Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 2

Capítulo 2: La Buena Comida Hace Feliz A Todo El Mundo

Parte 2

Shadow Gale

La enfermera de negro, Shadow Gale, hizo girar la llave inglesa en su mano derecha y las tijeras en la izquierda antes de dejarlas caer en las fundas de su cintura. No pudo evitar reírse de sí misma por hacer algo tan cliché, incluso en una situación tan extraña. Se llevó una mano a la barbilla para limpiarse el sudor, pero no había nada.

La batalla había terminado.

Las habilidades físicas de las chicas mágicas superaban las de cualquier otro ser vivo. Las que no podían usar su magia en la batalla, como Shadow Gale, seguían siendo capaces de dar una buena pelea. Pero ella nunca había tenido la oportunidad de utilizar sus habilidades físicas mejoradas en la vida real, por lo que le resultaba sorprendente que justo ahora hubiera sido capaz de luchar sin congelarse o incluso sin temblar. Shadow Gale sabía mejor que nadie que no tenía experiencia real en la lucha. Tal vez sólo la monstruosidad de sus enemigos le permitía aplastarlos y rebanarlos sin piedad. Extraños huesos humanos rojos yacían a su alrededor.

“Al final, los esqueletos son sólo esqueletos… Un nuevo color no los hace más fuertes. No son enemigos dignos de la superheroína Masked Wonder.” Murmuró una chica mágica enmascarada con el brazo derecho levantado, el izquierdo doblado frente al pecho y las piernas abiertas en una pose de victoria.

Shadow Gale había acompañado a Masked Wonder desde que se conocieron al principio del juego, pero aún no sabía qué significaban esas poses de victoria suyas. “¿Estás bien?” Preguntó preocupada. Había un gran chichón en la parte posterior de la cabeza de Masked Wonder mientras posaba con firmeza. Brillaba con un rojo intenso y parecía terriblemente doloroso.

“¡Masked Wonder nunca caería por tan míseras heridas…! Sin embargo, duele un poco.”

“Pero nunca vi que te golpearan. ¿Sabes cómo te has hecho ese chichón?” La pregunta procedía de una chica en silla de ruedas, pero su expresión no parecía preocupada en absoluto. La cabeza y los brazos de la muchacha estaban cubiertos de tantos vendajes que se planteaba la pregunta de qué le había pasado.

“Estaba lanzando una piedra a uno de los esqueletos cuando uno me golpeó como bam! Aunque no creí que ninguno estuviera detrás de mí…”

“Eso puede deberse a alguna habilidad especial. Deberíamos considerar la compra de la enciclopedia de monstruos en la tienda de las praderas, aunque es bastante cara. Deberíamos tener los fondos pronto con estos monstruos alrededor.” Dijo la chica de la silla de ruedas, y luego les instó a revisar sus teléfonos.

Cuando Shadow Gale sacó su teléfono, vio que tenía cincuenta y seis caramelos.

“¡¿Ochenta y siete?!” Gritó sorprendida Masked Wonder. De alguna manera, a pesar de que (posiblemente) se había perjudicado a sí misma haciendo una pose después de cada enemigo abatido, había derrotado a más que Shadow Gale. “¡Esto debería ser suficiente para comprar un montón en la tienda!”

“Vaya.” Dijo Shadow Gale. “Eso es mucho más de lo que dan los blancos, ¿no?”

“Y esto es sólo después de cambiar del páramo a las praderas. Los enemigos de aquí ni siquiera son mucho más fuertes. Definitivamente vamos a tener que priorizar la apertura de nuevas zonas.” Murmuró Pfle, la chica de la silla de ruedas, como para sí misma y luego asintió. “Saca el mapa. Vamos a volver a la ciudad de las praderas.” Se puso en marcha en su silla de ruedas, sin molestarse en decir “Síganme” o “Vamos juntas”. Shadow Gale y Masked Wonder se apresuraron a alcanzarla.

Pfle tenía un carácter fuerte. No había cambiado nada desde que ella y Shadow Gale se emparejaron en el mundo real. Era el tipo de persona egocéntrica que creía que sus propias ideas beneficiarían a los demás, por lo que naturalmente debían obedecerla. Era arrogante y hacía lo que quería.

