

Capítulo 5: Reunión Secreta

Parte 2

Con Celia en brazos de Aishia, Aishia y Sora volaron por el cielo hasta las afueras de la capital, donde la casa de piedra estaba escondida en el bosque. Entraron en la casa y los tres se alinearon en la entrada.

“…Y por eso las traje conmigo”, dijo Aishia, concluyendo su explicación.

“Aha-ha…” Rio rio rotundamente confundido. No esperaba que Aishia trajera a Celia y a Sora con ella.

“Lo siento… Acabé viniendo aquí”, se disculpó Celia tímidamente. “No hay nada que lamentar. Yo también me alegro de volver a verte”.

Con tantos luchadores experimentados como Gouki viviendo en la mansión, Rio había decidido no colarse con Aishia para evitar ser notado. Pero si ella iba a hacer esto, tal vez debería haber ido con ella en primer lugar.

Pero era importante que redujeran el riesgo de llamar la atención tanto como pudieran, aunque les supusiera un esfuerzo extra. Ahora que Rio era un trascendente, tenía que evitar ser notado tanto como fuera posible; sin duda era más seguro para Aishia ir a ver a Celia sola, ya que siempre podía huir en su forma espiritual. Y al llevar a Celia de vuelta a la casa de piedra, no había necesidad de bajar la voz. Eso fue lo que Rio decidió creer.

“Seguramente será mejor volver rápido, pero ya que están aquí podríamos hablar un poco. Vayamos primero al salón”, dijo Rio, invitándoles a entrar.

Celia asintió feliz. “¡De acuerdo!”, dijo, caminando hacia delante. Aishia también se puso en marcha, y Rio estaba a punto de seguirlas cuando se dio cuenta de que Sora se agitaba detrás de él.

“¿Nos vamos también, Sora?”, le gritó.

“¡Sí! ¡Ahora mismo!” Sora respondió de inmediato, caminando a la izquierda de Río.

No había mucha distancia desde la entrada hasta el salón, pero Rio decidió entablar conversación con ella de todos modos. “¿Cómo es la vida en la mansión? ¿Crees que podrás soportarlo?”, le preguntó.

“¡Sí! ¡Sora cumplirá con el deber que le encomendó el Rey Dragón!”, respondió orgullosa.

“Ya veo. Es muy tranquilizador tenerte con Celia. Gracias.”

“Sora sólo hace lo que hay que hacer. Heh. He-heh”. Soltó una risita, sonriendo feliz ante el elogio.

“Sora ha sido de gran ayuda enseñándome cosas”, añadió Celia.

“Celia también promete”, respondió Sora, sin ocultar lo contenta que estaba.

“Hmph. No te adelantes”.

“Aha-ha, me alegra ver que te llevas bien. Ahora sentémonos”.

Así, los cuatro entraron en el salón. A instancias de Rio, el grupo se dirigió al sofá.

“Vamos, Rey Dragón. ¡Deberías sentarte aquí!”

Sora se apresuró y se aseguró un asiento para ofrecérselo a Río.

“Gracias. Entonces me sentaré ahí”. Río aceptó el asiento con una sonrisa divertida, sintiéndose como si siguiera los caprichos de un niño. Celia tomó nota de su posición e inmediatamente se movió para tomar el asiento frente a él.

Puedo ver la cara de Río claramente desde aquí.

Sonrió para sus adentros. Mientras tanto, Aishia naturalmente se movió para sentarse al lado de Rio, pero…

“¡Espera! ¡Alto ahí, Aishia!” Gritó Sora conmocionada. “¡¿Qué crees que estás haciendo, ocupando con naturalidad el lugar junto al Rey Dragón?!

¡El lado del Rey Dragón está reservado para su único discípulo, Sora!

¡Conoce tu lugar!”, despotricó, reprendiendo a Aishia por sus acciones. “Soy el único espíritu contratado por Haruto.”

“¡No copies a Sora! ¿Quieres pelear? ¡Sora luchará contigo! Vamos fuera”. Sora se erizó y adoptó una postura de lucha, poco dispuesta a ceder el sitio junto a Rio. Su sentido de la rivalidad parecía haberse disparado.

