Saikyou Mahoushi (NL)

Volumen 15

Capítulo 87: Menos Que Humano

Parte 1

Alus miró al cielo con una sensación premonitoria. Confirmó el resplandor del muro frente a él. Cerca de él estaban los subordinados de Vizaist que aparecieron de la espesura.

Tras confirmar a Alus, asintieron una vez y volvieron a esconderse en sus posiciones anteriores. No importaba cuántas veces los viera, nunca le resultaban familiares. Como era de esperar de los hombres de Vizaist, iban bien disfrazados.

¿Cómo era el clima en el Mundo Exterior? ¿Cuál era la temperatura y la humedad? Alus se preparó y se quedó mirando el punto desgastado de la barrera que separaba el Mundo Exterior del Interior.

―Probablemente llegue un momento en que tenga que deshacer esto ―dijo Alus.

―¿Deshacer qué? ―dijo Loki.

―El principio que hay detrás de la barrera de la Torre de Babel ―dijo Alus mientras miraba fijamente el velo de luz que actuaba como el gran escudo que protegía a toda la humanidad.

―¡¿En serio?! Ha sido un secreto durante tanto tiempo… Pero supongo que sí. Aunque podría ser la sabiduría de la humanidad, los detalles no se conocen en absoluto. Dicen que sólo los gobernantes y un puñado de personas lo saben ―dijo Loki.

―Sí, bueno, Babel siempre ha despertado interés por lo grande que es, y la propia barrera es fácil de acceder. Sin embargo, ni siquiera los eruditos más destacados han sido capaces de replicar sus efectos. Tal vez no sea un secreto, y más bien algo que en realidad nadie sabe de verdad ―dijo Alus.

―Bromea. Entonces sería imposible de mantener o gestionar ―dijo Loki.

―En efecto… Bueno, basta de palabrería.

Al momento siguiente, la presencia de Alus se hizo mucho más aguda. Era como si la composición misma e incluso el color del aire hubieran cambiado.

Era una transformación imposible de copiar para ella. Esperaba que sólo fuera cuestión de entrenamiento y fortaleza mental, pero el aire que rodeaba a Alus no le permitía ni siquiera una pregunta tan sencilla. Se preguntó qué había de diferente entre ella y Alus.

En cualquier caso, el cambio no se debía a hechizos o maná. En todo caso, la barrera provocaba un miedo instintivo. Al tocarla, uno se ponía en una situación mortal, le gustara o no. Ante algo con una fuerza absoluta, el cuerpo se encogía de forma natural.

Mirando fijamente a su apreciado Alus, Loki preparó el maná de su cuerpo y agudizó la mente. No se quedaba a su lado para ser una carga.

Con eso, los dos atravesaron la frontera entre el reino humano y el Mundo Exterior, sumergiéndose en el mundo real. Como era de esperar, el aire exterior les heló hasta la médula y su aliento se volvió blanco. Sus cuerpos sufrirían hasta que se acostumbraran a la diferencia de temperatura.

Al igual que Alus, Loki cubrió su cuerpo con una fina película de maná. A partir de ahora, estarían en territorio de los Demonios.

Tendrían que encontrar a los prisioneros fugados y acabar con ellos. Aún era plena noche, y pasaría algún tiempo antes de que saliera el sol. Normalmente, moverse a esa hora, cuando los Demonios estaban especialmente activos, era prácticamente un suicidio, pero Alus debía de tener una razón para elegir ese momento del día.

Finalmente, Alus echó a correr sin decir palabra. Loki lo siguió sin perder el ritmo. Sin embargo, se movía a una velocidad mucho mayor que en el Mundo Interior, y seguirle el ritmo requería todo lo que Loki tenía. No eran los movimientos del Magicmaster que Loki conocía.

No, ésta era otra faceta de Alus.

Si ella sólo intentaba mirar el lado de él que le convenía, no tenía derecho a estar a su lado. Pero lo que más la asustaba era cómo sus movimientos no hacían ningún ruido. Era como si estuviera persiguiendo una sombra.