Y dondequiera que estuviera Kanoe Hitokouji, encontrarías a Mamori Totoyama. Eso seguía siendo cierto incluso ahora que eran chicas mágicas. Desde que Mamori Totoyama se había convertido en Shadow Gale y Kanoe Hitokouji se había convertido en Pfle, Shadow Gale había continuado siguiendo a la chica y guardando su espalda.

Pero Mamori juraría por su honor que no la respetaba, ni la quería, ni dependía de ella.

Kanoe daba por sentado que estaba por encima de los demás, jugaba sádicamente con sus presas antes de acabar con ellas y pensaba que cualquiera que no fuera de su propia familia no era mejor que el ganado, los esclavos, los protozoos o las algas. A pesar de ello, se creía sinceramente agraciada, amable y merecedora del amor de los demás. Y en su mente, los demás la amaban.

Mamori estaba más cerca de Kanoe que de cualquier otra persona, e incluso pensó: Vaya, es una idiota. Mamori estaba harta. Pero aun así, tuvo que permanecer al lado de Kanoe.

La familia Hitokouji era un largo e ininterrumpido linaje de ultrarricos. Durante generaciones, habían acumulado, consumido, engordado e hinchado como un clan de monstruos. Habían gastado más dinero en su jardín de rocas que el que gana un oficinista medio en toda su vida. Su mansión tenía el tamaño de toda una ciudad, por lo que toda la zona recibió el nombre de Hitokouji. Incluso las estaciones de tren y las paradas de autobús llevaban el nombre de ESTACIÓN HITOKOUJI. Una vez, un niño travieso había lanzado una piedra a Kanoe. Al día siguiente, su familia se había mudado muy, muy lejos.

Y la familia Totoyama había servido a los Hitokouji durante generaciones. Los padres de Mamori incluso le habían dicho que la habían llamado Mamori, que significa “protección” en japonés, para asegurarse de que sería capaz de proteger a la joven ama. Su propia existencia estaba definida por esto, y había estado detrás de Kanoe como su sirvienta desde antes de que pudiera recordarlo. Si Mamori armaba un escándalo, los adultos se enfadaban con ella.

De pie detrás de Kanoe, Mamori se vio obligada a escuchar todos los elogios dirigidos a su cargo. Alrededor del 60% eran halagos y adulaciones de personas que intentaban ganarse el favor de la familia Hitokouji, mientras que el 40% eran legítimos. Incluso entre sus compañeras de la escuela de chicas ricas a la que asistía, Kanoe dominaba tanto en lo académico como en lo deportivo. Sin embargo, se aburría con facilidad, por lo que nunca se dedicaba a un solo deporte durante mucho tiempo. Las proporciones de su cuerpo eran casi perfectas y su aspecto era tan llamativo que ocho de cada diez personas se giraban para mirarla. Y durante el jardín de infancia, la escuela primaria, la escuela media y la secundaria, Kanoe había sido el centro de todo.

Esto había hecho que Mamori fuera poco cooperativa y rebelde en ocasiones. Pero desde muy joven le habían enseñado que era natural que sirviera a la familia Hitokouji. A medida que aprendía más sobre el mundo, su visión de sus padres y de sí misma se había vuelto bastante cínica.

Nada de esto cambió cuando se convirtieron en chicas mágicas. Pfle daba órdenes y Shadow Gale obedecía con un suspiro cansado y un “Sí, sí” apagado.

Al entrar en el juego, la primera orden de Pfle fue que Shadow Gale la envolviera con vendas. Como el motivo del traje de Shadow Gale era un traje de enfermera, llevaba vendas encima.

“Hay dos tipos de chicas mágicas: las que luchan y las que no.” Dijo Pfle, con aspecto de estar gravemente herida, aunque no lo estaba en absoluto. Evidentemente, la silla de ruedas, que forma parte de su motivo de chica mágica, la ayudaba en este papel. “Los que luchan son aptos para el trabajo sucio. Quiero gente así cerca de mí en caso de que ocurra algo, ya que ninguna de nosotras tiene las habilidades para la violencia.”

“¿Y eso qué tiene que ver con las vendas?” Preguntó Shadow Gale.

“Estas chicas tienen una necesidad instintiva de proteger a los débiles. Así que, naturalmente, sentirán empatía por los heridos, los enfermos, los niños, los ancianos y las mujeres embarazadas.”

