Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

CADA UNO DE LOS estudiantes se me presentó.

Primero, teníamos un chico de pelo corto con buen espíritu y mala actitud: Maricks.

A continuación, un chico de pelo ligeramente largo y aspecto inteligente: Timol.

Luego estaba esa princesa, que usaba una diadema sobre su cabello largo y plateado: Cattleya.

Y, por último, estaba la hija de Ellelaura, Shia.

Después de algunas presentaciones bastante sencillas, Cattleya habló. “Me he estado preguntando… ¿qué pasa con esos osos?” Miró a Kumayuru y Kumakyu, que descansaban a mis pies.

“Son míos.”

Maricks se rio. “¿Vas a traer a tus mascotas? ¿Qué eres, una especie de princesa?”

¿Una princesa? ¿Yo? Además, Kumayuru y Kumakyu no eran mascotas. ¡Eran familia!

Ellos ignoraron uniformemente mi tormento interno y me dejaron atrás mientras salíamos de la academia para abordar el carruaje. Aquí era donde nos dejarían el profesor y Ellelaura; el entrenamiento práctico comenzaba en el momento en que salíamos del aula.

En el camino, Shia redujo la velocidad a mi ritmo y habló en voz baja. “Yuna, estoy deseando trabajar contigo. Kumayuru y Kumakyu también”, dijo, señalando a los osos que trotaban a nuestro lado.

“Está bien, pero, ¿Shia? Tienes que ayudarme. Eres la única en quien puedo confiar”.

“Por supuesto.”

Todo lo que podía hacer ahora era confiar en su palabra. “Y oye, ¿qué fue todo lo anterior sobre uno de esos?”

“¿Uno de esos?”

“Sí, uno de esos”. Cuando los otros tres estudiantes vieron mi tarjeta del gremio, dijeron algo así. No tenía ni idea de lo que querían decir.

“Probablemente asumieron que eres una chica malcriada de algún lugar que compró su rango”.

Ah, claro, alguien podría simplemente emprender misiones con aventureros de alto rango para pasar y aumentar su propio rango. En otras palabras, pensaban que yo era una princesa mimada aventurera y aficionada que había comprado su rango junto con un par de osos.

“Pero si alguien intentara eso, ¿no se esparciría la verdad a los otros aventureros?” pregunté. “¿Cuál sería el punto?”

“Bueno, es por eso que han aceptado toda tu … situación”, dijo, gesticulando vagamente hacia mí. “Porque piensan que eres excéntrica y mimada”.

Blurgh. Molesto. Pero entonces, aquí estaba yo, una chica de aspecto joven con un traje de oso, supuestamente una aventurera de rango C. Eso era bastante difícil de tragar en comparación con que yo solo sea una chica rica aburrida que hacia LARPing.

Salimos de la academia y nos dirigimos a la parte trasera del edificio de la escuela donde encontramos un pequeño cobertizo. Dentro de ese cobertizo había un solo carruaje y un establo.

Maricks escudriñó el establo con una mirada inquieta en sus ojos. “Lo sabía. Somos los últimos”.

“¿Los últimos?” pregunté.

Shia asintió. “Hay otros grupos con sus propias asignaciones. Maricks tiene un concurso con los otros chicos sobre quién regresa más rápido”.

Cattleya resopló. “Qué absurdo”.

No estaba equivocada.

“¿Qué están haciendo?” Maricks espetó. “¡Dense prisa y prepárense! ¡Vamos a rodar!” Prácticamente ya estaba subiendo al interior del carruaje cuando se volvió y nos gritó.

El portaequipajes del carruaje tenía techo, con suerte para mantener el agua alejada si llovía. Había dos caballos conectados al carruaje, lo suficiente para tirar de él, aparentemente.

Cuando me dirigí hacia la parte de atrás y pasé por el asiento del conductor, Maricks me llamó: “No tengo idea de por qué vienes con nosotros, pero ¿sabes qué? Lo que sea. Sólo no te metas en nuestro camino”.

“Así es”, se burló Timol. “Manténgase fuera de nuestro camino y ni siquiera piense en reducir el resultado de nuestra evaluación”.

Me encanta lidiar con chicos groseros y gritones. Me encanta. Ugh … si Shia no estuviera allí, me habría quedado en paz en ese mismo momento.

