Meikyuu No Ou (NL)

Volumen 3

Capitulo 20: Los Dos Héroes

Parte 2

Su entrenamiento en el Templo de Jan’Majar, sus numerosos combates en Aldana y las diversas peleas en sus viajes estaban dando sus frutos.

Sus capacidades estaban en proceso de alcanzar su fuerza, que había sido elevada por los mecanismos de los dioses de nivel y rango.

Zara, que estaba alcanzando mayores alturas que nunca como guerrero, se llenó tranquilamente de espíritu de lucha, sin arrogancia ni titubeos, y pisó las piedras azules que conducirían a la batalla decisiva.

Esta vez, no acabó dentro de una habitación. Las piedras de teletransporte estaban encima de una roca circular de cinco pasos de ancho y situada en medio de un mar infernal de lava hirviente.

Un delgado camino de roca se extendía hacia adelante desde la roca circular en la que se encontraba, y más allá había una gran cúpula de roca. La cúpula flotaba en el mar de lava, y Zara percibió un grado de repulsión mayor del que había sentido antes procedente de ella.

La batalla final tiene lugar dentro de esa cúpula.

Se dio cuenta de que se estaba desarrollando una intensa batalla dentro de la cúpula, aunque no podía verla desde donde estaba.

Zara concentró el poder en su ombligo y recogió lentamente el aliento. Hizo que su piel se adaptara al calor abrumador.

A continuación, ejecutó la técnica secreta del espíritu de lucha vajra del Templo de Jan’Majar. Se trataba de una técnica que aumentaba drásticamente la fuerza muscular durante un tiempo limitado, pero también disminuía la sensibilidad a la temperatura y al dolor.

Reprimió el efecto para poder utilizarlo continuamente.

Zara no sentiría dolor al utilizar esta técnica. Por esa razón, ni siquiera sería consciente de ello cuando recibiera daño.

Pretendía curar las heridas utilizando las bendiciones de la Espada de Bora. En el momento en que el daño de Zara o el retroceso de sus habilidades superara el efecto de recuperación de la Espada de Bora, moriría.

Durante la batalla caminaría en la cuerda floja. Pero ya no tenía ninguna duda.

Entró en el camino hecho de roca y avanzó paso a paso. Cuando llegó a la cúpula, encontró piedras azules de teletransporte frente a ella.

Ya veo. Entrar en esto me llevará a la batalla.

Y así lo hizo Zara.

El último enemigo era aún más grande que la bestia acuática del tercer piso, la velocidad de sus ataques superaba a las cosas parecidas a la hierba del segundo piso, e incluso tenía poderes regenerativos a la par que los orbes del primero.

Podía adoptar una variedad de formas diferentes e incluso podía dividirse y volver a unirse.

En ese momento, adoptaba la forma de un árbol gigante con sus raíces extendidas por el suelo de piedra. Había endurecido la parte inferior de su cuerpo, haciendo que los ataques fueran ineficaces.

Era no menos de diez veces más alto que el minotauro, y tenía tentáculos que se extendían en cuatro direcciones desde la parte superior de su cuerpo. Las puntas de los tentáculos también estaban endurecidas y eran tan afiladas como lanzas.

Mientras esquivaba los cuatro tentáculos que se agitaban en todas direcciones, el minotauro buscó la oportunidad de golpearlos por encima de sus endurecidas puntas. No consiguió cortarlos, pero sí infligirles un daño considerable.

El problema era que el enemigo se regeneraba con el tiempo. Además, el minotauro a veces no lograba esquivar los tentáculos y recibía él mismo el daño.

Cuando el minotauro entró por primera vez en la cúpula, el enemigo había adoptado la forma de una bestia gigante. Atacó al minotauro con ataques físicos y mágicos increíblemente densos.

Pero como los ataques del minotauro eran efectivos independientemente de la parte del monstruo que golpeara, ignoró la pequeña cantidad de daño que estaba recibiendo y utilizó su juego de piernas para concentrarse únicamente en atacar de forma constante.

El enemigo perdió una cantidad significativa de energía como resultado. Su cuerpo parecía estar hecho de energía, y se hacía más pequeño a medida que el minotauro le infligía daño. En ese momento seguía siendo bastante grande, pero se había hecho dos o tres tallas más pequeño de lo que era al principio del combate.

