Monogatari (NL)

Volumen 9

Capitulo de Cambio: Demonio Suruga

Parte 2

 

 

He dicho que sola—¿pero qué pasa con este chico? Aunque se me haya olvidado por completo.

Aunque lo haya olvidado por completo. De alguna manera.

Publicidad M-AR-2

“Buenos días, Ougi-kun.”

Sin aflojar el paso, saludé al muchacho de primer año que estaba a mi lado—no, ahora estaba en segundo año, en todo caso al muchacho de la bicicleta.

Como él llevaba una, no tuvo problemas para seguir mi ritmo— aunque yo confiaba en que si daba todo lo que tenía, podría dejar a cualquier bicicleta de abuelita mordiendo el polvo.

Sin embargo, como estudiante de tercer año, ya era hora de que me calmara un poco. No iba a correr a toda velocidad de camino a la escuela.

Aquí había un kouhai que se había encariñado conmigo, y nunca iba a tratarlo con desprecio.

Publicidad G-M2



“Corres rápido.” Dijo.

“Oh, creo que apenas llegaré antes de que suene la campana.” “No, no, no, me refiero a que eres una corredora bastante rápida.”

“Ah.”

Asintiendo con la cabeza, miré al chico que estaba a mi lado.

Se había trasladado al Instituto Naoetsu en algún momento a finales del año pasado… he olvidado exactamente cuándo. Y su nombre era Oshino Ougi.

Oshino.

Dijo que estaba emparentado con Oshino-san, pero la veracidad de esa afirmación era incierta—mientras que Araragi-senpai, siendo quien es, se tragó la historia entera, Hanekawa-senpai se mostró abiertamente dudosa.

Es raro que sus opiniones diverjan de forma tan marcada—pero, bueno, dada la, cómo decirlo… ambigua presencia de Ougi-kun, no es de extrañar.

Kun…

¿Kun?

“Espera, Ougi-kun… ¿No solías ser una chica?”

“¿De qué estás hablando? Siempre he sido un chico. Desde que vine llorando a este mundo, he sido un chico, sin desviarme ni un momento.”

“… ¿Sí?”

“Eh, sí. Y no soy una de esas tomgirls que están de moda ahora.” “Bueno, no sabría si catalogarlo de moda.”

Es más bien una tendencia de nicho.

Pero supongo que es la naturaleza humana imaginar que tu pequeño patio de recreo es el mundo entero. Aunque Internet y lo que sea parecen haber abierto las cosas, si no tienes en cuenta que es sólo una profundización, no una ampliación, acabas en un mundo de dolor.

Eso me paso.

O mejor dicho, me convertí en un personaje doloroso. No sé…

Estoy realmente harta de pensar que podría vivir el resto de mi vida sumida en este tipo de remordimientos.

“Hmm… De todos modos, por supuesto que eras un chico. Mis disculpas, de alguna manera me equivoqué.”

“Ajaja. Equivocarse de vez en cuando está bien, creo. Una vida en la que no se nos perdona ni un solo error sería asfixiante.”

“Un error, ¿eh? Error.” Repetí distraídamente la palabra de Ougi- kun, mirando mi brazo vendado mientras se movía de un lado a otro con cada zancada. “Pero la vida es una serie de errores.”

“Vaya, ¿qué es esto? Ese comentario negativo es tan poco habitual en ti, y encima lo dices en el primer día del nuevo curso.”

Ougi-kun inclinó la cabeza sobre su bicicleta. Eso fue peligroso.

Justo cuando lo pensé, empezó a pedalear más rápido para adelantarme, y con un giro en U, me estaba mirando directamente a la cara.

Se colocó como una barricada frente a mí, pero al pedalear en reversa, comenzó a moverse hacia atrás y en realidad no impidió mi avance.

… No, espera.

No las conduzco, así que no estoy segura al cien por cien, pero ¿las bicicletas eran el tipo de vehículo equipado con un mecanismo que te permitía moverte hacia atrás si pedaleabas en reversa?

No es un Segway, por Dios.

Ni siquiera Araragi-senpai, que amaba su bicicleta por encima de todo (por cierto, fui yo quien destruyó su amada montura) jamás hizo una jugada tan extraña…

“Eso no se parece en nada a Kanbaru Suruga, la estrella del Instituto Naoetsu que llevó a un equipo de baloncesto sin nombre hasta las nacionales. Deberías decir: ‘La vida es sólo una serie de éxitos’.”

“¿Por qué iba a decir algo tan arrogante? ¿Quién podría? Tráelo aquí para que pueda darle una lección.”

“¿Traerlo? Eres tú misma.” “Te equivocas.”

“Pero es un hecho.”

“Todo eso está en el pasado. Pasó hace mucho tiempo.”

Nadie se acuerda de las glorias del año pasado—no, del antepasado. Los nombres de los deportistas que se lesionan y se retiran están destinados a desaparecer de la memoria.

Una de mis compañeras de curso se jubiló oficialmente el otro día. Llega una nueva generación y te olvidan.

