Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

DESPUÉS DE SALIR del Gremio de Aventureros, fuimos al Salón del Oso, que servía tanto como mi lugar de trabajo como mi hogar.

El primer piso era la tienda, y el segundo piso era nuestra vivienda. Era una mansión en el pasado, por lo que las habitaciones eran enormes y los muebles eran lujosos. Me hizo dudar si realmente pertenecía a un lugar como este. Además de eso, el alquiler era gratis. Mientras trabajara duro, tendría un lugar para vivir.

Traje a Elena. Pasamos por la estatua de piedra del oso que sostenía una hogaza de pan gigante en el frente y nos dirigimos a la parte de atrás. Prometí invitar a Elena a almorzar, así que se suponía que Karin estaría haciendo pan a esta hora. Después de comer un poco del pan de Karin, íbamos a comer pastel.

“¿Estas realmente segura?” Elena me preguntó.

“Sí, lo hicimos solo para ti. Por favor pruébalo.”

Había hecho un pastel la noche anterior y lo había guardado en el refrigerador. Realmente había trabajado duro en eso, así que quería que ella se lo comiera.

Una vez que llegamos a la entrada trasera, olí el pan recién horneado de inmediato. Había estado horneando con mi tío y mi tía durante años, por lo que el pan de Karin era excelente.

“No puedo dejar que los niños me ganen”, me dijo Karin. Se refería a los huérfanos que trabajaban en la tienda, todos eran muy serios y trabajadores. Aparentemente, no podían soportar perder el tiempo. Sentía lo mismo, sinceramente: no podía dejar que los niños me robaran el pastel.

Una vez que llegamos a la cocina, encontramos a Karin horneando pan. Estaba con Tiermina y Yuna, con su disfraz de oso como siempre.

“Yuna, Tiermina, ¿ambas también están aquí?”

Por otra parte, Yuna venía mucho a comer pan a la tienda. Tiermina hacía lo mismo para conseguir pan para la cena o para el desayuno del día siguiente. Tiermina había intentado pagarlo al principio, pero Yuna le dijo que no era necesario. Como estábamos haciendo la comida para los huérfanos y para nosotras con los ingredientes de la tienda, Yuna le dijo a Tiermina que no podía ser la única que pagaba.

Lo admito, eso me preocupó. Probablemente le costaba un montón a Yuna. A veces pienso que Yuna es demasiado amable para su propio bien…

“¿Están almorzando ustedes dos?” preguntó Yuna, después de tragar un bocado de pan.

“Sí.”

Elena asintió. “Nerin me invitó, así que acepté”.

Las dos nos sentamos.

No vi a la tía Morin por ninguna parte. Cada vez que teníamos un descanso, la tía Morin solía ir al mercado a ver los ingredientes disponibles, o tal vez al orfanato. Por eso a veces comía en otro lugar.

“Todos están recién horneados, así que puedes elegir el que quieras comer”. Karin puso el pan recién horneado sobre la mesa. Todo se veía bien.

Elena y yo le dimos las gracias a Karin y luego comenzamos a comer. Mordisqueé el pan y miré a Yuna. Se sentó frente a mí, todavía vestida con su lindo traje de oso incluso hoy. Mientras la miraba, recordé lo que había sucedido en el Gremio de Aventureros. Parecía una niña pequeña, aunque… no como alguien a quien los aventureros tuvieran miedo. Ella era súper linda, en realidad. ¿Podría incluso ser una aventurera? Incluso si lo fuera, ¿podría realmente ser tan poderosa?

“¿Qué pasa?” Yuna preguntó, mordisqueando su pan mientras yo miraba.

“Um, estaba pensando en lo linda que estas hoy. Como sueles estar”.

“No tienes que halagarme. ¿Es el traje? ¿Estás pensando que es raro?” Yuna se giró para mirar hacia otro lado.

“Eso no es cierto en absoluto. Te ves adorable, Yuna”. Realmente lo pensaba. No era una niña, pero todavía sentía la necesidad de abrazarla. ¡Se veía tan suave!

“Entonces, Nerin”, dijo Yuna, “¿conoces a Elena?

“Cuando llegué aquí por primera vez, me quedé en la posada de Elena. Al poco tiempo, Elena empezó a venir a la tienda y nos hicimos amigas”. Solo el hecho de que había hecho un amigo me hizo sentir agradecida de haber venido.

“Pero cuando fui a la tienda a ver a Nerin”, dijo Elena, “ella estaba vestida de oso. Estuve muy sorprendida.”

“Ugh, por favor no menciones eso. Estoy tan avergonzada por eso”.

“¿Lo estas?” Elena sonrió. “Pensé que era lindo.”

“Tenía la impresión de que no se me permitiría trabajar en la tienda si no lo usaba”.

Tenía muchas ganas de trabajar en la tienda en ese entonces, así que tomé en serio la broma de Yuna y seguí la corriente. Realmente era un atuendo lindo, pero todavía me daba un poco de vergüenza, y más cada vez que un cliente me decía que me veía linda.

“Nerin, ¿es realmente tan vergonzoso estar vestido como un oso?” Yuna me miró entrecerrando los ojos. Parecía un poco aterradora.

“No. Se ve lindo en ti, pero no creo que se vea bien en mí”.

Yuna me dio una mirada dubitativa. Pensé que se veía lindo en Yuna y los niños, pero no se sentía tan lindo en alguien como yo.