Finalmente, el enemigo endureció los puntos de su cuerpo que los ataques del minotauro podían alcanzar y adoptó la forma de un árbol gigante. No podía mover las partes de su cuerpo que había endurecido, así que se quedó completamente inmóvil.

Dejó de utilizar ataques mágicos, posiblemente con el fin de ahorrar energía.

El minotauro también dejó de usar [Grito de Guerra], [Aliento Ardiente] y otros ataques mágicos. La razón era que el enemigo absorbía el poder mágico y lo utilizaba para curar sus heridas.

El minotauro podía utilizar su capacidad de salto para golpear las partes más altas del árbol que no estaban endurecidas. Pero sus acciones eran limitadas mientras estaba en el aire, y no podía esquivar los ataques del enemigo. Tras varios intentos fallidos, abandonó por completo los ataques con saltos.

También intentó sacar objetos de su [Bolsa y lanzarlos]. Pero eso no hacía mucho daño. Sus armas explosivas eran más efectivas, pero sólo tenía una cantidad limitada, y las guardaba para cuando las necesitara de verdad.

Los ataques del minotauro no podían atravesar las puntas endurecidas de los tentáculos entrantes, pero sí podían cortar las partes más altas y móviles. Como resultado, el minotauro infligía una pequeña cantidad de daño cada vez que el enemigo golpeaba.

Por ello, el minotauro debía permanecer dentro del rango de ataque del enemigo. Los tentáculos golpeaban sin descanso, por lo que de vez en cuando el minotauro resultaba herido al no poder esquivar.

El combate estaba en un punto muerto.

Pero este punto muerto era desventajoso para el minotauro.

Su oponente no era una criatura viva. Es probable que no experimente agotamiento o dolor.

Sus reservas de energía parecían ilimitadas, como si pudiera luchar eternamente.

El minotauro podía ser un monstruo nacido en un laberinto, pero también era un ser que vivía durante un tiempo finito. Poco a poco se iba agotando y acababa siendo incapaz de luchar.

Este exasperante enemigo hizo que el corazón del minotauro temblara de rabia.

Esta cosa es ridícula.

Es intolerable.

Ni siquiera intenta luchar.

Está esperando a que me muera.

Esta cosa es un enemigo.

Un enemigo que insulta a todos los seres vivos.

Un enemigo que lleva vergüenza a la batalla.

Pero el minotauro no pudo encontrar la forma de romper el empate.

Incapaz de ver una salida, el minotauro siguió blandiendo su gigantesca espada.

No sabía cuánto tiempo había pasado.

Los agudos sentidos del minotauro captaron a alguien entrando en el piso.

Hay algo aquí.

Algo vivo.

¿Es un nuevo enemigo?

Puedo sentirlo. Este posee sangre, carne, rabia y alegría.

Agradezco su presencia.

Ven aquí para que pueda matarte.

¡Ven aquí para que pueda derramar tu sangre!

Al minotauro no se le ocurrió que la nueva presencia pudiera ser otra cosa que un enemigo. Eso era natural. Nunca había conseguido un aliado desde que nació en el laberinto. Cada humano y cada monstruo que encontraba era un enemigo. Sin embargo, en ocasiones se había encontrado con humanos que no querían luchar contra él. En esos casos, si la gente no desafiaba al minotauro, éste los dejaba en paz.

El nuevo enemigo se quedó quieto durante un rato y pareció prepararse para luchar. El minotauro pudo comprobar por su presencia que era bastante fuerte.

Finalmente, el nuevo enemigo corrió hasta donde el minotauro estaba luchando contra el monstruo.

Era un kobold.

El minotauro no conocía el nombre de kobold, pero se había encontrado con este monstruo en un piso superior del Laberinto de Sazardón. El minotauro acababa de nacer en ese momento y todavía era relativamente inexperto, pero incluso entonces, eran enemigos totalmente inútiles que no podían ni siquiera dejar un rasguño en su cuerpo.

El minotauro estaba muy decepcionado.

Sin embargo, mientras el minotauro seguía luchando contra el monstruo, algo atrajo su atención de nuevo hacia el kobold.

Tenía ojos redondos, brazos y piernas compactos y orejas caídas. Llevaba un escudo de madera en la mano izquierda y una espada de bronce en la derecha. Llevaba botas de tela y una armadura ligera, e incluso tenía equipo de protección en la cabeza y la frente.

