Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

ME DIRIGÍ EN KUMAYURU al bosque que tenía el árbol de abejas. Según Helen, se suponía que el árbol estaba justo en el medio, y lo reconocería de inmediato por su… apariencia única. No hace falta decir que no esperaba algo cálido o difuso.

Antes de adentrarme en el bosque, usé mi habilidad de detección para buscar monstruos. Parecía que había una decena de orcos. Además de eso, vi algunas señales de goblins fuera del camino. Eso seguramente haría que la vida de algunos aventureros fuera interesante.

Por el momento, monté en Kumayuru hasta la ubicación de los orcos, pensando que también encontraría el árbol de las abejas allí. Después de un tiempo, los pétalos comenzaron a revolotear en el aire, y en poco tiempo el bosque se rompió y fui recibida con un remolino de flores de colores.

Respiré hondo y casi me olvido de exhalar. Rojo, azul, amarillo, naranja, tantos colores, todos en flor. Se extendía lejos, muy lejos de la vista… Apenas podía creer que un lugar como este existiera en un bosque que se parecía a cualquier otro. Y en el centro de todo, muy por encima del prado, se alzaba un árbol.

¿El árbol de las abejas, tal vez? “Es enorme …” Y al pie de ese árbol gigantesco, echando por tierra la imagen del libro de cuentos, había una manada de orcos babeantes con las caras más feas que jamás hayas visto, bebiendo miel.

Engullendo mi miel.

En el instante en que salí al claro para comenzar esta batalla, los goblins saltaron del bosque desde mi derecha… pero no hacia mí, afortunadamente. No, estaban corriendo directamente hacia los orcos, blandiendo palos de madera y cuchillos que habían sacado de quién sabía dónde.

¿Qué, era esto una guerra territorial?

Bueno, pensaba derrotar a ambos tan pronto como los vi con mi habilidad de detección, así que todo estaba bien para mí. Los goblins tenían la ventaja numérica, pero aún eran más débiles; cuando los goblins fueran aplastados por la fuerza de los orcos, estarían fuera de combate. Pero, aun así, los goblins sabían cómo usar sus números, por lo que cada orco luchó contra varios goblins. Las tácticas realmente los equilibraron.

Sí, pensé que podría estacionar mi trasero en el bonito prado y ver el espectáculo hasta que tuviera que hacer la limpieza, pero … luego recordé las flores. Mientras los orcos y los goblins se apuñalaban, golpeaban y gruñían, pisoteaban esas hermosas flores. ¿Sabes lo que necesitamos para producir toda esa miel? A este paso, los idiotas aplastarían todas las flores en el camino…

En el momento en que intenté hacer otro movimiento, Kumayuru me detuvo. Esta vez, dos enormes cosas negras saltaron del lado izquierdo del bosque. Saltaron a la refriega y se abalanzaron sobre la horda de goblins y orcos.

Apenas podía creerlo. “¡¿Osos?!”

Sí, dos de ellos, corriendo para intervenir en la pelea. Uno de ellos era grande, mientras que el otro estaba en el lado más pequeño, y ambos estaban irrumpiendo en la pelea entre los goblins y los orcos. Su ataque sorpresa envió a las dos hordas a una confusión total. Los osos se enfrentaron a ambas partes, golpeando a los duendes, cortando a los orcos …

Los goblins huyeron casi de inmediato, y eso dejó a los orcos.

Diez orcos, es decir, y solo dos osos. No es bueno para los osos … mientras luchaban contra un orco, otro orco los atacaba desde un lado. El orco golpeó a un oso con un garrote y no pudo escapar. El otro oso intentó ayudar, pero estaba completamente rodeado de orcos.

“Uhh, entonces, ¿qué debo hacer aquí?” Tres grupos se peleaban por la miel. Si me uniera, serían cuatro. Tomando un enfoque de sentido común, podría simplemente luchar contra todos: los duendes, orcos y osos, pero … ¿en serio? ¿Los osos? Eso sería como matar a Kumayuru y Kumakyu.