Aun así, corrió tan rápido como pudo para perseguir su espalda. Justo cuando estaba a punto de quedarse sin aliento, Alus se detuvo de repente. Frente a ellos, en el suelo, había cadáveres de Magicmasters. A juzgar por lo seca que estaba la sangre que los rodeaba, no hacía mucho que habían muerto.

―Hablando de mala suerte ―dijo Alus.

Loki apretó los labios y asintió. Sin duda habían tenido mala suerte. Había cinco cadáveres en total, suficientes para un escuadrón; probablemente habían estado aquí por orden de los militares. Teniendo en cuenta que no se los habían comido, no era el fruto de Demonios, sino de humanos.

Si la gente a la que debían proteger los mató, ¿cómo podría ser eso otra cosa que mala suerte? Era una escena realmente miserable. Estaban todos muertos, sin necesidad de confirmar sus signos vitales.

―¿Cruzaron espadas… me pregunto? ―dijo Loki.

―Si se puede llamar así. Probablemente terminó en un instante. No hay señales de que se detuvieran a contraatacar ―dijo Alus.

―Muchos de ellos tienen heridas en la espalda. ¿Quizás intentaban retirarse? El cuerpo más dañado es el de un hombre que parece que servía de retaguardia.

Alus miró el cuerpo que señalaba Loki.

―¿Los conoce? ―preguntó Loki.

―No, no puedo decir que haya visto a ninguno de ellos antes ―dijo Alus―.

Aunque todos somos Magicmasters de Alpha.

Loki tampoco los reconoció. Pero los uniformes eran de Alpha, así que eran sus compatriotas. Por eso y por el estado en que se encontraban sus cuerpos, Loki se estremeció y se sintió impotente. Sin embargo, Alus no mostró ninguna preocupación por el estado mental de Loki mientras examinaba sin miramientos los cuerpos y analizaba la situación. A Loki, eso le pareció una señal de la confianza que tenía en ella.

―Loki, usa tu detección. Es una molestia, pero lanzaremos un ataque y acabaremos con ellos. Además, el Mundo Exterior es nuestro campo de batalla ―dijo Alus.

―¡De acuerdo! ―dijo Loki. Ella no cuestionó sus instrucciones ni por un momento. Envió su sonar de maná, ignorando cualquier posibilidad de emboscada. Lo primero que notó fue que, por alguna razón, no había Demonios a su alrededor. Incluso los que apenas podía sentir estaban lejos, lo que significaba…

―No importa si descubren que los estamos persiguiendo ―dijo Alus―. De todas maneras creo que están acabando con los Demonios que se encuentran en su camino. Ya que están perdiendo tiempo, eso nos da una ventaja.

Un sonar de maná era menos efectivo cuanto más lejos estuviera el objetivo y menos aún cuando se usaba contra personas. Y si ocultaban intencionadamente su maná, Loki no podría hacer nada.

Un usuario experto podía incluso detectar la presencia del sonar de maná. Como los criminales mágicos siempre estaban en posición de ser perseguidos, muchos estaban bien versados en estos asuntos. Y considerando lo fuertes que eran estos prisioneros fugados, probablemente eran expertos en tales tácticas.

―No puedo sentir a los prisioneros fugados ―dijo Loki.

―Eso está bien. No escaparán. Así que esto es una gran señal para el comienzo de nuestro juego de atrapar.

Alus también hizo que Loki usara su sonar de maná para presionar a los prisioneros fugados y que supieran que el cazador se estaba acercando. Siguieron hacia el sur de Alpha, ligeramente en dirección a Rusalca. Con el tiempo, el camino que seguían dejó de mostrar vestigios de Demonios o incluso residuos de maná.

No tiene sentido. ¿Por qué esforzarse en dispersar los restos de maná? se preguntó Alus. Y se ha borrado todo rastro de Demonios. ¿Acaso caminan por un sendero tranquilo sin un solo Demonio a la vista? No, eso no es posible. Alus frunció el ceño.