¿Qué está haciendo este debilucho aquí?

En cuanto el minotauro se hizo esa pregunta, el kobold se lanzó hacia delante y desapareció. Su movimiento de pies era el de un guerrero experimentado, lo que hizo que los ojos del minotauro se abrieran de par en par con asombro.

Con su figura aún oculta, el kobold rodeó rápidamente por detrás del monstruo. En este momento no podía ser detectado con los ojos ni con los oídos, pero el minotauro aún podía percibir su ubicación.

El minotauro no dependía del equipo ni de las habilidades para luchar. Llegó a ser capaz de manejar los ataques mágicos al seguir desafiando a los oponentes capaces de usarlos.

Se hizo lo suficientemente fuerte como para ganar centrándose en el entrenamiento de sí mismo. Ese era el estilo del minotauro.

Como resultado, aunque el kobold tenía una bendición que lo hacía indetectable a los ojos y oídos, el minotauro podía percibir su movimiento. Probablemente habría sido mejor describirlo como intuición que como sentido. El minotauro era un guerrero que había pulido su intuición hasta el límite absoluto.

Con su figura aún oculta, el kobold levantó su espada y golpeó las raíces del monstruo. El minotauro pudo comprobar, por el agudo sonido que hizo la espada, que el perro no era un espadachín corriente y que la espada tenía un filo poco común.

Pero, por supuesto, el ataque no hirió al monstruo en absoluto. Probablemente ni siquiera lo notó.

Mientras seguía esquivando los ataques del monstruo, el minotauro observaba para ver qué haría el kobold a continuación.

Una flecha apareció de repente y golpeó la base de uno de los cuatro tentáculos que se retorcían. Era una flecha mágica, y atravesó profundamente al monstruo.

El kobold soltó otra flecha.

Una pequeña perturbación comenzó a mostrarse en los movimientos del monstruo.

¡Ahora!

El minotauro saltó sin siquiera tomar carrerilla, alcanzó la parte móvil de un tentáculo y lo cortó.

La parte que ahora se retorcía en el suelo era más gruesa que el torso del minotauro.

El minotauro cortó rápidamente el tentáculo que se desbocaba.

Rápidamente, una y otra vez.

El monstruo tenía ahora dos enemigos a los que enfrentarse, y como resultado, sus ataques se dispersaban. Esta era una buena oportunidad para infligir algo de daño.

“¡Invoca un Cometa!”.

El kobold entonó un hechizo y un cometa se estrelló contra la base de otro tentáculo.

Es raro que los monstruos puedan hablar el idioma de los humanos. También era raro que los monstruos fueran capaces de recitar conjuros y utilizar ataques mágicos.

Ese hechizo contenía una cantidad impresionante de poder mágico. Sin embargo, el cometa no explotó, y la energía fue absorbida por el monstruo. Aun así, el impacto directo del cometa fue lo suficientemente poderoso como para cortar completamente el tentáculo y hacerlo volar.

Justo cuando parecía que el tentáculo iba a quedar inerte, hizo un ruido grave y luego se elevó en el aire y se volvió a unir al cuerpo principal del monstruo. Una vez unido de nuevo, era un poco más corto que antes, pero entonces el monstruo utilizó la magia para devolverle su longitud y dureza originales.

Los trozos del tentáculo que el minotauro había cortado se dividieron en orbes de un color desagradable y fueron absorbidos por el cuerpo principal del monstruo. A continuación, crecieron nuevos tentáculos en los lugares donde se habían absorbido los orbes, pero sólo eran un tercio del tamaño de los tentáculos originales.

¡¿Has visto eso, cachorro?!

El minotauro llamó al kobold en su mente.

Cualquier parte de los tentáculos o del cuerpo principal que se cortara se volvería a unir rápidamente, pero el monstruo se hacía más pequeño cuanto más lo dañaban.

Eso no funcionaba con los ataques mágicos. El poderoso ataque mágico que el kobold disparó al monstruo definitivamente hizo daño, pero también le dio la energía para curar ese daño. Esa no era una estrategia que pudieran permitirse emplear.

Ahora, seguro que también entiendes lo que pasa cuando lo atacas con magia.

Seguro que también entiende que recogerá y volverá a colocar sus miembros inmediatamente si se los cortan.

Eso fue lo que pensó el minotauro.