“E-Espera, no hay necesidad de pelear. Este sofá es lo suficientemente grande para tres personas, así que podéis sentaros cada uno a un lado mío”. Afortunadamente, Rio se había sentado en un sofá de tres plazas. Sora tenía el tamaño de un niño y Aishia era delgada, así que incluso había espacio suficiente para que Celia se apretujara si quería. Rio calmó rápidamente la situación y se sentó en el centro del sofá, dejando espacio para Aishia y Sora a cada lado.

“…” Celia observó a los tres sentados en silencio.

Aishia y Sora se aferraban con fuerza a los brazos de Rio. Sin duda, las dos tenían poder suficiente para reclamar esos puestos: tanto Aishia como Sora se contaban entre las personas más fuertes del mundo. Pero eso no significaba que Celia hubiera aceptado la derrota. No tenía intención de perder contra ellas.

¿Debería haber intentado sentarme a su lado también? No, estamos aquí para hablar esta noche. Este sitio está bien por ahora. Quiero que Rio también me mire.

Como Rio se había desplazado a un lado para dejar espacio a Aishia y Sora, Celia se desplazó para quedar justo enfrente de él.

“Veo que has recogido a otro individuo terriblemente singular”, le dijo a Río, sonriendo como si no le molestara en absoluto.

“Eso parece. Las cosas se han animado mucho gracias a ella”. Rio miró a las dos que tenía a su lado con sutil timidez.

“Ya veo.”

“¿Cómo han ido las cosas por tu parte? ¿Están todos bien?” “Sí… Todo el mundo es genial”.

Todos vivían como si fuera natural no tener a Rio cerca. Río no existía en sus recuerdos. Incapaz de soportar lo triste que se sentía por ello, Celia bajó la mirada y asintió.

“Eso está bien, entonces”, dijo Río, feliz por el estado de paz de todos desde el fondo de su corazón.

“Es que… Mientras estábamos en Rodania, Aki y su hermano vinieron a la mansión. ¿Se lo has contado ya?” preguntó Celia, mirando a Aishia.

“Sí, he tenido noticias de Aishia. No parece ser un problema por el momento, ¿verdad? Especialmente para Miharu y Aki. He oído que las dos se reconciliaron”.

“Sí, Miharu y Aki han vuelto completamente a la normalidad. En realidad, creo que Aki ha madurado un poco más; quizá sea porque se sentía culpable hacia Miharu, pero parece que ahora ha aprendido a mantener una distancia adecuada. Ya no es tan pegajosa como antes, y parece mucho más tranquila que antes. El único problema que veo es su hermano mayor”.

“¿Takahisa hizo algo?” Rio preguntó temeroso.

“No ha hecho nada, pero… como se ha olvidado de ti, se ha olvidado de las cosas que pasaron en el pasado…”. Celia dijo vacilante. “Creo que está enamorado de Miharu. No, estoy segura”.

Adivinó con precisión la razón por la que Takahisa era un problema potencial.

“¿En serio? Supongo que tiene sentido”.

Takahisa había estado tan obsesionado con Miharu, que había tratado a Rio como a un enemigo sólo por estar a su lado. Rio sabía que Takahisa estaba enamorado de ella, y no podía imaginar que esos sentimientos desaparecieran sin motivo.

“Sí, puedo decirlo con sólo mirarlo. Pero Miharu no siente nada por Takahisa. Eso lo sé seguro”.

Celia miró fijamente a Rio como si quisiera señalar a quién amaba exactamente Miharu.

“…” Río no respondió. O no tenía conciencia de sí mismo, o no creía que pudiera ser su yo olvidado.

“Por eso creo que podría seguir siendo un problema potencial como ahora”, continuó Celia con un suspiro cansado. “Sí parece haber reflexionado fuertemente sobre sus actos, así que no nos queda más remedio que esperar y ver por ahora…”.

“Siento que mi borrado de la memoria de todos te haya causado tanto estrés”.

“No es culpa tuya. Busquemos la forma de que todos se acuerden pronto de ustedes”.

“Sí.”

Aunque aún no habían encontrado la forma de hacerlo, ni Rio ni Aishia eran pesimistas al respecto. Intercambiaron miradas entre ellos y asintieron con firmeza.

“Sora ya me habló de esa máscara y de la vida pasada de Miharu”.

“Claro.”

“Gracias por salvarnos a riesgo de perder tus recuerdos”, dijo Celia con expresión entristecida.

“No hace falta que me lo agradezcas”. Aunque sus recuerdos habían estado en peligro, Río sacudió suavemente la cabeza.