Mientras deliberaba, los osos estaban perdiendo terreno, incluso si la batalla aún no había terminado. Derribaron a algunos orcos frente a ellos y les dieron grandes mordiscos en el cuello. Estos tipos peludos eran fuertes. Uno a uno, oso contra orco, habrían estado bien, pero … había demasiados monstruos para que los manejaran en este momento. Cuando los osos se volvieron hacia su próximo objetivo, disminuyeron la velocidad. Un orco rojo apareció detrás del árbol gigante, una subespecie orca. En el juego, era un tipo de monstruo orco de color especial que era varios niveles más alto y mucho más desagradable que los orcos normales.

Los osos fueron por el orco rojo, pero éste devolvió el golpe con su garrote. Al menos no era una espada, o estarían perdidos, pero … argh, esta seguía siendo una situación tan complicada. Un oso se estrelló contra el cuerpo del orco rojo, pero ni siquiera se inmutó. El orco rojo lo derribó con su garrote, y eso fue todo, no podía esperar más, tuve que entrar en acción.

Disparé tiros de magia de agua desde lejos, al estilo de un francotirador. Cada disparo golpeó al orco rojo, lo hizo tambalearse un poco. El oso al que golpeó con el garrote corrió hacia el bosque, tembloroso pero vivo, y el otro lo siguió.

El orco rojo no se había dado cuenta de que yo era la que lo atacaba, por lo que lanzó su garrote sobre sus compañeros orcos. No era una vista agradable, así que me subí a Kumayuru y me fui en silencio. Esperaba que el oso estuviera bien después de ser aporreado. Ese orco era lo suficientemente fuerte como para preparar a sus amigos para una parrillada de hamburguesas a altas horas de la noche, así que, naturalmente, estaba bastante preocupada por ese oso.

Aunque no le había dado un destino a Kumayuru, finalmente encontramos a los dos osos. De hecho, encontramos cuatro osos: los dos de antes y los dos cachorros. Dos hijos y dos padres, ¿eh? ¿Quizás el papá era el más grande y la mamá la más pequeña? Claro, vamos con eso.

Uno de los padres se derrumbó. El otro me dio un gruñido bajo y amenazador cuando me vio.

Kumayuru me soltó, comenzó a caminar hacia los osos y … ¿habló? Quiero decir, no hablaron. No había palabras, pero parecía una conversación. Los miré, medio preguntándome si era real, y de repente los osos asintieron con la cabeza el uno al otro como si hubieran llegado a un entendimiento mutuo.

¿Qué? No, en serio, ¿qué? Kumayuru regresó y me empujó con su nariz, llevándome hasta el oso colapsado. “¿Quieres que…?”, le di a Kumayuru una mirada insegura. Trague. “¿Quieres que cure las heridas del oso o algo así?”

“Cwooooom”.

“Está bien, si tú lo dices. ¿O … coo … así?”

Era Kumayuru quien me lo pedía, después de todo. No podía rechazar a mi oso. Además, de ninguna manera podría abandonar a un pobre oso herido. Me acerqué al oso colapsado, medio esperando escuchar un gruñido amenazador de los demás. No pasó nada. ¿Kumayuru realmente había dicho algo, de alguna manera? ¿Habían hablado realmente?

Usé magia curativa en el oso herido y, lentamente, con cuidado, el oso se puso de pie. Los cachorros que lo observaban acariciaron con la nariz a sus padres con alegría.

¡Ah! Que bien.

¿Kumayuru intervino entre la familia de los osos y empezó a hablar? Sí, vamos a “hablar” de algo. No tenía idea de lo que estaban diciendo, pero la conversación parecía bastante amistosa. Probablemente. Como no quería que Kumakyu se pusiera de mal humor por quedar fuera, convoqué a mi segundo oso.