El minotauro supuso que el kobold tendría ese nivel de observación.

El kobold levantó su invisibilidad, se mostró y luego comenzó a correr. Disparó flechas sucesivamente mientras corría, apuntando a la base de los tentáculos.

Así es.

Ahí es donde los ataques son más efectivos.

El minotauro quedó impresionado por la rapidez de comprensión del guerrero kobold. Parecía que sólo con probar ese único ataque y observar la respuesta del monstruo, era capaz de averiguar qué era y qué no era efectivo.

El minotauro tampoco dudó de que el kobold se mostró para llamar la atención del monstruo.

El cachorro me dice que me ponga a trabajar.

El monstruo estaba claramente preocupado por su nuevo enemigo.

El minotauro cortó un tentáculo más y luego lo acuchilló.

El kobold continuó disparando flechas mientras esquivaba ágilmente los tentáculos de ataque del monstruo. Su suministro de flechas era interminable.

El bloqueo se ha roto.

Esto se ha vuelto divertido.

Una sonrisa salvaje apareció en el rostro del minotauro.

Cuando Zara llegó a la sala, vio a un gigante con la piel del color del cobre verde corroído luchando contra un enorme deva.

No era un equipo ni un grupo.

Un solo guerrero estaba luchando contra el deva más fuerte en un uno a uno.

No había duda de que había despejado el camino hasta esta habitación él solo.

Debe haber sido un tremendo guerrero.

¿Pero de qué país era?

Zara nunca había visto a una persona con ese color de piel. Había oído que algunas de las tribus de bárbaros que vivían en el bosque de Jami tenían extraños colores de piel, por lo que podría ser de allí el guerrero.

La mitad superior de su cuerpo estaba desnuda, llevaba un modesto taparrabos sobre la cintura y estaba completamente descalzo, por lo que parecía un guerrero bárbaro.

Los músculos de todo su cuerpo estaban bien desarrollados. Su cabeza no tenía cabello. Sus labios eran gruesos. Su cara era huesuda y tenía una barbilla prominente.

Sus ojos eran grandes y contenían una luz tranquila que hacía parecer que había reprimido su ira. Su nariz era larga y gruesa.

Lo que más destacaba era su arma. Tenía la apariencia de un largo cuchillo utilizado para preparar grandes pescados, pero era significativamente más grande.

Zara medía un metro y 70 centímetros, pero el guerrero superaba los dos metros y medio. La espada era incluso más larga. También era ligeramente más ancha que el ancho de los hombros de Zara.

El gigantesco guerrero blandía aquel temible bulto de hierro, que ni siquiera podía considerarse una espada, como si fuera un estoque.

Era una espada increíblemente poderosa, pero no había nada áspero en la forma en la que la manejaba.

Su destreza con la espada era muy buena, sin desperdiciar ningún movimiento. Tenía un perfecto control de su cuerpo. Sus músculos contenían una fuerza escandalosa. Tenía un dominio de la espada que no sugería una pizca de ostentación.

Era todo eso, además de ágil. Era tan fino como un leopardo, y sus movimientos tenían un carácter salvaje y único que Zara no había visto en ninguna de las escuelas de esgrima que había estudiado.

A juzgar por las palabras de Alestra, es probable que la piel y la figura del guerrero no fueran exactamente como le parecían a Zara. Pero sus movimientos, su presencia y su buen manejo de la espada eran definitivamente reales. Era increíble que alguien pudiera luchar en un lugar lleno de un miasma tan espeso que una persona normal moriría en un instante.

El mundo es un lugar grande.

Pensar que hay un guerrero tan fuerte en él.

Este hombre es un héroe.

El deva contra el que luchaba abrumaba a Zara con su gigantesco tamaño. Tenía la forma de un árbol gigante de miles de años.

Sus cuatro tentáculos eran poderosos y rápidos. El grosor de cada tentáculo coincidía aproximadamente con la altura de una persona media. También tenían la suficiente fuerza destructiva como para atravesar rocas. Un golpe de ellos sería probablemente letal, incluso para el gigante.

Que el gigante fuera capaz de enfrentarse a él con calma era increíble.

Lo primero que hizo Zara fue activar la invisibilidad del Amuleto de Bolton e intentar golpear el duro tronco con la Espada de Bora. Ni siquiera lo arañó.