―Como era de esperar de los infames prisioneros fugados de la Prisión de Troya, no lo pondrán fácil. Bueno, de cualquier forma los resultados serán los mismos ―dijo.

―¡Sir Alus…! ―Al oír la tensión en la voz de Loki, Alus dejó de correr. Delante de él había árboles gigantes con raíces ondulantes. Encima de ellos había varios pares de ojos agudos mirándolos.

Por fin lograron vislumbrar al enemigo: las siluetas de dos personas se mostraban a la tenue luz del amanecer.

Loki, detrás de él, sacó rápidamente su AWR de tipo cuchillo.

―Tres, ¿eh? Loki, apóyame ―dijo Alus y echó a correr.

―Entendido ―respondió Loki.

La velocidad de él sobrepasaba los límites humanos. Cualquiera tardaría en reaccionar a su desaparición con el primer paso.

Mientras Alus corría hacia los dos hombres, los ojos del hombre más delgado se abrieron de par en par y su fina sonrisa desapareció de sus labios. Pero Alus estaba concentrado en el hombre que tenía detrás, el que estaba sentado con las piernas abiertas… Era, sin duda, el objetivo prioritario: Dante. Tenía el mismo aspecto que Sisty le había descrito.

―Tsk… ―El hombre delgado chasqueó la lengua y sacó la mano derecha cuando Alus se acercó. Alus la esquivó en el último momento, y el hombre delgado blandió su cuchillo cuando el Magicmaster pasó junto a él.

Al mismo tiempo, en el lado opuesto del hombre, a la izquierda de Alus, apareció otro hombre de la sombra de un árbol, donde había estado escondido. Balanceó su brazo derecho negro como el carbón para aprovechar perfectamente la abertura de Alus. Aunque la mitad de su rostro seguía oculta en las sombras, el agresor mostraba una sonrisa retorcida.

―Ahí está el tercero ―dijo Alus en voz baja.

Al instante siguiente, el brazo negro del hombre salió despedido con un chorro de sangre. Ni siquiera el propio hombre comprendió cómo le habían cortado el brazo a la altura del hombro. Pero el hombre delgado, que había sido el primero en intentar interceptar a Alus, no dio muestras de conmoción. En lugar de ello, blandió con firmeza su cuchillo contra Alus.

La hoja se calentó en un instante. Era el mismo golpe que usó con Tesfia. En lugar de provenir de algún tipo de poder, obviamente se basaba en una aceleración extraordinaria. Pero independientemente de si Alus sabía o no que éste era el atacante que derrotó a Tesfia… ni siquiera le prestó atención.

Con cierta cara de sorpresa, el hombre delgado lanzó su hechizo. Sólo le quedaba blandir la daga lo más rápido posible a través de la distancia más corta posible. Sin embargo, un relámpago atravesó su vista, y una persona apareció ante él en un instante.

Al momento siguiente, la escena se reprodujo en la mente del hombre fotograma a fotograma. La chica de pelo plateado que apareció le propinó una patada en la cabeza más rápido de lo que se movía su cuchillo.

Esto ocurrió antes de que el brazo del otro hombre tocara el suelo. El hombre delgado no tuvo más remedio que liberar la habilidad de su brazo y centrarse por completo en la evasión. Aceleró forzosamente el primer paso de su movimiento, desplazando su cuerpo y permitiéndole esquivar a duras penas la patada.

Con ligero alivio, éste sonrió. Ella falló su amplia patada, y el retroceso fue tan grande que su centro de gravedad quedó fijo, lo que significaba que él podría hacer el siguiente movimiento antes que ella. Esa era la norma establecida en las artes marciales. La persona que esquivaba un ataque amplio tenía la oportunidad de contraatacar.

Volviendo a su centro de gravedad habitual, el hombre utilizó su cuchillo para apuntar a Alus una vez más, en lugar de a Loki. Sin embargo, Alus siguió mirando hacia delante. Como había dejado a Loki para que lo cubriera, no necesitaba fijarse en el hombre lo más mínimo.