Publicidad M-M3

“Todo está en el pasado.” Ougi-kun se hizo eco. “En el pasado,

¿eh? Oír eso es un verdadero chasco. Para un estudiante como yo, al menos, que entró en el Instituto Naoetsu con la esperanza de convertirse en una estrella como tú.”

“Mentiroso. ¿Cómo puedes decir mentiras tan espantosas con la cara seria? ¿No eres miembro del Club de Ir a Casa?”

“Sí. Pero yo soy su as.” “¿Qué quieres decir con eso?”

“Salgo temprano de la escuela cada tres días.” “Eres un as, sin duda.”

Es agotador hablar con Ougi-kun.

Siempre manteniéndome desequilibrada… lo que me recuerda que Araragi-senpai a menudo decía lo mismo de mí.

En ese caso sí que fui una piedra en su zapato, aunque ya era un poco tarde para los remordimientos. Al ponerme ahora en la misma situación, comprendí por primera vez cómo se sentían mis senpais.

Más tarde le enviaría un mensaje de disculpa. Aprendí a enviar uno hace bastante tiempo.

Incluso yo aprendo.

Si crees que no puedo aprender sólo porque soy estúpida, estás muy equivocado.

En fin, dicho esto, creo que Ougi-kun y yo no nos parecemos mucho.

La verdad es que no recuerdo cómo acabamos hablándonos en primer lugar cuando estamos en años diferentes y él no practica ningún deporte—antes de darme cuenta estaba ahí como si siempre lo hubiera estado.

De repente, en buenos términos con mis queridos Araragi-senpai, Senjougahara-senpai y Hanekawa-senpai.

Parecía muy natural.

Lo que en sí mismo parecía totalmente antinatural.

… Pero de todos modos, supongo que con los tres fuera, sólo quedamos él y yo.

Eso es duro.

Tal vez sea más duro que estar sola. “¿Qué pasa?” Preguntó.

“No es nada…” No iba a decirle en la cara que la vida va a ser una mierda sólo contigo de compañía.

“Ya que estamos, ‘pasado’ se escribe con los caracteres de ‘error’ y ‘desaparecido’. ¿Significa eso que el pasado es un error como tal, sui géneris?”

“…”

Me planteé decirle que no estaba utilizando correctamente la expresión “sui géneris”, pero decidí no hacerlo. No me gustaría que me considerasen el tipo de senpai que se enorgullece por criticar el léxico errado de un kouhai.

Aun así, era una magnífica autocontradicción que una conversación sobre el significado de una palabra incluyera una frase mal utilizada.

“Ahora que lo pienso.” Continuó Ougi-kun. “La palabra ‘futuro’ se escribe con un prefijo negativo y ‘venidero’. ¿Es entonces la vida humana un gran devenir de cosas malas? En conclusión, la vida ya sea pasada o futura está llena de cosas malas.”

No dejaba de pedalear hacia atrás mientras decía esto—conducía en reversa. No había espejo retrovisor, a diferencia de lo que ocurre en una moto, así que era realmente muy peligroso.

Parecía precario.

Empecé a tener la inquietante, y probablemente injustificada, sensación de que él seguiría yendo hacia atrás mientras yo siguiera corriendo, así que me detuve lentamente.

“Ups. ¿Qué pasa? ¿Todo bien, Suruga-senpai? ¿Corriste tan deprisa que dejaste tu cerebro detrás?” Preguntó Ougi-kun, y tal como esperaba, frenó—no apretando ninguna de las dos manos, sino a través de la fricción generada al dejar que las suelas de sus zapatos rozaran el suelo.

Cada cosa que hacía era precaria. Estaba en ascuas.

“Correr unos pocos kilómetros no me va a causar daño cerebral.” Cerré la pregunta de Ougi-kun y me alejé sin más. Parecía (el mecanismo aún no estaba claro para mí) que no podía ir hacia atrás a un ritmo lento, así que, dando la vuelta a su bicicleta—de mala gana, imagino—reanudó su acompañamiento con normalidad.

Aparentemente rebelde, un chico obediente. Aparentemente retorcido, recto como una flecha.

En lo que respecta a los jóvenes de hoy en día, era sorprendentemente fácil de manejar, si se me permite hacer tal evaluación como alguien que ha estado en clubes deportivos desde la escuela media a la secundaria.

“¿No llegarás tarde si vas andando?”

Publicidad M-M4

“Está bien, esprintaré cuando llegue a la subida final.”

“Vaya, dame un respiro. En ese caso sólo seré yo quien llegue tarde.

Soy débil en las subidas.”

“En ese caso puedes adelantarte.”

“Por favor. ¿Por qué iba a tirar por la borda el honor de llegar a la escuela al lado de la universalmente admirada Kanbaru Suruga por algo tan insignificante como ser marcado como ‘llegó tarde’?”

Publicidad G-M3



“¿Por qué me admiras? No es que sea una estrella o algo así.”

“Pero es que lo eres. No, tal vez sea más exacto llamarte leyenda viviente.”

