Saikyou Mahoushi (NL)

Volumen 15

Capítulo 84: Un Encuentro Casual Entre Astutos

Parte 2

Seguro que transmitía las órdenes de los altos mandos a Fanon, al tiempo que la dirigía en la dirección correcta y la reprendía por su indulgencia cuando era necesario. Con eso en mente, Alus se dio cuenta de que aquella belleza debía de pasar muchas penurias…

Tal vez los observadores debían tener habilidades aparte de la mera detección. Cuando pensó en eso, se dio cuenta de que también se aplicaba a él y enderezó la espalda, pensando en la excelente compañera que tenía detrás.

Al darse cuenta de que sus pensamientos se habían desviado, volvió al tema que tenía entre manos para hurgar en la cuestión principal.

―Dejando eso a un lado, la razón por la que los perdiste de vista se debió a un bloqueo. Por lo que pude ver, era un hechizo llamado Millimore Mazain. ¿Tienes alguna contramedida para eso?

Alus estaba convencido de que había sido el usuario de la pistola quien había utilizado el bloqueo mágico avanzado. En el momento en que Alus preguntó eso con clara seriedad, la expresión de Fanon se volvió petulante, y dobló los dedos hacia Exceles.

Una vez que la capitana dio su aprobación para revelar la información, Alus oyó a Exceles soltar un profundo suspiro.

―Sí, todo irá bien. Sospechábamos lo mismo. Ya pasaron desapercibidos dos veces, pero ya tenemos un buen conocimiento de la estructura mágica del hechizo. Y si ese hechizo es realmente Millimore Mazain, entonces estaremos más seguras.

―Puedo asegurarlo. Puede que la estructura exterior haya cambiado, pero el núcleo sigue siendo el mismo ―dijo Alus―. De todos modos, si tienen una forma de superar eso, entonces sólo puedo darles mis respetos.

―Muchas gracias. Con tu garantía, no hay más preocupaciones ―Exceles dio las gracias de manera honrada.

Que Alus conociera los constructos de Millimore Mazain también significaba que conocía hechizos tabúes y clasificados. Era una regla tácita en la comunidad internacional que ni siquiera a los Únicos se les permitía tocar esos hechizos.

Por supuesto, había casos en los que la voluntad de la nación primaba sobre tales disposiciones, pero si eso saliera a la luz en el ámbito diplomático, aumentaría las tensiones entre las naciones.

Eso era, por supuesto, sólo en apariencia. Una imagen ideal de un mundo pacífico.

Que Alus se molestara en dar ese dato era su forma de demostrar que estaba al tanto de la misión oculta que Exceles y las demás personas llevaban.

Por cierto, Exceles también tenía conocimientos de magia. No era suficiente para presumir, pero al menos se había metido en la cabeza la lista de los hechizos tabú y clasificados del pasado, ya que siempre se preparaba para cualquier posible irregularidad para poder analizar las situaciones con mayor eficacia. Pero aunque reconociera los elementos estructurales, no tenía los conocimientos necesarios para compartirlos con los demás.

Así que después de dar las gracias a Alus, Exceles volvió a hablar.

―Dicho esto… Sir Alus, ¿cómo sabes que ése es Millimore Mazain?

Era una pregunta inquisitiva, pero al igual que Fanon, le interesaba saber qué clase de persona era el Magicmaster que estaba en la cima. Aunque había algunas excepciones, la información detallada sobre los Magicmaster Únicos solía estar en blanco; sólo se daba la información mínima. El ranking 1 de Alpha, en particular.

Como todavía era joven, Alpha mantenía oculta toda la información sobre él, por lo que para Clevideet era prácticamente un completo desconocido.

La respuesta de Alus fue cortante.

―Lo sé con sólo mirar. La obstrucción de la unión de maná y la luz del mismo que aparece aleatoriamente son muy características. Aunque me parece que no es tanto un rasgo del hechizo como del funcionamiento de la AWR.

A pesar de saber que estaba revelando información valiosa, Alus habló libremente.

―Sir Alus, no más que eso ―dijo Loki para amonestarle, pero a Alus no pareció importarle.

―No es gran cosa comparado con este problemático caso. La superioridad informativa de la nación puede ser importante, pero preocuparse por las apariencias aquí sólo retrasará la resolución de este problema ―dijo Alus y se volteó a mirar a Exceles, quien bajó la mirada en respuesta.