Shadow Gale se había quedado completamente confundida cuando los esqueletos atacaron, pero Pfle, en comparación, aparentemente ya había considerado sus necesidades futuras. Tal vez eso se debía a que derrotar a los monstruos, recoger objetos y dirigirse a la ciudad era algo tan básico en los juegos de rol. Pfle había estado usando su teléfono mágico antes, y había investigado mucho en aquellos edificios derruidos, así que tal vez había habido alguna pista allí.

¿No era esto un juego? Suponiendo que lo fuera, eso significaba que también había otros jugadores, ¿no? Y si es así, ¿no serían también chicas mágicas? Entonces, ¿eso no sugeriría que los otros jugadores no eran oponentes con los que luchar? Lo más probable es que esa fuera la razón por la que Pfle había querido envolverse en vendas y jugar a los heridos. Esperaba atraer a las chicas mágicas que lucharían por ideales tan elevados como la protección de los débiles.

Pero esto no era más que un análisis post hoc de los acontecimientos por parte de Shadow Gale. Pfle no era del tipo considerado que explicaba sus ideas y acciones en detalle. La teoría era en gran parte una conjetura, pero se basaba en años de conocer a la chica y en comprender su total disposición a aprovecharse de la buena voluntad de los demás.

Y su plan ya había conseguido una imbécil.

Masked Wonder parecía haber salido directamente de un cómic de superhéroes estadounidense, desde su traje ceñido y su capa púrpura hasta la máscara negra que sólo dejaba ver sus ojos azules y su cabello dorado que brillaba al sol. Su voz bulliciosa, su cuerpo voluptuoso y, sobre todo, su predilección por las entradas llamativas también gritaban “estados unidos”.

“¡Soy el avatar de la justicia, estoy aquí para castigar el mal! ¿Eres amigo o enemigo?”

Shadow Gale había estado empujando la silla de ruedas de Pfle, como se le había ordenado, cuando oyeron el grito desde lo alto de un edificio. Mirando hacia arriba, vieron a alguien saltar y aterrizar, con las rodillas dobladas y levantando polvo por el impacto. Entonces levantó el brazo derecho, dobló el izquierdo sobre el pecho, abrió las piernas y gritó: “¡Soy Masked Wonder! Una chica mágica, la encarnación de la justicia.”

Shadow Gale ni siquiera se dio cuenta de que había sido una autopresentación hasta que Pfle saludó a Masked Wonder como si nada. “Soy Pfle, y esta es Shadow Gale. Es un placer conocerte, Masked Wonder.”

“Parece que estás herida.” Dijo Masked Wonder. “¿Te atraparon los esqueletos?”

“¿Por eso nos has llamado? Vaya, qué amable. Muchas gracias.”

“No hay necesidad de agradecerme. Una superheroína siempre ayuda a la gente que lo necesita.” Masked Wonder, con su impulso natural de ofrecer ayuda, había acudido a ofrecer su protección, cumpliendo el primer objetivo de Pfle.

El mundo le pone las cosas muy fáciles a los malvados, reflexionó Shadow Gale.

Más tarde, una vez que llegaron a la ciudad, formaron un grupo, completaron la misión, desbloquearon la puerta de la siguiente zona y avanzaron hacia las praderas. Allí, gracias a Pfle, consiguieron completar rápidamente la odiosa misión de explorar las vastas praderas de punta a punta. Como se hizo evidente, el poder de Pfle residía en su silla de ruedas mágica. Gracias a ella, podía viajar lo suficientemente rápido como para crear ondas de choque y estallidos sónicos. Esto redujo enormemente el tiempo que necesitaban para la misión de exploración, permitiéndole completar en sólo veinte minutos un viaje que normalmente le habría llevado horas.

Mientras Pfle estaba ocupada haciendo eso, Shadow Gale y Masked Wonder habían atravesado el páramo para obtener algunos caramelos mágicos. Shadow Gale sólo podía especular sobre lo que podría pensar Masked Wonder, al ver que la supuestamente herida Pfle se alejaba como un cohete, dejando sólo una nube de polvo a su paso.

“Es maravilloso verla con tanta energía.” Comentó simplemente Masked Wonder. Aparentemente, lo vio como algo bueno.