El hombre creía que tal creencia en un compañero era un defecto fatal; por lo tanto, quería destruir esa ilusión. Sin embargo, el siguiente movimiento de Loki fue en contra de su ideal. Inmediatamente ella lanzó su siguiente ataque, una patada relámpago, desde una postura colapsada.

Él no sería capaz de esquivar ésta. No podía prever un segundo ataque desencadenado a esta velocidad. Cruzó los brazos para bloquear, pero sintió un impacto como si un gigantesco martillo de hierro se hubiera estrellado contra él. Una grieta atravesó la superficie seca del suelo donde había apoyado los pies.

Sin embargo, aparte del impacto, el ataque no fue lo bastante potente como para atravesar su guardia. Tuvo suerte de que su oponente fuera pequeña y ligera. El hombre delgado chasqueó la lengua al sentir lo entumecidos que tenía los brazos y miró hacia el agresor al que le habían cortado el brazo.

Vio cómo Alus agarraba la cabeza del hombre y lo sacaba de entre las sombras. A continuación, su cabeza se estrelló contra el suelo antes de que se diera cuenta de que su brazo volaba por los aires o pudiera sentir miedo al ver el movimiento aterradoramente rápido de su oponente.

Una flor de sangre floreció en el suelo y, un instante después, su brazo cayó con un fuerte golpe. A continuación, Alus utilizó una hoja de maná para apuñalarle el corazón y asegurarse de que estaba muerto.

―Loki, encárgate de él ―dijo Alus y se dirigió hacia Dante sin esperar respuesta.

Loki asintió y se enfrentó al prisionero fugado con el que había intercambiado golpes y dijo su nombre.

―Marquesa Peeket… es una lucha a muerte de aquí en adelante.

―¡Estoy impresionado! No voy por ahí anunciando mi nombre. ¿Tú también eres estudiante? ―Preguntó Marchess con una expresión de desprecio en el rostro.

En lugar de responder, Loki miró fijamente a su oponente.

―¿Se te pasó el entumecimiento de los brazos? Me alegro de que seas tan lento para alguien que se suponía que estaba confinado en la cuarta planta.

―¿Es una de las últimas bromas que circulan entre los estudiantes? Por desgracia, este viejo lleva mucho tiempo encerrado, así que no puedo entender ―dijo Marchess, el aire a su alrededor cambió. Fue un cambio repentino, como si se hubiera quitado el exterior engañoso que llevaba.

―Tú también me preguntaste si soy estudiante, ¿no? Basándome en tus técnicas, supongo que eres tú quien hirió a Tesfia ―preguntó Loki.

―Ah, te refieres a esa pelirroja enérgica. Sólo la golpeé por muy poco, así que perdóname. ¿O quizá murió después? ―preguntó.

―En absoluto. Sigue viva, como dijiste.

―Me alegro de oírlo. Hazle saber que lo siento por el agujero en su estómago… o en realidad, no te molestes. Tal vez lo haga yo mismo después de matarte. Incluso puedo preguntarle por su casa y darle un regalo de buenos deseos con la figura de sus padres muertos ―dijo, mirando a Loki con una mirada sádica.

Pero Loki no sintió nada de sus despreciables palabras o acciones.

―Por supuesto. Pero me pregunto qué piensas hacer. Después de todo, vas a morir aquí y a convertirte en comida para Demonios.

―No entiendo las bromas de los estudiantes. Bueno, al menos pareces tener algo de habilidad. Esa pequeña pelirroja era simplemente repulsiva… Ella sólo saltó a luchar para jugar al héroe y salvar a sus amigos y profesor a pesar de la diferencia de poder. Era tan pura y recta que quería vomitar. ¿Está la Academia intentando producir en masa cosas así? ―Marchess sonrió y le temblaron los hombros.

Loki también tenía una opinión sobre el temerario comportamiento de Tesfia, pero Alus parecía verlo de otra manera. Aunque condenaba la insensatez de Tesfia, también parecía reconocerla de alguna manera.