Como era de esperar, había algo cuestionable en sus motivos, pero de lo que se trataba era de eliminar a los prisioneros fugados, así como a Gordon y Suzar, lo antes posible. Estaba claro que a Alus no se le permitiría descansar hasta conseguirlo.

El enfrentamiento anterior no fue tan malo, ya que le permitió hacerse una idea de las capacidades de Fanon. Hasta sintió que había conseguido ver algo interesante.

No es que se hubiera congraciado intencionalmente, pero se preguntaba cómo verían Fanon y los demás su actitud distante. Cuando el silencio llenó la habitación, se oyó el ruido de la leña al estallar en la chimenea.

De repente, Fanon arrugó un poco la frente antes de dejar escapar un suspiro como si ya se hubiera resignado.

―AWR Barbaros de tipo integrador del cuerpo y AWR Calígula de tipo pistola… no es que te preocupe ya.

Felinella tragó saliva ante esas palabras. Toda la información soltada en pequeños trozos había desembocado en esto. No había sido capaz de entender por qué su padre le había encomendado la tarea de vigilar al escuadrón de Fanon. Pero ahora Alus había dado inesperadamente con el meollo del misterio.

Seguramente esas dos AWR fueron robadas de Clevideet. Así que Fanon y su escuadrón no sólo buscaban capturar a Gordon y Suzar, sino también recuperarlas.

Y esa era la razón por la que más o menos habían forzado su entrada en Alpha.

Pero las sencillas palabras de Fanon dejaron a Exceles y a las demás miembros de su escuadrón estupefactas… y claramente enfadadas.

―¡Lady Fanon! ―le reprochó Exceles, pero Fanon la ignoró, mirando sólo a Alus.

―Si te interesa, podría contarte todo lo que sé sobre sus mecanismos y las principales funciones de las fórmulas mágicas grabadas. A cambio… ―dijo, pero Alus levantó la mano para detenerla.

―No, está bien. Seguro que es algún secreto nacional, ¿no? ¿Por qué me lo dices?

―¿Oh? Pareces lógico pero codicioso cuando se trata de asuntos que te conciernen. Bueno, está bien. No es frecuente que los Únicos se encuentren cara a cara de esta manera. Ahora, acordemos no meternos en el camino del otro ―Una sonrisa insolente decoró el rostro de Fanon.

Tsk, así que ella sólo está diciendo que ha pagado el favor, ahora no vayas más lejos. ¿Cree que eso va a funcionar? Bueno, de todos modos no iba a entrometerme demasiado, y si ella va a hacerse cargo de algunos de los problemas, me parece conveniente, pensó Alus.

Amabilidad con amabilidad. Alus odiaba un flujo de conversación que insistiera en esa regla. Las concesiones y el regateo podían ser importantes, pero a Alus no le gustaban las peleas de perros políticas que requerían varias capas de lectura de la situación.

Pero por lo visto la pequeña mujer que tenía delante era más astuta de lo esperado. Parecía beligerante, pero ofreció semejante oferta en cuanto vio una oportunidad. Debía de estar acostumbrada a engatusar al gobernante o a otros personajes importantes, dando la impresión de ser una pequeña depredadora de agudo ingenio.

Mientras pensaba, Fanon le dirigió una sonrisa inocente. Entre los presentes, Alus era el único oficialmente afiliado al ejército de Alpha. Aunque Felinella fuera una estudiante sólo de nombre, seguía sin ser soldado. Estando en una posición de responsabilidad y autoridad, el término “Único” le pesaba mucho.

En todo caso, me interesan más esos cilindros, pensó. Bueno, sacarle algo más podría acabar por restringirme.

Al notar que los miraba, Fanon le hizo un rápido “esos no”, bloqueando su línea de visión con la mano.

―Ya lo creo ―dijo él con un suspiro―. Bueno, aunque haya sido un accidente, hubo heridos de tu lado. De acuerdo. Entonces acordamos no interferir entre nosotros.

―Eso está mejor, entendido ―dijo Fanon con una sonrisa dentada. Por extraño que parezca, hasta resultó encantador.

Alus se resignó y bajó los hombros. La situación se había resuelto cuando Alus cedió ante Fanon. La técnica de negociación de Fanon, que consistía en mezclar líneas duras y blandas, había sido utilizada repetidamente, como Alus esperaba, contra los altos mandos militares para torcerles la mano. Pero no funcionó contra Vizaist.