***

Magical Daisy

Los caramelos mágicos funcionaban como moneda en este juego, y se obtenían al derrotar a los monstruos. En otras palabras, esta recompensa era el objetivo de salir a intentar vencer a los monstruos. Así que, por ahora, si no había otra cosa que hacer, deberían tratar de recolectar más caramelos, porque eso les garantizaba ser útiles. Así se los había explicado Fal.

Nokko se había hecho eco de la sensación de Daisy de que el término “caramelo mágico” le resultaba familiar. Cuando le preguntaron a Fal sobre eso, también, Fal había respondido: “Es de otro campo de pruebas, pon. Durante esa prueba, las chicas mágicas recibían caramelos al realizar sus tareas de ayuda a la gente. Recibían más o menos según la magnitud de la hazaña y la cantidad de gratitud que sintieran. Básicamente, era una medida de sus esfuerzos. Una representación numérica de sus buenas acciones, pon.”

Fal continuó diciéndoles que había sido un sistema robótico y calculador, desprovisto de cualquier sentimiento o espíritu comunitario, y que sólo gracias a la vehemente oposición de ciertas figuras influyentes había sido rechazado en la fase de pruebas. Sólo el nombre volvió a aparecer en su nueva encarnación.

Después de esa explicación, Magical Daisy pensó que la historia le resultaba familiar.

La tienda de la ciudad estaba vacía, como el resto del mundo del juego. Todo lo que se mostraba dentro era un menú con una lista de varios artículos de recuperación y raciones. Daisy pulsó el botón de AYUDA para llamar a Fal. “¿Qué es este pase especial?” Preguntó. “Dice que lo venden por cinco caramelos mágicos.”

“Lo necesitarás para cruzar a otras zonas, pon.” Les dijo Fal. “Sólo se necesita uno por grupo, pon. Los efectos de un pase duran hasta la mañana del día siguiente, pon.”

“En ese caso compraré uno… ¿Todas están de acuerdo con eso?” Las otras tres asintieron, y Daisy señaló el menú. “Muy bien, un pase y… ¿raciones?”

“Los niveles de hambre son uno de los parámetros ocultos en este juego, pon. Incluso las chicas mágicas necesitan comer, pon. Así que por favor, asegúrense de comer lo suficiente para no morir de hambre, pon.”

Eso le recordó el hambre que tenía. Debían de haber pasado horas desde que entró en el reino del juego. La falta de un reloj y la temperatura antinatural e invariable le quitaban el sentido del tiempo.

“¿Y qué es esta R?” Preguntó Daisy. La mayoría de los objetos tenían nombres prosaicos, como Gran Poción de Recuperación, Pequeña Poción de Recuperación o Ración, nombres que hacían obvio de un vistazo cuáles eran los efectos del objeto. Pero entre ellos había una anomalía simplemente etiquetada como R. El misterioso nombre no era la única rareza: era mucho más caro que todos los demás artículos. Las raciones costaban un caramelo cada una, y las Grandes Pociones de Recuperación, veinte, pero este objeto costaba cien caramelos.

“Al seleccionar esto, obtendrás un objeto al azar, pon. Podrías incluso conseguir un objeto rarísimo, pon.”

“¡Oh!” Alguien lanzó un chillido divertido. Daisy miró para ver que era Genopsyko. “Lo sabía. En juegos como este, hay que tener un elemento aleatorio.”

“¿Es algo por lo que estar tan contento?” Preguntó @Meow-Meow.

“¡Imagínate!” Dijo Genopsyko. “Tirando los dados una y otra vez, sin conseguir nunca el artículo que quieres, y antes de que te des cuenta, estás viviendo el sueño: ¡la deuda! Y luego, muy pronto, los cobradores incluso llaman a tu lugar de trabajo…”

“Eso no suena nada bien.”

“No lo entiendes, ¿verdad? ¡Eso es lo que lo hace tan grande! ¡Oh, mi alma de coleccionista está en llamas!”

“Pero… no tenemos suficientes caramelos.” Dijo Nokko. Y tenía razón: no tenían suficientes. Las cuatro juntas tenían un total de veinte caramelos, ochenta menos para comprar R.

“Hmm, es una pena.” Dijo Genopsyko. “Pero este tipo de cosas son las que hacen que los juegos sean tan divertidos.”

“Actualmente hay una gran venta de apertura, pon. El intento es sólo cuesta diez caramelos, pon.”