Por eso dijo:

―Creo que es una estupidez. Pero hay alguien que sí lo reconoce. Puede que incluso lo vean como una virtud que no tienen. Así que reconoceré esa parte. Todo el mundo tiene defectos, y eso es mucho mejor que alguien lleno de nada más que Alice, como tú.

―Ya veo, así que estás vengando a tu amiga ―respondió.

―No desde mi punto de vista, al menos. Matarte es el último encargo que me han hecho. No es frecuente encontrarse con alguien que haya cometido crímenes tan graves, así que esta es una buena oportunidad para medir mis habilidades asesinas ―dijo Loki.

―Entonces empecemos con esto. Te enseñaré lo duro que es el mundo ―Marchess jugueteó diestramente con el cuchillo con la punta de los dedos y le dedicó una sonrisa torcida.

Loki no sabía realmente cómo matar. Pero sintió que el hombre ante ella sería un gran sujeto de prueba. Necesitaba parecerse más a Alus. Lo único que tenía que hacer era cambiar el objetivo de su hostilidad de Demonio a humano.

Loki utilizó inmediatamente Force para aumentar los límites físicos de su cuerpo. A continuación, su figura desapareció como un rayo. Con una cola de relámpagos brillando tras ella, apareció justo delante de Marchess. Sin embargo, él no mostró ningún signo de planear un contraataque. Tenía los ojos cerrados y permanecía inmóvil, como meditando.

Loki le empujó con su cuchillo, pero justo antes de que lo tocara, Loki volvió a desaparecer y apareció a su lado para lanzar un ataque lateral. Había sido cuidadosa, lanzando una finta antes de ir a matar.

Pero de repente se detuvo por completo y saltó hacia atrás. En el instante siguiente, la hoja de un cuchillo atravesó el espacio que ella había ocupado.

Es rápido, pensó.

Empujando y tirando, con ese simple movimiento de vaivén, Marchess pudo superar ligeramente la velocidad del Force de Loki.

Unos mechones de pelo de Loki cayeron hacia el suelo. Respiró hondo. Fue una parada tan brusca que el retroceso le oprimió el corazón, y sintió un escalofrío desde lo más profundo de su cuerpo. Si hubiera tardado un latido más, el cuchillo se le habría clavado entre los ojos.

―¿No eres cuidadosa? Tienes un buen margen en la distancia que nos separa ―se burló Marchess.

En cierto sentido, era la primera vez que se enfrentaba a un enemigo con intenciones tan claras de matarla. Su cautela la salvó.

―Hmm, no está mal ―Marchess tocó el filo de su cuchilla con satisfacción―. Sí… Estoy impresionado. Parece que entiendes los límites necesarios para matar.

Inmediatamente, el aire tosco y áspero que lo rodeaba desapareció. Sus palabras tenían una forma de refinada locura, e incluso su personalidad parecía haberse transformado. Su tono difería del que había utilizado durante el ataque a la Academia.

De hecho, su personalidad cambiaba de un momento a otro, como la de un actor de teatro. Era un grillete que se había impuesto para sobrevivir en el inframundo. Había creado un observador en el fondo de su conciencia para poder objetivizarse como asesino.

Así que Marchess Peeket tenía dos personalidades, dos máscaras: una para la objetividad y otra para la subjetividad. Eran personalidades complejas y extrañas que parecían actuar para confirmar cómo era matar por placer, pero, al mismo tiempo, no parecía ser una actuación.

Aunque era fiel a sus deseos, podía controlarlos cuando era necesario, lo que distaba mucho de alguien con una personalidad moralmente en ruinas. Siempre que Marchess asesinaba, su conciencia de ello era escasa. Sólo tenía la vaga sensación de que una persona como él había cometido el crimen.

Aunque la mayoría de las veces el asesinato quedaba en manos de una personalidad tosca y violenta, había excepciones. Por ejemplo, cuando se encontraba con un oponente digno que le provocaba tensión. La otra personalidad, que había estado observando desde el subconsciente, salía a la superficie.

Marchess Peeket era un hombre que había segado vidas de todas las maneras posibles. Cuando fue capturado, se le acusó de matar a más de treinta personas, pero se decía que el número real era mucho mayor. Matar era prácticamente una rutina diaria para él.