“Ambos están siendo groseros con Yuna”, dijo Shia. “Ella está haciendo todo lo posible para protegernos, así que asegúrense de tratarla con la cortesía adecuada”.

Maricks puso los ojos en blanco. “¿Quieres que me haga el simpático con un oso? Solo mírala: ella está llena de sí misma debido a ese rango falso, el pequeño bicho raro”.

¡¿Llena de mí misma?! Estaban a punto de romper mi corazón de cristal …

“¿Quizás protegerla es parte de la prueba?” Timol intervino.

“¿Eso crees?” Reflexionó Maricks. “¿Crees que tenemos que mantenerla a salvo?”

“Esa es una posibilidad. Si protegerla es parte de la prueba, eso se alinearía con muchas cosas. Incluso podrían habernos dado información falsa, para que ella pueda informar sobre nuestras acciones a los maestros”.

“Oye, ¿es eso cierto?” Maricks me preguntó.

“Simplemente me dijeron que estaría protegiendo a todos”, dije.

“Es posible que ellos tampoco se lo dijeran”. Timol estaba desarrollando su propia teoría favorita.

“Que dolor. Shia, Cattleya, cuiden de la chica rara y los osos. Pasen un rato de chicas. Hablen de ropa y esas cosas”.

Cattleya lo fulminó con la mirada. “¿Quién dijo que podías tomar todas las decisiones? Por qué yo…”

“No hay problema”, dijo Shia rápidamente. “Yo me ocuparé de Yuna y los osos”.

Cattleya ladeó la cabeza. “¿Shia?”

“Je. No hay devolución, señoritas. Será mejor que cuiden de ellos, ya que lo aceptaste. Estamos seguros de que no lo haremos”.

Los dos chicos sonrieron como si hubieran esquivado una semana llena de tareas mientras se dirigían a la caja del coche. Shia tenía prácticamente la misma sonrisa en su propio rostro… por diferentes razones, me di cuenta.

“Bueno, Yuna, abordemos el carruaje”. Shia me subió y entramos en la bodega de carga del carruaje.

Había bolsas de trigo para el pueblo amontonadas adentro, tal como me habían dicho. Busqué un espacio abierto para sentarme. Kumayuru y Kumakyu se acercaron a mi lado y luego se subieron a mi regazo.

“No me importa cuidar de los osos”, dijo Cattleya con inseguridad, “pero ¿estás realmente segura de que estás bien con esto, Shia?”

“¿Lo estas, Cattleya? Puedo cuidar de Yuna yo sola, ¿sabes?”

“Dios mío, sí. Una buena dama debe ser capaz de cuidar a los niños pequeños, así que a mí no me importa”.

Pero, ¡cuidarlos era mi trabajo! Habíamos invertido los roles. Todo por ese maldito traje, apuesto …

“Cattleya, gracias”.

“Oh, no te preocupes por eso. Ahora, mi pequeño compañero oso, por favor avísanos en el momento en que necesites algo, ¿mm?” Qué confianza tenía en mí como escolta. Puaj. Ella pondría a este oso tan triste que lloraría. “Aun así, me pregunto si no podrían habernos dejado tener un carruaje más adecuado para mujeres jóvenes refinadas como nosotras”, murmuró Cattleya, mirando alrededor del interior.

“No sé. Quiero decir, esto está destinado a ser un vagón de carga, después de todo”.

“Sí, querida, por supuesto, querida, pero la idea de pasar varios días en este carruaje es muy desalentadora para mi delicada conducta”.

Estaba en la misma onda que Cattleya. No viajar en Kumayuru y Kumakyu y su piel de primera categoría y súper tierna. No usar la casa del oso para dormir por la noche. Sin baños calientes ni camas mullidas… Me esperaba un viaje bastante inconveniente.

Cuando miré a Shia y Cattleya, estaban sacando almohadas de sus bolsas de artículos y colocándolas para sentarse. Ajá, los cojines suavizarían las sacudidas. Estas dos estaban completamente preparadas.

“Yuna, puedes usar mi cojín, si quieres”. Shia extendió el cojín en el que había estado sentada. No vi ningún otro. ¿Estaba tratando de brindarme su único consuelo?

“Está bien. Tengo uno.” Saqué un cojín bordado con un patrón de oso de mi almacenamiento de osos. Una de las huérfanas, Sherry, me lo había dado como agradecimiento, y lo había guardado como un dulce recuerdo. Murmuré un agradecimiento a Sherry en voz baja mientras lo colocaba.

