Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 2

Capítulo 10: Pechka En El Mundo De Las Criaturas

Parte 1

 

 

Pechka

El mundo real había estado nublado durante todo el periodo de mantenimiento, con una probabilidad de precipitaciones que oscilaba entre el 50 y el 70%. Hacía tiempo que Pechka no veía el sol, pero a pesar de ello, verlo ahora no le decía nada. Este sol sólo había sido creado con el propósito de iluminar y no despertaba ninguna emoción en ella. Lo mismo ocurría con el viento que soplaba y la bruma de polvo. No tenían ningún significado más allá de servir como parte del telón de fondo.

Pechka se puso en cuclillas, se levantó, se puso en cuclillas y se levantó de nuevo, empujando las rodillas con las manos para conseguir un buen estiramiento.

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Ahora que había vuelto a iniciar sesión en el juego, Pechka se encontraba en la zona del páramo, esperando a Clantail. Sus hábitos no iban a cambiar, incluso ahora que había recuperado la memoria. Su teléfono mágico chirrió, así que lo comprobó. Había un mensaje de Pfle.

Aquí Pfle. Quiero convocarte. Dime dónde estás y vigila tus alrededores.

Pechka también quería reunirse. Ella respondió con su ubicación actual.

Puso en marcha la aplicación del mapa en su teléfono. En él aparecían tres iconos en la zona del páramo: Clantail, Pechka y Rionetta. Tanto Clantail como Rionetta se dirigían hacia ella. Sería mejor esperar aquí en lugar de vagar ella misma por algún lugar.

Cuando el viento amenazaba con llevarse su sombrero, Pechka lo sujetó con la mano izquierda, lanzando un suspiro. El icono de Rionetta estaba allí. Se sintió aliviada de que la otra chica no se hubiera dado de baja de su grupo.

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No pasó mucho tiempo antes de que oyera los cascos. Alguien corría hacia ella, levantando polvo. Era Clantail.

Había cosas de las que Pechka quería hablar, concretamente de lo que había pasado antes. Habían pasado muchas cosas a la vez, una tras otra, y no había podido contarle a Clantail toda la historia de Nonako. Ella y Rionetta habían tenido una gran pelea, pero incluso después de eso, Nonako había luchado para proteger a Rionetta, y Pechka quería contárselo a Clantail. También quería hablar de los recuerdos que habían recuperado.

Clantail se detuvo a poco más de diez metros de Pechka. Incluso a distancia, parecía un poco delgada. Sus mejillas habían sido más redondeadas antes del periodo de mantenimiento. Su expresión era dura. Su mano derecha flotaba a medio camino entre alcanzar a Pechka y colgar floja. Pechka iba a llamarla, pero Clantail habló primero. Parecía que intentaba que su voz no temblara. “Baja tu arma.”

Pechka observó a Clantail con desconcierto. Pero Clantail no la miraba a ella. Su mirada estaba dirigida a algo detrás de ella.

Pechka olió a rosas y algo frío le tocó el cuello. Sintió el metal, y el olor a hierro templado pasó por sus fosas nasales, junto con el olor pegajoso de la sangre. Antes de que Pechka pudiera mover un músculo, fue agarrada por la parte posterior del cuello, lanzada como si fuera tela o papel, y golpeada contra el suelo. Su teléfono mágico salió rodando del bolsillo. No consiguió amortiguar la caída y su espalda golpeó el suelo con la suficiente fuerza como para que se quedara sin aliento. Abrió y cerró la boca sin sonido, incapaz de inhalar.

El sol estaba a la espalda de su atacante, y su potente resplandor ocultaba su expresión. Pero Pechka pudo discernir el atuendo de la chica mágica que la había lanzado: sus orejas puntiagudas, las lianas sinuosas, las grandes rosas, el arco largo y las jabalinas.

“No te ace’que’ má’.” Ella no estaba hablando con Pechka. Ese comentario era para Clantail. Ella había estado corriendo para tratar de salvar a Pechka, y Melville le estaba ordenando que se mantuviera alejada. “Pie’dete.” La jabalina de Melville estaba apuntando a la barbilla de Pechka.

Pechka no podía hacer ningún ruido. No podía gritar pidiendo ayuda ni huir, y no porque se le hubiera ido la respiración. Estaba demasiado asustada para moverse. Lo haré ahora, lo haré ahora, se dijo a sí misma, pero cuando llegó el momento, sólo temblaba, incapaz de actuar.

Estaba insoportablemente aterrorizada por la chica mágica que estaba detrás de ella y sus actos casuales de violencia. Pero más que la vileza en sí, eran esas lianas, esas rosas y esas orejas puntiagudas las que inspiraban tanto miedo en Pechka. Ahora recordaba a la que las había forzado a un baño de sangre, Músico del Bosque, Cranberry. Melville se parecía tanto a ella.

“Pié’dete.”

Clantail no se movió. Melville clavó sus dedos en las costillas de Pechka y la hizo rodar. Sucedió tan rápido que Pechka ni siquiera pudo sobresaltarse cuando un dolor peor que el del golpe en el suelo se disparó desde la punta de los dedos hasta el cerebro. El tacón de Melville estaba aplastando el dedo índice derecho de Pechka, doblándolo mucho más de lo debido. A Pechka se le llenaron los ojos de lágrimas.

