Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

DESPUÉS DE SALIR DE LA TIENDA DE GOLD, me dirigí a donde estaba Tiermina. Iba a disculparme por mantener a Fina fuera de casa tanto tiempo, incluso si técnicamente tenía permiso. Fina dijo que no necesitaba hacer eso, pero no podía sentirme bien hasta que lo hiciera.

“Te la presto cuando quieras, así que llévala donde quieras”, me dijo Tiermina. Parecía demasiado cómoda con todo esto, pero no iba a burlarme de ella por ello. Me puse muy seria.

“Bueno, entonces, seguiré tomándola prestada en el futuro”, dije, muy seria.

Desde la otra habitación, Fina gritó “¡Maaaamaaaa!” (Fue bastante gracioso).

“Ahora que lo pienso, tengo un mensaje para ti de Anz”, dijo Tiermina.

“¿De Anz?”

Al parecer, alguien que conoces pasó por la tienda.

“Alguien que conozco…? ¿Dijo ella quién?”

“Realmente no. Eso es todo lo que dijo, así que no tengo ni idea”.

¿Alguien que conocía había venido? ¿Quién diablos podría haber sido? ¿El chico del queso? ¿Zamol, con las patatas? Pero si alguno de ellos hubiese pasado, irían a la tienda de Morin y Tiermina los habría reconocido si lo hubieran hecho. Lo pensé bien, pero no se me ocurrió nada. Pensar en eso no me estaba llevando a ninguna parte, así que dejé a Fina y a las demás y fui a la tienda de Anz.

Vi la tienda de Anz delante de mí. El oso de piedra que sostenía un pez estaba en el frente, prometiendo mariscos.

Cuando pasé por el oso, Seno me notó. “¿Yuna?” Se apresuró, con su delantal bordado con un oso. Todos parecían avergonzados por esos osos al principio, pero ahora todos se habían acostumbrado o incluso les gustaban.

“¿Está Anz?” Le pregunté a Seno.

“Si. ¡Aaaaanz! ¡Yuna está aquí!” ella gritó hacia la cocina.

Anz salió de la cocina, llevaba un delantal sobre su ropa. “Srta. Yuna, ¿dónde estabas?”

“Fui a una pequeña expedición. Escuché de Tiermina que alguien que conozco pasó por aquí. ¿Quién fue?”

“Fue el Sr. Blitz. Lo vi en la tienda hace unos días”.

“¿Blitz?”

Blitz era uno de los aventureros que conocí en Mileela. Me había ayudado a deshacerme de algunos ladrones. En realidad, ¿no había dicho que vendría una vez que las cosas en Mileela se calmaran?

“Él no sabía dónde estabas. Cuando le pregunté a la Sra. Tiermina, me dijo que habías salido con Fina. Por eso le pedí que te lo hiciera saber”.

“Entonces, ¿le preguntaste a Blitz dónde se queda? ¿la posada en la que se está quedando o algo así?”

“No le pregunté el nombre de su posada, pero dijo que estaría trabajando en la ciudad por un tiempo. Creo que lo verás si te diriges al Gremio de Aventureros”.

Si iba a venir a saludar, al menos podría haberle dicho en qué posada estaba. “Gracias, me dirigiré al Gremio”. Probablemente no estaría allí, pero tal vez Helen sabría algo.

Cuando me dirigí al gremio, estaba tranquilo, tal vez era la hora del día. A diferencia de la capital, nadie me lanzó miradas incómodas. Incluso cuando me miraban, decían: “Oh, es solo el oso”, y eso fue todo.

Miré a mi alrededor, pero no vi a Blitz ni a los demás.

“Srta. Yuna, ¿qué te trae por aquí a esta hora?” Helen llamó desde su asiento en el mostrador de recepción. Parecía aburrida, y estaba pensando en preguntarle de todos modos, así que…

“Escuché que un aventurero llamado Blitz vino recientemente. ¿Sabes dónde está ahora mismo?”

“¿Blitz?”

“Él vino de Mileela. También tiene este séquito de tres mujeres. Uno de ellas es hermosa, otra es linda y la otra es genial. Son cosas de harén de hombres muy varoniles. Probablemente incluso hace que los chicos se pongan celosos”. Eso parecía lo suficientemente preciso, ¿sí?

Helen vaciló. “Um, ¿posiblemente estás hablando de la persona… justo detrás de ti?”

