Hazure Skill ‘Mapping’ Wo Te Ni Shita Ore Wa  (NL)

Volumen 3

Historias Cortas Adicionales 2: El Día Antes de la Historia Secundaria

“Apareces en buen momento, Note. ¿Quieres un poco de budín?”

Acababa de regresar al cuartel general y me estaba quitando los zapatos en la entrada cuando alguien me llamó desde el pasillo. Era Erin, la maga de nuestro grupo, que asomaba la cabeza desde la sala de estar y miraba hacia mí.

“¿Budín? Si me lo ofreces así, entonces claro…”

No es que tuviera debilidad por el budín, pero tampoco tenía ninguna razón real para negarme. Así que la seguí hasta la sala de estar, donde me mostró una única taza de budín sobre la gran mesa de madera.

“¿Me estás dando esto?” Pregunté.

“Sólo un bocado.” Respondió ella con énfasis.

“¿Qué pasa? No tienes que compartir si no quieres, ¿sabes? Puedes tenerlo todo tú.” “Pero quiero que comas un bocado.”

“En serio, ¿qué pasa? ¿Hay algo malo con el budín?” “Podría tener veneno… No, nada.”

“Acabas de decir ‘veneno’, ¿verdad?” “Me has escuchado mal.”

Ella insistió con bastante énfasis y no se me ocurrió ninguna razón por la que pudiera querer envenenarme, así que… asumí que realmente la había escuchado mal. La idea de un budín envenenado era un poco descabellada, de todos modos. Así que en lugar de mirarle el colmillo al caballo regalado, supuse que debía aceptar la amabilidad de Erin por lo que era en forma de un solo bocado de budín.

“Bueno, gracias, supongo.”

Tomé la cuchara que estaba al lado del budín y la zambullí en el postre de color crema, tomando un bocado. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de llevármelo a la boca, Erin me detuvo…

“¡Espera! Ya usé esa cuchara. Quería ver si el budín era comestible, así que tomé un pedacito y lo lamí.”

“¿Querías ver si era comestible? ¿Te preocupaba que estuviera caducado o algo así?” “Debería estar bien según la fecha de la caja en la que vino…”

“Si has revisado eso, entonces no tienes que preocuparte. Ahora, ¿no quieres que use esta cuchara o algo así?”

“Sólo te lo digo para que lo sepas. Quiero decir, en caso de que ese tipo de cosas te molesten. Sería como un beso indirecto, así que puedes tomar otra cuchara si quieres. No me importa de cualquier manera, así que…”

“Eso es…”

Sinceramente, deseaba que no me lo hubiera dicho. Estaba dudando ahora que lo sabía, pero ser quisquilloso al respecto podría hacer que Erin pensara que no me gustaba o algo así… Tenía que jugar bien mis cartas, aunque por dentro estuviera dudando sobre qué hacer. Sí, tenía que estar tranquilo para que ella no pensara que estaba siendo raro al respecto o algo así.

Simplemente actuaría como si no fuera gran cosa…

“No me molesta ni un poco.” Declaré. “No me importan en absoluto los besos indirectos contigo.”

¡Vaya, esa fue una buena! Me elogié internamente por mantener la compostura, pero Erin entrecerró los ojos con disgusto.

“Decir que no te importa en absoluto hiere mi orgullo de mujer…” Gimoteó, bajando la cabeza con desánimo.

“¡Espera!” Me eché atrás. “¡Sólo me estaba dando aires cuando dije eso! Si te soy sincero, apenas puedo contenerme. Quiero decir, ¡no puedo creer que pueda usar tu cuchara! Soy el tipo más afortunado del mundo.”

“Eso es un poco espeluznante…”

Ups. ¿Me he pasado? Fue difícil encontrar el equilibrio adecuado…

“Cállate y cómetelo ya, Note. Ahora me estoy cohibiendo de que uses mi cuchara…”

“¿Qué? Bueno, si insistes…”

“¡No puedo contigo! Dios, esto es tan embarazoso…”

¡Me lo dices a mí! La incomodidad empezaba a ser demasiado para soportar, así que cerré los ojos e hice lo que me habían pedido. Mi beso indirecto con Erin sabía a dulce, dulce budín.

“Ya está. Me lo he comido.” “Gracias, ya lo veo.”

“Como sea…” Dejé la cuchara sobre la mesa y me levanté, ofreciendo mi asiento y el resto del budín a Erin. “Ahora es todo tuyo.”

“¿Con la cuchara que usaste?” Se quedó boquiabierta.

“Si ese tipo de cosas te molestan. Sería como un beso indirecto, así que puedes tomar otra cuchara si quieres. En fin, no me importa.”

“Cómo han cambiado las tornas…” Erin tragó saliva. “A mí tampoco me importa. No me importan los besos indirectos contigo.”

“Preferiría que te importara un poco.”

“Deja de burlarte de mí cuando sabes que ya estoy avergonzada. Me lo voy a comer ahora…”

Y con eso, Erin tomo una cucharada de budín con una cara perfectamente calmada. Yo había agonizado por ello, pero compartir la cuchara no parecía molestarla. Eso no era divertido… así que decidí subir la apuesta.

“Como ambos estamos intercambiando besos indirectos de buena gana, es como compartir un beso real, ¿no crees?”

“¡¿Un beso real?!” Chilló, su voz alcanzó un pico de falsete. Su mano se congeló a medio camino de su boca, tal y como yo esperaba. “¡Deja de decir cosas raras! ¡Estás siendo un imbécil! Sólo haces que sea más difícil para mí comer esto! Además, ¿no te da vergüenza decir algo así?”

“Sí, supongo que mis mejillas están tan carmesíes como las tuyas.”

Era un espectáculo magnífico, si se me permite decirlo. La cara de Erin estaba roja hasta las orejas, y probablemente yo no tenía un aspecto muy diferente.

“¡Aquí voy! ¡Estoy por comer!”

“Gracias, ya lo veo.”

“¡Uf!” Erin me dio un codazo antes de engullir el budín como si nada. Luego se volvió hacia mí. “Ya está. Me lo he comido.”

“Sí, también vi eso.”

“Lo sé, pero aun así lo dije…”

Conocía esa sensación. Hace unos momentos también le había comunicado lo mismo. “¡Bien, buena suerte en el segundo bocado, Erin!”

“¡¿Vamos a pasar por esto por cada bocado?! El primero fue tan agotador, comer este budín entero podría ser mi muerte…”

“Yo también estoy agotado. Así que, ¿qué tal si te lo comes con normalidad? No te preocupes por lo que he dicho.”

“Sí, creo que sería lo mejor para los dos.”

Nos miramos y asentimos con la cabeza. ¿Quién iba a pensar que, de todas las cosas, alguien podría hacer un escándalo por el budín…?

No sabíamos que al día siguiente habría otro calvario por el mismo budín.