“Pié’dete.” Melville levantó su tacón y a continuación destrozó el dedo corazón de Pechka en la misma mano. Pechka apretó los dientes.

“Pié’dete.”

Luego su dedo anular. Incapaz de soportarlo, Pechka gritó. El dolor y el miedo controlaban su cuerpo. Sintió que los cascos se retiraban a través de la tierra. Clantail estaba cediendo a la demanda de Melville y retrocediendo. Poco después, se acercó otra serie de pasos.

“¿Qué está pasando aquí?” Era Rionetta. Sonaba tan despreocupada. Pechka levantó la cabeza. La expresión de Rionetta también era despreocupada. Se veía extrañamente desaliñada sin su manga derecha, que había desaparecido desde antes del último período de mantenimiento. “Bueno, no hace falta que me expliques para que entienda esta situación.”

“¿Oh? ¿Me volverá’ a ayuda’?”

“¿Cuánto piensas pagar?” Preguntó Rionetta. “Lo mi’mo de ‘iempre.”

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“Pero ahora la situación es diferente. La amenaza para ti es mucho mayor ahora, ¿no?”

“Ere’ una diablilla a’tuta. ¿Cie’to?” “Bueno, adiós.”

“¡Espera!” El rugido de Clantail cortó la conversación de Rionetta y Melville. “¡¿De qué están hablando?!”

Como si estuviera dando un paseo, Rionetta se adelantó y le dirigió una mirada de soslayo a Clantail, clavada en el sitio por orden de Melville. “Hablas como si yo fuera la peculiar aquí. ¿Pero no es más bien que todas ustedes eran simplemente inconscientes? Por diez mil millones de yenes, uno esperaría que alguien muriera, ¿no crees?”

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“¡¿Qué…?!”

“E’taba de’tinado a ocurrir por no’otra’ ‘er una’ criatura’ tan terribleme’te extraña’ como lo ‘on la’ chica’ mágica’.”

Rionetta se detuvo frente a Pechka.

“Cranbry me lo dijo. Me co’tó que Akane inte’tó mata’la en el ho’pital, que @Meow-Meow aún reco’daba algo del pa’ado de’pué’ de que ‘u’ recuerdo’ fuera’ ‘obre’crito’, y que Rionetta e’taba loca por el dinero. Que hará cualquie’ co’a por u’ precio. Como acabo ‘e demo’tra’.”

Lazuline siempre había traducido para Melville, pero ahora no estaba allí, así que Pechka sólo podía entender parte de lo que decía.

¿Cranberry le había dicho a Melville algunas cosas?

¿Como que Akane había intentado matar a Cranberry en el hospital?

¿Que @Meow-Meow había recordado un poco, incluso después de que sus recuerdos fueran sobrescritos?

¿Y que Rionetta estaba obsesionada con el dinero, y que haría cualquier cosa si le pagaban?

“Primero   amenazas.”    Dijo   Rionetta.    “¿Y   ahora   me   llamas obsesionada por el dinero? Qué viciosa.”

“¡Rionetta… tú…!” Comenzó Clantail.

Rionetta se volvió hacia Clantail con un encogimiento de hombros. “No soy el único individuo interesado entre nosotras.” Tras otra media vuelta, sonrió a Pechka. Las garras salieron disparadas de su mano derecha, brillando en la abrumadora luz del sol, y se lanzaron hacia el cuello de Melville. Melville levantó su jabalina para bloquear el ataque. El sonido del metal chocando contra el metal y el áspero gemido de la jabalina llegaron a los oídos de Pechka.

“¿Qué e’ e’to?” Preguntó Melville.

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“No puedo consentir que se lesionen las manos de Pechka. Hice una promesa. Y además, si te mato, el juego habrá terminado, ¿no es así? No aceptaré ninguna petición del Rey Malvado.” Esta vez, Rionetta arremetió con las garras de su mano izquierda, y Melville le agarró el brazo para también bloquear ese golpe.

“Pié’dete.” Melville no estaba diciendo eso a Pechka o Rionetta. Esa orden era para Clantail. Agarrando el brazo izquierdo de Rionetta y bloqueando la garra derecha con su jabalina, Melville pateó la mandíbula de Rionetta con su pierna libre.

Bueno, eso era sólo una suposición por parte de Pechka, sin embargo, una vez que había presenciado el resultado. Ni siquiera había visto lo que había hecho Melville. Oyó un sonido explosivo en el aire, seguido por el fuerte golpe de un objeto duro que chocaba con algo aún más duro, y después, Melville ya no estaba de pie sobre sus dos piernas; una estaba levantada en el aire. Después de haber soportado patadas de fútbol de un demonio, ese único golpe destrozó la cabeza de Rionetta en innumerables fragmentos de madera y le arrancó la cofia de cuajo y hecha jirones.

“Déjame volvé’telo a deci’. Pié’dete.” Melville no dejó de mirar a Clantail.