A continuación, guardó su escudo, sacó su Arco de Tirika y disparó una flecha. Aprendió que los ataques eran efectivos contra las partes del deva que podían moverse.

El guerrero gigante cortó uno de los tentáculos del deva. Luego, sin demora, Zara golpeó el muñón con [Invocar Cometa]. La explosión se cobró otro de los tentáculos del deva, pero ese fue el alcance del daño.

¿Por qué no ha explotado?

¿Dónde ha ido a parar toda esa energía mágica?

El tentáculo caído se elevó suavemente en el aire y se volvió a unir al cuerpo principal del deva. Era un poco más corto que antes.

Pero un momento después, el cuerpo del deva se retorció y el tentáculo volvió a su longitud original.

De ninguna manera… ¿Absorbe la energía mágica y la utiliza para reparar su cuerpo?

Zara levantó su invisibilidad y comenzó a disparar flechas mientras se movía. De ese modo, podría distraer al deva y facilitar la lucha del guerrero de piel cobriza.

Mientras hacía de señuelo, Zara repasó lo que había aprendido.

En primer lugar, no podía utilizar ataques mágicos con una cantidad significativa de poder mágico contra este enemigo. Sin embargo, los ataques que sólo tenían una pequeña cantidad de poder mágico, como las flechas del Arco de Tirika, eran sorprendentemente eficaces. Incluso si no dañaban al deva, podían desviar su atención.

Las raíces del deva y las puntas de sus tentáculos estaban endurecidas. Esto los hacía inmóviles pero también impermeables a los ataques.

El guerrero gigante está atacando implacablemente el tentáculo que cortó. ¿Por qué lo hace?

El tentáculo que el guerrero gigante estaba atacando fue finalmente absorbido por el cuerpo principal y volvió a su posición original, pero era claramente más pequeño que antes.

¡Oh, entiendo lo que está haciendo!

Básicamente, se centraba en aumentar la cantidad total de daño infligido.

Haciendo eso, podrían disminuir el cuerpo del deva y debilitarlo.

Zara aumentó la intensidad de sus flechas y atrajo la atención del deva.

Se necesitaba maná para formar las flechas del Arco de Tirika y dispararlas. Pero la Espada de Bora tenía una bendición de regeneración continua de maná, por lo que podía disparar todas las flechas que quisiera.

La incorporación de Zara cambió significativamente el estado de la batalla.

Estaba sucediendo lentamente, pero el deva se estaba claramente encogiendo.

La balanza de la batalla se inclinaba hacia Zara y el guerrero gigante.

La batalla continuó así durante algún tiempo, y entonces el deva comenzó a transformarse. Con el sonido de la roca al romperse, las raíces que se extendían por el suelo se replegaron y se convirtieron en dos patas gigantes, cada una de las cuales aterrizó con un ruido sordo mientras empezaba a caminar. Cada uno de sus tentáculos se dividió en dos, haciendo ocho en total.

Era mucho más flexible que antes y era capaz de realizar una mayor variedad de ataques, lo que la hacía mucho más difícil de tratar. Pero esta transformación fue bien recibida por Zara y el guerrero gigante.

Corrían más peligro de ser golpeados, pero también tenían más oportunidades de causar daño. La parte que estaba en el suelo había sido completamente invulnerable, pero ahora sin duda podrían herirla.

El guerrero gigante atacó la pierna derecha del deva.

Se hizo más pequeño.

Saltó hacia atrás para esquivar los tentáculos, y al instante volvió a atacar la pierna derecha. Realizó esa acción repetidamente.

Zara se sintió inspirado por la persistencia del gigante guerrero.

Mientras desviaba la atención del deva con flechas, Zara esperaba un momento concreto. El momento que esperaba llegó cuando el deva levantó su pierna derecha para patear al guerrero gigante.

“¡Invoca un Cometa!”.

Zara invocó un cometa y aplastó esa roca frente a la pierna izquierda del deva.

El equilibrio del deva se desigualó considerablemente y dejó de moverse.

Entonces, como si lo hubieran discutido de antemano, el guerrero gigante y Zara cargaron simultáneamente y cortaron la parte inferior de la pierna izquierda del deva. El deva se balanceó dramáticamente y se desplomó.

Zara y el guerrero gigante acuchillaron entonces al deva rápida y repetidamente. Lo primero que hicieron fue cortar seis tentáculos, que eran todos excepto los dos que estaban ocultos bajo su cuerpo.