Exceles se hizo a un lado, impresionada por el arte de persuasión de Fanon, sintiendo que había visto el lado confiable de su capitana por primera vez en bastante tiempo.

―Feli, así es como va a ser ―dijo Alus.

―Lo comprendo. Sólo soy una estudiante, así que de momento no diré nada sobre tu decisión ni sobre las dos AWR ―respondió Felinella.

―Lo siento ―dijo él.

―Oh, si es necesario, es natural dar prioridad a las ventajas prácticas sobre la apariencia ―dijo Felinella con una sonrisa, mostrando su intención de respetar la decisión de Alus. E incluso si ella no iba a transmitir el objetivo de Fanon a su padre de inmediato, todavía habían conseguido información valiosa―. Pero me gustaría señalar a nuestros invitados de Clevideet que si intentan despistarme de nuevo, lo tomaré como que faltan a su promesa ―advirtió Felinella.

Al igual que Alus, Felinella dejaría pasar las transgresiones anteriores, pero si volvía a ocurrir, no dudaría en ponerse en contacto con su padre. Sin duda, Vizaist movilizaría otra fuerza para eliminar a Gordon y Suzar y apoderarse de sus AWR. Esa sería la mejor opción para priorizar la ganancia nacional de Alpha.

Felinella insistió en su punto con tono severo, por lo que le tocó a Fanon bajar los hombros y aceptarlo. Después de que Clevideet recuperara a salvo las AWR, el hecho de que Alpha conociera sus nombres o funciones no importaría demasiado.

Terminada la charla, Alus recordó de pronto algo que quería preguntarle a Felinella.

―Por cierto, Feli, todavía no recibo ninguna llamada de Lord Vizaist.

Al oír eso, los ojos de ella se abrieron de par en par y acercó sus labios brillantes al oído de él.

―¡¿Quieres decir que no fueron las instrucciones de mi padre las que te trajeron aquí?!

―No, fue una petición del Gobernador General. ¿Qué es lo que ocurre? Esto nunca había ocurrido en una misión ―susurró Alus su respuesta.

Con una expresión dócil en el rostro, Felinella arrugó la frente y negó con la cabeza.

―No lo sé; mi padre no… Pero esta vez me pareció que le costaba reunir información. También intentaré ponerme en contacto con él, pero quizá sea mejor reunirnos directamente más tarde.

―Entendido.

Y con eso, dejaron de susurrar.

―Todavía no sé por qué el usuario del arma nos atrajo a mí y a Loki. Aunque quisiera incitarnos a luchar entre nosotros, fue una forma muy sucia de hacerlo ―dijo.

Felinella asintió y respondió.

―El objetivo de los prisioneros fugados sigue siendo desconocido… Ese podría ser el mayor problema.

Fue entonces cuando Fanon los interrumpió.

―No pasa nada. Si conseguimos tiempo, lo torturaremos y haremos que lo escupa. Aunque puede ser demasiado intenso para nuestra pequeña estudiante.

Los prisioneros de la Prisión de Troya no tenían, en efecto, nacionalidad ni siquiera derechos humanos. Las leyes no se aplican no importa lo que se haga con ellos. Pero escuchar amenazas como esta no afectó a Felinella.

―Hmm, ¿estás sorprendentemente acostumbrada a la violencia? ―preguntó Fanon con una sonrisa intrépida, y Felinella bajó los ojos.

―No, pero si eso es lo que hace falta, el fin justificará los medios ― dijo Felinella.

―Ya veo. Realmente es un desperdicio que sigas siendo estudiante ―Fanon se impresionó y le dedicó una pequeña sonrisa.

―Entonces nos vamos. El usuario de pistolas al que perseguíamos es tu presa por el momento ―dijo Alus.

La silla sonó cuando Alus se levantó y se alejó de Fanon y su escuadrón. Incluso durante esta reunión, no hubo contacto con Vizaist, lo que significaba que Alus seguía sin saber quién era su objetivo. Era extraño que Vizaist fuera tan lento.

Ya se habían encargado de algunos prisioneros fugados, pero sólo eran los cuatro que atacaron a Alus. Y no sabía cuáles eran sus objetivos ni de dónde sacaron información sobre él. Ocultar tu origen cuando haces un trabajo sucio es normal, y no es que la cara de Alus fuera muy conocida en el inframundo. Pero los presos fugados seguro que tenían su propia red de contactos.