“Pero no quiero que pierdas tus preciosos recuerdos de todos”. Celia expresó sus sentimientos directamente a Río.

“Puede que yo sea una de las personas que olvidarás, ¿verdad? No olvidarás a otros trascendentes ni a sus discípulos, pero yo no soy ninguno de esos. Por fin me he acordado de ti, así que, por favor, no me olvides…”. protestó Celia, mirando fijamente a los ojos de Río.

“Lo sé. Yo también tengo miedo de olvidarme de todos”. Rio asintió con una sonrisa triste.

“Es por eso que ustedes dos necesitan evitar pelear lo más posible de ahora en adelante. Para que eso no ocurra”.

“Haré lo que pueda…”

“Somos nosotros los que tenemos que hacerlo lo mejor posible. Sora dijo que si seguimos dependiendo de ti para todo, gastarás todas tus máscaras en poco tiempo. Me gustaría analizar la máscara que me diste para ver si se puede replicar. No te importa que la siga guardando, ¿verdad?”. preguntó Celia, dejando la máscara rota sobre la mesa. La había traído consigo al salir de la mansión para preguntarle por ella.

“Por supuesto. Su efecto continúa hasta que se rompe por completo, así que deberías poder analizarlo así, pero avísame si quieres uno en perfectas condiciones.”

“Usaré esta agrietada por ahora. Planeaba analizar la máscara mañana, pero ya que estoy aquí… ¿Qué tal si le echo un vistazo ahora?”

“¿Puedes hacerlo?”

“Sí. Nunca he usado el hechizo antes, pero creo que debería funcionar”. “Entonces, por favor, hazlo”.

“Entendido. Bien… Magicae Explicare”. Celia respiró hondo y puso la mano sobre la máscara, recitando el conjuro. Una complicada fórmula de hechizo apareció en la punta de sus dedos, antes de proceder a envolver la máscara.

Desde el punto de vista de la imagen, era un espectáculo bastante sencillo. Celia tenía la mano extendida para lanzar el hechizo, y éste envolvía la máscara.

“¿De verdad funciona así?”

“Sí. Esto es increíble… La información está forzando su camino en mi cabeza. Pero eso no significa que pueda entenderla perfectamente. Tendré que concentrarme bastante…”. La expresión de Celia era totalmente seria.

“¡Ese es probablemente el hechizo que usó el discípulo de Lina! ¡Sora lo ha visto antes! ¡Esto podría ser realmente prometedor!” Dijo Sora con un brillo en los ojos. Sin embargo…

“Por lo que parece, cuanto más complicada sea la fórmula, más tiempo llevará el análisis. Y la de esta máscara es extremadamente compleja…”.

Celia no había hecho más que empezar el análisis, pero ya le sudaba la frente. “Lo siento… No creo que pueda analizarlo así”.

Incapaz de soportar la avalancha de información en su cabeza, Celia canceló el hechizo de análisis.

“¿Estás bien?” Río se levantó y se dirigió hacia ella. “Sí, estaré bien. Uf…”

Con un gran suspiro, Celia indicó a Rio que volviera a sentarse en el sofá.

“No tienes que esforzarte analizando la máscara. No pasa nada si no se puede replicar”.

Rio trató de coger la máscara de la mesa preocupado por Celia.

“Espera. Está bien”. Celia extendió inmediatamente la mano y la puso sobre la de Río.

“Pero…”

“Está bien. Puedo analizarlo poco a poco. Aunque puede llevar algo de tiempo…”

“No me importa si lleva tiempo, pero…”

Era un antiguo artefacto mágico creado por los Dioses Sabios para escapar de las reglas del dios verdadero. Ser capaz de analizarlo ya era bastante asombroso. Lo que a Rio le preocupaba era la carga que suponía para Celia.

“Está bien, de verdad. Déjame hacerlo a mí”. Celia miró a Río con determinación en los ojos. Cuando Rio aflojó el agarre, ella cogió rápidamente la máscara.

“Asegúrate de no exagerar, pase lo que pase”. “Sí, déjamelo a mí”.

“Gracias”. Río inclinó profundamente la cabeza.

“Dejando eso a un lado, ¿por qué no lanzaste la magia en silencio?”. preguntó de repente Sora.