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El cuerpo de Rionetta se desplomó contra Melville como una muñeca a la que le hubieran cortado las cuerdas. Ambos brazos colgaban sin fuerza, hasta que envolvieron alrededor de los brazos de Melville y apretaron. “¿Creías que una maestra de marionetas… dejaría su propio cuerpo expuesto?”

La espalda de Rionetta se abrió y algo saltó. Era una chica diminuta que se parecía a Rionetta como humana, salvo que era una talla más pequeña, y empuñaba un cuchillo en su mano derecha. Los brazos de Melville estaban atados. La chica se quitó de encima a Rionetta y saltó para clavar su cuchillo en la cara de Melville. “Mi magia me permite manipular marionetas. Confundir una muñeca con mi cuerpo real ha provocado tu muerte.” Apuñaló a Melville justo entre los ojos, clavando el cuchillo hasta que sólo se vio la empuñadura.

La expresión de Melville se congeló por el shock, la sangre se derramó por su cara y goteó en el suelo. “Buen trabajo.” Dijo, antes de zafarse a la fuerza del agarre de la muñeca. Con el cuchillo todavía en la frente, Melville agarró el brazo de la chica con la mano derecha, y la izquierda se dirigió al cuello de la chica.

Un grito de dolor se le escapó a la chica. “¿Có… mo…?”

Melville no respondió. Su mano apretó aún más el cuello de la chica. Pechka oyó cómo se rompían los huesos al tiempo que la sangre goteaba de la boca de la chica, y se limitó a observar, incapaz de apartar la mirada. La cara de la chica se retorció de arrepentimiento, y el cuerpo de madera que se desplomaba contra Melville se deslizó hacia abajo y cayó al suelo de frente en una nube de polvo. Con el cuchillo que aún sobresalía de su cabeza, Melville arrancó el cuello de la chica y luego la arrojó a un lado.

“Pero tu truco no ‘ervirá de nada una ve’ que haya’ revelado el truco.” El cuerpo de Melville se desdibujó y luego cambió de forma. El cuchillo que debía estar clavado en su frente estaba ahora en su mejilla derecha. Sacó la hoja, y la sangre brotó de la herida. Tirando el cuchillo, Melville volvió a agarrar el cuello de Pechka, la levantó bruscamente y salió corriendo.

“Te’go que irme. Vienen la’ entrometida’.”

***

 

 

Nokko

El grupo de Nokko había empezado en el castillo del Rey Malvado, así que ahora corrían hacia la zona del páramo para reunirse con las demás. Nokko se esforzaba por esprintar lo más rápido posible, pero a ese ritmo, a Lazuline le quedaba suficiente aliento para charlar. Por supuesto, como Pfle iba a lomos de Shadow Gale, tampoco resoplaba. Mirando a Shadow Gale con el rabillo del ojo, Nokko se dio cuenta de que parecía pálida. ¿Era porque le costaba correr o porque sus recuerdos restaurados la perturbaban? Nokko no lo sabía.

Mientras corrían implacablemente por los suelos de mármol del castillo, los golpes de tres pares de pisadas resonaban y se desvanecían tras ellas.

“Entonces, ¿Melvy realmente es la culpable?” Dijo Lazuline. “Pero Bell estaba en el grupo de Melvy, y también Cherny. No tiene sentido que Melvy las haya matado.”

“Eso a un lado, piensa en su aspecto.” Dijo Pfle. “¿A quién te recuerda?” ¿A quién se parecía Melville? Pfle respondió a esa pregunta por sí misma. “Sí, a Músico del Bosque, Cranberry. Se parecen mucho. Por supuesto, no es simplemente una cuestión de apariencia. Melville es la única que podría considerar como la culpable: el Rey Malvado que acecha entre los jugadores.” Pfle parecía más nerviosa que antes del periodo de mantenimiento. Tal vez sus recuerdos restaurados también la estaban torturando. “Melville es quien robó la moneda de Masked Wonder, y también quien manipuló los valores de los caramelos de Cherna Mouse. Su magia hace posible ambas hazañas.”

“Pero la magia de Melvy cambia el color de su cuerpo para confundirse con el fondo, ¿no? ¿Cómo puede hacer esas cosas con ese poder?”

Atravesaron la puerta y entraron en la zona de los páramos. El sonido debajo de ellas pasó de golpear la piedra a pisar la tierra, y una espesa polvareda se levantó detrás de ellas. Casi habían llegado a la ubicación de Pechka.

“Nos hizo subestimar el alcance de sus poderes.” Explicó Pfle. “Nos dijo que sus habilidades eran más limitadas de lo que realmente eran para evitar exponer los crímenes que cometía con ellas. Estoy segura de que su magia incluye no sólo la capacidad de alterar libremente su propia apariencia, sino la apariencia de cualquier cosa. Si es así, podría falsificar la pantalla de su propio teléfono mágico utilizando su magia en él. Podía hacer que pareciera que no tenía la Moneda Milagrosa, aunque realmente la tuviera. Y lo mismo hizo con el caramelo de Cherna Mouse. Todo lo que tenía que hacer era hacer que la pantalla de su teléfono mostrara un número diferente al que realmente tenía. Y Cherna Mouse habría dejado que Melville tocara su teléfono sin ninguna sospecha.”

