Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

A PARTIR DE AHÍ, comenzamos a hablar sobre cómo se debe usar el túnel.

“Necesitamos hacer que el túnel sea utilizable lo antes posible”, dijo Cliff.

“¿No es ya utilizable? Viniste aquí a través de él, ¿verdad?”

“Sí, pero ahora mismo es menos un túnel, más un … agujero largo, llamémoslo”.

Duro. Me esforcé mucho en esto, ¿sabes? Pero no se equivocó, exactamente, y no se me ocurrió una buena remontada, así que …

“El interior del túnel está completamente oscuro, por lo que necesitamos instalar gemas de maná de luz. También hay demasiados árboles que oscurecen el túnel: lo suficiente como para ocultar la entrada o para hacer imposible el paso de los carruajes. Tendremos que hacer un poco de paisajismo”.

Está bien, claro, un carruaje no podía pasar. Ambos podríamos estar de acuerdo en eso. Pero, ¿qué pasa con un caballo grande y hermoso? Eso podría pasar, ¿no? ¿Quizás? ¿Apenas?

“Supongo que podríamos decir que esa es la razón por la que el túnel no fue descubierto hasta ahora. Su puerto marítimo deberá proporcionar mano de obra y despejar el terreno, al igual que lo hará nuestro lado. Proporcionaremos salarios, por supuesto, así que no se preocupe por eso. Pero tendrás que manejarlos”, dijo, y miró a Jeremo.

Jeremo parpadeó. “¿Te refieres a mí?”

“Por supuesto que me refiero a ti. ¿No representas al gremio comercial?”

“E-Entendido. Supongo que sí”.

Uf. Fue difícil de ver, pero apuesto a que lo entendería.

“¿Y con respecto a las gemas de luz de maná?” Jeremo dijo, poniéndose un poco más erguido, pero luciendo un poco más pálido.

“Haré los arreglos para las gemas de maná, así que tranquilos. También necesitaremos gemas de maná de viento y tierra, después de todo”.

Atola y los demás soltaron suspiros de alivio cuando Cliff dijo eso. Apuesto a que no sabrían qué hacer si tuvieran que desembolsar el dinero ellos mismos.

“Supongo que eso es todo lo que podemos discutir”, dijo Cliff. “El resto irá más rápido si ven el túnel por ustedes mismos. Hoy, si es posible”.

“Entonces, por favor”, dijo Atola, “permítanme preparar los carruajes”. Rápidamente, se fue para contarle a Sei sobre los arreglos, y quiero decir rápido, porque regresó enseguida. “Lamento haberlos hecho esperar.”

Cliff no se inmutó o no se había dado cuenta. “Elije un representante para el puerto marítimo. Me gustaría hablar con ellos la próxima vez. Por supuesto, no me importaría si fuera uno de ustedes”.

“¿Como un alcalde?”

“Como un alcalde. No podemos resolver las discusiones sin un representante adecuado para su gente”.

“Sí, por supuesto. Solo danos unos días y tendremos un alcalde para ti”.

“Y en unos días, lo conoceré”, dijo Cliff y, luciendo satisfecho, pasó la conversación a Milaine.

“Ahora, entonces”, dijo Milaine, sonriendo ampliamente a Jeremo. “El negocio de los gremios comerciales de hoy. Una vez más, siento que debo disculparme por los problemas causados ​​por nuestro gremio hermano en esta ciudad. Leí la carta de Atola, la leí de nuevo, de hecho, y solo me enojé más. No toleramos tal comportamiento en el gremio comercial, y no nos quedaremos de brazos cruzados en su estela. Impartiremos el castigo de la misma manera que lo haríamos en Crimonia”.

“Um, si pudiera preguntar”, dijo Jeremo en voz baja, “¿en qué consistiría eso exactamente?”

“Ejecución”, dijo Cliff simplemente. “El puerto marítimo se convertirá en parte de mi territorio, después de todo, por lo que se deduce que el castigo será el mismo que le impondría a cualquiera de esos maleantes en Crimonia. Asesinaron gente y robaron propiedades, y lo hicieron todo en uno de mis pueblos. Por tanto, ejecución. No saldría nada bueno de dejarlos vivir, ¿sabe?, no, el corazón de su gente necesita el frío consuelo de la retribución”.