“¿Eh? Porque la magia se hace recitando el conjuro, ¿no?”. Celia ladeó la cabeza con curiosidad.

Para ella, eso era de sentido común. Como la magia implicaba la incorporación de fórmulas de hechizos en el interior del cuerpo, el hechicero corría el riesgo constante de malograr los hechizos que llevaba dentro. La acción de recitar el nombre del hechizo era una salvaguarda contra eso.

“Es una medida de seguridad para la gente corriente, ¿no? Alguien que puede analizar un artefacto de un Dios Sabio, que ha adquirido las características de los discípulos de un Dios Sabio, debería ser capaz fácilmente de lanzar magia sin recitar el hechizo”, dijo Sora, mostrando lo mucho que apreciaba la capacidad de Celia.

“Pero… ¿cómo lo hago?”.

“¿Eh? Haz lo que hace Sora”. De repente, Sora se llevó el dedo índice a la cara, demasiado perezoso para explicarlo con palabras. Entonces…

“Hmph…”, canturreó pensativa. Una sencilla fórmula de hechizo apareció en la punta de su dedo, y una pequeña llama apareció con un bonito sonido “puf”.

“¡W-Wow! Es increíble”. gritó Celia asombrada. Rio también parpadeaba sorprendido. “¡Eso es realmente, realmente asombroso, Sora!” Celia aplaudió.

“N-No hay necesidad de alabar tanto a Sora. Tch,” Sora refunfuñó alegremente.

“¿Cómo haces eso, Sora? ¿Y cómo es que usas magia en vez de artes espirituales?”

“Sora usa artes espirituales, así que no puede usar magia. El truco es simple: Sora imaginó esta fórmula de hechizo en su cabeza y la hizo aparecer. Eso es todo. La clave está en poner las instrucciones del fenómeno que quieres que ocurra en la fórmula del hechizo.”

“Ah, ya veo. ¿Así que dibujas la fórmula del hechizo con artes espirituales y luego dejas que la magia se active?”. Como era de esperar de un genio hechicero, Celia comprendió rápidamente lo que Sora quería decir.

“¡Algo así!”

“¿Pero eso no significa que no puedo hacerlo? Soy un hechicero, así que no puedo usar artes espirituales con los hechizos en mi cuerpo”.

Los hechiceros utilizaban su propio cuerpo como artefacto mágico para almacenar fórmulas de hechizos. En cierto modo, esto podría considerarse una forma de modificación artificial del cuerpo. Al confiar a la fórmula del hechizo las instrucciones necesarias para crear un fenómeno, la hechicería podía activarse simplemente recitando el nombre del hechizo.

Sin embargo, el precio por ello era la incapacidad de utilizar artes espirituales, que permitían al hechicero alterar el fenómeno como imaginara. O al menos, así debería haber sido…

“Pero hay dos artes espirituales que un hechicero puede usar: la representación y la manipulación de una fórmula de hechizo”.

“Hmm. La representación y la manipulación…”

Las cosas que Sora estaba diciendo eran nuevas no sólo para Celia, sino también para Rio y Aishia. Escuchaban con los ojos abiertos de interés.

“Es diferente de hacer que las letras y las palabras aparezcan como luz,

¿sabes? Al activar la magia y la hechicería, la fórmula del hechizo que aparece como luz se denomina representación de una fórmula de hechizo. Sobrescribir esa fórmula representada se denomina manipulación”.

“Vaya”. Celia escuchó atentamente la explicación de Sora, su curiosidad intelectual despertó.

“Pero si le preguntaras a Lina, probablemente diría que técnicamente no son artes espirituales”.

“Como técnicamente no son artes espirituales, los hechiceros también pueden usarlas. ¿Es eso lo que quieres decir? Entiendo la lógica, pero ¿por qué no se consideran artes espirituales?”. Celia ladeó la cabeza pensativa, recordando la luz que aparecía al activar la hechicería y la magia.

Las fórmulas de los hechizos adoptaban la forma de patrones geométricos de letras y símbolos. La forma en que los hechiceros utilizaban su esencia mágica para hacer que la luz representara una fórmula de hechizo no difería de la forma en que los hechiceros utilizaban las artes espirituales para hacer que un fenómeno ocurriera como imaginaban.

