Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

HAY UN GRAN RÍO en la ciudad de Laluz que actúa como frontera entre Elfanica y Solzonark. El río está bordeado a ambos lados por pueblos. Habíamos venido a la ciudad del lado de Solzonark en busca de trabajo. Una vez terminado el trabajo, decidimos regresar al pueblo de Elfanica, donde habíamos alquilado una casa.

Cuando terminamos de informar al gremio de aventureros, consultamos el tablón de misiones y encontramos un trabajo al otro lado del río para ayudar a transportar mercancías. El cliente iba a pagar el ferry y era un trabajo urgente que necesitaban en un día.

Ahorraríamos en el ferry: dos pájaros de un tiro. Y nuestro grupo no estaba exactamente rodando en masa, así que aceptamos la misión. Después de que terminé de arreglar el trabajo en la recepción, volví con mis amigas Sharla y Eriel.

“Entonces, ¿cómo te fue?”

Eriel estaba mirando el tablero de misiones. “Vi a una chica linda”.

Una chica de quince años miraba el tablero de misiones y Eriel la miraba.

“Será mejor que no intentes aprovecharte de ella o algo así…”

“No me atrevería. Pero quiero decir, ¡mírala! ¡Es una damisela en apuros! ¿Cómo podría hacer la vista gorda cuando ella está mirando esos tableros de misiones sola?

“Supongo que tienes un punto…”

“¡Voy a hablar con ella muy rápido! ~” Dijo Eriel, luego se dirigió a la chica en cuestión. Sharla y yo nos rendimos y la seguimos.

Descubrimos que la niña era una elfa.

Aparentemente, estaba tratando de llegar a la capital para ver a su hermana, pero no tenía dinero para subir al ferry o incluso para quedarse en una posada. Había venido en busca de una misión en el Gremio de Aventureros, pero ninguna de las misiones parecía algo que pudiera hacer. Ella estaba en un apuro.

No podíamos simplemente abandonarla después de escuchar su historia: Eriel y Sharla estuvieron de acuerdo.

“En ese caso, ¿por qué no te unes a nosotras?” Le pregunté a la chica. “Estamos transportando algunos bienes como parte de nuestro trabajo”.

“¿Realmente puedo…?” la chica preguntó vacilante.

“Pagarán la tarifa del ferry. No será mucho dinero, pero será suficiente para ayudarte a llegar a la capital”, dije. Ella lo pensó; tal vez nos veíamos poco fiables.

Nos miró y luego inclinó ligeramente la cabeza. “Mientras no esté en el camino, me gustaría aceptarlo”.

“Nos alegra oírlo. Estamos ansiosas por trabajar contigo. Soy miranda Y esta es-”

“¡¡¡Eriel!!!”

“Llámame Sharla”.

“Soy Luimin”.

Intercambiamos presentaciones. “Entonces, Luimin, ¿tienes una tarjeta de gremio?”

“Sí, mi papá me hizo conseguir una”.

Miramos su tarjeta del gremio. Ella estaba en el rango E.

Una vez que terminamos de registrarnos, nos dirigimos a la tienda del cliente.

El trabajo consistía en transportar las mercancías desde la sucursal sobre el río hasta el establecimiento principal.

Normalmente, usarían bolsas de artículos, pero esas no estaban disponibles hoy. Dado que algunos de los artículos se necesitaban con bastante urgencia, habían conseguido ayuda de aventureros.

El cliente era el Sr. Doglud, comerciante. Parecía bastante agradable. “Gracias a todos”, dijo. “¡Estoy tan agradecida de que pudieras venir con tan poco tiempo para esta misión!”

“No necesitas agradecérnoslo. Estábamos a punto de regresar a la ciudad nosotros mismos, así que funcionó a la perfección”.

“Bueno, ¿si pudieras mover la mercancía a los vagones…?”

Seguimos las órdenes del Sr. Doglud y llevamos las mercancías al carruaje.

“Todos son artículos caros, así que por favor, manéjenlos con cuidado”.

Es por eso por lo que la búsqueda se había limitado a las mujeres, aparentemente. No era que los hombres no pudieran manejar un trabajo delicado, pero estos trabajos tendían a aparecer así de todos modos.

“Luimin, ¿podrías llevar ese?”

“¡De acuerdo!”

Eriel y Luimin comenzaron a llevar los bienes juntos. Supuse que Luimin estaría en buenas manos con Eriel, considerando que Eriel ya le había tomado cariño.

Terminamos de cargar todas las mercancías en el vagón.

“Gracias. Iremos al bote de inmediato, así que por favor suban”.

Subimos al carruaje, que se dirigió directamente a los muelles. El Sr. Doglud tenía el pasaje para nosotras. Fuimos increíblemente afortunadas.

“¿Estás bien, Luimin?”

“Si, estoy bien.” Luimin parecía inquieta, pero no parecía que algo anduviera mal.

El bote se dirigió lentamente hacia el río para cruzar. El carruaje desembarcó del barco y nos dirigimos directamente a la ciudad hasta que llegamos al frente de la tienda del Sr. Doglud.

Necesitábamos descargar las mercancías esta vez.

“Sharla, lleva eso allí”.

“Es pesado…!”

“Ven ahora. Eriel y Luimin están trabajando duro”.

Luimin transportaba la mercancía lo mejor que podía, a pesar de su pequeño tamaño. Realmente necesitábamos mejorar nuestro equipo también. Comenzamos a guardar los productos de acuerdo con las instrucciones del Sr. Doglud. Fue entonces cuando las cosas salieron mal.