A veces eran planeados, a veces por placer. Y a veces eran por impulso… y finalmente, a veces mataba por voluntad propia.

―Ya está bien de catas. Es hora de matar. Acabaré con esto antes de que el cielo se ilumine ―se dijo, concentrando su afilado maná en su cuchillo.

Loki, con su aguda capacidad para detectar el maná, se dio cuenta por primera vez de que era una AWR hecha para matar. La fórmula mágica aplicada a la hoja estaba oculta por el mango. Lo más probable es que su estructura fuera similar a la del Kikuri de Tesfia.

Pero por muy sofisticado que fuera el camuflaje, Loki había visto de cerca el control del maná de Alus y ahora podía leer hábilmente el flujo de maná.

―Ya veo. Puede que seas una escoria retorcida, pero sigues siendo un Magicmaster. Entonces actuaré como tal ―Loki convirtió su maná en electricidad y la descargó en su entorno. Mientras desenvainaba sus cuchillos, desató un relámpago cegadoramente brillante que alejó cualquier oscuridad.

De esa luz, tres cuchillos salieron volando hacia Marchess. Revestidos de relámpagos, los cuchillos se dirigieron directamente hacia Marchess con mayor velocidad y capacidad de penetración. Sin embargo, a Marchess no pareció importarle la andanada de cuchillos y los esquivó con un mínimo de movimientos.

Pero eso no molestó a Loki. Ya lo había previsto y empezó a correr hacia los árboles de su lado a la velocidad del rayo. Pero a pesar de usar Force para acelerar, Marchess le seguía el ritmo.

Respiró hondo y sobrepasó sus límites, forzando todavía más sus piernas. Extendió un nuevo cuchillo mientras un destello blanco se elevaba en el cielo, y fijó sus ojos en el objetivo.

―‹‹Lightning››

Con un rugido explosivo, un rayo cayó al suelo, pero él también lo esquivó por muy poco, y sus efectos se limitaron a abrasar el suelo donde acababa de estar. Después de eso, el temible asesino se fundió en la oscuridad.

Como pensaba, ¡estamos igualados en velocidad! pensó Loki.

Tratando de escapar de su mirada, saltó y utilizó varias ramas como apoyo, pisando el suelo sin hacer ruido antes de soltar su siguiente hechizo.

―‹‹Flash››

La luz atravesó la oscuridad y se filtró entre los árboles. Este hechizo se utilizaba normalmente para cegar al oponente, pero en este caso funcionaba de forma similar a una bengala. Los alrededores se volvieron tan brillantes como el día, haciendo algunas sombras más definidas.

―¡Ahí…!

Loki dejó caer uno de sus cuchillos y descargó un rayo sobre él. Sin embargo, no sintió ninguna respuesta… Pero al momento siguiente sintió una presencia inquietante más allá de su hombro. Sin darle tiempo a darse la vuelta, Marchess se acercó a la menuda muchacha. En silencio, blandió sus cinco dedos ardientes.

―Disculpa ―dijo el hombre en un susurro caballeroso.

La fórmula mágica del cuchillo que Loki había dejado caer empezó a brillar. Inmediatamente, el aire alrededor de Loki se electrificó. Con un sonoro estallido, apareció humo blanco mientras la energía eléctrica se acumulaba en el cuerpo de Marchess y se convertía en una corriente de alto voltaje. En un momento ensordecedor, el cuerpo de Marchess se vio envuelto en una explosión blanca de rayos.

Independientemente de si estaba acechando en la oscuridad o no, como Observadora, Loki no lo perdería de vista por completo. Además, el enemigo no conocía sus habilidades, así que había creado una abertura de la que aprovecharse.

Loki dio una patada en el suelo para tomar distancia, pero la mano de él se alargó para agarrarle la ropa. El olor a carne quemada le picó en la nariz mientras un puño volaba hacia ella. Loki cruzó los brazos y se preparó para el ataque.