“Ella dijo algo acerca de cómo una fórmula de hechizo es la ecuación para buscar una solución para el fenómeno, y no el fenómeno en sí. Era bastante complicado…”

Sora rememoró sus recuerdos de aquella época, repitiendo las palabras de Lina con vacilación. Francamente hablando, esta explicación era un poco escasa cuando se trataba de la pregunta de Celia, pero—

“Hmm…” Celia pareció entender lo que quería decir y tarareó interesada.

“También se activa de forma diferente a las artes espirituales normales. Las artes espirituales normales pueden activarse liberando una idea vaga junto con tu esencia mágica y dejando que el maná interprete el fenómeno deseado, pero la representación de una fórmula de hechizo no puede ser vaga. Tienes que memorizar toda la fórmula del hechizo y almacenar su forma claramente en tu cerebro para poder representarla.”

“¿Eh? ¿No es eso realmente difícil? Parece que sería más fácil para la gente que puede usar artes espirituales crear directamente el fenómeno… Y más rápido para los hechiceros simplemente recitar el hechizo que quieren usar…” Dijo Celia, señalando el defecto fatal de la representación de las fórmulas de los hechizos. Cuanto mayor era el grado de hechicería, más complejas eran las fórmulas. La fórmula de hechizo para crear una simple llama sería mucho menos intrincada que las de la magia de ataque.

Si había que memorizar con precisión la fórmula del hechizo, entonces apenas tenía utilidad práctica; eso pensaba Celia.

“Exacto. Es estúpidamente problemático. Lo que Sora creó antes podría hacerse en un instante con artes espirituales. Normalmente nadie se molesta con algo tan inútil”.

Sora se mostró de acuerdo con la desventaja señalada por Celia. “Entonces, ¿para qué sirve…?”. preguntó Celia, algo decepcionada.

“Es un caso diferente cuando se trata de los Dioses Sabios y sus discípulos. Son monstruos mentales capaces de procesar simultáneamente y acelerar el pensamiento. Los hechizos mágicos de grado superior son más fáciles de lanzar con recitación, pero la magia normal es más rápida de lanzar en silencio. Es por eso que si realmente eres el discípulo de Lina… Tú también podrías haber obtenido esa característica”, dijo Sora, mirando fijamente a Celia.

“Ya veo…”

“He intentado escribir palabras con artes espirituales antes. Lo hice para probar si podía dibujar una fórmula de hechizo como si estuviera pintando un cuadro, pero parece que requiere un enfoque diferente.” Habiendo escuchado todo hasta ahora, Rio ofreció su propia experiencia pasada para comparar.

“¡Como era de esperar del Rey Dragón! Mientras que las fórmulas de hechizos simples se pueden dibujar con el dedo como acabas de describir, la representación de la que hablaba Sora es realmente diferente. La fórmula del hechizo aparece instantáneamente de la nada, así que es diferente a dibujar con un pincel.”

“Si hay alguna magia o hechicería de la que conozcamos la fórmula del conjuro, ¿quizá podríamos intentarlo ahora?”. sugirió Celia nerviosa.

“¡Podrías!” Sora estuvo de acuerdo.

Así, empezaron a intentar representar sus fórmulas de hechizos.

“Esto es bastante difícil…” Rio se llevó el dedo índice de la mano derecha a la cara y miró al vacío. Imaginaba que la fórmula de un hechizo aparecía en la punta de su dedo, pero no ocurría nada.

A su lado, Aishia tenía la misma mirada perdida. “Parece que algo está a punto de activarse”.

“Cierto. Sería más fácil si sólo hiciera aparecer letras…”

Intentó hacer aparecer letras y recibió una respuesta instantánea. Definitivamente había algo diferente a la activación de las artes espirituales regulares.

“Hmm… Se siente diferente de cuando intento artes espirituales regulares. Esta se siente como algo que incluso yo podría hacer”.

Como ya se ha dicho, los hechiceros como Celia no podían utilizar las artes espirituales. Río le había enseñado antes la técnica necesaria para utilizar las artes espirituales, así que sabía cómo usarlas, pero las fórmulas de hechizo que había dentro de su cuerpo impedían su activación. Las instrucciones para crear un fenómeno no podían transmitirse al maná, la energía natural del mundo.

“He-he-he. ¡A Sora también le llevó un poco de tiempo aprender esto! Pero sólo un poco”. Sora parecía encantada de tener la oportunidad de enseñarle algo a Rio.