“¡¡¡Ahhhhh!!!”

Cuando miré de dónde había venido el grito, encontré que Luimin se había caído. “Luimin, ¿estás bien?”

“Si, estoy bien. Yo tropecé.” Ella se levantó. “UH oh…”

“¿Qué es?”

“…” Luimin no respondió. Estaba mirando algo y temblando.

Cuando me acerqué a ella, noté la pintura rota frente a ella.

“¿Ocurre algo?” El Sr. Doglud se acercó ahora.

“La pintura…” susurró Luimin.

Doglud miró la pintura con gravedad.

La pintura que Luimin había roto era increíblemente cara. Solo escuchar la etiqueta del precio me voló la cabeza. No podríamos gastar tanto dinero en efectivo incluso si trabajáramos durante un millón de años.

“Este es un gran predicamento”, dijo el Sr. Doglud. “Ya teníamos un comprador establecido para esta pintura”. Cuanto más escuchaba, más pálido se ponía el rostro de Luimin.

“¿Es realmente tan caro?” pregunté. No era como si dudara del Sr. Doguld, pero aun así tenía que estar segura.

“Sí, el pintor es bastante famoso”.

Solo para estar absolutamente seguros, nos registramos en el Gremio de Comerciantes. Era, sin duda, el trabajo de un artista famoso, y una pintura que alcanzaría una suma considerable. Habíamos fallado en la misión, pero no teníamos idea de qué hacer con el dinero. Claro, podríamos haberle echado la culpa a Luimin, pero no podíamos hacerle eso a la pobre chica.

Muy pronto, llegó la hora de la cena. Decidimos posponer los detalles hasta el día siguiente y nos dirigimos a la casa que alquilábamos.

“Luimin, todo estará bien”.

“Lo siento…” Luimin no había hecho nada más que disculparse todo este tiempo.

Quería hacer algo por ella, pero no tenía ni idea de qué. Por el momento, lo único que se me ocurrió fue negociar para bajar el precio del cuadro. Luimin todavía se veía bastante pálida cuando la llevamos a la cama y nos acostamos para dormir.

Cuando nos despertamos al día siguiente, Luimin se había ido. Intentamos buscarla, pero solo encontramos una carta sobre la mesa.

“Voy a pagar por el cuadro. Gracias a todas por ser tan amables conmigo”.

“Luimin”

Apreté la carta en mi mano. “¿Ella está pagando por eso? Pero ella no tiene dinero…”

Eriel empezó a entrar en pánico. “¡¿No crees que ella está vendiendo su cuerpo o algo así, verdad?!”

“No, escuché hablar a Luimin y al Sr. Doglud ayer”, dijo Sharla. “Algo sobre un brazalete…”

“¿Un brazalete?” Cuando lo recordé, recordé que Luimin había estado usando uno bastante prominente en su muñeca.

“Estoy bastante seguro de que esas cosas son realmente importantes para los elfos”, dijo Sharla. “Y también vale mucho, por lo que he oído”.

“No crees que ella lo vendió, ¿verdad?”

Salimos corriendo de la habitación y nos dirigimos a la tienda del Sr. Doglud. Llegamos antes de lo previsto y el señor Doglud ya estaba allí para recibirnos.

“Pensé que vendrías”, dijo. Nos condujo a una habitación trasera, donde el brazalete estaba sobre una mesa. Se parecía al que había visto usando a Luimin. “Ella dejó esto aquí”.

Lo sabía. “¿Y dónde está Luimin ahora?”

“Se ha ido de la ciudad”.

Eriel se levantó de su asiento después de escuchar eso. “¡Tenemos que ir tras ella tan pronto como podamos!”

“Cálmate, Eriel”.

“Pero Sharla, ¿qué pasará con Luimin?”

Sharla impidió que Eriel saliera corriendo. “Yo también estoy preocupada, ¿de acuerdo? Por eso tenemos que pensar con claridad”.

“La señorita Luimin se disculpó mucho”, dijo el Sr. Doglud. “Ella me pidió que te dijera cuánto lo lamentaba si venían”.

Eriel suspiró. “Oh, Luimin…”

“¿Y aun así le quitó el brazalete, señor Doglud?” pregunté.

“No importa mis propios sentimientos sobre tales asuntos. soy comerciante. No puedo simplemente ignorar una pintura rota e invaluable”.

“Supongo que tienes razón…” Aun así, todo eso me ponía de mal humor. “¿Qué planeas hacer con el brazalete?”

“No tengo planes concretos”.

“En ese caso, te lo compraremos”.

“¿Vas a comprarmelo?”

“No podremos comprarlo de inmediato, pero estoy seguro de que eventualmente podremos ahorrar lo suficiente. Solo prométenos que no se lo venderás a nadie más, ¿si?”

Pobres como éramos, no teníamos idea de cuánto tiempo tomaría pagarle… pero no podíamos dejar que Luimin sufriera así.

“Estás bien haciendo eso también, ¿verdad?” preguntó.

“Estoy en el lado correcto de la historia, muchas gracias”, dijo Eriel. “¡El lado de las chicas adorables! ~”

“Sí”, dijo Sharla. “No es que no compartamos parte de la culpa”.

Todos estuvieron de acuerdo con mi propuesta.

“Veo cómo se sienten todas”, dijo. “Evitaré venderlo lo mejor que pueda”.

Hicimos misiones para poder volver a comprar el brazalete de Luimin. Algún día, se lo devolveríamos.

Entonces, un fatídico día, nos dirigimos al Gremio de Aventureros…

-FIN DEL VOLUMEN 9-