Mientras intentaba alejarse, sus ojos se encontraron con los de Loki. Ella pareció querer decir algo, pero él no supo qué. Al menos no daba la impresión de que se quejara de él.

Fue entonces cuando Felinella comenzó a hablar.

―Sir  Alus,  olvidé  mencionarlo,  pero  estaba  pensando  en  volver  a  la

Academia una vez hoy…

Alus la miró en silencio. Ella había vuelto a referirse a él como “Sir”, posiblemente para demostrar que le preocupaba apartar la vista de Fanon y de su escuadrón aunque sólo fuera un momento.

―No te preocupes. Cuando vuelvas, cuéntaselo a Fia y a Alice. Seguimos esperando en vano en esta situación, así que podría pasar algún tiempo antes de que todo esté concluido. Puede que incluso pasen varios días antes de que volvamos ―respondió Alus.

Sólo gracias a la presencia de Alus como rango 1, cuando Felinella insistió, Fanon les ofreció información sobre las AWR para llegar a un acuerdo.

Exceles, que llevaba las riendas, sugirió que las cosas irían bien incluso sin la vigilancia constante de Felinella.

Exceles lucía una sonrisa amable, probablemente aliviada por haber superado una negociación problemática, mientras se acercaba a Alus y Felinella.

―Por favor, no se preocupen, Sir Alus, Srta. Felinella. Una vez terminadas las conversaciones, nos pondremos en contacto con nuestra nación y nos prepararemos para la acción. Creo que no nos moveremos hasta mañana.

―Ya la escuchaste ―dijo Alus.

―La comprendo. Lady Exceles, gracias por su consideración ―Felinella se inclinó, y su hermoso cabello negro le cayó por los hombros.

Exceles miró a Felinella con una sonrisa irónica y comprensiva, pensando en las penurias por las que debía pasar debido a sus extraordinarios talentos.

―Veo que tú también pasas por muchas dificultades, señorita Felinella. Creo que puedo entender tu posición. Pero ahora que llegamos a esto, en cierto modo compartimos una misma suerte ―dijo Exceles y miró a Fanon, como queriendo decir que era duro para las dos.

Felinella respondió con una sonrisa comprensiva.

―Muy bien, entonces esta vez sí que nos vamos… ―dijo Alus.

Mientras ponía la mano en el pomo de la puerta, otra voz aguda les llamó.

―¡Esperen! No hay por qué tener tanta prisa ―dijo Fanon.

―¿Todavía hay algo más?

Mientras Alus miraba hacia atrás consternado, Fanon se levantó de su asiento haciendo ondear su pelo color glicina.

―Los Magicmaster Únicos casi nunca se encuentran, así que te vas a quedar a charlar conmigo. Sí, el exterior estará bien. No es como si la nación se fuera a colapsar si estás aquí unos minutos más.

―Aunque no colapse, alguien podría morir ―dijo Alus.

―Eso sería una pena ―dijo Fanon―. ¿Así que quieres salvar a tantos como sea posible? ¿Eres un héroe trabajando hasta la extenuación?

―Hasta cierto punto ―respondió Alus.

―¡No pensaba que fueras tan adicto al trabajo!

Con una sarcástica mirada de satisfacción, Fanon giró el pomo de la puerta que Alus había soltado y encabezó la salida. Viendo cómo daba instrucciones a sus subordinadas para que se quedaran atrás con la mirada, parecía una invitación por puro interés.

Con un pesado suspiro, Alus usó su mirada para decirle a Loki que se quedara también. Loki asintió obedientemente, y cuando Alus salió por la puerta, pudo ver acercarse a la mujer miembro del escuadrón con la que Loki había luchado antes.

¿Es esto lo que significaba aquella mirada significativa? pensó Alus.

Loki se había subestimado debido a su pequeña constitución y contraatacó, pero ahora que habían llegado a un acuerdo, ella también se acercó para resolver cualquier rencor. Los bordes de los labios de Alus se curvaron mientras esperaba que los remordimientos de ella se resolvieran.

Una vez fuera, pudo ver que había caído la noche. Las horas de luz eran más cortas en esta estación para coincidir con el Mundo Exterior, y daba la sensación de que el día y la noche podían cambiar en un abrir y cerrar de ojos. Tal vez nadie pudiera ver el momento en que llegaba la noche.