“¿Hablas en serio?” Preguntó Lazuline.

“Estoy hablando en serio. Creo que Melville también está detrás del incidente en el que Genopsyko se llevó a @Meow-Meow con ella o, al menos, creo que puede haber sido la autora intelectual.”

“Ahora estás tratando de culpar a Melvy de todo, ¿no?”

“De todas nosotras, Melville habría sido la única capaz de esconder a Genopsyko inmediatamente cuando fue asesinada. Habría aprovechado la confusión para camuflar el cadáver y esconderlo. Luego simplemente tendría que recuperarlo después.”

“¡Pero Genopsyko seguía viva después de eso! Cherny y yo la vimos en la ciudad baldía, y también cuando luchamos contra el Gran Dragón.”

“No habló con nadie después de que Akane la cortara, y eso es inexplicable. Eso no tendría ningún sentido, si Genopsyko estuviera actuando bajo su propia voluntad. Pero las acciones de Genopsyko sí tienen sentido si asumes que fueron inducidas por la magia de alguien más: la cómplice de Melville.”

“¿Alguien estaba ayudando a Melville?”

“Hay una magia que puede controlar las estatuas de mármol. Una habilidad así también podría, ciertamente, controlar un cadáver.” Dijo Pfle.

Manipular un cadáver con magia. Sólo con imaginarlo, Nokko sintió un violento escalofrío.

“¿Te refieres a Rionetta?” Lazuline se opuso tenazmente al argumento de Pfle. No estaba convencida. “Tal vez Melvy hizo un montón de cosas malas, en el peor de los casos, ¡pero no hay razón para que Rionetta la ayude con todo eso! ¡De ninguna manera!”

“Bueno, supongo que tendrías que preguntarle a una de ellas directamente. E incluso si Rionetta no estuviera cooperando proactivamente con Melville, puedo pensar en una variedad de formas en que Melville podría haber negociado con ella, como el soborno, las amenazas o la intimidación. Era absolutamente factible para ella. Y como todo esto encaja tan bien, eso lo hace bastante probable.”

“Hnghh…” Con los labios fruncidos, Lazuline gimió. No parecía satisfecha con eso. “Es que… sigue siendo raro. Melvy no tenía ninguna razón para matar a Cherny. Cherny se encariñó con ella, y Melvy… no quiero decirlo así, pero sí que supo utilizarla.”

“Si Melville está conectada con Cranberry, entonces apostaría que esencialmente, no necesita ninguna razón para matar a nadie. Si nos dijera que lo hizo simplemente porque quería hacerlo, mi única respuesta sería: Oh, ¿en serio?

“Espera un segundo. Siento que esto sea un poco básico, pero… has estado hablando de Cranberry esto, Cranberry aquello. ¿Quién es esa persona? ¿Dices que se parece a Melvy?”

Pfle se sobresaltó. Era muy poco habitual que dejara traslucir la sorpresa, el disgusto o cualquier otra emoción. Shadow Gale se giró para mirarla. La tensión era evidente no sólo en su expresión sino incluso en su cuello, y estaba claramente nerviosa. Nokko también se sorprendió.

“¿Eh? ¿Qué pasa?” La mirada de Lazuline decía que no sabía a qué venía tanta conmoción. Inclinó un poco la cabeza.

Pfle alzó ligeramente las cejas, como si intentara disimular su sorpresa, y luego su mirada se dirigió a Nokko.  “¿Y tú, Nokko?

¿Conoces a Músico del Bosque, Cranberry?”

“Sí.” Nokko asintió. Conocía tan bien ese nombre que le dolía: Cranberry, Músico del Bosque, la chica mágica que la había obligado a una batalla a muerte para aprobar su examen de selección de chica mágica.

“Bueno, hablemos de eso más tarde.” Dijo Pfle. “Ahora mismo, tenemos algo más importante que tratar.”

***

 

 

Pechka

A Pechka le dolían tanto los dedos rotos que pensó que iba a perder la cabeza. De todos modos, habría preferido volverse loca. Sus uñas estaban rotas, y sus dedos apuntaban en todas las direcciones. Los peores tenían huesos rotos que atravesaban el músculo y la piel sangrantes. Pechka apartó los ojos de su mano derecha. Su visión la hizo desfallecer.

Pero al cerrar los ojos sólo recordó las imágenes de hace unos momentos. En el oscuro interior de sus párpados, vio a Rionetta, con el cuello roto, colgando sin fuerzas de la mano de Melville.

Rionetta había intentado salvar a Pechka. Al parecer, había estado cooperando con Melville por dinero, pero, a pesar de ello, había tratado de salvar a su compañera de equipo.

Pero Pechka se había congelado. Justo cuando Melville estaba a punto de matar a Rionetta, Pechka podría haber agarrado al menos las piernas de Melville. Pero se había quedado quieta. Había estado asustada, aterrorizada, y era incapaz de estirar la mano, aunque había vuelto al juego diciéndose a sí misma que ya no quería ser tan pasiva e indefensa. Pero aun así no había sido capaz de hacer nada. No es que lo haya intentado y haya fracasado. El fracaso había llegado antes del intento. No había sido capaz de moverse, a pesar de que Rionetta podría haber sobrevivido si Pechka hubiera hecho algo. Pero Pechka se había puesto por delante y se había congelado. Igual que la última vez.