“Dado que puedo sentir algún tipo de reacción, no debería estar muy lejos de la marca para el proceso de representación. Todo lo que queda es…” Celia había entrado en su modo académico y estaba ocupada murmurando para sí misma.

“Bueno, al final le cogerás el truco. Lo más importante es recordar con precisión la forma de la fórmula del hechizo, como dijo Sora antes…”

Tras disfrutar al máximo de las reacciones de todos, Sora pensó que ya era hora de dar algún consejo más. Abrió la boca con eso en mente, cuando…

“Oh, lo hice”. Celia logró hacer aparecer silenciosamente una fórmula de hechizo. El hechizo que estaba probando era magia para una pequeña fuente de luz que flotaba ligeramente en el aire.

“Y por eso te llaman genio”. “Es increíble, Celia”.

Rio piropeó a Celia con cara de asombro, mientras que Aishia la felicitó sinceramente.

“¡¿Qué?! ¡Eso es imposible! ¡Ni siquiera Sora podría hacerlo sin más pistas!”. Sora chilló conmocionada.

“¿Hay algún truco aparte de memorizar toda la fórmula del hechizo?”.

“Hmm… Memorizar la forma de la fórmula es importante, pero resulta muy ineficaz si no entiendes el significado de la forma. ¿Quizás sea mejor una comprensión más profunda de la magia o la hechicería? Intenté recordar la sensación de lanzar la magia real para crear esta fuente de luz y simplemente funcionó”.

“Ya veo…”

“Puede que nos cueste más entender la sensación de usar magia, ya que sólo podemos usar artes espirituales”.

Río y Aishia escucharon la explicación de Celia. Su forma teórica de pensar y su mente de genio probablemente la habían ayudado a comprender rápidamente lo que tenía que hacer.

“¡S-Sora estaba a punto de enseñarte eso, Rey Dragón! El truco para entender la fórmula del hechizo va así… Umm…” Sora se apresuró a intentar atribuirse el mérito de haberles enseñado.

“¿Sabes cómo los lanzadores de artes espirituales pueden entender e imitar la hechicería de un artefacto mágico tocando el artefacto y leyendo el flujo de esencia mágica? Quizá puedas usar esa sensación como referencia”, añadió Celia a modo de explicación.

“¡S-Sora iba a decir eso más tarde! ¡Lee la habitación! ¡Sólo porque aprendiste a hacerlo un poco rápido no te da derecho a ser engreída por ello!” Sora arremetió con lágrimas en los ojos.

“Lo siento. Sólo pensé que esto era más fácil de entender como hechicero que como lanzador de artes espirituales. Era divertido pensar en ello”. Celia tranquilizó a Sora con una mirada confusa.

“Ya está, Sora. Aishia y yo aún no sabemos cómo hacerlo, ¿puedes enseñarnos?”

Placada por las palabras de Río, Sora asintió feliz. “¡Por supuesto!”

“Intentaré dibujar en un papel unos cuantos hechizos con fórmulas sencillas”. Con un suspiro de alivio, Celia se levantó para coger papel y bolígrafo.

Dibujar la fórmula de un hechizo en papel con tinta normal no activaría la hechicería mientras no se suministrará esencia mágica como combustible. Era la manera perfecta de practicar para tener una idea de las cosas.

Y así, Río y Aishia enviaron su esencia a la fórmula que dibujó Celia para confirmar cómo debía sentirse. Río solía utilizar este método para aumentar las artes espirituales que podía usar cuando estaba en la Real Academia, así que se le daba rápido. Aishia tenía un talento excepcional para las artes espirituales, así que tampoco tuvo problemas.

“Muchas gracias. Ahora que puedo hacerlo, veo lo que Sora quiso decir antes. Es mucho más fácil simplemente activar las artes espirituales. Tener que usar un método diferente de activación hace que sea difícil de llevar a cabo rápidamente, y memorizar cada fórmula de hechizo una por una sería ineficiente para Aishia y para mí. ¿Qué opinas, Celia?” Rio llegó a la conclusión de que probablemente no volvería a usar esto en el futuro, así que se dirigió a Celia para pedirle su opinión.

“Me resulta bastante fácil de usar; me gusta. Tendré que probarlo un poco más, pero creo que sería más rápido para mí usar el lanzamiento silencioso hasta la magia de grado intermedio o así. Estaría bien lanzar magia al instante sin recitar el nombre del hechizo, como con las artes espirituales”. Como hechicera, sentía cierta admiración por las artes espirituales. Celia sonrió feliz por el nuevo poder que había adquirido.