“Es un lindo cojín”. Shia había colocado su cojín cerca del mío.

“Umm, era Yuna, ¿correcto? ¿No es ‘oso’?” dijo Cattleya. “Una vez más, es un placer conocerte. Déjame asegurarte, querida, que estarás bajo protección sólida mientras esté en nuestras manos. No hay necesidad de preocuparse, ni un ápice”.

No parecía que Cattleya creyera la parte de que yo era un aventurero de rango C, pero estaba bien. Quizás este viaje no iba a ser tan malo.

Después de que Shia se sentara a mi lado, comenzó a abrazar a Kumayuru, quien estaba descansando en mi regazo. “Realmente es tan suave como esperaba”.

“¿Um, Yuna? ¿Quizás me permitirías tocar a tus osos también?” Cattleya parecía un poco avergonzada. Cuando asentí, extendió cautelosamente la mano y le dio unas palmaditas en la cabeza a Kumakyu. Kumakyu cerró los ojos, disfrutando plenamente de las caricias.

“Que bien, es tan dócil”.

“Bueno, mientras no los lastimes, no te harán nada”.

“Bueno, pensé que los osos daban miedo, pero parecen adorables cuando se los ve así”.

Cattleya también abrazó a Kumakyu. Entonces Shia me arrebató a Kumayuru y Cattleya me robó a Kumakyu. El oso … no tenía oso y estaba solo.

Independientemente de mis sentimientos, Maricks llamó a todos desde la silla del conductor: “Está bien, nos vamos”.

“Puede partir en cualquier momento”, dijo Cattleya.

“Suena bien”, agregó Shia.

Con eso, el carruaje partió y en poco tiempo estábamos fuera de la capital.

“Está bien, somos nosotros los que conducimos por ahora, pero cambiaremos después del mediodía”.

Shia abrazó a Kumayuru, Cattleya abrazó a Kumakyu y el carruaje me acunó por mi cuenta mientras avanzábamos.

Gracias a mi atuendo de oso, las sacudidas no me lastimaron el trasero y el cojín fue un asiento cómodo. Realmente tuve que agradecer a Sherry por hacerlo. Quizás le compraría algo en la capital.

El carruaje avanzó suavemente y nos tomamos un descanso para almorzar y para que descansaran los caballos. Cada estudiante sacó comidas simples como pan y cosas de sus bolsas de artículos. Bastante triste, si me preguntas. Tenía toneladas de comidas calientes en mi almacén de osos … pero no era como si pudiera sacar una comida humeante de allí frente a ellos, así que fui con algunos sándwiches que había hecho Morin.

Había toneladas de diferentes tipos: huevo, queso, verduras, ensalada de papas y carne. Naturalmente, cada uno de los sándwiches de Morin estaba delicioso.

“Eso se ve bien, Yuna.” Shia echó un vistazo a mis sándwiches.

“¿Quieres un poco?”

“¿Estás segura?”

“Está bien. Tengo una tonelada. Y tú, Cattleya, ¿verdad? ¿Tú también quieres uno?”

“¿De verdad puedo?” Ella los miraba con codicia. Le entregué uno. Cattleya me dio las gracias, se lo llevó a la boca y … “Es tan delicioso. ¡Esto es incluso mejor que lo que hace el chef de mi familia!”

“Ya lo creo. Este panadero es brillante”, dije. Sentí como si Cattleya me estuviera elogiando, honestamente, lo cual se sintió fantástico.

Mientras las tres nos deshacíamos de los sándwiches, Maricks nos miró desde su lugar un poco más lejos. Sin embargo, cuando lo miré, se dio la vuelta. Qué raro.

Terminamos nuestro descanso y las chicas se hicieron cargo de conducir. Obviamente, no iba a sufrir por quedarme en la parte trasera con los chicos, así que me dirigí hacia el asiento del conductor con Shia y Cattleya.

Las tres de alguna manera nos las arreglamos para encajar allí. Shia agarró las riendas y me senté a su derecha, tomando un gran abrazo de Kumayuru; finalmente logré recuperar a mi oso.

En cuanto a Kumakyu, descansaba en el regazo de Cattleya. Parece que hizo un nuevo amigo.