“Leyenda viviente… En cualquier caso, eso fue hace mucho tiempo.”

“Bueno, claro, puede que hayas perdido parte de tu antiguo carisma… Pero incluso ahora tienes fans rabiosos que te apoyan.”

“Es bueno saberlo, si es cierto… Pero, ¿a qué demonios están alentando? Ya no juego al baloncesto.”

Y palabras como “rabioso” me asustan.

Me recuerdan a cuando tenía miedo de mí misma. De cuando era como un animal rabioso.

“Una estrella es una estrella pase lo que pase. Existir es lo único que importa. Existir, y brillar.”

“Pero no estoy brillando, ya no. Me he vuelto oscura.”

“Estamos dando vueltas en círculos, ¿no es así?—seguro, puede que no seas famosa a nivel nacional en este momento, pero sigues siendo toda una celebridad local.”

Publicidad G-M1



“No recuerdo haber estado tan atada a la zona… Ougi-kun, ¿hay algo que tengas que decirme? Porque no creo que estuviéramos teniendo esta conversación si no fuera así.”

“Huh.”

Ougi-kun parpadeó, sorprendido.

Tenía una cierta tendencia a la exageración. Incluso el hecho de estar vivo parecía deliberado.

En   pocas   palabras,   era   como   si   estuviera   interpretando   un “personaje”—lo que me molestó.

Sentí como si poco a poco se me mostrara lo que no me gustaba de mí misma.

Despacio.

Pero con constancia.


“Qué cosa tan fría dices. Podría congelarme. ¿No puedo hablar contigo sin una razón específica?”

“Bueno, en realidad, supongo que sería peor si tuvieras una razón.” “Jajaja, ahora nos estamos calentando.”

Riendo, Ougi-kun fue al grano. Su peculiar técnica de conversación consistía en hacerlo con una brusquedad anormal después de haberse ido siempre por las ramas, lo que sin duda me recordó a nuestro amigo de la camisa hawaiana.

“¿Has oído los rumores sobre el Señor Demonio?”

¿Señor Demonio?

***

 

 

No quería llegar tarde el primer día del nuevo curso—no me preocupaba mi récord de asistencia, pero no era tan insensible como para no verme afectada por el triste espectáculo que Araragi-senpai había presentado allí al final (incluso “desgraciado” sería un eufemismo)—así que, sin tener en cuenta lo que Ougi-kun pudiera decir, subí a toda velocidad la última cuesta y me colé por las puertas de la escuela junto con el primer timbre.

Era sincero en cuanto a su debilidad en las subidas, y le dejé en evidencia. Aunque antes de llegar a los puntos fuertes y débiles, las bicicletas de abuelita son demasiado pesadas para ser aptas para subir.

Dado que podía ir hacia atrás, pensé que su bicicleta también podría ser remodelada para mejorar su potencia de subida, pero evidentemente el ingeniero no le había hecho tanta cirugía.

Su voz a mi espalda sonaba como si estuviera a punto de llorar, y yo me estremecí mientras me apresuraba, pero no es que haya prometido que “correríamos juntos”.

Ougi-kun siendo Ougi-kun, creo que no terminó llegando tarde. E incluso si lo hizo, estoy segura de que se libró con su lengua de plata.

Así que cambié de marcha.

El cambio mental rápido es mi especialidad.

Lo que probablemente significa que soy estúpida.

Antes de dirigirme al edificio de la escuela, fui al gimnasio para ver mi nueva asignación de clase. ¿Quiénes estarían en mi clase este año, quiénes estarían en una diferente? Veamos, hmm, bien, bien. En general, fue una remodelación satisfactoria.

Nunca lo había pensado, pero ¿los profesores tienen una gran discusión y deciden estas cosas juntos? Por ejemplo, ¿qué estudiantes no deberían estar en la misma clase, qué grupos deberían mantenerse juntos, etc.?

Era como esa canción: Matchmaker, matchmaker, make me a match.

En realidad, el trabajo de dividir a los estudiantes parece bastante divertido.

Contemplando quién podría hacerse amigo de quién en el juego de la asignación ideal de la clase, me dirigí a mi nueva aula.

Un aula de tercer año.

Curiosamente—aunque suene exagerado y escenificado, como si estuviera subiendo la apuesta dramática a la fuerza—era la misma aula en la que habían estado mis queridos Araragi-senpai, Senjougahara- senpai y Hanekawa-senpai el año pasado.

No pensé en ello.

En otras palabras, hice algo.

El aula estaba en silencio. Todos parecían estar todavía en el gimnasio, alegrándose o lamentándose. Quizás les estaba costando adaptarse a la perspectiva de sus nuevas clases, y de sus nuevos compañeros.

Me puse a deambular ociosamente, preguntándome dónde se habían sentado mis senpais. Supuse que no había forma de saberlo, hasta que me topé con un escritorio que irradiaba una poderosa individualidad.

Publicidad G-M2



Es decir.

Un escritorio con “Araragi Koyomi” cincelado profundamente en la superficie—¡hey, hey!