En ese momento, Kumakyu se unió al ring y comenzó a hablar (¿de acuerdo, pero en serio? ¿Hablando?). Argh, ¿qué estaban diciendo? Cwoom. Cwooooooom. Me incliné un poco. Era el mismo sonido de oso, pero más fuerte.

Después de un rato, como si su conversación llegara a su fin, mis osos volvieron a mí. Me estaban canturreando mientras se acercaban, como si quisieran algo. No necesitaba hablar oso para entender la esencia. “Me estás pidiendo que mate al orco rojo, ¿no es así?”

Sí. “Cwoom”.

Luchar contra el orco rojo estaba bien para mí, de verdad. El problema era lo que vino después: incluso si derrotaba a los monstruos, ¿qué pasaría si los osos se interpusieran en la recolección de miel? Mientras pensaba en ello, la mamá y el papá oso dejaron atrás a los cachorros y se pusieron en movimiento. Espera, no iban a volver a luchar contra el orco rojo, ¿verdad? Ahí estaba yo, dudando y preguntándome y preocupándome, y mis osos se me acercaron …

… haciendo su punto. “Está bien, me iré”.

Mis osos gruñeron felices. Esta fue una solicitud de mis osos. Lo que viniera después podría llegar después. Por el momento, derrotaré al orco rojo. El orco rojo era mi enemigo, y ninguna solicitud, ni del gremio, ni de mi restaurante, ni de nadie, iba a cambiar eso.

Comencé a caminar hacia el árbol de las abejas donde esperaba el orco rojo. Los orcos estaban a su alrededor en formación, pero el orco rojo estaba ahora entre ellos y todo el lugar tenía una atmósfera diferente. Su sola presencia chocaba con el extenso campo de flores.

Los osos caminaron lentamente hacia los orcos. Deseaba que no actuaran por su cuenta, pero no podía decírselo. Todo lo que pude hacer fue seguirlos.

Los osos corrieron hacia los orcos, que sacaron sus armas. El orco rojo lanzó un grito lo suficientemente fuerte como para hacer que mi cabeza zumbara, y eso fue todo lo que los orcos necesitaban escuchar antes de abalanzarse sobre nosotros todos a la vez. Los osos tomaron el asalto de frente. Deseaba que no se pusieran al frente y me dejaran las cosas a mí, pero estaban protegiendo su hogar. Probablemente también sus cachorros.

Me uní a la refriega y lancé una andanada de magia de viento a los orcos. Algunas rebanadas limpias y algunas cabezas de orcos yacían en las flores ahora. Los osos también hicieron su parte, derribando a los orcos uno por uno.

El orco rojo lo vio todo y su gruñido se convirtió en un rugido furioso. Se echó a correr y se dirigió directamente hacia el papá oso. Agarró su monstruoso garrote, apuntó al oso y se balanceó, y desde su costado, la mamá osa se arrojó sobre el orco rojo. Algunos otros orcos se unieron al tumulto mientras el papá oso intentaba golpear al orco rojo, y era prácticamente una batalla campal. No podía usar magia en una situación como esta.

El orco rojo se balanceó y papá oso lo esquivó. El garrote se estrelló contra el suelo, rompiendo las flores y esparciendo un arco iris de pétalos en el aire. La mamá osa vio la apertura y se lanzó hacia el orco rojo desde un lado. Trató de arrojarse sobre él de nuevo, pero … no. El orco rojo una vez más sacó a relucir su garrote … el papá oso atacó … y el garrote estaba dirigido directamente a la mamá osa.

El orco rojo se balanceó. El papá oso no pudo golpear a tiempo. El garrote aterrizó en medio de la espalda de mamá oso.

No.

La mamá osa gimió y se derrumbó. El papá oso se abalanzó sobre el orco rojo, el orco levantó su garrote y se lanzó directamente a otro ataque.

El garrote golpeó el costado de papá oso.

Oh no. Tú. No lo hiciste.