El deva soltó un extraño rugido y se levantó. Pero en el poco tiempo que pasó en el suelo, ya le habían infligido una cantidad significativa de daño.

Su cuerpo se había reducido considerablemente.

¡Lo estamos haciendo!

En cuanto el pensamiento acudió a la mente de Zara, el cuerpo del deva se dividió en un número incontable de racimos diminutos y voló en el aire. Flotaron justo debajo del techo de la cúpula, dividiéndose y volviéndose a unir repetidamente.

Entonces tomaron la forma de miles de orbes voladores con el color y el patrón de los órganos internos, y comenzaron a temblar. Los orbes se abalanzaron sobre el guerrero gigante y Zara y los atacaron desde todas las direcciones.

Zara recuperó el Escudo de Ende y corrió hacia el guerrero gigante. Ambos se pusieron de espaldas el uno al otro y repelieron los orbes del deva mientras volaban hacia ellos.

El más pequeño de los orbes era del tamaño de la cabeza de Zara, y el más grande era tan alto como él.

Los orbes que venían de arriba se movían con cierta lentitud. El deva probablemente sufriría daños si se estrellaban contra el suelo. Eso significaba que los orbes a los que debían prestar atención eran los que atacaban rápidamente desde delante de ellos y a los lados.

El guerrero gigante y Zara se confiaron las espaldas y se concentraron en desgarrar los orbes y tirarlos al suelo.

Zara tenía el Escudo de Ende. Podía utilizarlo para repeler los orbes grandes. Las bendiciones del escudo reflejaban el daño físico y reducían el retroceso, por lo que Zara no debería haber sido empujado hacia atrás en absoluto, pero cada vez que un orbe golpeaba el escudo, sentía que iba a ser levantado de sus pies. El impacto también se reflejaba en el oponente, por supuesto, lo que debería haber infligido un gran daño al deva.

Repelió los orbes más pequeños con la Espada de Bora. Pero como el enorme número de orbes atacaba sin pausa, no había forma de que pudiera bloquearlos todos.

Los orbes parecían blandos, pero en realidad eran tan duros como el metal. Algunos le rozaron el costado y la cintura, otros le hicieron perder el equilibrio y otros le hirieron los codos y los hombros. Las heridas se curaron gracias a la habilidad de Robo de Salud de la Espada de Bora, y él siguió concentrando toda su atención en luchar contra los orbes voladores.

Si Zara o el guerrero gigante hubieran recibido un golpe directo y hubieran perdido la sincronización, era probable que ambos hubieran sido inmediatamente arrollados por el tornado de orbes y hubieran muerto. El corazón de Zara latía con fuerza en medio de esta batalla a vida o muerte.

Ningún orbe llegó a Zara por detrás. El guerrero gigante los bloqueaba todos.

Por desgracia, la defensa de Zara no era tan perfecta. El guerrero gigante era mucho más alto que él, y como resultado, algunos orbes se colaban y herían al guerrero gigante por la espalda. Pero el guerrero gigante no emitió ni una palabra de queja y siguió manejando los orbes en silencio.

No se limitaban a permanecer en su sitio. También daban pasos a la derecha y a la izquierda y utilizaban todo su cuerpo para defenderse y atacar.

Zara echó su pie izquierdo hacia atrás profundamente; entonces, mientras giraba en sentido contrario a las agujas del reloj, agitó su escudo y utilizó la fuerza centrífuga para hacer volar los orbes con su espada. Entonces, con una coordinación sin esfuerzo, el guerrero gigante igualó su tiempo de forma brillante y giró con él, y los dos cambiaron de lugar.

Los dos guerreros se movían en perfecta sincronía, como si fueran bailarines profesionales. Era una danza de la muerte, en la que un paso en falso significaba una muerte segura.

Zara no sintió la menor desesperación.

Normalmente, cuando se lucha con un grupo, los movimientos se restringen un poco porque hay que prestar atención a los compañeros, pero él no sintió esa restricción en absoluto en este combate. Su compañero captaba cada uno de sus movimientos y respondía en consecuencia.

Zara se sintió tan libre como si le hubieran dado alas, y mientras se sentía inmerso en la alegría de la mayor batalla de su vida, vio cómo todos los movimientos que había aprendido le salían a borbotones.