Por un momento me horrorizó que mi querido senpai hubiera sido tan agresivamente auto afirmativo, pero cuando lo pensé realmente, ni siquiera podía imaginarlo viniendo a la escuela con un cincel.

En otras palabras, el escritorio debe haber sido de Senjougahara- senpai.

Podía imaginármela pasando el tiempo durante la clase grabando el nombre de su novio en su pupitre, y eso me hizo sonreír.

Una leve sonrisa—no se podría decir exactamente que sea reconfortante.

No puedo ni imaginarme la reacción de Araragi-senpai cuando descubriera la talla, pensé mientras me sentaba en el escritorio.

Era el primer día, la primera clase, así que tal vez deberíamos habernos sentado por número de alumno, pero se sentaría un precedente por cualquier regla que se cimentara primero.

La regla que cimenté al sentarme primero: “Siéntate donde quieras.”

Ocupar un asiento en el que alguien a quien una vez había anhelado había pensado en su querido novio iluminó con un rayo de luz la nueva vida que empezaba; también me produjo cierto sentimiento de nostalgia.

“¡Buenos días, Rugaaa! Después de dos años, ¡por fin estamos en la misma clase!”

Justo cuando me entregaba al sentimiento, Higasa, que parecía haber aparecido en el aula de la nada, se sentó en el asiento de enfrente.

Era una contemporánea mía del equipo de baloncesto.

Había sido vice capitana el año pasado, y cuando renuncié me sustituyó como capitana—insistió en que sólo era la capitana en funciones, pero el otro día finalmente también se retiró, sin que mi gran regreso se hiciera realidad.

Cualquiera podía ver que era una atleta, pero como casi todo el mundo por aquí, entró en las auspiciosas filas de los estudiantes que se preparan para los exámenes de acceso a la universidad.

¿Yo?

Yo también me estaba preparando para ellos, por supuesto.

Si no fuera por mi brazo izquierdo, podría haber conseguido una beca en una universidad de atletismo gracias a mi historial de baloncesto. Pero con mi lesión declarada, aunque me ojeasen, tendría que rechazarla. Me deprimía al pensar en la vida de estudiante que se extendía ante mí, aunque yo misma me lo había buscado.

Estudiar no es mi fuerte. Soy una estúpida.

En primer lugar, fue sólo porque tenía una fuerte motivación— persiguiendo a Senjougahara-senpai—que llegué a entrar en esta escuela preparatoria.

“Sí, así es.” Respondí.

Al haber jugado juntas al baloncesto, Higasa y yo habíamos estrechado lazos, pero era la primera vez que estábamos en la misma clase.

Resultaba irónico que finalmente ocurriera después de que ambas abandonáramos el equipo.

¿O tal vez no era irónico?

¿Tal vez era algo común?

Nos graduamos sin haber estado en la misma clase que la mayoría de los estudiantes de nuestro año, así que supongo que no hay necesidad de forzar algún tipo de significado especial en ello.

“El momento antes de ver la asignación de clases me ha puesto azul desde la escuela primaria, pero me alivia estar en la misma clase que tú, Ruga.”

“¿Azul? ¿Por qué?” “Oh, porque soy tímida.” “Huh.”

“Las palabras ‘encuentra a alguien con quien quieras emparejarte’ me asustan más que nada en el mundo.”

“¿Por qué? ¿No te hace feliz poder emparejarte con alguien que te gusta?”

No me creí que Higasa, aún más deportista que yo, fuera tímida, pero a menudo nuestra percepción de nosotros mismos está en desacuerdo con la realidad.

La yo que tengo en mi mente es probablemente diferente de la forma en que otras personas piensan de mí, pero al mismo tiempo, siento que no es una cuestión de que uno u otro tenga razón.

Lo correcto varía según la perspectiva. El año pasado me lo enseñaron.

“Sin embargo, es alrededor de un mes después de las tareas de clase cuando realmente me pongo azul.”

“¿Cómo así?”

“Porque me veo obligada a ver cómo personas con las que me sentía cercana en mi clase anterior se hacen cercanas a otras personas de su nueva clase.”

“Eso suena forzado…”

“Que tus amigos hagan otros amigos siempre es un mal presentimiento. El amigo de mi amigo es mi enemigo.” Comentó Higasa, con los hombros caídos.

Salir con una frase audaz que todo el mundo piensa pero que en realidad no puede decir me hizo pensar que definitivamente era una atleta y que en realidad no era tímida en absoluto, pero tal vez simplemente no podía ocultar sus verdaderos sentimientos.

Al principio.

Probablemente yo había sentido lo mismo—al presenciar la relación entre mis senpais. Así que entendí muy bien cuando Higasa lo puso en palabras.

… Pero era un sentimiento bastante egoísta.

Aunque los sentimientos son todos básicamente egoístas. “¿Pero Higasa, no terminas haciendo nuevos amigos?”

