Meikyuu No Ou (NL)

Volumen 3

Interludio 10: Ese Año

Zara acabó en el primer piso del Laberinto de Sazardón. Un grupo de aventureros lo encontró allí, inconsciente, y lo llevaron al exterior.

Cuando se despertó, le asaltó un terrible dolor de cabeza. Los monjes y boticarios que lo examinaron dijeron que su cuerpo sufría una fatiga extrema y que estaba atacado por algún tipo de veneno.

La magia curativa, la medicina y los objetos bendecidos no pudieron curar a Zara. Intentaron llevarle al laberinto y hacerle beber pociones, pero eso tampoco le devolvió el movimiento adecuado.

Tras una investigación más exhaustiva, se determinó que el cuerpo de Zara estaba siendo atormentado por el retroceso debido al uso excesivo de las bendiciones de la espada divina.

Mientras Zara descansaba en la finca de la capital real, Julius ascendió a Ministro Rojo. Ese año, Julius tenía cuarenta y tres años, y Zara diecisiete.

Ese año también se produjo un incidente en el que el minotauro del piso inferior del Laberinto de Sazardón se desplazó repentinamente hacia arriba y pasó diez días en el quinto piso. Habían pasado treinta y siete años desde que se convirtió en el amo del piso cien. El Gremio de Aventureros declaró el estado de emergencia y observó al minotauro, y en el palacio real se hicieron los preparativos necesarios para hacer frente a una catástrofe en caso de que el minotauro saliera del laberinto. Los exploradores enviados al laberinto observaron al minotauro meditando de espaldas a la pared de roca y a los kobolds encogidos de miedo en los rincones de la sala. Al final, el minotauro pasó allí diez días sin luchar contra ningún humano o monstruo, y luego regresó al piso inferior.

Llegó el año 1118 del Calendario Real. Zara por fin pudo levantarse y moverse, y comenzó a entrenar para su recuperación.

Alestra le había pedido a Zara que le dijera a su hija que la amaba si Zara la veía alguna vez. Quería cumplir esa última petición lo antes posible.

Gondona le había dicho que iba a llevar a la niña dragón al Templo del Dragón. Zara escuchó entonces que en el Templo del Dragón había actualmente una niña llamada la Doncella del Dragón que llevaba ayuda a la gente realizando milagros. La Doncella Dragón era probablemente la niña dragón que había conocido.

Zara recordó lo que le había dicho Patagamon.

Los dragones vivían largas vidas y crecían lentamente. Con la edad adquirieron una gran inteligencia y llegaron a ser capaces de manejar un fuerte poder divino. Incluso adquirían la capacidad de adoptar una forma humana e interactuar con la humanidad. Dijo que los dragones que habían alcanzado esa etapa se llamaban dioses dragón o dragones divinos. También dijo que la niña nacida de la diosa Kaldan probablemente sería una diosa dragón al nacer.

Si la niña dragón de aquella época tomaba la forma de una niña y realizaba milagros, entonces realmente había nacido una diosa dragón.

Zara escribió una carta a la Doncella Dragón. Hizo que se enviara un mensajero al Reino Sagrado de Roahl mediante el uso de múltiples hechiceros capaces de teletransportarse, y desde allí hizo que organizaran un carruaje para entregar la carta en el Templo del Océano.

Recibió una respuesta de la Doncella del Dragón. Resultó ser ella, tal y como Zara había pensado. La doncella del santuario le agradeció que la nombrara. Había oído hablar de Zara por Gondona. Zara supo por la carta de la doncella del santuario que Gondona ya no era una persona de este mundo. Dijo que esperaba ansiosamente la visita de Zara.

Zara puso más empeño en su recuperación. Cuando empezaba a recuperar la musculatura que había perdido mientras estaba postrado en la cama, se produjo un gran incidente que sacudió a todos los países del continente.

En la primavera de 1119 del calendario real, unos extranjeros procedentes del otro lado del mar llegaron al este, a la costa de Anpoan, con una flota de barcos.

Los barcos eran de hierro. Los extranjeros no podían usar la magia, pero tenían armas más poderosas que la magia, así como una serie de extrañas herramientas.

La mayoría de los extranjeros tenían la piel blanca, el cabello plateado y los ojos verdes, por lo que su aspecto era muy diferente al de los habitantes de los países de este continente. No sabían hablar el idioma, pero habían hecho que algunos náufragos de este continente aprendieran su lengua y les interpretaran.