¿Qué debió sentir Rionetta cuando intentó salvar a Pechka? Siempre había elogiado la cocina de Pechka, hablando de lo increíble que era. Tenía una lengua afilada, se peleaba constantemente con Nonako y le daba miedo a Pechka desde que se conocieron, pero aun así, había sido una amiga.

Todas estas cosas daban vueltas y vueltas dentro de la cabeza de Pechka. Mientras tanto, Melville corría, llevando a Pechka. Había llegado al borde de la zona del páramo, y desde ese punto, comenzó a correr en un círculo en el sentido de las agujas del reloj. Clantail la perseguía. Cuando se acercaba demasiado, Melville hería a Pechka para advertirle que se alejara. Clantail se mantenía a unos veinte metros de distancia, siguiéndolas a una distancia ni demasiado cercana ni demasiado lejana. Entre las nubes de polvo, Pechka pudo ver la cara de su compañera.

Parecía triste. También enfadada. En cualquier caso, era la primera vez que Pechka la veía con esa expresión.

Las emociones de Clantail nunca se mostraban en su rostro. Sus gestos eran los que revelaban las cosas que intentaba mantener ocultas en su interior. Cuando su cola de ciervo se levantaba después de derrotar a un enemigo, estaba triunfante. Cuando se movía hacia arriba y hacia abajo durante una comida, significaba que la estaba disfrutando. Cuando no le gustaba, se frotaba las patas delanteras contra el estómago.

En este momento, no hacía ningún gesto que sugiriera lo que estaba sucediendo en su interior. Sólo estaba su cara. Ella estaba tratando de salvar a Pechka. Clantail quería salvarla pero no podía ni acercarse. Como era rápida, le habría sido fácil alcanzar a Melville, pero estaba preocupada por la seguridad de Pechka y se vio obligada a mantener la distancia. Clantail había sido la más fuerte de su grupo. Era la que más monstruos había derrotado, le habían confiado el matadragones durante la lucha contra el Gran Dragón y, además, había recibido un equipo +10 del castillo del Rey Malvado. Rionetta y Nonako habían contado con ella para ser su piedra angular en la batalla, y Pechka había confiado en ella sobre todo.

Si Clantail pudiera alcanzarla, entonces estaría segura de ganar. Melville era muy fuerte —había luchado contra Rionetta—, pero Clantail saldría sin duda victoriosa.

Si pudiera frenar a Melville de alguna manera… Pero cuando ese pensamiento cruzó la mente de Pechka, una agonía le atravesó el brazo derecho y gritó. Melville había golpeado la mano izquierda de Pechka con su arco. Aunque el golpe fue sólo una bofetada, la fuerza de Melville era atípica, y su arco largo, lo suficientemente resistente como para soportar la fuerza de una chica mágica, era anormalmente duro. Le abrió la piel de la mano izquierda, y la carne que había debajo se hinchó mientras la sangre brotaba de la herida. Pechka pudo ver sus propios huesos.

“No te mueva’.”

Sólo eso bastó para detener a Pechka de hacer cualquier cosa. Le dolía el brazo izquierdo. Estaba asustada. Sabía que Clantail estaba siendo forzada a retroceder por su culpa, pero aun así no podía moverse. Su cuerpo estaba congelado.

“Acabaré con e’to ante’ de que pueda’ alca’zarme.” Todavía corriendo a gran velocidad, Melville lanzó a Pechka por delante de ella. Pechka ni siquiera tuvo tiempo de sobresaltarse antes de caer al suelo. Se cubrió la cara con las manos, pero ambas estaban horriblemente destrozadas. Se retorció de dolor cuando el impulso del lanzamiento la hizo caer por el suelo, y justo cuando se detuvo, Melville la alcanzó. Melville pisó el cuello de Pechka para sujetarla y se dio la vuelta para mirar a Clantail.

“Pié’dete.”

Clantail no pudo acercarse. El pie de Melville estaba en el cuello de Pechka. Una fuerte inclinación le rompería el cuello, y Melville lo sabía. Eso la puso en posición de decirle a Clantail qué hacer. Pechka también lo entendía, pero seguía sin poder moverse.

El cuello de Pechka crujió bajo la tensión. Melville estaba poniendo su peso sobre él. “Te queda’ como e’tá’ ahora. No te mueva’.”

Melville encajó una jabalina en su arco. Tiró de la cuerda del arco, apuntando a Clantail. Clantail se estremeció, pero no tenía dónde correr. Melville disparó, y el tiro rebotó en el escudo de Clantail y se estrelló contra un edificio alto situado a unos cientos de metros detrás de ella. La parte superior del edificio se desplomó. El impacto fue más de lo que Clantail pudo soportar, y transformó la parte inferior de su cuerpo en un caimán para sujetarse mientras salía despedida hacia atrás.

“Ah, el E’cudo +10, ¿eh? E’ muy bonito.” El segundo y tercer disparo de Melville rebotaron en el escudo de Clantail, y cada uno de ellos hizo retroceder a Clantail. Las jabalinas levantaron tierra y arena dondequiera que cayeran, casi como explosiones.