“Lo hago. Aun así… A lo largo de la vida tendremos que seguir lidiando con nuevas asignaciones de clase y de asiento, por así decirlo, y nos alejaremos de los buenos amigos, de la gente que nos gusta, de la gente que queremos, aunque nunca hayamos tenido una pelea ni nada. Cuando pienso en eso, mi estado de ánimo no se vuelve azul, se vuelve negro como el carbón.”

“Hmm, seguro.” Asentí a Higasa. Sus palabras tenían mucho sentido para mí. “La vida no es más que nuevas clases y asignaciones de asientos.”

Mis lazos con Araragi-senpai y Senjougahara-senpai habían sido tan divertidos que parecía que podían durar siempre. Pero olvídate de la eternidad, no podría seguir de la misma manera en el momento en que se graduaran.

Tenían que forjar nuevas relaciones en nuevos lugares—y era más apremiante para ellos que para mí, que continuaba en el mismo instituto.

Araragi-senpai parece ser el peor del mundo en ese tipo de transición.

Incluso ahora me envía mensajes con una frecuencia asombrosa. Y más de la mitad son chistes verdes.

Puede que yo tenga gran parte de la culpa, pero sin embargo parece albergar un grave malentendido sobre mí.

Nuestros nuevos compañeros empezaron a llegar después. Nuestro profesor de clase llegó el último, un poco tarde, y empezó a darnos una verdadera clase de lo que podríamos llamar: “Preparación para el examen para tontos.”

Estudien como si fueran a desperdiciar un año entero de su vida.

El profesor deslizó eso para conseguir una risa, imagino, pero sus palabras, por supuesto, me recordaron a mi madre.

“Rugaaa, camina a casa con nosotras.” Me invitó Higasa a unirme a ella y al nuevo grupo de amigas que ya había hecho (definitivamente no es tímida), pero me excusé educadamente.

Había un lugar al que tenía que ir, pero no podía decírselo, así que me inventé una excusa apropiada: “Tengo que recoger unas guías de estudio de camino a casa.”

Puedo mentir con total tranquilidad. Y no hay mucha culpa.

“¿Qué? Ruga, ¿realmente te has tragado todo lo que ha dicho el profesor? Tienes que dejarlo pasar.”

“No, no es así. Pero si no trato de compensar lo atrasada que estoy, definitivamente no tendré las notas para entrar a la universidad.”

“Claro, porque eres estúpida.” Simplemente salió y lo dijo.

¿Cómo lo sabe?

¡Se supone que es un secreto!

Higasa es astuta a su manera, por lo que ha averiguado cómo sacar buenas notas. Una vez me dijo que su objetivo era seguir así y entrar en una universidad decente.

Una vida decente. Ese es su lema.

Como no parece estar especialmente decidida a ir a la universidad o a jugar en un equipo corporativo, supongo que el baloncesto será sólo un “recuerdo del instituto” para ella.

No.

No sólo para ella.

Para la mayoría de la gente, el instituto no es más que una época para crear recuerdos—para ser totalmente sincera, son tres años desperdiciados, no sólo uno.

Cualquiera que pase estos tres años tratando de encontrarse a sí mismo en lugar de crear recuerdos pertenece a una pequeña minoría— yo pensaba que era miembro de esa minoría, pero aparentemente no lo era, y de hecho, mis tres años parecen que podrían llegar a su fin sin muchos recuerdos.

Sin embargo, en serio, estos dos últimos años.

¿Qué he estado haciendo?

Y este año que queda—¿cómo lo iba a pasar? “Bien, te veo mañana.”

“Yep—oh, espera, Higasa.”

La llamé y le pregunté. Sólo para estar segura, lo más casualmente posible.

“¿Has oído hablar del Señor Demonio?”

“¿Whun?” Por esa reacción inicial me preocupó que no lo hubiera hecho, y que no debería haber preguntado, pero las siguientes palabras que salieron de su boca fueron: “¿Cómo una optimista como tú sabe de ese rumor?”

***

 

 

Las palabras Señor Demonio tienen un sonido extraño.

¿Por qué dirigirse al Demonio, en toda su maldita impiedad, con un título honorífico? Pero supongo que si simplemente se piensa en el Demonio como la cara opuesta de Dios, entonces al igual que se llama a Dios “Señor Dios”, tiene sentido llamar al Demonio “Señor Demonio”.

Y aunque sea el Demonio, ciertamente ocupa una posición superior a la de los humanos, así que supongo que sería bastante grosero hablar de él sin mostrar algo de respeto.

Aunque por lo que he oído, pretendía ser más sarcástico que cortés. Sucede todo el tiempo.

Sin embargo, ese tipo de “bromas” ociosas pueden acarrear consecuencias nefastas, como sé muy bien.

Era una especie de amuleto y una moda entre los estudiantes del Instituto Naoetsu—por lo de Sengoku-chan, soy sensible cuando se trata de los llamados amuletos, pero según lo que me había dicho Ougi- kun, quizá estaba exagerando.

Sólo un rumor inocente.