Daisy podría jurar que vio un destello bajo el oscuro visor de Genopsyko. “¡Hagámoslo! ¡Hagámoslo! ¡Tenemos que hacerlo!

¡Vamos, hazlo, hazlo ahora!”

“Pero es mejor comprar la poción y la ración, ¿no?” Dijo @Meow- Meow.

“¡Podemos comprarlo con lo que nos queda! ¡Está al noventa por ciento de descuento! ¡Está claro que vamos a salir perdiendo si no lo hacemos ahora!”

Finalmente, sucumbiendo a la insistencia de Genopsyko, compraron un R y acabaron consiguiendo un mapa. Se trataba de una aplicación que modificaba el mapa de un teléfono mágico para mostrar las ciudades de la zona, la ubicación actual de su propietario e incluso las ubicaciones de los miembros del grupo si los registrabas. Genopsyko hinchó el pecho con orgullo y dijo: “¿Ven? Tenemos un objeto útil. Menos mal que nos la jugamos, ¿no?”

@Meow-Meow ofreció la prudente sugerencia de que reunieran más información. Genopsyko exclamó audazmente que quería explorar la nueva zona. Y Nokko seguía ciegamente cualquier cosa que dijera Daisy. Al final, Magical Daisy llegó a la conclusión de que debían comprobar las praderas.

Ahora que se había decidido que todas participarían, Daisy había acabado siendo, de alguna manera, la líder en funciones de su grupo. No le importaba que la gente dependiera de ella, pero hacía tiempo que no era el caso. Tal vez estaba más emocionada por esto de lo que se había dado cuenta inicialmente. Creía que debían tener cuidado a medida que avanzaban, pero no había ninguna garantía de que la permanencia en el páramo fuera beneficiosa para ellas. Ahora que Magical Daisy estaba en este juego y liderando un grupo, le gustaría ganar, si podían, lo que significaba que debían alcanzar a los otros que habían pasado antes.

A lo largo del camino, esquivaron esporádicos ataques de esqueletos, utilizando el mapa de sus teléfonos para avanzar. Finalmente, encontraron su camino bloqueado por una antigua puerta de madera, de construcción similar a un puesto de control del periodo Edo, situada entre picos escarpados. Una vez que la atravesaron, el terreno baldío se transformó en praderas. La hierba que les llegaba hasta los tobillos crujía y se mecía con el viento. El brillante campo verde se extendía hasta el horizonte, mucho más agradable a la vista que los interminables edificios y la suciedad del páramo. El sol también parecía mucho más suave. Ya no se quemaban.

“Supongo que los vastos espacios abiertos son el tema común.” Genopsyko se inclinó hacia delante, se llevó una mano al visor y observó el terreno que les rodeaba. Todo era llano, salvo la puerta que había detrás de ella. Esta zona tenía una vista más agradable, pero también podía resultar aburrida si se quedaban allí mucho tiempo.

“Me pregunto si habrá otra ciudad como la de antes…” Nokko sacó el mapa de su teléfono mágico.

“Una ciudad estaría bien, pero en juegos como éste, lo que realmente necesitamos es un lugar para cultivar caramelos.” Genopsyko lanzó un par de golpes rápidos, como si estuviera haciendo boxeo de sombra.

“Dicen que tenemos que completar la misión para que la puerta del área se abra. ¿Qué hacemos al respecto? Fal dice que la búsqueda da caramelos.” @Meow-Meow se agachó, aparentemente observando la hierba.

Todas eran buenas ideas, lo que hizo reflexionar a Daisy. Un lugar para cultivar era importante. Magical Daisy se había prohibido a sí misma cualquier tipo de violencia, así que los esqueletos eran el objetivo perfecto para desatar sus frustraciones reprimidas, aunque fueran enemigos bastante débiles. Lo bueno de los juegos era que se podía usar la fuerza letal sin repercusiones éticas.

La misión principal también era importante. Necesitaban progresar en más áreas para luchar contra enemigos más fuertes y, por supuesto, para completar el juego primero, necesitaban progresar lo más rápido posible. Así es como suelen funcionar las cosas en los videojuegos. Por lo tanto, la pregunta que se hacía Daisy se reducía a si debían luchar o no.

A fin de cuentas, luchar es divertido… En un juego, no tenía que sentir ninguna reserva para hacer cosas que de otro modo serían tabú. Y ella quería hacer esas cosas.