Los osos gimieron, ambos colapsaron a los pies del orco rojo. El orco rojo babeó sobre la pareja. Levantó su garrote. Me preparé para derribarlo y me puse en movimiento.

Bam. Golpe de oso, lado derecho del orco rojo. Aplastó las flores mientras caía al suelo.

Hm. Ha pasado un tiempo desde que me rompí, ¿no? Algo acerca de ver a dos padres osos ser atacados por un orco rojo sin corazón te hace algo, supongo.

Así que las cosas estaban demasiado cerradas para la magia. ¿Y qué? Todo lo que necesitaba eran mis puños.

Sí, los osos son criaturas feroces y brutales si te portas mal. Los osos hambrientos incluso atacan a los humanos, pero ahora las cosas eran diferentes. Conocí a Kumayuru y Kumakyu. No podía soportar que sus amigos sufrieran.

Claro, existía la posibilidad de que estos osos atacaran algún día a los humanos, por pequeños que fueran, pero ¿ahora mismo? Sería su protectora. En este momento, estaba viendo rojo, y el rojo estaba era un orco, y realmente, realmente quería golpear ese rojo.

El orco rojo se puso de pie. Me miró.

Pelearía esta pelea en el lugar de los osos. Les daría a los orcos una muestra del dolor de los osos.

Corrí hacia el orco rojo. Se lanzó hacia mí, pero agarré su garrote con mi guante de oso blanco. Ahora esto, esto era por la mamá osa. Un crack. Le di un puñetazo de oso en el lado desprotegido del orco con mi guante de oso negro. El orco rojo soltó su garrote por el retroceso y el dolor. Lo agarré con mi guante de oso blanco, lo cambié por el guante negro y lo mantuve firme.

Cuando el orco rojo finalmente se enderezó, me estaba mirando por primera vez. Ahora podía verme como era: no como una comida, sino como un enemigo.

Le di con el garrote al orco rojo y éste bloqueó el golpe igual que yo, como si creyera que podía luchar la mitad de bien que yo. Le pulvericé el brazo por las molestias. Ahora, esto era por el papá oso.

El orco rojo lanzó un grito ahogado. ¿Cuántas veces les había hecho esto a otros? Debía de sentirse bastante diferente en el lado receptor.

El orco rojo dio media vuelta y echó a correr, supongo que porque todavía pensaba que era una opción.

No. Levanté un muro de la tierra con magia, cerrando su ruta de escape. Aquí estábamos al final, y el orco rojo me miró con miedo. Ni siquiera tenía la intención de defenderse, al igual que los pequeños cachorros que quería dejar solos y hambrientos.

Una lástima. Hacerles daño a esos osos le valió un final grisáceo: utilicé un cortador de osos para enviar su cabeza hacia el campo de flores, y eso fue todo.

Cuando me di la vuelta, mis osos acababan de terminar de aniquilar a los orcos. Me acerqué a los osos colapsados, usé magia curativa en ellos y … estaban bien, gracias a Dios. Los osos se levantaron y me acariciaron con la nariz como una especie de agradecimiento.

“Oye,” dije con cautela, “entonces… ¿humanos? Si por casualidad los ves recolectando miel, ¿no podrías … comértelos?” Sabía que no serían capaces de entenderme, pero terminé preguntando de todos modos. ¿No podría el traje de oso venir con una habilidad de habla de oso o algo así?

Mientras pensaba eso, Kumayuru y Kumakyu se dirigieron hacia los osos y comenzaron a tener lo que parecía ser otra larga conversación (¿es esa la palabra correcta?) con ellos. Los osos me rodearon, entonces, y empezaron a empujarme hacia … ¿hacia el árbol de las abejas?

“¿Me estás diciendo que vaya a buscar miel?”

“Cwoom,” dijo Kumayuru. Está bien, entonces… aunque había abejas zumbando, ninguna de ellas me atacó. Saqué un frasco de mi almacén de osos y comencé a recolectar la miel con cuidado.