Que si recurres al Señor Demonio para que te ayude con tus problemas o preocupaciones, te los resolverá sin falta—aunque la inclusión de esa frase hizo que pareciera menos convincente, no más.

Sin embargo, por muy falsa que sea, no importa si se trata de una de las estafas de Kaiki Deishu, habría tenido que hacer algo con un “demonio” que “resuelve tus problemas” aunque no hubiera existido lo de Sengoku-chan.

Porque sí.

En ese caso el Señor Demonio podría ser yo.

“Claro que, al parecer, hay una condición para todo eso de ‘sin falta’—dicen que el Señor Demonio no aceptará ninguna petición exagerada.” Había explicado Ougi-kun.

Su tono era tan despreocupado como siempre, es decir, hacía parecer que todo eran cotilleos intrascendentes—no, realmente no eran más que cotilleos despreocupados.

Para él.

Aunque Ougi-kun supiera lo de mi brazo izquierdo, supiera lo que había hecho.

Todo lo que se habla es una charla inútil para él. Todo era intrascendente para él.

“Evidentemente, el estándar para la exageración son los ‘casos en los que se debe acudir a la policía’.”

Qué diablos.

Eso fue extrañamente particular, o crudo.

Al menos, no parecía una condición que un demonio diera por “conceder deseos”—aunque fuera mi merecido, me habían quitado un trozo de mi cuerpo, y un trozo de mi alma.

“Naturalmente. Porque este Señor Demonio parece ser un ser humano corriente cualquiera.”

“Un humano…”

“Dicen que es una chica de edad de instituto.”

“En otras palabras, ¿una chica de instituto se hace pasar por un ‘demonio’ y da consejos a los estudiantes del Instituto Naoetsu?”

Una chica de instituto.

Sonaba cada vez más—como yo.

“Bueno, sí, pero—no estoy tan seguro de lo de hacerse pasar.” Puede que estemos tratando con la cosa real, insinuó Ougi-kun. “¿Pero no es un ser humano corriente cualquiera?”

“Un ser humano corriente cualquiera no es necesariamente un demonio. Quiero decir—si puede resolver tus problemas ‘sin falta’, no es un alma bondadosa común.”

“…”

Si era posible, quería sacarle más información a Ougi-kun, pero no quería darle la impresión de que estaba “muy curiosa al respecto”, y fingí un “eh” desinteresado.

Tengo que admitir que como su senpai ese fue un comportamiento bastante mezquino, pero tenía ese aire y dudabas en bombardearle con preguntas.

Parecía que no estaba bien.

Araragi-senpai probablemente habría seguido adelante de todos modos, sin tener en cuenta esa sensación, y cuando me di cuenta de que nunca sería como él, me deprimió.

Dicho esto, tanto si Higasa sabía algo como si no, tenía la intención de actuar, y ya que sabia algo, al menos parecía que Ougi-kun no se había metido conmigo (puede que yo tenga mala fama de paranoica, pero él tiene un historial de decir tonterías).

Sin embargo, por lo que dijo Higasa, no fue un rumor tan positivo como lo hizo ver—al contrario, me dio una impresión algo negativa.

Sugirió que no era un rumor del que hubiera oído hablar un optimista—lo que lo convertía en un rumor familiar sólo para los pesimistas.

Sí.

Un pesimista—como yo solía ser.

… Por otra parte, no existe un optimista puro, ni un pesimista puro. Seas quien seas, a veces las cosas se miran hacia arriba, a veces hacia abajo, a veces hay que mirar de reojo.

Sí, es cierto. Ser tú mismo, y la individualidad, son ilusiones.

No entender eso sólo te traerá un serio dolor—como cuando forcé una ilusión arbitraria, un ideal arbitrario, sobre Senjougahara-senpai y acabé enfadada, e implosioné.

Y crucialmente—un “demonio” también estaba involucrado en eso. Por supuesto, era un demonio llorón, un demonio de bajo nivel, en absoluto el tipo de excentricidad espléndida a la que te dirigirías como “Señor”.

Estaba claro que Higasa no quería hablar de ello—tenía una relación bastante relajada con ella, a diferencia de con Ougi-kun, y era alguien con quien podía ser realista, pero había un momento y un lugar para ello. Interrogarla sobre ese demonio delante de sus nuevas amistades de su nueva clase habría sido cruel, así que amañé las cosas adecuadamente.

“No es nada, sólo recibí un mensaje de Araragi-senpai al respecto, eso es todo.”

“¡¿Araragi-senpai?!” “Kanbaru, ¡¿acabas de decir ‘Araragi’?!” “¡¿Como ese Araragi-kun?!” “¡¿El legendario?!” “¡¿El legendario Araragi-kun?!” “¡¿Un mensaje legendario del legendario Araragi- san?!” “¡¿Qué-qué-qué-qué, Kanbaru está enviando mensajes de texto a ese Araragi?!” “¡¿De ninguna manera?!” “¡¿Qué está tramando ahora?!”

El alboroto atrajo a otro grupo de chicas que habían estado de pie lejos. Olvídate de lo apropiado, había falseado las cosas monumentalmente…

Hmmm.