Incluso bajo las cortinas de la noche y a pesar de estar solo con Fanon, Alus no se sentía especialmente nervioso. Ni siquiera se sentía receloso. De hecho, también le parecía raro que los Únicos encontraran una ocasión para hablar entre ellos sin otros alrededor.

Pensándolo bien, los únicos Únicos que podía contar entre sus conocidos eran Lettie y Jean Rumbulls. Por otra parte, nunca había sentido la necesidad de socializar, así que no se sentía solo.

Debido a la estación, también hacía un poco de frío, pero no utilizó maná para mitigarlo. Los dos siguieron caminando hasta que llegaron a un punto en el que la luz de la vieja casa apenas los alcanzaba. Entonces Fanon se detuvo.

―Has estado jugueteando mucho con la construcción de tus hechizos, ¿verdad? ―preguntó Fanon.

Aunque su tono no era precisamente amistoso, la hostilidad de antes había desaparecido por completo.

Al igual que en la conferencia de gobernantes, la relación entre los Magicmasters Únicos estaba inevitablemente ligada a su ranking, ya que las clasificaciones los hacían conscientes de la diferencia entre sus habilidades, les gustara o no. Esto les impedía ser amistosos entre ellos o hablar abiertamente.

Pero aunque Alus y Jean eran de naciones diferentes, eso nunca les importó, aunque sus rangos cambiaran. Tenían una forma invisible de confianza. Pero, ¿y la Magicmaster que tenía delante?

―La respuesta a eso puede ser costosa. Tiene un valor similar a la información sobre cómo organizas y utilizas tu magia de barrera ―dijo Alus.

Incluso para Alus, convertir un hechizo defensivo en algo que pudiera usarse ofensivamente era poco convencional. Así que revelar la esencia requeriría algo de igual valor a cambio.

―¿No eres un engreído, Alus Reigin? Bueno, lo que te guardas para ti es ciertamente incomparable con cualquier otro Magicmaster. Exceles también se dio cuenta. Mi ayudante está bien versada en esa área también. Me pregunto qué ocultas tras ese rostro despreocupado ―dijo Fanon.

Últimamente, Alus había estado siguiendo las órdenes del Gobernador General y se había abstenido de usar Gra Eater, pero todos los hechizos que Alus usaba recibían el beneficio de no tener atributos. Por eso, abandonaban cualquier marco de referencia y manifestaban resultados que no se correspondían con la cantidad de maná utilizada.

La magia de barrera tampoco encajaba con los atributos tradicionales, así que en ese sentido era similar a la magia sin atributos, y quizá Fanon había podido captar algo por eso. Alguien como Jean no se habría dado cuenta.

Sin embargo, Alus no cuestionaría la forma de expresarse de Fanon. Supuso que ella sólo quería confirmar algo que había sentido durante su batalla. En lugar de esperar una respuesta de Alus, Fanon se apoyó en el paraguas que había traído como sustituto del bastón.

―No apestas. Normalmente evitaría hablar con un hombre en un espacio tan reducido. ¿No sudas o algo así? ―preguntó Fanon.

―Eso no fue suficiente para sudar ―respondió Alus.

―Hmm, ¿aunque sea después de todo eso? Bueno, así es el rango 1. Es raro que me interese tanto por alguien, ¿sabes? El primero desde Exceles, incluso

―dijo Fanon y miró a Alus de arriba abajo―. Tu atuendo es sencillo, y no eres demasiado mundano, por lo que veo ―murmuró Fanon y asintió para sí.

Único o no, Alus sentía que estaba perdiendo el tiempo.

―Si no tienes nada de qué hablar, entonces es suficiente.

―Sí, no está mal. Aparte de eso, pensar que puedes hablarme así. Como se espera de un Único. Aunque seas más joven que yo ―Fanon había estado luciendo una sonrisa todo el tiempo―. Cualquiera tendría sus dudas sobre el rango 1 siendo tan joven… pero ciertamente pareces tener un poder digno de un Único.

―¡Oye!

―Verdaderamente un humano elegido, alguien que ha recibido una bendición de este mundo ―continuó Fanon.

Alus enarcó las cejas.

―¿Bendición? Querrás decir una abominación.

