Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

LA NIÑA CON TRAJE DE OSO y la maestra del gremio Sanya salieron bajo la lluvia.

No podía entender cómo la pareja planeaba cruzar el río en medio del aguacero. Había vivido en este pueblo durante muchos años y nunca había oído hablar de una forma de cruzar el río hacia el otro pueblo durante un diluvio así. Cualquier alma temeraria que intentara tal cosa simplemente era arrastrada y arrastrada río abajo.

Incluso si alguien fuera capaz de llegar al otro lado, tendrían que llegar a la ciudad desde donde terminaron, luego tendrían que preparar un nuevo bote para regresar, y ese bote también terminaría río abajo de su lugar. destino propuesto. Un esfuerzo costoso, sin mencionar increíblemente peligroso.

Sin embargo, esa niña oso habló como si tuviera un método simple para cruzar el agua. Es posible que haya un método desconocido para mí, pero… ¿qué? Me despertó la curiosidad.

Después de que las dos se fueron, volví a trabajar en mi oficina… y muy pronto, el Sr. Retbelle vino.

Aún no era de noche, pero quería su pulsera.

“Vaya, Sr. Retbelle, parece que ha venido mucho antes de la hora señalada”.

Conduje a mi anciano visitante empapado por la lluvia a una habitación donde podíamos sentarnos juntos.

“La sola idea de venir por la noche me cansaba. Sí, pensé que era mejor venir temprano. Además, los barcos no van a ninguna parte con esta lluvia. No te importaría si lo tomo ahora, ¿verdad?”

Una petición razonable, debo admitirlo. Los barcos no se movían. No había manera de traer la pintura.

Preparé un poco de té y lo puse frente al Sr. Retbelle. “Estoy seguro de que debes tener frío, con un clima así. Por favor, tome un poco de té caliente”.

“Ah, sí, gracias”.

Me senté y miré al Sr. Retbelle a los ojos. “Con respecto al brazalete élfico que te prometí… ¿estarías dispuesto a esperar hasta la noche, como acordamos?”

“¿Por qué habría de hacer eso?”

“Alguien está recogiendo la pintura que te prometí en este mismo momento”.

“¡¿En esta lluvia ?!” El Sr. Retbelle se sorprendió, naturalmente. Ningún habitante de este pueblo adivinaría que alguien podría cruzar el río con esta lluvia.

“Por cierto. Es la hermana de la dueña de este brazalete, para ser exactos. Se fue en medio de este diluvio e insistió en que traería la pintura aquí”.

“¿Un elfo se tomó todas esas molestias simplemente por un brazalete?”

“Seguramente es consciente de cuánto valoran los elfos tal cosa, Sr. Retbelle”.

“Sí, sí, lo que los hace aún más difíciles de adquirir”.

“Se fue bajo esta terrible lluvia para recuperar la preciosa reliquia de su familia. Le hice una promesa a ese elfo, ¿entiendes? Le dije que le devolvería el brazalete si traía el cuadro esta noche. Prometió que el problema anterior sería agua debajo del puente, Sr. Retbelle. ¿Estoy en lo correcto?”

“Sí, lo prometí. ¿Cuándo se fue este elfo? Hemos tenido lluvia estos últimos días”.

“Ella se acaba de ir.”

“¿Ella se acaba de ir?” Parpadeó. “¿Ella se acaba de ir?”

“Sí. Dijo que seguramente también regresaría por la noche”.

“¿Y no la detuviste? ¡Viste el estado del río, seguro! Dices que llegará al otro pueblo, ¡pero mira esta lluvia! ¿Qué barco podría sobrevivir?”

“No estoy seguro. Pero hice una promesa. Si ella puede traer la pintura que pediste esta noche, entonces debo devolver el brazalete a su dueño. Entonces, te pido… por favor esperar hasta la noche. Como compañero comerciante, espero que comprenda la importancia de este tipo de acuerdo. Es la base de nuestro comercio, después de todo”.

“Bueno, entiendo…”

“Entonces, por favor, Sr. Retbelle, cumpla su propia promesa. Si el cuadro no llega esta noche, te daré el brazalete. Esa había sido mi promesa original para él”.

“Sí, Sí. Si insistes, esperaré. Pero vendré esta noche, lo juro”.

“Por supuesto.”

A decir verdad, estaba tan dudoso como el Sr. Retbelle. No esperaba que regresaran a tiempo. Aun así, una promesa era una promesa. Los comerciantes deben honrar tales cosas. Si las dos no regresaban, le daría el brazalete al Sr. Retbelle.

Pero dejando a un lado las promesas y los deberes mercantiles olvidados… Esperaba que regresaran pronto.

Verás, no quería hacer llorar a esa pequeña elfa.