Pero el puño cambió repentinamente de trayectoria y, en su lugar, una palma plana golpeó limpiamente la oreja de Loki. Por un momento, ella no pudo entender lo que había pasado. La cabeza le temblaba y su visión parpadeaba.

Cuando recuperó el sentido, notó dolor en la oreja izquierda. Sentía como si su canal auditivo estuviera bloqueado, pero algo se estaba filtrando. Cuando se miró la mano, se dio cuenta de que le salía sangre de la oreja.

―¡¿Uf?!

Dejó escapar un grito ahogado e intentó no apartar la vista del enemigo que tenía delante. Pero sintió un mareo y un dolor insoportables. Su cerebro estaba agitado y era probable que su tímpano se hubiera roto, pero no tenía tiempo de inmutarse ante algo así.

Al recuperar la conciencia, apenas pudo ver el cuchillo del hombre en su inestable visión. Contraatacando, Loki volvió a dar una patada en el suelo. Se deslizó hacia la guardia del oponente y le asestó un golpe ascendente con la palma de la mano.

―¡‹‹Valitra››!

Un rayo púrpura irradió desde el fondo de su palma, extendiéndose. La carne alrededor del abdomen de Marchess estalló, pero no fue suficiente para destruir sus órganos.

¿Demasiado superficial? se preguntó Loki.

En ese momento, un dolor agudo le recorrió el muslo. Por el rabillo del ojo pudo ver la imagen de una cuchilla que se había movido más rápido que su ataque y se le había clavado en el muslo antes de que pudiera esquivarla o defenderse de ella. Y el oponente había evadido él mismo el daño mortal.

Pero el golpe de Loki no fue en vano. Como prueba de ello, su oponente falló ligeramente en su objetivo: la aorta femoral. Tras golpearla, Marchess retrocedió, con el rostro contorsionado mientras la sangre le goteaba por el borde de la boca y escupía sangre.

Estaba convencido de que ése habría sido el golpe definitivo de no ser por el ataque de Loki. Pero ante un ataque letal desde tan cerca, incluso Marchess tuvo que evitar un ataque directo.

―¿Así que incluso usas ese tipo de movimientos llamativos? Hmph. Parece que no conseguí acabar contigo. Bueno, te quité una pierna, y si la necesitas, puedo drenarte la sangre.

―Me temo que no puedo oír realmente lo que dices, pero… no, gracias.

Loki se levantó y lanzó un cuchillo, exhalando bruscamente. Naturalmente, Marchess lo esquivó fácilmente ladeando la cabeza. El cuchillo perdido sólo se detuvo al chocar contra un árbol que había detrás de él.

Loki volvió a mirar fijamente al enemigo que tenía delante. No sabía cómo funcionaba, pero el primer movimiento de cualquier acción que hacía siempre superaba la velocidad de Force. Había disparado Valitra con una sincronización perfecta. En el peor de los casos, los luchadores deberían haberse derribado mutuamente.

Sin embargo, él sólo había sufrido una herida abdominal menor, mientras que ella se había llevado un fuerte golpe en la pierna. No estaba claro qué tipo de técnica estaba usando él, pero ella al menos no había visto la aceleración en los movimientos sucesivos, por lo que sólo se aplicaba al primer ataque.

Sin embargo, carecía de información para hacer más análisis. No podía hacer un plan basándose en suposiciones tan inciertas.

Loki reajustó su AWR y liberó su maná. El maná que la rodeaba adquirió el brillo de un relámpago blanco mientras se transformaba visiblemente.

―Mis hermanos sin nombre cuyos cuerpos se redujeron a cenizas, sus almas a llamas blancas. Ancestros de antaño, traigan devastación al enemigo ante mí… ―cantó Loki.

Marchess entrecerró los ojos y realizó su movimiento antes de que Loki pudiera terminar su conjuro. Aquel primer paso fue tan rápido que casi escapó al ámbito de la percepción. En un instante, estaba justo sobre ella, y todo lo que quedó fue balancearse demasiado.