―Esa forma retorcida de verlo está bien. Y luego los humanos te rehúyen, lo que lo hace todavía más cómico ―dijo Fanon con una sonrisa sarcástica mientras empezaba a caminar alrededor de Alus―. Según escuché, no parece que hayas jurado lealtad a Alpha o a los militares, ni que hayas vendido tu alma por patriotismo. Sin embargo, aquí estás ayudando en esta misión… Eres un pajarito raro.

―Como si yo tuviera algo que ver con el patriotismo ―dijo Alus―. Tampoco eres precisamente muy obediente.

Fanon no contestó, sino que se colocó a espaldas de Alus y se estiró, poniéndose de puntillas. Acercó su nariz al hombro de Alus y lo olfateó.

―Se me permite hacer lo que quiera, así que está bien. Soy libre hasta que me canse ―dijo Fanon.

―¿Dentro de una pequeña habitación ilusoria, sin conocer el mundo real? Por mucho que piques en tu jaula, no tendrás una buena comida. Aunque te llene el estómago de momento ―dijo Alus.

―Lo dices como si fueras el único que conoce la verdad. Eres un niño ―El tono de Fanon cambió de repente. Por una vez, actuando como si tuviera su edad, su tono tenía el peso de un mayor.

―No es una fantasía. Si quieres libertad, puedes huir lo más lejos posible de tu nación, cambiar tu cara y disfrazarte. Simplemente córtate el pelo y únete a la iglesia, entonces mientras mantengas tu mana suprimido, nadie te encontrará ―dijo Alus.

Por supuesto, no sería tan sencillo. Alus sabía que no se diferenciaría en nada de la vida de un prisionero fugado que pasa desapercibido. En todo caso, era una respuesta ridícula a una pregunta ridícula. Al fin y al cabo, sólo dentro de la gigantesca jaula que eran las siete naciones podían encerrarse monstruos con el nombre de Único.

Un repentino soplo de aire rozó el pelo de la oreja de Alus.

―Hmph ―Fanon retrocedió y respondió en un tono que hacía difícil saber si estaba bromeando o hablando en serio―. Entonces es imposible. Yo no soportaría cortarme el pelo.

Fanon esperó su reacción con una sonrisa coqueta, y él respondió con una mirada fría.

―Parece que te estoy quitando tiempo. Pero ahora tengo una buena historia que contar ―dijo Fanon finalmente.

―¿Es así? ―preguntó Alus―. Entonces no la fastidies. Sea quien sea tu objetivo, asegúrate de acabar con él, o sólo me causará problemas más tarde ―El tono de Alus se volvió naturalmente un poco rígido al considerar el peor de los casos.

―Como naciones vecinas, nos presionarán tarde o temprano. Pero yo tengo mi posición y me ocuparé de mis propios asuntos. Intenta no lloriquear y lanzar tú mismo un torrente de quejas más tarde. Adiós entonces, Alus Reigin. Dudo que nos volvamos a ver por un tiempo. Ah, y una última cosa… Si hubiéramos luchado un poco más, habrías visto algo interesante ―dijo Fanon.

―Esa AWR tuya, ¿eh? ―dijo Alus.

En lugar de responder, ella lo miró con pasión antes de volver a la vieja casa. Al final, Alus no estaba seguro de qué era lo que quería decirle. ¿Había sido una pérdida de tiempo o una conversación algo beneficiosa? ¿Para qué habían servido los últimos minutos de discusión?

Lo que esta oportunidad había cambiado era la impresión que Alus tenía de Fanon.

Aunque físicamente parecían de la misma edad, por dentro eran diferentes. Antes de alcanzar el rango de Único, un Magicmaster experimentaba innumerables roces con la muerte; era inevitable que tuvieran un aura a su alrededor.

Alus recordó la feroz batalla anterior contra la Única de rango 4 de Clevideet, Fanon Trooper. Le debía de faltar un tornillo para haber llegado tan lejos en la nación de otro.

Mientras el cansancio se apoderaba de él, vio a Loki y Felinella salir de la vieja casa. Habían intuido que la reunión nocturna entre Únicos había llegado a su fin cuando Fanon regresó.

―Alus, creo que mi padre está en la base habitual. Por favor, salúdalo de mi parte ―dijo Felinella.

Tras asentir a Felinella, Alus y Loki comenzaron a moverse como dos sombras corriendo por las tierras de Alpha, en dirección a un lugar que habían visitado varias veces en el pasado.