Es decir, la gente del puerto marítimo, aquellos que habían perdido a padres, madres, hijos, hijas, abuelos, abuelas y más por el hambre y el bandidaje. No podía imaginarme sufrir eso y dejarlo ir.

“Realizaremos la ejecución en la plaza del puerto dentro de unos días”, dijo Cliff. “Visible para todos los que deseen verlo. Una vez que se haga justicia, podremos olvidarnos de este terrible asunto”.

“¿Y los ladrones también?”

“Independientemente de si solo estaban siguiendo las órdenes del gremio comercial, cualquier asesino o violador recibirá la pena de muerte. Los culpables de menos trabajarán en las minas hasta que se hayan ganado la libertad”.

Fue difícil escuchar eso. Estaba tan seguro, tan rápido en lidiar con eso y seguir adelante. Claro, estos tipos eran horribles, y seguro, mataron a personas indefensas, pero no podía imaginarme tomando ese tipo de decisión. No podía imaginarme tener que hacer eso como un trabajo, día tras día. Cliff sabía lo que estaba haciendo. Realmente era … algo más.

“Si alguno de los familiares de los condenados a muerte tiene alguna queja, puede decirles que se pongan en contacto conmigo libremente. Usa mi nombre”.

Jeremo asintió vigorosamente. “Entendemos. Um, Lord Cliff, muchas gracias”.

“No hay necesidad de eso. Estoy haciendo mi trabajo”.

“Sí, sí, todo muy bien entonces”, dijo Milaine, “pero hablemos del futuro del gremio comercial, ¿de acuerdo?”

Jeremo pareció nervioso cuando escuchó eso.

“Una cosa que me gustaría preguntar”, dijo Milaine, “es si este tipo Jeremo es alguien en quien confías. ¿Es un gran trabajador? ¿De qué clase es él?”

Los ancianos inclinaron levemente la cabeza ante esa pregunta, pero inmediatamente obtuvieron una respuesta: “Jeremo de ninguna manera es diligente, pero cumple con su trabajo”.

“Hace novillos a veces, pero a la gente del pueblo le gusta”.

“Estaba robando pescado y redistribuyéndolo a los pobres hace un rato”.

“Verdad, verdad. Aunque gruñe, hace el trabajo y su corazón está en el lugar correcto”.

Después de charlar un poco más sobre el personaje de Jeremo, Milaine tomó su decisión: “En ese caso, haremos a Jeremo el maestro del gremio del puerto marítimo”.

“¿Qué fue esa última parte?”

“Para el puerto marítimo”.

“Antes de eso.”

“El maestro del gremio, sí. Si bien el gremio era (digamos) inestable, aún te ganaste la confianza de la gente. La confianza es un bien valioso en un momento como este: si un forastero como yo se convirtiera en el maestro del gremio, no sería una buena imagen”.

“Pero… ¿el maestro del gremio? ¿Yo?”

“Enviaré a alguien para que te ayude. Puede tomarse su tiempo para aprender las reglas”.

“Jeremo”, intervino un anciano, “esta solicitud también viene de nosotros. ¿Te das cuenta de la esperanza que nos trajeron tus acciones a todos?”

Otro: “Y si quieres hacer novillos, simplemente deja el trabajo en uno de tus empleados”.

Y otro: “Jeremo, te lo rogamos”.

Los ancianos inclinaron la cabeza. Parecía un poco irresponsable que un grupo de viejos le dieran permiso para hacer novillos, ¿no? Pero supongo que el maestro del gremio comercial de Crimonia también hizo eso. ¿Era solo parte de la descripción del trabajo?

“Yuna, ¿tienes algo que agregar?”

“No.”

Milaine me lanzó una mirada larga y suspicaz, y yo me retiré a lo profundo de mi capucha de oso para escapar. Ah, la sudadera con capucha … la mejor amiga de un ermitaño.

“Está bien”, dijo Jeremo a los ancianos, “entiendo. Por favor dejen de hacer reverencias. Si están seguros de que soy lo suficientemente bueno para el trabajo, acepto su juicio”.

Milaine sonrió cuando dijo eso, y Jeremo definitivamente se dio cuenta. En cuanto a la parte en la que su rostro se puso rojo brillante al ver su sonrisa… tal vez fue un truco de la luz, tal vez no. ¿Quién puede decirlo?