“Ahora que lo pienso, ¿dónde están Fina y Shuri?” Traté de cambiar el tema para escapar de la mirada de Yuna. Las dos normalmente se juntaban con Yuna o Tiermina, pero no se las veía por ningún lado en este momento.

“Tomaron el pan que horneó Karin y se dirigieron al orfanato”, dijo Tiermina.

La tía Morin y Karin horneaban pan para el orfanato, era mucho más económico que comprar pan en otro lugar. Karin solía hornear pan incluso cuando tenía el día libre. Incluso horneaba el pan el día anterior, si tenía planes para el día siguiente. A veces incluso horneaba con ella para practicar, si no tenía nada que hacer.

Una vez que terminé de comer mi pan, fui al refrigerador por el pastel.

“¿Les gustaría tener algo también?” Pregunté a todas. Karin y Tiermina me dijeron que tendrían un poco. Yuna solo quería un poco de té. Puse los pasteles en la mesa y preparé las bebidas. Elena me miró todo el tiempo.

“Eres muy buena preparando té”, dijo, lo que me hizo feliz. Aprendí de Lala, una criada que trabajaba en la finca de un noble. Después de eso, practiqué muy duro. Estaba muy nervioso cuando me llevaron a la casa del señor feudal, pero terminó siendo una experiencia muy valiosa.

Después de que terminé de preparar el té y el pastel, Elena comenzó a comer de inmediato.

“Mmm, ha pasado tanto tiempo desde que comí pastel. Es delicioso. Gracias, Nerín”. Elena sonrió mientras comía. Sólo la vista de esa sonrisa me hizo feliz. “Oh, ¿y qué dirías si sirvieras este pastel en nuestra posada?” Preguntó Elena. Parecía saborear cada bocado…

Yuna me hizo jurar que nunca le enseñaría a nadie más la receta del pastel, así que realmente no podía decir que sí.

“A nuestros inquilinos en la posada les gusta hablar sobre el pastel”, agregó Elena, “y he oído que las personas que regresan a casa del trabajo nunca tienen la oportunidad de probarlo”.

“Tenemos niños trabajando en la tienda”, dije, “así que no podemos quedarnos abiertos hasta tarde”.

A Yuna no le gustaba tener a los niños despiertos para trabajar tarde, así que la tía Morin nos dijo que no nos quedáramos abiertos hasta tarde.

“En ese caso”, dijo Yuna, tomando un sorbo de té, “¿qué tal si también vendemos el pastel en la posada?” Elena y yo quedamos sorprendidas por eso. Karin solo sonrió.

Tiermina parecía exasperada. “Yuna, no siempre puedes dejar escapar lo primero que te viene a la mente”.

Yuna se encogió de hombros. “No es como si le enseñáramos a alguien cómo hacer el pastel. Si Nerin tiene tiempo extra para hornear, creo que podríamos vender los pasteles en la posada”.

“En otras palabras”, dijo Tiermina, “nosotros haríamos que Nerin hiciera los pasteles, pero la posada los vendería”.

Yuna nos dijo que eso era algo llamado envío. “Pero necesitaríamos que Tiermina y Nerin hablaran con los padres de Elena sobre eso. Lo venderemos al mismo precio que la tienda. Tiermina, tendrás que averiguar el precio al por mayor de la posada para comprar los pasteles”.

“Sabía que sería yo quien hablaría con ellos”, dijo Tiermina con un pequeño suspiro.

“Pero realmente he escuchado de la gente sobre querer comprar pasteles más tarde en la noche. No todo el mundo puede conseguirlos antes de que cierren”.

El Salón del Oso cerraba temprano, pero la posada estaba abierta hasta tarde. El comedor estaba abierto no solo para los inquilinos, sino también para las personas que no se hospedaban en la posada.

“En ese caso, si empezaban a vender pasteles, tendrías que hacerles una estatua de un oso”, dijo Tiermina, sonriendo a Yuna.

Yuna parecía… menos que feliz por eso.

Había osos en cualquier lugar que tuviera que ver con Yuna. Había una estatua de un oso gigante sosteniendo un poco de pan frente a esta tienda. Su otra tienda tenía un oso sosteniendo un pez. Había osos en el orfanato, y la propia casa de Yuna tenía forma de oso. Tiermina pareció pensar que era una buena manera de señalar que un lugar estaba asociado con Yuna. Branding, lo llamó ella.

“Um, acabo de soltar lo de vender pasteles en la posada”, admitió Elena, “pero no he consultado con nadie para asegurarme de que está bien”. Lo dijo como un capricho, era un gran problema ahora, y de repente estaba en el lugar. “Y eso parece un montón de problemas para Nerin”.

Elena miró de Yuna a Tiermina, y finalmente a mí en busca de ayuda.

Pero no respondí de la manera que Elena esperaba. “Mientras no tenga que hacer toneladas, debería estar bien”.

“¿Nerín?”

Estaba bien estar un poco más ocupado si era por el bien de Elena. Y yo estaba feliz de ser útil para ella, incluso en lo más mínimo. Elena trató de rechazarnos, pero cuando Tiermina comenzó a sentirse un poco motivada, los engranajes comenzaron a girar… y unos días después, estaba hablando con los padres de Elena.

Al final, decidimos enviar pasteles a la posada cada poco día en lugar de diariamente.