Los extranjeros exigían sumisión a su llegada.

Un indignado marqués de Anpoan reunió a los soldados en la costa, pero los barcos de los extranjeros soltaron bolas de fuego desde una distancia que la magia no podía alcanzar y aniquilaron al ejército de Anpoan. La ciudad de Anpoan cayó bajo el dominio de los extranjeros en un solo día.

Así comenzó la Guerra Exterior.

Después de Anpoan, los extranjeros pusieron bajo su control el resto de las ciudades de la costa y luego se quedaron un tiempo sin invadir el interior.

La Casa Riga invadió dos veces para intentar recuperar Anpoan, pero sufrieron miserables derrotas ante la abrumadora potencia de fuego del enemigo. No era un enemigo que la Casa Riga pudiera manejar sola. Ni siquiera el país entero de Baldemost podría haberlos derrotado sin ayuda.

Ante el llamamiento del Reino de Baldemost, todos los países del norte se unieron. El Imperio de Gorenza y otros países del sur también participaron en la guerra.

El rey dio una orden real para que el hijo de Panzel, Arza, sucediera a su título y se uniera a la lucha liderando el ejército de su dominio, y Zara volvió a cambiar su nombre por el de Arza y se convirtió en el marqués de Banust a la edad de diecinueve años.

La Guerra Exterior se convirtió en una guerra más dura de lo que nadie imaginaba, y murió un gran número de personas.

El duque Draydol de Riga tomó el mando del ejército real y tuvo una muerte heroica en la batalla.

Logan murió protegiendo a Julius, que ascendió a Ministro Blanco tras la muerte de Draydol.

Arza consideraba a Draydol un tío extraño. Siempre le había parecido una persona melancólica.

Su madre, Esseluleia, le había dicho que Draydol era originalmente una persona agradable y divertida, por lo que su personalidad probablemente se oscureció tras la muerte de su hermano mayor, Garrest. Pero en los últimos meses de su vida, la personalidad de Draydol volvió a brillar. Se convirtió en una luz que iluminaba el continente antes de morir.

Su actuación para conseguir que los países del norte se unieran y formaran una alianza fue espléndida. También abogó por que recurrieran a los países del sur. Consiguió reuniones con los distintos reyes y señores en muy poco tiempo, un logro del que ni siquiera la facción anti-Riga pudo encontrar algo de lo que quejarse.

Su apasionado discurso ante el emperador de Gorenza, que pensaba que la guerra no tenía nada que ver con él, asombró a Patagamon, que actuó como mediador en la discusión.

Entonces, cuando Draydol lo sacó del castillo en llamas diciendo que ese no era el lugar para morir, Arza sintió definitivamente el calor de un familiar.

Julius también mostró un crecimiento espectacular.

A partir de una pequeña información, dedujo que los extranjeros no eran una fuerza que representara a todo su continente, sino un grupo de personas derrotadas que buscaban un nuevo mundo.

Mostró una de las armas avanzadas de los extranjeros al emperador de Gorenza como ofrenda y le convenció de que era una oportunidad para estudiar una cultura mucho más avanzada.

Tomó prestados soldados mágicos del país de Mazulu y sacerdotes del Reino Sagrado de Roahl.

Su perspicacia, su capacidad de negociación y su talento fueron impresionantes, pero lo que más cautivó a los gobernantes de los distintos países fueron sus tácticas y su visión, que hacían hincapié en la cooperación continental después de la guerra.

Arza siguió creciendo durante la guerra.

El ejército del marqués de Banust llegó a ser considerado la fuerza de élite de la Alianza del Norte, y Arza solía encargarse de las batallas más difíciles.

En el año 1122 del Calendario Real, se estableció el Pacto de Anpoan y la guerra llegó a su fin.

Arza prestó los servicios más distinguidos en la victoria, y se le concedió el título de Defensor del Continente, acordado por seis reyes diferentes.

Tras la guerra, sus días se dedicaron a recibir a los extranjeros como inmigrantes, a reconstruir el territorio abandonado y a ejercer la diplomacia con otros países en el nuevo estado del continente. El nombre de Eisha Goran permaneció en la memoria de los pueblos del sur hasta un punto sorprendente, y como descendiente suyo, Arza fue tenido como símbolo de la estrecha relación que se había formado entre los distintos países.

Entonces, en el año 1124 del Calendario Real, Arza cumplió veinticuatro años.