Clantail las bloqueó todas con su escudo. No la golpeaban, pero se escondía detrás de su escudo, con los hombros agitados. Tenía el equipo +10, pero el arco de Melville era anormalmente poderoso y lo manejaba un arquero también anormalmente poderoso. Pechka había visto a Melville disparar jabalinas muchas veces, pero nunca la había visto disparar con tanta potencia y velocidad, con o sin modificador.

—Melville lo había ocultado.

Había estado ocultando su verdadera habilidad. ¿Pero para qué?

¿Había previsto que empezarían a matarse unas a otras?

Melville encajó otra jabalina en su arco. Pechka no sabía si Clantail podría aguantar un disparo más. E incluso si lo conseguía, ¿qué pasaría con el siguiente? ¿Y el siguiente?

Mahou Shoujo Ikusei Volumen 3 Capitulo 5 Parte 1 Novela Ligera

 

Si Pechka actuaba, Clantail no tendría que quedarse ahí y aguantar. Podría acercarse y contraatacar. Pero eso significaría que Pechka, la rehén, pagaría por ello. Pechka moriría.

Los brazos y las piernas de Pechka se negaban a moverse. No se movían, hiciera lo que hiciera. No podía respirar. Pero aunque no pudiera mover sus extremidades, podía mover algo más, al menos, alguna otra parte…

“¡Espera!” Gritó Pechka, y luego se estremeció por lo que había hecho.

“¿Qué?” Melville se apoyó en su pierna. Las articulaciones del cuello de Pechka gimieron.

“Una chica mágica…”

El peso en su cuello disminuyó.

“Una chica mágica no lucharía de esta manera.”

Pechka sabía que estaba provocando a Melville. Esto podría hacer que la mataran. Sería extraño que Melville no la matara. Aunque Pechka había pensado que había venido aquí dispuesta a morir, la idea le hizo castañetear los dientes. Se sentía como si la estuvieran molestando, al borde de que le aplastaran los órganos internos. Su corazón se preparaba para la muerte, pero su cuerpo no podía alcanzarla. Su cuerpo lloraba, tengo miedo, tengo miedo.

“Habla.” Melville no quitó sus ojos de Clantail, pero su atención estaba en Pechka. Tenía curiosidad por lo que tenía que decir. Pechka temblaba de frío a pesar del sol brillante del páramo.

Pechka explicó. Las chicas mágicas eran fuertes. Fuertes y orgullosas. Eso era algo a lo que Cranberry había aspirado. Ella había querido que las chicas mágicas fueran fuertes, y por eso las había obligado a participar en esos combates mortales. Lo que el mundo necesitaba no eran chicas mágicas cobardes que tomaran rehenes para intimidar a sus oponentes, sino del tipo que luchaba limpiamente y derrotaba a sus enemigos sin ventaja.

La propia Pechka ni siquiera entendía realmente lo que decía mientras continuaba. Le dolía la mano derecha. También la izquierda. El peso que le sujetaba el cuello le presionaba la cara contra el suelo. Estaba asustada. Estaba aterrorizada. Sentía que su corazón se iba a detener. La habían agarrado por el cuello y la habían tratado como un objeto, y había vomitado el ácido de su estómago. Ahora lo único que podía hacer era mover la boca mientras la saliva salía de ella de forma desagradable. Pero aun así, su boca se movía.

Una chica mágica no necesitaba rehenes. Ella no andaría por ahí así. Ella no manipularía la cantidad de caramelos para deshacerse de alguien. Ella no compraba aliados con dinero. Una chica mágica luchaba contra los fuertes limpiamente. “Si lucharan como chicas mágicas, limpiamente… alguien como tú nunca podría vencer a Clantail.”

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Melville sonrió. “Yo no ‘oy como Cranbry.”

Pechka se estremeció. Melville era igual a Cranberry en todos los sentidos, y esa sonrisa —la primera que le había mostrado a Pechka— también era igual a la de Cranberry. Pero Melville decía que era diferente.

“La vi’toria e’ la meta. El último en pie ‘erá el ve’cedor.”

Pechka se concentró en las palmas de sus manos. Se sintió desfallecer de dolor.

Tenía que permanecer consciente. No importaba si estaba asustada y atemorizada, si se quedaba aquí temblando, la matarían de todos modos. Tenía que actuar. Incluso si estaba aterrorizada, incluso si tenía pánico, incluso si todos sus miembros estaban paralizados, todavía había una cosa que podía hacer.

Como chica mágica, Pechka sólo había sido protegida por otros. Para mantener a Pechka a salvo, su amiga había dejado que le rompieran los pómulos, que le destrozaran la mandíbula, que se le hinchara tanto la cara que no podía ver de frente, pero aun así se había enfrentado a Cranberry hasta que el Rey Malvado se había montado a horcajadas sobre ella y le había dado un puñetazo mortal. Pero lo único que había hecho Pechka era temblar. Si hubiera hecho algo, habrían podido ganar, pero sus miembros se habían congelado.