“Lina era capaz de lanzar hechizos difíciles en silencio, así que tú también deberías hacerlo lo mejor posible, Celia”, dijo Sora, animándola con un deje de vergüenza.

Los ojos de Celia se abrieron de par en par. “Vaya, gracias. Y gracias por decir mi nombre”, le agradeció alegremente.

“S-Sora sólo tenía ganas. El Rey Dragón se molestará si no lo haces”. Sora se dio la vuelta, mostrando a Celia su redonda mejilla.

“Tendré que trabajar más duro entonces. He-he”. Con una elegante sonrisa, Celia apretó los puños, pareciendo motivada.

“Sora se quedará en la mansión unos días más así. Por favor, continúa enseñando a Celia durante ese tiempo, Sora”.

“¡Por supuesto!” respondió Sora con energía.

“¿Has decidido qué hacer después de esos días?”. preguntó Celia.

“Sí. Puede que haya algo más que se pueda hacer sobre las reglas de dios aparte de la máscara. Estoy pensando en hacer un viaje para encontrar más pistas sobre Lina. Podría llevar unas semanas”.

“Ya veo. Tendré que analizar lo que pueda en ese tiempo”. Celia se sentía triste e incómoda por separarse de Río en una situación así, pero acababa de decidir no depender tanto de Río y Aishia.

“Una vez que Sora deje la mansión, Aishia se quedará en su lugar.”

Rio se había preguntado a quién llevar entre Aishia y Sora, pero había muchas posibilidades de encontrar rastros de otros trascendentales y sus discípulos en el viaje. Sora era la única que los conocía de cuando estaban cerca, así que decidió que lo mejor sería que ella le acompañara esta vez.

“¿De verdad? Será solitario sin ella cerca, pero será agradable estar contigo otra vez, Aishia”.

“Sí. No me sentiré sola si también puedo hablar contigo”. Celia y Aishia hablaron e intercambiaron una mirada.

“¡Eso significa que Sora puede estar con el Rey Dragón otra vez!” “Sí. Contaré contigo, Sora.”

“¡Por supuesto!” respondió Sora, lo bastante feliz como para ponerse a bailar en el acto.

Durante la hora siguiente, los cuatro disfrutaron de su tiempo juntos. El día había empezado con el ataque a Rodania al amanecer, así que Celia ya tenía que estar agotada. Como no podía quedarse demasiado tiempo, el momento de despedirse llegó en un santiamén.

“Cuídate. Por favor, tráela de vuelta sana y salva, Sora.”

Rio y Aishia se quedaron en la entrada de la casa, despidiendo a Celia y Sora.

“¡Claro que sí! Vamos, Celia”.

Sora intentó levantar a Celia, pero antes de que pudiera, Celia se acercó a Rio y le llamó con una mirada de determinación.

“Oye, sobre las reglas de Dios, definitivamente haré algo al respecto”.

“Todo el mundo recuperará la memoria para que tú y Aishia podáis vivir con nosotros sin ninguna pena. Sora podrá unirse a nosotros y todos podremos volver a vivir juntos”, dijo, expresando con palabras su deseo, por el momento imposible.

“Sí… Definitivamente.”

“Probablemente no podré despedirte el día de tu partida, así que lo haré ahora. Buen viaje, Rio”, dijo Celia, abrazando a Rio con fuerza.

“Hmph…” Sora dio un paso adelante para separarla de Río, pero pareció cambiar de opinión tras ver que Celia se aferraba a él.

“Tch… Lo que sea.” Se detuvo dónde estaba. Aishia se acercó a Sora en su lugar.

“Qué admirable por tu parte, Sora”. Le acarició suavemente la cabeza. “C-Cállate. No trates a Sora como a una niña.”

Sora lanzó una breve mirada de satisfacción antes de apartar rápidamente la mano de Aishia con un sonrojo. Luego se volvió para mirar a Celia a la espalda, inflando las mejillas.

“¡Hey, Celia! ¡¿Cuánto tiempo vas a aferrarte al Rey Dragón?! ¡Nos vamos!”

Ya fuera para ocultar su vergüenza o porque se le había acabado la paciencia, Sora intentó apartar a Celia de Río.