De repente, los orbes dejaron de atacar. Se elevaron en el aire y se combinaron.

Estaba claro que el deva había recibido no pocos daños. También había luchado por desesperación.

Zara se reprendió a sí mismo. Respiraba con dificultad y sentía que iba a caer de rodillas.

El guerrero gigante también tenía cortes por todo el cuerpo y estaba en un estado terrible. Sin embargo, parecía tranquilo mientras miraba fijamente al deva, y parecía que no sentía ningún dolor ni dificultad.

Zara pensó que parecía un rey.

No.

Tenía que ser un rey. No cabía duda de que este guerrero era un héroe venerado por la gente de su tribu.

Zara luchaba con los cinco tesoros de la Casa Mercurius y la Espada de Bora, todos los cuales contenían bendiciones inconmensurablemente poderosas, pero este orgulloso guerrero bárbaro que no empuñaba más que una única espada seguía siendo más fuerte que él.

Eso le pareció humillante, pero al mismo tiempo le hizo sentirse extrañamente animado y alegre. Esta era la altura que podían alcanzar las personas, los guerreros.

El deva se hacía cada vez más compacto. Entonces se pegó al techo de la cúpula y dejó de moverse.

Zara se sorprendió cuando se dio cuenta de lo que planeaba hacer.

¡El deva va a dejar de luchar y nos va a esperar!

El deva podía esperar mil años. Si esperaba, se le enviarían más fragmentos, lo que le permitiría regenerarse y aumentar su fuerza.

Sin embargo, no podrían salir de este lugar hasta que maten al deva.

Zara no estaba seguro de cómo le iba al guerrero gigante, pero Zara pronto moriría de envenenamiento por miasma si las cosas seguían así. La única manera de que Zara sobreviviera era seguir luchando y absorbiendo salud del deva.

El deva se estaba encogiendo y tratando de endurecerse. Cuando se desplomó en el suelo, no intentó endurecerse de inmediato. Podía ablandarse en un instante, pero el endurecimiento llevaba tiempo.

Tenemos que bajarlo de ahí y matarlo rápidamente. No podremos dañarlo si le damos tiempo para que termine de endurecerse.

Zara miró el anillo de Raika. Todavía había luz en él. Podía disparar un [Invocar Cometa] más.

Levantó la Espada de Bora en su mano derecha para establecer su objetivo de [Invocar Cometa], pero entonces el guerrero gigante lanzó algo.

Golpeó el techo justo al lado del deva y explotó, cortando la roca. Parecía un hueso de animal doblado, pero probablemente era una espada explosiva. Era un arma bendecida obtenida en el piso noventa del Laberinto de Sazardón.

No puedo creer que lo haya lanzado tan alto. La fuerza de este guerrero no es normal.

El guerrero gigante lanzó una espada explosiva tras otra al deva. Se formaron grietas en la roca que formaba el techo de la cúpula.

Zara contó quince explosiones antes de que el guerrero gigante dejara de lanzarlas. Parecía que esas eran todas las que tenía.

El gigantesco guerrero miró entonces a Zara, que respondió a su petición sin palabras con un movimiento de cabeza, y levantó la Espada de Bora hacia el techo.

“¡Invoca un Cometa!”.

Un enorme cometa apareció y chocó con el techo. Se produjo una enorme explosión en el punto de impacto. Las grietas se extendieron rápidamente y el techo comenzó a desmoronarse.

El deva cayó entonces. Se estrelló contra el suelo con un enorme sonido.

Se había vuelto sorprendentemente pequeño en comparación con el comienzo de la lucha. Intentaba condensarse y endurecerse, pero su endurecimiento aún no era completo.

Con un movimiento pausado, el guerrero gigante blandió su espada horizontalmente. El cuerpo del deva era más grande que la longitud de la espada. Pero el guerrero gigante no se preocupó por eso y blandió su espada larga de todos modos.

¡Esa técnica!

¡Ese movimiento circular!

¡Este movimiento de espada que parece fácil pero que garantiza cortar a cualquiera que entre en su arco inviolable!

Esta era una técnica secreta transmitida en la Casa Mercurius. Zara la había aprendido de Pan’ja Raban.

Mientras se preguntaba cómo ese guerrero gigante conocía esa técnica, Zara blandió su espada como si le hubieran invitado a hacerlo. Rodearon al deva desde posiciones perfectamente simétricas y trazaron dos círculos.