Humo blanco se elevó de su cuchillo mientras el aire se quemaba al cortar hacia el cuello de Loki. En el momento siguiente, justo cuando parecía que la cabeza de Loki iba a volar, murmuró un nombre completo.

―‹‹Fire Ikazuchi››

Con un destello, un colmillo de luz arrancó el brazo que Marchess estaba blandiendo. Se había quemado en un instante, sin dejar ni siquiera cenizas. Ni siquiera salía sangre de la herida del hombro, pues ya había sido cauterizada.

―Aaaarghh.

Marchess se agarró la herida y cayó de rodillas. Miró por encima del hombro hacia el lugar de donde había salido el colmillo de luz. Había un extraño calor alrededor de un cuchillo que estaba clavado en el árbol detrás de él, y una complicada fórmula mágica flotaba en el aire.

Eso explicaba por qué su brazo se desintegró. Con el rostro pálido, Marchess miró al misterioso ser que se había manifestado a partir del cuchillo y le había arrebatado el brazo.

Era una bestia de llamas blancas y truenos. Sus orejas se erguían y de su boca abierta asomaban feroces colmillos. Su melena y su cola estaban formadas por llamas blancas que, de vez en cuando, estallaban en relámpagos ardientes. Su cuerpo recordaba al de un tigre o un lobo.

Con la respiración entrecortada, Marchess dio un paso desesperado. Dio una patada en el suelo para acelerar, y el lejano paisaje se acercaba rápidamente, o debería haberlo hecho. De repente, Marchess perdió el apoyo y cayó detrás de Loki.

Cuando pasó junto a Loki, ya había perdido la pierna izquierda. Fire Ikazuchi miró a su presa e instantáneamente carbonizó la pierna izquierda dentro de su boca.

Loki no había visto el momento en sí, pero comprendió lo que había ocurrido. Fire Ikazuchi… un Vértice del Rayo, había reaccionado de forma semiautónoma contra un enemigo en movimiento.

―¡¡¡Imposible!!! ¿Qué demonios es esa cosa…? ―gritó Marchess, con la cara aún pegada al suelo.

Loki no respondió. En lugar de eso, dio un paso adelante, soportando su mareo.

Uf, sólo manifestarlo cuesta mucho maná, ¿y mantenerlo sigue drenando tanto?!, pensó.

Loki había estado luchando con muy poco maná, pero Fire Ikazuchi consumía más maná que Naruikazuchi. Y sólo mantenerlo drenaba maná como si estuviera disparando repetidamente hechizos avanzados. El mareo parecido a la anemia que la invadía iba acompañado de náuseas.

Pero no podía caer. Era una situación de vida o muerte, y tenía que hacerlo. Había decidido egoístamente quedarse al lado de Alus, así que al menos tenía que completar la tarea que él le asignó.

Loki se tranquilizó y blandió su cuchillo como si fuera la batuta de un director de orquesta. Marchess se retorció en el suelo y sacó del bolsillo lo que parecía ser una especie de envoltorio de medicina. Luego se lo metió en la boca, con suciedad y todo.

Pero independientemente de lo que fuera… antes de que pudiera tragárselo, Loki terminó su hechizo.

―‹‹Lightning Ray››

Un rayo del juicio llovió sobre Marchess desde arriba, iluminando el cielo con un resplandor deslumbrante. Cuando cesó el sonido del trueno, Fire Ikazuchi también desapareció, y Loki miró hacia el opaco cielo.

No tenía ninguna sensación de logro. Tampoco se sintió eufórica por dominar Fire Ikazuchi en ese momento. Simplemente había juzgado a un criminal que se lo merecía. Una indescriptible sensación de vacío se apoderó de ella.

Ya no pondría excusas como decir que era su misión. Ni siquiera era por Alus. Era una acción injustificable que había hecho por su propio bien. No era ni justicia ni maldad, sólo la pura verdad de que una vida había sido apagada.

Se vio obligada a enfrentarse al hecho de que tenía aptitudes para matar mientras el desagradable olor a carne humana quemada se le clavaba en la nariz.