Me di la vuelta y sí, allí estaba Blitz, erguido como siempre. Ha pasado un tiempo. Levanté mi guante de oso a modo de saludo.

“No me digas ‘ha pasado un tiempo’. ¡¿Qué acabas de decir sobre mí?!”

“Pensé que estaba dando una descripción reconocible de ti”.

“¿Cómo es eso reconocible?”

Miré a las tres mujeres detrás de Blitz. Justo allí había una mujer hermosa, otra linda y otra guay. “No pensarás que me equivoco, ¿verdad?”

Las tres me dieron sonrisas ambiguas. “¡Ja! Yuna, ha pasado un tiempo”.

“Encantada de verte de nuevo, Rosa. Todos ustedes se ven como si lo estuvieran haciendo muy bien”. Volví a mirar a Ran y Glimos, de pie junto a Rosa.

“Por supuesto que sí.”

“Tú tampoco te ves mal”. Ran y Glimos eran las mismas de siempre.

“Yuna, no viniste aquí buscándonos, ¿verdad?”

“Tú fuiste el que pasó por la tienda de Anz. ¿Cuál es el trabajo hoy?”

“No hemos conseguido uno”, dijo Blitz sin rodeos.

“Estábamos recorriendo la ciudad hasta ahora”, dijo Rosa.

“Este lugar es gigantesco”, agregó Ran.

“Entonces, ¿qué están haciendo todos ustedes en el Gremio de Aventureros?”

“Estábamos pensando en hacer un trabajo mañana”, dijo Rosa, “así que vinimos a ver las misiones”.

“Sí, antes de que este oso comenzara a hablar mal de mí”.

“No te hagas la víctima. No he dicho una mala palabra sobre ti, Blitz”.

“¿Como es eso? Dijiste que tengo un séquito de tres mujeres…”

Debe haber escuchado todo. “¿No es así?”

Realmente había tres mujeres rodeando a Blitz. Blitz las miró por un momento y finalmente pareció entenderlo.

“Entonces, ¿qué fue todo eso de que yo ponía celosos a otros chicos?”

“Solo echa un vistazo a tu alrededor”.

Señalé a los otros aventureros en el lugar. Blitz también se giró para mirarlos, y los hombres solo asintieron con la cabeza de acuerdo con lo que había dicho, dejándolo en silencio.

Con el gato sujetando firmemente la lengua de Blitz una vez más, Rosa se hizo cargo de la conversación. “Le pregunté a todo tipo de personas sobre ti, Yuna. Parece que todo el mundo te conoce. Dicen que incluso empezaste una pelea en el Gremio de Aventureros”.

Nah, solo había sacudido a alguien por intentarlo conmigo.

“Y no puedo creer que hayas vencido a una serpiente negra y a un rey goblin en solitario”, dijo Ran.

“Además, también fuimos a la tienda que diriges”, dijo Rosa. “Estaba tan lleno”.

“Sí. Fuimos a almorzar al Salón de Oso. El pan estaba delicioso.”

Glimos interrumpió, su rostro estoico se resquebrajó en una sonrisa. “¿Ese pan de oso? Muy lindo.”

“También fuimos a la tienda de Anz”, dijo Rosa. “Le hace competencia a Deigha”.

“¿Ya comieron allá? Pero esperaba invitarlos…”

Rosa sonrió. “No sabía que solo podíamos comer allí una vez. Puede que tengas que invitarnos a una segunda comida. Como Rosa y los demás eran aventureros de rango C, pensé que tenían dinero más que suficiente para pagarlo, pero una promesa era una promesa.

“Lo suficientemente justo. ¿Dónde quieren cenar?”

“La comida de Anz es excelente y ese pan era tan bueno”, dijo Rosa.

“No puedo elegir uno”, se quejó Ran.

Parecían torturados.

“Ustedes me ayudaron muchísimo, así que les invitaré a ambos. Van a estar en Crimonia por un tiempo, ¿verdad?”

“Ese es el plan. Vamos a aceptar algunas misiones y disfrutar de la ciudad”.

“Entonces vayamos a la tienda de Anz hoy. Comiste el pan esta tarde, ¿verdad?”

Decidimos cenar en la tienda de Anz. A pesar de que era un poco temprano para una comida, terminamos dirigiéndonos de inmediato.