Los círculos eran de distinto tamaño, pero trazaban exactamente el mismo arco. Las dos espadas penetraron en el cuerpo del deva con facilidad, y las puntas se cruzaron al hacerlo.

Cuando las espadas del guerrero gigante y de Zara regresaron a ellos, el cuerpo del deva había sido cortado en dos, y se desplomó en el suelo. Su forma se fundió entonces en algo que parecía arena, que se absorbió en el suelo y desapareció.

Habían matado al deva más fuerte.

El suelo comenzó a temblar.

Suavemente al principio, luego se volvió gradualmente más violento.

La cúpula de roca empezaba a derrumbarse.

El laberinto del deva probablemente permanecería en ruinas durante un tiempo, luego se volvería a formar y esperaría el día en que comenzara a reunir fragmentos de nuevo.

El guerrero gigante desapareció.

Zara también desapareció.

Vio un techo familiar.

Había regresado.

El minotauro intentó levantarse y se dio cuenta de que no podía mover su cuerpo en absoluto.

A juzgar por sus heridas curadas, parecía que había subido de nivel mientras estaba inconsciente.

Todo excepto su cuerno derecho.

Pero no podía moverse.

Después de experimentar una batalla tan agotadora, esto no era sorprendente.

Eso no le dejó otra opción que descansar.

El minotauro respiró profundamente y adoptó una postura de descanso.

Ese cachorro era realmente algo.

Su manejo de la espada era afilado y pulido.

La velocidad de sus movimientos y ataques superaba la mía.

También puede utilizar poderosos ataques mágicos.

Sobre todo, su defensa era impresionante.

Pensaba que saldría volando cuando fuera golpeado directamente por un tentáculo, pero fue capaz de repeler esos poderosos ataques y mantener la compostura.

Parecía que su escudo tenía bendiciones especiales, pero su técnica de escudo también era muy impresionante.

También tuvo valor.

Debería haber sido imposible soportar ataques tan implacables durante un periodo de tiempo tan largo sólo con la habilidad y la resistencia. Su mente estaba completamente entrenada.

Tuve un pensamiento mientras luchábamos…

Después de derrotar a este monstruo, quiero luchar contra el cachorro.

El deseo del minotauro no se hizo realidad. Después de derrotar al monstruo, el minotauro perdió el conocimiento y fue transportado al centésimo piso del Laberinto de Sazardón.

El minotauro se vio privado de la batalla que había anticipado con entusiasmo.

Pero no se arrepentía en absoluto. Al contrario, sintió una satisfacción mayor que la que había sentido antes.

El minotauro se preguntaba por qué estaba de tan buen humor y, al cabo de un rato, obtuvo su respuesta.

El minotauro aprendió a luchar de los humanos. Estudiaba su técnica y luego pulía sus propias habilidades. Pero había una técnica, sólo una, que le parecía muy buena, pero que no podía reproducir.

Esa fue la coordinación.

El minotauro no tenía compañeros, por lo que, aunque entendía las ventajas de la coordinación, era incapaz de ponerlas en práctica. Pero en el fondo de su corazón, siempre había querido probar esa coordinación por sí mismo. Era un deseo que nunca podría hacerse realidad, por supuesto.

Pero entonces, en esta batalla que nunca podría haber visto venir, el minotauro y el guerrero kobold habían luchado mientras se confiaban las espaldas.

El minotauro reflexionó sobre la batalla con el último monstruo.

Reflexionó sobre cada una de las acciones que el pequeño kobold había realizado después de entrar en la batalla.

Entonces tuvo un pensamiento. Había visto muchas veces la extraordinaria coordinación de los humanos, y su coordinación con el kobold en este combate no era inferior a la que había visto en ninguna de esas ocasiones.

No.

En realidad, fue lo mejor.

Era el mejor y el más fuerte.

Nadie podría superar la coordinación que el cachorro y yo mostramos hoy.

Hmm.

Pero nunca hubiera imaginado que hubiera un individuo así entre esos cachorros.

Tendré que viajar hacia arriba de vez en cuando.

Pero por ahora, dormiré un rato.

Eso fue lo que pensó el minotauro.

Su cuerpo estaba totalmente agotado. Necesitaba un largo, largo descanso.

Dominado por la sensación de plenitud que le produjo una gran batalla, el minotauro se durmió.