Araragi-senpai era un éxito en todas partes. Él era la estrella, no yo. Una superestrella.

Tendría que esperar otro momento y lugar para interrogar a Higasa. Decidí dedicar mis horas extraescolares a investigar al Señor Demonio.

Mi carrera de preparación de exámenes parecía haber terminado antes de empezar, pero la manzana del alumno no cae lejos del árbol del mentor.

Aunque nunca esté a la altura.

***

 

 

“¿Señor Demonio? Sí, he oído los rumores. ¡Sí! Pensé que tal vez Tsukihi-chan se movilizaría pronto, así que he estado secretamente con el motor parado por un tiempo. Quemar la justicia no es ecológico,

¿sabes?”

Esta conversación se produjo a través de teléfono móvil.

Karen-chan sonaba alegre, pero nunca he sabido que no lo fuera. Interesante.

Así que el rumor no sólo circulaba entre los estudiantes del Instituto Naoetsu.

“Y, ¿qué hay de este Señor Demonio?”

“Nada   realmente—escucha,    Karen-chan.   ¿Sabes   cómo   puedo conocer al Señor Demonio?”

“Veamos…”

Me preocupaba que preguntarle tan abiertamente pudiera ponerla en guardia y hacerla callar, pero soltó todo lo que sabía cómo una niña inocente que no tiene ninguna duda.

Ni siquiera estamos hablando de labios sueltos.

Es un poco injusto, cuando busqué la información que necesitaba y ella me proporcionó mucho más, pero pensé para mí, no puedes contarle a esta chica tus secretos, que sería mi pequeño secreto.

“¿Sucede algo? Ah, Suruga-san, ¿está buscando el consejo del Señor Demonio sobre algo?”

“No, para nada.” Respondí, aunque tal vez fuera poco sincera, ya que un ‘demonio’ me había concedido un deseo en el pasado.

No, no un poco sincera. Fui completamente falsa.

Sentí que la culpa se acumulaba como un sedimento en mi alma al explotar el respeto que una chica más joven tenía por mí.

“Hmm, bien, de acuerdo.” Dijo ella.

… Tan confiada.

Su aparente abdicación de toda duda mitigaba en realidad mi sentimiento de culpa. Ese carácter abierto debía ser una de las razones por las que había sido tan popular en la escuela media que su nombre era conocido en toda la ciudad.

La familia Araragi tiene un magnífico ADN.

“Genial, gracias. Entonces, ¿cuándo crees que las Fire Sisters podrían entrar en acción?”

“¿Qué? No, no, no, Suruga-san. Las Fire Sisters no actuarán.” Había preguntado pensando que sería malo, o al menos incómodo, que se entrometieran in situ, pero la respuesta de Karen-chan se encargó de esa preocupación. “Vamos, las Fire Sisters se disolvieron el otro día.”

“Oh, sí, eso pasó.”

Lo hicieron.

El nombre formal de las Fire Sisters, compuestas por Karen-chan y Araragi Tsukihi, había sido las Fire Sisters de la Segunda Escuela Media Tsuganoki, pero al final de este último año escolar, Karen-chan, la mayor, había subido por la escalera mecánica desde la 2EM Tsuganoki hasta la Secundaria Tsuganoki, por lo que toda la premisa del nombre se había venido abajo.

Tal vez había oído que el mes pasado habían dado una magnífica fiesta para celebrar su disolución—recordaba que su hermano corría después para limpiar.

Se quejaba de que le estaban complicando la vida hasta el amargo final, pero en realidad creo que sólo estaba desolado porque era el amargo final—sin embargo, a lo mejor estoy siendo sentimental.

“Sí. Ahora que Tsukihi-chan está sola en el Segunda Escuela Media Tsuganoki, está operando bajo el nombre de Moon Fire.”

“Moon Fire…”

Sin duda, eso era lo que significaban los caracteres de su nombre, pero sonaba cursi.

Como un equipo de superhéroes de mierda.

Pero hay que tener cuidado, puede que haya un equipo que se llame así, así que déjame que me lo guarde para mí.

“No es que nada haya cambiado, seguimos trabajando juntas igual que antes—sin embargo, cuando me doy cuenta de que ya no somos las Fire Sisters, aunque esté al ralentí en espera, me da que pensar. Y me sorprende el lugar en el que me encuentro.” Dijo Karen-chan, con su tono tan despreocupado como siempre, pero lo que dijo me dio mucho que pensar. “Supongo que esto es crecer, ¿no?”

“Creo que es la vida.”

Recordando mi conversación con Higasa, al menos conseguí sonar como un senpai.

La vida, donde la clase y la asignación de asientos lo son todo. Y donde—graduarse lo es todo.

“Sí. Tienes razón.” Aceptó Karen-chan. “No se puede seguir igual para siempre. Como, cuando me medí ayer, me había vuelto más alta.”

“…”

¿Sigues creciendo, Karen-chan?