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Luego, cuando todo había terminado, Cranberry y Fav se pusieron a hablar como si Pechka no estuviera allí. “Nadie pasó la última vez, ni la anterior, ni tampoco la anterior, ¿eh?” Dijo Cranberry.

“Si no pasamos a alguien esta vez, seguro que recibiremos quejas, pon.”

“Odio pasar a esta chica, ya que apenas ha luchado. Pero podríamos decir que es a la luz de la valentía de su amiga.”

“Mm-hmm, Cranberry, realmente has madurado, pon.” “Los cumplidos no te llevarán a ninguna parte.”

Cuando Cranberry, roja por las salpicaduras de sangre, había anunciado casualmente que Pechka había aprobado, Pechka se había hundido en el suelo aliviada. Las lágrimas no aparecieron hasta mucho después. Incluso se había sentido agradecida a Cranberry, la chica que había golpeado y golpeado y golpeado a su amiga ante sus ojos hasta su brutal muerte. Pechka ni siquiera había pensado en su amiga que yacía muerta allí mismo.

¿Por qué no había sido capaz de moverse? ¿Por qué no había hecho nada? Quería gritarse a sí misma por estar agradecida a Cranberry por haberle perdonado la vida, gritarse por haber olvidado a su amiga en su alivio.

Pechka se había jurado a sí misma que no volvería a suceder. Pero seguía asustada, temblando, paralizada, con lágrimas y mocos goteando de su cara. Estaba herida, aterrorizada, convencida de que iba a morir.

—¡Pero, pero, pero, pero…!

Aunque no pudiera mover los brazos o las piernas, todavía había una cosa que podía hacer.

Pechka activó su magia.

Había arrastrado su discurso durante cinco minutos, y sus manos se habían quedado en el suelo. Para explicar la magia de Pechka en detalle: Podía transformar cualquier cosa que tocara de forma continuada durante cinco minutos en la comida que eligiera. Llenaba una olla con tierra y luego colocaba sus manos sobre ella para convertirla en comida. Esta vez, tocaba directamente la tierra.

En un instante, todo el suelo en un radio de cuatro metros alrededor de ellas se transformó en una sopa fría de calabaza y gambas, y Pechka y Melville estaban justo en el centro. Melville, desde su posición de pie, y Pechka, tumbada, fueron arrastradas por la gravedad, hundiéndose en el mar. El sombrero de Pechka salió flotando de su cabeza y llegó a la superficie.

Pechka estaba sumergida en la sopa. Tragó un bocado. Era deliciosa y nutritiva, la cocina que todos le habían dicho que les gustaba. La energía brotó de su interior.

—¡Muévete! ¡Muévete! ¡Muévete!

Pechka se aferró a la pierna de Melville. No podía usar las manos ni los dedos, así que se abrazó a la pierna de Melville con los brazos. Antes de que Melville pudiera apartar a Pechka con su forcejeo, el mar de sopa fría terminó. Con un estallido, Melville y Pechka cayeron a un gran espacio vacío, junto con la sopa fría. Había salientes de roca verde con musgo, y líneas de estalagmitas. Este lugar era familiar.

Esta vez, aterrizaron en agua de verdad. Todas las burbujas cegaron a Pechka. Estaba fría. Aterrizó con tanta fuerza que sintió que sus brazos iban a arrancarse. Desesperadamente, se aferró.

Estaban en el lago subterráneo. El camino desde el lago subterráneo que conectaba la zona subterránea con las escaleras que subían a la biblioteca estaba justo debajo de la zona de descampados. Pechka no había tenido en cuenta esto. Era inesperado para ella, pero Melville también estaba aturdida. Pechka no se dejaba llevar. Finalmente, Melville le dio una patada a Pechka en la cara. El agua disminuyó su fuerza, y Melville también estaba un poco frenética. La patada no fue tan mala. Incluso Pechka pudo soportarla. Melville volvió a patearla, pero Pechka se retorció para esquivarla y siguió aferrándose con los brazos. La tercera patada de Melville la golpeó en el hombro. Todavía podía soportarlo.

Grandes burbujas salieron de la boca de Melville.

—¡Un poco más! ¡Sólo un poco más!

La cara de Melville se torció. Levantó su jabalina y la balanceó hacia abajo.

Pechka miró la lanza que la atravesaba justo por encima del ombligo. El rojo se mezclaba con el naranja de la sopa, fluyendo hacia el agua. Sus brazos se aflojaron. Melville se deslizó y se alejó del agarre de Pechka.

Estaba tan cerca. La frustración brotó en su interior y luego desapareció rápidamente.

***

 

 

Shadow Gale

Shadow Gale corría hacia el lugar donde debían encontrarse con Pechka. Todavía no había encontrado sentido a todo lo que tenía en su cabeza.

Ella estaba como escuchando la explicación de Pfle. A diferencia de Lazuline, no iba a hacer preguntas sobre qué demonios estaba pasando. Y no le importaba mucho la explicación de Pfle, pues ya la había escuchado. Pero, sobre todo, no estaba pensando con claridad. Sus brazos y piernas se movían automáticamente, trabajando tan fuerte como podían.