“Muy bien, primero vayamos a la ciudad.” Dijo Daisy. “Si vamos allí, tal vez podamos averiguar alguna información o pistas sobre la misión de la zona, o incluso algo sobre un buen lugar para conseguir caramelos.”

A medida que avanzaban por nuevas zonas, las partes que ya habían recorrido aparecían en el mapa, lo que les permitía dirigirse directamente a la ciudad. Ya veo. Qué conveniente, pensó Daisy. La insistencia de Genopsyko había valido la pena. Muy bien, crucemos las praderas y dirijámonos a la ciudad.

Empezaron a caminar, pero a los cinco minutos apareció un obstáculo.

“¡Vaya, son rojos!” Dijo Genopsyko.

“Eugh.” Nokko hizo una mueca. “Son un poco espeluznantes.”

Deben haber llegado a una zona de desove. Hordas de esqueletos se arrastraban desde el suelo. Además, a diferencia de los blancos puros del páramo, estos estaban cubiertos de un rojo brillante.

“Esqueletos versión 2.0, ¿eh?” Dijo @Meow-Meow.

“Así que sólo están haciendo un cambio de paleta para reducir el trabajo, ¿eh?” Se quejó Genopsyko. “Es una técnica bastante barata para un juego mágico.”

“Todo el mundo, manténgase alerta.” Dijo Daisy. “Estamos en una zona nueva, así que los enemigos pueden haberse hecho más fuertes. No juzguen a un libro por su portada. Luchen con todo lo que tengan.”

Genopsyko dejó caer su visera, @Meow-Meow levantó la pierna y adoptó una pose de kung fu, y Nokko levantó su fregona adornada con cintas. Ya habían discutido su estrategia para estos monstruos.

Con el visor bajado, Genopsyko cargó primero. Su magia residía en su traje especial. Según ella, podía protegerla incluso de una supernova o del propio Big Bang. Mientras su visor estuviera bajado, ningún ataque podría atravesarlo. Daisy se preguntaba si incluso podría detener su Daisy Beam, pero nunca lo dijo en voz alta. Ella era la adulta aquí, así que tenía que actuar como tal y no meterse con la otra chica.

Genopsyko se precipitó, pateando y golpeando todo lo que estaba a su alcance. La pistola que llevaba en la cadera era sólo un adorno para ayudar a vender el tema, así que la dejó allí y optó por el combate cuerpo a cuerpo. Investigó a fondo para ver cómo atacaría el enemigo y con qué fuerza golpearía. “¡Eh, parece que no hay que preocuparse! Estas cosas no son muy diferentes de las versiones blancas.” Informó.

A continuación, @Meow-Meow golpeó a un esqueleto con una patada voladora, mientras que Nokko hizo girar su fregona, destruyendo un cráneo carmesí. Naturalmente, Daisy tampoco se quedó ahí. Golpeó a los monstruos con todo lo que había practicado, desde golpes de codo hasta patadas giratorias, golpes de palma y patadas frontales. En un abrir y cerrar de ojos, los enemigos se habían dispersado y sólo quedaba uno.

“¡Todas, sepárense! Voy a terminar esto.” Asegurándose de que todo el mundo estaba fuera del camino, Magical Daisy apuntó al esqueleto y gritó. Podría simplemente haber atacado, pero sus fans estaban aquí. Sería un descrédito para su nombre no terminar las cosas con su movimiento final y un poco de servicio a los fans.

“¡Daisy Beam!” El rayo amarillo golpeó al esqueleto justo en el torso. Imaginó que su columna vertebral se vaporizaba y que las costillas volaban mientras los huesos rojos caían al suelo, pero la criatura resultó ilesa. @Meow-Meow saltó, dando patadas al talón, las caderas y el cuello en rápida sucesión y destruyéndolo por completo.

Genopsyko estaba señalando a Magical Daisy y gritando algo. Por alguna razón, Daisy no podía escuchar. Algo surgió dentro de su garganta, y luego salió a la fuerza. Un líquido caliente. Pudo ver el cielo. Era azul puro, no había ni una sola nube. Algo golpeó su espalda. Al caer, vio su estómago. Estaba teñido de un rojo intenso, la sangre brotaba de él sin que se detuviera.

Finalmente, su corazón dio un último gran latido y su conciencia se desvaneció.