Ya hace tiempo que mides más de metro y medio… Muy envidiable, desde la perspectiva del baloncesto.

“Bueno, cuando Tsukihi-chan entre en la secundaria, ustedes podrán ser las Fire Sisters de la Secundaria Tsuganoki, ¿no?”

Sabía, incluso mientras lo decía, que no era más que una mentira reconfortante.

A Senjougahara Hitagi y a mí nos habían llamado el Combo Valhalla en la Escuela Media Kiyokaze, pero incluso después de llegar al Instituto Naoetsu y de que volviéramos a hablarnos, Araragi-senpai fue el único que volvió a llamarnos así.

Bueno, lo que sea.

Cuando se trata de relaciones, los nombres sólo sirven para tal o cual fase—y aunque parezca que un dúo va a mantenerse junto para siempre, es una apuesta bastante segura que no lo harán.


Al igual que lo que parece ser un único flujo es, en realidad, el agregado de diminutas gotas individuales, en última instancia independientes unas de otras—quizás nuestras relaciones con otras personas no puedan contenerse a la fuerza con el mismo conjunto de palabras.

“De todos modos, nos estamos desviando.” Dijo Karen-chan. “Esto es diferente a lo que ocurrió el año pasado durante las vacaciones de verano—Tsukihi-chan parece reticente ya que los rumores no implican a ninguna víctima real.”

“Hmm…”

“De todos modos, ¿llamarse a sí mismo demonio y ofrecer consejos a la gente? Sólo por eso, está claro que esta chica no es nada del otro mundo.”

“… ¿No hay posibilidad de que este Señor Demonio sea un demonio real?”

“¿Eh? ¿Qué? Ajaja.” Karen-chan dejó escapar primero un sonido de asombro, como si mis palabras la hubieran tomado desprevenida, antes de que su voz se elevara en una carcajada. “¿De qué diantres estás hablando? Los demonios no existen en el mundo real. Ahora soy una estudiante de secundaria, no creo en los monstruos.”

“…”

Bueno, tal vez.

Karen-chan, al menos, podría seguir con su vida sin tener que lidiar con ninguna excentricidad—pero al mismo tiempo, sé muy bien que no hay garantía de ello.

Higasa también lo dijo.

Que era raro que me involucrara con el Señor Demonio— probablemente cualquiera diría lo mismo. Incluso Araragi-senpai, que sabe lo de mi brazo y todo eso.

Él y Senjougahara-senpai saben que el año pasado acudí a un demonio en busca de ayuda cuando “no estaba en mis cabales”—y me alegra que lo consideren así.

Pero el hecho es que…

Cuando invoqué a ese demonio—sabía exactamente lo que estaba haciendo.

Me puse en sus manos, me puse a su altura, me sometí a él, le serví.

“No hay monstruos en este mundo. Excepto tal vez por Onii-chan. Fíjate en esto, Suruga-san, Onii-chan es realmente increíble. Hace poco irrumpió en mi habitación semidesnudo, diciendo: ‘Tengo tiempo libre, ¡así que vamos a jugar!’ y antes de que me diera cuenta de lo que estaba pasando, dirigió un cortaúñas a mi piel—”

“¿En serio debería estar escuchar esto?”

¿No debería ser un secreto entre hermanos? Aunque me pidiera que le escuchara.

¿Medio desnudo?

¿Cortaúñas?

Publicidad G-AB



Incluso yo me sentí un poco apagada por el uso de esas palabras en conjunto.

Cortaúñas…

Me había felicitado por la idea de usar tijeras normales para cortarme las uñas, pero era una novata.

“Eso es lo raro. Onii-chan, que nunca se privó de proclamar lo totalmente molestas que eran sus hermanas pequeñas, o cómo no se presentaría en nuestros funerales, de repente quiere salir conmigo en el momento en que me he graduado de la escuela media. ¿Quizá eso también forma parte de la madurez?”

“…”

Mantente Enterado
Notificarme
guest
This site uses User Verification plugin to reduce spam. See how your comment data is processed.

INSTRUCCIONES PARA LA ZONA DE COMENTARIOS

1- No Puedo Comentar: Toca los botones que estan debajo del recuadro de comentarios, aquellos que le cambian el estilo a Negrita, Cursiva, etc. (B, I, U, S)

2- No Aparece Mi Comentario: Es por nuestro sistema de moderación, luego de revisar y aprobar tu comentario, este aparecera. NOTA: Usa un correo real o no se aprobara tu comentario.

3- ¿Como Escribo un Spoiler?: Toca [ + ] (es el botón spoiler) y aparecera una ventana, ahí debes poner el TITULO de tu spoiler (recomendamos poner simplemente SPOILER), luego en el codigo que aparecera en el recuadro del comentario debes escribir dentro de los simbolos ] [

[spoiler title="Titulo de tu spoiler"]Aqui va tu spoiler[/spoiler]

Nota: Todo el texto que coloques antes o despues del codigo del spoiler sera visible para todos.

0 Comentarios
Respuestas en el Interior del Texto
Ver todos los comentarios