Iba en cabeza con Pfle a su espalda mientras corría, despreocupada por su ritmo, pasando por un edificio en ruinas tras otro idéntico mientras se dirigían al punto de encuentro.

Una parte de ella se sintió aliviada por la explicación de que Melville era la culpable, es decir, que ella era el Rey Malvado. Otra parte de ella se sintió incómoda. ¿En serio es eso?

¿Por qué estaba aliviada? Porque había sospechado que otra persona podría ser el Rey Malvado… No quería que fuera ella, pero había una chica mágica que le había hecho sospechar que si había un Rey Malvado, podría ser ella. Esto era parte de la razón de su inquietud.

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La explicación de Pfle fue convincente. El traje de Melville se parecía tanto al de Músico del Bosque, Cranberry, que no sería capaz de convencerla. Lo más lógico era que Melville fuera el Rey Malvado.

Pero Shadow Gale seguía sin poder relajarse. Pfle se sentía más pesada en su espalda que de costumbre. Nunca se había sentido tan pesada, no hasta que sus recuerdos del examen de Cranberry habían sido restaurados. Pfle había sido una participante muy activa en aquel entonces. Incluso había parecido que cooperaba activamente con Cranberry. Hasta que Shadow Gale había recordado lo que Pfle había sido—

“¡Mamori!”

Shadow Gale se sobresaltó. Recordó lo que estaba haciendo y se detuvo dónde estaba, mirando a su alrededor y preguntándose qué había pasado. Estaba en el mismo páramo de siempre y, aparte de Pfle a su espalda, no había nada cerca…

¿Nada?

“¿Dónde están Lazuline y Nokko?” Preguntó Shadow Gale.

“Primero dejé de oír los pasos de Lazuline, y después, los de Nokko también se desvanecieron. Lazuline desapareció al instante. Apuesto a que usó su magia. Los de Nokko sonaron como si hubiera salido corriendo a alguna parte. Cuando miré hacia atrás, ya se había desvanecido, así que creo que podría haber entrado en uno de los edificios en ruinas del camino.”

“¡¿Por qué no me lo dijiste inmediatamente?!” “Lo hice. Me estabas ignorando.”

Shadow Gale se mordió el labio. No se había dado cuenta en absoluto hasta que Pfle le había gritado. “Entonces, ¿qué hacemos?”

“Estamos cerca del punto de encuentro. Vayamos allí primero. Nuestra prioridad es asegurarnos de que podemos formar un grupo grande.” Pfle era racional y egoísta. Ella puso su propia seguridad en primer lugar. Aunque Shadow Gale pensó que su sugerencia tenía que ser lo correcto, el peso en la espalda de Shadow Gale se sentía un poco más pesado.

Como había dicho Pfle, no tardaron en llegar a su objetivo. Pero Pechka no estaba donde debía estar.

“Qué…”

En su lugar, había un teléfono mágico, los restos de una muñeca que se parecía a Rionetta y una niña pequeña que yacía inmóvil en el suelo. Cuando  Shadow Gale la levantó  en  sus  brazos, su cabeza colgaba. Ya estaba muerta. No tenía sentido usar ninguna medicina de recuperación ahora.

Shadow Gale cerró suavemente los ojos de la chica. Su rostro se parecía al de Rionetta.

“Bueno, entonces.” Dijo Pfle. “¿Qué crees que ha pasado?”

“… Parece que hubo una pelea.” Shadow Gale se dio la vuelta para no encontrar nada. No había nadie. Los edificios altos salpicaban el terreno baldío, extendiéndose en el horizonte. Mirando de izquierda a derecha, comprobando delante y detrás, vio que todo era igual.

“A partir de este punto, nos separamos.” Pfle sacó su teléfono mágico, invocó su alfombra y se deslizó desde la espalda de Shadow Gale hasta ella. Le pidió a Shadow Gale que sacara también su teléfono. “Ahora estás registrada como parte de nuestro grupo. Deberías ser capaz de saber dónde está Nokko, ¿verdad? Ve a buscarla.”

“¿Qué hacemos con Lazuline?”

Los ojos de Pfle estaban en la pantalla de su propio teléfono mágico. Tenía la aplicación del mapa activada y estaba comprobando las posiciones actuales de los miembros de su grupo. El icono de Pfle estaba aquí mismo, Nokko estaba un poco lejos y el de Lazuline no aparecía por ningún lado. “Como mínimo Lazuline no está en el páramo. Déjala en paz.”

“¿Y usted, señorita?”

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“Las otras probablemente están luchando contra Melville. Voy a ir a apoyarlas. Debemos derrotar a Melville, o ninguna de nosotras tiene esperanza.”

“Entonces, ¿es realmente el momento de buscar a Nokko?” “¿Crees que hay una razón por la que nos dejó?”

¿Por qué Nokko había dejado a Shadow Gale y Pfle justo ahora?

Shadow Gale lo consideró, pero no se le ocurrió nada.

“Es otro serio motivo de preocupación.” Dijo Pfle. “Hay cierto riesgo en separarse, pero nuestros números son limitados, así que no tenemos otra opción. Si sientes que estás en el más mínimo peligro, huye inmediatamente. No lo olvides: si sientes peligro, huye.”

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