“Excelente, Jeremo. Tengo documentos vitales para usted ahora, relacionados con el trabajo del gremio comercial, así que léalos en el momento en que lleguen. En cuanto a informar al personal y a los residentes, te lo dejo a ti, maestro del gremio Jeremo”. Milaine dio algunos detalles más sobre el negocio del gremio comercial mientras Jeremo escuchaba con atención, y luego …

“Eso lo cubre, diría yo. Ahora solo tenemos que ir al gremio comercial. Cliff, ¿crees que deberíamos empezar por ahí o …?”

“Podemos empezar con el túnel. Prefiero que los empleados se enteren de primera mano de Jeremo y del resto de ustedes. Además, necesitamos que ustedes cinco examinen el túnel como nuestros representantes del puerto marítimo”.

Milaine resopló. “Hm. Supongo que tienes razón. Vamos, ¿de acuerdo?”

Y nos pusimos en marcha: tres maestros de gremio (uno de ellos nuevo), algunos viejos, un alcalde y la chica oso que lo inició todo.

Justo afuera del gremio de aventureros, encontramos dos carruajes techados esperándonos. Sei se paró frente a ellos. “Lord Cliff, señorita Milaine. Pido disculpas por el hecho de que solo disponemos de carruajes pequeños, pero de todos modos los he preparado para ustedes”.

No estaba mintiendo sobre la parte pequeña, eran pequeñas en comparación con la que usaba el noble de la capital, Gran. A Cliff no pareció importarle. “No te preocupes por eso”.

Y ahora que lo pensaba, no vivía ningún noble en el puerto. ¿Quién usaría un carruaje ostentoso?

Sei nos indicó que subiéramos a bordo. Los vagones tenían asientos para cuatro personas, dos pares uno frente al otro. Cliff, Milaine, Atola y yo subimos al primer carruaje. Los tres viejos y Jeremo iban en el segundo.

Una vez que Atola le dio instrucciones al conductor, los carruajes empezaron a moverse y partimos. (Esta vez de verdad).

“Yuna, gracias por traer al señor de Crimonia aquí,” dijo Atola a mi lado. “Realmente no puedo agradecerles lo suficiente”.

“Hice una promesa, ¿no?”

“Sí, pero no esperaba que perforaras un túnel a través de una montaña en el proceso”.

Seguro. Me alegré de dejarles pensar que por eso lo hice, en lugar de buscar un gran chef de mariscos para Crimonia.

Los agudos ojos de Cliff me leen como un libro. “Yuna, ¿por qué pones cara de…? Parece que en realidad no hizo el túnel para la ciudad”.

“¿No lo hiciste?” Preguntó Atola.

“¿A qué te refieres?” Dije torpemente.

“¿Mentiras?” dijo Cliff.

“Mentiras”, dijo Milaine.

“Vamos, Yuna, escúpelo”.

La poderosa capucha de oso me falló.

“Yuna…” ¿Incluso Atola me estaba mirando ahora? ¿En serio?

Puaj. Se acabo la fiesta. Les dije la verdad: hice el túnel para asegurar un canal de distribución para llevar mariscos a Crimonia y Anz con él.

¿Cliff? “…”

¿Milaine? “…”

¿Atola? “…”

“No puedo creerlo”, dijo Cliff.

Atola entrecerró los ojos como si no estuviera segura de poder verme. “¿Hiciste todo eso solo para llevar a un cocinero?”

“No. Quiero decir, sí, pero no como, eh, lo único sí. ¿Pensé que sería bueno comer mariscos en Crimonia? Eso es un sí. Pero Atola, tú y el viejo Kuro parecían querer tener más idas y vueltas con Crimonia, ¿no es así? Si. Así que pensé que sería bueno tener un túnel, lo digo en serio”. Y lo dije en serio, lo dije en serio desde el corazón, pero todos parecían hartos.

“Creo”, dijo Cliff, “sería mejor no contarle al viejo Kuro y a los demás sobre esto”.

“De acuerdo”, dijo Milaine.

“Sí, odiaría destruirles la ilusión”, dijo Atola, y eso fue todo.

Eh. A pesar de todo ese trabajo que había hecho al hacer el túnel, todo ese aprecio cayó como una piedra.